La Ontología y La Pregunta Por El Ser
La Ontología y La Pregunta Por El Ser
La Ontología y La Pregunta Por El Ser
La filosofía primera
De acuerdo con esta transformación, la filosofía dejó de ser una cierta "física" tal y
como sucedió en el caso de los pensadores iniciales, para convertirse en un saber
acerca de lo suprasensible, es decir, de los objetos del pensamiento situados más
allá de lo físico.
La ontología pregunta por el ser en cuanto ser, o también por el ente en cuanto ente;
es decir, que en cuanto pregunta por el ser en ella está contenida la pregunta por
todos los entes. Pero la ontología no considera los entes según su determinación
particular o su entidad — no los considera en cuanto "montaña", "piedra", "perro",
etc.—, sino en cuanto entes, es decir, en vistas al ser y a la relación que sostienen
con el ser en general. Captar intelectivamente, esto es, estar ya en posesión de la
pregunta propia de la ontología.
¿Qué es el ser?
Como lo indica el filósofo alemán Martin Heidegger, el ser es, en algún sentido, el
más universal pero también el más vacío de todos los conceptos. En cuanto tal,
parece escapar a todo intento de definición, pues el pensamiento no llega a decir
propiamente lo que el ser es. Por otra parte, a pesar de que, según dijimos, el ente
es o de que el ser es el principio a partir del cual todas las cosas adquieren su
entidad, el ser se sustrae a su manifestación sensible o empírica. Y, sin embargo,
pese a esta universalidad, todos nos mantenemos ya en una cierta comprensión del
ser. Nosotros mismos estamos, por así decirlo, contenidos en él. De modo que,
aunque parezca paradójico, con el ser ocurre un poco lo que San Agustín indicaba
en relación con el tiempo: "Mientras no me lo pregunten sé lo que es, pero tan pronto
me preguntan ya no lo sé".
En la vida cotidiana siempre comprendemos el ser a través de los entes que nos
rodean y con los que nos relacionamos. Nosotros mismos nos ponemos en una
relación, esta vez inmediata con el ser, por cuanto, como dijimos, estamos ya
contenidos en él. Tan es así que si no tuviéramos esta especie de comprensión
previa no sabríamos cómo conducirnos en el mundo. Pero esta comprensión es un
supuesto, algo meramente sobrentendido que no engendra ningún saber acerca del
ser, que no implica necesariamente ninguna conciencia ni ninguna pregunta en
torno a él.
CIBERGRAFÍA:
SERRANO, Federico – Otros. "Filosofía I". Bogotá: Ed. Santillana. 2006.