Penny. 'Estandarización' en Variación y Cambio Español
Penny. 'Estandarización' en Variación y Cambio Español
Penny. 'Estandarización' en Variación y Cambio Español
VARIACIÓN
Y CAMBIO
EN ESPAÑOL
7
HH~ll ~ l·'i' hol 11 ESTANDARIZACIÓN
Jua11 S;i11dic1 l\kmla
<lucir completamente la variación en la variedad que está sujeta a él. No debemos pasar por alto el hecho de que el sistema ortográfico
Esta eliminación de variantes, en efecto, se aplica a los casos de va- que se usa para escribir una lengua puede afectar a la fonología de las
riación que se deben al resultado normal de cambios que se están di- variedades habladas. Aunque los sistemas ortográficos, cuando se
fundiendo por la sociedad (apartado 3.4), al igual que a los casos de aplican por primera vez a la lengua, siguen generalmente la estructura
variación que son más estables y existen desde hace mucho tiempo 1• fonológica de (alguna variedad con alto prestigio de) esa lengua, esta
La estandarización es un proceso que tiene lugar dentro de la len- relación recíproca entre letra y fonema puede alterarse (mediante el
gua escrita, y que es, de hecho, inconcebible en ausencia de escritura. cambio fonológico, ideas etimológicas preconcebidas, etc.), de modo
Sin embargo, las variantes seleccionadas para usarse en la escritura que se producen discordancias. Dado el prestigio que se asocia con
pueden luego desplazar a sus competidoras de aquellas variedades de la escritura, los hablantes de la lengua pueden llegar a creer que las
la lengua hablada que tienen mucho en común con la lengua escrita distinciones que se hacen en la escritura deberían reflejarse en las dis-
(las que están basadas en la lengua escrita y se emplean en ocasiones tinciones fonológicas, y pueden, por tanto, realizar cambios en la pro-
sociales formales), y pueden seguir seleccionándose igualmente en nunciación. Así, pudo haber existido una conciencia ortográfica (en
otras variedades, debido al prestigio asociado con las formas escritas este caso la escritura latina de cRunus, NIJ2US, NUJ2US, v AJ2UM) que re-
de la lengua. Pero como la estandarización pertenece esencialmente a solvió la variación en primitivo español medieval entre crudo, nido,
la lengua escrita, no puede, en principio, afectar directamente a los desnudo, vado, etc. y crúo, nía, desnúo, vao, etc., a favor de las for-
niveles fonético y fonológico de la lengua. Es decir, que aquellos que mas con /di (véase el apartado 1.2). De igual modo, la (re )solución de
usan un estándar dado pueden actuar así en la escritura, pero diferir la variación entre parejas del tipo escrebir ~ escribir, recebir ~ reci-
unos de otros en la pronunciación. No obstante, es probable que el bir, vevir ~vivir (ocurrida en el siglo XVI a favor de las formas escri-
habla de los que son responsables del desarrollo del estándar lingüís- tas con (i) y pronunciadas como /i/ átona, a pesar de la fuerte presión
tico (generalmente, los miembros de grupos urbanos poderosos) sea disimilatoria que condujo a la preferencia por decir, sentir, etc., a par-
investida del prestigio que deriva de su asociación con (incluyendo el tir de los antiguos dezir ~ dizir, sentir~ sintir, etc.) puede deberse a la
control de) la lengua escrita, de modo que los rasgos de pronuncia- influencia de la escritura latina de scRIBERE, RECIPERE, VIVERE (Penny
ción propios de estos grupos pueden llegar a constituirse eficazmente en 2002: 188). A su vez, aunque sin éxito a la larga, los maestros de es-
un estándar fonético, y con el tiempo es probable que haya una reduc- cuela, especialmente en Hispanoamérica, intentaron a menudo intro-
ción de la variación fonética y fonológica en la sociedad en cuestión. ducir la labiodental /v/ en las palabras que se escribían con (v) (p. ej.,
vivir), a fin de crear una oposición con (b) (p. ej. beber); esto, a pesar
del hecho de que ha habido un solo fonema bilabial sonoro no nasal
1
Siguiendo a Weinreich, Labov y Herzog (1968), se ha convertido en máxima
en español desde el siglo xvI (véase el apartado 3.1.3.3).
de la sociolingüística que no puede tener lugar ningún cambio si no es a través de En el caso de la estandarización del español, casi todos los proce-
los mecanismos de variación, aunque un caso de variación no implica necesaria- sos en cuestión ocurrieron en España, con resultados normativos que
mente que un cambio esté en marcha. Sin cmhnrgo, es probable que lo· cusos de va- se extendieron al resto del mundo hispanohablante 2 • Únicamente des-
riación aparentemente estahlcs semi CJCmp lo~ Jnnde d camlno ~c hu 1.ktcnido por
alguna razón, tanto en su expansión u trnvi:s de un territorio, como 1.:n ~u uv1111cc de
2
hablante a hablante en la mbma localidad, o inclusll en i.11 expansión u Lmvés del Sin embargo, los efectos de la estandarización en español no alcanzaron al ju-
lexicón. deoespañol, tal como vimos (apartado 6.3.5).
294 Variación y cambio en español Estandarización 295
1964: 485-486). Entre los rasgos más limitados geográficamente te- diferencia del sistema de escritura tradicional denominado general-
nemos6: mente 'latín'; véase Wright 1982), no había posibilidad de desarrollo
de una lengua estándar basada en el habla de Burgos. Sin embargo,
1. Empleo de /h/ glotal, como resultado de F- latina, mientras muchos de los rasgos del habla de Burgos se extendieron desde su
que las zonas vecinas mantenían la labiodental /f/ (p. ej., núcleo de origen, desde el siglo XI en adelante. Esto ocurrió en parte
/húmo/ frente a /filmo/< FOMU; apartado 3.1.3.2). como resultado del asentamiento de gentes de Burgos en otras áreas,
2. Uso de /3/ prepalatal como resultado de los grupos latinos siguiendo las conquistas militares de Castilla durante los inicios de la
-e'L-, -G'L-, -L- + [j], mientras que las regiones limítrofes pre-
Reconquista (apartado 4.1.7), y en parte como resultado de procesos
sentaban /JJ (p. ej., /abé3a/ frente a /abéf..a/ < APie(U)LA; apar- de acomodación (apartado 3.1.1) que conducían a los hablantes en un
tado 3.1.3.1). área cada vez más grande a imitar el habla de la ciudad de Burgos,
3. Pérdida de la consonante palatal inicial (probablemente !JI en política y culturalmente prestigiosa. Fue decisivo que los grupos de
latín hablado) cuando iba seguida de una vocal palatal tónica, hablantes que empleaban variedades que se habían desarrollado en el
mientras que las otras áreas mantenían una palatal de algún área de Burgos lograran poder social y político en Toledo, siguiendo
tipo (p. ej., /enéro/ frente a ¡Jenéro/, /3enéro/, etc. < *JE- a su conquista en 1085. Asimismo, en la mezcla dialectal que surgió
NUARIU).
consecuentemente en la nueva capital castellana, se favorecieron con
4. Empleo de la africada prepalatal /tJ/ como resultado del gru- más frecuencia los rasgos del habla de Burgos que los de las varieda-
po latino -CT-, mientras que en zonas más alejadas se mante- des regionales toledanas (apartado 4.1.1) o los traídos por otros inmi-
nía /ti latina, algunas veces precedida de una yod (p. ej., grantes (véase el apartado 3.1). Por consiguiente, cuando el habla de
/estretJo/ frente a /estréito/, etc.< STRICTU). la clase superior toledana se eligió como base del estándar castellano,
5. Empleo de la africada dental /t'/ como resultado de los grupos estaba caracterizada por un número significativo de rasgos importa-
latinos -se- (seguido de una vocal palatal), -se + [j] y -ST +
dos de Burgos.
[j], etc., mientras que las áreas vecinas mostraban la fricativa La elección del habla de Toledo como fundamento del estándar se
prepalatal /J/ (p. ej., /kret'ér/ frente a /kreJér/ < eRESeERE, siguió de la importancia política y religiosa de la ciudad (fue la sede
/at'uéla/ frente a /aJuéla/ < AseroLA). de la Iglesia castellana y el asiento más habitual de la corte), y de su
6. Mantenimiento de /o/ sin diptongar como resultado de ó tó- prestigio cultural (fue allí donde se emprendieron las mayores empre-
nica latina ante yod, mientras que las variedades cercanas sas científicas y literarias de los siglos xu y xm). Cuando se introduje-
presentan un resultado diptongado (p. ej., /ó30/ frente a ron desde Francia nuevos sistemas de escritura romance (aplicados
/uéf..o/, etc. < oeuw). esporádicamente desde finales del siglo XI, y con mayor regularidad
desde principios del xm; véase Wright 1982), se usaron para escribir
Puesto que, en ese momento, no existía en España ningún sistema
textos literarios y no literarios empleando variedades del romance
ortográfico que fuera capaz de reflejar la fonología de ese período (a
propias de un amplio conjunto de localidades. Pero, dentro de Castilla
(y León tras la unión definitiva de las coronas en 1230), fueron los
6
Algunos de estos rasgos evolucionaron posteriormente, como la caída de /h/ rasgos del español culto toledano los que pronto se volvieron preemi-
(apartados 3.1.3.2, 4.1.7.2.3), desafricación y adelantamiento de /ts/ (apartados
3.1.3.1, 4. 1.7.2.1), velarización de las sibilantes palatales (apartado 3.1.3.1 ).
nentes en la escritura. A causa del empleo abrumador de esta variedad
298 Variación y cambio en español Estandarización 299
en la producción literaria, legal y científica del scriptorium de Alfon- principios del período moderno. Sin embargo, aunque los rasgos del
so X el Sabio (1252-1284), se convirtió en el modelo para todo tipo habla noroccidental, extendida hacia el sur durante la Reconquista
de escritura, incluida la de los documentos de la Cancillería, en todo (apartado 4.1. 7 .1 ), contribuyeron sustancialmente a la mezcla dialec-
el reino. tal que se dio en las principales ciudades portuguesas (independientes
Esta situación continuó hasta mediados del siglo xv1, a pesar de la de Castilla-León desde 1143), el estándar portugués que surgió des-
competencia de Sevilla, gran centro cultural y mercantil (apartado pués, basado en el habla primero de Coimbra y luego de Lisboa, dife-
4.1. 7 .2). Juan de Valdés, el gran árbitro del buen gusto lingüístico, al ría en cierto modo de la norma aplicada en Santiago (que continuó
escribir su Diálogo de la lengua hacia 1535, fundamenta su autoasig- siendo parte de Castilla-León).
nada autoridad lingüística en el hecho de que él es un 'hombre criado Algunos textos escritos a principios del siglo XIII en el reino de
en el reino de Toledo y en la corte de España' 7 • Es evidente que otros Castilla-León muestran determinados rasgos característicos del habla
compartían su percepción del prestigio del uso de la corte toledana, de regiones distintas de Toledo. Así, aparecen varios rasgos leoneses
ya que las formas que él recomendaba eran las que más frecuentes en una versión del Libro de Alexandre, son visibles rasgos castellanos
(aunque no en la totalidad de los casos) llegaron a preferirse en el es- septentrionales en la Disputa del alma y el cuerpo, la poesía de Gon-
tándar escrito. Sus objeciones a menudo poco razonables contra los zalo de Berceo contiene algunos rasgos característicos de La Rioja, y
postulados de Antonio de Nebrija (véase el apartado 7.1.2) se basaban se ha relacionado la lengua del Poema de mio Cid con el este de Cas-
el hecho de que Nebrija era andaluz. tilla la Vieja (Lapesa 1980: 203-205). De igual manera, la lengua del
La situación cambió sólo en 1561, con la creación de Madrid co- Auto de los reyes magos, objeto de muchas controversias, refleja muy
mo capital de España (véase el apartado 3.1.3.1-3). La nueva mezcla probablemente variedades del habla de Toledo distantes de las clases
dialectal que produjo este hecho, mediante la afluencia de los hablan- más cultas, que mantenían determinados rasgos de origen mozárabe.
tes de Castilla la Vieja, dio lugar a la selección de rasgos que diferían Aragón continuó siendo un reino aparte hasta su unión con Casti-
en alguna medida de los empleados en Toledo. De allí en adelante, lla-León en 1474, y fue un territorio donde surgieron dos variedades
independientemente de lo que se pudiera reivindicar desde otros cen- estándar. El catalán estándar se basaba en el habla de las principales
tros, como Valladolid, fueron las variedades cultas del español madri- ciudades del noreste, especialmente la de Barcelona, a causa de su
leño las que se reflejaron mayoritariamente en el estándar escrito. importancia política y mercantil, pero llegó a utilizarse en toda Cata-
Lo que sucedía en Castilla era análogo a las selecciones hechas en luña, Valencia y las Islas Baleares, como resultado de la Reconquista
otras partes de la Península. En el oeste, la antigua importancia de de estas áreas, durante los siglos XIII y x1v. Desde comienzos del si-
Santiago de Compostela como centro cultural y religioso implicaba glo xv1, el estándar castellano se convirtió en el vehículo habitual de
que, cuando surgió la escritura típicamente romance en el noroeste, escritura, y la escritura en catalán retrocedió a los documentos de im-
ésta se basara en el habla de esa ciudad. La escritura gallega de este portancia puramente local, hasta la nueva creación del catalán están-
tipo continuó hasta que fue reemplazada por el estándar castellano a dar en el siglo x1x, que continúa usándose al lado del castellano.
En las regiones interiores de la corona de Aragón, fue Ja ciudad
de Zaragoza la que desempeñó el papel lingüístico más importante.
7
Valdés (1966: 1) hace que su principal interlocutor, Marcio, se refiera a él como Floreciente centro del comercio y de la cultura islámica, fue conquis-
'cortés y bien criado', confirmación de que él afirma pertenecer a los círculos podero-
tada en 1118 por el entonces pequeño reino de Aragón y rápidamente
sos y neos.
300 Variación y cambio en español Estandarización 301
se convirtió en la nueva capital, manteniendo este estatus después de por otros escritores. Mientras que en los comienzos de su reinado, a
la unión de Aragón con Cataluña en 1137. Parece que aquí el desarro- mediados del siglo XIII, existía mucha variación entre la lengua de un
llo de la escritura nunca se basó simplemente en el habla de la ciudad, texto y la de otros (véase el apartado 7 .1.1 ), sólo medio siglo después
que. en el siglo siguiente u su reconqui ta, consistia sin duda en una esta variación se había reducido significativamente. Hacia finales del
me.lela dialc Lal que comprendía variedades llevada:; allí desde los siglo XIII, como resultado directo de los esfuerzos lingüísticos enca-
valles pirenaicos centrales (el territorio migen del reino). junto con minados a la producción de la vasta obra literaria y científica alfonsí,
vancdade mozárabes habladas por la población existente, y otras ya no era posible reconocer los orígenes regionales de los escritores,
formas de habla de inmigrantes de otras áreas peninsulares y transpi- y otros tipos de variación habían descendido en gran medida.
renaicas. Incluso las más primitivas muestras de escritura romance Otro tipo, más efectivo incluso, de codificación informal del es-
pr elucidas en Amg6n mue u·an un predominio d •rasgos castellanos. y pañol fue el que llevaron a cabo los primeros impresores. Ray Harris-
lo mismo seguirá ocurriendo incluso durante el de arrollo di! la e eri- Northall (1996-7), mediante la comparación de los manuscritos de la
tura aragonesa clel siglo x1v promovida por Juan Fcrnándcz tic l lere- Gran conquista de ultramar y la versión impresa de principios del si-
dia. Aunque este estándar arngonés se tlesarr lió en un estado que cm glo xv1 de esta obra, muestra cómo se redujo radicalmente la varia-
pulilicamcntc indepe11dientc de Castill~ no fue independiente del cs- ción de un amplio conjunto de rasgos lingüísticos, y cómo el texto fue
t:'111dnr lingülstico castel tan . que había ·urgido en Toledo en el . iglo revisado exhaustivamente a fin de proyectar las normas favorecidas
xm. y apenas sobrevivió a la unión de las coronas en 1474. por una elite política.
Centrándonos en la codificación explícita, podemos ver que el es-
pañol fue la primera lengua posclásica que se sometió a este proceso.
Desde mediados del siglo xv surgió una serie de empresas lexicográ-
7.1.2. CODIFICACIÓN ficas a pequeña escala (Lapesa 1980: 286-287), seguidas por el mo-
numental Universal vocabulario (1490) de Alonso de Palencia. Aun-
Tras la selección de una variedad con el propósito de que sirva de que éste era un diccionario de latín, su componente español revela
base a la escritura, otra etapa importante en el proceso conducente a una discriminación sutil entre las palabras del léxico bajomedieval.
la estandarización es la codificación de esta variedad. El objetivo de Sin embargo, el trabajo temprano más importante de codificación del
este mecanismo (totnlmenlc inalcanzable en el ciiso de la lengua español, y la primera gramática que apareció de una lengua moderna
hablada) es la 'varia ión mínima de la forma' (l-laugen 1972: 107). (en 1492), fue la Gramática de la lengua castellana de Antonio de
En el caso de la lengua escrita, consiste en post11lur un conjunto de Nebrija (Nebrija 1980) 8 • Nacido en Andalucía, y profesor sucesiva-
reglas invariables ortográficas, gramaticales. léx 1cas y otras, al que mente de las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares, tam-
los éscritores deben conformarse si desean que su escritura alcuncc el bién publicó en 1492 su diccionario latín-español (Nebrija 1973). Su
mayor prestigio.
Aunc¡uc la codificación explícita del castel 1:-rno no comenzó hasta
linales del • 1glo JI. v. las preocupaciones lingüí ·1 itas nrnni festa<.las por 8
La Inglaterra de la baja Edad Media conoció la producción de guías simples de
Alfonso X en los Lrab<üo que patrocinó (apartado 7.1.l) luvieron el uso del francés, destinadas a una aristocracia inglesa cada vez más anglizada; sin em-
cfectn de producir un modelo lingüísLico que podía ser y era imitado bargo estas guías no merecen el apelativo de gramáticas.
302 Variación y cambio en español t:s1011darización 303
tratado de 1517 sobre la ortografia española (Nebrija 1977) ampliaba Academia (desde finales del siglo xx publicadas tras consultar con
la ortografia que trataba en la Gramática. las Academias Asociadas de todos los países hispanohablantes, in-
La única clarificación de Nebrija sobre el tipo de español refleja- cluidos los Estados Unidos) eran acogidas rápida y fielmente por im-
do en sus libros es su comentario sobre la base del sistema ortográfico presores y editores, de modo que la ortografia del español actual, al
('escribo como hablo'), la misma fórmula adoptada por Juan de Valdés menos en los textos impresos, es muy uniforme en todo el mundo.
en su Diálogo de la lengua. Con estas palabras, estos autores reivin- La codificación de la morfología y la sintaxis fue un proceso más
dicaban el evitar la etimología como guía de la ortografia y (si inter- lento. Tras la Gramática de Nebrija (véase más arriba), se publicaron
pretamos sus postulados de manera moderna) igualar sus sistemas innumerables gramáticas del español en España, Flandes y América,
gráficos con el sistema de fonemas que empleaban (y es de suponer durante los siglos xv1 y xvn, incluida, en 1625, la notable Arte de la
que era también el sistema empleado por aquellos que hablaban va- lengua española castellana, de Gonzalo de Correas (Correas 1954).
riedades similares). Que ellos no consiguieran esto totalmente no es En 1771 se alcanzó un hito con la publicación de la primera Gramáti-
nada sorprendente, dado que, al igual que otros estudiosos anteriores ca de la Real Academia Española, actualizada repetidamente hasta
y posteriores a su época no supieron desenmarañar completamente el hoy. El resultado de éstas y de centenares de otras publicaciones gra-
problema sobre la relación entre sonidos y letras. Respecto de otros maticales es que la morfología del español escrito es casi enteramente
aspectos de la lengua, sólo podemos suponer que Nebrija, al igual que uniforme en todo el mundo, mientras que su sintaxis varía en pequeño
Valdés, buscó codificar la variedad de lengua escrita por los hombres grado (véanse, por ejemplo, los apartados 4.1.7.2.7, 5.1.2.5, 5.1.3.2).
cultos de Castilla. La codificación del vocabulario está sujeta a progresos más lentos
A causa de los cambios fonológicos que tuvieron lugar a finales y no puede conseguirse completamente, a causa de la naturaleza
de la Edad Media y principios del período moderno (véase, por ejem- abierta del lexicón. Alonso de Palencia y Nebrija hicieron grandes
plo, el apartado 3.1.3.1-3), el sistema ortográfico establecido en los progresos a finales del siglo xv, y fueron seguidos de manera notable
textos alfonsíes (y adoptado con pequeños cambios por Nebrija) se por Sebastián de Covarrubias, cuyo Tesoro de la lengua castellana o
fue distanciando progresivamente de la fonología del castellano. El española de 1611 continúa dándole primacía al vocabulario empleado
interés por la reforma de la ortografia del español fue constante du- en su Toledo nativo. De nuevo, fue la actividad de la Real Academia
rante el Siglo de Oro, y encontró su expresión en obras como la Orto- Española, realizada públicamente en 1726-1739 en su Diccionario de
grafia castellana de Mateo Alemán, publicada póstumamente en autoridades con tres volúmenes, la que proporcionó la codificación
1609 (Alemán 1950), y la radical (aunque no tenida en cuenta) Orto- léxica más autorizada del español. Las ediciones más recientes del
grafia Kastellana, publicada en 1630 por Gonzalo de Correas (Co- diccionario de la Academia reflejan no sólo el uso escrito peninsular
rreas 1971 ). Sin embargo, la reforma y codificación de la ortografia sino que, con la colaboración de las Academias americanas, aspira
castellana sólo tuvo éxito con el establecimiento de la Real Academia a incluir elementos de todo el mundo hispanohablante pertenecientes a
Española en 1713. Inspirada en el papel de la Académie Fran~aise, distintos registros.
uno de los elementos principales de la consigna de la academia espa-
ñola ('limpia,fija y da esplendor') era la codificación de la lengua, y
los académicos emprendieron explícitamente esta labor en su Orto-
graphía (1741). Esta y las siguientes ortografias realizadas por la
304 Variación y cambio en español e~1undmúación 305
romance castellano, más o menos 'aquellas formas de habla (descen- estableció: 'siempre la lengua fue compañera del imperio; & de tal
dientes del latín) empleadas en el territorio llamado Castilla', donde rnanera lo siguió, que junta mente comem;aron, crecieron & florecie-
Castilla es una entidad política, al principio no soberana, cuyas fron- ron, & después junta fue la caída de entrambos' (Nebrija 1980: 97).
teras la separaban de otras entidades políticas. La existencia de un Imperio no se refiere aquí a lo que conocemos como Imperio español;
nombre de lengua por tanto implica, al menos para sus primeros los barcos de Colón estaban, en efecto, en camino hacia América
hablantes, una conexión entre ese nombre y alguna entidad política 9 . cuando Nebrija escribía, pero el imperio americano todavía no había
La promoción de un nombre de lengua (junto con, o separada- aparecido. Nebrija, sin duda, tenía en mente los territorios gobernados
mente de, la promoción de la lengua a la que se refiere) es por tanto por los monarcas católicos (España, excluyendo aún Navarra, las Islas
un instrumento de la construcción nacional. En el caso de Castilla, es Baleares, la mayor parte del centro y el sur de Italia, Sicilia y Cerde-
verosímil (pero indemostrable, ya que no dejó ningún manifiesto) que ña, las Islas Canarias) y otros territorios que pudieran adquirir. Este
Alfonso X estuviera persiguiendo en parte la creación de una nación era el imperio que, afirmó, compartía el mismo destino que la lengua
cuando promovía el castellano escrito para propósitos tanto adminis- española, y cuyo éxito requería la promoción de su lengua.
trativos como literarios y científicos. Las ventajas, a este respecto, del Nebrija se refiere a la lengua cuyas formas prescribe como la len-
castellano sobre sus competidores del momento fueron considerables. gua castellana, de acuerdo con su más primitivo empleo, en el que el
Cada una de estas lenguas, latín, árabe y hebreo, estaba indisoluble- término castellano era la única denominación disponible para este
mente ligada a una de las tres religiones presentes en Castilla, mientras concepto. El término español (antiguamente españón), y el nombre
que casi todos los habitantes del reino hablaban castellano o alguna España del cual deriva, fueron raros en la Edad Media, cuando se re-
variedad de romance muy próxima 10 • Los efectos políticamente unifi- ferían a la España islámica, o al concepto histórico de la España Ro-
cadores de promocionar el uso del castellano escrito en el siglo xm mana, o al concepto geográfico de la península española. Tras la
son, por tanto, evidentes. unión de las coronas de Castilla y Aragón en 1469, los términos Es~
La explotación nacionalista explícita de la lengua llega sólo a fi- paña y español se comenzaron a aplicar a este reino unificado, de lo
nes del siglo xv. En su discurso dirigido a Isabel 1 de Castilla y Ara- cual se seguía que la principal lengua del estado, hasta entonces lla-
gón, puesto al principio de su Gramática de la lengua castellana de mada sólo castellano, podía llamarse también español. Desde ese
1492, Antonio de Nebrija unió notoriamente lengua y nación cuando momento los dos términos han sido equivalentes, aunque se ha prefe-
rido uno u otro en diferentes épocas y en diferentes lugares. Véase
Alonso (1943) para una historia más detallada de estos términos.
9
En América, las elites gobernantes de los estados poscoloniales,
Los hablantes (p. ej., en Australia y África) que no sienten que pertenecen a nin-
guna unidad política muy a menudo carecen de un nombre para su lengua, y se refie-
que surgieron del Imperio español, eran todas hispanohablantes (aunque
ren a ella mediante expresiones que significan '(nuestra) habla, conversación', etc. los hablantes de lenguas amerindias eran sin duda mucho más nume-
(Lloyd 1991). El nombre inglés probablemente no es típico, ya que estuvo aparente- rosos en estos países de lo que lo son hoy). La idea de la nacionalidad
mente en uso antes de que existiera una entidad política llamada Inglaterra. Sin em- española estaba ligada consecuentemente al empleo del español, al-
bargo, es probable que se refiriera a un grupo de entidades políticas percibidas como gunas veces de manera explícita, como cuando las nuevas constitu-
un conjunto de grupos que tenían una historia común y una cultura similar.
10 ciones convertían al español en la lengua oficial del estado, al igual
Las excepciones fueron las minorías que hablaban vasco o árabe. Ambas minorias
deben de haber sido pequeñas, aunque es imposible calcular sus proporciones reales. que ocurrió también en la constitución española post-franquista.
308 Variación y cambio en español Estandarización 309
La aceptación política del español, implícita durante siglos, era que las consonantes palatales estaban ausentes del latín cuando se
ahora explícita en casi todo el mundo hispanohablante. elaboró su sistema ortográfico), la escritura del español (y otras len-
guas romances) estaba plagada de dificultades a la hora de representar
sus fonemas palatales. Una dificultad similar surgía generalmente en
el caso de las consonantes africadas, aunque no está del todo claro
7.2. CODIFICACIÓN que las africadas no se emplearan al leer textos tradicionales en voz
alta. Otro problema era que la lectura del latín en voz alta no requería
Al estudiar los aspectos intralingüísticos de la estandarización, distinguir entre sibilantes sonoras y sordas, ya que, cuando se creó su
podemos observar una intolerancia cada vez más intensa sobre la va- sistema ortográfico, el latín tenía únicamente una sibilante (la /s/ sorda).
riación en español escrito desde el siglo XIII en adelante. Como anti- La consecuencia de estas dificultades fue una variación muy gran-
cipábamos en el apartado 7 .1.2, este proceso se observa primero y de en la escritura romance de los fonemas pertenecientes tanto al or-
más claramente en la ortografía, donde ha triunfado casi totalmente. den palatal como a la clase de las sibilantes. La ortografia antigua va-
En la morfología, la restricción de la variación es más lenta pero se cilaba, en la representación de !Jll, entre (ni), (gn), (ng) y (nn) (o
impuso casi completamente hacia el siglo x1x, mientras que en sin- abreviaciones de esta última como (fi.) o (ñ) ), /1..1 se reflejaba no solo
taxis la lengua del siglo xx permite todavía algún grado de variación mediante (11) y (1) sino probablemente también mediante (pl), etc. (p.
entre estructuras en competencia. Es en el vocabulario y en la semán- ej., Poema de mio Cid: gallos, !amar, lorar,falir, plorando), mientras
tica, como era de esperar, donde persiste el mayor grado de variación en que el dígrafo (ch) para /tJ/ fue una introducción tardía francesa, des-
la lengua escrita, a pesar de las rigurosas restricciones multiseculares. plazando gradualmente letras ambiguas como (g) y (i) (p. ej., Disputa
Es conveniente dividir cronológicamente nuestra consideración de del alma y el cuerpo: nog [en otros textos noch(e)], leio [en otros tex-
la codificación, aunque las divisiones que hacemos sean arbitrarias y tos lecho]). Asimismo, la escritura antigua no discriminaba de manera
convencionales. Como hemos visto (apartado 1.2), no hay fundamen- consistente entre /s/ y /z/, mostrando (s) o (ss) para ambos fonemas, o
tos lingüísticos que nos permitan periodizar la historia de una lengua. entre /t'/ y /dz/ (p. ej., Disputa del alma y el cuerpo: amaneg_ient, len-
g_uelo, corag_on (donde después la ortografia requirió (<;),para /t'/),fe-
cist (donde más tarde la ortografia requirió (z), para /dz/)).
Los textos alfonsíes son los primeros en racionalizar la ortografia
7.2.1. EL PERÍODO MEDIEVAL del español, empleando un sistema que se acercaba al ideal icónico de
una letra (y nada más que una) para cada fonema. Sin embargo, aún
La emergencia, en las primeras décadas del siglo XIII, de un cor- con la vigilancia y el buen sentido lingüístico de Alfonso y su grupo,
pus no desdeñable de literatura, escrita en el recién elaborado sistema no se pudo producir un sistema completamente icónico. Así, (u) y (v),
ortográfico romance, revela una variación muy considerable, tanto (i) y (j) se empleaban tanto para consonantes como vocales (p. ej.,
entre un texto y otro, como dentro de un texto dado. Puesto que este viejo, vieio, uiejo, uieio (para el moderno viejo), uvo, vuo (para el
sistema ortográfico era una adaptación del sistema diseñado para la moderno hubo)), como en otras partes en Europa hasta la introduc-
lectura en voz alta de textos en latín (Wright 1982: 126), y puesto que ción de la imprenta. De manera similar, (g) tenía el valor doble de /g/
estos textos no tenían letras que exigieran una realización palatal (ya y /3/ (ganar, /inage ), mientras /y se representaba también mediante
310 Variación y cambio en español Estandarización 311
(j) o (i), disparidades que nunca se eliminaron del todo de la ortogra- voluntades), o si había aquí una verdadera oposición fonémi-
fia de los descendientes de estos fonemas (español moderno ganar, ca entre /tJ y /di (improbable, ya que éste sería el único caso
coger, con (g) tanto para /g/ como para /xi, y coger, jengibre, con (j) de una oposición de sonoridad en posición final de palabra en
y (g) para /xf). Ni tampoco se distinguían consistentemente Is/ y /z/, español antiguo y moderno). En todo caso, esta variación de
ya que (s) (más que (ss)) se halla a menudo en textos medievales al- forma continuó a lo largo del período medieval hasta princi-
fonsíes y posteriores para /s/ intervocálica. pios del siglo xv1.
Otros casos prominentes de variación en el emergente estándar 3. En el siglo xv, las palabras que habían heredado /b/ (< -P-,
medieval son los siguientes: -B-, -v-) en posición final de sílaba (p. ej., cabdal, 9ibdat,
debda) alternaban con las formas en las que lb/ había vocali-
1. En la intersección de la fonología y la morfología, había mu-
zado en [y] (caudal, 9iutat, deuda) 11 • Aunque esta variación
cha vacilación en el español del siglo xm entre formas que
estaba todavía en vigor a finales de ese siglo, ya que se refle-
mantenían /e/ final y formas sin /e/, en palabras donde lavo-
ja en judeoespañol (apartado 6.3.2(5)), fue luego resuelta rá-
cal era (o había sido) precedida de un grupo consonántico o
pidamente en el estándar, a favor de las formas con [y].
de una consonante única no dental o alveolar. Así, junto a ca-
4. Aunque la literatura primitiva, incluida la obra alfonsí, pre-
sos invariables como pared, paz, pan, mar, fiel, mes, donde
fiere -iello como diminutivo afectivo principal, su competi-
la antigua /e/ era precedida de una consonante dental o alveo-
dor -illo, originado probablemente en el área de Burgos,
lar no agrupada, el español medieval mostraba variación en-
comenzó a dominar más tarde, y -iello fue abandonado en el
tre formas apocopadas y sin apocopar como nuef / nueve,
siglo xv.
príncep /príncipe, noch / noche, cuend / conde, mont / mon-
5 La morfología verbal estaba lejos de ser invariable en el siglo
te, part /parte, entonz /entonces, etc. Rafael Lapesa (1951,
xm. En el pretérito indefinido encontramos variación entre
1975, 1982) muestra la lenta resolución de esta variación en
paradigmas en competencia, procedentes de verbos latinos
el español alfonsí, a favor de las formas sin apócope, y pro-
distintos (tanto sove como fui eran tiempos pasados de ser),
pone que éstas reflejan más fielmente el uso del grupo de Al-
entre perfectos fuertes en competencia (p. ej., estide, estove y
fonso. Mientras que Ray Harris-Northall (1991) encuentra
estude, indefinidos del verbo estar; andide, andove y andude,
pocos testimonios del descenso de las formas apocopadas du-
pretéritos indefinidos del verbo andar), entre pretéritos fuer-
rante la vida de Alfonso, este elemento de variación se redujo
tes y débiles del mismo verbo (p. ej.,fuyó y fuxo defuir, metí
sustancialmente en el siglo xrv, y desapareció hacia finales
y mise de meter, prendí y prise de prender, sonreí y sonrise
del período medieval.
2. Es dificil establecer si la variación entre (t) y (d) finales de
palabra (p. ej., edat ~ edad, voluntat ~ voluntad) era mera- 11
Se requiere de algo de prudencia a la hora de datar la vocalización de lb/ en sí-
mente un asunto de escrituras alternantes de un único sonido laba final, ya que la escritura medieval no tenía medio de distinguir [1!] de [~] (o de
(neutralización de /-t/ y /-di en una realización sorda, a veces [u]), de modo que escrituras del tipo caudal pueden indicar simplemente que el ele-
escrito (t) para reflejar la ausencia de sonoridad, pero a veces mento en sílaba final era una fricativa, a saber, [~). Tras la introducción de la imprenta, y
escrito (d) sobre el modelo de los plurales invariables edades, la distinción de allí en adelante establecida entre (u) y (v), podemos estar seguros de
que había tenido lugar la vocalización.
312 Variación y cambio en español Estandarización 313
de sonreír, conquirió y conquiso de conquerir, reemplazado Ja variación en el español escrito. Sin embargo, la estandarización esta-
más tarde por conquistar), y entre formas asociadas a la ba lejos de completarse en los siglos xv1 y XVII. No solo se distancia-
misma persona gramatical (vena, fezo, tercera persona del ba cada vez más la ortografia del español de su fonología, que estaba
sing., junto a vino, fizo en el caso de venir y fazer). La mayo- sufriendo cambios significativos (apartados 3.1.3.1-3), sino que tam-
ría de estos casos se resolvió durante el siglo x1v; pocos so- bién posibilitaba que abundaran las variaciones idiosincrásicas. La
brevivieron hacia el siglo xv. variación en otros niveles lingüísticos, aunque menos marcada que en
6. La competencia entre desinencias rivales de imperfecto y el período medieval, era todavía muy frecuente, incluso en los más al-
condicional en -ía e -ie (p. ej., tenía, teníe, tenié; cantaría, tos niveles literarios. Entre los ejemplos notables de tal variación te-
cantaríe, cantarié), frecuentes en el siglo xm, sólo se resol- nemos los siguientes:
vieron a finales del xrv (Malkiel 1959), aunque las formas
1. El tratamiento de los latinismos que mostraban grupos con-
-ie continúan hoy en el habla rural en la provincia de Toledo
sonánticos cuyo elemento primero o interno era una labial o
(Moreno Fernández 1984).
una velar había sido ambiguo en la Edad Media, pero el
7. El español medieval mostraba ejemplos frecuentes de varia-
aumento en número y frecuencia de tales préstamos, desde
ción entre elementos léxicos rivales con el mismo significado.
el Renacimiento en adelante, hizo que esta ambigüedad se
Es posible a veces detectar diferencias de registro entre las
hiciera más notable (Clavería Nadal 1991). En este período,
formas en competencia (p. ej., siniestro y can podían ser más
claramente propios del estilo literario que sus sinónimos iz- por tanto, hallamos una multitud de parejas en competencia,
quierdo y perro, que al final prevalecieron, mientras que los en las que uno de los miembros muestra mantenimiento del
arabismos alfayate, alfageme, albéitar, alarife, etc., de modo grupo latino mientras que el otro revela la reducción del
similar dejaron de tener uso literario, aunque más tarde, a fa- grupo, generalmente mediante la eliminación de la primera
vor de sus competidores sastre, barbero, veterinario, arquitec- consonante (o, en el caso de tres consonantes, la segunda).
to, etc., préstamos de romances más modernos o de origen Por ejemplo, encontramos pares del tipo concepto / conceto,
grecolatino). En otras ocasiones, no es evidente este matiz (p. absolver / aso/ver, accidente / acidente, exento / esento
ej., caber;a / tiesta, pierna / cam(b)a, rodilla / (h)inojo, pren- (también exempto ), exceder/ eceder, perfecto/ perfeto, sec-
der / tomar, quedar / remanir, salir / exir, mañana / malino). ta / seta, ignorar / inorar, digno / dino. Había otras solu-
Algunos de estos casos de variación se resolvieron lentamente ciones a los problemas planteados por estos grupos, como la
en el estándar, y en unos pocos ejemplos (p. ej., prender/ to- vocalización en [~] de la consonante labial (captivo / cauti-
mar) la variación llegó hasta el período moderno. vo / cativo, concepto / conceuto / conceto), y también era
manifiesta la inestabilidad de la consonante en final de síla-
ba en el trueque de grafias (p / b) y (c / g) (correbto / co-
7.2.2. EL RENACIMIENTO y EL SIGLO DE ÜRO
rrecto), pero estas soluciones son raras en la literatura desde
la segunda mitad del siglo xv1. Tampoco está absolutamen-
Tras la introducción de la imprenta y el inicio del proceso de co- te claro en todos estos casos si estamos ante pronunciacio-
dificación (apartado 7 .1.2), se hizo más intensa la presión para evitar nes distintas, cada una con su propia escritura, o ante una
314 Variación y cambio en español }';sfam/(f riza eión 315
única pronunciación de cada palabra (presumiblemente la cuentes competidoras vanedad, envernar, aleviar, abondar,
que elimina la consonante en final de sílaba) que podía es- cobrir, roido, etc.
cribirse de manera alternante. En retrospectiva, sabemos 3. Todavía en el siglo xvn, los gentilicios con final consonánti-
que, en casi todos los casos, ha sobrevivido un modelo de co carecían frecuentemente de marca de género, de manera
pronunciación en el español culto actual que mantiene las que encontramos tanto la andaluz como la andaluza, la leo-
labiales y las velares en sílaba final (representada aproxi- nés potencia, provincia cartaginés, etc. (Lapesa 1980: 395).
madamente mediante las ortografias concepto, absolver, Más tarde la hipercaracterización regular de estas formas se
accidente, ignorar, exento, etc.), pero esto podría ser el re- convirtió en parte de la gramática estándar.
sultado de cambios posteriores (en el siglo xvm) en la pro- 4. La forma del artículo definido femenino presentaba todavía
nunciación impuestos por la conciencia etimológica de los mucha variación. Ante cualquier vocal, el/ alternaba con el
académicos. La pronunciación del Siglo de Oro debía de (el/ / el alma, el/ / el espada) hasta mediados del siglo XVI,
haberse parecido mucho más a la pronunciación rural actual mientras que hasta finales del siglo xv11 encontramos el em-
de estas palabras (de aquellas que han penetrado en el vo- pleo tanto de el como de la ante vocal (tónica o átona) distin-
cabulario rural), que no articula las labiales y velares en fi- ta de /a/ (el/ la espada, el/ la otra). El empleo de el ante /a/
nal de sílaba. átona continuó más tiempo (el ! la altura, el ! la arena),
2. Otra consideración en la que puede afirmarse que el español mientras que el ante algunos casos de /á/ tónica continúa has-
del Siglo de Oro era similar a las modernas variedades rura- ta la actualidad.
les está en el tratamiento de las vocales átonas. Al igual que 5. Los demostrativos esta y aquesta estuvieron compitiendo
estas variedades a menudo no hacen distinción fonológica hasta finales del siglo xvI, mientras que en el mismo período
entre /e/ e /i/ átonas o entre lo/ y /u/ átonas, sino que emplean aquesse es menos frecuente que ese.
uno u otro miembro de cada pareja según la estructura fono- 6. Hasta mediados del siglo XVI, las formas de los pronombres
lógica de la palabra en cuestión (apartado 4.2.4), encontramos de sujeto nos y vos se encontraban todavía junto con las va-
de manera frecuente el mismo tratamiento de estas vocales en riantes ampliadas nosotros y vosotros.
el español culto de los siglos XVI y xvn, pero cada palabra en 7. Las formas de futuro y condicional de los verbos más usados
cuestión está generalmente en competencia con la forma al- no establecieron sus formas actuales hasta finales del siglo
ternativa de la palabra, ésta última normalmente basada en su xv1. Hasta entonces encontramos porné, verné, etc., junto a
etimología (latina). Así hallamos parejas del tipo cevil / civil, pondré, vendré.
deferir / diferir, vevir / vivir, menguar / minguar, joventud / 8. En el mismo período, las formas del futuro y el condicional
juventud, sofrir /sufrir, robí / rubí, mochacho / muchacho. todavía podían llevar intercalado un clítico o clíticos, si el
Sin embargo, está claro que, en el siglo xvI, el gusto culto es- verbo en cuestión estaba al inicio de oración (cantarlo he),
taba ya comenzando a inclinarse por las formas que hoy con- aunque esta estructura estuvo en competencia con formas
sideramos propias del estándar, ya que Juan de Valdés (1966), completamente sintéticas, donde el o los clíticos preceden o
que escribía hacia 1535, recomienda vanidad, invernar, ali- siguen al verbo, dependiendo de la estructura de la oración
viar, abundar, cubrir, ruido, etc., antes que sus todavía fre- (cantaré/o, lo cantaré).
316 Variación y cambio en español Estandarización 317
9. Hasta el siglo xvII, las forma del presente de subjuntivo del que la lengua estándar del Siglo de Oro presentaba ambos
verbo ir no estaba estandarizada. Encontramos vayamos, va- verbos en expresiones locativas (es / está aquí = esp. mod.
yáis al lado de vamos, vais con esta función. está aqul), y en construcciones pasivas que indica el estado
10. El incremento velar /g/ que se había añadido a la primera resultante de una acción anterior (es/ está escrito= esp. mod.
persona del singular del presente de indicativo y a todas las está escrito).
formas del presente de subjuntivo como caigo / caiga, oigo / 15. Es sólo en el siglo xvI cuando se resuelve la variación entre
oiga, traigo, traiga (antes cayo / caya, trayo / traya) se ex- los verbos haber y tener. Hasta ese momento, ambos verbos
tendía frecuentemente a otros verbos con !JI al final de la raíz podían darse en oraciones posesivas, aunque haber era por
(Penny 2002: 179), de modo que el español literario hasta el entonces infrecuente (ha / tiene tres años de edad), mientras
siglo XVII presentaba haiga, huiga, y a veces vaiga, junto a que tener podía encontrarse a veces como auxiliar de perfec-
haya, huya, vaya. Las formas con /g/ se limitaron luego al to, sin sentido posesivo, al lado de haber (lo ha / tiene hecho
empleo subestándar, donde haiga y vaiga continúan vigentes. =esp. mod. lo ha hecho).
11. Los pretéritos indefinidos irregulares de determinados verbos
permanecieron sin fijarse hasta el siglo xvn. Hasta entonces,
en el caso de traer, el español literario mostraba truxe, truxo, 7.2.3. Los SIGLOS XVIII y XIX
etc. junto con traxe, traxo. De manera similar, el indefinido
de ser e ir vacilaba, aunque sólo hasta mediados del siglo Hemos hablado ya (apartado 7. l.2) de la preocupación en la Es-
xv1, entre el paradigma recomendado por Nebrija (1980: paña del siglo xvm por erradicar la variación de la lengua escrita,
250),fue, fueste, etc., y las formas que finalmente llegaron al interés que se refleja mejor en la determinación expresa de la recién
estándar.fui, fuiste, etc. establecida Academia Española en 'fijar' la lengua, que persiste en
12. A principios del siglo xvI, el adjetivo posesivo podía ir toda- la segunda mitad del siglo xx. Algunos de los principales efectos de
vía precedido del artículo definido (mi casa/ la mi casa), pe- las actividades de la Academia fueron los siguientes:
ro desde entonces la última posibilidad se restringió al em-
pleo rural septentrional. 1. La ortografía no había sufrido ninguna reforma desde la épo-
13. Hasta mediados del siglo xvI, el auxiliar empleado en el pre- ca de Alfonso X, y a comienzos del siglo XVIII estaba grave-
térito perfecto de al menos algunos verbos intransitivos podía mente distanciada de la estructura fonológica de la lengua.
construirse con ser o con haber (soy / he muerto, eres / ha Sin embargo, la ortografía fue progresivamente reformada
llegado), con concordancia entre el participio y el sujeto entre 1726 y 1815, cuando alcanzó esencialmente su configu-
cuando el auxiliar era ser (son llegados, somos idas). Esta ración moderna, y cuenta con una razonable aunque no per-
variación venía desde al menos el siglo xm, cuando, en el fecta identidad entre fonemas y letras. Los cambios más im-
Poema de mio Cid, encontramos tornado es don Sancho, el portantes que se adoptaron fueron:
dia es exido al lado de a Valencia han entrado. La prohibición de y para representar la /i/ (así fray le /fraile
14. Hasta finales del siglo xvn, los verbos ser y estar no habían queda fijado en fraile), excepto (ilógicamente) en posición
desarrollado su moderna distribución de funciones, de modo final de palabra (muy, hay, rey).
318 Variación y cambio en español t:srandurización 319
La asignación de un valor exclusivamente consonántico para viexo, muger / mujer / muxer, etc. quedaron ftjados en viejo,
v (ave/ aue >ave) y de un valor vocálico para u (vno /uno> mujer, etc.), pero (g) se mantuvo en algunas palabras cuyo
uno). étimo latino presentaba GE / GI (gente, genio, girar, coger), lo
La fijación de h, en el caso de las palabras cuyo étimo latino que dio lugar a la actual variación en la representación de /xi
contenía H-, tanto si eran populares o eruditas (así ora/ hora (Jiménez / Giménez).
>hora, yerba/ hierba> hierba, umilde /humilde> humilde), Parecido criterio etimológico determinó la escritura de lb/, el
en los descendientes populares de palabras latinas con F- resultado de la neutralización de las antiguas lb/ y/~/ (apar-
(hazer / azer > hacer, pero erróneamente fazera / azera > tado 3.1.3 .3). Tanto (b) como (v) se mantuvieron, pero redis-
acera), y en los arabismos (alhelí/ alelí> alhelz). tribuidos; (v) se usa en palabras que en latín tenían v, y (b) en
Hacia principios del siglo xvm, todas las variedades presti- palabras cuyo étimo mostraba B o P o cuya etimología no po-
giosas del español tenían un máximo de tres fonemas descen- día determinarse. Esto no requería cambios para las palabras
dientes de las seis sibilantes medievales (apartados 3.1.3.1, con (v) o (b) iniciales, con (b) interna procedente de P, o con
4.1.7.2.1, 5.1.1.1). El centro y norte de España tenía /0/, Is/ y (v) interna procedente de v (p. ej., vivir [YIVEREJ, vaca [YAC-
/xi, pero su representación ortográfica iba rezagada respecto CAJ, beso [BASIUM], boda [etimología entonces desconocida]),
de la realidad fonológica, de modo que /0/ se escribía correc- pero provocó el cambio ortográfico de palabras con <v> in-
tamente como (z) en hazer, dezir, etc., y (c /«;)en ca9a, cena, terna procedente de B; palabra que hasta entonces se escribí-
etc., pero con muchas confusiones. De manera similar, /s/ se an dever, bever, haver, etc., se reajustaron en deber, beber,
representaba 'correctamente' tanto por (s) (en casa, rosa), haber, etc. (cf. DEBERE, BIBERE, HABERE).
como por (ss) (en esse, cantasse), y /xi por <j> (en viejo, Las palabras de origen griego que en el Siglo de Oro y en el
ojo), por (g) (en gente, muger), o por (x) (en caxa, dixo), de siglo xvm se escribían a menudo con (ph), (th), (ch), (y) (p.
nuevo con muchos trueques. Una solución puramente fonoló- ej., orthographía, physica, theatro, monarchía, symbolo), pe-
gica al caos reinante habría mantenido únicamente (z), (s) y ro pronunciadas respectivamente como /f/, /ti, /k/ e /i/, se es-
(j) respectivamente para los tres fonemas, pero los prejuicios cribieron igual que las otras palabras (ortografia, fisica, tea-
etimológicos de los académicos no permitieron esta solución tro, monarquía, símbolo).
tan radical. De hecho abandonaron (ss) (de manera que las al- La ortografla de [kw], hasta entonces (qu) (p. ej., quatro, elo-
ternancias del tipo casa / cassa, esse / ese se resolvieron quente, frequente), y, por tanto, idéntico a la ortografla de[k]
completamente en casa, ese, etc.),(«;) y (x), manteniendo ésta ante /i/ o /e/ (quien, querer) se modificó finalmente en (cu)
última solo en los latinismos donde reflejaba x: experiencia, (cuatro, elocuente, frecuente).
examen, etc. Sin embargo, (c) se mantuvo ante (e).o (i) (de 2. Hemos visto (apartado 7.2.2(1)) que los latinismos que con-
modo que hazer / ha9er, dezir / de9ir se resolvieron .en hacer, tenían grupos de consonantes cuyo primer elemento o elemen-
decir y cena, mecer permanecieron sin cambios), mientras to interno era una labial o una velar plantearon un particular
que z se prefería para los otros casos (ca9a / caza, al9ar / al- problema en la pronunciación del español del Siglo de Oro.
zar > caza, alzar). De modo menos racional, (j) se reservó Puesto que la variación de la pronunciación se unía con la va-
para la mayoría de los casos de /xi (de manera que viejo / riación en la escritura, éste fue un asunto que preocupó a los
320 Variación y cambio en español Estandarización 321
académicos, que resolvieron la cuestión en gran medida me- rnos ahora los dos casos de variación más notables en el estándar
diante la postulación, en la mayoría de los casos, de la forma actual:
española escrita que más se acercaba a la escritura latina (y
de ese modo contribuyeron a cambiar la fonología del espa- 1. Las dos formas en competencia del imperfecto de subjuntivo
ñol culto, mediante la introducción consolidada de labiales y no muestran diferencias de función observables (Marín 1980),
velares en final de sílaba). Así, en el caso de la gran mayoría a pesar de sus diferentes orígenes. Las formas en -ra (canta-
de parejas, como concepto / conceto, absolver / aso/ver, ac- ra, etc.) descienden del pluscuamperfecto de indicativo latino
cidente / acidente, exento / esento, exceder / eceder, perfecto (del cual quedan restos en el estándar moderno, p. ej., los
/ perfeto, secta / seta, ignorar / inorar, digno / dino, se perpe- amigos que conociera en su juventud), adquirió valor condi-
tuó la primera forma, más que la segunda. Sólo una minoría cional en latín tardío y lo mantuvo en el español medieval y
de casos (p. ej., ceptro / cetro, subjecto / sujeto, subjección / del Siglo de Oro (valor que se restringe hoy a unos pocos
sujeción, lucio / luto, fructo / fruto) prevalecieron con su verbos, a saber, hubiera, debiera, quisiera, equivalentes a
forma más simple, aunque en algunos ejemplos (p. ej., res- habría, debería, querría), y luego, desde el siglo x1v tomó su
pecto / respeto, afección / afición, signo / sino) se permitió valor actual, al principio sólo en la prótasis de las oraciones
que ambas formas sobrevivieran pero con funciones distintas. condicionales que expresaban probabilidad o imposibilidad
En unos poquísimos casos, que incorporan los prefijos ob- y (Wright 1932, Penny 2002: 204-205). Las formas en -se (can-
sub-, la resolución de esta variación no se ha completado to- tase, etc.) proceden del pluscuamperfecto de subjuntivo lati-
davía (p. ej., obscuro / oscuro, subscribir / suscribir, subs- no, que había adquirido ya valor de imperfecto de subjuntivo
tancia / sustancia), aunque parece seguro que prevalecerán en latín hablado y lo ha mantenido siempre desde entonces.
las formas más simples, que corresponden a la pronunciación En Hispanoamérica hoy, las formas -se no se emplean de
culta. En el caso de los grupos con tres consonantes (p. ej., hecho, mientras que en España las formas -ra superan am-
prompto / pronto, exempto / exento, uncto / unto), la varia- pliamente a las formas -se (Marín 1980), que sólo son fre-
ción se resolvió regularmente mediante la eliminación de la cuentes en las áreas de coexistencia con el catalán, cuyo úni-
consonante (labial o velar) interna. co impetfecto de subjuntivo se señala con /s/ (DeMello 1993).
La resolución final de esta variación morfológica puede pre-
decirse con toda seguridad.
7.2.4. EL SIGLO XX 2. El valor y la función de los pronombres clíticos de tercera per-
sona está lejos de estandarizarse en el presente. Como hemos
La variación en el español culto escrito se ha reducido a niveles visto (apartados 4.1.2.3, 4.1.7.2.7), hay varios sistemas de refe-
bajos desde principios del siglo xx, en todos los lugares en que se rencia pronominal de tercera persona en competencia en el
emplea la lengua, y es casi nula en la ortografía y en la morfología. mundo hispanohablante, en un principio asociados a diferentes
Por el contrario, se ha tolerado más la variación léxica y es probable regiones, pero aparecen a menudo en el español escrito de la
que continúe en el futuro, mientras que en medio está la variación misma área. A este respecto, el español de América es más
sintáctica, que sin ser insignificante, es escasamente notable. Vea- uniforme que el español peninsular, pues ha generalizado el
322 Variación y cambio en español Estandarización 323
sistema etimológico en el que lo, la, los, las mantienen su va- tado 1.1.1-2), la esencia de una lengua estándar es su ausencia de va-
lor acusativo, mientras que le, les, tienen valor dativo, sin que riación. Además, mientras que las variedades habladas no tienen fron-
ninguno de los dos grupos marquen valores como [±humano] 0 teras, sino que se mezclan unas con otras de manera infinitamente
[±animado] (tabla 4.1 ). Este sistema se heredó sin duda del sur compleja, las lenguas estándar, a causa de que son creación de nacio-
de España, donde predomina hoy, en el habla y en la escritura. nes-estado, pueden presentarse generalmente en mapas y su extensión
Sin embargo, por toda España hay competencia en la lengua viene determinada por la geografía política. Sin embargo, los dos ti-
escrita entre este sistema y otros. Junto a éste, hay un sistema pos de lengua están relacionados (cada estándar se ha desarrollado a
de referencia clítica pronominal determinado semánticamente partir de algún conjunto de variedades, y una lengua estándar influirá
(tabla 4.2), en el cual lo se limita a referentes no contables y le, en las variedades habladas del mismo territorio), así que ¿cómo po-
la, les, las se refieren a conceptos contables y no tienen marca dríamos concebir esta relación? Un modelo útil es el diseñado por
de caso; esto es, cada una de estas últimas formas se emplea Alberto Varvaro (1991) en conexión con la forma en que los varios
tanto para pronombres de objeto directo como indirecto, y el romances estándar surgen a partir de un único estándar latino: puede
género y el número son las únicas distinciones relevantes. Este concebirse el estándar como un techo que cubre una porción delimi-
sistema, de extremo laísmo y leísmo, fue dominante en el es- tada de territorio, y bajo el cual se extiende el continuum de varieda-
pañol del Siglo de Oro, pero está menos firmemente estableci- des habladas. Para ampliar la imagen de Varvaro, podemos añadir
do en el estándar peninsular moderno, donde un tercer sistema que el continuum de habla puede detenerse un poco antes de su límite
compite con los otros dos que acabamos de ver. Este tercer sis- (cediendo ante algún conjunto de variedades no relacionadas, de la
tema, descrito más arriba como híbrido o interdialectal (véase misma manera en que el romance cede ante el vasco mientras que el
la tabla 4.3), elimina la distinción del caso únicamente para los techo del español estándar continúa hacia la frontera francesa), o pue-
referentes humanos masculinos singulares (esto es, muestra le- de extenderse más allá del techo (como sucede en los Pirineos centra-
ísmo limitado), pero la mantiene para el resto de referentes (p. les y orientales, donde el continuum dialectal septentrional de la Pe-
ej., no presenta laísmo). Este último sistema, aunque ha estado nínsula se diluye con el resto del mundo románico-hablante (apartado
presente desde el siglo xm, sólo se abrió camino en las gramá- 4.1.2.4), mientras que el techo del español estándar se detiene donde
ticas normativas del español en el siglo xx. No hay signos to- linda abruptamente con el techo francés).
davía que nos indiquen qué sistema predominará en el futuro. La realidad es, de hecho, más compleja que todo esto, ya que las
variedades habladas no sólo tienen coordenadas geográficas, que las si-
túan en el espacio físico, sino coordenadas sociales que las ubican en
el espacio social. Este espacio social puede concebirse útilmente co-
7.3. LA RELACIÓN ENTRE LAS VARIEDADES ESTÁNDARES Y
mo el volumen entre el techo y el suelo, con las variedades habladas
SUBESTÁNDARES
por los más poderosos más cerca del techo (pareciéndose más al es-
tándar y con menos variación entre ellas), y el habla de los menos po-
Las lenguas estándar son tipos de entidades diferentes de las va- derosos en el nivel del suelo (donde encontramos también la máxima
riedades habladas. Mientras que la lengua hablada es infinitamente variación geográfica).
variada, a través de parámetros familiares, geográficos y sociales (apar-
324 Variación y cambio en español Estandarización 325
Merece la pena hacer hincapié en lo que acabamos de decir: que o vocalizan estas consonantes en [l}] o [i]: apto [áto] - [ál}to],
el mayor grado de variación se observa en el 'nivel del suelo', y este objeto [oxéto], efecto [eféto] - [eféyto], ignorar [inorár].
libro se ha concebido en parte para describir esta variación en el nivel Hemos visto (apartado 7.2.2(1)) que la reducción de estos
del suelo. Sin embargo, no debe olvidarse que hay determinados ras- grupos fue tolerada en el estándar hasta el siglo xvm; desde
gos del español subestándar, concentrados generalmente en el habla entonces ha quedado limitada a las variedades subestándares.
de los menos poderosos y ausentes de la de los cultos, que están su- 6. La pérdida de /di se da en circunstancias limitadas (a saber,
mamente extendidos y son a veces universales en el mundo hispano- donde es final de palabra, o en el sufijo de participio mascu-
hablante. A causa de su gran extensión, podemos inferir (incluso lino /-ádo/), pero con mucha frecuencia, en la mayoría de las
cuando no tenemos testimonios directos) que son antiguos, y en mu- variedades del español hablado, incluidas las empleadas por
chos casos sabemos que se excluyeron del habla culta y del estándar hablantes cultos, excepto en las condiciones de habla más
sólo en siglos recientes. Ya hemos observado (apartado 6.3.5) que de- formales (Navarro Tomás 1961: 101) 12 • Sin embargo, la pér-
terminadas características del judeoespañol pertenecen a esta catego- dida de /di en otras circunstancias morfológicas (p. ej., llega-
ría de rasgos recientemente subestándares, de manera que un buen da, venido, comida, madera, maduro) es muy frecuente en
número de rasgos que hemos considerado aquí se dan también allí. todo el mundo hispanohablante entre los hablantes en el 'ni-
vel del suelo' de la matriz social 13 • En el mismo entorno so-
1. Las vocales /i/ y /e/, como la /u/ y la /o/, se neutralizan en sí- cial, también es muy frecuente la pérdida de /g/, aunque se
laba átona, y su realización alta o media depende de los fo- limita a los casos en que la consonante es seguida de una vo-
nemas adyacentes, como el grado de abertura de la tónica, la cal velar alta: agujero /auxéro/, aguja /aúxa/, etc.
presencia de palatales, etc. (apartados 4.2.4, 6.3.5(1)). 7. La pérdida de Ir/, en unos pocos elementos léxicos, está muy
2. Las vocales átonas diferentes de /a/ (y no sólo /i/ y /u/, como extendida en estos niveles sociolingüísticos (p. ej., parece
en el estándar) se cierran en una yod o una wau cuando van /paé0e/ - /pái0e/, quieres /kiés/,para /pal).
seguidas de otra vocal tónica o átona, formando un diptongo: 8. El reforzamiento del morfema inicial /ue/ en [)(we], menos
cambiar [kambjár] , patear [patjár], cuota [kwóta], cohete frecuentemente en [~we], está muy extendido en estos nive-
[kwéte]. les (apartado 4.2.5), p. ej., ahuecar [a)(wekár] - [a~wekár],
3. Cuando una vocal tónica alta es seguida inmediatamente de
una vocal más baja (casos de hiato), el acento se traslada a la 12 Puede haber diferencias a este respecto entre el español peninsular y el ameri-
vocal más baja (creando un diptongo); baúl [báyl], maíz cano, puesto que se tiene la impresión de que la pérdida de Id! es menos frecuente en-
tre los hablantes cultos de español americano que entre sus homólogos peninsulares.
[mái8] - [máis]. 13
La pérdida de /d/ en final de palabra en estos niveles sociales hace imposible
4. El diptongo /ei/ puede confundirse con /ai/, con resultados determinar la historia de los morfemas de imperativo /-á/, /-él, /-í/ (cf. estándar cantad,
variables: seis [sáis] - [séis], maíz [mái8] - [méi8] - [máis] comed, salid), que corresponden en España a la forma de segunda persona no respe-
- [méis]. tuosa (vosotros), y en las áreas americanas de voseo a la correspondiente segunda per-
5. Hay rechazo de grupos consonánticos en los que la primera sona del singular (vos) (apartado 5.1.2.5). ¿Estamos ante la pérdida de /-d/ a partir de
es labial o velar, de modo que los préstamos (p. ej., del latín) unas antiguas /-ád/, /-éd/, /-íd/, o ante la persistencia de /-á/, /-él /-í/ bajomedievales y
de principios de la época moderna (p. ej., Siglo de Oro cantá, comé, sah), a partir pro-
que penetran en estas variedades eliminan la labial o la velar,
bablemente de un más antiguo /-áe/ < /-áde/, etc.?
326 Variación y cambio en español Estandarización 327
huerta ['l(wérta] - [~wérta]. Igual de frecuente es el trueque 12. El mantenimiento de vos (estándar os) como pronombre ob-
afin entre ['l(we] y el histórico [~we], de modo que abuelo, jeto de segunda persona del plural está ampliamente extendi-
vuelta, etc., se articulan como [a'l(wélo], ['l(wélta], etc. do en el español rural peninsular y en judeoespañol (pero está
9. [fwé], [fwí] del estándar, en palabras como fuera.fuente.fue, ausente del español americano, donde la formas correspon-
fuiste, se corresponden en las realizaciones rurales amplia- dientes son los / las / les, coherente con la sustitución del
mente extendidas con una bilabial o labiovelar inicial sordas, pronombre sujeto vos( otros) por ustedes (apartado 5.1.1.2).
[<l>wé] - [<l>wí], [Mwé] - [Mwí], consideradas a menudo co- 13. El empleo de le como pronombre de objeto indirecto plural y
mo alófonos de /h/, aunque no se limitan a las áreas donde /h/ singular para la referencia de tercera persona (estándar les -le),
(procedente de F latina) se mantiene en palabras como humo, se encuentra extendido en este nivel, sin duda debido a la in-
hambre, hilo 14 . terferencia con su alomorfo se, que no tiene marca de número
10. El trueque entre los prefijos es- y des- es en parte un asunto (p. ej., se lo dio (a él/ ella/ ellos/ ellas)).
fonológico (véase el punto (6) de este apartado), pero tam- 14. La ordenación no estándar de los pronombres clíticos ejem-
bién un resto de la confusión en latín hablado de los prefijos plificada por me se cayó (estándar se me cayó) es común en
EX- y ms-, que poco a poco llegaron a tener el mismo signifi- el 'nivel del suelo', mientras que el orden objeto directo +
cado. El español medieval y del Siglo de Oro muestra fre- objeto indirecto (p. ej., lo me dio, estándar me lo dio) lo es un
cuentes vacilaciones en la escritura entre formas como esten- poco menos.
der y destender y en español popular esta vacilación se ha 15. La adición de /-si a las formas de segunda persona del singu-
extendido a todas las palabras con este patrón, con preferen- lar de todos los paradigmas del pretérito indefinido (p. ej.,
cia por es-: estrazar (estándar destrozar), eslumbrar (están- hicistes, estándar hiciste), encontrada a menudo en español
dar deslumbrar), etc. medieval, es casi universal en el nivel del habla inculta, y pe-
11. El empleo de la forma mas como pronombre objeto de pri- netra frecuentemente en el de los hablantes cultos. En Amé-
mera persona del plural, p. ej., mos vieron, mas lo dieron (es- rica, caracteriza tanto las áreas de voseo (vos dijistes / dijites)
tándar nos vieron, nos lo dieron), está muy extendido en el como las de tuteo (Tú dijistes /dijites).
nivel rural, sin duda a través de la interferencia con el mor- 16. La forma caminemos, etc., empleada con valor de pretérito
fema verbal correspondiente -mos. La interferencia opuesta, indefinido (cf. estándar caminamos), se encontraba ocasio-
que conduce al morfema final -nos (p. ej., estábanos, cf. es- nalmente en español antiguo (Penny 2002: 218), se excluyó
tándar estábamos) es menos común, pero observada frecuen- del estándar a finales de la Edad Media, pero ha sobrevivido
temente en el español rural de América (Espinosa 1946: ampliamente en el habla rural.
221). 17. El empleo de haiga, vaiga, huiga y a veces veiga, como for-
mas de presente de subjuntivo de haber, ir, huir y ver (véase
el apartado 7.2.2(10)) se encuentra en todo el mundo hispa-
14
nohablante (Espinosa 1946: 244-246), en el nivel rural, y a
Aunque hoy están en retroceso, las articulaciones rurales ([<l>wé], [Mwé], etc.)
pueden haber sido generales en la Edad Media en todos los niveles sociales de Casti- veces en otros niveles subestándares.
lla; véase Penny ( l 972b, 1990).
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