La autoestima se refiere a cómo nos valoramos a nosotros mismos y está influenciada por cómo nos valoran los demás desde la infancia. La autoestima evoluciona a lo largo de la vida y depende de factores como la aceptación personal, las experiencias pasadas y la valoración por los demás. Los padres pueden ayudar a desarrollar una buena autoestima en los hijos siendo un modelo positivo, estableciendo límites claros y demostrando amor incondicional.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
637 vistas4 páginas
La autoestima se refiere a cómo nos valoramos a nosotros mismos y está influenciada por cómo nos valoran los demás desde la infancia. La autoestima evoluciona a lo largo de la vida y depende de factores como la aceptación personal, las experiencias pasadas y la valoración por los demás. Los padres pueden ayudar a desarrollar una buena autoestima en los hijos siendo un modelo positivo, estableciendo límites claros y demostrando amor incondicional.
La autoestima se refiere a cómo nos valoramos a nosotros mismos y está influenciada por cómo nos valoran los demás desde la infancia. La autoestima evoluciona a lo largo de la vida y depende de factores como la aceptación personal, las experiencias pasadas y la valoración por los demás. Los padres pueden ayudar a desarrollar una buena autoestima en los hijos siendo un modelo positivo, estableciendo límites claros y demostrando amor incondicional.
La autoestima se refiere a cómo nos valoramos a nosotros mismos y está influenciada por cómo nos valoran los demás desde la infancia. La autoestima evoluciona a lo largo de la vida y depende de factores como la aceptación personal, las experiencias pasadas y la valoración por los demás. Los padres pueden ayudar a desarrollar una buena autoestima en los hijos siendo un modelo positivo, estableciendo límites claros y demostrando amor incondicional.
Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4
¿Qué es la autoestima?
Cuando hablamos de la autoestima, nos referimos a la
forma en que cada uno nos valoramos a nosotros mismos. Todos tenemos un concepto sobre nosotros mismos, lo que conocemos como autoconcepto. Se trata de una descripción de nosotros mismos, en las diferentes esferas: física, intelectual, personalidad, relaciones, rendimiento en el trabajo, etc. Las valoraciones e interpretaciones que hagamos de ese autoconcepto, están íntimamente ligado a nuestra autoestima.
Otro concepto importante es la autoaceptación. Es decir,
reconocer y admitir todas nuestras partes, deseables y menos deseables, positivas y negativas, fortalezas y debilidades, aceptarlos como un bloque que nos hace humanos, únicos y valiosos. En definitiva, se trata de la suma de cómo nos sentimos y de cuánto queremos nuestra apariencia, habilidades, capacidades, formas de ser, o conductas, cómo integramos las experiencias del pasado y cómo nos sentimos de valorados por los demás.
La autoestima es algo que vamos desarrollando desde que somos
pequeñitos y nunca deja de evolucionar, cambiar, mejorar o deteriorarse. Está es continuo movimiento. Al igual que nosotros mismos. No es voluntaria, espontánea o natural. Proviene de las condiciones de vida y de lo que cada uno vamos experimentado en distintas situaciones de la misma.
A partir de los 5-6 años aproximadamente, es cuando empezamos a
formarnos una idea de lo que significa ser nosotros mismos. Evidentemente, esta idea va a estar muy influenciada por la forma en que nos valoran los mayores (padre, madre, maestros, etc.). Es decir, la primera valoración de nosotros mismos, va a partir de las valoraciones de los demás. Por lo tanto, es la familia, su modelo, dinámica, valores, etc. la primera influencia en la forma en que nos percibimos a nosotros mismos.
Más adelante, en la adolescencia, empezamos a valorarnos en función
de nuestro grupo de pares y de acuerdo a los criterios culturales que imperen en ese momento. Esta es una etapa crucial, ya que es donde forjamos nuestra propia identidad.
Es por ello, que es sumamente importante, contar con un desarrollo
adecuado de la autoestima. No importa si en nuestra infancia o adolescencia no se reunieron todos los factores necesarios para que así fuese. En la etapa adulta también es posible lograr desarrollar las bases para una autoestima adecuada, que nos proporcione satisfacción y sentimientos de valía.
Estrategias para desarrollar la autoestima de tu hijo (a):
1. Ser un modelo a seguir. Es una
de las estrategias más efectivas: si eres un modelo positivo para tu hijo (a), él (ella) aprenderá de tu manera de ser y de hacer. Los niños aprenden imitando a los adultos. Por tanto, no es efectivo que les 2. Poner límites y normas. Es ordenemos, tener ciertos hábitos importante que como y costumbres si luego nosotros, padres logremos establecer como padres, somos los primeros límites y normas claras para que en actuar de la forma contraria. nuestros hijos se desarrollen Si el niño observa que eres una correctamente. Estos límites no persona que no se valora a sí solo le hacen saber que hay cosas misma, que se está quejando que no deben hacerse, sino que todo el día y que rehúye sus les transmiten un marco de tareas y responsabilidades, lo interacciones en que se pueden más natural es que acabe sentir cómodos y seguros, y por adoptando este modelo tanto sentar las bases de una negativo y se acabe pareciendo buena autoestima. a ti. Por este motivo es necesario Evidentemente, estos límites han que cuidemos de nuestra propia de ser coherentes y razonables. autoestima, además de nuestros hábitos y valores. 3. Censurar el error, no la 4. Detectar y corregir sus creencias persona. Hay distintas limitantes. El pensamiento racional de los maneras de corregir a niños pasa por distintas fases de nuestro hijo cuando comete maduración, y esto implica que no siempre un error: podemos regañarle sigan una coherencia lógica. En ocasiones, y criticarle personalmente o pueden estar nutriendo ciertos podemos enfocar nuestra pensamientos irracionales y erróneos sobre observación en la conducta ellos mismos, cosa que puede afectar inapropiada. negativamente a su autoestima. Si identificas alguna de estas creencias limitantes o equivocadas, es importante que hagas lo posible para corregirla, a fin de que no se consolide en su mente. Por ejemplo, debemos evitar que tengan manías sobre su aspecto físico o que duden 5. Demostrar amor incondicional hacia sobre sus capacidades intelectuales. tu hijo. Muchos padres cometen un Debemos enseñarles a quererse a sí mismos error en común: incentivan que los hijos tal como son. Debemos ayudar a nuestros tengan que “ganarse su amor” hijos a mirarse a sí mismos con objetividad, portándose bien o cumpliendo con para que puedan conformar ciertos logros académicos o de un autoconcepto realista y positivo. cualquier otro tipo. Si les hacemos ver que nuestro afecto no es incondicional, el niño basará su autoestima en la aprobación de los demás y estaremos fomentando que tenga una personalidad retraída.
6. Incentivar que el niño asuma
ciertos riesgos. Los padres sobreprotectores crían niños con una baja autoestima. Si no 7. Dejar que su hijo cometa errores. Cada dejamos que nuestro hijo(a) error es un nuevo aprendizaje. No debemos pueda poner a prueba sus caer en la tendencia de dirigir habilidades y capacidades, no excesivamente la vida de su hijo, porque logrará saber cuáles son sus límites estaremos limitando sus posibilidades de y por tanto no podrá mejorar sus aprender y salir reforzado tanto aptitudes, con lo cual estaremos madurativamente como en la confianza fomentando que sea un niño(a) hacia sí mismo. Las lecciones de vida que se inseguro y miedoso. aprenden en cada experiencia pueden ser importantes para su desarrollo. Debemos fomentar que sus hijos, lejos de experimentar frustración, experimenten con nuevos retos y les apoyemos cuando lo requieran para que puedan ir escalando en sus habilidades cognitivas y en su autoconfianza. 8. Evitar exagerar sus logros y aptitudes. Una buena autoestima no es lo mismo que una autoestima inflada artificialmente, sino que tiene su fundamento en un autoconcepto equilibrado y realista. Por tanto, no debemos tratar de halagar al niño todo el rato y exagerar sus aptitudes y logros personales, sino que simplemente hay que dejarle constancia de sus buenos resultados gracias al esfuerzo y al empeño que él ha puesto en la tarea.
Asimismo, ante algún tipo de preocupación relacionado
con lo mencionado anteriormente, que no se pueda abordar en casa, y/o la necesidad de dialogar, comuníquese con algún miembro de la Comunidad Educativa, Departamento Psicopedagógico, etc., hacerlo vía Sianet, en donde obtendrá una respuesta en el menor tiempo posible.