Travestismo - Wikipedia, La Enciclopedia Libre

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Travestismo

comportamiento e identidad transgénero

El travestismo (también denominado


transvestismo[1] ) es una expresión de
género e identidad de género en la que
una persona se expresa a través de la
vivencia personal. De acuerdo con la Ley
26.743 de Identidad de Género argentina:
"Esto puede involucrar la modificación de
la apariencia o la función corporal a través
de medios farmacológicos, quirúrgicos o
de otra índole, siempre que ello sea
libremente escogido. También incluye
otras expresiones de género, como la
vestimenta, el modo de hablar y los
modales". [2]

Hombre travestido.

La identidad travesti tiene diferentes


connotaciones dependiendo del contexto
temporal, cultural y regional. A pesar de
que durante muchos años se utilizó de
modo despectivo e insultante, el colectivo
trans (travestis, transexuales y
transgénero) apropió el concepto y lo
resignificó convirtiendo al estigma en un
emblema de lucha colectiva.

La principal diferencia entre el travestismo


y la transexualidad es que en el primero se
expresa o se tiene la intención de expresar
una discordancia existente entre el sexo
de cada persona y los roles sociales
asignados a cada género (mediante una
representación, a veces, exagerada, del rol
del sexo contrario), mientras que en la
transexualidad existe una discordancia
real interna entre la identidad de género
propia y el sexo biológico (transgrediendo
así el sistema cisgénero, pasando a ser
una persona transgénero). En palabras
sencillas y en referencia a una persona
transexual, travestismo es la acción de
expresarse socialmente de una manera
concordante con la propia identidad de
género y por lo tanto discordante del sexo
biológico, convirtiendo así al travestismo
en una conducta transgénero.[3]

A la persona que practica el travestismo


se le refiere, de manera general, como
«travesti». Algunos medios de
comunicación utilizan también el vocablo
«trasvestido».[4]
Aunque el término «travestismo» suele
hacer referencia en la mayoría de las
ocasiones a una persona transexual de
forma equivocada, que desea expresarse
de una manera acorde a la propia
identidad de género, el travestismo puede
presentarse en personas de diferentes
identidades y orientaciones sexuales y
englobar en un mismo conjunto a diversas
actividades y comportamientos
transgénero realizados por diversos
motivos, tales como la infiltración, las
representaciones dramáticas, el
entretenimiento, el transformismo, la
adaptación social y como fetichismo
sexual. El travestismo y el cross-dressing
son temas abordados frecuentemente en
varios géneros dramáticos para la
representación artística de personajes;
cuando una persona adopta por motivos
artísticos la actitud y manerismos de un
personaje, este se convierte en
transformismo. El drag es un tipo de
transformismo en el que se practica el
cross-dressing con motivos satíricos. El
travestismo como un fetiche o parafilia
sexual, que suele presentarse en personas
heterosexuales,[5] es conocido como
fetichismo travestista y descrito en el
Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales.[5]
Origen del término

Marlene Dietrich en 1933

Sarah Bernhardt como Hamlet (c. 1880-1885)


Maude Adams como Napoleón II, en la obra L'Aiglon.

La palabra travestismo[6] es una


alteración o adaptación hispana de la
palabra «transvestite». La palabra
«transvestite» fue creada por el médico,
sexólogo y activista alemán Magnus
Hirschfeld, quien la incluyó por primera
vez en su obra de 1910, Die Transvestiten:
eine Untersuchung über den erotischen
Verkleidungstrieb (Los travestidos: una
investigación del deseo erótico por
disfrazarse).[7] Etimológicamente, la
palabra proviene del latín «trans», ‘cruzar’ o
‘sobrepasar’, y «vestite», «vestire» o
«vestitus», ‘vestir’. El término sirvió para
describir a personas que voluntariamente
utilizaban vestimentas socialmente
asignadas al sexo opuesto.[8]

En idioma español existe un antecedente


previo del uso de un término semejante,
empleado para referirse a un hombre
disfrazado. En La Guerra de Chile, un
poema épico anónimo de principios del
siglo XVII, se relata que una mujer
mapuche fue a visitar a su marido, preso
de los conquistadores españoles, y que se
intercambiaron ropas: él quedó como otro
Aquiles trasvestido y de este modo
consiguió escapar mientras su mujer
quedaba prisionera.[cita requerida]

El término ya existía en inglés (travesty)


antes de su establecimiento para referirse
a este tipo de comportamiento, pero se
utilizaba para referirse al subgénero
dramático del burlesque victoriano, el
travesty (posible origen etimológico
italiano o francés). El travesty es un tipo de
burlesque que ridiculiza de manera trivial o
cruda los temas socialmente
dignificados.[9] En las representaciones
dramáticas del travesty era común la
ridiculización de los preceptos de la
etiqueta social y el comportamiento de la
aristocracia, por lo que frecuentemente se
recurría al cross-dressing y al drag para
lograr una completa sátira del tema.[10]

Antes del establecimiento del término se


utilizaban otros similares para referirse al
cisgénero discordante presente en las
personas. Entre los más comunes se
encontraban los términos utilizados como
peyorativos que referían al afeminamiento
o la masculinización y otros términos
como: ginomanía, andromanía, fetichismo
de afeminamiento/fetichismo de
masculinización y hermafroditismo
físico.[7]

Historia

Marcel Duchamp como Rose Sélavy (1921).

El travestismo y otras identidades


trangénero (cross-dressing y drag) han
estado presentes en diferentes aspectos
mitológicos en diferentes culturas
antiguas. Un ejemplo de la cultura griega
cuenta la anécdota en la que Tetis, madre
de Aquiles, escondió a su hijo vistiéndolo
de mujer para evitar que fuese llevado por
Odiseo a la Guerra de Troya.[11]

El travestismo también se presenta en


diversos relatos folklóricos como Hua
Mulan, balada china que cuenta la historia
de una joven que se enrola en el ejército
haciéndose pasar por hombre.[12] El
travestismo se considera una
abominación en la percepción bíblica,
donde dice que un hombre no debe usar
los ropajes que le corresponden a una
mujer y viceversa, de manera que se
cometa una rebelión o irrespeto contra lo
que Dios designó en las personas (se
refiere a la percepción discordante del
género biológico).[13]

Existen diferentes personajes históricos


que han transgredido las normas sociales
convencionales al recurrir al cross-
dressing y al travestismo. Una historia
(legendaria) cuenta el proceso en el que
una mujer, la Papisa Juana, se convierte
en el primer pontífice femenino cuando
engaña a la iglesia al disfrazarse de
hombre para ser electa para el Papado.[14]
En tiempos de la Edad Media y la Edad
Moderna existieron otros personajes que
recurrieron al travestismo para evadir las
normas sociales como Juana de Arco y
Catalina de Erauso. Juana de Arco fue la
primera líder militar femenina en Francia
en la Guerra de los Cien Años y fue
ejecutada por una corte católica, que
declaró que merecía la hoguera por herejía
y por haber tomado un papel
exclusivamente masculino.[15] En el caso
de Catalina de Euraso, se disfrazó de
hombre para escapar de un convento,
luego se convirtió en exploradora en
América.[16]
Hasta el siglo XVIII los géneros
dramáticos prohibieron la actuación
femenina por lo que incluían la
participación de miembros del elenco
masculino disfrazándose de personajes
femeninos o viceversa. En la Comedia de
la Restauración inglesa lo mismo que en el
teatro kabuki japonés eran frecuentes en
el elenco los actores travestidos. Algunos
cross-dressers en el siglo XVIII fueron: las
piratas Anne Bonny y Mary Read, la militar
Ulrika Eleonora Stålhammar y la marina
Hannah Snell, Carlos Eduardo Estuardo
que huyó de una batalla disfrazado de
mujer, el actor de comedia de la
Restauración Edward Kynaston y el espía
señorita/caballero d'Eon.

En el siglo XIX y hasta mediados del XX, el


cross-dressing se convirtió en un
elemento importante en diversos
espectáculos de variedades del show
business. Un elenco de determinado
género se presentaba como un grupo de
personajes del género contrario que se
concentraban en espectáculos de
burlesque, minstrel, vodevil y revista.[10]
Tanto en tiempos de la Guerra de
Secesión, como en la Primera Guerra
Mundial (Dorothy Lawrence) se registraron
algunas mujeres que combatieron
disfrazadas de hombres.[17] Algunos
casos de travestismo del siglo XIX y el
siglo XX incluyen a: George Sand, Nellie
Farren, Marlene Dietrich y Billy Tipton.

Cross-dressing
El cross-dressing o crossdressing es la
práctica en la que se utiliza la vestimenta
socialmente asignada al género
opuesto.[18] El cross-dressing tiene
diversos motivos, pero no tiene un motivo
específico. El cross-dressing es
estereotípicamente y erróneamente
asociado como una conducta transexual u
homosexual, y es posible que se presente
en cualquier orientación sexual y no
necesariamente en referencia a un género
u orientación específica. El cross-dressing
se manifiesta con mayor frecuencia entre
hombres heterosexuales esto incluso en
las mujeres heterosexuales pasa a
disfrazarse y el cambio de roles de género
puede considerarse universal tabú en la
sociedad y en la cultura civil humana un
tipo de perversión.[19]

El cross-dressing ha tenido diversos


propósitos a lo largo de la historia, y ha
sido principalmente un método de rebelión
en el que se transgredían los preceptos
sociales tradicionales religiosos, militares
y educativos. El cross-dressing fue
determinante en el desarrollo de la
igualdad de género, y se ha presentado en
diferentes iconos históricos que lucharon
por obtener la ventajas sociales que le
eran proporcionadas al género opuesto. El
cross-dressing sirve como elemento
artístico y en algunos casos como
identidad sexual.[20]

Características
Los travestis son personas que adoptan
características físicas y psicológicas
propias del sexo opuesto, es decir, en
ocasiones adoptan las vestimentas y
actitudes convencionalmente designadas
y utilizadas por el sexo opuesto. Cabe
mencionar que en la gran mayoría de los
casos, estos no han sido sometidos a
operaciones quirúrgicas para cambio de
sexo biológico.[21] La persona no se siente
satisfecha desempeñando exclusivamente
el género asignado a su sexo, y le gusta
representar ambos géneros, por ello es
equivocado equiparar el trasvestismo a
transgénero, donde el cambio de
vestimenta y actitud de género es
permanente.[21]

Los travestidos, a pesar de sentirse bien


con el sexo que nacieron y no tener
especial problema con su género, sienten
una peculiar satisfacción al escenificar al
sexo opuesto. Se considera que los
travestidos son personas que padecen
cierto grado de disforia de género, lo que
hace que acaparar el género opuesto les
resulte atractivo.[cita requerida][21]

Es importante matizar que, comúnmente,


estas personas aceptan su sexo y su
identidad sexual biológica y no tienen
conflicto con su cuerpo y genitales. Así
mismo, no presentan signos de
homosexualidad en su mayoría, pudiendo
desarrollar familias y empleos
estables.[21] A diferencia del transexual, no
se sienten presos en un cuerpo
equivocado. Los travestis visten con ropas
impropias de su sexo, con el objetivo de
transgredir normas sociales, y por añadir
matices y ampliar su género e identidad
sexual; encontrando placer en la
representación del sexo contrario que para
gran parte de la sociedad resulta
ofensivo.[21] En definitiva, les gusta ser
flexibles para adoptar indistintamente los
géneros masculino y femenino. El
travestismo siempre supone, para quien lo
realiza, un acto de transgresión y sátira de
los roles de género establecidos
socialmente de forma histórica.[21]
Algunos autores consideran que toda
mujer que se viste de varón es transexual,
no travesti, porque lo que caracteriza al
travesti varón es la excitación sexual que
le provoca el hecho de vestirse de mujer y
la mirada del otro ante la revelación de lo
que oculta bajo sus ropas mientras que en
el caso de las mujeres que se visten de
varón esto no ocurre. Según esta visión, la
mujer no sólo no se excita sino que se
avergüenza si se descubre su identidad
femenina.[22] Tal situación no es cierta,
toda vez que la misma emoción por la
transgresión social realizada y la
revelación de su sexo real.[21]
Travestismo, transgénero o
cross-dressing
Existen desacuerdos sobre la neutralidad en
el punto de vista de la versión actual de este
artículo o sección.

Transexuales tailandesas

Algunas personas llegan a modificar


físicamente sus cuerpos mediante
hormonas, depilación del vello corporal e
incluso cirugía para feminizar o
masculinizar sus cuerpos. El objetivo de
estos cambios es lograr un aspecto más
femenino (si es hombre) o masculino (si
es mujer), sin llegar a la operación de
cambio de sexo porque tienen conflicto
con su sexo biológico. Quieren tener una
apariencia física acorde con la identidad
de género que desean, como es el caso de
los Kathoey tailandeses.

En algunos sectores de la comunidad


trans ha empezado a utilizarse
recientemente el término crossdresser
(acotado: CD) para designar a aquel que,
independientemente de su orientación
sexual, cambia de ropas y aspecto
adoptando los del otro género, pero sin
identificarse con este excepto durante el
tiempo que dure la experiencia travestista.
Por contraposición, un travesti es la
persona que se siente identificada con el
género al que cambia en todo momento,
incluso si está vestido con su ropa
habitual, en tanto que un transexual es la
persona que no se siente identificada con
el sexo que se le asignó al nacer. La
diferencia entre estos términos proviene,
por tanto, del grado de identificación que
el sujeto tiene con el sexo al que se
cambia.[23]
Travestismo y orientación
sexual
El "travestismo no fetichista" (F64.1)
aparece como una alteración de la
identidad de género en la CIE-10. Sin
embargo, el DSM-5 ha descatalogado el
travestismo como trastorno sexual o
identitario. Este "travestismo no fetichista"
no se relaciona con el placer sexual sino
que es una incursión temporal en la
indumentaria y/o los accesorios del sexo
opuesto con el fin de satisfacer una
necesidad psicológica.

El travestismo fetichista, en el cual el


sujeto incorpora elementos del sexo
opuesto como objetos imprescindibles
para la consecución del placer, difiere
totalmente del travestismo no fetichista y
hace relación a una parafilia. Esto se debe
a que este fetichismo estructura un patrón
sexual y tiene un grado de significación
altísimo en la vida sexual del sujeto. En el
DSM IV aparece en la lista de los
trastornos sexuales y de la identidad
sexual dentro de la sección relativa a las
parafilias como fetichismo travestista
(302.3) y el diagnóstico no puede hacerse
en los casos en los que el travestismo
aparece en el transcurso de un trastorno
de la identidad sexual.[5]
El grado con el que el individuo se
trasviste depende del hábito corporal y su
habilidad. Puede hacerlo tanto de manera
ocasional y en solitario como involucrarse
completamente en la subcultura
travestista.

Algunos llevan una única prenda del sexo


opuesto bajo un atuendo reglamentario
mientras que otros prefieren vestirse y/o
maquillarse de acuerdo a las pautas
culturales propiciadas por el sexo
opuesto.

En el caso descrito por el DSM IV, que sólo


se da en varones heterosexuales con un
aspecto completamente masculino, el
individuo guarda una colección de ropa
femenina que utiliza para travestirse y así
masturbarse, con lo que se siente al
mismo tiempo el sujeto masculino y el
objeto femenino de su fantasía sexual.
Esa prenda puede ser un objeto erótico en
sí mismo y utilizarse luego de la
masturbación para tener relaciones
sexuales heterosexuales.

En general, aunque empieza en la infancia


o en la adolescencia, el vestirse de mujer
no se hace en público sino hasta que el
individuo es adulto.
En ocasiones puede tener relaciones
homosexuales, pero no
necesariamente.[5]

El sexólogo alemán Magnus Hirschfeld


señaló, en su obra clásica Die
Transvestiten (1910) algo que posteriores
estudios han confirmado: que el travestido
es casi siempre de orientación
heterosexual, aunque algunos travestidos
pueden ser bisexuales y más raramente
homosexuales. El travesti busca expresar
el lado femenino de su personalidad.
Considera que su rol social masculino se
lo impide y necesita recurrir a la ropa
femenina para ello. De la feminidad suele
destacar los rasgos de suavidad,
elegancia y belleza.

En las mujeres el significado del


travestismo es también una cuestión
política y no una fantasía masturbatoria. El
uso de vestimenta masculina ha sido
considerado una grave violación de los
mandamientos divinos por parte de las
mujeres mucho antes de ser condenado
por la ley civil y jurídica: [24]

Una mujer no se vestirá


de varón y un varón no
se pondrá ropa de
mujer, y el que lo hace
es una abominación a
los ojos de Yahvé.
(Deuteronomio 5 (22-5)

Ya a partir de la Edad Media la práctica del


travestismo en las mujeres fue
considerada por la Iglesia una subversión
de la política de la distinción de los sexos
y acarreaba el peligro de una destrucción
de la moral ya que cualquier
transformación de la apariencia humana
significa desfigurar la obra divina.[25]

Desde Juana de Arco hasta George Sand


el travestismo femenino ha tenido
históricamente más de reivindicación
política que de fantasía sexual. Vestirse de
varón, para una mujer, significaba una gran
rebeldía.[24]

En el cine
Mi vida en rosa
Mulán

Véase también
burlesque travesty
crossplay
drag king
drag queen
flower boy
kathoey
transformismo
transexualidad
transgénero
sistema de género
binarismo de género

Referencias
1. «Transvestismo» , artículo en el
diccionario médico Doctissimo.
Consultado el 28 de febrero de 2012.
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2018.
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Belfus, Inc. ISBN 1560532378.
4. Varios casos del barbarismo
trasvestismo:
«El actor trasvestido Jaye
Davidson era en realidad una
mujer» , en el diario Clarín
(Buenos Aires) del 17 de abril de
1997.
«Un agente del FBI trasvestido» ,
en el diario Clarín (Buenos Aires)
del 3 de abril de 1998.
«Un trasvestido criollo que vive en
Italia» , en el diario Clarín (Buenos
Aires) del 8 de julio de 2000.
«Russell Brand solía presentarse
trasvestido» , en el diario Clarín
(Buenos Aires) del 22 de agosto
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póg. 543. Barcelona, Masson. ISBN 84-
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. «Travestismo» , artículo en el
Diccionario de la lengua española, de
la Real Academia Española.
Consultado el 26 de febrero de 2012.
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University Press. ISBN 0199244103.
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(en inglés). University of California
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11. Achilles Artículo en In2Greece;
consultado 28 de febrero de 2012
12. Hua Mulan, history or legend?
Transcripción y traducción en inglés
de la leyenda original en Chinese
Swords Guide; consultado 28 de
febrero de 2012
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dressing / transvestism? Respuesta
en got Questions.org
14. Pope Joan Artículo de la Enciclopedia
Católica en newadvent.org
15. The Death of Joan of Arc Artículo en
inglés en Joan of Arc; consultado 28
de febrero de 2012
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Enciclopedia militar
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patriotism and patience (en inglés).
Gale Cengage Learning.
ISBN 1432824600.
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Merriam-Webster Dictionary;
consultado febrero 2012
19. Cross-dressing Artículo en inglés en
glbtq; consultado 29 de febrero de
2012
20. Crossdressing - Gay Sex Dictionary
Artículo en GayDemon.com;
consultado febrero 29,2012
21. Westbrook, Laurel (enero de 2013).
«Doing Gender, Determining Gender:
Transgender People, Gender Panics,
and the Maintenance of the
Sex/Gender/Sexuality». Gender &
Society.
doi:10.1177/0891243213503203 .
22. Millot, Catherine (1984). Exsexo,
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23. «Differences between a fetish lover, a
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sitio web Helium, 7 de marzo de 2009.
24. Nicole Pellegrin (2006). «Le genre et
l’habit. Figures du transvestisme
féminin sous l’Ancien Régime» .
Femmes travesties: un mauvais genre,
revista Clio, numéro 10-1999 (en
francés). Consultado el 29 de febrero
de 2012.
25. Claude Noirot (1609). Origine des
masques, citado por Nicole Pellegrin
(2006).
Datos: Q486680
Multimedia: Transvestites

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