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Confinamiento y Covid

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GRIPE ESPAÑOLA

A lo largo de los años y de la historia, la humanidad se ha encontrado en una variedad

de crisis, las cuales han afectado sin duda alguna, muchos aspectos y ámbitos de la vida

diaria. Las pandemias de gripe han sido causantes de muchos estados de alarma, sin embargo

la más mortífera ha sido la ocurrida en 1918-1919, a la cual se le conoce con el nombre de

“española”, más por razones políticas que científicas. En general, la muerte no ocurría como

consecuencia directa de la gripe, sino por bronconeumonías bacterianas, para las que se

carecía de tratamiento. Los síntomas eran fiebre elevada, dolor de oídos, cansancio corporal,

diarreas y vómitos ocasionales, y también a veces dificultades para respirar y hemorragias

nasales. El drama de la guerra también sirvió para ocultar la elevadísima cantidad de muertes

que, en los primeros meses, solían achacarse a neumonías bacterianas para las que no había

antibióticos disponibles.

La primera oleada de la epidemia se dio durante el verano y otoño boreal de 1918,

esto en Europa y EE.UU. su morbilidad se concentró mayormente en personas con edades

jóvenes. En la temporada otoño-invierno se presentó una segunda oleada con muy alta

mortalidad en niños y adultos jóvenes, y con un ligero ascenso en mayores de 60 años. “Hay

evidencias que sugieren que el virus 1918 no provino directamente de un virus aviar sino de

un número de recombinaciones de virus circulantes en humanos y cerdos incorporadas a un

virus aviar introducido a humanos algunos años antes de la pandemia”. (Medina, 2010)

“La gripe es la única enfermedad epidémica infecciosa que en los países

tecnológicamente avanzados representa actualmente una amenaza comparable a la

experimentada en siglos anteriores a causa de enfermedades tales como la peste y el tifus.


Es decir que la gripe es la única enfermedad que puede volver a revivir fenómenos ya

olvidados por la humanidad”. (Mc Keown, 1976: 101)

El final de la primera Guerra Mundial coincidió con los inicios de de esta pandemia,

por lo cual, se comenzó a realizar comparaciones entre la mortalidad de ambos sucesos

históricos, hecho que concluyó con estadísticas más elevadas en cuanto a la pandemia se

refería. La estimación de muertes a consecuencia de la Gran Guerra tenía una variación de

aproximadamente 100 millones de bajas; por otro lado, según varios autores, la cifra de

mortalidad causada por la gripe van desde 20 hasta 200 millones.

La gripe llamada “española” dió inicio específicamente en el año 1918, en Estados

Unidos (en Kansas, Boston o Texas). El nombre que se le ha dado a esta enfermedad ha

causado cierta polémica con respecto al término “española”, “...España tuvo pocos casos

antes de marzo, pero como el país fue neutral durante la guerra, la prensa española informó

detalladamente sobre la epidemia, especialmente luego de que el rey Alfonso XIII enfermara

gravemente. Por lo mismo, también se la denominó “influenza española”. Durante la Guerra

las emisiones de prensa se encontraban estrictamente censuradas, por lo cual no se podía

informar a la población sobre estos hechos, excepto en España. De tal manera que las noticias

sobre la epidemia aparecían sólo en diarios españoles, dando la impresión de ser el único país

afectado por la enfermedad...” (González, 2005). En contra de lo que se piensa generalmente,

la gran pandemia de gripe de 1918 no se originó en los campos de batalla de Europa, menos

aún en España, como se ha sostenido y de ahí las denominaciones de “influenza española”,

“gripe española” y “dama española”. Esta gran pandemia se originó en campamentos

norteamericanos, dando inicio entre reclutas procedentes de granjas porcinas, en su mayoría.


Por otro lado, autores españoles generaron más teorías con respecto a la patología,

tomando el hecho de la gripe posiblemente era un tipo de arma proveniente de los alemanes.

Éstos, por su parte, la denominaron la gripe de Flandes o, “blitzkatarrh”. Editoriales

estadounidenses justificaban el nombre de gripe “española”, refiriendo que se le dio el

nombre de “gripe española” porque fue llevada a los Estados Unidos por inmigrantes

españoles, pero la epidemia, en realidad, comenzó en China y dió la vuelta al mundo.

Al igual que los conflictos que se daban con respecto al lugar de origen, también

existe incertidumbre sobre la fecha inicial del brote, algunos autores mencionan que el

comienzo se dió el 4 de marzo de 1918 y otros, que el dia 11 del mismo mes y año. Otros

autores refieren que comenzó el mismo año , pero en el mes de mayo.

El tratamiento empleado para combatir la gripe incluía dieta, antisepsia de garganta,

valerianato de quinina, salicilato, codeína para la tos y aceite alcanforado. También se hacía

uso de vacunas y sueros anti-neumococos. Con la disponibilidad de la secuencia de ácido

nucleico (ARN) completa del genoma del virus de la gripe de 1918 ha sido posible recrear,

mediante genética inversa, partículas virales semejantes a las de la pandemia mortal. El virus

reconstituido evidenció ser extraordinariamente virulento para ratones. La vacunación contra

la gripe estacional reduce el riesgo de otra pandemia, sin embargo no puede eliminarlo. El

desarrollo de vacunas “universales” contra la gripe, que confieran inmunidad confiable y

duradera, podrá evitar en el futuro su propagación mundial.

La gripe no es erradicable. Las variantes de las proteínas que la conforman están en

evolución constante. Además, los virus de la gripe tienen etapas zoonóticas, durante las

cuales se alojan en mamíferos y aves. En las reservas animales los virus gripales se

recombinan y mutan, lo cual puede generar una nueva cepa pandémica. La transmisibilidad
entre animales y humanos, y la capacidad de los genes de los antígenos virales para mutar son

las características esenciales de su virulencia. La vacunación contra la gripe estacional ayuda

a reducir el riesgo de otra pandemia como la de 1918, pero a pesar de eso, el riesgo, por el

momento, no puede ser eliminado totalmente.

CONFINAMIENTO Y COVID

COVID
- Hipótesis de origen
- causas
- historia
- síntomas y mortalidad
- tratamiento

COMPARACIÓN ENTRE COVID Y GRIPE ESPAÑOLA


¿En qué se parece la gripe española al covid 19?
Las dos pandemias provienen de familias de virus diferentes. La gripe española es de tipo A (H1N1), mientras que

el Covid-19 es un coronavirus. Las dos causan infecciones respiratorias con síntomas comunes del estado gripal, congestión

nasal e incluso fiebre. "Pero lo que causaba la mayoría de las muertes en 1918, era las neumonías y las pleuresías

purulentas. Las personas se asfixiaban, tenían la impresión de ahogarse"

En primer lugar, los virus de la COVID-19 y de la gripe tienen presentaciones clínicas muy parecidas. Ambos
causan
enfermedades respiratorias, con una gran variedad de casos, que pueden ser desde afecciones asintomáticas o leves,
hasta
enfermedades graves y muertes.
En segundo lugar, ambos virus se transmiten por contacto, gotitas y fómites. Como resultado, las mismas medidas
de salud
pública, como la higiene de las manos y la buena conducta respiratoria (toser en el pliegue del codo o en un
pañuelo y
desecharlo de inmediato), son acciones importantes que pueden tomarse para prevenir ambas infecciones.

¿Qué tan rápido se transmiten COVID-19 y los virus de la gripe española?


La velocidad de transmisión marca una diferencia importante entre ambos virus. El virus de la gripe tiene un
periodo de
incubación medio más corto (el tiempo que pasa desde la infección hasta la aparición de síntomas) y un intervalo
de serie
más corto (el tiempo transcurrido entre casos sucesivos) que el virus de la COVID-19. Se estima que el intervalo
de serie del
virus de la COVID-19 es de entre 5 y 6 días, mientras que en el caso del virus de la gripe es de 3 días. Esto
significa que la
gripe puede propagarse más rápidamente que la COVID-19.

¿Quiénes corren más riesgo?


A diferencia del nuevo coronavirus que afecta principalmente a las personas de mayor edad y parece no tener
consecuencias
fatales para los niños, la gripe española se empecinó con los adultos jóvenes, entre los 20 y los 40 años, haciendo
que la
esperanza de vida en EE.UU. cayera a los 39 años.

¿En qué se diferencian ambas pandemias?


Una de las diferencias fundamentales yace en la identificación del virus.
Para la época, no se conocía el agente patógeno de la gripe pandémica. Sin ese conocimiento, no había la
posibilidad de
desarrollar vacunas, que eran la solución médica milagrosa después de Pasteur (que realizó la primera vacunación
humana
contra la rabia de un niño, el 6 de julio de 1885). Se sabía qué hacer frente a una gripa y que era contagiosa, pero
no se
podían ver los virus porque eran muy pequeños. Hubo que esperar hasta que llegaron los microscopios

electrónicos. Los recursos para tratar la enfermedad en la época eran también muy limitados en comparación a los de

hoy en día: no

existían aparte de las vacunas, los


medicamentos antivirales o antibióticos para tratar infecciones bacterianas secundarias relacionadas con la gripe
como la
neumonía.
Los hospitales no contaban con suficientes equipos médicos: no había unidades de cuidado intensivo, ni
respiradores y no se
entendía la importancia de aislar a los enfermos. Sin embargo, medidas ‘no farmacéuticas’ como las que se toman
ahora para
enfrentar el coronavirus lavado de manos, uso de tapabocas y cierre de lugares públicos sí fueron populares en la
época.
En esa época también se pidió distanciamiento social pero muchos salieron a manifestar a las calles.

¿Qué diferencia hay en la tasa de mortalidad?


La tasa de mortalidad de “la peor epidemia de todos los tiempos” osciló entre el 10 y el 20 por ciento de la
población
afectada, mientras que la COVID-19 se encuentra en alrededor de un 4,8 por ciento, aunque con tendencia a

aumentar. La gripe española atacó en tres oleadas: una en primavera de 1918, otra más mortal en otoño de ese año y una

en la
primavera de 1919. Esto sirve para recordar al mundo actual que tendrá que seguir alerta tras el retiro del covid-19.

El nuevo coronavirus podría "no irse nunca": la advertencia de la OMS sobre la posibilidad de que el SARS-CoV-2
se
vuelva endémico

La gripe española desapareció en el año 1919 su presencia fue corta pero letal, pero puede que con el Covid 19 no
suceda de
la misma manera y nos tendremos que adaptar. En nuestro caso, prestémosle atención y cumplamos las
orientaciones
dictadas por el gobierno y por las instituciones de salud. Mantengamos el distanciamiento social. Acudamos de
inmediato a
las autoridades sanitarias si presentamos síntomas. Hagamos de las medidas higiénicas un hábito para impedir la
trasmisión
del virus. Evitemos las aglomeraciones y el, hasta donde sea posible, el uso del transporte público. Respetemos las
acciones
que nos solicitan como ciudadanos responsables. No seamos egoístas. Y sobre todo, recordemos que hoy estamos
más
capacitados que nunca para manejar una epidemia. La gripe española es un precedente desmesurado y discorde.
Observémosla como tal.

BIBLIOGRAFÍA

● Medina, R. Pandemic 2009 H1N1 vaccine protects against 1918 Spanish influenza

virus. 2010; 1: 28.

● Mc Keown, T.. (1976), El crecimiento moderno de la población, Barcelona.

● González, B.. La pandemia olvidada de 1918. Revista de estudios Médico

Humanísticos 2005; 14(14):123-127.

● Luthy, I., Ritacco, V. & Kantor, I (2018). A cien años de la gripe “española”.

CONICET. vol 78, pp.113-118.

● Murillo, G.. (2011). Recordando la gripe española. Medicina Interna de México,

27(5), 463-466.

● C. J. Orgaz (2020). Coronavirus | La gripe olvidada que mató a más de un millón de

personas hace medio siglo.


● OMS (2020). Similitudes y diferencias entre la COVID-19 y la gripe, Organización

Mundial de la Salud.

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