Melgar Gomez Adriana Agrobiodiversidad PDF
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Quisqui, Huánuco
Noviembre, 2018
2
RESUMEN
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ....................................................................................................... 5
INTRODUCCIÓN
1
El Perú es considerado uno de los diez países megadiversos del mundo. Cuenta con una enorme diversidad
biológica, lo que incluye ecosistemas, especies y recursos genéticos (Comisión Nacional de Diversidad Biológica,
CONADIB).
[http://www.sernanp.gob.pe/documents/10181/88081/Peru-+Pais+Megadiverso.pdf/4f361370-434d-405f-986e-
2b4052219abf]
6
Es por ello que el objetivo de esta tesis es explorar cómo se practica y valora
la agrobiodiversidad desde los agricultores familiares del distrito de Quisqui, tomando
como gran marco contextual los nuevos procesos que caracterizan al escenario rural
contemporáneo. Para ello, planteo tres ejes centrales. Primero, analizo el contexto
general y los procesos que conllevaron a la implementación de intervenciones en pro
de la conservación de la agrobiodiversidad en el distrito y describo las características
del discurso técnico de los proyectos de conservación. Luego, presento las
estrategias que las familias agricultoras realizan en un contexto reconocido por su
vasta diversidad agrícola, y las analizo en función a las nuevas oportunidades que el
nuevo panorama rural ofrece. Finalmente, expongo las percepciones y valoraciones
locales que existen alrededor de la agrobiodiversidad y analizo qué tanto dialogan con
el discurso técnico del proyecto. El ubicar a las familias dentro de un contexto mayor
y cambiante permite trascender las miradas parciales de los proyectos que reducen
la agricultura familiar al ámbito de la conservación de la agrobiodiversidad y explorar
los nuevos objetivos y oportunidades a las que estas acceden.
2
Ver Anexo Nº 1.
7
3
Instituto Nacional de Estadística e Informática (2017).
8
4
Instituto del Desarrollo y Medio Ambiente.
9
El foco de atención en la tercera parte son las estrategias y prácticas que las
familias desarrollan. Para ello, presento una breve caracterización de la agricultura
familiar en el distrito, lo que incluye la descripción de las prácticas agrícolas y los
principales problemas a los que se enfrentan los pequeños agricultores. A partir de
ello, realizo un balance sobre la diversidad estrategias (campesinas y no campesinas)
de las familias rurales. En el cuarto capítulo me enfoco en el tema de las narrativas y
valoraciones que se generan alrededor de la agrobiodiversidad. De esta manera,
contrasto los discursos locales con los técnicos y presento los límites del discurso de
la conversación. Por último, las conclusiones hacen un balance de los principales ejes
temáticos y concluyo con una reflexión respecto a las vinculaciones entre la
conservación de la agrobiodiversidad, las prácticas de las familias y los cambios en
el escenario rural.
10
5
Término que incluye la diversidad de variedades cultivadas y no cultivadas.
11
6
A lo largo del texto utilizaré los términos agricultura biodiversa, recursos fitogenéticos, variedad de cultivos y
diversidad agrícola para referirme a lo mismo.
7
Traducción propia.
8
Traducción propia.
12
9
Propuesta que buscaba registrar las prácticas de las sociedades “primitivas” antes de que estas se extingan como
resultado de la expansión de la modernización (Diccionario de las Ciencias Sociales, 2002).
10
Lingüista y etnólogo estadounidense autor de “Tobacco among the Karuk Indians of California” (1932).
11
Disciplina que explora cómo la naturaleza es visualizada y clasificada por los distintos grupos humanos (La
Enciclopedia de Antropología, capítulo: Etnoecología, 2006).
13
Por otro lado, desde la ecología política y la economía rural se han realizado
investigaciones que se enfocan en las lógicas productivas de las familias campesinas
(Kervyn, 1987; Mayer, 2004; Figueroa, 1981; Fonseca, 1972). Estos estudios
posibilitan una mirada práctica y concreta del manejo de los recursos
medioambientales por parte de las poblaciones locales. Al centrarse en los aspectos
productivos, se alejan de las visiones estáticas y muchas veces románticas de
estudios previos que se enfocan, más bien, en los conocimientos locales. Si bien
ninguno de estos estudios aborda directamente el tema de la agrobiodiversidad como
tal, sino como diversidad de cultivos, son útiles en la medida que analizan el desarrollo
de un sistema agrícola en un territorio geográficamente accidentado como lo es el
espacio andino. Así, indagan en temas como la verticalidad, el barbecho sectorial y
14
los pisos ecológicos (Murra, 1975; Golte, 1980), la zona de producción y la diversidad
de cultivos (Mayer, 2004; Fonseca y Mayer, 1988) y la aversión al riesgo (Earls, 1991;
Figueroa, 1981).
Dentro de los estudios tradicionales, el primer gran tema que identifican integra
los estudios que comprenden la corriente de la (1) conservación de la
agrobiodiversidad, área que surge a partir de las advertencias científicas sobre los
peligros de la erosión genética12. Según Harlan y Martini (1936), en 1930 los primeros
científicos empezaron el proceso de recolección, conservación y crianza de materia
vegetal de diferentes partes del mundo (Hawkes, 1983). Como consecuencia de la
Revolución Verde, la pérdida y degradación de las variedades continuó y se
incrementó por los siguientes treinta años. Esta estimuló la industrialización de la
producción agrícola, introdujo nuevas tecnologías y reemplazó los cultivos
tradicionales por variedades modernas con el fin de aumentar la producción (Evenson
y Gollin, 2003), con lo cual reforzó la paulatina subutilización de los cultivos no
comerciales.
12
Término que hace referencia a la pérdida de diversidad biológica.
13
Método de conservación de los recursos genéticos fuera de sus hábitats naturales. Durante años se consideró la
forma ideal para conservar los cultivos (FAO, 1996).
15
14
Traducción propia.
15
Traducción propia.
16
16
Traducción propia.
17
Traducción propia.
17
argumenta que las decisiones de los agricultores respecto a qué cultivar no responden
únicamente a una lógica racional, sino también a recuerdos y valores culturales.
La última área que compone las trayectorias clásicas son los estudios de los
(4) huertos familiares o jardines de casa (homegardens). Desde la literatura
(Eyzaguirre y Linares, 2004; Cleveland y Soleri, 1987; Tapia y De la Torre, 1998),
estos han sido definidos como espacios socialmente construidos dentro de una
unidad familiar que son manejados por los miembros que la integran para asegurar la
subsistencia y la producción para la venta. Así, además de proveer diversas
18
Traducción propia.
18
Respecto al primer tema, existe una amplia gama de autores que se han
aproximado al fenómeno del cambio climático desde la antropología (Vedwan y
Rhoades, 2001; Orlove, 2005; Magistro y Roncoli, 2001). No obstante, a pesar de los
contantes llamados de atención respecto a los efectos de las alteraciones climáticas
sobre la diversidad agrícola, las investigaciones antropológicas son aún escasas. La
premisa que aboga por la producción de más estudios que vinculen ambos temas es
que la agrobiodiversidad es fundamental para la adaptación al cambio climático, pues
mientras mayor es la variedad de cultivos, más posibilidades existen de que alguno
de ellos sobreviva ante cualquier fenómeno climático. El rol de la antropología en
estos casos, estaría en trabajar con las poblaciones que manejan los cultivos, pues
se asume que los sistemas agrícolas tradicionales pueden proveer una diversidad de
respuestas de adaptación al cambio climático (Kotschi, 2007). Además, estudios que
conecten el cambio climático, la agrobiodiversidad y la antropología son importantes
debido a que se centran en casos particulares y se preocupan por entender la
variación climática a nivel comunitario, tomando en cuenta percepciones e
indicadores locales, lo que contribuye a complementar la información obtenida por los
estudios científicos a gran escala.
19
19
Traducción propia.
20
20
MAELA (Movimiento Agroecológico LatinoAmericano), CLADES (Consorcio LatinoAmericano de
Agroecología y Desarrollo), IFOAM (Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Ecológica).
21
Consolidada gracias a la creación de la Sociedad Científica LatinoAmericana de Agroecología (SOCLA).
22
CET (Centro de Educación y Tecnologías), Centro IDEAS, CIED (Centro de Investigación y Desarrollo).
21
Si bien estas son las grandes áreas en las que se catalogan los estudios,
existen una serie de discusiones teóricas que contribuyen al debate académico sobre
la agrobiodiversidad en las ciencias sociales. Por ejemplo, Acosta-Naranjo y
Rodríguez-Franco (2013), en un estudio realizado en Andalucía, analizan y discuten
la interacción entre los actores sociales, los sistemas expertos y las instituciones
alrededor del tema del manejo de la diversidad agrícola. Tomando como contexto el
paradigma de la Nueva Ruralidad en España, se enfocan en identificar los intereses
de los actores que interactúan alrededor de la agrobiodiversidad y sus estrategias en
cuanto a la recuperación de variedades locales en un contexto de redefinición de los
los territorios y espacios rurales.
23
Traducción propia.
22
del tema de la diversidad, donde las localidades que más riqueza agrícola poseen,
son las que más marginadas han estado históricamente.
En esta misma línea, Claverías y Quispe (2002) reflexionan sobre los procesos
históricos que influyeron en la reducción de los cultivos, haciendo énfasis en los
grandes cambios que vivió el país en la década del 90, específicamente en relación
al crecimiento económico. Al prestarle atención a aspectos políticos y económicos,
discuten la idea de atribuirle únicamente la responsabilidad de la erosión de
variedades a factores ambientales.
Agrobiodiversidad y productores
Por otro lado, los estudios que se enmarcan dentro del paradigma de la
conservación in situ se caracterizan por documentar el conocimiento y caracterizar
las prácticas y definiciones locales. Un ejemplo de esto son los estudios de
PRATEC24, que buscan incorporar la mirada de los campesinos. Uno de los trabajos
que se ha publicado en la serie Kawsay Mama (Madre Semilla) es el realizado por
Julio Valladolid, quien plantea un enfoque alternativo que denomina “ayllucéntrico”,
empleado para referirse a “la vivencia campesina y parte de sus saberes y secretos
de crianza, su organicidad comunitaria y, más ampliamente, de su cosmovisión”
(2003, p. 10).
24
Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas.
24
Agrobiodiversidad
25
Traducción propia.
27
26
Término que hace referencia a las variedades no domesticadas.
28
Agricultura Familiar
27
Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura.
29
“La agricultura familiar incluye todas las actividades agrícolas de base familiar
y está relacionada con varios ámbitos del desarrollo rural. La agricultura
familiar es una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera,
pastoril y acuícola gestionada y operada por una familia y que depende
principalmente de la mano de obra familiar, incluyendo tanto a mujeres como
a hombres” (AIAF, 2014).
28
Se refiere la multiplicación de actividades de subsistencia, producción y acumulación de las familias rurales,
experimentadas en el campo y otros espacios rurales latinoamericanos en las dos últimas décadas (Diez, 2014).
30
Dicho esto, “lo más importante para recordar es que la realidad de la agricultura
familiar es mucho más rica que los dos aspectos individuales que se usan más
comúnmente para describirla: que la familia es propietaria de la finca y que el trabajo
es realizado por los miembros de la familia” (Van der Ploeg en LEISA, 2014, p.6). Por
el contrario, se la debe pensar como una institución que maneja una lógica interna y
hace uso de los recursos que posee para adaptarse y producir en un entorno
capitalista que le es adverso.
29
El 21 de diciembre de 2011 la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la resolución 66/222
proclamó al 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF).
31
familiares y en términos de fincas y pequeñas parcelas estás son más de 500 millones
(COEECI, 2014).
Estrategias Familiares
30
Aprobada en el 2015.
31
No existe una traducción clara al español; no obstante, a grandes rasgos, se refiere a la seguridad y sostenibilidad
de las unidades familiares.
33
El enfoque que presentan propone tomar como punto de partida los activos o
capitales (naturales, físicos, humanos, financieros o sociales) que poseen las familias,
el acceso a recursos y medios de producción y las actividades que realizan en función
a las opciones y oportunidades que disponen. En cuanto al uso en del término
sostenibles, este busca resaltar la capacidad de las familias de mantenerse en el
tiempo. Así, una estrategia de vida se desagrega en un conjunto de diversas
actividades; es decir, prácticas concretas orientadas a un fin que tienen, por tanto, un
resultado directo (Scoones, 2009). El centrar la atención en lo que hacen las familias
facilita el análisis de las lógicas que subyacen a dichas acciones, tales como lógicas
de supervivencia, acumulación de activos o reducción de riesgos, procesos de
inserción al mercado o de superación de la pobreza, lógicas capitalistas o lógicas de
defensa o de elaboración de seguros frente a riesgos, entre otras (Diez, 2014).
32
Traducción propia.
34
No fue sino hasta mediados de los ochenta que estos grandes procesos
empezaron a incorporarse como una variable a considerar a la hora de estudiar los
contextos de los llamados países en vías de desarrollo; la globalización económica,
el crecimiento poblacional, el alcance de las nuevas tecnologías de transporte y
comunicación y la actividad comercial que dinamiza la movilidad entre espacios
rurales y urbanos son solo algunos de los factores que configuran el contexto externo
en el que se enmarcan las estrategias de las familias (Macías, 2013). En el caso
estudiado, por ejemplo, existe una estrecha relación entre el reciente crecimiento
económico y poblacional de la ciudad de Huánuco y las estrategias de migración de
las familias campesinas.
Balance
La región se caracteriza por poseer una geografía diversa y rica; de las ocho
regiones naturales que existen en el país, siete se encuentren en Huánuco. Posee
también una vasta riqueza en recursos naturales; destacan especialmente sus
recursos hídricos y forestales, además de un clima propicio para el desarrollo de la
actividad agrícola. Todo esto, además, le permite a la región contar con un fuerte
potencial de crecimiento económico. “En efecto, los diversos pisos ecológicos y su
clima benigno resultan aptos para el desarrollo de múltiples cultivos, desde frutales
tropicales en la zona oriental, hasta los típicamente andinos en la sierra” (Informe
BCR, 2015, p. 11).
frijoles. Las especies asociadas más significativas son: la kiwicha, calabaza, oca,
olluco, mashua, tomatera y chirimoya” (Ruiz, 2009, p. 46).
La comunidad de San Pedro de Cani cuenta con un rango altitudinal que oscila
entre los 2340 y los 3400 msnm. Está compuesta por 6 anexos33: el más cercano se
33
San Pablo de Lanjas, Limapampa, Santa Rosa de Shayag, San Antonio de Chonta, San Juan de Collota y
Libertad de Santa Ana.
40
encuentra a 30 minutos a pie y el más lejano a tres horas; no obstante, la mayor parte
de la población reside en la parte baja, es decir, en la misma comunidad. En esta
zona se encuentran concentrados el Centro de Salud, la escuela, la Municipalidad y
el polideportivo. Los anexos, en cambio, no cuentan con acceso a servicios básicos;
por ejemplo, carecen de alumbrado eléctrico y servicios de saneamiento.
Dada la carencia y distancia de los servicios básicos en las zonas más altas
de las comunidades, así como el incremento de la inseguridad y el abigeato, la
población que vive en los anexos y en zonas de altura, desde hace ya varios años,
abandonan sus casas y se establecen en la parte baja. Con esto, no solo cambia la
composición de las comunidades, sino que esta movilización tiene efectos directos
sobre las prácticas agrícolas. Por ejemplo, como consecuencia de este proceso, las
familias dejan de criar animales mayores, pues ya no cuentan con las grandes áreas
de pastoreo que proporcionaba la zona de altura. De esta manera, se produce un
43
34
El concepto de Nueva Ruralidad hace referencia a “la interrelación (múltiple) entre espacios urbanos y rurales
que supone y explica una serie de transformaciones del espacio rural” (Diez, 2014, p. 23).
44
35
Ver por ejemplo Rosset, 1997; Montecinos, 1997; Hobbelink, 1999.
45
Más allá de las causas específicas que ocasionan este fenómeno, la erosión
de variedades puede tener repercusiones nefastas para la agricultura y el futuro del
planeta. Según datos de la FAO (2017), de las 10.000 especies de plantas de las que
históricamente ha dependido la alimentación humana, hoy se producen y distribuyen
comercialmente aproximadamente 150. Inclusive, dentro de estas especies que se
comercializan, cada vez se utilizan menos variedades. “La erosión de estos recursos
priva a la humanidad de medios potenciales para adaptar la agricultura a las nuevas
condiciones socioeconómicas y ambientales […] Mantener y utilizar una amplia gama
de la diversidad, tanto la diversidad entre las especies como la diversidad genética
intraespecífica, significa, pues, mantener la capacidad de responder a los desafíos
del futuro” (FAO, 2016, p. 1).
36
Según la FAO, la seguridad alimentaria hace referencia a un estado en el que las personas gozan de acceso
permanente a los alimentos que necesitan para vivir de manera óptima y alcanzar un estado de bienestar general.
37
Según la FAO, hace referencia a un tipo de producción que satisfice las necesidades humanas y garantiza un
equilibrio entre la salud del medio ambiente, la equidad social y económica y la rentabilidad.
38
Entre ellas se encuentran el Centro de Educación y Tecnología (CET), el Centro IDEAS, el Centro de
Investigación, Educación y Desarrollo (CIED), el Instituto Mayor Campesino y la Fundación para la Aplicación
y Enseñanza de las Ciencias (FUNDAEC).
47
39
La Declaración sobre el medio ambiente y desarrollo se aprobó durante la Cumbre de Río de Janeiro en 1992.
Esta Declaración tiene como fin impulsar la responsabilidad de los Estados en la preservación del medio ambiente.
En esta misma línea, en 2010, se aprobó el Protocolo de Nagoya (Japón), el cual busca frenar la biopiratería al
regular el uso y acceso de los recursos genéticos.
48
técnicos que poseen. En otras palabras, el relato técnico de las intervenciones supone
una determinada manera de conceptualizar y relacionarse con la agrobiodiversidad.
En esta aproximación, la separación dicotómica entre el conocimiento experto y el
conocimiento local es central dentro del discurso.
40
Decreto Legislativo 613, año 1990.
41
Creada originalmente mediante el Decreto Supremo 022-93-AG, año 1993.
52
En este contexto en el que el tema ambiental se abría paso dentro del terreno
político es que se crea, en 1994, el Consejo Nacional del Ambiente 43 (CONAM),
institución que cumple la función de ser el ente rector de la política ambiental nacional.
Así, la CONADIB pasó a ser presidida por el CONAM, punto focal nacional para el
CDB (Ruiz, 2009). Si bien entre los principales temas que se negocian en el CDB se
incluyen los referentes a los recursos genéticos, los llamados conocimientos
tradicionales, la conservación de la biodiversidad y la propiedad intelectual, existen
medidas y organizaciones específicas que se enfocan en la agrobiodiversidad.
42
Ministerio de Agricultura, Ministerio de Pesquería, Ministerio de la Presidencia, Ministerio de Economía y
Finanzas, Instituto Nacional de Recursos Naturales, Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía
Peruana, Instituto del Mar del Perú, Sistema Nacional de Hidrología y Meteorología, Fundación Peruana para la
Conservación de la Naturaleza, PROTERRA, Sociedad Pachamama, Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y
Consejo Andino de Manejo Ecológico.
43
Ley 26410, año 1994.
53
44
Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo.
45
El Reglamento fue aprobado por del Decreto Supremo 068-2001-PCM.
54
El Proyecto In Situ fue una propuesta financiada por el Fondo Mundial del
Medio Ambiente (FMAM), administrado por el Programa de Nacionales Unidas para
el Desarrollo (PNUD) e implementada por el Instituto de Investigaciones de la
Amazonía (IIAP) entre los años 2001 y 2005 (IDMA, 2002). Se llevó a cabo a nivel
46
Por ejemplo, el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), la Universidad Nacional Hermilio Valdizán,
la Dirección Regional de Agricultura y la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Medio Ambiente.
55
47
Instituto Nacional de Investigación y Extención Agraria (INIEA), Proyecto Andino de Tecnologías (PRATEC),
Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA), Centro de Servicios Agropecuarios (CESA), Coordinadora
de Ciencia y Tecnología de los Andes (CCTA) y ARARIWA.
48
Las comunidades de Santa Rosa de Monte Azul y San Alejandro de Callancas también formaron parte del
proyecto.
49
Papa, maíz, frijol y camote.
56
Bajo el marco del proyecto, las chacras eran concebidas como centros de
experimentación. Las familias que decidieron involucrarse, se comprometieron a
cultivar y conservar variedades de los cultivos de la zona: papa, calabaza, maíz,
arracacha, entre otros. La conservación también se promovió a partir del cruce de los
cultivos para lograr el incremento de variedades. Para ello, el proyecto brindó
“capacitaciones en tema de agrobiodiversidad, orientación en técnicas o prácticas que
podían ayudar a la conservación, para eso tenían que capacitarse: conservación de
suelos o reforestación que tenía que hacerse en las zonas de producción para dar
condiciones a los cultivos, las pasantías, participación en ferias, en fin” (Facilitador
del proyecto In Situ, 08/04).
50
Ver Anexo Nº 2.
57
sus variedades silvestres (IDMA, 2016). “Esto ha ido ayudando a los campesinos,
para que puedan seguir incrementando variedades, porque en cada feria, cada año
que se hacía, lo que sucedía era que intercambiaban semillas. Eso ha ido
incrementando la gran diversidad de variedades que ahora existe en la cuenca del río
mito” (Facilitador del proyecto In Situ, 08/04).
Entre las comunidades del distrito de Quisqui se trabajó con 100 familias
conservacionistas. Como parte del proceso continuo de sensibilización de los
productores y autoridades locales respecto a la importancia de la conservación de la
agrobiodiversidad, se implementaron una serie de capacitaciones y se brindó
asistencia técnica relacionada a la producción agroecológica y a la conservación, con
lo cual se buscó fortalecer “la cultura de la crianza de la agrobiodiversidad
(tecnologías tradicionales, rituales, danzas, saberes ancestrales)” (IDMA, 2016, p.
23). De manera complementaria, se fortalecieron también los intercambios de
semillas, tanto a nivel local como nacional, a partir de la realización de ferias
regionales y nacionales.
60
51
En el 2015 se actualizó el registro de variedades de los principales cultivos de la microcuenca de Mito
(principalmente las comunidades de Huayllacayán, Santa Rosa de Monte Azul y San Pedro de Cani). Se registran
699 variedades de papas nativas, 423 de maíces, 200 de ocas, 129 de mashuas, 100 de frijol, 96 de ollucos, 26 de
habas, 14 de calabazas, entre otros cultivos (IDMA, 2016).
52
Ver Anexo 1.
62
Más allá de los logros atribuidos por los proyectos y de los beneficios que en
teoría trae consigo esta declaración, vale la pena preguntarse sobre lo que realmente
ha significado la declaración de la Zona de Agrobiodiversidad para los agricultores de
las comunidades. Este planteamiento es central en los capítulos que siguen. No
obstante, antes de pasar a presentar a las familias productoras, es útil refrescar los
nexos que existen entre la agricultura familiar y la agrobiodiversidad y la importancia
que esta cumple en la conservación de la misma.
63
53
La información corresponde a la estructura productiva medida con el año base 2007 y para el período 2007-
2014.
54
El biocomercio busca fomentar el comercio de productos de biodiversidad bajo criterios de sostenibilidad.
67
de papa blanca, se producen diversos tipos de variedades, entre las cuales destaca
la papa amarilla Tumbay, que viene siendo reconocida y solicitada como
consecuencia del boom gastronómico que se vive desde hace unos años en el país,
situación que genera una alta demanda y precios relativamente estables (Informe
BCR, 2015).
“Huánuco es una de las regionales que produce dos veces al año la papa y es
una de las regiones que abastece al mercado nacional todo el año. Aquí todo
el año se está produciendo, por su mismo clima. Las demás regiones son
estacionarios porque tienen helada, etc. En cambio acá no tenemos eso, muy
rara vez ha caído granizo, pero no… Por eso Huánuco es el segundo en
sembrar papa, primero es Puno, pero en producción Huánuco es primero. Le
digo con cifras del Ministerio de Agricultura” (Agricultor conservacionista,
Huayllacayán, 23/03).
55
Abono elaborado a partir de estiércol de animales.
71
Entre los meses de diciembre, enero y febrero del 2018 el sector agropecuario
captó la atención nacional debido a las huelgas realizadas por los agricultores de las
zonas paperas del país por los precios bajos de la papa. Huánuco, al ser el segundo
productor de papa a nivel nacional, no fue ajeno a estas protestas. Me refiero a este
suceso no solo porque evidencia un fenómeno recurrente que aqueja al sector de la
agricultura familiar en el país: las crisis productivas, sino porque fue también el evento
coyuntural que posibilitó un acercamiento a un contexto agrícola altamente politizado
que me permitió acceder y esbozar una idea de los principales problemas que aquejan
al sector de la pequeña agricultura desde la perspectiva de los entrevistados,
principalmente agricultores, pero también funcionarios de la Dirección Regional de
Agricultura.
72
El hecho de que no exista un Estado que regule y vele por los intereses de los
pequeños productores se manifiesta en la dependencia de este sector de los precios
fluctuantes del mercado, lo que los coloca en una posición de vulnerabilidad y los
obliga a aceptar los precios de un mercado inestable. Para los agricultores de Quisqui,
73
esta situación los deja expuestos a las voluntades e intereses de los intermediarios,
quienes, al no enfrentarse a ningún tipo de regulación, tienen control total sobre los
precios de los productos. “Ahí en Huánuco, en el mercado Puelles, al costado del
Plaza Vea es un abuso, si vieras ahí. El primero que llega a agarrar tu camión ya es
el dueño de tu carga. Él ya te puso el precio y ya los demás calladitos se quedan”
(Pequeño agricultor, San Pedro de Cani, 28/02).
“La verdad es que acá los agricultores, nosotros estamos abandonados. Nunca
nos visita el Ministerio de Agricultura de Huánuco, no nos visita, no nos
asesora. Entonces prácticamente los agricultores cualquier cosa que
producimos es con nuestro esfuerzo y sin asesoramiento. Si habría un buen
asesoramiento más mejor sería” (Pequeño agricultor, Huayllacayán, 26/02).
profundidad y realicé inventarios de los activos que poseen y actividades que realizan.
Estas suman un total de diez familias y componen la sub muestra base del análisis.
Por otro lado, la otra parte de la muestra está compuesta por un segundo grupo, más
general y útil para complementar la información. Esta muestra secundaria está
compuesta también por diez familias, con las cuales desarrollé entrevistas cortas y
sostuve conversaciones informales; a diferencia de las familias base, no realicé un
seguimiento a profundidad. La diferente calidad de data que emerge de estas
interacciones de carácter más informal sirve para esbozar una idea más acertada
sobre la heterogeneidad y complejidad de la pequeña agricultura en el distrito. Mi
muestra total es la suma de ambos grupos56. Aunque no estén contabilizados como
parte de la muestra, la información general brindada por integrantes de este último
grupo también incluye las conversaciones informales que sostuve con otras personas
de la comunidad o ex residentes.
56
El criterio de selección de los informantes fue partir de un muestreo no probabilístico, que implicó seleccionar
a las familias en función a su accesibilidad o a partir de las redes de contacto que fui generando durante el trabajo
de campo.
77
El siguiente cuadro resume los activos y capitales que las familias poseen.
Estos están divididos en diversos tipos definidos en función a los casos de estudio:
los recursos físicos, que hacen referencia a los activos materiales; fuerza de trabajo,
que determina cuánta gente trabaja activamente en la chacra; social, que se refiere a
78
Este conjunto de datos proporciona la base del análisis de las estrategias que
realizo al final del capítulo. Para ordenar la información y mostrar la diferencia entre
los casos, realizo dos tipologías en las que agrupo a las familias que presentan
características similares. Para el análisis tomo la base demográfica como punto de
partida, puesto que un aspecto central que determina los objetivos y actividades de
las familias es el ciclo de vida y la composición de las mismas. La evidencia muestra
que las familias que se encuentran en un ciclo vital parecido suelen presentar
características similares que finalmente conllevan a que se planteen objetivos
semejantes. Para esto, planteo tres categorías que ubican a las familias según su
ciclo demográfico: familias jóvenes (FJ), familias consolidadas (FC) y familias adultas
(FA), dentro de la cual están las familias de adultos mayores (FAM).
Familia compuesta por padres en una edad madura, con hijos mayores y con
Familias 3
familias propias que viven fuera de la unidad familiar.
adultas (FA)
Sub grupo (FAM): Familia compuesta por adultos mayores, dependientes del
2
programas estatales y del cuidado de los hijos, que residen fuera de del hogar.
80
Asimismo, ambas
viven en comunidades
distintas: la familia Jara
en Huayllacayán y la
familia Tiburcio en San
Pedro de Cani, lo cual en
cierta medida determina
las actividades que estas
realizan. Dado que
geográficamente San
Pedro de Cani tiene
mayor cercanía a los
centros urbanos, las actividades de la familia Tiburcio no se limitan únicamente al
espacio agrícola; la ciudad y las posibilidades que esta ofrece son centrales en las
estrategias que realiza. La familia Jara, en cambio, se vincula con el tipo de agricultor
clásico que produce fundamentalmente para la subsistencia, cuya relación con el
mercado es más bien residual y no se dedica a ninguna otra actividad. Por otro lado,
en la familia Pariona el padre es viudo y trabaja con sus dos hijos pequeños en la
chacra y en el caso de la familia Ponce, el padre trabaja en la chacra y la madre es
81
maestra en uno de los anexos de la comunidad. Con esto pretendo dar cuenta de que
si bien todas estas familias se encuentran dentro del mismo ciclo vital, existen
características particulares a cada una que son importantes tomar en cuenta para
entender las estrategias que realizan.
Las cinco familias que lo conforman se dividen en dos sub grupos. Por un lado,
se encuentran las familias que, si bien los padres de familia tienen una edad
avanzada, no son aun adultos mayores (López, Flores, Cruz). Estas familias se
caracterizan por haber alcanzado un nivel de consolidación y bienestar que les
permite mandar a sus hijos a estudiar fuera de la comunidad. En la mayoría de los
casos, los hijos de estos agricultores no tienen intenciones de regresar a la
comunidad. Por el contrario, al culminar sus estudios, encuentran trabajo en la ciudad,
por lo general en Lima, Huancayo o Huánuco, donde se establecen y forman sus
propias familias.
Por otro lado, el segundo sub grupo está compuesto por las familias de adultos
mayores (Ramírez y Morales), cuyos hijos residen fuera de la comunidad desde hace
muchos años. Lo que diferencia a este sub grupo del anterior, más allá de la edad de
los padres, es que estos no trabajan ni apoyan económicamente a sus hijos, puesto
82
que no cuentan con las capacidades físicas para trabajar la tierra ni desempeñarse
en otro tipo de empleo. De hecho, son las que menos recursos y activos poseen, los
cuales suelen ser insuficientes para cubrir sus necesidades básicas. Debido a ello,
dependen económicamente de programas sociales, específicamente de Pensión 65.
Estas transferencias suelen ser complementadas con el dinero que envían los hijos.
Asimismo, en estos casos, las redes de reciprocidad y ayuda mutua que entablan con
los vecinos y parientes son también importantes, sobre todo en términos alimentarios.
En este sentido, los pequeños agricultores son quienes encajan dentro del tipo
que desde la teoría se ha definido como el campesino clásico, cuyo principal objetivo
es cubrir las necesidades básicas de la familia antes que la búsqueda de mercado.
“Estaría compuesto por aquellos predios en que predomina la producción para el
autoconsumo, donde los recursos y renta monetaria son insuficientes para garantizar
la reproducción de las familias; lo que constantemente las conduciría a recurrir a
diferentes formas de empleo parcial fuera del predio” (Schneider y Escher, 2014, p.
29). Para el caso de estudio, la extensión de las tierras de los agricultores que
pertenecen a esta categoría se encuentra dentro de un rango que va desde las 0,5 a
las 4 hectáreas. Esto hace referencia al tamaño del terreno, mas no implica
necesariamente que toda el área esté cultivada.
Por último, los grandes agricultores son quienes se vinculan con la categoría
de farmers57; es decir, se encuentran más cerca de la condición de empresarios que
de agricultores, pues se enfocan en la comercialización de su propia producción o de
la de otros pequeños agricultores. Estos productores se identifican “como un
agricultor familiar que realmente producía a partir del mercado (utilizando mercancías
compradas fuera de la propiedad) y para el mercado (vendiendo la producción
obtenida)” (Schneider y Escher, 2014, p. 35). Las tierras que poseen generalmente
exceden las 30 hectáreas y para trabajarlas contratan también mano de obra. De la
muestra base, solo un agricultor (Flores) forma parte de este grupo, fenómeno que es
representativo de la realidad, pues esta categoría es la menos común.
El siguiente cuadro muestra la ubicación de las diez familias según las dos
variables descritas: la base demográfica y el tipo de agricultor. En líneas generales,
57
Agricultor empresario que se guía por una lógica puramente mercantil.
84
siete de ellas son pequeños agricultores y todas las familias que se encuentran en un
ciclo de vida inicial (F7, F8, F9 y F10) están dentro de esta categoría, así como
también las dos familias de adultos mayores (F4 y F5). La otra familia que compone
este grupo es la que ocupa una posición intermedia (F6). En cuanto a los medianos
(F1 y F3) y grandes (F2) agricultores, solo están compuestos por familias adultas,
cuestión que es razonable, puesto que son las que se encuentran en una posición
más estable, a diferencia de las familias jóvenes y de adultos mayores.
Tiburcio (F7)
Familias jóvenes Pariona (F8)
(FJ) Jara (F9)
Ponce (F10)
Familias
consolidadas Ríos (F6)
(FC)
Si bien hay matices y diferencias dentro del grupo; para algunos la chacra
juega un papel más importante dentro de la economía del hogar que para otros, en
todos los casos la agricultura es una actividad secundaria. Por ejemplo, dentro de
este grupo se encuentran quienes forman parte de la asociación de transportistas de
San Pedro de Cani, que son quienes manejan los colectivos que van de la comunidad
a la ciudad de Huánuco todos los días. Los miembros de este grupo trabajan de
manera interdiaria y en sus días libres se dedican a sus chacras, como parte de una
estrategia de seguridad o como una actividad que permite generar un ingreso extra.
Este grupo lo compone también, por ejemplo, hijos de agricultores adultos que residen
en la ciudad; sin embargo, aprovechan el terreno de sus padres para invertir en
campañas de algún cultivo con la finalidad de obtener un beneficio económico.
Muestra total
Muestra base Muestra secundaria
(F7) Tiburcio (F11) Taxista 1
(F8) Pariona (F12) Taxista 2
(FJ)
(F9) Jara (F13) Dirigente distrital
(F10) Ponce (F14) Joven Huayllacayán
(FC) (F6) Ríos (F15) Ex agricultor
(F1) López (F16) Agricultora anexo Cani
(F2) Flores (F17) Ferista 1
(FA)/
(F3) Cruz (F18) Ferista 2
(FAM)
(F4) Ramírez (F19) Conservacionista 1
(F5) Morales (F20) Conservacionista 2
Total 10 10 20
86
que las familias productoras realizan para atenuar los riesgos que son intrínsecos a
la producción campesina en los andes.
No obstante, para el caso de estudio, dejo este último grupo de lado, pues
considero que las actividades que realizan las familias para buscar seguridad son un
factor común a todas y, por tanto, no necesariamente se aplican siguiendo una lógica
de estrategia, sino que más bien son acciones inherentes dado el contexto de
vulnerabilidad que caracteriza a la agricultura familiar en la zona. Siguiendo esta
lógica, no sería pertinente tomar estas acciones como estrategias, sino como
prácticas defensivas y de seguridad que son comunes a la producción de alimentos
en los andes. Por ejemplo, dados los factores de riesgo que escapan al control de los
agricultores, todas las familias emplean técnicas de diversificación de la producción
para el autoconsumo con la finalidad de reducir los riesgos. No obstante, como
mostraré más adelante, la diversificación, bajo ciertas características y condiciones,
sí es catalogada como parte de las estrategias de algunas familias.
En estos casos, las ganancias están casi siempre aseguradas, puesto que los
cultivos alternativos (frutas o verduras) tienden a tener un precio estable en el
mercado. Estas familias, sin embargo, más allá de tener los recursos financieros
necesarios para lograr la especialización, también deben contar con una serie de
capitales. Por ejemplo, un terreno con las características adecuadas, un buen sistema
de riego o el conocimiento y la técnica necesaria para manejar estos cultivos
alternativos.
Esta actividad suele estar vinculada a la incursión en los negocios, donde las
familias buscan incrementar sus ingresos a través de iniciar algún tipo de negocio que
presente un ingreso seguro, sea este agropecuario o no. Entre ellos se encuentra,
por ejemplo, la crianza de cuyes, el abastecimiento a restaurantes del distrito, la
construcción de una piscigranja o la apertura de una tienda de abarrotes dentro de la
comunidad. Asimismo, otra actividad que realizan las familias para crecer es la
siembra en asociación. Las familias que se asocian como parte de una estrategia
compensatoria son las que poseen el capital para contratar fuerza de trabajo y
comprar los productos para la siembra y preparación de terreno. En otras palabras,
buscan la asociación como una forma de ganar dinero sin realizar todo el trabajo
91
manual. Esto, no obstante, siempre tiene un factor de riesgo, pues está sujeto a las
variaciones climáticas o a la fluctuación de los precios, especialmente si es un cultivo
como la papa blanca.
Por último, las familias que no necesariamente están compuestas por adultos
mayores, pero aun así se encuentran en una posición de vulnerabilidad buscan
asociarse con otros agricultores. A diferencia de quienes se asocian como parte de
una estrategia de consolidación con la finalidad incrementar sus ingresos, estos lo
92
hacen como una alternativa para sobrevivir, puesto que de otra forma no podrían
sembrar. El caso de las familias Pariona (F8) y López (F1) explica la diferencia en la
estrategia de sembrar en asociación de acuerdo a los objetivos y posición de cada
una. Para la familia López (F1), esto sería parte de una estrategia de consolidación,
pues lo que busca es aumentar su capital al invertir en la producción de un cultivo,
sin embargo, para la familia Pariona (F8) esta asociación representa la única
alternativa para sembrar, así como una forma de insertarse al mercado. Después de
una mala campaña de papa como la del 2017, muchas familias de pequeños
agricultores que se vieron afectados por la pérdida de la producción buscaban
asociarse con alguien que tenga los recursos para invertir y asumir los costos de
producción (semillas, fertilizantes, etc.). Las familias que se asocian como parte de
una estrategia de seguridad, representan una realidad que es propia de la producción
típicamente campesina, donde cada campaña supone una inversión total del capital
y no siempre permite la acumulación. Esto evidencia la vulnerabilidad de estas
unidades económicas y los riesgos que se asumen en cada campaña, donde no
siempre se logra recuperar la inversión. La familia Pariona (F8), por ejemplo, invirtió
6 mil soles en la campaña de papa y obtuvo solo 2 mil.
3.6 Balance
Los cuadros que presento a continuación resumen las actividades que realiza
cada familia. Estas están organizadas en función a la variable demográfica: familias
jóvenes (FJ), familias consolidadas (FC) y familias adultas (FA), (FAM).
93
F1 F2 F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9 F10
Acumulación
(FA) (FA) (FA) (FAM) (FAM) (FC) (FJ) (FJ) (FJ) (FJ)
Migración temporal x x
Adquisición de
x x x x
bienes
Otras actividades x x x x
Articulación al
x x x x
mercado
Educación de hijos x x x x
Proyectos x x x x
F1 F2 F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9 F10
Consolidación
(FA) (FA) (FA) (FAM) (FAM) (FC) (FJ) (FJ) (FJ) (FJ)
Ampliación y
mejora de bienes x x x x
comunes
Doble residencia x x x
Incursión en
x x x x
negocios
Asociación 1 x x
Diversificación x x x
F1 F2 F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9 F10
Compensatorias
(FA) (FA) (FA) (FAM) (FAM) (FC) (FJ) (FJ) (FJ) (FJ)
Transferencias x x x x x x
Parentesco y
x x
reciprocidad
Asociación 2 x x
94
Una primera observación es que las tres familias adultas (F1, F2 y F3), así
como la que se encuentra en una posición intermedia (F6), realizan estrategias de
acumulación y consolidación, mas no compensatorias. Estas cuatro familias
presentan trayectorias similares: coinciden en la incursión en los negocios, hecho que
refuerza su articulación al mercado y contribuye a mejorar su economía. Esta
situación económica relativamente favorable se traduce también en la ampliación y
mejora de los bienes comunes y en la posibilidad de costear la educación de sus hijos
fuera de la comunidad. La culminación de los estudios en la ciudad, en tres de las
cuatro familias (F1, F2 y F3), genera un patrón de doble residencia. El caso de la
familia López (F1) pone en evidencia este tendencia: la incursión en el negocio de los
duraznos permitió a la familia ampliar la extensión de sus tierras e incursionar en la
siembra de otros productos como las paltas, manzanas y granadillas. Con el dinero
generado por este negocio, construyeron cuartos de material noble en la comunidad
e invirtieron en la creación del negocio familiar que manejan los hijos en Lima.
En cuanto a las familias de adultos mayores (F4 y F5), las únicas estrategias
que realizan son las de supervivencia. Estas familias, usualmente, ya han vendido la
mayor parte de sus activos, ya sea para mandar a sus hijos a estudiar fuera o para
solventarse en épocas de crisis. Por ello, son altamente dependientes de las
transferencias y de las relaciones de reciprocidad para sobrevivir, pues, así siembren
en pequeñas cantidades, no poseen el dinero para comprar fertilizantes y buenas
97
semillas, lo que ocasiona que muchas veces se pierda la producción. Las siguientes
citas expresan la situación de estas familias:
“Papa nativa ya no siembro, pero cuando voy a la altura, en la altura viven mis
sobrinos. Cuando voy me regalan un saco, dos sacos. Yo ya no trabajo, ya mis
hijos me atienden. Me traen algunas cosas, yo ya no trabajo. Ya me canse yo
ya de sembrar. Siembras, se lo acaba el gusano, le agarra la rancha”
(Agricultor adulto mayor, San Pedro de Cani, 05/04).
“Ya no cuesta papa, por eso mis hijos también se han ido, pues. Si hubiera
costado papa yo creo que mis hijos todavía estuvieran acá. Ahora, él ha
sembrado, préstamos de banco, ha perdido, entonces para devolver nosotros
hemos vendido ganado, carnero. Más antes ya, 2002, 2003 era eso. Y estamos
perjudicándonos, vendiendo nuestros animales. Ya hemos cancelado al banco
y él ha dicho ya me voy, yo no siembro aquí. Para estar endeudando aquí, para
qué. Por eso se han ido” (Agricultor adulto mayor, San Pedro de Cani, 05/04).
Estrategias de consolidación
F1 F2 F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9 F10
(5/5) (5/5) (4/5) (0/5) (0/5) (2/5) (0/5) (0/5) (0/5) (0/5)
Familias
4
Familias adultas
Familias adultas (FA) consolidadas Familias jóvenes (FJ)
(FAM)
(FC)
Estrategias compensatorias
F1 F2 F3 F4 F5 F6 F7 F8 F9 F10
(0/3) (0/3) (0/3) (2/3) (2/3) (0/3) (2/3) (2/3) (1/3) (1/3)
Familias
6
Familias adultas
Familias adultas (FA) consolidadas Familias jóvenes (FJ)
(FAM)
(FC)
98
La evidencia muestra que las familias adultas (FA) y la familia consolidada (FC)
se concentran en las actividades de acumulación y consolidación, mientras que las
jóvenes (FJ) tienden a desarrollar estrategias compensatorias, al igual que las familias
de adultos mayores (FAM). Esto evidencia una regularidad en el desenvolvimiento de
las trayectorias familiares; más allá del tipo al que pertenezca cada familia, ciertas
tendencias generales se desprenden de los datos recogidos.
Tendencias generales
Asimismo, el hecho de que el nivel educativo de los hijos sea mayor, plantea
nuevas posibilidades para las familias, tanto en el campo agropecuario, como en otras
áreas. Por ejemplo, nuevos negocios familiares, como en el caso de la familia Flores
(F2), donde una de las hijas, que es ingeniera agrónoma, trabaja con el padre y
contribuye a ampliar el negocio de comercialización de papas nativas, o el de la familia
López (F1) y la empresa de comercio que manejan los hijos en Lima.
Las tres familias adultas (F1, F2 y F3) y la familia consolidada (F6) son las que
mejor reflejan esta tendencia y comparten estas características. Esto está relacionado
a que son las familias que están mejor posicionadas. Coincidentemente, las cuatro
familias han logrado esta estabilidad a partir del aprovechamiento distintivo de la
actividad agrícola. En cambio, tanto las familias de adultos mayores (F4 y F5), como
las familias jóvenes (F7, F8, F9, F10), tienden a representar unidades económicas
menos estables. Por ello, ambos grupos presentan mayor dependencia de los
programas del Estado, ya sea en términos monetarios (Pensión 65 y JUNTOS) o en
términos de acceso a alimentos (Qali Warma).
Por otro lado, la producción ecológica puede significar una suerte de seguridad
para las familias que la practican y participan activamente de los circuitos feriales
diferenciados. No obstante, esas son la minoría, puesto que este circuito es aún muy
pequeño y opera a una escala mínima, lo que ocasiona que solo algunas pocas
familias puedan realmente beneficiarse de estos cultivos diferenciados, que son
generalmente las que tienen clientes fieles en las ferias o un contrato con alguna
empresa. Los demás, así produzcan de manera ecológica, al no existir una estructura
adecuada que sostenga y haga posible producción y comercialización sostenible, se
ven obligados a vender sus productos al mismo precio que los convencionales.
entre otros. En suma, en todos los casos, más allá del grado de consolidación y los
resultados, se puede percibir una intencionalidad de responder a las particularidades
del mercado y a los efectos del cambio climático.
Los proyectos
Cuatro de las diez familias de la muestra (F1, F2, F6 y F9) formaron parte de
alguno de los dos proyectos descritos en el capítulo anterior. Esto como parte de una
estrategia de acumulación. Sin embargo, no todas logran el objetivo de acumular: la
diferenciación respecto al punto de partida y condiciones de cada familia es
102
significativa a la hora de determinar quiénes son los que obtienen los beneficios.
Asimismo, a modo de introducción para el siguiente capítulo, resulta pertinente
explorar hasta qué punto las estrategias de las familias tienen que ver o no con la
conservación de la agrobiodiversidad. O planteado de otro modo, ¿es la conservación
un tema central en las actividades de las familias? Y si lo es, ¿encuentran estas algún
beneficio concreto en esta incorporación?
El grupo de estas cuatro familias está conformado por dos familias adultas, una
consolidada y una joven; no obstante, también tomo en cuenta los datos
proporcionados por otros participantes de los proyectos. Coincidentemente, tres de
los cuatro agricultores de la muestra (F1, F2 y F6) son las familias que se encuentran
en una posición más estable. Si bien los dos primeros cuentan con una mejor base
material y sustento económico, los tres son agricultores reconocidos y han ocupado
cargos importantes, con lo que no cuentan únicamente con recursos físicos, sino con
una serie de capitales que les permiten posicionarse en una posición privilegiada
respecto a los otros agricultores. En las siguientes citas uno de ellos expresa sus
opiniones respecto al proyecto:
Esto es útil para dar cuenta de que efectivamente existen otras variables y
características que influyen en el éxito y beneficio que pueda obtener una familia de
los proyectos, que van desde aspectos concretos como tener mejores capacidades o
recursos materiales y financieros, hasta tener capital social. Mientras más grande y
consolidada está la familia, más posibilidades tiene de lograr que efectivamente los
proyectos contribuyan a la acumulación.
Para lograr una aproximación a las distintas categorías del discurso, empleé
una metodología que buscó distinguir los discursos formales e informales, para lo cual
realicé entrevistas semi-estructuradas y conversaciones informales, respectivamente.
No obstante, fueron estas últimas -en contextos diversos- las más relevantes, ya que
para lograr profundidad en el terreno de las narrativas y valoraciones, es necesario
trascender las dinámicas (en ocasiones algo rígidas y solemnes) y los espacios
107
protocolares que generan las entrevistas, a fin de acceder a los diversos mecanismos
en los que emergen los discursos informales, propios de las interacciones cotidianas.
Todo esto refuerza la retórica que resalta el vínculo de los agricultores con la
tierra y contribuye a robustecer la imagen del productor conservacionista ideal y a
ensalzar la importancia del rol que estos cumplen para la vida en el planeta, puesto
que son quienes deben encargarse de cuidar que semillas de cultivos importantes
para la alimentación y la agricultura a nivel mundial no desaparezcan en medio de un
contexto de variación y adversidad climática que conlleva, en última instancia, a dicho
proceso. En este acto, se le otorga a los agricultores características esencialistas que
colocan a la ancestralidad de sus prácticas y conocimientos como un elemento central
dentro del discurso.
que el proyecto propone de esta figura ideal. Así, admiten y asumen el importante rol
que se les adjudica en el proceso de conservar la salud y fertilidad de los suelos,
donde son las características ideales de las llamadas prácticas tradicionales y, a
grandes rasgos, la ancestralidad, lo que otorga el valor agregado necesario para
cumplir con el cometido de la conservación.
Por otro lado, las entrevistas realizadas a agricultores que no formaron parte
de ninguno de los proyectos revelan otras formas de referirse y concebir la
agrobiodiversidad. Estas no necesariamente guardan relación con las
conceptualizaciones de corte teórico que utilizan los proyectos, sino que más bien
apelan a otro tipo de mecanismos explicativos, que se encuentran influenciados por
distintas sensibilidades: afectos, emociones, sabores y texturas, por ejemplo. En
estos casos, dada la externalidad del término, la mayoría no necesariamente se
encuentra familiarizado con el concepto de agrobiodiversidad, y es precisamente esto
lo que revela otras formas de comprender y valorar la riqueza agrícola.
“Acá hay papa de todo tipo, rojita, con ojos grandes. Papa palta que es negrita
con blanquito, de colorcito. Otro sabor tienen. Semita es mitad negro, mitad
blanquito, rico es papa, cuando concinas se apachurra y solito se pela”
(Agricultor adulto mayor, San Pedro de Cani, 05/04).
“Papa nativa así con naturaleza rica es. Rico, rico tiene sabor bastante. Lindo
sabor tienen pues. Sabor de otro, otro, otro tienen… de mi mamá, de mis
abuelos. En la altura vivían ellos, comían ahí natural” (Agricultora mediana,
San Pedro de Cani, 03/03).
“Te contaré, porque antes mis padres, por decir, guardaban en la casa su
pirwa, guardaban pa que coman, y qué lindo de acá a unos cuatro, cinco meses
pasa, qué lindo, dulce la papa, viejita. Con su cafecito pa que tomar, sin agua
110
“Antes, antes sí, todos acá, toditos, mucha gente tiene acá variedades. Es de
costumbre, yo a mis padres no puedo dejar. Que la agricultura yo desde mi
niñez estoy acostumbrado yo a trabajar la chacra. Yo no puedo dejar. Como te
digo yo soy albañil, de construcción sé, soy chofer, soy textilería, lo sé tejer, de
todo tengo arte yo… por decirte, la mecánica, cuando yo estudiaba en
Huánuco, también he trabajado. Pero a pesar de eso yo no dejo mis
variedades” (Pequeño agricultor, Huayllacayán, 26/02).
111
“Por ejemplo ahora acá en mi chacra, conservadito. Esto alisos que acá lo ve
con IDMA hemos plantado. Esos ayudan a conservar. Eso sí he aprendido:
conservación de suelos, las terrazas... Otra parte, nos han dicho los ingenieros,
han dado charlas `hermanos, cuiden sus tierras, si ustedes le meten químicos,
lo van a matar todito, pobre va a quedar su tierra y para sus hijos, ¿qué va a
pasar de acá a unos 10 a 15 años? Entonces todo eso sí nos han enseñado
IDMA” (Agricultor conservacionista, Huayllacayán, 27/03).
“Esa feria para mostrar, nada más, y solamente ellos se hacen ver y yo mismo
veo que los señores congresistas, ministros vienen y se toman una buena foto
112
como si fueran ellos los productores o campesinos ahí. Y hacen ver allá acá
estamos, hermano, con gente del campo. Estoy segurísimo. Y entonces, ¿cuál
es el resultado? Ha venido Jaime Delgado, tantos ingenieros que han estado
ahí han venido, los congresistas hasta el mismo chacra han llegado, al fondo,
al fondo, hasta allá. Caminando han ido, pero qué resultado nos dan, ¿cuál es
el proyecto? Nada han dejado, pues, entonces, ¿de qué sirve esa feria? De
nada… Solamente al mismo capital, Huancapallac, al ir nosotros, sí o sí,
tenemos que comer de hecho, un pan, algo, tenemos que comer allá, gastar
nuestro dinero, pasaje pagar, entonces solamente es movimiento para
Huancapallac, no para nosotros. Nosotros vamos a dejar nuestros centavos.
De esa manera preferible no voy entonces. Mucha gente de acá próximo año
no vamos a ir dice. ¿Y por qué no hace feria acá mismo si acá es la producción,
esta zona? ¿Y entonces donde produce por qué no se hace? Realmente el
campesinado estamos bien olvidado, engañado” (Pequeño agricultor,
Huayllacayán, 16/3).
“Ah, claro, mi producto no puedo dejarlo yo. Yo a mis hijos les digo, yo tengo
dos varones no más, son siete mujeres que tengo y dos varones, les digo, no
hijo, tienen que conversar por más que ya me voy y lo que sea, ustedes tienen
que seguir. De mis padres, les digo, yo conservo, de mis abuelos. Es también
costumbre” (Pequeño agricultor, Huayllacayán, 26/02).
“La blanca es tan solo para fritos todo, en cambio papa nativa sirve para hacer
pachamanca, para hacer sancochados, cualquier comida, son más arenosas,
hay más variedad, son más bonitas. La blanca, en cambio, no es puro”
(Pequeña agricultora, San Pedro de Cani, 07/04).
114
“La papa nativa bonita, chiquita, sin curar, sin fumigar, sin meter nada pues.
Esas cuando guardas no pudre. Nada, no pudre, bonito… aguanta. Puro
pachamanca, ni segundo, ni sopa, puro pachamanca. Sano, no tiene ni un
cáncer; el estómago está recibiendo natural” (Agricultor adulto, San Pedro de
Cani, 17/03).
“La papa nativa es más para consumir uno mismo y aparte de eso esa papa
es sagrada. En cambio la blanca va al mercado pues, tienes que de todas
maneras un poquito de químico, fertilizante aplicar. A veces ya traes de
Huánuco la semilla, compras y ya está mejorada, entonces tienes que seguir
echando productos” (Pequeño agricultor, Huayllacayán, 26/02).
Esto, sin embargo, no significa que las papas nativas no estén inscritas dentro
de un circuito económico. Si bien solo algunas familias logran obtener ganancias
monetarias a partir de su comercialización, alrededor de este producto existe una
economía de la subsistencia, que no solo se reduce a un sentido alimentario, sino que
coexiste con una economía de saberes implicada en estos circuitos no mercantiles:
los intercambios de semillas, las técnicas de manejo productivo y las relaciones que
se producen a partir de las prácticas agrícolas son cuestiones que evidencian la
relación afectiva y refuerzan el tejido social.
115
“El problema es que los que consumen quieren grande, no quieren chiquitito.
Por decirte tú les llevas sin químico, no te reciben. Muy chiquito te dicen, pa
qué vale. Entonces la gente prefiere echar químico” (Pequeño agricultor,
Huayllacayán, 19/03).
“En ciudad no me gusta porque todos los productos son químicos. Acá tú
siembras a tu criterio papa. Para comer yo ya sé qué papas comer. La blanca
aquí también siembro, pero lo que va a ser para venta yo un poquito le hecho
químico, lo que no voy a vender tan solo fumigo. Lo que voy a consumir tan
116
solo hecho pa rancha, solo fumigo unas cuantas veces pa que no pique el
gusano, pero químico si no le meto” (Pequeño agricultor, Huayllacayán, 26/02).
“Por eso en la chacra, más mejor somos. En ciudad más rápido, rápido crecen
y después ya están muertos ya. Por eso en la chacra es más natural, más
bueno. En ciudad los pollos, a los tres meses ya están comiendo. Puro
hormoneado. Le ponen hormona pa que engorde, pa que hinche y ya, de frente
a mercado ya. En cambio las gallinas de nosotros acá solo se revienta, le das
maíz no más. Pone huevo también natural. Y comes a un año todavía. Un año,
no está hormoneado ni nada. Y por eso tiene sabor más rico. Gallina natural,
de chacra” (Pequeña agricultora, San Pedro de Cani, 07/04).
Esta disparidad evidencia una diferencia estructural entre ambas miradas que
tiene que ver con la forma de aproximarse y relacionarse con la agrobiodiversidad.
En un caso, es desde la experiencia misma; en el otro, es a partir de una relación
externa y determinada por conceptos científicos. Esta diferencia estructural es la que
tomo como punto de partida para explicar las divergencias entre ambos discursos.
119
“El valor cultual, el valor genético, tiene un enorme valor. El valor genético por
el tema de que, más adelante, tú puedes sacar nuevas variedades con estos
porque resisten a la rancha, resisten a la helada, todo lo que es la naturaleza,
el tiempo, resisten esas variedades, si viven ahí en forma natural, entonces
resisten. En cambio las variedades nuevas que incorporan los productores
están susceptibles a enfermedades, a plagas… entonces en esa parte hay un
desconocimiento por parte de ellos, entonces como que no lo valoran”.
(Facilitador del proyecto In Situ, 11/04).
120
El problema está en que el discurso de los proyectos parece pasar por alto o
no entender en su totalidad estos procesos contemporáneos que empujan a las
familias a tomar otro tipo de medidas y caminos, que generalmente postergan la
conservación frente a prioridades más inmediatas. Al no ubicar a las familias dentro
del contexto socio político actual del país, se corre el riesgo de negar la agencia de
las mismas y operar a partir de una mirada desactualizada y desfasada del sector de
la agricultura familiar.
“Desconocimiento por el valor que tienen ellos. Ellos piensan, por ejemplo... la
preocupación era… Van a mejorar condiciones cuando tengan ingresos…
Entonces por mejorar ingresos, por su afán de mejorar ingresos, educar a sus
hijos, ¿qué hacen ellos? Solamente siembran una variedad comercial. En
papa, la papa blanca o el papa huayro o seleccionan de las nativas una o dos
y lo demás como que se arrincona, entonces eso es por desconocimiento. Un
desconocimiento de que todas esas variedades tienen un enorme valor”.
(Facilitador del proyecto In Situ, 11/04).
“Mi preocupación es que cada vez que subo a la zona andina como que veo
desierto, como te dije en la conversación, de lo que era 80 familias ahora hay
30, los 50 están en la ciudad de Huánuco, ves lleno de motocares que no te
dejan ni caminar por la calle, están aquí o están en Lima o están en algún lugar
de la selva. El por qué todavía estamos aún por saber. ¿Por qué la gente
migra? ¿Cuál es la razón, cuál es el sentido? Y la pregunta es, ¿en algún
momento la gente de acá de la ciudad volverá nuevamente a sus tierras,
volverá? Esa es la gran pregunta” (Facilitador del proyecto ABISA, 26/03).
Esta forma rígida y determinista de pensar el espacio rural parte de una serie
de supuestos que al llevarse al terreno de lo práctico y articularse con otras teorías
agrícolas locales de conocimiento y otras formas de producir ruralidad generan
tensiones que no hacen más que avivar el círculo de desencanto y frustración que ya
existe entre los agricultores respecto a las intervenciones externas. Más allá del fin
de los proyectos, si se opera a partir de conceptualizaciones románticas, se corre el
riesgo de implementar intervenciones paternalistas que no generen repercusiones
positivas sobre los sujetos con los que se trabaje. El tipo de desarrollo rural propuesto
por estas intervenciones no hace más que acentuar distancias y perpetuar las
desigualdades al invisilizar la situación real de las familias.
123
4.3 Balance
discurso que pasa por alto estos procesos actuales son peligrosas, pues, en última
instancia, se está negando la profunda desigualdad de la estructura de la sociedad
nacional, lo que refuerza el círculo de pobreza en el que históricamente se ha visto
envuelto el sector de la agricultura familiar. Esta situación dificulta el desarrollo de
políticas adecuadas tanto en materia de agrobiodiversidad, como dirigidas al sector
de la agricultura familiar a grandes rasgos.
125
5. CONCLUSIONES
las otras formas que existen de relacionarse con la agrobiodiversidad, sino que
también provocó el descuido de la multiplicidad de factores que caracterizan a la
actividad agrícola en las comunidades y, en última instancia, de los procesos y
dinámicas rurales mayores en la que esta se inscribe.
En el capítulo tres abordé el tema de las prácticas. Para ello, utilicé el concepto
de estrategias familiares, que me permitió acceder a un repertorio mayor de
actividades que realizan las familias como respuesta a las nuevas oportunidades. El
objetivo fue centrar la atención en las prácticas concretas de las familias en un
ambiente caracterizado y reconocido a nivel nacional por su vasta diversidad agrícola.
Al analizar la información recogida, tomando como base a diez familias de las
comunidades, pero complementando el análisis con nuevos actores que emergen en
los espacios rurales, demostré que dichas actividades trascienden el terreno de la
agrobiodiversidad, la cual no siempre ocupa una posición central dentro de las
estrategias de las familias y, por tanto, tampoco la conservación de la misma; aun en
los casos en que la actividad agrícola es central, esta no implica necesariamente un
aprovechamiento exitoso de la agrobiodiversidad.
Por último, el capítulo final trata el tema de las narrativas y las distintas formas
de valoración de la agrobiodiversidad. La intención fue mostrar la existencia de una
diferenciación estructural entre la forma de relacionarse y experimentar la
agrobiodiversidad desde los agricultores, por un lado, y desde los proyectos y agentes
externos, por otro; y la importancia de tenerla en cuenta en la implementación de
intervenciones que sean coherentes con la realidad y no terminen por reducir el
espacio rural únicamente al ámbito de la conservación. En este punto, resalté
nuevamente la importancia de tener una mirada más amplia de los nuevos procesos,
donde la conservación es uno de los muchos aspectos que lo componen.
Dimensiones de la conservación
El problema central que ocasiona este desfase entre los objetivos de los
proyectos y la realidad está relacionado a la visión reduccionista que estos tienen de
la situación de las familias agricultoras, que restringe lo agrícola y lo rural a la
conservación. A grandes rasgos, cualquier tipo de intervención de desarrollo debe
tomar en cuenta la existencia de una agricultura familiar dinámica; que se transforma
y reacciona a los cambios macroeconómicos del entorno. La realidad muestra que
este sector se aleja cada vez más de la definición del campesinado clásico, que
produce para la subsistencia y tiene como único objetivo la reproducción de la unidad
familiar; definición que, en definitiva, encaja de manera más adecuada con el
conservacionista de manual. La realidad es más compleja y refleja una agricultura
familiar en transformación que interactúa constantemente con otros actores y
espacios que van más allá de las características que tradicionalmente se le han
adjudicado al espacio rural.
129
Este sector, que se adapta y aprovecha las oportunidades que los nuevos
contextos ofrecen, entra en tensión con el tipo de agricultor ideal promovido por el
discurso conservacionista. Emerge así un sector donde el mercado empieza a tener
cada vez más un papel más determinante y protagónico dentro de las estrategias que
las familias desarrollan, las cuales no se reducen únicamente al terreno de lo agrícola.
Así, al hablar del sector de la agricultura familiar, es fundamental tomar en
consideración otro tipo de factores que forman parte del nuevo escenario de las
familias; por ejemplo, la educación, el peso de las actividades no agropecuarias o la
migración. A pesar de esto, la actividad agrícola continua siendo central para la
mayoría de familias, pero esto no supone necesariamente un beneficio en términos
de agrobiodiversidad; por el contrario, esta solo forma parte de las estrategias de
algunas familias. En otras palabras, vivir en una zona agrobiodiversa no
necesariamente se traduce en beneficios significativos concretos obtenidos en torno
a esta riqueza.
Solo en pocos casos, que cumplen con ciertas condiciones (capital, terreno
adecuado, conocimiento, capital social, entre otros), la agrobiodiversidad supone y se
presenta como una fuente para obtener beneficios concretos e incrementar los
ingresos. Por ejemplo, al implementar un negocio a partir de la comercialización de
papas nativas (F2), abastecer a supermercados regionales con productos de
agrobiodiversidad (F2 y F6) o distribuir productos alternativos como duraznos y
granadillas por diversos puntos del país (F1). Tomando como base los casos de la
muestra base, las cuatro familias mejor posicionadas (F1, F2, F3 y F6) son quienes
han logrado favorecerse en términos monetarios de la agrobiodiversidad. No
130
obstante, la situación más común corresponde a las otras familias que, al no contar
con una base sólida de activos y recursos, tanto físicos como sociales, no logran
aprovechar las bondades de vivir en un territorio que presenta las características
propicias para la producción de cultivos alternativos o de diversas variedades de un
cultivo específico. Este grupo es el más grande y está compuesto por pequeños
agricultores que dependen de la producción de un cultivo comercial. En cuanto al
último grupo, los recursos que les garantiza la actividad principal a la que se dedican
les permite invertir en cultivos específicos y beneficiarse ocasionalmente del territorio
agrobiodiverso; no obstante, no es su principal de ingresos, sino una actividad
secundaria que pueden desarrollar como consecuencia de las actividades primarias
que realizan.
58
El Buen Vivir y el post-desarrollismo son ejemplos de estas nuevas corrientes.
132
busque mejorar las condiciones del sector entendiéndolo integralmente, de modo que
las familias hagan suyo el objetivo de la conservación en la medida que este esté
alineado con sus propios objetivos y realidad. Esto supone, en primer lugar,
desprenderse de visiones esencialistas y ubicar a las familias productoras dentro de
los marcos históricos, políticos y sociales que han configurado sus vidas, donde la
discriminación y la desigualdad han sido una constante. Sin esta mirada más profunda
y realista, cualquier tipo de intervención de desarrollo va a tender al fracaso o va a
seguir generando cambios poco significativos, que se limiten a la superficialidad de
los reconocimientos que, en última instancia, no hacen más que mantener el
desencanto y la frustración entre la población con la que trabajan.
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7. ANEXOS