Por Qué Los Jóvenes Intentan Quitarse La Vida
Por Qué Los Jóvenes Intentan Quitarse La Vida
Por Qué Los Jóvenes Intentan Quitarse La Vida
La mayoría de los entrevistados tras un intento de suicidio dicen que lo hicieron porque
estaban intentando escapar de una situación que se sentían incapaces de afrontar o les
parecía imposible de superar, o porque deseaban acabar de una vez por todas con los
insoportables pensamientos y sentimientos que tanto les atormentaban.
La mayoría, no querían morir tanto como escapar de la situación que estaban atravesando.
Y en aquel momento en concreto, la muerte les pareció la única vía de escape posible.
Algunas personas que ponen fin a sus vidas o intentan suicidarse pretenden escapar de
sentimientos de rechazo, dolor o pérdida. Otros están enfadados, avergonzados o se sienten
culpables por algo. A algunos les preocupa decepcionar a sus amigos o familiares. Y otros
se sienten no queridos, inatractivos, maltratados o que son una carga para los demás.
Depresión
La depresión afecta a los pensamientos de una persona de tal modo que la persona es
incapaz de ver la forma o formas de superar sus problemas. Es como si la depresión pusiera
un filtro en el pensamiento de la persona deprimida que distorsiona las cosas. Por eso las
personas deprimidas no se dan cuenta de que el suicido es una "solución" permanente a un
problema temporal del mismo modo que se dan cuenta las personas no deprimidas. Un
joven deprimido puede sentir que no hay ninguna otra forma de escapar de sus problemas,
de aliviarse el dolor emocional o de comunicar su desesperación y su profunda infelicidad.
A veces, las personas que se plantean el suicidio ni siquiera son conscientes de que están
deprimidas. No se dan cuenta de que es la depresión —no la situación— lo que les está
haciendo ver las cosas como si "no hubiera salida", "no pudieran mejorar" o "no hubiera
nada que hacer".
Cuando remite la depresión porque la persona recibe la terapia o tratamiento adecuados,
desaparece el pensamiento distorsionado. La persona recupera la capacidad de
experimentar placer, la energía y la esperanza. Pero, cuando una persona está
profundamente deprimida, la ideación suicida es una preocupación real.
Las personas que padecen un trastorno mental denominado "trastorno bipolar" también
están en situación de riesgo de suicidio debido a que su trastorno puede hacer que pasen
épocas en que están extremadamente deprimidos y épocas en que están anormalmente
eufóricos y repletos de energía (lo que se denomina "manía"). Ambas fases extremas del
trastorno bipolar distorsionan el estado de ánimo de la persona, así como su visión de las
cosas y su capacidad de juicio. Para las personas que sufren este trastorno, puede ser todo
un reto ver los problemas en perspectiva y actuar con sensatez.
A veces las personas deprimidas planean el suicidio con antelación. De todos modos,
muchas veces los intentos de suicidio ocurren de forma impulsiva, en un momento de
profunda desesperación. Situaciones como la ruptura de una relación sentimental, una
fuerte pelea con un padre, un embarazo no deseado, ser rechazado o hecho de lado por otra
persona o ser objeto de malos tratos pueden hacer que uno se sienta profundamente alterado
y desesperado. A menudo, una situación como estas, añadida a una depresión preexistente,
es la gota que acaba colmando el vaso.
Algunas personas que intentan suicidarse querían morir y otras no. Algunas utilizan el
intento de suicidio como una forma de expresar un profundo dolor emocional. No son
capaces de expresar cómo se sienten, de modo que intentar suicidarse les parece la única
forma de transmitir ese mensaje. Lamentablemente, incluso cuando un intento de suicidio
no es más que una forma de pedir ayuda a gritos y la persona no desea morir, no hay forma
de controlarlo. Muchas personas que en el fondo no querían quitarse la vida acaban
matándose o con graves secuelas.
Señales de alarma
A menudo se pueden detectar algunos indicios de que una persona está pensando en o
planeando un intento de suicidio. He aquí algunos de ellos:
Habla con alguien de confianza en cuento puedas. Si no puedes hablar con uno de tus
padres, hazlo con un pastor, entrenador, monitor, un pariente, el psicólogo de tu centro de
enseñanza o un profesor.
Siempre es positivo iniciar una conversación con una persona que creas que se puede estar
planteando el suicidio. Así podrás pedir ayuda para esa persona, y el mero hecho de hablar
sobre ello tal ve le ayude a sentirse menos sola, más cuidada y más comprendida.
Hablar sobre lo que le preocupa a esa persona también puede ser una buena oportunidad
para que considere otras soluciones posibles a sus problemas. Generalmente las personas
que se están planteando el suicidio están dispuestas a hablar si alguien les pregunta desde la
preocupación sincera y el deseo de ayudarles. Puesto que las personas deprimidas no son
capaces de ver las respuestas con tanta facilidad ni claridad como la demás gente, puede
ayudar que alguien les inste a llegar conjuntamente a por lo menos otra posible salida o
solución a la difícil situación que está viviendo.
A veces, los jóvenes que cometen un intento de suicidio —o que se suicidan— parecen no
haber dado ninguna pista de sus intenciones. Esto puede dejar a sus seres queridos no solo
sumidos en el pesar y el duelo sino también dominados por la culpa y preguntándose si se
les escapó algo. Es importante para la familia y amigos de las personas que se suicidan
saber que a veces no existen señales de alarma, a veces las personas no dan ninguna pista
sobre sus intenciones, de modo que no tiene ningún sentido que se culpen por no haber
sabido prever el intento de suicidio.
Cundo una persona se suicida, la gente que la apreciaba puede experimentar un terrible
sufrimiento emocional. Los adolescentes que han tenido recientemente una pérdida o una
crisis o que tienen un familiar o compañero de clase que se ha suicidado pueden ser
especialmente proclives a pensar en el suicidio y a cometer actos suicidas. Si mantienes o
mantenías un vínculo muy estrecho con una persona que ha intentado suicidarse o que se ha
suicidado, puede ayudarte el hecho de hablar con un terapeuta o psicólogo —un profesional
que tendrá la formación necesaria para tratar un tema tan complejo como le suicidio. O
puedes participar en un grupo de allegados de personas que se han suicidado donde podrás
compartir sentimientos y recibir el apoyo de otras personas que han vivido una situación
similar a la tuya.
Ser adolescente y joven no es fácil. Los adolescentes están sometidos a muchas presiones
nuevas, de índole social, académica y personal. Y, para los adolescentes que tienen que
afrontar problemas adicionales, como el hecho de vivir en un ambiente violento o de recibir
malos tratos, la vida puede resultar todavía más difícil.