El Parnaso Argentino PDF
El Parnaso Argentino PDF
El Parnaso Argentino PDF
a 00003 810399
c TU.ll-91
„l3
El Parnaso h
Argentino
NA
AIRES CRIOLLOS
[p r=r P ú ££f
2_^ p_
— — a / _p ,
^—77-73— -r— ¿
:
>-r- -5- --
T_
Ha — -j 5- H^ ** ¡ r '
r r-;
'
--*
:< VIDALITA»
«GATO»
ra gg 1
ri r-4. >
r f» ri .1
A —
^T-^- . l
yiTfft
-+ s — j
^>:.«
&
(íssa
rB j===
r
'
^i J
<SS^ ¿~*N
.'••[j^
, f"5s
»»
t
^J '
i i # y = = '
* ^'» '
^fcd"
1
y.
j~ 1
* *
itlN Jtel
DECIMA O ESTILO
Digitized by the Internet Archive
in 2012 with funding from
University of North Carolina at Chapel Hill
http://archive.org/details/elparnasoargentiOObuen
AV!SO DE LOS EDITORES
la musa consoladora
no te arrulla con sus canto-; —
marcha! ol tedio te devora,
la mano de Dios to hiere!
inclina la frente, y llora!
huye do ti mismo y muere!»
Maucci Hermanos é Hijos.
HIMNO NACIONAL
CANTO ARGENTINO
tí-W\tté
O-id mor- la des e] ¿n -lo sa-gra — rio Li-ber-tad, l.i ber lad Li ber-
Se
grf^r
van-
le-
A
f--Ft^
de
=^=»
he
w
J '.Ji./T
la a la Faz la -rra I -ría
A ^*-J
;
í
R,
-pon-rten alaran pue-blo argeivu-W'sa-lud
'
J '
N i
¡-3
J""
1 ¿
J ¡
CQ
''^
^H ^fc- fa
Y los li-bres del mini-do re
CORO •
W'
S *WI K —ter-noS los
.
i.'
l
Ion— re -les
'^-ffiEB nuc si)
—p rnns cari — se -
Lenío
f^
^ ^.-3^0^, *¿i£?^ ¿^
/y. ~¿¿¿&
f> 9 / /
c-
->
O
G?z¿
yt-'cevz-e- ¿¿epe»,
REINADO DE CARLOS V
II
El muy
noble é hidalgo don Pedro de Mendoza y de G nádale te, gontil-
liome de cámara del rey de Esparta Carlos I que era asimismo empo-
PRÓLOGO 7
rador do Alemania con el título de Carlos V, fue sobro Roma con las
tropas del condestable Borbon, y de muy rico que era, con el reparto
del botín obtenido en el saqueo de la Ciudad Eterna, se hizo poderoso.
Mas como quisiera otros títulos quo su riqueza, para agregar á sus bla-
sones, joveny hermoso, don Pedro de Mendoza, de noble prosapia, do
ánimo y complexión fortísimo. propuso á su rey costear y conducir irna
expedición al Río de la Plata, lo que, aceptado por el rey, efectuó en 1534
mando supremo de Adelantado del Río de la Plata.
investido del
Acompañaban á don Pedro de Mendoza gente muy princi ral, forman-
do parte de la expedición que con 14 navios conducía 2.500 españoles
hidalgos, en fin, de las familias castellanas tan fieros por sus derechos,
que se rebelaban contra su rey bajo el nombre de Comunoros, porque
el rey les usurpaba esos derechos, es de presumir que todo ello sea una
fantasía histórica, fantasía que admitimos con cierta seriedad, como
admitimos que Esopo en sus fábulas haga discurrir y hablar á las bes-
tias, como admitimos que en la conquista de México hecha por Her-
nán Cortés, nos cuenten que los mexicanos, Imperio que tenía su civi-
lización, creyeran que los soldados de la caballería castellana, forma-
sen, caballo y ginete, una sola pieza. Siguió la expedición para el Río
de la Plata. Intentaron desembarcar en la Banda Oriental pero fueron
hostilizados por los indios que impidieron un desombarco. Remonta-
ron el rio Paraguay, y al estacionarse, don Pedro de Mendoza en-
fermó, regresando á España y dejando á don Juan do Ayolas que venia
en la expedición como Alguacil Mayor, el mando supremo.
Rui Diaz, por su parte, da sobre eso, detalles muy pintorescos, mas
nosotros no queremos ultrajar ni á la raza española ni á la alemana ó
goda, suponiendo se entregaran á la asquerosidad antropóí'oga, porque
ello equivaldría á ofender gravemente á la humanidad y al cristianis-
mo; de modo, que rechazamos esas suposiciones, las que sólo atribui-
mos á lujos hiperbólicos, á imágenes literarias de que se valdrían loa
mentados escritores para ponderar los sufrimientos de los expedicio-
narios.
III
IV
pulistas». Los primeros querían la autoridad del re}' directa, y los se-
gundos la indirecta, ó sea el uso de la prrerogativa á quo tenían derecho
según la Bcil Cédula de Valladolid ya mencionada.
El primer partido lo formaban aquellos quo tenían influencia en la
corte de España, y el segundo los que querían que toda la autoridad ro
sidiera en el Consejo de Indias que venía á s:r la germina representa-
ción,como tribunal de arbitraje.
Produjéronse una serie de motines. 2suuo de Chaves elabora el pro-
yecto de hacer del Paraguay una provincia independiente de la gober-
nación del Pío de la Plata; lo que consigue en 1555 confirmado por Es-
paña; Irala muere dos años después de confirmado este proyecto, Cace-
res consigue ser gobernador y manda dar garrote á los que conspiran
contra él; Martin Suárez de Toledo, un día, al salir de misa mayor, le-
vantada la vara de justicia que como Alguacil ostenta, invoca la Peal
Cédula de Valladolid, subleva á la Asunción y se apodera del mande.
Infórmalo de todo esto el señor Virrey del Perú, nombra á don Jua i
«Bajo su mando
Andaba la Asunción tan temerosa
Que padres á los hijos no hablaban,
La mujer, del marido recelosa,
Las madres do los hijos se guardaban.
Justicia del Señor muy rigurosa
Las cosas de Mondicta figuraban,
Castigo cu recompensa de pecados
De ios presentes vivos y pasados.
EL PARNASO ARGENTINO
VI
REINADO DE FELIPE IV. -FELIPE V.- FERNANDO VI.-
CARLOS TU
VII
REINADO DE CARLOS III
* *
VIII
REINADO DE CARLOS IV
Carlos IV subió al trono en 1783.
Don Podro Meló de Portugal y Villcna, fué el sucesor do Arredondo
y habiendo muerto ese señor Virrey, la Real Audiencia so hizo cargo do.
los negocios hasta quo fué nombra lo Interinamente para ocupar dich'/
cargo, el señor gobornador do la plaza de Montovidoo don Antonio do
Olagucr y Feliu, que lo entregó al Virrey efectivo don Gabriel Aviles y
de! Fierro, que ásu voz, on 1801, lo entregó á don Joaquín del Pino y
Rozas, quien administró hasta 1804, pasando á ocupar osa olovada ma-
gistratura don Rafael do Sobrcmontc, último virrey legal del Río do
la Plata, cuyo mando comenzó en 1801 y terminó en 1S07.
pnÓLOGD 15
INVASIONES INGLESAS
Durante la administración de don Rafael de Sobremonte, tuvieroi
lugar las invasiones inglesas en el Rio de la Plata
En 1805 zarpó de las costas del Brasil una escuadra inglesa, al mando
de sir Guillermo Carr Boresford, con diez mil hombres de desembarco y
con destino á la margen oriental del Plata.
En junio del siguiente año, dobló la escuadra el cabo de San Vicente,-
y al llegar á la vista de Montevideo, hallando la plaza bien fortificada;
la expedición se dirigió á Buenos Aires, donde desembarcaron el día
15, efectuándolo á pocas leguas de la ciudad, que opuso débil resisten-
eia y capituló.
El señor Virrey se hallaba en Montevideo, de donde pasó á Bueno»
Aires, para dirigirse áCórdoba en busca de refuerzos, dejando á la ciu-
dad abanodnadaá sus propias fuerzas; conducta que ha sido altamente
reprobada, acto que ha sido calificado do infame cobardía, aunque nos
otros no sabemos si el señor Virrcv obraba según las órdenes que tu
1G EL PARNASO ARGENTINO
riera de la Metrópoli, dado que al ser juzgado por su conducta en e!
guardia, ala que se opuso otra al mando de Liniers, que fué deshecha
por la inglesa.
El día 3 los ingleses intimaron la rendición de la ciudad, mas el al-
calde señor Alzaga contestó negativamente.
El 5 avanzó el grueso del ejército inglés sobre la ciudad, entrando en
ella, llorándose en plazas y calles terribles combates, que produjeron
IX
JUNTAS PENINSULARES
Los americanos Naviño, Zea, Miranda y otros, entusiastas por los
principios de la revolución francesa, recorrían las Cortes europeas, tan-
teándolas por si conseguían su apoyo para emanciparse; y á las gestio-
MAYO
Invadido el territorio español por los ejércitos de Napoleón, disolvió-
se laJuntado Sevilla: y al hacerlo, dirigió á las Colonias españolas de
América \in manifiesto aconsejándoles se hicieran dueñas desús des-
tinos.
Hidalgo de Cisneros, que al venir á Buenos Aires halló exhausto el
tesoro público, por una parte elemento criollo y muchísimos penin-
el
sulares por otra, con el deseo de un régimen propio ó autónomo; la
fuerza concentrada en las milicias, que con el nombre do Patricios
se habían formado á rai:'. de las invasiones inglesas, no pudo dominar la
situación y tuvo que ceder. Resistió hasta que pudo.
En Chttquisaca, el 25 de mayo de 1809, los patriotas depusieron al go-
bernador Pizarro, y «autoridades; en La Paz, secundaron este movimien-
to dos meses después; en Quinto, en fin, aunque se sofocaba, nacía el
germen de un deseo: Independencia, más ó menos manifestada; y Cis-
neros era impotente para afrontar con éxito tal estado do cosas. Por
otra parte, á quien obedecía el señor virrey? á La Junta, á Fernan-
do VII, á Carlos IV, á Napoleón I, á José I? Los que so manifestaban,
no negaban la soberanía do España, por consecuencia el virrey aceptó
que el Cabildo de Buenos Aires convocase un Congreso popular, acoptó
que se formase una Junta de gobierno, aceptó que so lo nombrase pre-
sidente de dicha junta, y tuvo que ceder al fin, en 25 do mayo do 1810»
ante el deseo del pueblo quo le pedía su cese.
Quedó la.Junta do Gobierno constituida en la siguiento forma:
PRÓLOGO 10
XI
CONSECUENCIAS DE MAYO
Período de 1810 Á 181G
toria, que fué la primera de ese grando hombre, que sin pasión puede
afirmarse que con Wasigbton y Bolivar'formó la Trinidad emancipadora
de América, dio idea de su bravura.
Don Manuel Belgrano, al frente del ejército patriota en operaciones
al Norte, so batía contra los realistas; y después de varias derrotas, con-
siguió al fin en noviembre de 1812, salir victorioso on Tucuman derro-
tando las fuerzas realistas mandadas por Tristán.
Una nueva victoria era reservada á Belgrano: Rehecho ol ejército
realista, atacó al ejército patriota, que se defendió con tanta bizarría y
se produjo tan cruenta batalla, que al contar el número de muertos, se
bailaron más de mil bajas por ambas partes.
Este combate, librado en Salta en febrero do 1813, contristó apo-
sar de la victoria obtenida, muchísimo á Belgrano, pues, hombro de
alma scnríble, no pudo menos que estremecerse ante dos mil cadáveres
que so ofrecían á su vista.
PRÓLOGO 21
xn
Período de 1815 Á 1827
XIII
PERIODO DE 1827 Á 1852
XIV
PERIODO DE 1852 Á 1903
Por no interesar, mayormente al lector, para la comprensión de al-
gunos asuntos que son el motivo de varias poesías coleccionadas, ol
PiiÚJ.oüO 25
resto detallado de la historia, nos limitaremos, para terminar, á una
breve reseña de este periodo: Convocóse un Congreso en Santa Fé el 20
de Noviembre de 1842; Buenos Aires no aceptó la legalidad, de este
Congreso, ni aceptó la presidencia ó Dictadura de Urquiza, ni la Capital
federal en Paraná (provincia de Entre-Ríos) y se constituyó en Estado
independiente.
Inicióse de nuevo la guerra civil que terminó en 1859.
A Urquiza, le sucedió en el poder don Santiago Derqui en mayo
do 1SG0.
Hecha y votada una Constitución Nacional, en octubre de 1862 fué
elegido por las catorce provincias que forman la nación Argentina,
como Presidente de la República Federal, el gobernador de la provincia
de Buenos Aires señor don Bartolomé Mitre.
Buenos Aires fué nombrada nuevamente Capital del territorio.
Durante el gobierno de Mitre, los ejércitos argentinos se coaligaron
con los orientales y brasileños para hacer la guerra al Paraguay.
En 18G8 subió al poder don Faustino Sarmiento, que gobernó hasta
1874, siendo su sucesor el doctor Nicolás Avellaneda, que gobernó has-
ta 1880 en que subió al poder don Julio Roca, quien, terminado el pe-
ríodo constitucional, entregó el poder al doctor Miguel Juárez Celman,
que renunció el mando en 1890 á causa de una fuerte crisis monetaria,
acabando el período legal don Carlos Pelegrini, que lo entregó en 1892,
al doctor Saenz Peña, que renunció en enero de 1895, cuidando el vice-
presidente doctor Uriburu, de terminar el período constitucional hasta
ser elegido por segunda vez para ocupar el cargo de primer Magistrado
de la República en 12 de octubre de 1898, el señor teniente general don
Julio Roca. Acusan sus contrarios, al general Roca, de inepto, lo tachan
de medianía, mas nosotros nos remitimos álos hechos, y éstos nos de-
muestran lo contrario: Durante el gobierno de dicho señor, no ha ha-
bido ni guerras civiles, ni conflictos internacionales serios, ni banca-
rrotas de hacienda, sino que la nación progresa con extraordinaria ra-
pidez, y Buenos .Aires, la Capital de la República, la ciudad edificada
por el vasco Garay en 1580, la ciudad que en tiempo de Rivadavia se la
llamó la «Atenas del Plata», es hoy la Metrópoli de Sud- América, la
segunda Capital del Orbe latino y la rival de Xueva-York.
Gcilléx de Cardona.
COSTUMBRES DE LA CAMPAÑA
Hoy, lasmáquinas agrícolas y las peonadas en Europa han transfor-
mado lascostumbres de la campaña, las que no tienen ya aquel sello
característico que las distinguió antaño. La descripción de un bautizo
2J EL PARNASO ARGENTINO
que pone en boca de Santos Vega, Hilario Ascasubi, es cosa vieja; cosa
bella, sin embargo, que siempre será de buen recuerdo, para los quo
amen las letras argentinas. El payador de hoy, no es el payador de ayer
vive en otra esfera. El gaucho, tipo varonil que vivía y se multiplica-
ba, libre y salvaje, en las extensas pampas ó llanuras argentinas, ha
muer 'o con la civilización. Queda algo de sus costumbres, pero no es
ni sombra de lo que fué.
su flete soberano ó su pingo, si salía bueno, era el hijito del alma que po-
tcs con sus de cabesita chica, cuello largo; ojos inteligentes; delga-
fletes
sin castigar á sus caballos con el rebenque ó látigo, "les hablan al oído
diciéndoles una punta de macanas, muy cariñosas y tiernas, para que
lleguen á la meta, desafiando la velocidad del rayo, aunque tal temeri-
dad les cueste la vida.
BUENOS AIRES
COSTUMBRES ANTIGUAS
Hasta mediados del siglo pasado Buenos Aires mantuvo su tipo colo-
nial,que ha ido perdiendo para transformarse por completo en ciudad
modernísima de carácter eminentemente cosmopolita.
No existen ya las recohas de la Plaza de Montserrat ni de la calle del
Pecado, desde cuyos halcones se presenciahan las corridas de toros quo
so dahan en la Plaza, antes de ser ésta trasladada al Retiro.
En los cimientos del antiguo Fuerte, se levantó la Casa Rosada, resi-
dencia del Poder Ejecutivo, y sólo queda en pie el histórico Cahildo que
es hoy ocupado por los tribunales, siendo escasísimos el número de mo-
—
numentos que en Buenos Aires recuerden aquel tiempo: Asomhra ver
la rapidez fabulosa del progreso verificado.
Los poetas de principios del siglo pasado, y entre ellos Fray Cayetano
José Rodríguez, componían sus versos, quo eran generalmente leídos
en las tertulias; siendo uno de los más populares lectores, un señor
Tartos, quien poseía un potente timbre de voz y una mímica particular
que hacía las delicias de la concurrencia.
Fray Francisco de Paula Castañeda, (el que fundó la primera acade-
mia do dibujo) era también poota y esgrimía en especial la nota satírica-
Es natural quo los poetas do Buenos Aires, cuando las invasiones
inglesas, so desahogaran contra la Gran Bretaña; es natural asimismo,
que en la época de la Independencia, clamaran contra España, pues en
todas partes el poeta caula lo que odia, como canta lo que ama.
Calcule el lector como serían de enérgicos alguno do los versos del
padre Rodríguez, cuando éste escribia á su amigo el obispo Molina:
pr.or.oao 29
«No andes, por Dios, diseminando mis versos contra europeos; me han
de ahorcar. Respiran venganza por manos, pies y costados.»
La Independencia quedaba declarada en Tncuman, pero se iniciaba
una revolución en el orden de las ideas. Rivadavia tenía su órgano
«El Centinela» que redactaba Juan Cruz Várela, y en él se sostenían
ideas muy avanzadas, entre otras la reforma eclesiástica. Este periódico
llamaba á los frailes: «hipócritas, asesinos y raza infernal.» Y el padre
Castañeda, valiente polemista, fundaba otros periódicos que oponía á
los doctrinarios-reformistas-demagogos, siendo el más célebre el que so
publicaba con el título de Doña María Retazos.
Por su parte. «El Oficial del Día», redactado por Fray Cayetano José
Rodríguez sostenía la causa de la iglesia.
«El fraile es la negación del hombre» decían los demagogos. Y á los
frailes dedicaban versos de este orden:
EL LECHERO
Tor capricho
Soy soltero
Que el lechero
Gozar debo libertad
Y no tengo
Más vestido
Quo un bonete
Carcomido
Y un raído chiripá
Pero el mundo
Todo es mío;
Yo e?i un río
Sé nadar.
Yo campo soy nu viento
en el
Y en pueblo me presento
el
Sin deseos
Mas constan tes
Quo tener buenos marchantes
Que me vengan a comprar.
¿Quién va/
¿Quién es?
Don Manuel Aragonés
Y doña Juana Castellanct;
Que hoy se ofrecen
...¡A sus paisanos!
A quienes besan las man. :j=í
— Bien lo veo!...
x Unidos por los lazos,
De himeneo!
En Ja calle do la Merced
Para servir á usted, etc., ele.
EL PARNASO ARGENTINO
VIGENTE L0PEZ
La
victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió
y azorado á su vista el tirano,
con infamia á la fuga, se dio.
Sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos á la Libertad;
y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno á su gran majestad.
POEMA
consagrado al solemne sorteo celebrado en la plaza mayor de
Buenos Aires, para la libertad de los esclavos que pelearon
en su defensa.
Disfrutabas contento
de dulce paz, efecto de tu brazo-
Tu victorioso aliento
te preparó morada en tu regazo;
pero esta gloria fuera muy menguada
si tu piedad quedase desairada.
No gima ya la triste
humilde condición el miserable,
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PÍA 1
: B7
pues que desde hoy ya viste
librea nueva de honor más respetable.
A su heroico valor se lo ha debido
y á tu piedad. ¡Oh Pueblo agradecido!
Jamás te ha amanecido,
Buenos Aires feliz, más claro día
que aquel en que has sabido
los llantos convertir en alegría,
á tantos redimiendo del pesado
yugo de esclavitud que habían cargado.
No ya solemnes vivas
escuches de los pueblos más lejanos,
ni plácemes recibas
porque heroico venciste á los Britanos;
que más gloria te da lo generoso
que la nota de invicto y victorioso.
En tu intrépido aliento,
de Sagunto y Numancia copia fuiste,
y quizá algún momento
tan valientes excesos excediste.
Mas, en premiar del pobre el heroísmo
eres ejemplo y copia de ti mismo.
Si á la par de tu anhelo
acreciera tu haber hasta lo inmenso,
ejercicio tu celo
hallará en tus piedades más extenso,
¡y qué fuera, si fuera tu tesoro,
el encantado vellocino de oro!
y fino ss desvela
por motivo más noble en defenderte,
reputando quizá yugo suave,
el que antes soportó molesto y grave.
es la manzana de oro
que te hará en ambos mundos envidiado.
Ni será la discordia por ganarte;
si, por tener la gloria de imitarte.
Entretanto recibe
el aplauso común, pues él to aclama:
feliz descansa y vivo
en bra::os del honor y de la fama.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 88
No me es dado el pintarto
•el rostro airado de aquel Dios severo,
ni sabré ponderarte
sus miradas de horror, su ceño fiero;
El astro luminoso
que con sus luces baña aqueste suelo,
ve demasiado el gozo
sobre su hermosa faz. Un nuevo ciclo
cubre sus habitantes y á porfía
himnos te cantan. Jovc, noche y dia.
En este parosismo
quedó despierto el interior sentido.
¡Ay! mi amiga en qué abismo
de confusión y horrores sumergido
sentí mi corazón! ¡Qué especies, Flora,
ocurrieron al alma aquella hora!
burlamos el sistema,
dándole el nombre de locura y tema:
Mi Flora, no quisiera
lo que siguió á esta escena referirte.
¡Ciclos, quién me dijera!
¿Mas, cómo ho de callar? ¿No he de decirte
la historia de mi mal? Ctye mi cuento:
te servirá siquiera de excarmiento.
Contempla mi figura,
amada Flora mía. Con un lema
de expresión la más dura,
quo adversa me publica al gran sistema;
una caña y un cuerno por divisa,
y por detrás alzada la camisa.
Dejémonos de cuentos:
hay jóvenes resueltos al castigo,
hay Plutones á cientos,
.cada cual el que es más nuestro enemigo,
cañas á miles, cuernos en sub-hasta,
y hay muchachos hasta decir basta.
ODA
AL AUGUSTO DÍA DE LA PATRIA
ODA
al Brigadier Don Carlos María de Alvear.
Honores soberanos
á ti sean dados en el fausto día,
que resueltos y ufanos,
con denuedo sin par, noble osadía,
al rival de tu honor con fuerza alterna
dieron golpe mortal, herida eterna.
El majestuoso rio
espectador ufano do su aliento,
de aquel arresto y brío,
único, raro, rasgo de un momento,
al valeroso jefe mi a. admira,
nmdamento'saluda y no retira.
celebró al argentino
joven que emula luces á porfia,
y, obsequio peregrino,
lo tributó quizá por vez tercera,
absorto suspendiendo su carrera.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 51
En triunfos extraño?,
ya vencidos conocen sus rivaloa
que no es dado á los años
formar los héroes, grandes generales:
el talento, el valor, el genio, el alma
y mérito te aclaman.
el
La ocasión se presenta ¡qué oportuna!
Serás nuevo Alejandro en lides nuevas-
si no su nombre, su carácter llevas.
ODA
al Paso de los Andes y victoria de Chacabuoo.
12 de Febrero de 1817,
HIMNO
EN LAS FIESTAS MAYAS
al ver moribunda
Del celestial orbe
aquella potencia,
bajó la victoria:
sin fuerza, sin ciencia,
6U nube de gloria
riqueza ni honor,
las armas cubrió;
sembró de laureles caer sin consejo
nuevos y triunfales de abismo en abismo
las sendas marciales por su fanatismo
de nuestro valor. y ciega ambición.
HIMNO A LA PATETA
CORO no ya á viles esclavos
¡Salve patria dichosa! su bella luz reparte:
¡Oh, dulce patria, salve, hombres libres saludan
y por siglos eternos al astro cuando nace.
se cuenten tus edades! Coro, etc.
CANCIÓN
A LA MEMORIA DEL DOCTOR DON MARIANO MORENO
on cuyo corazón
Su nombre reproducen el vergonzoso miedo
les fastos del honor: jamás se aposentó!
asi jamás so escucha
sin nueva admiración. ¡Oh joven ilustrado,
con numen superior,
Envidia nuestra suerte que aun hoy despide rayos
toda culta nación, r,u rara ilustración!
pues nos ve enriquecidos
con tan precioso don. Tu sola sombra, oh joven,
con valiente primor,
¡Oh joven siempre invicto, enérgicos empeños
á quien nunca insultó inspira con tesón.
con sus alegres tiros
Vivas, vivas eterno
la negra emulación!
para inmortal blasón
;Oh joven generoso, do un pueblo que te ofrece
imagen del valor, primicias de su amor, [l)
CANCIÓN PATRIÓTICA
EN CELEDRIDAD DEL '¿5 DE MAVO DE 1812
Cono
A
armas corramos ciudadanos;
las
óigase bronce y óigase el tambor,
el
Coro
Cono
Coro
Coro
SONETOS
En memoria del día 25 de Mayo de 1810.
II
III
En
lo más orizado de la suerte,
IV
A LA VICTORIA DE MAIPO
América del Sud, feliz respira
de palmas y laureles coronada.
Déjate ver desde hoy engalanada
á presencia del orbe que te admira.
PARNASO ARGENTINO.- 5
68 EL PARNASO ARGENTINO
Si la ha dado defensores,
espada le
del cañón de su pluma
¡oh pluma! admiras-
vivo fuego brotar que los inflama.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 67
AL RIO DE LA PLATA
Sagrado émulo glorioso
río,
A MOLDES
Moldes, joven procaz, desvanecido,
Narciso de ti mismo enamorado:
joven mordaz, de labio envenenado,
enemigo del hombre decidido.
A LOS COLOEADOS
Milicianos del Sur. bravos campeones,
vestidos de carmín, púrpura y grana;
honorable Legión Americana,
adecuados, valientes escuadrones.
CANCIÓN ENCOMIÁSTICA
Al General D. José de San Martín
Al ínclito, valiente americano,
al argentino Marte, al invencible
domador del hispano,
impávido guerrero el más temible
que la patria registra en sus anales,
glorias, laureles, palmas inmortales.
BOLERAS PATRIÓTICAS
El clarín de la fama A la voz de: ¡Argentinos!
resuene hermoso hasta el abismo
y cante las victorias so acogen los tiranos
del Sud glorioso, del despotismo,
y que esta gloria y sorprendidos,
se grave en los anales se abruman con el crimen
de nuestra historia. que han cometido.
CUENTO AL CASO
Sabe,si no lo sabes, que un bozal repulido,
¡oh mi querido Arguinto! un par de guardamontes,
que cierto noble huaso unos bastos estribos,
de aquellos que el destino una usada carona,
el suelo tucumano y un recado mezquino;
les dio por domicilio, más orondo que el héroo
montado en su caballo de la mancha y más fijo
que el Macedonio mismo (como buen Tucumano)
se lo hubiera envidiado que aquél en el designio
por brioso y por lindo, de enderezar entuertos
sin otro ajuar y adorno quo sufrieron tus siglos;
antología de poetas del plata 73
DÉCIMAS
ni
El Icón que con fiereza ¿Hasta cuándo habrá de ser
hasta ahora al Sud devoró, elSud vilísimo esclavo?
-al ti.!, que quiera, que no, ¿No habrá de tener ai cabo
ya va largando la presa. término su padecer?
Do la América la empresa ¿Nunca habrá de deponer
loca su fin pretendido, su ruin condición servi ?
y el mundo que había creído ¡Oh Sud! Feneció la vil
ísor esto imposible al Hado, dominación del H.'spano.
ve aquel fin verificado Vive, vive Soberano
y este imposible vencido. y reina por años mil.
II IV
EL ANZUELO
A las orillas del mar
vi á Lise pescando un día,
sin que ayudarla á pescar
pudiera la suerte mía.
Yo por cierto dudaría,
según mis inclinación
sien las dulces variaciones
con que el anzuelo arrojaba,
acaso peces pescaba
ó pescaba corazones.
OCTAVA
En el día que se instaló la Universidad de Buenos
Aires: 12 de Agosto de 1821
LA JORNADA DE MAIPO
Las armas de mi Patria alegre canto,
sus combates, sus triunfos, sus victorias,
sus esfuerzos, su celo ardiente y santo,
por romper las cadenas vejatorias,
que le han ajado y oprimido tanto
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 77
y resuena espantoso
on los oídos del que inicuo ofendo
la humanidad, y su clamor no atiendo.
El Austro embravecido,
desde los Andes viene resonando
a traer la nueva, hasta el contrario exido
el pendón ominoso derribando;
tiembla el tirano de terrores lleno,
mas que si oyera el trueno;
y venganza retumba
también del Inca la sagrada tumba.
Cadalsos levantados
contra el fiel hijo do la Patria amada,
88 EL PARNASO ARGENTINO
son por sus fuertes "brazos derribados;
da su heroica espada,
la justicia les
que al monstruo de la América castigue,
y los males mitigue
de pueblos, que aborrecen en sus pechos,
al impio forzador de sus derechos.
A la menor refriega
de una ciudad acrecen la esperanza,
que oprime injusta la ambición más ciega
en ademán de protección se avanza
el patriota, la virgen le corona
de laurel, y pregona
con himnos do victoria á las naciones,
la libertad do cien generaciones.
Vosotros esforzados
fieles caudillos, Arco y Anlcsana,
recibid hoy consagrados
los votos
al valor gente Indiana:
vuestro por la
Buenos Aires celebra vuestra gloria,
y la mayor victo.-ia
cantar espera en el tremendo día,
que aniquiléis la horronda tiranía.
Si á la tierra bajara
la libertad querida, hija del celo,
¿do su trono fijara
él el mísero suelo,
sino donde el aliento emponzoñado
del despotismo mancillar no pudo
el airo primitivo?
¿Y cuál lugar, en fin, no ha profanado
en su inquieto furor la tiranía?
Ea corva quilla de guerrera nnv<*
92 EL PARNASO ARGENTINO
corta la onda agitada del Océano,
y despotismo fiero que no cabe
el
en recinto que ocupar solía,
el
extiende su poder al país lejano;
nuevas víctimas halla
en que ejercer sus bárbaros furores,
y el hombre gime bajo el yugo odioso
á que unce las naciones que avasalla.
¡Mas qué extraño será que la cadena
lleve elbombre infeliz, del despotismo,
cuando ni la ballena
en lo más hondo del salado abismo
de su influjo fatal se mira exenta,
y fuera de su alcance no se cuenta!
Cuando
las tempestades
exterminen do los hombres,
las razas
¿xtinguiendo los nombres
de naciones, imperios y ciudades;
cuando el fuego del cielo
por la mano de Dios lanzado sea,
y descendiendo al suelo
hecho pavesas por do quier se vea,
y quo los altos montes y collados
como la cera fluyan liquidados;
cuando el fiero Aquilón embravecido
sublevando las aguas del Océano
las saque del abismo do han yacido,
en sus palabras
Si él expresa
ideas y pensamientos,
¿quién sabe si tus acentos
ideas no son también?
¿Ideas que ti'i á tu modo
expresas en tu lenguaje,
modulando en tu ramaje
el aire con tu vaivén?
Por
ti ningún pueblo llora
En vano la primavera
do flores el campo inunda,
tu cáliz no se fecunda
si compañera no ves;
pero si otra copa erguirse
divisas á la distancia,
racimos en abundancia
so desgajan á tus pies.
PARNASO ARGENTINO. —
§8 EL PARNASO ARGENTINO
dominar la selva ufano,
y me parecido enano
lia
EL PRIMEE BESO
Tiemblo la hermosa, cuando sola al lado
del bien querido corazón le lata,
que contra el ruego de un amante amado
es imposible que el rubor combata.
LAS PORTENAS
Buenos Aires soberbio se envanece
con las hijas donosas
de su suelo feliz, y así parece
cual rosal lleno de galanas rosas
que en la estación primaveral florece.
AMERICA
Tendida sobre sábanas de rosas
á la sombra de amor de sus palmeras,
bajoun cielo de eternas primaveras
guardada por los ángeles de Dios,
una encantada tierra de deleites,
maravilloso mundo do colores,
dormía entre sus aves y sus flores
arrullada por músicas de amor.
(*) Dedicatoria— Al señor General del ejército republicano. Brigadier don Carlos
/jlvear.
Excmo. señor:
Tengo ol honor do presentar á, V. E. o a junto canto
1
1 lírico. El no tiene otro mo-
nto que el que lo dan su asunto y el nombre do V. E.
Si vinieran Luna, Lalin ur. Rodríguez y liojas.gonios que tanto honox hicieron al
Parnaso Argentino, ó si pulsara r/>pe¿ su Lira armoniosa y sonora. Las glorias de la
i atria y d,s V. K. serian cantadas de un modo digno do ellas.
Poro esper que se sirva V. 10. a lOger mi Canto lírico como un tributo humilde
>
d —
mi respeto á su persona y á .su mérito. B. L. M. de V. E.
J.C. V.
Bu n03 Airos. Marzo 22 do 1827.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 101
y á la playa remota
volaban las legiones
que al causador de tan inicua guerra
á mostrar iban ya nuestros pendones
triunfantes en las aguas y en la tierra.
«Salud, hijos de Oriente valerosos,
ya en Sarandi cubiertos de alta gloria,
no basta una victoria
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 10!>
Ya se
acercan las masas condensadag
de los fieros Teutones,
de agudas bayonetas erizadas,
cercadas del cañón; sus batallones
muros parecen que moviera el arte,
inexpugnable muro; no hay guerrero
tan formidable que contra él se estrelle,
ni rayos suficientes á abrasarle,
ni fogoso bridón que le atropelle,
ni pujanza bastante á derribarle.
Sólo el patrio soldado,
que vencer ó morir había jurado,
la tremenda falanjc
hierba inflama
la árida
que todo el campo cubre; cunde luego
la abrasadora inextinguible llama, (*)
mientras el airo hiende
globos ardiendo que también lo encienden
pelea el combatiente enfurecido
entre el incendio, el humo, la ceniza:
(i; >."acij en la Carolina (provincia do San Luis) en 1707. Murió en Chile on 192Í-.
ANTOLOGÍA DE FOETAS DEL PLATA 119
ESTEBRN ECHEVARRÍA
A
Quien no vio nunca la hermosura tuya,
nunca admiró su encantadora magia,
ni sintió el pecho palpitar do júbilo,
ni fué dichoso como yo al mirarla.
EL DESIERTO (i)
r
podrá pintarlas
;'^ué pincel con luz trémula brillaba
sin deslucir su belleza? una quo otra estrella, y luego
¿Qué lengua humana alabarlas? á los ojos se ocultaba,
Sólo el genio su grandoza como vacilante fuego
puedo sentir y admirar. en soberbio chapitel.
12 i EL PRRNASO ARGENTINO
Tu
voz ¡oh Plata estupendo! Me places cual la llanura
gigantesca, hablaun idioma con su horizonte infinito,
que me deleita y comprendo, con su gala de verdura
que nunca en el mundo oí; — y su vaga ondulación,
hay en ella una armonía cuando en los lomos del bruto
que mi espíritu apetece, la cruzaba velozmente
un arrullo que adormece para aturdir de mi mente
lo que hay de carnal en mí. la febril cavilación.
TUCUMÁN (1)
Florencio Várela
LA LIBERTAD DE GRECIA
Se abrió á mi vista la remota historia,
y en sus ricos anales
la ruina, los trastornos ó la gloria
de mil naciónos admiré. Asombrado
vi brillar en sus páginas de fuego
el nombre y las azañas inmortales
ARNASO ARGENTINO.—
130 EL PARNASO ARGENTINO
La Grecia luego se ofreció á su vista,
y á la Grecia voló: con torpe insulto
las leyes de conquista
feroz leimpuso y profanó su culto.
¿Qué valió resistir? Como las olas
del Océano sañoso,
cuyo ímpetu la roca no quebranta,
así lanzóse el musulmán furioso
sobre el mísero griego;
Bojó la cimitarra su garganta,
y su rica campaña asoló el fuego.
—
¡Y la Grecia es esclava! ¡Ay! ¿Qué se Licia ron
bus antiguas hazañas? ¿Cómo pudo
apagarse la antorcha luminosa
quo aún hoy la senda del saber nos maestra;.
la antorcha que en otra época dichosa,
hizo á la Grecia universal maestra?
Todo, todo pasó. ¿Mas por ventura
la sangro quo heredaron
los hijos de Milciades y Leónidas,
Bin sublevarse de ira entre las vcna3
consentirá la servidumbre dura?
¿Arrastrará por siompre las cadenas
una nación quo en perdurable gloria,
recuerda en cada sitio una victoria,
y on cada tumba un héroe? No— Bramando,
do indignación. Botzaris se lovanta;
¡fuera tiranos] grita, y á su acento,
renace el valor griego en el momento,
y la infame cadena se quebranta.
Y arde en furor el musulmán entonces,
la Grecia inundan sus terribles haces,
las campañas feraces
rotiemblan al estruendo de los bronces,
y desastrosa guerra
truona 011 los mares, cual tronó en la tierra-
¡Ay do la humanidad! La temblorosa
ancianidad, el ternezuelo infante,
la inmaculada virgen y la esposa
envr.eltos caen al golpo fulminante
do la cuchilla idólatra: atronando,
pérfida mina estalla;
AXTOLOGKA DE POETAS DEL PLATA 131
y en escombros volando
la misera ciudad, el Turco mira
allanarse dol muro la ancha valla,
y del estrago con placer so admira.
¡Bárbara atrocidad! Poro si el hado
puede de un pueblo decretar la ruina,
la humilla á más, y el que co:i gloria
entre escombros parece sepultado,
para nunca morir vive en la historia,
y deja al mundo de su fama lleno.
Así clamaba el desgraciado Heleno,
y ardiendo se lanzaba
tras el pendón de libertad, glorioso,
que en sus manos Eotzaris tremolaba.
Aquí se estrella en la feroz falange,
y, si muere matando,
cae con placer bajo el filoso alfange.
Allí entre las murallas estrechado
por el brutal bajá, solo en la tierra.
lucha contra las plagas de la guerra.
Gran tiempo el muro á su defensa sirve;
pero el golpo feroz y redoblado
sucumbe Missolonghi contrastado.
¿Qué importa? ¡S'e estrellaron, se rompieren
bramando las legiones otomanas;
y si después la fuerza y la fortuna
el laurel, no la gloria, les cediere r,
sobre ruinas no más, á sangre y fuego,
logró Ibrahím plantar la media-luna,
pero no al yugo sujetar un griego.
¡Loor á Missolonghi! Los valientes
que en sus gloriosas ruinas perecieron
piden venganza aún. Pero no envano
la griega sangre se vertió á torrentes
en tan tremenda lid; también mezclada
á raudales hirvientes
corrió sangre otomana en cien batallas;
y también desolada
la orgullosa y feroz Constantinopla
clamor de muerte en torno á sus murallas
oyó vagar mil veces, y los lutos
quo entonces sus murallas revistieron
132 EL PARNASO ARGENTINO
digno holocausto para Grecia fueron.
Y mientra horrendo Marte
sembraba en todo el funeral estrago,
y, al flamear de mortífero estandarte,
la ruina truena do se oyó el amago;
mientras la humanidad despodazada
alza el clamor á la celeste esfera,
del Eterno implorando la clemencia;
¿será quo Europa entera
tolerará con fría indiferencia
la desastrosa ruina
de de Esperanza y Salamina?
los hijos
¿No que el caudal honroso
es
do luces, con que brilla el europeo,
con empeño afanoso
lo bebiera en las fuentes del Liseo?
¿No es de Grecia su gloria? ¿En sus os:rit-
los sabios no pagaron
do alabanza el tributo respetuoso
á la nación ilustre quo imitaron?
Todo, todo es verdad: ¿y cómo ahora
á la faz de la Europa en voz doliente
favor la Grecia escarnecida implora
y el escarnio do Grecia ella consiente?
¿Y siempre será así? No: que aun vivía,
para honor de Inglaterra,
el hombre grande á quien el siglo llora,
AL 25 DE MAYO DE 182G
ODA
Ofcra vez raya grando dia
el día, el
en que la patria á su esplendor naciera;
antología de poetas del plata 135
A MI CABALLO
LA BANDERA DE MAYO
Al cielo arrebataron nuestros gigantes padres
el blanco y el celeste do nuestro pabellón;
por eso en las regiones de la victoria ondea
eso hijo de los cielos que no degeneró.
EN LA VICTORIA DE MAIPO
¡Oh! ¡Si hoy mi poderío
la esferade mis votos igualase
para cantar el belicoso brío
do la legión maipuana
que hundió en el polvo la soberbia hispana!
Do Homero tomaría
de Pindaro, de Horacio y del Man tu ano
aquel estro, grandeza y armonía,
quo á los siglos quebrantan,
y siempre el alma con su magia encantan.
Do Euridico al esposo
Después, al rutilante
carro del sol con majestad subiendo
do la cordura y rectitud amanto—
cual Faetón no fuera,
principiaría la inmortal carrera...
Solitaria en la lucha
cual si no hubiera pueblos generosos,
nadio en el mundo tu clamor escucha;
todos te dejan sola
on brazos déla cólera española.
A la hidra
que vomita
por millares de bocas cruda muerto,
el hercúleo campeón se precipita,
su gran maza levauta
y la tiende mortal bajo su planta.
Después celebraría
tu rico suelo que llenó Natura
de dones abundosos á porfía:
sucio privilegiado
paca asilo dol mundo destinado.
Y la crueldad ibera
también diría, que en cruenta lucha
arrobatar á todo el orbe espera
esto terreno amigo
donde todo extranjero tiene abrigo»
ANTOLOGÍA DB P02TAS D3L PLATA
Y
votos muy ardientes
por doquier hasta el cielo subirían,
deseando gloria á los independientes,
y paz pronta y durable
que á la España negar no sea dable.
A MONTEVIDEO
Sem?janta á Ondina bcl a;
el zorzal y la torcaza.
Como ante reyes ss inclinan
ante ellos ceibos y palmas
y lo arrojan flor del airo,
y tu cintura, la ruar.
En tu puerto á centenares
mécense los masteleros
como bosques de palmeros
que sacude el vendabal.
Y si en él so ve de noche
navegar rápida vela,
parece garza que vuela
de algún lago en el juncal.
EL OMBU
Cada monarca on la tierra sin tener Jondo posar,
tiene un rasgo prominente: es lapampa, mistoriosa
el Brasil, su sol ardiente. todavia para el hombre,
minas do plata el Perú; que á una raza da su nombro
Montevideo, su cerro; quo nadie pudo domar.
Buenos Aires, patria hermosa,
,.
tiene su v
pampa grandiosa; No tione Bgrandes raudales
,
la pampa
,
tiene ol
Ti»
ombu. Quo fecunden sus entrañas;
^ '
A MAYO
En Montevideo, el año 1811
Aquí el fiero opresor !U trt Patria
en cerviz orgullosa dobló.
(HlMXO AiittilüÜ Xl&Q.)
JI
Bien conoce el mundo entero
tu historia, grandioso día;
de mis padres el acero
en cien campos la escribió •
y si no supieran leerla
esos sabios de la Europa
vayan á España á saberla
que á su pesar la aprendió.
Era un ser que se escondía
entre los mares de América,
que Colón cautivó un día
150 EL PARNASO ARGENTINO
para la grande Isabel.
Luego víctima inocente,
de infernales ambiciones,
dobló mísera la frente
bajo el yugo más cruel.
a Castelli y á Moreno,
y quo á López inspiraba
y á Várela y Laíinur.
la arrastró sincompasión,
y allá en la pampa salvajo
con las uñas carniceras
tuvo el bárbaro corajo
de arrancarla el corazón,
Y alzándolo por los aires
en el sangrionto cuchillo
exclamaba:— ¡Oh, Buenos Aires!
¿en dónde está tu poder?
, y clavado en duros hierros
á carcajadas riendo
lo mostró impío á los porros
zuzándolos á morder.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 153
Y la fecunda simiente
que nuestros padres sembraron
y á nosotros nos legaron
para sus frutos coger,
el tigre con cruda saña,
incapaz de anonadarla,
Eofocaba con zizaña
donde empezaba á nacer",
¿Do están
los que intentan
probar nuestros sables?
Querrán miserables
la suerte seguir
de Lavallo y de Acha
y do tantos otros
quo contra nosotros
osaron venir?
el pensamiento de Mayo
sostenéis con los aceros,
que de Mayo los guerreros
os legaron al morir.
Europa no fueron
¡Qué! ¿los reyes de
los que á América hicieron rendir?
¿De esos reyes también no aprendieron
los tiranos que hoy la hacen gemir?
¿Y no han sido sus únicas leyes
las brutales del sable y cañón?...
Pues entonces tiranos y reyes
enemigos de América son.
cu las manos de
la horda brutal;
NOTAS
Vayan á España á saberla
i
que á su pesar la aprendió.
El antor de estos versos, escribe con pena toda palabra que pudiera herir al pun-
donor de La Joven Mspaíía. Para que á esta parte de su composición no se quiera dar
un sentido torcido, declara quu solamente habla con la España en la época de opre-
íion y atraso, que se prolongó desde ol reinado de Felipe II hasta el de Eernando VII.
La España de boy, es nuestra hermana. Los vínculos que nos unían ha recibido con-
sistencia perdurable, desde que los hijos do ambas regiónos combatimos en las mis-
mas filas bajo las banderas de la Libertad.
lo le vi, Montevideo
ú tu «Genio tutelar.»
Esto Genio tute'ar no es el símbolo da ninguna persona. ¡No! La resistencia do
Montevideo, no es para el poeta la gloria exclusiva de ningún hombre. El Gimo tu-
telar, no es más que la expresión, pálida por cierto, del espíritu de este pueblo 1iq«
roico.
Y decía dios que fueron
en otro tiempo cañones.
Para artillar las fortificaciones de esta plaza, que en el momento de la invasión
tetaba desguarnecida do cañónos, se ¡iriviiiai'on los que servían de postes en las ed-
ilesdo la ciudad, y con ellos so montaron más de cien piezas.
No hay más
rey ni más trono que el eterno:
Como á furias qne aborta ti mismo infierno
á los reyes del mundo has de mirar:»
La buena acogida que obtuvo esta idea de mi canto á Mayo, premiado con el ac-
etsit en el memorable Certamen poítico de 1811, me alienta á reproducirla aquí cuasi
en los mismos términos que entonces. Ellas y las siguientes estrofas, son sentidas
oxpresionos do queja contra el abuso de la fuerza que hacen 6iempre en America
los grande* podéfea europeos, que represento bajo el nombre algo inexacto do loa
rtyta.
EL 25 DE MAYO
EN MONTEVIDEO
Libertad ó con gloria mnrie
(1) Nftiió en Buenos Aires en 1816, falleciendo el año 1872 en su oludad natal.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 16]
PARNASO ARGENTINO.— 11
162 EL PARNASO ARGENTINO
¿Dónde ha de hallar inspiración creadora,
y entonación sublime sus acentos,
si negra noche, y más siniestra aurora,
el polvo de la batalla,
tú estruendo del cañón.
y al poeta inspiración...
II
Cuando nuestros mayores meditaron
de libertad el pensamiento hermoso,
vieron de las Españas el coloso,
y ante su gran poder no se arredraron.
Valientes y esforzados se creyeron
quo era santa la lid que provocaban,
por eso los peligros no miraban
cuando al campo de gloria descendieron.
Que
ellos también las victimas serían,
loshombres de eso Mayo conocieron,
que allá en el porvenir eso leyeron,
y mártires á ser se disponían...
pronunciar ahora?
Ya luce de Mayo
el fúlgido rayo,
que vivido dora
tu alta catedral;
ya brilla en la cima
de ese monumento,
quo tu juramento
170 EL PARNASO ARGENTINO
publica inmortal;
alli tu escribías
en tiempos mejores
cantos y loores;
allí tu venías
con palmas triunfales
cantando —¡Mortales
mis ecos oid!
Y ahora ¡qué mengua!
sangrientos letreros
ven los extranjeros
y exclaman «decid:
¿Es esta la tierra
feliz deBelgrano?
¿Es esta la patria
del gran San Martín?
¿Dó está la bandera
que con fuerte brazo
flamearon gloriosa
en Maypo y Junín?»
Así los extraños
dirán, patria mia,
y tú en agonía
triste callarás.
Si vuela en la cumbro
de tu alto baluarte
rojizo estandarte,
¿qué más les dirás?
¿Dirás que es un hombro
obscuro y sin nombro,
que mofa sangriento
el gran pensamiento
que Mayo enjendró?
¿Dirás, Buenos Aires,
que eso hombre es tu hijo,
que astuto y prolijo
medita en el fuero
quo en Mayo cayó?
No: calla y espera
los postroros días,
quo tus agonías
cual nube en la osfora
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 171
se disiparán;
y di á los extraños,
que miren del Plata
la opuesta ribera,
y bandera
allí la
de Mayo verán.
Y batiéndolo en la diestra
á su patria audaz le muestra
ese apóstata oriental,
diciendo: «Montevideo,
hoy vas á ser el trofeo
do la huesto federal.»
Y al verla comprometida
en esta lucha temida
por salvar la humanidad;
ved cual bajan á la arena
los hijos del Po y del Sena,
á la voz de \Libertad\ —
Ved cómo doquior que lleva
el viento lahermosa nueva
de un triunfo que ella alcanzó,
la bato palmas el mundo,
y con respeto profundo
¡inmortal!— la saludó.
IV
Duerme, mientras terrible,
tirano, sí,
Girando estrepitoso
el quicio celestial á su llegada
sobre un trono de gloria majestuoso
al mismo Marte enseña
que el hablar á Belgrano no desdeña.
Se adelanta pausado
basta el el gran guerrero,
trono de Dios
y El le coloca de Belona al lado,
sobre Alejandro y Ciro
cuyo bélico esfuerzo ya no admiro.
Un rayo soberano
de los hijos de Dios entonces brilla
sobre la patria del guerrero indiano,
que ha sido la primera
en llegar á la lid región guerrera.
«Varón esclarecido
que llevaste, le dice, tus pendones
do victoria en victoria conducido
sobre huestes contrarias
qxie humilló tu valor en lides varias:
Renaciendo la España
de antigua opresión de sus tiranos
la
se prepara á olvidar la cruda saña,
que un tiempo alimentaba
de volverte otra vez a hacerte esclava.
FLOREN0I© BRLeaRGB «
LA PATRIA
Circundederunt me dolerás mm-Ut
Dolores infermi circundederunt iwe.
(PsalmXVII.)
I
El Dios que la tierra y el cielo domina,
que alienta la hormiga, y el cóndor y el león,
me ordena que deje la playa argentina;
adiós, Buenos Aires; amigos, adiós.
II
III
De
inicuos tiranos el ceño que espanta,
laturba de impíos que erguidos están,
son granos de polvo que el viento levanta:
cesando los vientos al suelo caerán.
IV
Pero ¡ay! que á mis oídos el viento que zumba,
es voz que me llama á la otra mansión;
do clavo los ojos descubro una tumba
y un eco de muerte responde á mi voz.
Mirando á la Patria, su oprobio me humilla;
sus hijos dormidos su afrenta no ven;
reluce en sus cuellos sangrienta cuchilla
y horrendas cadenas arrastran sus pies.
EL CIGARRO
En de una loma
la cresta
se alzaun ombú corpulento,
que alumbra el sol cuando asoma
y bate, si sopla, el vionto.
Bajo sus ramas so esconde
182 EL PARNASO ARGENTINO
un rancho de paja y barro,
mansión en donde
pacífica
fuma un viejo su cigarro.
En torno los nietos mira,
y con labios casi yertos,
«feliz, dice, quien respira
el aire de los desiertos.
EL 1.° DE MAYO
H;vy días, hombres y hechos remarcables
que señalan una época á la historia,
y pasan, incrustando en la memoria,
un signo de bondad ó execración.
Asi, el Gran ATayo, cimentó el principio
que conciliaron generosos hombres;
la historia, entonces, recogió esos nombres
que hoy el orgullo de la patria son
A MI BANDERA
Página eterna de argentina gloria,
melancólica imagen de la patria,
núcleo de inmenso amor desconocido
que en pos de ti me arrastras,
¿bajo qué cielo flameará tu paño
que no te siga sin cesar mi planta?
EL MISIONERO
Cuando el mundo pasado
la órbita del Olimpo recorría,
en un cielo sin Dios, desamparado;
y el arte prostituido blasfemado,
y en el estruendo do perpetua orgía
la miserable humanidad rodaba...
abrió la Cruz sus descarnados brazos,
con su gigante sombra cubrió el suelo,
y el hombro en ella al estampar sus pasos
sintiendo al Dios que el Universo encierra,
alzó la fronto al cielo
> ••••
Hombre mortal que brillas
en la aureola do Dios como una estrella.
¡Yo soy el fraile que en tu turba humillas;
yo levanto la Cruz... yo muero en ella!...
Yo soy su misionero;
yo soy su combatiente solitario;
todas las sendas sobre el mundo entero
son para mí la senda del Calvario!
de la sagrada tierra
que las cenizas do tu padro encierra,
cubre tus hijos con su eterno abrazo!
el frailemoribundo
hasta en las catacumbas perseguido,
salvó en las catacumbas escondido
el progreso del mundo;
¡la ciencia, el arte, la verdad, la historia
la civilización que alza en su huella
el hombre hasta la gloria,
al resurgir la Cruz, renació en ella!
¿Qué fué un tiempo tu mansión paterna?
¿qué fué el hogar donde tu amor sonríe"?
¿que fué tu patria entera
donde hoy tus pasos el progreso estampa?
Antes de alzar mi Cruz ¿sabes qué era-
¡El salvaje desierto de la Pampa!
EL GAUCHO
El espíritu del hombre de suavísima limpieza
E a tierra natal refleja; donde el sol deja en la nocho>
cada rastro do su índole una luna en cada estrella;
iíp. perfil retrato do ella. sobro una planicie virgen
Bajo un ciclo transprrente siempre verde, siempre inmensa-,,
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL, PLATA 191
LA VICTORIA
¡Ah¡ no levantes canto do victoria
on el dia sin sol do la batalla,
ni el santo templo del Señor profanes
con plegaria de triunfo y de matanza.
CANTO
£N LA INSTALACIÓN DEL ATENEO DEL PLATA. EL DÍA 11 D3 SEPTIEMBRE
DE 1858
¡Oíd! en vano con su sombra impura
roba la luz del majestuoso cielo,
la tempestad quo el déspota conjura
para ocultar sus crímenes al suelo;
vence por fin el sol; la lumbre pura
con quo rasga triunfante el denso velo,
en vengadores rayos precipita
y hundo en cenizas su mansión mal. lita!
ANTOLOGÍA DETOETAS DEL PLATA 193
y me aterra tu ceño,
como fija los ojos el esclavo
en la ¿xfistra del dueño.
(1) Nació on la Ar^ontina, pero O'lU'ado en España, 'londe falleció el año 1863
la* letras ospañolas loretienen como una da sus glorias.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 199
-
"Y 3 o también
despuntar la aurora
al
y el tímpano sonoro.»
200 EL PARNASO ARGENTINO
Lánzase al hondo mar, con mentó ciega
osado el marinero
y pide al polo el que la mar le niega
\r a borrado sendero.
y el tímpano sonoro.»
LA AGITACIÓN
Imposible arrancar del alma mía
si no acentos de amor. Caber no puede
donde impera tu imagen adorada,
patria, gloria, amistad... cuanto solía
mi pecho conmover... Ya todo cede
á la ardiente mirada
do tus luceros bellos.
Mal mi grado á sus mágicos destellos
mi turbulenta vida está sujeta
como al influjo de fatal cometa
Cede el bajel al ímpetu rugiente
del huracán sañudo,
y al puerto amigo arrebatarse siente,
ó va á estrellarse en el peñasco rudo.
Así, en la fiebre do anhelando gira
esta alma delirante,
tus ojos son, Amira,
los que entre el puerto y el poñasco, errante,
sin elección, perdido el albedrío,
la oscilación delhuracán lo imprimen,
y en ciego desvarío
lánzase á la virtud, lánzase al crimen.
¿Y este vaivén continuo, esta perpetua
conmoción en la vida? ¡Cuántas horas
mudo, yerto, insensible,
como la piedra en que sentado estaba,
en seguir las sonoras
ondas de la corriente que pasaba
inerte consumía!
^Cuántas, la vista atenta,
-202 EL PARNASO ARGENTINO
iba siguiendo estúpido la lenta
sombra que en derredor del tronco huía!
Campo de soledad, yo te buscaba
porque el mundo decía
que la felicidad en ti habitaba,
y en aquel corazón que la invocaba
su misterioso bálsamo vertía.
Mi corazón de fuego
en ti no la encontró; floresta umbría,
silenciosa montaña, campo triste,
mi visión adorada
y un misterioso acento que decía:
«¡Profanación.... delito!»
y en su abatida frente se leía
un juramento escrito.
Mi planta no, más de mi pecho ciego
llegó un lamento á penetrar su oído,
y en sus trémulos labios tocó el fuego
de mi ardiente gemido!
Abrió sus ojos por la vez primera,
lanzádome una lánguida mirada,
cual si sus puertas el infierno abriera
á un alma condenada.
¡Ah! ¿Qué me importa? Agitación sublime,
¡yo te adoro! Tú eres
alma de mi existencia. Oprime, oprime
un corazón á quien la calma espanta,
inunda, inunda mi mejilla en lloro;
clamar me oirás entre congoja tanta:
«Agitación sublime, ¡yo te adoro!
A ROSAS
l
II
¡Sus hijos! ¿por q\\é huyeron de sus paternos lares
cual hoja que se lleva sin rumbo el huracán?
¿Por qué corren proscritos, sin patria y sin hogares,
á tierras extranjeras á mendigar el pan?
III
Emboca, ¡oh, sol de Mayo! tus rayos en la esfera,
que. hay mandras en el suelo donde tu luz brilló,
suspende, sí, suspende tu espléndida carrera
no es esa Buenos Aires la de tu gloria; no.
IV
;Ah. Rosns! ¡No se puede reverenciar á Mayo
sin arrojarte eterna, terrible maldición;
sindemandar do hinojos un justiciero rayo
que súbito y ardiente to parta el corazón!
V
Contempla lo que viene cruzando el firmamento
con rayos que indelebles en la memoria están,
y dignos se conserva memoria de tu aliento
los inmortales campos de Salta y Tucumán.
.VI
¡Oh, Resas! Nada y santo
hiciste por el eterno
sublime juramento q\ie Mayo pronunció,
por eso vilipendias y lo abominas tanto,
y hasta en sus tiernos hijos tu maldición cayó!
VII
¡Oh! ¡Nada te debemos los argentinos, nada,
sino miseria, sangre, desolación sin fin;
VIII
Tan y cráneos tus ojos anhelaron,
sólo sangre
y sangre, sangre á rios se derramó doquier,
y departidos cráneos los campos se cuajaron
donde alcanzó la mano de tu brutal poder.
IX
¿Qué que fce resguarda el paso,
ser velado tienes
para poder buscarlo con el puñal en pos?
¿Cuál es de las estrellas la que te alumbra, acaso,
para pedir sobro ella la maldición de Dios?
XI
XII
Mas de la tormenta los enlutados velos
¡ay!
XIII
S5, Rosas, vilipendio con tu mirar siniestro
208 EL PARNASO ARGENTINO
XIV
Entonces, sol de Mayo, los días inmortales,
sobre mi libre patria recordarán en ti;
y te dirán entonces los cánticos triunfales,
que es esa Buenos Aires la de tu gloria, sí.
MELANCOLÍA
Llevad en vuestras alas ¡oh brisas de la tarde!
los huérfanos suspiros demi secreto amor;
amor sin esperanza, pero de rjuc hace alarde
mi corazón, que sufre con celestial ardor.
m CERTIDUMBRE
Cuando se ha rasgado el velo Así hasta mi virgen seno
que las pasiones encierra llega una voz deliciosa
¡Amor! Se escucha en la tierra como el rocío á la rosa
y en el aire y en el cielo... dándole vida y frescor.
Y entonces la ingenuidad Y dudo si es de veneno
de quien la vida ha empezado ia copa que se me ofrece,
AMO E
Amor, amor la delicada brisa;
amor las flores, que brotó el pensil;
amor, amor la nacarada aurora,
amor nos canta el ruiseñor gentil.
LOS TRÓPICOS
¡Los trópicos! ¡radiante palacio del Crucero,
foco de luz que vierte torrentes por do quicr!
entre vosotros toda la creación íebosa
de gracia y opulencia, vigor y robustez.
Cuando miró imperfecta la creación terrena
y lo arrojó el diluvio la mano tío Dios
Naturaleza, llena de timidez y j'río,
huyendo de los polos al trópico subió.
Y cuando dijo: «¡basta!» solviéndole sus ojos,
y decretando al mundo su nuevo porvenir,
el aire de su boca los trópicos sintieron,
ABRÁZAME
Á ELOÍSA
Llama voraz cundió dentro mis venas
y calcinó la savia juvenil,
aquella savia ardiente y bulliciosa
germen feroz de inspiración íebril.
Hoy, sólo queda el tronco silencioso,
el viejo tronco, triste y sin verdor,
en que anida el reptil de los recuerdos,
que muerde sin cesar mí corazón.
¡Ay! toda reverdece en torno mío,
la rama seca, el campo, hasta el peñón
que envuelve el musgo en manto de esmeralda,
como al alma abatida Ja ilusión.
Acércate, bien mío, y no te asuste
la eterna desnudez de mi diolor;
sé tú la enredadera quemo escude
de la saña del ábrego ieroz.
Yo he visto en la arboleda solitaria,
á cuyo pie el arroyo gemidor
se retorcía inquieto, como un niño
que el brazo de la madre aprisionó;
yo he visto una palmera desgajada,
sin follajes, sin dátiles, sin Mor,
AL GENERAL LAVALLE
¡Mártir dol puoblo! tu gigante talla
más grande y majestuosa se levanta,
quo entro el solemne honor de la batalla,
cuando de fierro la sangrienta valla
servía do pedestal para tu planta.
ADÁN Y EVA
FRAGMENTO DE LA CREACIÓN
Eva
¿Qué sublime poder mi sangre mueve,
que circula en magnética corriente?
¿Qué afán secreto el corazón conmueve?
¿Por qué se abrasa do calor mi frente?
¿por qué palpita el corazón con brio
y estremocen mi ser fuerzas extrañas?
¡Oh! ¿Qué tienen tus ojos, Adán mío,
que hacen temblar de fuego mis entrañas?
Adán
Yo mi seno los latidos,
siento de
algo que el mismo corazón ignora;
una sed que atormentarais sentidos,
un incógnito afán que rao devora.
Ven: acércato más. Cuando te miro
quisiera respirar tu propio aliento,
beberte el alma toda do un suspiro,
y hacer la eternidad do eso momento.
Eva
Tú eres el más perfecto de los seres,
tú eres la luz en que mi ser sé inflama;
Adán mío, Adán mío, ¡cuánto te amo!
Extiende Adán, extiéndeme tus brazos
para verte más cerca enamorada;
y hazme con ellos amorosos lazos
que me tengan por siempre aprisionada!
Adán
Ven y duerme Le on ellos, alma mía;
por tu reposo velará tu dueño,
y un mundo verteré de poesía,
de amor y de porfiamos en tu sueño.
¡Qué bien estás así! ¡Con qué pureza
somodelan las líneas de tu cuello!
¡Qué bion sienta á tu mágica belleza
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 217
Eva
Adán
Eva
MELODÍAS a mayo
Omni térra psalla' tibí: psaim:m
dicatnomini tuo.
(Salmo L. V. C. IV. V. 3.)
I
Entre las flores de la paz hermosa,
cuando encanta la música al oido
y nos sonrio suerte venturosa
de nuestra casa en el hogar querido;
II
Muros excelsos do la ensoña ondea
que el patriota de Mayo pidió al cielo;
teatro ilustre de inmortal pelea
que admira á puoblos y ensangrienta al sucio;
ni
El vergel dulce aroma de la tierra
el hallazgo del genio de Colón,
que tesoros espléndidos encierra
y frías selvas con ardiente ¡ául¿
IV
Dios en alcázar de estrellas,
en trono de luz velado,
de serafines cercado
se eleva en la inmensidad:
ya sus pies giran los orbes
innúmeros como arenas,
y al par las horas serenas,
la noche y la tempestad.
A su semejanza el hombre
formó desde su alto carro;
al que era mísero barro
hizo espíritu inmortal:
por la tentación vencido
sobre la cruz afrentosa,
vertió su sangre preciosa
y la rescató del mal.
Y es de la América el ángel
más bello que dulce aurora,
que campo de flores dora
con nácares y arrebol:
tieno las alas azules,
aureola do azahar y do oro
paz de altísimo decoro,
y su morada en el sol.
EL ÁNGEL
La América tan hermosa
antología de poetas del plata 223
EL SEÑOR
El libro de mi x^alabra
todo el porvenir contiene,
y cada siglo que viene
en él halla su verdad.
EL ÁNGEL
Su inteligencia es perfecta,
su corazón está sano
y nunca manchó su mano
el delito ó la impiedad;
EL ÁNGEL
Esconde siempre esa aureola
en cada joya una espina:
tenga tu piedad divina
de América compasión.
EL SEÑOR
Es ley que con pena el hombre
su pan coseche en la tierra,
ni brota el bien que ella encierra
sin lágrimas de expiación.
V
A la orilla del Plata majestuosa
se eleva Buenos Aires, patria hermosa,
con mujeres más lindas que las hadas
al salir de sus grutas encantadas,
LIBERTADOR
OBISPO
Parnaso argentino. — 15
226 EL PARNASO ARGENTINO
LIBERTADO!;
TOGADO
VI
No con gala curial está vestido
ni de obediente guardia circuido,
sino con grillos en los pies, sentado
en el banco del crimenTogado.el
Con desdén ya no su mirada,
brilla
sino en la tierra con dolor clavada
y en miserable capa arrebujado
se ve por centinelas vigilado.
Triste el Libertador subió á la silla
cubierta con dore do la cuchilla
1
,
Vil
Eligió por bandera el Argentino
el blanco, imagen del calor divino,
con zafiros quo elcielo americano
en las calmas despliega del verano,
y por armas el Sol que el Inca amaba
y que cual Dios y Padro veneraba.
Y la virgen enseña tremolando
por bosques y llanuras van cruzando
fuertes y tumultuosos batallones
que preceden veloces escuadrones.
Ciudadanos de aliento generoso
que visten armas y huyen al reposo,
e! negro que la patria lia libertado
con el mestizo de valor probado,
y aventureros cuyo pecho ardiente
anBi'a de luchas y de glorias siente,
el ejército forman voluntario
volcánico, incansable, temerario.
Parece una serpiento do mil brillos
quo bajo el sol extiendo sus anillos.
La española milicia mal resista
ANTOLOGÍA lili POETAS DEL PLATA 229
VIII
Cuando la espesa humareda porque á domeñar las olas
se disipó del combate, y á ser experto nauclero,
y la sangi'e del rescato no aprenderá el viajero
la tierraya no tiñó: la noche de tempestad.
do la América los pueblos
eu dura lid vencedores,
Más de una edad va corrida
en la sangrienta experiencia,
se corouaron de flores...
costosa nos es la ciencia,
y la orgía comenzó.
de provecho nos será;
Que en pos de larga vigilia pero en el crisol de penas
y do abrumante tarea, que enciendo atroz tirania,
busca solaces la idea, ¿quién como til patria mía,
placer y disipación; sufrido dolor habrá?
como el que tuvo su mente
Marchitas tus bellas glorias
por el temor oprimida,
con hierro de oprobio ardiente
ama lanzarla sin brida
marcada la pura frente,
y aun extraviar su razón.
sufres torpe esclavitud,
Pasaron horas bien largas y sangro de ilustres hijos
en singular devaneo, salpica tu noble seno,
pero saciado eJ deseo y tienes cárcel do cieno
la hartura trajo ol dolor, do reina la excelsitud.
y los sorprendió la aurora,
y en confusión tropezaron, Pero una palabra suena
y sin amor se apartaron que aun más que tu lejanía
gastada toda ilusión. es amarga ¡oh patria mía!
á este pobre corazón:
En su descuidada herencia que dice— «Ya está apagada
cebáronse ávidas manos, 5>suvirtud de patriotismo,
ó tmdmlentos tiranos »su renombrado heroismo
la hicieron campo de lid, fué una sombra que pasó.»
y.
ó exóticas teorías
Desmiéntelos, patria mía.
con las añejos errores
con tus acciones bizarras,
chocándose, con dolores
y las sanguinosas garras
la oprimieron infeliz:
do eso tigre, tu baldón,
Y en confusiones perdidos el sol do tu fausto ]\Jayo
IX.
X
Tus glorias ya canté, divino Mayo,
y solo un beneficio pido á Dios,
el odio del tirano de mi patria
N©TAS
Porteños, orientales y pénanos
Como algunos nao pretendido que la revolución de 1610 fué una gloria exclusiva
de Buenos Aires, y quo por consiguiente sólo debe celebrarse allí, he querido-
significar, enumerando loi pueblos en que estaba dividida la America española, qua
los patriotas reunidos en la Plaza de Buenos Aires el 25 de Mayo de 1810, represen-
taban no sólo á esta ciudad sino á toda la América. Ellos creaban intereses que
hubieran perecido á no haber cooperado en su favor toda la América, ó si no hubie-
ran vencido en toda la América. Buenos Aires no fué sino tribuna del pensamiento
americano, que se elevó radiante, y que pasando por sobre todas las contradiccio-
nes alcanzó la palma del triunfo. La fiesta de Mayo es americana.
Hicieron á los indios sus esclavo3
Nuestros padres injustos, aunque bravos.
La cuestión entre los indios y los conquistadores españoles es muy distinta déla
que surgió en 1810 entre españoles europeos y españoles americanos. Nosotros
hemos sido continuadores de la iniquidad do la conquista, y cuando saboreamos sus
frutos mal podríamos maldecir de los que los sembraron. Nuestro deber era dismi-
nuir las malas consecuencias de la conquista y respetar los derechos que ella holló
para hacer olvidar el origen de nuestra posesión, y aun no hemos cumplido con
ese deber.
234 El. PARNASO ARGENTINO
Los hispano-americanos formando en 1810 una sociedad joven, progresiva y do
grande porvenir, que tenía medios y necesidad do existir por si misma.
Se inundaro>i de ingrimas sus ojos
Toda escena de este diálogo es en ei iondo rigurosamente histórica. No ba-
la
ilando el señor Villota. Fiscal de ¡a Audiencia, cómo contestar ú los argumentos
que le hacia el porteño Dr. Passo. enmudeció confundido y derramo lágrimas de
despecho en presencia de toda la Asamblea.
BARTOLOMÉ MITRE «
AL 25 DE MAYO
¡Cascada do Niágara y Tequendama,
donde el agua del mundo se derrama
para apagar de América la sed!
¡Amazonas, Misoury, bello Plata,
donde la virgen pura se retíala
en tu margen bañándose los pies!
¡Pampas inmensas, selvas olorosas,
delAndes cordilleras orgullosas
quo corona la ardiente cruz del Siul:
perfumaos como nubo de incensario,
armonízaos cual himno del santuario,
para decir do Mayo al sol.— ¡Salud!
(1) Este pprsonajo nació en 13 ceños Aires en 1521, b a bien 3 o ocupado '.as rr.ás ela>
\,ilis jerarqniaa de mi rrus. Es hombro do sencillas costumbres, ó como se dice vul-
parmenti': la pata á la Dar;a. Como á Víctcr Hugo, en J'raDctft, solo tributaD loa
:'i
honores do inmortalidad.
ANTOLOGÍA DE POETA3 DEL PLATA 235
PARNASO ARGENTINO.— 16
242 EL PARNASO ARGENTINO
amenazando hundir la libertad.
Montevideo grande, fiel sublime,
bajo el enorme peso que la oprime,
alza sobre sus hombros la igualdad.
La pólvora y
la sangro siempre humea,
el cañón y la lanza centellean,
y uno á uno sus hijos ve caer;
pero ella más heroica y más constante,
los envuelve en su manto rutilante,
y le ciñen coronas de laurel.
Y sus hijos
también, con patriotismo,
vendan que cayó con heroísmo
al
peleando por su hogar y castidad;
y comprendiendo su misión inmensa,
se entrega de la patria á la defensa
ofreciendo sus hijos en su altar.
mujer es santa
¡Oh! la misión de la
do las virtudes planta
ella la flor
del niño en el fecundo corazón;
y cuando ve la patria que agoniza,
desprende de su seno á él ancha liza
do patriotas audaz generación.
NOTAS
(1) Cascadas del Niágara y Tequendama*
Considerando la revolución americana como una cadena sucesiva de revolucio-
nes, que deben confundirse en un centro común — el déla Libertad — he creído deber
vincular en este canto el presente y el porvenir de los grandes continentes, cuyas
cataratas evoco. Su posición geográfica parece estar indicando en el Istmo del Pa-
namá el lazo extremo que los debe ligar.
(2) Parto de mil ideas ge7ierosas
Que volaron en chispas luminosas
Por todo el continente de Cjlon
La revolución del 25 de Mayo de 1810, en Buenos Aires, no fué la primera do
América, como algunos lo creen; antes de ella el 9 de Agosto de 1808, México dio el
primer grito de alarma, formando una Junta conservadora, bajólos auspicios del
mismo Virey; pero fué disuelta á 'o treinta y siete dia?. La Paz imitó su ejemplo en
¡
Estos son los únicos versos que be añadido á mi composición, después de la lectu-
ra pública que de ella se hizo en la noche del 25 do Mayo: la idea me ha sido sugerida
por un valiente apostrofe de la composición del señor don Luís Domíngnez, que fué
coronado de aplausos; y he añadido esta estrofa porque no debe pasarse en silencio la
inmensa gloria que cabe al pueblo orien'al, de habar sostenido una guerra sin dine-
ro. El conde Darú, dice en su historia de Venecia: «La máxima qua ol didero es el ner-
vio de la guerra, verdadera baj'o algunos aspecto do administración, no ha podido
;
DITIRAMBO A BACO
¡Crean los vonideros! Entre remotas rocas
vi á Baco, quo á las Ninfas sus cantos ensoñaba,
y el Sátiro caprípedo
con puntiaguda oreja los cantos escuchaba.
y de la hueca encina
las mieles quo sus troncos destilan permanentes.
¡COMO TU!
(escrito á oeillas del queguay)
(1) Hermoso río de la Banda Oriental, quo corre sobre un lecho de piedra y cuya»
tguas son de rara transparencia.
252 EL PARNASO ARGENTINO
(1) Árbol gigantesco que crece á la margen del rio y en el cual las aves dol bosque
hacen su nido.
(2) Los magníficos bosques do esto rio so extienden por ambas margenes dol
Queguay, que dorrama en él con sus aguas.
(3^ Toda la ribera está sembrada de piedras preciosas o.sDOcialmouto de ágatas da
mérito que pueden tomarse á puñados.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 25Í
(1) Este poeta, aunque español, desde muy niño pasó á las Ee-públícas. ¿el Plata
de las que fué constante servidor y entusiasta patriota.
254 EL PARNASO ARGENTINO
BUENOS AIRES
Fué aquí en las playas que fecunda el Plata
peregrina región que cual ninguna
el estro á las estrellas arrebata,
donde en honrado hogar so alzó mi cuna.
Salve al gran río cuya faz retrata
la argéntea luz de la esplendente luna
ora arrastre sereno, ora combata
el esquife en que voy con mi fortuna.
AT HOME
Bella es la vida que á la sombra pasa
del heredado hogar, el hombre fuerte
contra el áspero embate de la suerte
puede allí abroquelarse en su virtud,
si es duro el tiempo y la fortuna escasa,
RECUERDOS
Si so condensa en lágrimas la vida,
¡cuánta nc-cho en el alma! los recuerdos
pueden sólo guiarla en tanta sombra,
cirios flotantes, pálidos luceros.
LUISA
Luisa, la vida se va: muy lejos
nos encontramos de ruestro edén;
mss tu aun conservas suaves reflejos
de la hermosura, que en ti adoré.
PABNASO ARGENTINO. — 17
238 EL, PARNASO ARGENTINO
Hoy mismo absorto cuando to veo,,
mi pecho amante palpita aún;
tras tus encantos vuela el deseo,
¡lloro perdida la juventud!
En el descenso de la colina,
cuando en la tarde se oculta el sol,
en esa hora dulce y divina,
¡cómo recuerda mi corazón!
Yo te esperaba; y á tu presencia,
trémulo, ansioso caía á tus pies;
sólo escudada por tu inocencia,
ante ella humilde me prosternó.
Tú coronaste mi primavera,
la musa fuiste de mi laúd,
de mi desierto verde palmera,
de mi tiniebla candida luz.
AMIRA
¿Conocéis á la rubia y tierna Amira?
¡Qué belleza, qué flor, qué luz, qué fuego?
Su andar se ajusta al ritmo de la lira,
hay en su voz la suavidad del ruego.
PATAGONIA
Noviembre 1.° de 1878.
Su carazón y su brazo
de una gran causa al servicio,
de Dios apelando al juicio
friéronse hasta el Chiraborazo
á ofrecerse en sacrificio.
RECONCILIACIÓN
Ayer en el sarao -¡nunca lo hiciera!
HIMNO
¡Oh, querida! ¡jamás mi labio pudo
decirte cuánto te amo! En mi pasión
te he contemplado palpitante y mundo
de mi noche sin fin candido sol.
Místico velo mi cariño ha sido
con que oculté celoso tu beldad;
en mi alma tu amor asi ha crecido
como exquisita flor en su fanal
Nunca so oyó on mis himnos profanado
tu dulce nombre; altivo desdeñó
comprar, on tus encantos inspirado,
para mi frente pálida un laurel.
La gloria está en tu amor; sordo á la fama
quiero obscuro á tu lado ser feliz;
do mi afecto veraz la intorna llama,
sólo arde, sólo alumbra para ti.
¿Qué da á los hombres la vontura ajena?
¿Irá á cantar en el festín mi voz,
que es una copa do perfumes llena
en <¿uo impregnada está, tu corazón?
AL DOCTOR VALDERRAMA
(poeta y académico chileno)
No
simulacros nuestro honor reclama
á quien pretende en el cercado ajeno
coger el fruto y destrozar la rama.
¡ADELANTE!
RAFAEL OBLIGADO
A UNA NIÑA
EN SU ÁLBUM
SIN ELLA
Por entre el bosque, desplegada cinta
del arroyuelo la corriente va,
y el sol, tiñendo los ramajes, lanza
doradas flechas á su limpia faz.
ENTRE ELLAS
(cuestión de límites)
ADOLESCENTE
¡Lojos se oculta á mis ojos, Iba á tomarlas, pero ella
lejos se oculta mi vida, las ocultaba y decia:
copo de espuma llevado — «Sobre mi seno se duermen:
por las corrientes dormidas! fuera de aquí se marchitan.:
EL SEIBO
Yo tengo mis recuerdos unidos á tus hojas,
te amo como so ama la sombra del hogar,
yo
risueño compañero del aura de mi vida,
seibo esplendoroso del regio Paraná.
PARNASO ARGENTINO, - 18
274 EL PARNASO ARGENTINO
Las horas del estío pasadas á tu sombra,
pendiente de tus brazos mi hamaca guaramí,
eternas vibraciones dejaron en mi pecho,
tesoros de armonías que llevo al porvenir.
SOMBRA
¿Y has podido dudar del alma miar ,
ACUARELA
Es la mañana; nardos y rosas
muevo la brisa primaveral,
y en los jardines las mariposas
vuelven y pasan, vienen y van.
276 EL PARNASO ARGENTINO
Una niñita madrugadora
va á juntar ñores para mamá,
y es tan hermosa que hasta la aurora
vierte sobre ella más claridad.
ENRIQUE E. R1VAROLA
EN LAS OLAS
Sobre el barranco que festona el río,
donde las olas en tumulto espiran,
asido el brazo, con el pecho trémulo,
mudos llogamos.
Ansia do vida y libortad salvaje
arder sentía el corazón ahogado;
ansia do amar, como amarán las libros
aves del bosque.
Caía el sol, enrojeciendo ol cielo,
y envuelta en fuego, la ciudad tranquila,
sobre las aguas proyectaba tenue,
plácida sombra.
Pronto en la honda nos meció la barca,
doblando el junco en la ribera fértil;
y como un ave do la mar, las olas
cortó ligera.
AOTO^uÜÍA DE POETAS DEL PLATA 2T?
SOLEDAD
Do la verde alameda al fresco abrigo
llevar mi amor á disfrutar quisiera,
si pudiese tu amor venir conmigo.
Pasearíamos juntos la ribera;
tú arrancarías Jas esbeltas llores
que hace abrir Ja naciente primavera}
278 EL PARNASO ARGENTINO
yo encontraría en tu pupila inquieta
la flor de los ensueños del poeta;
DOMINGO D. MARTINTO
CANCIÓN
¡Sola flor de mi huerto!
único faro que á mi triste vida
señaló el dulce puerto,
cuando era combatida,
por rudos vientos en el mar perdida.
Sinti, de mi existencia
Tu cariño es bastante
para llenar la copa de mis días,
¡oh, mi candida ainautel
280 EL PARNASO ARGENTINO
En el mundo no quiero
más que un pobre rincón, donde contigo
viva, al ün, placentero,
y algún árbol amigo,
quf; nos dé contra el sol su grato abrigo.
A sn pie, sonriente
Dueatra humilde morada se alzaría,
y una sonora fuente,
con plácida armonía,
el sueño do su r>az arrullaría.
ADORACIÓN
¡Soy tuyo, todo tuyo! ÜSTi un momento
lo que por por otras he sentido,
tí,
ALFREDO ZUVIRIA
YANKEE
Es de oro crespo su cabecita,
rosa fragante su boca es,
frescomerengue por lo exquisita
cuando sonriendo contesta: yes.
A GUEMES
^en la exhumación de sus eestos)
—
una vivida llama y esa es \El\
Es él que tumba,
se levanta do la
y apartando do sí mortales sueños,
parece que dijera á los sáltenos:
AXTO LOGIA DE POETAS DEL PLATA 283
Huid
cual yo las pompas de la tierra;
elsensualismo del poder sin freno,
de egoista ambición sutil veneno,
del oro y la codicia el vil placer;
venís á honrar la herencia de la patria,
y no la mía en este polvo yerto:
por ella viví pobre, pobre he muerto;
cumpliendo austeramente mi deber.
MASTÍN e©RONflD©
LOS POETAS
A Carlos Guido y Spaco
I
III
Llamadles sabios ó poetas: mino a
sombras ni tempestades
286 EL PARNASO ARGENTINO
podrán borrar la estela luminosa
de su paso al través de las edades.
IV
De pie sobre las tumbas del pasado,
vencedor de la muerte y del olvido,
eltrovador errante
canta aún en las almas la grandeza
del eterno ideal desconocido;
y en la lejana soledad vibrante,
con su laúd do mágico sonido
despierta las leyendas misteriosas
que el mundo antiguo le contó al oido.
Asilado en añejos torreones
surge aún de las ruinas del castillo
el sollozo inmortal de sus canciones;
Vil
Mucho pueden los nobles soñadores:
ora llenen de insólitos ruidos
la quietud de la pampa solitaria,
para abrir al amor y á la plegaria
de los lejanos pueblos oprimidos;
ora canten con Nenia la grandeza
y el glorioso dolor de los vencidos;
ora vuelquen en versos centelleantes
les himnos de victoria,
que empujan á los pueblos delirantes
al martirio, á la muerte y á la gloria;
EL PARNASO ARGENTINO
LAS GOLONDRINAS
DÉCIMAS
SIEMPREVIVA
Cuando partí su corazón ya mío
lanzó su vida de mi "planta en pos;
aquel nido de amor quedó sombrío
como tumba sin lágrimas... ¡vacío
como el alma sin Dios!
—
PARNASO ARGENTINO. — 19
— »
eauxT© ©YÜELH
MELODÍA
(A DOMINGO D. MAETINTO)
IRIS
Guardo en el fondo de mi alma un vaso
desbordante de aromas y armonías,
que al reflejar tu límpida mirada
un haz derrama de esplendentes luces.
¡Profundo y dulce arcano
que no del hombre la mentida ciencia
comprenderá jamás! Hasta él no alcanzan
ni el poder impalpable de la idea,
ni la indomable voluntad, ni el ruido
de la afanada multitud, que el mundo
vuelve y revuelve sin hallar reposo.
Mas ¡oh! ¡cuál se abre transparente y puro
cuando la voz del sentimiento, envuelta
en célicas caricias,
dulce penetra en el amante pecho!
Entonces se respiran
auras de un mundo superior, cerrado
al que en la magia del amor no creo.
GERVASIO MÉNDEZ
COMO LOS ASESINOS
¡LOCO DE AMOR!
Que estoy loco, me dices. "No lo niego;
te lo confieso, hermosa, sin rubor;
de tus miradas me consumo al fuego,
¡loco de amor!
Y en medio de mi angustia y mí delirio
creo mirar tu rostro seductor,
que es el origen de mi cruel martirio,
¡loco de amor!
Y sonríen tus labios con dulzura,
y se cubro tu frente de rubor,
y me arrojo á tus plantas con ternura,
¡loco de amor!
Uno á lino los surcos de mi frente
grabados por la mano del dolor,
ho contado, y me he dicho tristemente:
¡loco de amor!
Cuando se extinga de mi vida el fuego
y mi alma vuele á otra mansión mejor,
al quo tus ojos han dejado ciego,
¡loco de amor!
Recuerda siempre con pesar, con llanto,
pon en su tumba una marchita flor,
allá en la tarde, con anhelo santo,
¡luco de amor!
AMERICA
Á MI QUERIDO AMIGO, EL POETA CARLOS GUIDO SPANO
«América es la virgen que sobro el mundo canta
profetizando al mundo su hermosa libertad.»
José Máhmói
En
éxtasis de amor, santo y profundo,
al creador en sus obras adoraban
los pueblos todos del antiguo mundo.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 303
En
sus ricas entrañas guarda, ardiente,
lallama de recónditos volcanes
que estallan á su acento pro potente,
y encadena á sus pies los huracanes
á cuyo rudo, irresistible empuje,
el mar domado con espanto raje.
II
Sorprendida, deslumbrada,
por tan alta maravilla,
dobló Europa la rodilla
ante la excelsa visión;
y levantando los ojos,
con profundo amor, ferviente,
al Soñor Omnipotente
de los ciólos, alabó.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 303
Al estridor de la férrea
y rechinante cadena,
(juc deja caer en la arena
la ancla del conquistador,
abre América los ojos,
y se alza sobresaltada,
cuando encuentra bu mirada
la ancha popa del galeón.
IV
Conniuévense en su "base las ásperas montañas,
que el fuego ya revienta que esconde en sus entrañas
la tierra esclavizada del mundo de Colón;
sus lenguas encrespadas sacuden los "volcanes,
y fieros se desatan los rudos huracanes
los mares atronando con su tremenda voz.
Y
Washington la espada desnuda; relumbrante:
elpabellón de estrellas, espléndido, ondeante,
desplégase invencible dol Norte en la región;
y on vano á su leopardo azuza la Inglaterra,
pues ya domado muerde la americana tierra
que otrora entre sus garras esclava sujotó.
ANTOLOGÍA DC TOETA3 DEL PLATA S09
TORMENTA DE VERANO
—¿Mucho mo amas? tras del eclipse perpetuo
— Con delirio. del olvido desolado!
— ¿Me olvidarás?
•
TE ADORO
Pálida virgen de los ojos negros,
do las notas do mi alma melodía,
visión de mis ensueños, amorosa,
trémula luz de la esperanza mía.
A LA PATRIA
¡República Argentina! ¡Patria amada!
Tu espléndida corona, matizada
de gayas flores las naciones ven:
la cariñosa mano do tus bardos
puso rosas, jazmines, violas, nardos
entre los verdes laureles de tu sien.
brilla infinito!
PRIMAVERA
á mi queridísimo amigo y heemano en ideales,
el poeta Casimiro Prieto Valdés
DIOS
MELODÍA HEBRAICA
LUIS GARRIR
AUN... AUTOR
Hoy tu libro he recibido. porque tú, seguramente?,
Al punto lo lio hojeado lo has debido corregir.
y en tu libro hn admirado Y si del libro te engríes,
lo mucho que has aprendido. muy bien puedes decir esto:
En él mil cosas leí; — ¡Hay algo mío! ¡Yo he puesto
reflexiones, arg\imentos, los puntos sobre las ios!
ideas y pensamientos; Aunque, también en tu honor,
pero ninguno de ti. declaro que ho visto allí
¡Y qué erudición sin par! la nota que dice así:
¡Qué ciencia tan sorprendente! «Es propiedad del autor.»
Estarás seguramente, Nota quo, á decir verdad,
agobiado... de copiar. hará reír á la gente,
En tu libro vo cualquiera pues tu libro, francamcnlo,
que, citando sin medida, carece do propiedad.
hay más citas quo en la vida En fin, yo te folicito
do cualquier aventurera. por tu libro portentoso;
Y así queda demostrado, muy nítido, muy lujoso,
con tanto quo trabajaste, muy amono y muy bonito.
que más citas manejasto Y sólo, mirado on globo,
quo un alguacil do juzgado. una cosa en él desdice,
Mas, no te envanecerás aquella cita que dice:
si oyes aplaudir tu obra, Jm propiedad es un robo.
porquo ya sabes do sobra Suprímela, que on verdad
que aplaudon á los demás. es una cita que irrita.
LA VOCA.CEON
II
LA VICTORIA
estaba del regimiento
la destrozada bandera.
Deshechos los batallones,
Resistieron los soldados
ía tropa aterrada huía
ol tremendo fuego un poco
y detrás de ella se oía
el tronar de los cañones.
y llenos do terror loco
escaparon derrotados.
El lugar do la batalla,
De su deshonra testigo
Ante el terrible conciorto,
prueba perenno quedó,
iba quedando desierto
pues la bandera cayó
barrido por la metralla.
on poder del onomigo.
Cubierto de un rojo velo
©1 sol veía la guorra, II
AMOR
Do un suspiro de Dios en el vacío,
surgió el mundo radiante de esplendor,
y ronco mar y al aquilón bravio,
al
EL TEMPLO
El templo está solitario...
rotos los viejos altares,
destrozados los sillares
y abandonado el sagrario!
AL LEÓN
¡Estaba mudo y bravio lleno do rabia y tristeza
c» la jaula aprisionado, al mirar el horizonte!
como evocando pasado
el
j i .• „. . ¡Dominando sus xpasiones,
do su destino sombrío! , ' '
ENTRA Á UN CONVENTO
Get Ihee to a nunnery; why woutldst
thou a breeder of siuners?... Wlc aro
arrnnt knaves, all; believe none of us.
Gothy ways to a iiurmery!...
HÁMLET.
Yo que veo
tu gracia y tu pureza
perdidas entre el ruido y el tumulto;
yo que absorbo la luz de tu belleza;
yo que te rindo culto;
Tu espíritu inocente
disipa mis recónditos pesares,
y me postro ante ti; como el creyente
so postra con unción en los altares!
sondear tu pensamiento,
conocer el secreto de tu suerte,
y por cada dolor, cada tormento
de tu existencia, soportar la muerte,—
BARCAROLA
¡Mine own forttiQO in my m isory!
SHA.KESPE.inE
¿Ves? ¡todo calla, todo suspira
las amarguras do su pesar
la hoja que tiembla, la dulce lira,
y la agonía
do la pasión!
inquieto y abatido,
rae parece encontrar en su gemido
el postrer eco de un afán profundo;
la luz que tiembla, la pasión que muer©
—
¿Acaso no despierta
tu voz profunda, tu palabra incierta
que resuena y se pierde en lontananza,
al ver que el alma en el dolor perdida
abraza á la esperanza
y, nuevo Pigmalión, no le da vida?
O tempestuoso ó suave,
tranquilo como el cántico del ave,
ó ronco como el grito de la lucha,
tu acento á todas horas balbucea,
y en la extensión se escucha, -
girón de ruido que en el airo ondea! —
He visto sublevadas
á las turbas rugir desenfrenadas;
alcrimen vil y al interés mundano,—
envuelto en el ardor de los pesares,
luchar contra el hermano,
arrastrando el cimiento do sus lares!
Ho visto convulsiones
estallar y caer! Sordas pasiones
ANTOLOCif A DTO POTTTAS DEL PLATA 337
que elevaban en la lid sombría
se
morir por los verdugos do la historia
y la ambición impia
cobarde Mesalina de la gloria!
La juventud ardiento
circunda y vela mi serena frente;
los sueños á mi voz se precipitan;
sé que aunque brille la lejana esfera,
las flores so marchitan
perpetuo combatiente
me hundo de nuevo en el combato ardiente
mientras cansada tus pesares lloras;
y perdido entro el múltiple alborozo,
escucho á todas horas
el eterno estertor de tu sollozo!..
PARNASO ARGENTINO. — 2 2
—
ALMJIPCERTE
JESÚS
I
¡Como brota del charco sombrío
y á conjuros de luz meridiana,—
yo no sé por qué afán de lo triste.
gracioso nenúfar de flores de nácar:
la presión, secularexprimiendo
de la fétida chusma, la entraña,
conjuró de aquel barro do sangro
la noble azucena doliente de su alma*,
II
¡Gota pura del bien absoluto
de la estirpo mortal, destilada:
prodigioso perfil de la errante
visión de justicia que suena la raza;
profundísimo beso errabundo
quo al rozar tus dolores, estalla:
perdurable tristeza divina
cubriendo las viles tristezas humanas!
III
¡Celestial monsajero quo siente,—
mientras cruza los orbes y baja,—
la precisa intuición espantable
del hondo vacío voraz que lo traga!
¡Femenina zozobra que al mundo,
como palio de lágrimas, guarda]
gemebunda torcaz valerosa
que al prófugo crimen le tiende las alas!
IV
¡Corazón matinal, todo blanco,
cuyo fuego de hoguera ofrendaría,
con efluvios do mirra, perfuma,
do Job la rabiosa, la trágica sarna!
¡Corazón, cuyo amor intangible
sin buscar otro amor, so dilata,
como estuvo en el caos el Eterno,
sin poso, ni forma, ni rumbo?, ni vallas!
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 239
V
¡Cual se tuercen y escurren flexibles,
sin lograr abatir la muralla,
ya tenaces, ya febles, ya locos,
bramando y silbando, los vientos que pasan:
la invasora legión de cariños
que á la vida real nos amarra,
no logró reducirle, siquiera,
ni al sacro materno dogal de la patria!
VI
¡Nebulosa de amor: de amor mismo;
sin la paz del bogar, que coarta,
ni la fiel amistad, que suprime,
ni aquel inefable deleite, que sacia!
¡río asirás, hombre fórmula y crgo,
su inasible figura esfumada:
como polvo de aurora, difuso,
difuso en la vida su espíritu vaga!
VII
¡Proyectó sugestiones do nimbo
su perpetua niñez inspirada;
rechazó lo carnal de sus carnes,
cual cisne jocundo quo hiende las aguas;
no sufrió lobregueces de ocaso
su fulgor de lucero del alba:
blanco César triunfal de lo puro,
querube incorpóreo que preña las almas!
VIII
¡Como diestros, por sí, se doticnen
los caudales del mar en la playa;
cual germina, y retoña, y produce,
silvestre, salvaje, libérrima planta:
ni el saber, ni el sofisma turbaron
su sagaz, pensativa ignorancia:
floración celebra!; tierra virgen;
flamígero foco del verbo, que irradia!
IX
¡Como aquel predilecto que siente,
por geniales virtudes innatas,
la noción de las notas que surgen,
y ondean y ríen, cual ninfas hermanas:
34.0 EL PARNASO ARGENTINO
pudo aquel predilecto admirable,
como disco luciente de plata,
reflejar, en la noche futura,
la eterna, la sola verdad soberana!
X
¡Formidable saber que redujo,
como á loca jauria, en su alma,
cual recoges el ciólo en tus ojos,
y el mar, y la selva, y el rio, y la pampa!
¡Formidable saber que sanciona
que tu bien y tu mal son palabras;
resonantes palabras vacias!
¡cicilio de púas internas que arrastras!
XI
¡Porque luz, y calor, y sonido
sólo son cerebrales fantasmas,
mientras vibran espacios y soles
sumidos en mudas tinieblas heladas!
¡Y así toda su ciencia y la mía:
nada más que impresión comparada;
nada más que ilusiones dornas
quo aloja en nosotros el caos que no acaba!
XII
¡Pues si aquel escozor de la herida
que produjo, on tu carne, la daga,
ni le sufre tu músculo roto
ni aquel cincelado prodigio que mata:
la estupenda, la simple, la hermosa,
la cabal creación quo proclamas
con la misma inconciencia quo vivos,
debajo del cráneo, vil necio, la fraguas!
XIII
¡Allí está ol Universo! ¡Allí mismo
puso Dios su taller y su patria!
¡Desdo aquella ruin madriguora
colora ol vacio y esculpo la nada!
¡Y esos lampos de luz que fulguras,
bu divino cincel los arranca!
¡Y esos torpes impulsos que sigues,
no son más que alientos do Dios quo trabaja!
—
XIV
Puesto que, si el bacterio más breve,
breves horas, apenas, pensara,
llonaría, cual tú, su conciencia
de leyes, y dudas, y luces, y manchas.
¡Porque cada cerebro es el nudo
de la misma labor que le arrancan,
como el triste gusano cautivo
del frágil capullo de seda que labra!
XV
Puesto que, do infinito á infinito,
lo —
que es no su aspecto: su masa;
te conqnista, te absorbo, te agota,
cual Eva incansable que nunca se sacia;
mientras tú, viejo Adán de la vida,
poseído en la sombra, le amas,
con la inorte caricia profunda
del joven dormido que violan las hadas!
XVI
Y esto quiso Jesús, en tu abono,
cuando puso en la jerga que habías
su perdón ilegal ¡que ha vencido!
y es esa quo gozas, legal tolerancia!
Tolerancia que va paulatina,
como crece la fruta en la rama,
laborando en tu ley, ol derecho
do abrir su capullo del todo ías almas!
XVII
Y esto quiso Josus, en tu abono,
cuando echó, por tu bien, á su espalda,
no la cruz do tus culpas, quo dicen:
¡la cruz do la imbécil sapiencia pasada!
Y esto quiso Jesús, en tu abono,
fugitiva miseria de paja,
diminuto vibrión que conduces
del plan del Eterno, los hilos de llamas!
XVIII
Ni redujo su amor á linderos,
pues no fué su egoísmo ol quo amaba;
ni alcanzó la virtud, con ser ella,-
842 EL PARNASO ARGENTINO
de aquel soberano la mínima gracia;
ni logró la mujer ablandarle,
nada más que cubierta de faltas;
y á sus pies, en la cruz, retorcióse,
de celos del crimen, su madre sagrada'.
XIX
Convirtió su fracaso en victoria;
y en reflejos de solio, su infamia;
y á la cruz de su muerte, en el signo
que besan y besan las bordas qus pasan!
Se abrazó de lo vil ¡con sus brazos!
le sentó junto á Dios, que callaba,
y abrazados asi, te sonríen
cual dos refulgentes deidades hermanas:
XX
Circuló su criterio de madre
por haz de la recua postrada,
el
como ruedan, filtrando la nube,
jirones do luna por sobre la piara:
y un gemir de titanes vencidos,
y un hedor do sudores y llagas,
y un bramar do reptiles rebeldes,
subieron cual roja, fugaz llamarada!
XXI
T lo mismo que al paso do Febo,
por el airo sutil, se dilatan
resplandores difusos que corron
por valles y cumbres y fuentes y charcas;
la primera, la sola caricia,
do su pecho fluyó sobrehumana,
como el mar, como el sol, como ol éter,
cual todos los bosos do amor quo sonaran!
XXII
¡Sí, la fiera de ayer languidece!
¡sólo es puro el amor que no ama!
¡no son más que resortes quo crujen,
los padres, los hijos, la aldea y la raza!
Como ya construidos los arcos,
las inútiles cimbras arrancas,
sobrará mucho barro de bestia
la vez que despliegues del todo tu talla!
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 343
XXIII
So vislumbra enla historia su mole,
como azul eminencia lejana,
cuyos íiancos enormes conquistan
los pueblos que crecen, á luengas jornadas!
Migración á la cumbre del Cosmos,
cuyas niveas regiones más alias,
cruzarás, si no abdicas, tan puro
cual candida tropa de lirios con alas!
XX.1V
Como el tierno capullo do loto,
con su iivida trente do nácar,
sobro charcos malditos, presido
la prófuga serie de soles quo bsjan;
su perül soñador de azucenas,
rematando la cúpula humana,
como luz hecha flor, simboliza
l¿i Julgida serie de soles que avanzan!
f
Que es un angelí' Jo será,
acoro eso no discutimos;
perc di. ¿do cuándo acá
los ángeles tienen primos?
CONFIDENCIAS
— Mira, cuanto más lo pienso
más en mi opinión me añrmo.
No puede darse, Julián,
peor cosa que el prurito
344 EL PARNASO ARGENTINO
que tienen algunos, padres,
y algunas madres lo mismo,
de ser demasido severos',
desigentes y maliznos,
cuando sus hijas pretenden
á algún hombre por marido.
— Manolo, tú no eres padre
ni madre, y es muy redieulo
que discutas esas; cosas
sin entender un comino.
Di, ¿no es natural que un hombre,
honrao, si se quiere, y dizno,
trate, cuando llegue el caso,
de acortar á su hija el hilo
hasta saber si el tal novio
tiene pudor ú es un pillo?
— ¡Pero si yo, propiamente,
no es eso lo que critico!
;Claro que las precauciones
nunca están do más! Yo digo
que no debo nunca un padre
prudente» tirar del hilo
demasiao, quo muchas veces...
— Sí, so rompe...
— Tú lo lias dicho.
— Si la mujer es honra,
no puedo haber tal peligro.
— ¿Que no? Pa quo te convenzas
de quo aun estás en el Limbo,
voy á relatarlo un caso
reciente, en el cual yo mismo
fui el protagonista. Oye.
— Habla, que soy todo oídos.
--Tuvo, Julián, una novia
liarádos meses y pico...
— Entonces, poco después
que salistes de presidio.
— A donde fui por tu culpa.
— Eso...
— No te enfades, hijo,
no he dicho ná.
- Vamos, sigue.
— Puea tuve una novia, digo,
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 845
VERDAD A MEDIAS
—
Ha dicho un sabio, y no yerra,
h mi entender, que es el hombre
el animal, no te asombro,
ANTOLOGÍA DEPOETAS DEL FLATA 347
VOCACIÓN DE MARIDO
— En cuartas nupcias, Ventura, — ¿Amargura? ¡Qué sandez!
sé que te vas á casar; — Tamos, ¿querrás tú negarme?...
¡eso se llama apurar — ¡Como que vuelvo á casarme
el cáliz de la amargura! en cuanto enviude otra vez!
ENTRE ESPOSOS
— ¡Cuánto te adoro, Tomás! La dulzura de tus besos
jEres mi dicha, mi encanto! quiero aspirar, delirante...
¡Te amo tanto, pero tanto... —Bien, no sigas adelante...
que no puedo amarte más! ¿te bastan doscientos pesos?
FUEGO
— ¿Por qué maltratas, Melchor Mira, si es que no estás ciego,
ENTRE AMIG-OS
— ¡Olvídala! Esa mujer Mujeres hay á porfía,
no mereco que la quieras. piies dicen, y no te asombre.
¿Por qué así te desesperas quo tocan veinte á cada hombre...
si aun dichoso puedes ser? — ¡Con seis me contentaría!
RECONVENCIÓN
— ¿Mejores?
— Mis amargos sufrimientos, — Sí, sí, ¡mejores!
¿no compasión?
la inspiran Si usted me amase, María,
Tengo yo más corazón que podría
¿piensa, acaso,
y mejores sentimientos. negarla yo mis favores?
DECLARACIÓN
— ¡Siento una inmensa pasión! matrimonial, Asunción?
^Por usted me vuelvo loco! — ¡A mí, sí! ¿Y á usted?
Mas... ;lo gusta á usted la unión — ¡Tampoco!
348 EL PARNASO ARGENTINO
GñRL©S ©RTIZ
CANCIÓN DEL BRONCE
Al viento las enseñas, hechas tiras
en los rudos encuentros sanguinarios,
desfilan los heroicos legionarios
bajo el arco triunfal. Arden las piras.
ALBURAS DE CARNAVAL
«LA NIEVE»
LA ORACIÓN DE MARÍA
A Dios de mis padres,
ti, Mis padres me enseñaron
á ti, Dios de los buenos, tu ley, yo la obedezco.
único rey del mundo Si tú lo mandas, vivo
Dios de la tierra y cielo; sitú lo quieres, muero,
á ti que hiciste el hombre, tu amparo no me falta,
el aire, el sol, el trueno, Dios mió, ni un momento;
arrodillada invoco tu luz mis pasos guio
para elevar mi ruego. y alumbro mi sendero.
PEOR© J. NftON
ESPUMAS
Á PiODOM'O G. GODOY
I
II
Niebla plúmbea, niebla errante, tenebrario del espacio,
que te mueves sobre el rio cual fantástico palacio,
y que oscilas y to alejas y evaporas como un tul;
el silencio de tu viaje, tu altivez meditabunda,
me recuerda mis martirios -ronda pérfida, iracunda,
que apagó los prismas áureos de un flotante lago azul.
III
Flecha obscura de los aires, temporaria golondrina,
de la diosa de las flores nunciadora sibilina,
que murmuras tu plegaria bajo el velo de crespón;
en los pliegues funerarios de tu densa vestidura,
del alción de mis pesares pienso ver el ala obscura,
ala negra á cuyo empuje cayó muerta la ilusión.
EL RAYO EN LA MONTAÑA
Á Juan José de Soiza Reilly
Bullle,
hierve,
salta,
truena,
como apostrofe salvaje
la catarata,que quiebra
su ingente casco de espumas
sobre el broquel de las peñas;
...y allá, entre el turbión de nubes
donde vibra la tormenta,
como coraza de incendios
que se astilla en la pelea,
como volcán impetuoso
que en la alta cumbre revienta,
y ontre púrpuras do llama
so revuelve en las laderas,
y en la hirvicnte catarata
cuelga su peto de estrellas,
como una boca do sangro
que entre los riscos bravea.
352 EL PARNASO ARGENTINO
JABAMAGO
Á Moisés Numa Castellanos
I
El palaeío está desierto, roto el arco por la ovija
va filtrando el sol que muere, su mirada pensativa
su mirada agonizante, como el beso de un adiós
el pinar parece un túmulo, vibra el arpa de las hojas,
traza el mar sobre la playa la incripción do sus congojas
y en su zambra el viento errátil de lo ignoto vuelo en pos.
II
El estanque está derruido; con saeta refulgente
no herirá su borde tronco la ígnoa luz de un nuevo Oriente,
ni ha de verse á la princesa dibujada en su cristal;
se han deshecho los sillares, las estatuas han caido,
y en el pórtico la alondra clama en lúgubre gemido
por el ara un tiempo vivida del hoy mustio florestal.
III
De antigua balaustrada se alza el lirio entre las grietas;
la
en el parqiie no hay nelumbos, no hay orquídeas ni violotas,
ni en la verja abren su búcaro las campánulas en flor;
subo el musgo como víbora por la informe escalinata,
la ventana está vacia, no hay libélulas de plata
y la hiedra en las columnas prondo el manto trepador,
IV
Ese lóbrego palacio que en su afán selló el olvido,
fué el magnético palacio por mis sueños erigido,
y al blasón de cuya clavo puse el timbro do mi fe;
la princosado su estrado, me dejó, fué la esperanza,
salióen busca de la dicha, la vio hundirse en lontananza,
y del rumbo de mi huella desvió el rumbo de su pie.
ILUSIÓN
Á MI MADRE
I
Belleza impalpable,
belleza incorpórea,
imagon aérea
que toma la forma,
del arco de espuma quo tiembla en la playa
ó el manto do niebla quo el viento desfleca.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 353
II
Visión fugitiva
que deja en la sombra
la diáfana estela
de un astro, que corta
en surco brillante las ondas del éter
y oculta en las nubes su olímpica antorcha.
III
Viajera intangible,
deidad luminosa,
del pe pío tejido
con flecos de aurora
desata los pliegues dejando en el aire
disuelto en espiras su mágico aroma.
IV
Magnética sílfide
su fúlgida aureola
esplendente en el rayo
sutil, con que asoma
la luna que vuelca su copa de nácar
plateando del bosque las trémulas hojas.
V
El lago le ofrenda
sus rítmicas notas,
la bruma le ciñe
magníficas orlas,
le ofrece el espacio su imperio infinito,
el cielo su manto y el sol su corona.
VI
Errante caricia,
seráfica forma,
enciéndelas ramas,
mueve en las olas,
se
agita en el vallo la randa de espumas
y cuelga en las cumbres su velo de novia.
VII
Figura radiante,
fantástica diosa,
perfuma el vacío
bu traje do blondas,
^•ÍASO ARGENTINO.— 23
354 EL PARNASO ARGRNTINO
la fe la bendice, su solio es el alma,
su cetro el ensueño, su patria la gloria.
VIII
Cuando ella se aparta
la vida es la sombra,
no hay luz ni matices,
acordes ni aromas,
y abisma en el ponto su fúlgido vuelo
la dicha que estrella su lira en las rocas.
easiMiR© PRIETO
LA MODESTIA
Una blanca nubécula en vano ocultar ansia,
quiso velar, inocente, cual blanco, flotante velo r
la luz del sol refulgente, el claro sol, sin capuz,
que cual disco de oro brilla. que centellea on tu monto
Mas, sin humillarla el sol, y on tu pensativa frente
filtró sus rayos por ella, quiebra su dorada luz.
y para hacerla más bella Do tu inteligencia ol sol
laencendió on áureo arrebol. filtra sus rayos por ella,
GEDEON Y EL SUICIDIO
Más que acto de cobardía, victima de las dobleces
es el suicidio, on rigor, de gentes ruines y sooces,
una prueba de valor, — que á no haberme acobardado,
elbuen Gedoón sostenía.— 3'a rao habría suicidado
Tanto lie sufrido, aña'lía, lo menos catorce veces.
GEDEON, ERUDITO
— Gcdeón... por la maldita serpiente,
— ¿Qué hay, esposa mía? poco, Dios Omnipotente
— ¡Nada! que saber quisiera dijoá nuestro padre Adán:
cuál fué la industria primera... —Desde hoy ganarás el pan.
La do la panadería. con ol sudor do tu frente.
Cuando Adán, tentado un dia
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 355
LA PATETA
A mi señor tio político
D. Federico L. Gutiérrez.
— ¡Adiós!...
— ¡Oh, fatal estrella!
— ¡La patria lo exige, Blanca!
— ¡Pues de mis brazos te arranca,
reniego mil veces de ella!
no me causa maravilla
que saque las uñas ella.
¡Hace bien! ¿qué esposa aguanta,
á no haberse envilecido,
tal infamia del mai'ido,
por más que sea una santa?
Señora tan excelente
no merece esos agravios...
¡Es un ángel! en sus labios
nunca hay una frase hiriente-
Bueno es que al rigor acuda,
ya que ultrajada se ve.)
— Pero, vecina, ¿por qué
se quedó usted seria y muda?
Yo vine á jugar aquí,
pues jugando gozo y río,
y usted...
— Perdona, hijo mío;:
el juego al olvido di
pensando en la cruda guerra
que estalló en tu pobre bogar;
¿y con quién quieres jugar?
— Con su perra.
¿Con mi perra?
¡si yo no tengo ninguna!
_¿Eh?
— ¡Ocurrencia más graciosa!
¿quién to ha contado tal cosa?
— ¿Que no es cierto?
— ¡Por fortuna!
(Este chico desatina
ó le engañaron, quizá).
— Pues, ¿por qué dice mamá
la perra de la vecina?
358 EL PARNASO ARGENTINO
6RISTIM ROBBER
MONOS
Cuando según la historia y la voz pública
sucedió al patriarcado la república,
dieciséischimpancés de pura raza
por simiana aíición iban de caza
y encontraron un rio y una cuerda
que lo cruzaba de derecha á izqiüerda.
Se acordó, sin protesta de ninguno,
pasar por aquel cable uno á uno,
y fué al principio o -c ración sencilla
llegar desde una orilla á la otra orilla,
-das no se sabo aún con qué pretexto
rompió la cuerda un chimpancé retinto,
que ocupaba el lugar decimoquinto,
y se ahogó el chimpancé decimosexto.
Kl narrador agrega: Yo atestigiio
que cuando en aquel tiempo y mundo antigu/
la primera república imperaba,
ya era el último mono el que se ahogaba.
SIMBÓLICA
I
Llancas las ropas, blanca la cuna,
blancas sus manos angelicales,
blancos los rayos do la alta luna
que se iil traban por los cristales.
Blancas visiones
las que pasaban
en procosiones
por las regiones
de sus ensueños y so elevaban
en tardo vuelo
y en prolongada columna al ciclo,
como los humos del incensario,
cuando lejano rayaba el día
y ol alba pálida emblanquecía
la torre esbelta del campanario.
ANTOLOGÍA DE P0ETA3 DEL, PLATA 359
II
Negros los paños, negra mortaja,
negras insignias las de la muerte,
do ébano negro la estrecha caja
donde dormía su cuerpo inerte.
Vestía el suelo
fúnebre alfombra,
nublaba el ciclo
fúnebre velo
y se elevaban entre la sombra,
como visiones,
los negros humos délos blandones
que iluminaban el solitario
túmulo negro, cuando venía
la obscura noche y ennegrecía
la torre esbelta del campanario.
PERROS
Un pachón salamanquino Por él, debajo de un pino,
salvó á un sabueso de Cieza, lucharon en la maleza,
que se cayó de cabeza Triunfó el sabueso de Cieza,
á la balsa de un molino. y el perro salamanquino,
Y al emprender el camino, ensangrentado y mohíno,
á través de un bosque espeso, dedujo en su soledad
juntos pachón y sabueso esta penosa verdad,
en excelente amistad, como lección del suceso:
puso la casualidad «Endonde se encuentra un hueso
ante sus oíos, xm hueso. se concluye la amistad.»
JOAQUÍN eaSTELLHKOS
LA LEYENDA ARGENTINA
Cuando los dioses con su rayo hirieron
de Prometeo la cerviz erguida,
los buitres hasta el Cáucaso subieron
olfateando la sangre de su herida;
y al mirarlo amarrado en las montanas
rugiendo en sus sollozos formidables,
se lanzan insaciables
á rocorle con furia las entrañas.
360 EL PARNASO ARGENRINO
Así fué como en época lejana
tras el descubrimiento, la conquista
vino sobre la tierra americana,
y su inmenso vergel se abrió á la vista
de la hambre de oro y la ambición hispana.
y en el nombro maldito
del Dios de los católicos horía
y el nombre de ese Dios leer no sabía
sobre la uña do Atahualpa escrito.
¡A ti, el C don
de tan sublime empresa,
á ti, de una gran cruzada,
el caudillo
hoy te proclama, San Martín, la historia
el nuevo Aquiles de una nueva Iliada!
¡Héroe que á la inmortal obra de Cristo
prestas el biazo y el valor de Marte,
con la imagen del Sol en tu estandarte
trémulo el orbe de estupor te ha visto!
Tú, cuyo genio brilla
como antorcha de luz páralos pueblos,
para los opresores como tea,
mártir apóstol, redentor, soldado,
que te presentas en la lucha armado
mas bien que de unaespada, de una idoa,
antes que al llanto tus soldados lleves,
como en un nuevo Sinaí bendito,
te paras sobre un trono de granito
en la región de las eternas nieves!
Allí en tus huestes el valor exaltas,
y alzas, montado en tu corcel do guerra,
366 EL FAKNASO ATtfíENTINO
Lavallo y Necochea
como cachorros de león hambrientos,
ganosos de probarse en la pelea,
para abrirse camino
la ruda escarcha con sus sables rajan,
—
do Bonaparte ¡vencedor del mundo!
Esa espada relámpago que hería
en las batallas al compás del trueno,
era el gigante espíritu,
el pensamiento que surgió del seno
de la inmortal revolución de Mayo,
cuando en brillante acero do pelea
y en verbo alado se encarnó su idea,
¡como el fluido eléctrico en el rayo!
Los soldados del ideal sublime,
los voluntarios de la gran cruzada
que los destinos de la patria amada
de la ominosa esclavitud redime,
teniendo ante su vista
por campo de batalla un continente,
van coronados de laurel la frente
de un mundo á la conquista,
cuando á ser libres ó á morir resueltos
descienden á los llanos
á volcar tronos y á domar tiranos!
Como gigantes de otra edad, que envueltos,
según cuentan las viejas tradiciones.
S68 EL PARNASO A TÍO ENTINO
de alguna fiera con la piel diforme,
iban armados de su maza enorme
á rendir monstruos y amansar leones!
y apóstoles armados
de vagos ideales,
de confusos instintos que los llaman
con rumbo á sus destinos inmortales;
pero que haciendo de los pueblos mismos
una horda inquieta y un sangriento bando,
les iban con las lanzas señalando
lejanos rumbos al través de abismos.
y en ellos se lanzaron inexpertos;
entonces ¡ay! la libertad sagrada
que tiene eclipses como el sol, se ausenta,
habla en la soledad de los desiertos
de nuestros padres con las sombras grandes,
y arrastrando su túnica enlutada,
con ira santa va á romper su espala
contra las rocas de los altos Andes!
Su poder soberano,
regio homenaje á tu beldad suprema,
puso elrayo al alcance de tu mano,
como alfombra á tus pies, el Océano,
sol, como diadema!
sobre tu frente el
EDUARDO THLER©
RECUERDO PATRIO
La atroz codicia y la inclemente saña
crimen fueron del tiempo, y no do España.
QUINTANA.
Por honor á los héroes legendarios
de nuestra libertad; como herederos
del vencedor hidalgo que no empaña
378 EL PARNASO ARGENTINO
su gloria con alardes incendiarios
del rubor de vencidos caballeros;
ya es bien que por decoro
el reproche se extinga y que de España
sólo recuerde América el tesoro
que recibió: la Cruz y el Evangelio
que ordenan el perdón; la maravilla
de las frases de oro,
do cristal, ó de férreas armaduras
con que el idioma puro de Castilla
revela las pasiones españolas;
infinitas ternuras
con suavidad do seda;
iras en un hervor como do olas
on palabras de fuego; misticismos
en plegarias fragantes do reseda
que asciondon en las alas del incienso;
y fragor do heroísmos
en gritos que crepitan on hornazas
donde vibran clarines y corazas.
En la pampa el centauro
también refresca en el perdón su lauro,
mas sabo ya quo si en su sangro hay otro
también hay hierro redentor quo puede
hollar una vez más las cristalinas
ANTOLOGÍA DE rOETAS DEL Pr.ATA Si'J
devolviendo al trabajo
el vigor florecido en placideces;
R J. P3YR0
MADRE E HIJA
— ¿To llamas la Argentina?
— La Argentina
— ¿Cuál os ol nombre do tu madre?
—¡Gloria!
—¿Tu razo fué?
—Mi raza fué divina.
—¿Quién te lo roveló*
— La Musa Historia.
— ¿Fué tu raza muy noblo?
— Una corona
do royes" un castillo con almenas.
— ¿Y era buena tu madro?
- Sí. lo abona
el que todas las madres son muy buonas..,
— Do mí, ¿qué piensas?
— Que esa faz altiva,
ese noble adomíin. eso apostura
no admiten del amor la negativa.
— ¿Mo quieres, pues?
Te quiero con locura.
— Mas, ¿quién eres, señora, quo en mi pecho
formas para el amor caliente nido?
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA SS1
VARIOS
FLOR IDEAL
Para Rosarito ACUENAAü
Yo conozco una flor de cuya esencia
mi corazón se embriaga á la distancia:
es una flor que tieno tu inocencia,
tu virginal pureza y tu fragancia.
TRES CONSEJOS
Al río fué á bañarse Juan Estopa
y en la orilla dejó toda su ropa,
Y apenas en el agua metió el cuero,
toda la ropa le llevó un ratero,
Si te bañas, lector, lomás sencillo
es (¿ue guardes la ropa en el bolsillo.
No
estaba vacunado Antonio Gamio
y mató cayendo de un andamio.
se
Estaba vacunado Antonio Inhiesta
y murió de repente en una fiesta.
Los dos casos, lector, dicen á una
que no fies del todo en la vacuna.
Salvador ALFONSO.
Buc-dos Airei.
GERMINAL
La vida estalla en erupción de amores,
y en las trémulas alas del insecto
el polen cruza por el aire infecto,
SUGESTIÓN
No me atrae tu rubia cabellera
radiante como un mágico tesoro,
que semeja un¡torronte despeñado
cayendo en profusión sobro tus hombros;
no me atraen tus labios palpitantes
donde anidan los besos rumorosos,
no me atraen tus férvidos abrazos,
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 335
CLAROBSCURO
El combate cesó. Y
en la llanura,
sangriento campo do tenaz batalla,
sólo el clamor del moribundo estalla
entre de la noche obscura.
el silencio
Surge de pronto en la riscosa altura
donde sembró el extrago la metralla,
un guerrero gentil, de enhiesta talla,
imponiendo en las sombras su figura.
Los ojos tiende al campo do polca,
su pecho oprime con crispada mano,
quiere avanzar y, exangüe, tambalea,
cae, vacilante se incorpora, aspira
y con supremo esfuerzo sobrehumano,
¡oh patria! exclama el paladín y expira.
Diego FERNANDEZ ESPIRO.
LaTlata.
FAENASO ARGENTINO.- 25
—
INTIMAS
Tuamor, tu necio amor de envanecida
brotó en mi corazón como un capullo;
como un áspid del fondo de una herida,
como un hálito enfermo de un arrullo.
Y yo tuve valor con alma adusta
para arrancarlo de mis ansias locas,
como se arranca el liquen que se incrusta
en el estéil seno de las rocas.
¿Por qué, si frágil tu capricho ha sido,
intentas reanimar mis sueiíos yertos?
¡Hay muertos que so arrojan al olvido,
Franctsco A. ItÍQ.
LariatA.
BOHEMIA
Es verdad...— Metafísico y artista,
cabalgando en mis suoños juveniles,
vagué un tiempo á través de los pensiles,
donde el mundo real no está á la vista.
Amé entonces— platónico optimista,
la mujer, perfección do alma y perfiles,
y esculpí sobro diáfanos marfiles
la visión de mi espíritu idealista.
Pero al irla á concluir, vi con tristeza
quo era huérfana de alma, y que en sus dones
un negro fondo había de impureza.
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 387
¡A ITALIA!
(EN CONMEMORACIÓN DEL 20 DE SEPTIEMBRE)
OCTAVA
Los pájaros, las brisas y las flores
anuncian que llegó la primavera,
el sol baña con tibios resplandores
los rizos de su rubia cabellera;
en el lecho nupcial de sus amores
palpita y ama la creación entera:
¡ay! ¡tan sólo mi vida es un desierto
en donde todo lo que canta ha muerto!
Leopoldo DÍAZ.
Tü LAGRIMA
Sobre la blanca corola
do perfumado jazmín,
una perla transparente
sorprendí.
388 *X PARNASO ARGENTINO
Y supuse, cu mi embeleso,
en mi ternura, feliz,
ser la lágrima doliente
que derramaste por mi.
Luis MARTÍNEZ MARCOS.
SaDta Fo.
ROSAS
Consumen á las vosas escarlata
las caricias do Febo,
como a la íresca rosa do tu boca
el voraao inclemente de mis besos.
José M. QUEVEDO
La Piala
LOS HÉROES
Por sanguinario ardor estremecido
sintiendo do su saña el acicate,
SONETO
DEL NATURAL
Para ArEi.ss Mi»STnn3
Desfalleco la tarde: enrojecido
el austro diurno al horizonte rueda,
mueren los ecos de la selva y queda
como la selva sin rumor el nido.
La sombra avanza, y su crespón, tendido
como impalpable túnica de seda,
parece que en los árboles se enreda
y acalla de los céfiroB el ruido.
antología de poetas del plata 689
SARMIENTO
Como Aquiles, nació en abrupto monte;
como UlÍ6es, domó mil tempestades;
tuvo el patriotismo de Milciades
y la pluma inmortal de Jenofonte.
Victoriano E. MONTES
Buenos Aires
CONFIDENCIA
No extrañes que en el atrio do la iglesia
se refugien los pobres, bija mia:
¡la Cruz es el bogar hospitalario
EL CLARÍN DE MAYO
Aun vibran del clarin las tempestades,
bus notas más que notas son ideas...
Al eco de esa voz se alzó la patria
como el noble titán de la le3'enda.
IDILIO DE ULTRA-TUMBA
Abrazados en la fosa están dos muertos
con sus ojos de un gris pálido entreabiertos.
Por sus labios, cual libélula indecisa,
so detiene vagabunda la sonrisa.
MUERTA
Fué una noche do bárbaros martirios
cuando mis ojos la miraron muerta,
acostada en la caja descubierta
á la luz tremulante de los cirios.
BION Y LA NINFA
Fué en la profunda noche del boscaje,
cabo el raudal que bajo el palio agreste
se quiebra en los cristales de la linfa,
donde, desnuda de su blanca veste,
el barco griego sorprendió á la ninfa.
La luna se levanta
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PT.ATA 39^
II
— ¡Franceses exclamó: — muero inocente!
¡Vana protesta! Un sordo vocerío
por la plaza se eleva de repente
y os preciso que ceda el hado impío.
Sobre el tronco fatal baja doliente
la cabeza con acto humilde y pío,
EL POEMA DE LA MAÑANA
Poco á poco, la luz on el oriente
con una vaga claridad dudosa
fué rasgando, cobarde y temblorosa,
la gasa ennegrecida del ambiente.
La azulada extensión del cielo riento
tifióse al punto de topacio y rosa,
EL COMBATE
I
Cual pasmosos jinetes que tuvieran
por corceles las olas
y en fantástica marcha recorrieran
tierras de maldición, frías y solas,
con el ala tendida, empenachados
con el cálido aliento do sus senos
van los acorazados
forjando rayos é incuvando truenos,
Se avistan, se estremecen,
y plegando las alas,
la atmósfera obscurecen
con millares de bombas y de balas.
Relámpagos de muerte se levantan
do las torres blindadas;
y negras y agitadas
la entrañas marinas se dilatan
al empujo de quillas aceradas.
•
»
n
En las olas que corren desbocadas
á refugiarse en la espantada tierra
van cabezas tronchadas,
brazos y bustos que esparció la guerra;
mientra en arcos de triunfo, que un exceso
do locura cincela,
va escribiendo el progreso
una historia que hiela!
Bárbara, ley quo en nombre del delirio
instituyes la muerte,
yo, en nombre del horror y del martirio,
maldigo la sanción que te hace fuerte.
M. BAHAMONDE.
Buenos Aires.
MIRABEAU
Sublime tempestad de su elocuencia
preñadada do relámpagos y truenos,
393 EL PARNASO ARGENTINO
resplandecía en los profundos senos
del corazón del hombre y su conciencia.
Carro de centellante refulgencia,
que tiraban hipógrifos sin frenos,
tal era la tribuna con los llenos
extentóreos rugidos de su afluencia.
Hasta el trono de gloria en que su planta
dejó estampado su inmortal vestigio,
asombrada mi musa se levanta;
que contempla en la sien do tal prodigio,
cuya grandeza al Universo espanta,
vuelto lauro imperial el gorro frigio.
F. MOKALES,
Buenos Aires.
RAFAEL OBLIGAD©
LA MUERTE DEL PAYADOR
Bajo el ombú corpulonto, moviendo apenas la planta.
de las tórtolas amado, Una morocha, que encanta
porque su nido ha labrado por su airo suelto y travieso,
allí al amparo del viento; causa eléctrico embeleso,
en amplísimo asiento
el porque, gentil y bizarra,
que la raíz desparrama so aproxima á la guitarra,
donde en las siestas la llama y en las cuerdas pone un beso.
de nuestro sol no se allega, Turba entonces el sagrado
dormido está Santos Vega, silencio quo á Vega cerca,
aquel de la larga fama. un jineto que so acerca
En los ramajes vecinos á la carrera lanzado;
ha coleado, silenciosa, roturaba el desierto hollado
la guitarra melodiosa por el casco volador,
do los cantos argentinos. y aunquo clgrupo,onsucstupof,
Al pasar los campesinos, contenerle pretendía,
ante Vega so detienen; llega, salta, lo desvía,
en silencio so convienen y sacude al payador.
á guardarlo allí dormido; No bien sombrío
el rostro
y dijo: — «Entren los que están más dulces quo aquellas horas.
no tengo ningún amigo, Al dar Vega fin al canto,
pero, al fin, para testigo ya una triste noche obscura
lo mismo es Pedro quo Juan.» desplegaba en la llanura
Alzó Vega la alta frente, las tinieblas de sumanto.
y le contemplo un instante, Juan sin Ropa se alzó, en tanto
ensoñando en el semblante bajo el árbol se empinó,
cierto hastío indiferente. un verde gajo tocó,
— «Por fin — dijo fríamente y tembló la muchedumbre,
el recién llegado, —
estamos porque, echando roja lumbre,
juntos los dos, y encontramos aquel gajo se inflamó.
la ocasión, quo estos provocan, Chispearon sus miradas,
de saber cómo se chocan y torciendo el talle esbelto,
las canciones que cantamos.» fué á sentarse, medio envuelto
Así diciendo, enseñó por las rojas llamaradas.
una guitarra en sus manos, ¡Oh, qué voces levantadas
y en los raigones cercanos las que entonces se escucharon'
preludiando se sentó. ¡Cuántos ecos despertaron
Vega entonces sonrió, en la Pampa misteriosa,
y al volverse al instrumento, á esa música grandiosa
la morocha hasta su asiento que los vientos se llevaron!
ya su guitarra traía, Era aquelia esa canción
con un gesto que decía: que en el alma sólo vibra,
«La hebesadohace un momento.» modulada en cada fibra
Juan sin liopa (so llamaba secreta del corazón,
Juan sin Ropa el forastero) el orgullo, la ambición,
comenzó por un ligero los más íntimos anhelos,
dulce acorde quo encantaba, los desmayos y los vuelos
y con voz que modulaba del espíritu genial,
blandamente los sonidos, que va, en pos del ideal,
cantó tristes nunca oidos, como el cóndor á los cielos.
cantó cielos no escuchados, En el grito poderoso
que llevaban, derramados, del progreso, dado al viento,
la embriaguez á los sentidos. el solemne llamamiento
Santos Vega oyó suspenso al combate más glorioso.
al cantor; y toda inquieta, Era, en medio del reposo
sintió su alma de poeta de la pampa ayer dormida,
como un aleteo inmenso-. la visión ennoblecida
Luego, en un preludio intenso, del trabajo, antes no honrado:
hirió las cuerdas s moras, la promesa del arado
y cantó de las auroras que abre cauces ala vida.
y las tardes pampeanas, Como en mágico espejismo,
endechas amorioanas al compás de oso concierto,
398 EL PARNASO ARGENTINO
embravecida la mar.
III Parece quo el Dios del ciclo
— Vea los pingos... so amostraso retobao,
¡Ah, hijitos! al mirar tanto pocao
son dos iletcs soberanos. como so ve en esto suelo.
— ¡Como sijucran hermanos Y es cosa de bendecir
bebiendo el agua juntitos! cuando el Señor la serena,
— ¿Sabe quo es linda la mar! sobre ancha cama de arena
— La viorade mañanita obligándola á dormir.
cuando á gatas la puntita Y es muy lindo vor nadand
del sol comienza á asomar! h flor do agua algún pescao:
en el bailo no ha alcanzao
Si — Pues vamonos del tirón.
el poderla arrocinar, —
Aunque ando medio dolgao,
deje, le hemos de buscar don Pollo, no lo permito
la güclta por otro lao. que me merme ni un chiquito
Y
mañana, á más tardar, del cuento que ha comenzao.
gozará de sus amores, — Pues entonces, allá va:
que á otras, mil veces mejores, Otra vez el lienzo alzaron
las he visto cabres liar.» y ha.sla mis ojos dudaron,
¡Balsa, general! gritó lo quo vi... ¡barbaridá!
el bastonero mamao: ,Qué quinta! ¡Virgen bendita!
pero en esto el cortinao ¡viera, amigaso. el jar Un!
por segunda vez cayó. Allí se vía el jazmín,
A rmemoB un cigarrillo el clavel, la margarita,
si lo parece... El toronjil. Ja rofcama
- ¡Pues no! y hasta estatuas, compañero,
- Tomo el naco, piqueló, al ¡no de osa era un chiquoro
usted tiene mi cuchillo. la quinta do don Lczania.
Entre lautas maravillas
IV que allí había, y medio á un lao
— Ya se me quiere causar habían edifieao
el flote do mi relato... tina preciosa casilla.
— Priéndalo guasca otro rato: Allí la rubia vivía
recién comienza á sudar. entre las (lores como ella,
- No se apure: aguárdese; allí brillaba esa estrella
¿cómo anda el frasco? que el pobre Dotor seguía.
ANTOLOGÍA de POETAS DEL PLATA 409
GOBIERNO GAUCHO
,\ Í.A SALUD DEL APARCERO UILARÍON MEDRANO
FLORENCIO IRIARTE
SANTOS VEGA
El sol llegaba a su ocaso, El resplandor vespertino
cuando el desierto pampeano enervábase; entro tanto
iba cruzando un paisano tondía la noche el manto
llevando el corcel al paso; sobre el páramo argontiiu»;
la manta onvuclta en el brazo 6¡guió el gaucho su camino
izquierdo, ol gaucho llevaba, sin rumbo ai derrotero,
el fuerte vionto azotaba pero ai rato el parejero
bu ronegrida melena, so paró en una lomada,
y on su mirada, su pena delante una cruz, ladeada
intonsa so reflejaba. por la lluvia y ol pampero.
Con la cabeza inclinada, Y después do estar parado
iba aquel amoricano, el corcel un rato largo,
que en la llanura
so perdió »on que el gatuno Santos Yoga
con el susurro del viento. «vaya á ocupar una tumba!»
«Padres a los quo he perdido Así acabo el trovador;
«para siempro en este mundo, y al terminar, su instrumonto
«mi dolor es tan profundo, lanzó un sensible lamento
«que maldigo babor nacido. quo conmovió al payador.
«Todo el llano be recorrido De la aurora el resplandor
«regándolo con mi llanto, clareó la ramada umbría,
»y á pesar do sufrir tanto, y al huir la noche sombría
»el padecer no me deja: ante esa luz mortecina,
«;ay!mi dolor se refleja también huyó la neblina
«en este mi triste canto. quo á la campaña cubría.
«Mis ilusiones queridas, Una que otra ave canora
»cual las hojas do una flor, de los campos argentinos,
«con los golpes del dolor con sus gorjeos y trinos
«cayeron desvanecidas; saludaron á la aurora;
«las penas por mí sufridas mientras tanto Yega quo ora
»mo han dejado casi inerte, sobre esa tumba querida,
«¡cruel sarcasmo do la suerte! se alza y como despedida
«tener lacerada el alma, un beso en la cruz estampa;
PBELUDIANDO
Aqui me pongo á cantar sin ladiarme de la güella,
refrescando la memoria, y casi siempre so estrella
pa rilatarto mi historia el saber con mi experencia.
y todo quo he rodao;
lo Aunque es mucha mi inoran-
porquo más güeltas ho dao I
cia
quo una muía en una noria. si hallo alguno que mo cante,
En mi vieja compañera no me lleva por delante,
á mi inspiración doy güelo, porque soy duro y no cejo
con el canto me consuelo y al fin de cuentas lo dejo
y hace más dulce la yol, con más suavidad que guanto.
calmándome como aquél Yo les doy la delantera
que eleva su rezo al ciclo. y jamás en punta corro,
Jamás á naides provoco, pues al final mo descorro
les va mal á los que retan, como soga on la rondana;
ansina quo no se motan, soy blando como badana,
quedensen con el antojo; pero más listo quo zorro.
porque yo soy como abrojo; Cuzco que ladra no muerdo,
pincho, poro si me apretan. dice un refrán quo ricuerdo,
Por más que me baga un ovillo pero aunque soy medio lerdo
no me ban de poner bozal, y á ningún paisano busco,
pues los versas aunque mal no soy lo mesrao que cuzco,
me salen si c:. deseo ardo, porque cuando ladro muerdo.
como las flores del cardo, Como nunca juí á la escuela
al paso de un vendaval. no extrañarán mi rudeza,
A
mi no me asusta un güeno era mucha mi pobreza
porque muy güeno mo creo, y de todo lo quo sé,
en el canto me floreo la única maistra juó
y mi lengua no se engancha; la madre Naturaleza.
hago güeña toda cancha Naides pida cosas bellas
pa hacerle gusto al deseo. al hombro quo no ha estudiao;
Z^o crea de quo 'sto digo hay que sor considerao,
confiao en la Providencia; los gauchos no con dotores,
sé castigar con pacencia y eso es como pedir flores
ANTOLOGÍA DE POETAS DEL PLATA 423
¡UN BESO!
En mi vida acidentada de que yo mo enamoré
ha do ver que mis condenas, de la hija de un haceudao;
como argollas do cadenas pero amigo jué un pecao
de una á una se han juntao, porque era rica y la amé!
porque todo mi pasao Ella rica vino al mundo
es largo trenzao de penas. enguelta en pañal dorao,
Pero pacencia ¡qué Cristo! mientras yo desheredao,
nuestro destino ansi es, por pañal sólo he tenido
todo nos sale al revés un jergón descolorido
y en cualesquier entrevero, ó un rebozo apolillao.
como tiento de otro apero Miserias que el mundo guarda
lo anda el alcaldo ó el juez. otra es nuestra condición,
Hasta que la muerto venga y parece maldición,
ansi seguiré cabal, ai gaucho el dolor alcanza
salga bien ó salga mal y ande nace una esperanza,
al peligro desafío; deja muerta una ilusión!
si estoy alegre me río, • * • i •
cuanto mo divisó,
En ala liberta perdida.
con acento soberano >;Conque no es raro que clame
mo dijo: «¿qué tal, paisano?» si á mi corazón lo inflaman,
AUSENCIA
Me amó con eso cariño crén muchos ¡barbaridá!
que nace del corazón; que haco feliz el dinero,
jué la primera pasión cuando la plata, aparcero,
do su alma virgen y hermosa, no hace la felicidá.
amor que va hasta la fosa Es un orgullo infundao
ayuntao con la ilusión. asigún lo he comprendido,
Tamién yo con gran locura porque al morir he sabido
dentré á quererla y amar, de que vamos ios humanos,
y se iba á secar el mar, convertidos en gusanos
y se iba á cabar el mundo, á la tumba del olvido.
antes quo mi amor profundo Pero eso ellos no lo entienden
¡lo juese tiempo á borrar!
el no aprecian á gauchos liales;
Siempre que vía á mi amada tanto tienes tanto vales,
hacíamos planes risueños, y por eso, á mi entender,
pero al cuete son empeños, la avaricia suele ser
si la suerte se encapricha, á veces juente de malos.
la escoba de la desdicha Hay hombros que con sus hija3
barre todos nuestros sueños. sin escrúpulos trafican
El padre supo que á su hija y, amigo, las sacrifican,
le andaba arrastrando el ala, sin gücltas igual quo á res,
y oliendo la cosa mala, porque ellos sin interés
pensó hacerse el muy mañero, ¡amor, ni nada se explican!
pero el torito más boro Por más quo un rudo estas
se topa con quien lo piala. | cosas
A más todita esa gente no las deba discutir,
aunquo la plata les sobre, yo siempre lo he do decir
siva quien no tione un cobro y que aguante el que le duela,
y se prenda do sus hijas, habla un gaucho sin escuela,
me le apretan Jas clavijas, pero quo sabe sentir.
porque es un crimen ser pobre. En fin. cuando supo el padro
Claro, si son de inorantes se quedó muy descontento,
que 's una calamidá, y al ver con gran sentimiento
428 EL PARNASO ARGENTINO
que no rae hacía desaires,
ella y la via retratada
la mandó pa Güenos Aires en la agua de la laguna.
v la encerró en un convento... Entre cerrábalos ojos
y la vía candorosa,
¡Caray! si no me equivoco, que venía cariñosa,
hay un refrán, aparcero á concluir con mis enojos.
que dice, y es verdadero, Y, aparcero, cosa rara,
que lo güeno dura poco. lo que 's soñar con amores!
Pero se debe aguantar sicontemplaba á las flores
con resinación la mecha, en ellas via su cara.
cuando la suerte contrahecha Cuando el pampero lloraba
á un pobro quiere amolar. y entre mi pelo gemía,
Porque contra olla es el ñudo, patente me parecía
no hay ninguno que so atreva; que era ella que me llamaba.
se priende, como en la cueva Al apuntar la alborada
suele prenderse el peludo. ó al asomar do la aurora,
Y hay que dejarla que bale, su imagen encantadora
pues la dicha á ciencia cierta, vía en el cielo estampiada.
se dentra por una puerta, Y en esas horas de calma
pero por la otra se sale. quo con la dicha se ensueña,
Y aunque el hombre va detrás la vía linda y risueña,
por ver si al linal la atrapa, on el espejo de mi alma.
todo es al botón, escapa, Calculo cómo estaría
y no la alcanza jamás. con lo quo á mí me pasaba,
Ansina que si uno espera, lejos... muy lejos... estaba
bien fresco puede aguardar, y cerca siempre la vía!
que 's lo mesmo que 'aperar Cuando ya me convencí,
quo lo dó ñor una higuera. con dolor fiero... projundo,
Aquí, amigo, y no es extraño que viva estaba pal mundo
conocí yo el mal de amor, poro muerta para mí.
pues comenzó mi dolor Maldccí mi negra suerte,
con mi primer desengaño. detesté mi amarga vida,
Y aunque juntaba paciencia y ante esa ilusión perdida
las tristezas mo rodiaban, llamé mil veces la muerte.
y el corazón me rajaban Hasta quo un día temprano,
las espinas do la ausencia. mis cositas arregló
Miraba pa la loma,
allá y mi pago abandonó
por la esperanza cuartiao on mi fleto soborano.
y ¡canejo! ilusionao
con rumbo al desierto,
Salí
¡MUERTA!
Después de andar varios años jué el último que le di.
en gambetiando,
las plantas Cuando estaba en lo más dulcí
los murciélagos jugando de mi sueño, me dispierto,
presagiaban algo malo, y al ver de que no era cierto
y hasta vide sobre un palo jué inmenso mi desencanto,
una lechuza chillando. y entre lágrimas y llanto
Tamién una mariposa me convencí que habías muerto_
muy grande, negra y bien rara, ¿Pero esto no será un sueño?
como si algo me anunciara, ¡Ay! no, te veo y te siento,
por el lao mío pasó mas hasta en este momento
y apenita me rozó tengo (bien lo he comprendido)
con sus dos alas la cara... el corazón oprimido
Mi voz conoció mi prenda, por un cruel pan Sarniento.
porque en seguida salió, Sospecho que mi alegría
y,amigo, en cuanto me vio no será muy duradera,
exclamó, de estupor llena: porque temo, Dios no quiera,
— ¡Dios! ¡es él ó su alma en pena! que caigan entre congojas
y á santiguarse empezó. mis ilusiones, como hojas
Yo me le arrima sonriendo ante la brisa ligera.
y le dije despacito: ¡Pobre!... feliz so creía
— Soy tu Rosendo, angelito, y aunque satisfecha estaba
que dispués de larga ausencia, sin saber por qué temblaba,
cái sombrío á la querencia mucha era su agitación;
como á la mente el delito. ¡ah!pero su corazón
— Es su voz, dijo llorando. ¡Dios mío! no la engañaba.
Es él, estoy cierta. - Sí: ¿Por qué Ser onipotente
soy el mesmo respondí; — — que todo sabes prever,
pero lloras ¿por qué es eso? — no me hiciste atrás volver
y en su frente puse un beso: con tu talento infinito?
430 EL PARNASO ARGENTINO
¡Pero no! ya estaba escrito brilló mi alfajor criollazo.
y debía suceder. Pero quedé haciendo cruces,
Noche fatal, noche negra al comprender allí mismo
AMISTAD
Cuando la suerte atropella, con esposas y engrillao
tunca quobrallona
aíioja. lo fletan pa lafrontora.
,os castiga y no perdona; Y nosotros pa evitarlo,
usina que, amigo, al juirmo, andamos siempre juyendo,
.entraron á perseguirme penas sin nombre sufriendo
••orno á langosta saltona. entre llantos y miserias
¡Pobre del que se disgracia! y hay ocasiones, tan serias,
lala comida lo espera, en que uno vive muriondo.
o tratan como una fiera Dendo ese dia fatal
ri llega ú eor pescao, me vido yo por3oguldoJ
/•'/¿.Y. //.///...
PARNASO ARGENTINO. — 28
434 EL PARNASO ARGENTINO
libro su pingo dejando, «Tan sólo brilla en mi ciclo
y se allegó suspirando »la estrella de la venganza,
al pie de un onibú frondoso; »la aurora de mi esperanza
y excitado y anheloso, »el desengaño nubló
con vehemencia extraordinaria, »y en el jardín de mi vida
ante una cruz solitaria »no brotara ningún dia,
quo el ombú. lo daba sombra, »la rosa de mi alegría,
hincao en la verde alfombra »que la pena deshojó...»
rezó ardiente una plegaria. Terminó su amargo canto
Después, aunque con tristeza, con la más honda aflicción,
trató do calmar su pena y encima del diapasón
y sacudió la melena vertió silencioso llanto,
con indomable fiereza: dejó la guitarra en tanto
descolgó con ligereza las lágrimas se secaba,
de su espada el instrumento, y al ver la cruz que allí estaba,
AMOR Y CELOS
(Contreras)
EL MALÓN
Al fin de tanto rodar que de á poco se agrandaba:
caímos á una pucblación; ora porque ya llegaba
todo era preparación la salvajada matrera.
entro el alegre gauchaje, Unos armaban ol lazo,
CUEKPIANDO
¡Indios bárbaros y fieros! á un pajonal pantanoso,
Ganosos, sigún presumo, pero entró el indiaje ansioso,
so nos venían al humo de bravura haciendo alarde,
alborotaos como teros; pues como todo cobardo
pero si á los pajareros es traidor
y rencoroso.
un poquito sofrenábamos Ansina son esos flojos:
y al montón les apuntábamos, aprovechan la ocasión,
á los pingos sujetaban: y á veceses al botón
sabían cómo roncaban querer dueblar sus antojos;
los trabucos que llevábamos. si so les saltan los ojos
Unas veces, seis ó siete do ganas y se entonan,
nos atropellaban juntos, ni á sus madres las perdonan;
pero al tomarles los punto3 su pasión os la matanza
enorquetaban el fíele y en esa sed de venganza
y ay mesmo el indio giuoto, sus presas nunca abandonan.
igualito que- tortuga, Si nos alcanzan, dejuro
escondía la firnga que sin asco nos lancean,
quedándose cada cual, pues los indios no se apean
más pegao en el bagual si comienzan ádav duro;
FATALIDAD
Iba la tardo cayendo, ando al verlos los hijitos
el soldo rojo baiíao, los picos, chillando, abrían;
como un poncho ensangrentao las lagartijas corrían
so iba do á poco escondiendo; á sus cuevas apuradas
la noche venía tendiendo y en las lagunas platiada^
bu enlutada y triste taima el pato alzaba el volido,
/ el campo cngüelto en la calma, haciendo el extraño ruido
so tornó oscuro y doliente, do las enaguas planchadas.
comparado solamente Los baguales relinchaban
con la Bolada de mi alma. y á las quorencias volvían,
Los pintaos pájaros juían los gueyes mansos mugían
rumbiando pa sus niditos, y las ovejas balaban.
antología de poetas del plata 445
ganaban
Jas perdices se — Pa llegar, que mi sangro arde—
en yuyos del potrero.
los y me contestó:— Ya es tarde,
Y llorisquiando el pampero, os inútil, ¡moriré!
disparramaba en el llano Fué en eso que la viajora
el canto dulco y liviano luna, á la noche alumbró
del pintoresco boyero. y á mi hermano vide yo
Por fin. el día juyó, blanco... más blanco que cera;
como flor que cierra el brocho seguimos á la carrera
y con sus sombras la noche y al fin al rancho llegamos,
á nuestra pampa enlutó, nuestros pingos sujetamos,
todo en silencio quedó llamé, una prenda salió
llegando solo, perdido, y á Serapio entre ella y yo,
ose misterioso ruido moribundo lo bajarnos.
que al campo do pena inunda, Sobre un recao lo tendí
como es la queja profunda y cuando á mi hermano vio,
de un serquedel mundo hajuido. entre dientes murmuró
El cielo estaba bordao algo que no le entendí,
por un sin fin de estrellitas, y depués fuera de sí,
HILARIO flSeHSUBI
SANTOS VEGA EL PAYADOR
FRAGMENTO
á la sombra do una higuera.
Cuando era al sur cosa extra- porque un sol abrasador
I
ña, á esa hora so desplomaba,
por ala junto á la laguna tal quo la hacienda bramaba
que llaman do la Espadaña, y juyondo del calor
poder encontrar alguna, entro un fachinal estaba.
Pulpería do campaña, Ansi, la Pampa y el monto
como caso sucodido, á la hora del medio día
y muy cierto do una vez. un disierto parecía;
cuenta un fluiré cordobés pues del uno al otro horizonlo
en un proceso imprimido ni un pajarito so vía.
que, el día do San Andrés, Pues tan quemante era elvicn-
casualmente se toparon, | to
al llegar á una tapera quo del naciente soplaba,
dofl paisanos quo se apiaron que el pasto verde tostaba;
itmtos, y desensillaron y en aquel mesmo momento
antología de poetas del plata 447
UN CANTO DE CONTRAPUNTO
. VIDALITAS^
Ven, gn larra mía,
i sin causa patente,
^ndalita, vidalita,
dulce com pañera, me ha herido en el alma.
que á llorar me ayudas,
vidalita,
Mi rancho vacío,
vidalita,
las penas más negras.
sepulcro parece,
Ven á mí an momento, desde en él, mi china,
vidalita, vidalita,
Decidme pastores,
No hay rama en el campo, vidalita,
vidalita, donde la hallaré,
^ue florida esté, sin lo que es mi vida,
Lodas son desdichas, vidalita,
vidalita, ya no viviré.
Jesdo que él se fué.
Palomita mía,
En el campo mora,
vidalita,
vidalita,
mora la torcaz,
eleva tu vuelo,
porque vive errante,
y á ese cruel ingrato,
vidalita,
vidalita,
en la soledad.
dile que me muero.
Ya no hay más remedio, Y el manso arroyuelo,
vidalita, vidalita,
quo sufrir la carga, que su espojo fué,
aguantando el poso, cegado do penas,
vidalita, vidalita,
de nuestra desgracia. dejó do correr.
OLOGXA DE POETAS DEL PLATA 459
DÉCIMAS ESTILOS
Decile que eso gauchito En otro tiempo el paisano
que monta el potro y lo doma, era el rey de la campaña
el que corre por la loma, y sus hechos y su saña
y duerme en cualquier bajito premió el antiguo tirano.
el que luchó bravo al grito Decir: soy Americano,
do libertar la nación, era el sello más divino;
el que á golpes de facón nos sonreía otro destino
compró el derecho á su cuero y nos cubría otra palma
os más hombre que el pueblero, y había dentro del alma
ha nacido más varón. el espíritu Argentino.
HUEYA
De favores de dama
nunca blasones,
porque serás indino
de sus favores.
A la hueya hueya
dame las manos,
como se dan la pluma
los escribanos.
460 BL PARNASO ARGENTINO
VARIAS COMPOSICIONES
LAMENTOS
Ha callado la cigarra y sólo canto dolor?
y comienza ol payador Porque el pajonal no existe,
á dar notas do dolor y ha perdido tu cantor
on la profunda guitarra la flor azul que le diste,
ENTRE CAMARADAS
—¡A quién veo!
— Tené calma
que no tehabés engañao,
— ¿Sés el «Zurdo» ó mé chingao?
— Soy el mesmo, en cuerpo y alma.
— ;Que has pelechao, no pensaba!
Siun deputao pareces.
— Che «Mandinga», que querés.
se me ha dao güelta la taba
— Que'stás taita, por mi agüela!
Botines encharolaos,
pantalones ajustaos,
marrona, bobo y pamela;
si estás hecho un jai, che «Zurdo.»
— Así es, hay que ser ladino.
— De algún campesino
fijo
le enjaretaste el balurdo?
— ¡Nada de eso! Mira, hormano,
me enganché con una viuda.
— ¿Es vieja?
— Pero platuda...
— ¡Ah! «Zurdo», siempre vaquiano.
sos tigrero...
—¿Qué te has creído
que aunque uno ande de pañuelo,
entre esas de medio pelo,
no tiene rajos de léido?
— ¿Cómo te la campaniaste
pa que'l apunte llevara?
— Hermano, todo güey que ara.»
— Es claro ¿y cómo te armaste?
Contame si es de tu gusto
y la querés conversar.
— Güeno, te vi' a contar,
sí,
DESENGAÑO
¡A cuántas dije amor no me entendieron'
¡cuántas mujeres quise me engañaron!
¡por juguete, tal vez, mi amor tomaron,
y conmigo y mi amor se divirtieron!
¡Qué mucho, pues, si de mi amor rieron,
si ninguna creencia me dejaron,
EL PARIA
A mi apreciado
amigo
Ernesto Zembohai
Huyó la luna con pena
sin dejar rastro ni huella,
quedando una que otra estrella
como una blanca azucena;
la brisa suave y serena,
murmurando sus amores,
iba besando las flores
que á 6u paso se inclinaban
y orgullosas ostentaban
sus matizados colores.
recamado do armonías.,..
Florencio IRIAllTi:
FÁBULA
— Creedme, por BelcebA,
todo, todo me va mal.
— No te lamentes, Pasfual,
hay quien sufre más que tú.
— ¡Bah! dificulto, José,
que me puedan superar.
— Atiendo, te he de contar
una fábula quo sé.
Gimiendo so lamentaba
un caballo ci rto dia,
porque en conciencia creía
de que mucho trabajaba.
Un asno que ello le oyó
díjole con triste acento:
— ¡Ah! lo que es ser descontentol
Necio... más trabajo yo.
Pues, Josó, en cuestión de ponas
antología db poetas del plata 463
METÁFORA
k E...
Eres la Musa que mi verso inspira,
eres la Ninfa que engendró mi anhelo,
eres origen de mi triste lira,
eres aquella que me eleva al cielo;
PARNASO argenxiho.--SO
' '
EN LA ARGENTINA
A misión os llama
Largo
fUk
(Coro flSftP j= J j- Pft
mr-*—"-*
f
«—"
I
—~ ~
>
TE^*"
- • d
das o - • ve • -
• • j& s .
vne - - • stra nar • • • na
'»ir
— 1 ">.' 1
1, rA.,.;*:!
1
dul - -ce a i
m
-
• ma -da prcti
m di - ri - ge
1.' :;."
Coro
] r
^
, irf
'
i b * a fj m b m i
H3E53 _ i . \ ii \
gen cia, per dÓD f ele mén cia ¡per dóü y dad?
p e
• - .. -
Largo
gitrofas
(¡a
r. --p j j
i r ~.^
i). C. ai Coro,
Coro
D. C. ai Cw<y
a
1. al padro más amado
Lloremos, pecadores, ¡oh hijo! vuélvete.
ftquínuestros pecados G.
a
ante la cruz postrados
Clama, infeliz; no ceses,
que nos ha de salvar.
a día y noche llorando;
2.
Ya escucho, Jesús mío, y siempre di temblando:
tu vo¿ consoladora,
mi suerte ¿cuál será?
tu amor conozo ahora,
onezco tu bondad. Hombres aletargados,
a
0. oíd cómo retumba
Acógeme á tus plantas; el eco de la tumba
ya do tu amor herido, debajo de los pies.
lloroso y afligido, 8.
a
ira •- vio
fcfüofjii
-& m j pp \ik M ) i
|l- s.
^^
P^
tf%==
oe gra io<;ra -fí tod?
- "
* tud
{D. C. al Coro
¿Qu én al mirarte examino
;
Gemid, duros peñascos,
pendiente de una cruz hondos valles, llorad,
por nuestras culpas víctima gemid, fuentes y rios,
expirar, buen Jesús, que va Dios á expirar.
de compasión y lástima, Gime tú, delincuente,
no siente el pecho herido, gime tú sin consuelo,
habiéndote ofendido que osaste al Dios del ciclo
con negra ingratitud? la mano levantar.
a
4.
Una amorosa lágrima Bañe tu sangre ardiente
vierto mi Salvador; mi helado Corazón,
tiende su vista lánguida y mi dureza ablanden
y mira con dolor. los ecos de tu amor;
Triste, confuso y trémulo, triunfaste, Jesús mío;
ya mis pecados lloro; tuya fué la victoria,
misericordia imploro tuya será la gloria,
con lágrimas de amor. mi dulce JRedentor.
DE MI!
iJoru J J i | JTTfcítQ B
íi! ,yo soy e) que os o fon
gytTTfitr7ft^E3^ B&%
luz ti'.v }ue el so» te -té e-cl.psndr¡Ay t^lce ama • do! jay dul cu a
feawfN m^m
ma • do el can riera yo j>oc/ tr, jay «luí ce a- ti¡
J
tf
D C al Coro
2.,'
a María Santísima
Afecto á
AL PIE DE LA CRUZ
(SE CANTA CON LA MISMA MÚSICA QUB WL xtTKHRO ANTERIOR)
Coro derramó
¡Yo, en la cruz de sub ojos triste llanto
pu¿e, Madre, á tu Jesús! y al pecho santo;
¡Ay! ¡perdón! pena horrenda desgarró.
a
yo rasgué tu corazón. 4
jOh mortal!
El Señor ¿Quién no gime? ¿Quién no llora?
de la cruz está colgado ¡Cuánto mal!
con dolor; Sin consuelo en esta hora,
firme está su Madre al lado cruel devora
del hijo amado, «le la madre el corazón.
a
recibiendo triste adiós. 5
2.
a
A
tus pies
Vio expirar ya lamento tu amargura,
en la cruz su prenda amada y ¿quién es
sin temblar; quiea te mira virgen pura,
pero su alma atribulada, eon alma pura
aguda espada sin morir de eom pasión?
sin piedad atravesó. 6a
3a _
Y'o pequé
Cuando vio y á la cruz subió el señor;
de Jesús duro quebranto, yo azoté
,
Pueblo reuporuk
Protestación de Pe
Largado
H
ArgerjtiDa.
qae3 • te g,n — to 31 em »
nti
c= pre se
r^
=— rá:
~J '
J •
I j
I =::::=
^
Vru '=. *= ja el i/> — fier =r- oo,, bra — — me, Sa — Uq
la
£=Q fe de Es- pa - na
j j 5 Eg
• de! Vi»- - ta
i), C. «í CW«
España República Argentina
BanderaalzadadeCristo enpos Bandera alzada de Cristo en pos
Castilla invicta siempre siguió; El Plata invicto siempre siguióí
y gran pujanza, sin par valor, y gran pujanza, sin par valor,
á los leales la fe inspiró. á los leales la fe inspiró.
Sanchos y Alfonsos y el bravo Cid De nuestra patria noble y leal,
con la morisma entran en lid, aqueste grito siempre será:
luchemos, dicen, hasta morir; ruja el infierno, brame Satán,
la fe triunfante debe salir. la fe del Plata no morirá.
EQUIVALENCIA
de algunas palabras gauchescas al idioma castellano
Chifle Botella de asta de buey
Alfajor Cuchillo.
Malevo, ó madero. . . . Bandido
Matreriando Escondiéndose cobardemente
Gauchando Errante
China. Mujer
Raicho Casa rústica.
Cimarrón Mate amargo
Churrasco Pedazo de carne asada
Apero Montura de ensillar del gaucho.
Zamaragullones Aves acuáticas del tamaño de los cuervos,
pero que vuelan muy poco.
Mirasoles. Aves de figura jorobada, que pasan el día mi-
rando al sol.
Chajá Pájaro que al cantar emite: ¡Yahá, yahá! que
en indio g-uazam quiere decir: Adelante
Es centinela, y cuando oye ruido, grita.
Ayjuna ¡Ay! hijo de una...
Estancia Hacienda.
Porteño De Buenos Aires.
Máquina Muchos, multitud.
Punta Gran cantidad, varios.
Rumbiaron Rumbo á.
Acacharpados Lujosamente.
Polleras Faldas.
Encuentro Entrepierna.
Votada Ocasión.
Medios Monedas de plata de cinco centavos.
Poncho Manta abierta por los brazos.
Moños Lazos y corbatas en forma de lazo.
Apedarse, ponerse en pedo. Emborracharse
Gamonal. . Rico señor.
Cabestriar Seguir por detrás,
Voraciar Derrochar dinero.
Tapera Casa de campo arruinada.
Payador Poeta que imprevisa.
Hacienda Conjunto de ganado vacuno.
Fachinal Pajonal alto.
Pulpería Casa de comercio en la campaña. Figón.
Pelo á pelo Andar en un sólo caballo.
Brngao Color de un caballo.
Flete Caballo ligero para el galope.
Redomón Caballo recién amansado.
Rabicano » con cerdas blancas á la raíz de la C A '°
Orejano Caballo sin marca.
Pingo (.'aballo de buena estampa.
Maniador. •
Correa larga para atar Jos caballos.
Mentao Renombrado.
Pago Pueblito, lugar. (Andaluz).
Parejero Caballo de de carreras.
Naco Resto de una cuerda de tabaco brasileño tor-
cida ó hebra.
ÍNDICE
Pag. Pag.
Medallón de poetas
Música popular Oda al paso de los Andes y victoria
Himno Nacional do Cbacabuco
Aviso de los editores 3 Himno en las fiestas Mayas
Juicio-Historia 5 Himno 4 la patria
Costumbres de la campaña 25 Canción k la memoria del doctor
Do Buenos Aires ,
28 don Mariano Moreno
VIÜKNTE LÓPEZ Canción patriótica
Himno Nacional ,
83 Canto encomiástico
FBAY CAYETANO J. BODEKU F./C Sonetos
Poema 36 A la victoria de Maipo
El sueño de Eulalia contado á FIoim :¡ít A una moza muy bablath a
Oda al augusto dia <ic la patria 4(í A una moza pintora
Oda al brigadier don Carlos M.* Al partir do Buenos Aires a Tucn-
do Alvear i9 man 6T-
A la ciudad de Buenos Aires 66 OLEGABIO V. ANDEADE
Ala memoria del doctor don Maria- Abrázame 2l1>
no Moreno 66 Al general Lavalle 211
Al rio de la Plata 67 Adán y E",a 21t
A Moldes 67 JOf E ETVEBA 1NDABTE
A los colorados 68 Melodías á Mayo , 21E
Canción encomiástica al general BAETÓLOME MITEE <
MAETIN COEONADO
A Montevideo 143 Los poetas 285
El Ombú 146 Las golondrinas 288
A Mayo ,
148 Décimas 288
JOSÉ MABIA CANTILO Siempreviva 28S
El 25 de Mavo 160 El cantar de los car. tires 291
CLAUDIO MAMERTO CUENCA C ALISTO OYUELA
A la jura de la Independencia 176 Melodía 295
FLOBENCIO BALCAECE El amor del Barquero 29S
La patria 179 Iris 297
El cigarro 180
PALEMÓN HUEEGO
,
GEBVASIO MÉNDEZ
Ell.°doMavo 183
Como los asesinos 300
JUAN CHASSAING Loco de amor 301
t A mi bandera 185
JUAN ANTONIO AEGERK'H
E1CAEDO GUTTEEBEZ
,
Huyamos al bosque 301
El misionero 186
ESTANISLAO DEL CAMPO
Las den almas 190
América 302
El gaucho 190
Tormento de verano 311
La victoria 192 Te adoro 311
Lázaro el payador 193 A la patria 312
Canto 194 MOISÉS NUMA CASTELLANOS
VENTUEA DE LA YEGA Canto secular 312
Imitación de los salmos 198 El milagro do las violetas 316
La agitación . , 201 Primavera 316
JOSÉ MAEMOL Dios *
321
AEosas 203 LUIS GAECÍ A
Melancolía 208 Aun... autor 32S
Incertidumbre 209 La vocación 322
Amor 210 La victoria 324
Los- trópicos 210 JUAN CEUZ Y ABEL A (sobrino)
San Marím en su secular» 32o LUIS MAET1NEZ MAECOS
Amor , , 326 Tu lágrima 38T
MAETIN GABCIA MESO!? ,
444
terminal 383 Fatalidad 444
J. O MOLINA MASSEY
campo
HILABIO AScASUBI
Al 381 Santos Vega Payador)
(el 446
EMILIO BEfiBISO
Sugestión 381 NEMESIO TBEJO
DIEGO FEBNANDEZESPLHO Un canto de contrapunto 455
Clarobscuro 384 Vidalitas 457
FEANOISCO A. EIÜ Décimas ó estilos 459
1 ii Limas 380
Hueya 459
OSCAE TIBEBIO Gato con relaciones
( 460
Bobomia 386 Composiciones varias
( 460
JOEGE A. BOEBO Canciones de las ModernasMisiones
i