Epilepsia PDF
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Epilepsia PDF
Epilepsia juvenil
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Cortesía de Equine internal medicine, Stephen M. Reed, Warwick M. Bayly, Debra C. Sellon.
Epilepsia adquirida
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adultos, por lo que la epilepsia en caballos adultos debe ser
considerada adquirida hasta que se demuestre lo contrario.
Signos clínicos
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CONVULSIONES PARCIALES
CONVULSIONES GENERALIZADAS
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• Periodo postictus. Depresión y ceguera durante horas e incluso
días.
Diagnóstico diferencial
Se debe buscar una causa subyacente siempre que sea posible. Para
ello, debemos descartar otras alteraciones que mimeticen las
convulsiones. Incluyendo:
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-‐ Neoplásicas: poco común. Signos crónicos y progresivos.
Diagnóstico
1. Cabeza.
-‐ Conducta.
-‐ Estado mental.
-‐ Postura y coordinación.
-‐ Nervios craneales.
2. Marcha y postura.
3. Cuello y miembros anteriores.
4. Dorso y miembros posteriores.
5. Cola y ano.
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Como en todo examen clínico se comienza con la inspección, que
puede resultar determinante para orientarse hacia la localización
anatómica de la lesión.
Lo primero que se debe descartar son las lesiones cerebrales. Si no se las
observa es factible que la lesión se ubique caudal al foramen magno,
pero, de existir, se deben tratar de explicar todas las anormalidades
halladas durante el examen como causales de la misma. De no ser
posible significa que existe más de una lesión.
La inspección de los miembros y de la marcha da una idea general del
control motor y sensorial de los miembros. A medida que avanza el
examen completo se debe deducir que:
-‐ Si los signos neurológicos en los miembros anteriores no pueden
explicarse por una lesión rostral al foramen magno, debe existir
una lesión entre C1 y T2, incluyendo en este razonamiento los
nervios periféricos y músculos.
-‐ Al evaluar columna y miembros posteriores, de hallarse signos que
no pueden explicarse por una lesión craneal a T3, entonces la
lesión se localiza entre T2 y S3 o, nuevamente, en los nervios
periféricos y músculos.
-‐ Finalmente, al examinar cola y ano, de encontrar anormalidades
neurológicas que no pueden explicarse por una lesión craneal a
S3, entonces la lesión se ubica entre S3 y los últimos segmentos
coccígeos, los nervios o los músculos.
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-‐ Analítica sanguínea completa y bioquímica.
-‐ Radiografías de cráneo. Importantes para determinar la existencia
de fracturas, luxaciones o malformaciones.
-‐ Examen de fondo de ojo. Una inflamación activa, un
desprendimiento de retina o edema de papila pueden sugerir un
trauma o una causa infecciosa.
-‐ Examen del líquido cefalorraquídeo. Se realiza una evaluación del
aspecto, la presión, recuento eritrocitario y leucocitario,
concentración de proteínas (proteínas totales, albúmina, IgG) y
concentración del ácido láctico. En caso de sospecha de una
causa infecciosa se debe realizar citología y cultivo de la muestra
de LCR.
Estas muestras de LCR se pueden obtener mediante punción
lumbosacra, con el animal en estación, o mediante punción
atlantooccipital bajo anestesia general. Existe un nuevo protocolo
que consiste en la extracción ecoguiada de LCR incidiendo
lateralmente para penetrar en el canal vertebral entre el atlas y
el axis. Este método se puede realizar con el animal en estación
ya que solo requiere sedación.
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-‐ Electroencefalografía. Se trata del registro gráfico de la actividad
eléctrica que se origina en la corteza cerebral.
Las enfermedades de la corteza causan alteraciones de la
frecuencia, amplitud y simetría de los patrones
electroencefalográficos normales. Así, los cambios localizados
sugieren una enfermedad cortical focal como un infarto,
hemorragia o un absceso, y los cambios generalizados indican
una enfermedad cortical o subcortical difusa como una
infección, un trauma, una enfermedad metabólica sistémica o
epilepsia idiopática, en cuyo caso la actividad eléctrica es rápida
y de bajo voltaje. La
grabación de un EEG se ve obstaculizado por artefactos de
movimiento procedentes de la musculatura facial, los
movimientos de las orejas, etc. La sedación puede disminuir estos
movimientos pero tiene efecto sobre la actividad eléctrica del
cerebro. Estudios demuestran que la acepromacina tiene los
menores efectos globales sobre el EEG, aunque los artefactos de
movimiento no se reducen tanto como con la utilización de
xilacina, detomidina o la combinación de detomidina y
butorfanol. Se recomienda empezar a grabar a los 10 minutos de
la inyección de la ACP hasta los 20 minutos postinyección.
Tratamiento
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a dosis de 0´1-0´2 mg/Kg y la administración intravenosa de DMSO en
solución al 10% con solución de ringer lactato o dextrosa al 5% para
mantener el flujo sanguíneo cerebral. Las complicaciones como pueden
ser hipertermia, depresión respiratoria, autotraumatismos, acidosis, etc.
Deben manejarse después del control de las convulsiones.
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Bibliografía
6. Rainer Lorenz, Akos Pakozdy, Sandra Leinker and René Van Den
Hoven: Standardisation of EEG recording of the adult horse.
Proceedings of the 10th International Congress of World Equine
Veterinary Association
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