Hechos Clase 2

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Clase 2

• Relacionar la secuencia, contenido y teología de Hechos con el resto


del Nuevo Testamento

Contenido: Desde la resurrección hasta Pentecostés

El puente que une el Evangelio de Lucas con los Hechos de los


Apóstoles es el material que ambos tienen en común acerca de los
contactos finales de Jesús con sus discípulos antes de ascender al
cielo. Que Hechos es el segundo tomo del evangelio escrito por Lucas
se puede comprobar fácilmente al comparar los primeros versículos
de esos dos libros. En realidad, una comparación de los últimos
versículos del evangelio de Lucas con los primeros del libro de Hechos
demuestra una continuación de la historia casi sin interrupción.

Así, tal como el evangelio de Lucas fue escrito como una explicación
y defensa de Jesús, su vida, su enseñanza, su muerte, y su
resurrección, Hechos presenta una explicación y defensa de la iglesia
y su crecimiento en el mundo.

Utilizando las palabras de Jesús mismo, que se encuentran en Hechos


1:8, la historia que el libro presenta se desarrolla para mostrar que
en verdad los testigos del Señor enseñaron primero en Jerusalén,
después en Judea y Samaria, y finalmente en las partes más remotas
del mundo.

El libro de Hechos sirve como un puente para poder unir la historia de


Jesús, que fue presentada en los evangelios, con las cartas que
fueron dirigidas a diferentes cristianos, o congregaciones de
cristianos. Sin la información que Lucas dio a conocer en Hechos,
sería casi imposible que uno en tiempos modernos lograra entender
las cartas, por faltar casi completamente el contexto necesario para
poder hacerlo.

La iglesia no apareció instantáneamente en todas las partes del


mundo, sino que su crecimiento siguió a la difusión del mensaje de
salvación a través de las enseñanzas, no solamente de los apóstoles,
sino también de otros cristianos a lo largo del tiempo.

Este progreso era la materia prima que el Espíritu Santo usó para
inspirar a Lucas para formar el relato que se encuentra en el libro de
los Hechos.

Entonces, es lógico afirmar que el tema central del libro de los


Hechos es el nacimiento y el desarrollo de la iglesia. Su énfasis está
en el poder del Espíritu Santo actuando a través de los apóstoles. El
autor especialmente mostraba a Pedro y a Pablo, demostrando lo que
el Espíritu Santo hizo por medio de ellos para hacer crecer la iglesia.
El libro de Hechos se ha dividido de tres diferentes maneras: en dos
partes, en tres partes, y en seis. Para cada una de estas divisiones se
puede hallar apoyo en el libro mismo.

Una división en dos partes sería:


1. La Sección petrina (capítulos 1-12)
2. La sección paulina (capítulos 13:28)

Evidencia básica para tal división es el paralelismo existente entre


ambas secciones. Así como al analizar el Evangelio de Lucas hemos
visto que hay afinidad de detalles y estructura entre ese Evangelio y
Hechos, así podemos observar sin dificultad numerosos paralelos
entre la primera y la segunda parte de Hechos. Presentamos a
continuación una lista de los mismos, que de ningún modo presume
de exhaustiva
.
Sección petrina Sección paulina
- Curación de un cojo (3:1-10) - Curación de un cojo en Listra
(14:8-11)
- Pedro y un mago (8:14-25) - Pablo y un mago (13:4-12; 19:13-
19)
- Resurrección de - Resurrección de Eutico (20:7-12)
Tabita/Dorcas(9:36-43)
- Pedro en la prisión (4:1-22; 5:17- - Pablo en la prisión (16:16-40)
42)
- Pedro excarcelado milagrosamente - Pablo excarcelado milagrosamente
(12:7-11) (16:26-34)
- Pedro azotado en Jerusalén (5:40) - Pablo azotado en Filipos (16:22-
23)
- Intento de rendir culto a Pedro - Intento de rendir culto a Pablo
(10:25) (14:8-18)
- Apedrean a Esteban (7:54-60) - Apedrean a Pablo (14:19-20)
- Pedro habla ante el Concilio en - Pablo habla ante el Concilio en
Jerusalén (15:7-11) Jerusalén(15:12)
- Un funcionario etíope estudia las - Los de Berea estudian las
Escrituras(8:26-40) Escrituras (17:10-12)
- Un ángel anima a los apóstoles a - Una visión anima a Pablo a seguir
seguir predicando(5:17-21) predicando(18:9-11)
- Pedro observa ceremonias judaicas - Pablo observa ceremonias judaicas
(3:1) (18:18; 21:23-26)
- Pedro ante el concilio (4:5-22; - Pablo ante el concilio (22:30-
5:22-42) 23:10)
- Pedro sana enfermos (5:15-16) - Pablo sana enfermos (28:8-9)
- Pedro castiga con la muerte a - Pablo castiga con ceguera al brujo
Ananías y Safira Elimas(13:8-11)

La división de Hechos en dos secciones con sus respectivos paralelos


indujo a ciertos exégetas del siglo XIX a hacer deducciones
exageradas. Sostenían infundadamente que el autor (Lucas, sino un
escritor anónimo del siglo II) trató de demostrar que una teología
temprana, la de Pedro, fue armonizada con una teología posterior, la
de Pablo, y desarrollada hasta formar el cuerpo de doctrinas de la
iglesia cristiana.
Mucho más correcto es tomar estos paralelos simplemente como una
de las características de Lucas en Hechos, tal como mostró una
tendencia hacia un paralelismo de estructura y detalles entre los dos
volúmenes de su obra completa (evangelio y Hechos).
Quizás, Lucas haya tenido en mente también la declaración de Pablo
de que él, había sido enviado como apóstol a los no judíos, mientras
que a Pedro se le había encargado el trabajo de predicar el evangelio
a los judíos (Gá 2:7-9). Consecuentemente, Lucas retrató la actividad
de ambos apóstoles en dos cuadros paralelos en las dos partes de
Hechos.

División en tres secciones


En base de Hechos 1:8, muchos prefieren una división de Hechos en
tres secciones. En este versículo, Jesús dice “Cuando el Espíritu Santo
venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de
mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en
las partes más lejanas de la tierra”. Pese a que se mencionan cuatro
regiones, Jerusalén, Judea, Samaria, y las partes más lejanas de la
tierra, la estructura del texto griego deja claro que Judea y Samaria
han de entenderse como un conjunto, y como uno de los pasos en el
avance del evangelio (dos nombres propios con un solo artículo).
También la traducción al castellano sugiere una división triple,
mediante las preposiciones: “en Jerusalén, en toda la región de Judea
y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra”.

Tendríamos entonces la siguiente división en 3 secciones:


1. El evangelio en Jerusalén (capítulos 1-7)
2. El evangelio en Judea y Samaria (capítulos 8-12)
3. El evangelio hasta en las partes más lejanas de la tierra (capítulos
13-28).
Como la frase “las partes más lejanas de la tierra” puede ser una
alusión a Roma, y como el libro de Hechos describe el avance del
evangelio hasta Roma, una división en tres secciones tiene mucho a
su favor.

División en seis secciones


Hay otra posibilidad más de dividir el libro de Hechos, igualmente a
base de factores internos.
Estos factores son seis declaraciones a modo de resumen (6:7; 9:31;
12:24; 16:5; 19:20; 28:31), cada una de las cuales marca el final de
una sección e indica un paso en la programación del evangelio desde
Jerusalén hacia Roma. Un bosquejo de Hechos a base de estas seis
declaraciones tendría el siguiente aspecto:
1. El evangelio gana adeptos en Jerusalén (1:1-6:7: “El mensaje de
Dios iba extendiéndose, y el número de los creyentes aumentaba
mucho en Jerusalén. Incluso muchos sacerdotes judíos aceptaban la
fe”).
2. El evangelio triunfa sobre sus perseguidores y entra en Samaria;
Saulo (Pablo) recibe su llamado (6:8-9:31: “Entonces la iglesia, en
todas las regiones de Judea, Galilea y Samaria, tenía paz y crecía
espiritualmente. VIvía en del temor del Señor y, con la ayuda del
Espíritu Santo, iba aumentando en número”)
3. El evangelio llega a ser una luz que alumbra a las naciones: Pedro
convierte a Cornelio, y la iglesia entrada en Antioquia (9:32-12:24:
“El mensaje de Dios iba extendiéndose y era anunciado en todas
partes”).
4. El evangelio une a judíos y gentiles en una sola iglesia como
resultado de la primera gira de Pablo y el Concilio Apostólico (12:25-
16:5: “Las iglesias se afirmaban en la fe, y el número de creyentes
aumentaba cada día”).
5. El evangelio avanza a Macedonia, Acaya y Asia en el curso de los
dos viajes siguientes de Pablo (16:6-19:20: “El mensaje del Señor
iba extendiéndose y demostrando su poder”).
6. El evangelio es anunciado ante los jueces y las autoridades
(comparar Lc 12:11) y también en Roma (19:21-28:31: “Con toda
libertad anunciaba el reino de Dios, y enseñaba acerca del Señor
Jesucristo sin que nadie se lo estorbara”).
Es interesante notar que las primeras cinco declaraciones hacen caer
el acento alternativamente sobre dos palabras claves, MENSAJE e
IGLESIA, en tanto que la última de las declaraciones habla del
contenido de la palabra que edifica a la iglesia.
Tenemos así tres maneras válidas de bosquejar el libro de los
Hechos, las tres basadas en claros indicios del texto, y las tres
acentuando un aspecto diferente de Hechos. En lugar de comparar los
tres bosquejos para fijar su valor relativo, mejor es reconocer que
cada uno de ellos da cuenta del arreglo ordenado del documento y de
la planificación metódica del autor.
Teología en Hechos

Las grandes doctrinas fundamentales de la fe cristiana tienen su


presencia en Hechos. Del estudio que sobre la Teología en Hechos, ha
escrito el Dr. Ryrie, destacamos sintetizándolo los siguientes
aspectos:

Teología propia

La existencia de Dios es asumida en el libro, especialmente en los


discursos evangelísticos en los que se llama a los gentiles a dejar los
ídolos y volverse a Dios (cf. 14:15; 17:22ss).

Se reconoce a Dios como el Creador, reconocido por los creyentes


judíos (4:24) y afirmado entre los oyentes gentiles (14:15; 17:24).

Se le reconoce también como Soberano (4:24), entendiendo que el


control de todas las cosas está en Su mano (4:28). En el ejercicio de
Su soberanía, se le reconoce la elección (13:48). Del mismo modo se
entiende que él es Rey sobre todos los reinos de los hombres
(17:26).

La bondad de Dios se pone de manifiesto especialmente en los


beneficios que otorga a los hombres (14:17), invitando también a
todos los hombres al arrepentimiento (17:30).

El libro reconoce que Dios se ha revelado a los hombres, estando


cercano a todos (17:27). Se afirma que Dios se manifestó y habló en
otros tiempos (7:2, 6, 31). Este Dios se reveló por medio de obras
providenciales, usando ángeles para ello en varias ocasiones (5:19;
7:53; 8:26; 10:3, 7). En estas revelaciones se manifiesta a algunas
personas, como el caso de Esteban (7:56), de Pablo (9:5), de
Ananías (9:10). Lo hace también por medio de las Escrituras (4:25).

Las obras portentosas y sobrenaturales de Dios, están presentes en


el libro. Dios resucitó a Jesús (4:10; 5:30; 13:37), y lo exaltó a lo
sumo (2:33–35; 4:10). Es también quien salva a los gentiles (2:21;
13:47; 26:18; 28:28). En Su mano está el juicio final, estableciendo
el Juez (17:31). Fue Dios quien envió al Espíritu Santo (2:17).

Cristología

Se afirma la humanidad de Jesucristo, con continuas referencias a


Jesús de Nazaret. En el discurso de Pentecostés se reconoce
abiertamente su humanidad, poniendo de manifiesto que Jesús es el
Cristo (2:36). Una prueba de su humanidad es que fue preso y
muerto crucificado (2:23); se hace referencia a profecías bíblicas que
solo pueden ser cumplidas en el plano de su humanidad (4:27).

Jesús es presentado como el Salvador rechazado y sufriente. Él fue el


reprobado de los hombres pero colocado como cabeza sobre todas las
cosas (4:11). Los sufrimientos del Señor son un tema continuo en el
libro (3:18; 8:32–35; 17:2–3; 26:22–23).

La resurrección de Cristo, es el tema clave en la predicación del


evangelio, como se aprecia en los discursos de Pentecostés y
Antioquía de Pisidia (2:25–28; 13:32–35). La resurrección está
vinculada con la ascensión (1:9–11) y la exaltación (2:33–35).

La segunda venida del Señor, está presente en las palabras de los


ángeles a los que presenciaron la ascensión de Jesús (1:11). Pedro
habla de ella en su segundo mensaje (3:21).

Los diferentes aspectos del ministerio de Jesucristo se aprecian


también en Hechos. Las referencias del Antiguo Testamento utilizadas
en el libro, hacen alusión a la salvación que Cristo proveería. Esa es
una de las promesas hechas en el pacto con Abraham (Gn. 12:3), en
donde se enseña que las familias de la tierra serían benditas en Él
(2:21; 3:23–25; 10:43; 13:46–47; 26:23; 28:28). La salvación es
sólo por medio de Jesús de Nazaret (2:36; 4:12; 13:39).

Otro aspecto está relacionado con la enseñanza. Jesús se presenta


como el Maestro que enseña a los suyos en los cuarenta días que
median entre la resurrección y la ascensión (1:3–9; 13:31). Enseñó a
los suyos que el hombre no tiene acceso al conocimiento del
establecimiento del reino (1:6–7).

Todo el libro da testimonio de la obra de Cristo. Entre otras, como


destacables: el envío del Espíritu (2:23); añadir los salvos al cuerpo
de cristianos (2:47; 4:12); la realización de milagros hechos en Su
nombre (4:10; 9:34; 13:11; 16:18; 19:11); la manifestación de su
presencia personal (7:56; 9:5, 10–11; 18:9).

Pneumatología

Hechos presenta claramente la deidad del Espíritu Santo. Pedro usa


intercambiablemente Dios y el Espíritu Santo (5:3–4). El Espíritu fue
enviado por el Hijo resucitado (2:33).Se enseña que el Espíritu ungió
al Señor durante su ministerio (10:38).

La obra del Espíritu en relación con la Iglesia, es uno de los temas


centrales de la Pneumatología en Hechos. Bautizó a los primeros
creyentes con el propósito de iniciar la formación de un cuerpo en
Cristo (1:5; 11:15–16). El Espíritu también gobernaba la iglesia
(13:2–4).
Fue Él quien llenó a los creyentes para que diesen testimonio (1:8;
2:4; 4:31; 5:32; 9:11–20). El Espíritu guió a los líderes de la Iglesia,
como es el caso de Felipe (8:26–30), Pedro (10:19; 11:12), Pablo
(16:7; 20:23; 21:4, 11). De la misma manera actuó en relación con
los profetas (11:28; 21:4). El Espíritu operó en creyentes para el uso
de lenguas (2:6; 10:46; 19:6).

Bibliología

El uso del Antiguo Testamento es una constante en los discursos del


libro, donde aparecen unas 110 citas. La inspiración del Antiguo
Testamento fue afirmada por la Iglesia primitiva (1:16; 4:25; 28:25),
reconociéndose también la autoridad de las Escrituras (3:18, 21;
13:46–47; 15:15–18; 26:22–23).

Soteriología

La fe es la condición para recibir la salvación, que es por gracia, En el


libro se enseña que la fe salvadora debe ser en Jesucristo (10:43;
11:17, 21; 14:23; 16:31; 18:8). El mensaje de la fe se proclama por
los enviados de Dios (15:7); no sólo por medio de palabras, sino
también con hechos y vida (13:12).

La salvación es por gracia (18:27), alcanzado por la fe la vida eterna


(13:48. La fe trae acompañada el arrepentimiento; en ocasiones se
utiliza los términos como sinónimos (2:38; 3:19; 5:31; 8:22; 11:18;
17:30; 20:21; 26:20). Sin duda no hay salvación sin
arrepentimiento, pero no es posible este, sin el ejercicio de la fe, que
es la condición para ser salvo (16:31).

En el libro se aprecia que las consecuencias de la salvación son: vida


eterna (13:48); justificación (13:39); remisión de pecados (2:38;
10:43; 22:16). Para los salvos se practica la ordenanza del bautismo
(cf. 2:41; 8:12, 36; 9:18; 10:47; 16:15, 33; 18:8).

La consecuencia natural de la conversión era que cada creyente se


convertía en un evangelista, testificando a otros, de manera que cada
día había nuevas conversiones a Cristo (2:47; 8:4; 9:20; 18:5, 26;
26:19–20). Los cristianos manifestaban amor unos a otros, como
expresión propia del nuevo nacimiento, este amor se manifestaba en
la ayuda mutua y el afecto fraternal (2:44; 11:27–30; 15:36; 18:23;
21:20–26).

Eclesiología

Hechos tiene singular importancia en la eclesiología, sobre todo para


el relato del nacimiento de la Iglesia, la forma de vida en la
comunidad cristiana. Cabe destacar que el principio de la Iglesia está
directamente vinculado al descenso del Espíritu Santo (cap. 2).
En Pentecostés se cumplió la promesa del Señor de enviar al Espíritu
(11:15–16). En el día de Pentecostés, los creyentes fueron puestos
en el Cuerpo de Cristo, como resultado del bautismo. Desde
Pentecostés en adelante existe la realidad, no tanto de un pueblo de
Dios formado por todos los salvos por gracia mediante la fe, sino de
un cuerpo en Cristo.

La Iglesia aparece organizándose. Al principio, en Jerusalén, los


apóstoles tomaron el liderazgo de la iglesia, enseñando a los recién
convertidos (2:42). Más adelante, cronológicamente hablando,
aparecen los ancianos, dando por sentado la existencia de estos
(11:30).

Es más que probable que la organización de los ancianos fue


adoptada por la Iglesia de la organización propia de la sinagoga judía
(cf. 4:5; 6:12; 25:15). Se aprecia que había un grupo de ancianos en
cada iglesia local (14:23; 20:17; 21:18) y que su oficio se extendía
tanto a los asuntos espirituales como a los temporales (11:29–30).

Como oficio en la iglesia, junto con el de anciano, estaban también


los diáconos (6:1–7). La palabra es utilizada en modo general para
referirse a los que sirven en la iglesia (1:17, 25; 6:1, 2, 4; 11:29;
12:25; 19:22; 20:24; 21:19).

La vida en la iglesia se aprecia en la lectura de Hechos. Una de las


ocupaciones principales tenía que ver con la enseñanza de la doctrina
(2:42). La enseñanza estaba combinada con la predicación, que por
ser un mensaje procedente de Cristo mismo, era enseñanza para los
oyentes (4:2; 5:21, 25, 28, 42; 28:31).

La doctrina tenía lugar prominente en la vida de las congregaciones


primitivas (11:26; 15:35; 18:11, 25; 20:20).Junto con la doctrina se
aprecia la comunión entre los cristianos (2:42). La comunión
espiritual se manifestaba en la comunión con las cosas materiales
(4:32). La distribución se hacía según la necesidad de cada uno.

Las ordenanzas se practicaban. Se ha considerado antes la práctica


del bautismo, pero también se menciona la Cena del Señor. La
observancia de esta ordenanza en la Iglesia primitiva parece ser que
era semanal (20:7, 11).

La oración se practicaba asiduamente en la Iglesia, ese era uno de los


elementos que condujeron al éxito de la misión en el mundo. Había
práctica de la oración establecida regularmente y se oraba también
para necesidades especiales (1:24; 3:1; 4:23–31; 6:4, 6; 9:40;
10:4, 31; 12:5, 12; 13:3; 14:23; 16:13, 16; 20:36; 28:8).

CRECIMIENTO DE LA IGLESIA
Lucas revela que la iglesia creció por lo menos de cuatro
maneras.

Primero, la Iglesia creció en número. En el día de Pentecostés la


iglesia cabía en una habitación. Entonces miles de judíos fueron
salvos en Jerusalén (Hch 2:41, 47; 4:4). Hechos 6:7 revela que ese
número aumentó, incluyendo muchos sacerdotes. La persecución
dispersó a los creyentes, pero éstos iban por todas partes anunciando
el evangelio y la gente se convertía (Hch 8:1, 4). En todo el libro de
Hechos se ve el aumento del número de creyentes.

Segundo, la Iglesia creció geográficamente, en nuevos lugares.


Empezó en Jerusalén.

Hechos explica cómo la persecución dispersó a los creyentes de


Jerusalén a otros lugares (Hch 8:1). También explica cómo los viajes
de Pablo ayudaron a la expansión de la Iglesia. La iglesia de Roma
existía aun antes de que Pablo llegara allá (Hch 28:14-15).

De este modo Hechos nos cuenta del crecimiento de la Iglesia desde


Jerusalén hasta Roma, el centro del imperio romano. (vea el capítulo
2, lección 2, punto B.) No es accidente que Hechos 1 comienza en
Jerusalén y Hechos 28 termina en Roma. Lucas ordenó su historia
para presentar el crecimiento de la Iglesia.

Tercero, la Iglesia creció socialmente. En sus comienzos, la


Iglesia era judía (Hch 1:1–7:60). ¿Cómo se abrió a otras razas?
Hechos 2 dice que los judíos y los convertidos de 15 lugares
diferentes oyeron el evangelio. Hechos 6:1 revela que la iglesia
incluía2 grupos de judíos. Un grupo hablaba griego y otro hablaba
hebreo. Hechos 8 dice que Felipe les predicó a los Samaritanos, y
más tarde, a un etíope. Hechos 10 nos narra la visión de Pedro
relacionada con Cornelio, un centurión romano.

La visión lo llevó a cambiar de actitud hacia los gentiles. Aun los


gentiles podían ser salvos (Hch 11:18). Esto asombró a los judíos
creyentes. Así la barrera del prejuicio empezó a caerse.

Todavía en Hechos 11:19-21, vemos que la Iglesia estaba limitada


por prejuicios raciales. ¡Algunos judíos empezaron a testificar a los
griegos! ¡Esta fue una teología radical! Pero en Hechos 13, vemos a
Pablo comenzando a predicar a los gentiles después de que los judíos
rechazaron las buenas nuevas (Hch 13:43-46). De este modo la
Iglesia creció incluyendo a aquellos de todas las tribus, naciones,
lenguas y culturas.

Cuarto, la Iglesia creció en su teología. En los primeros días, los


creyentes eran judíos. A ellos les tomó mucho tiempo entender la
relación entre la ley y la gracia.
Hechos 15 enfoca en una pregunta importante. ¿Los gentiles
necesitan ser circuncidados y guardar la ley de Moisés (Hch 15:5)? La
respuesta de Pedro fue “¡No!” (Hch 15:11). Aun así, los líderes judíos
de la Iglesia pidieron a los creyentes gentiles seguir algunas pautas
(Hch 15:19-21). ¿Por qué? En parte para que pudiese haber unidad
entre los creyentes judíos y los gentiles.

De este modo Hechos nos muestra cómo la teología de la Iglesia


llegó a incluir a toda la gente. Unos de los propósitos de Lucas fue
mostrar cómo la Iglesia crecía en número, en nuevos lugares, social y
teológicamente.

Hechos explica acerca de la Iglesia y la defiende.

• Hechos explica y presenta la fe cristiana a todos. Lucas explica la


formación, el crecimiento y las creencias de la Iglesia y hace esto de
una manera que invita a la gente a recibir y a seguir a Jesucristo.

• Lea Hechos 4:8-12. Note cómo defiende este texto el cristianismo


ante los judíos.

Ahora lea Hechos 25:8-11. Aquí se defiende la fe de los gentiles. El


Espíritu guía a Lucas a responder las preguntas religiosas de los
judíos y de los gentiles.

• Hechos también responde a las preguntas que los líderes del


gobierno hacían acerca del cristianismo. Demuestra que la Iglesia es
pacífica. Los creyentes respetan a los líderes del gobierno. Los
disturbios y los problemas sociales siempre son causados por los
enemigos de la Iglesia.

Probablemente Lucas escribió Hechos mientras Pablo estaba


en la prisión en Roma.

Cuando Pablo fue llevado a juicio, Hechos sustentó su defensa. De la


misma manera, Hechos ayudaría en la defensa de otros creyentes en
otros lugares. Entonces, vemos que el tercer propósito de Hechos fue
defender la fe.

Hechos sirve como una guía de fe y práctica.

Hechos nos orienta en cuanto a lo que la Iglesia debe creer y hacer.


Algunas personas sostienen que no deberíamos usar el libro de
Hechos como guía porque es un libro de historia. Pero recordemos
que Lucas no escribió una historia completa sino que usó un
procedimiento selectivo.

Pablo usó la historia con el propósito de enseñar. Se refirió al libro


histórico del Génesis. Repasó la historia de Abraham para enseñar
que somos justificados por la fe (Ro 4).11 Así mismo Lucas usó la
historia para enseñar ciertos temas. Escogió unas pocas historias y
eventos con especiales propósitos.

Uno de sus propósitos fue enfatizar lo que la iglesia de los primeros


tiempos creía. ¿Por qué es útil saber lo que la iglesia primitiva creía?
¡Porque los primeros creyentes estaban bajo el mismo pacto que
nosotros estamos! La iglesia de Hechos nos enseña a creer en lo
siguiente:

• En las Escrituras, en la oración, en compartir y en el


compañerismo;

• En que la obra del Espíritu Santo glorifica a Jesucristo;

• En conocer y adorar a Dios;

• En testificar, hacer señales y maravillas al ser llenos del Espíritu


Santo;

• En hablar en lenguas, profetizar y otros dones espirituales;

• En resolver los problemas de la iglesia en crecimiento, en


evangelizar y enseñar a los nuevos creyentes;

• En el poder de Dios—Él obra en tiempos de persecución, y ama a la


gente de todas las naciones.

Lucas no sabía cuánto tiempo iba a durar la iglesia en la tierra. Pero


uno de sus propósitos fue enseñar a los creyentes futuros. El poder y
los principios de Hechos son para la iglesia hasta el regreso de Cristo.

Hechos enfatiza que el Espíritu Santo es la clave para ser


testigos de Jesucristo.

El evangelio de Lucas narra lo que Jesús empezó a hacer en la tierra,


en un cuerpo físico. Hechos nos dice lo que Jesús continuó haciendo
desde el cielo, por medio de su cuerpo espiritual, la iglesia, por el
Espíritu Santo (Hch 1:1)

¿Qué podremos decir acerca de las últimas palabras de Jesucristo?


¿Sabemos los cristianos qué había en su corazón antes de partir?
Cristo les apareció a los discípulos por cuarenta días después de su
resurrección.

Durante este tiempo, Él les dijo sus últimas palabras en la tierra. Esas
palabras revelan lo que es más importante en el corazón de nuestro
Señor. Les ordenó permanecer en Jerusalén hasta que recibieran la
promesa del Padre.

El Señor Jesucristo quería que sus seguidores recibieran el poder del


Espíritu Santo. Así ellos podrían hablar a otros de Él.
El ministerio del Espíritu Santo es un tema principal de Lucas.

¿Cuál fue el mandamiento? Él les mandó que permanecieran en


Jerusalén hasta que recibieran el don prometido por nuestro Padre.
Les ordenó que no salieran de Jerusalén sin la promesa. Este don
prometido fue el bautismo en el Espíritu Santo.

Consideremos tres razones por las que Jesucristo dio una orden y no
una petición de esperar.

Primero, ellos no se habían dado cuenta cuán grande era la tarea.


¡Pensaban que Jesús había muerto sólo por los judíos! Al principio los
discípulos estaban llenos de prejuicios. Tuvieron que pasar años para
que ellos comenzaran a compartir las buenas nuevas con los gentiles.
No se habían dado cuenta de que el plan de Dios era que ellosles
hablaran a los extraños y a los forasteros.

Segundo, ellos no se habían dado cuenta de la difícil tarea que


tendrían. Estaban tan gozosos porque Jesús había resucitado de la
muerte. Lo vieron ascender al cielo. Sus corazones estaban llenos de
emoción. Pero la emoción hace que las personas dejen de verla
realidad. Cuando empezaran a testificar su visión se aclararía. Pronto
comenzarían a llamarlos borrachos, blasfemos y mentirosos. A
algunos los meterían en la cárcel. Muchos perderían sus tierras, casas
y posesiones terrenales. Serían rechazados por los judíos y sus seres
queridos. Recibirían golpes y castigos y algunos morirían. La tarea
sería más ardua de lo que ellos se imaginaban. ¡La guerra espiritual
estaba próxima y ellos necesitaban más poder del Espíritu Santo para
vencer! Tercero, ellos no se habían dado cuenta de lo extensa que
sería la tarea.

Los discípulos tenían suficiente conocimiento y poder para comenzar


la obra. Ellos estaban seguros de que Jesús había vencido la muerte
pues caminaron y hablaron con Él después de Su resurrección. Pero
necesitaban más del poder del Espíritu Santo, para finalizar la obra.

Tercero, ellos no se habían dado cuenta de lo extensa que sería la


tarea. Los discípulos tenían suficiente conocimiento y poder para
comenzar la obra. Ellos estaban seguros de que Jesús había vencido
la muerte pues caminaron y hablaron con Él después de Su
resurrección. Pero necesitaban más del poder del Espíritu Santo, para
finalizar la obra.

El don

Nótese que Lucas se refiere con más frecuencia al bautismo en el


Espíritu Santo, como un don de nuestro Padre. Hay siete textos por lo
menos en Lucas y en Hechos que se refieren al bautismo en el
Espíritu Santo como algo que nuestro Padre nos da.
El Bautizador

Jesucristo es el Único que bautiza en el Espíritu Santo a los


creyentes. Llegamos a Él para ser llenos con el Espíritu.

Ser testigos

El propósito de Pentecostés no era crear una iglesia. Era otorgar


poder a una iglesia que ya existía. Tanto en su Evangelio como en
Hechos, Lucas enfatiza un solo propósito del Espíritu Santo. Él hace
hincapié en que el Espíritu Santo nos confiere poder para servir.
Específicamente, Lucas resalta que el Espíritu Santo nos da poder
para servir como testigos de Jesucristo.

El poder para testificar (Hch 1:8)

Se necesita más que el deseo de ser un testigo fiel de Jesucristo. Se


necesita más que una oración al amanecer y otra al atardecer. Para
testificar de Jesucristo se requiere poder espiritual.

Toda labor requiere alguna clase de impulso. Se necesita energía


para cavar un hoyo o para tomar un paseo. Una persona que esté
débil y sin fuerza, no puede trabajar bien. Sólo existe una clase de
poder que capacita al cristiano para ser un fiel testigo.

Este es el poder que viene del Espíritu Santo. Ninguna otra cosa
funciona. Debemos depender del poder que el Espíritu Santo nos da.
No es suficiente nacer de nuevo, ni conocer al Señor Jesucristo como
Salvador, ni ser bautizado en agua. La forma como alcanzamos la
más grande habilidad para testificar de Jesucristo, es siendo llenos
con el poder que vino en Pentecostés.

Podemos identificar tres acciones de los creyentes que fueron guiados


para ser

llenos con el Espíritu Santo.

A. Fueron obedientes.

Explicación. El viaje a Pentecostés comenzó con un paso de


obediencia. El Señor les ordenó permanecer en Jerusalén (Lc 24:49;
Hch 1:4). Les mandó esperar y recibir eldon del Espíritu Santo. Por lo
tanto ellos hicieron exactamente lo que el Señor les dijo.

Regresaron a la ciudad y esperaron (Hch 1:12-13).

B. Oración.

Explicación. Un segundo paso hacia Pentecostés es la oración. Así


como los discípulos obedecían y, también oraban. Vea cómo Lucas
nos responde varias preguntas.
C. Basaron sus creencias en la Biblia.

Explicación. Los primeros discípulos creyeron que las Escrituras eran


la Palabra de Dios. Téngase en cuenta lo que Pedro dice cuando se
para en el aposento alto antes de Pentecostés.

Pedro dice que el Espíritu Santo habló a través de David. Como


creyentes, nosotros basamos nuestra fe en la Biblia y la colocamos a
un más alto nivel que a los humanos.

La Biblia es nuestra guía hacia Dios y hacia el cielo.

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