Concepto Dian Gastos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

CONCEPTO Nº 057621

12-03-2013

DIAN
Consulta radicada bajo el número 57117 de enero 31 de 2013.
 
Bogotá, D. C., marzo 12 de 2013

Area Tributaria
Señor
MARIO FELIPE TOVAR ARAGON
GERENTE CONSTRUIR S.A.S
Carrera 7ª número 24-89 Oficina 4201 Torre Colpatria
NIT. 800.0001.799-5
Bogotá, D. C.

 
De conformidad el Artículo 20 del Decreto 4048 de 2008, la orden Administrativa 0006 de 2009, y el
numeral 9 del artículo 193 de la Ley 1607 de 2012, esta Oficina es competente para absolver en
sentido general las consultas escritas que se formulen sobre la interpretación y aplicación de las
normas tributarias, aduaneras, de comercio exterior y de control de cambios en lo de competencia
de la entidad, en este sentido se emite el presente concepto.
 
Tema                                    Impuesto sobre la Renta y Complementarios.
Descriptores                        Gastos no deducibles en el impuesto sobre la renta.
Fuentes formales                 Estatuto Tributario, artículo 107
                                               Código Sustantivo del Trabajo, artículos 127 y 128.
 
Problema jurídico:
¿Son deducibles del Impuesto sobre la Renta, los pagos efectuados a los trabajadores por la mera
liberalidad del empleador, como aquellos efectuados a título de participación de utilidades y
bonificaciones ocasionales?

Tesis jurídica:

No son deducibles del Impuesto sobre la Renta, los pagos efectuados a los trabajadores por la
mera liberalidad del empleador, como aquellos efectuados a título de participación de utilidades y
bonificaciones ocasionales, por cuanto carecen del presupuesto de necesidad exigido en la ley
para el efecto.

Interpretación jurídica:

Se solicita la revocatoria del Concepto número 060291 del 23 de junio de 2000, mediante el cual
este Despacho sostiene que no son deducibles las sumas concedidas al trabajador a título de
bonificaciones ocasionales o de participación en las utilidades del empleador, porque ellas no
reúnen los presupuestos requeridos para su aceptación fiscal como gasto.

Argumenta el peticionario que tanto las bonificaciones ocasionales como la participación en las
utilidades del empleador que se cancelan a los trabajadores en el período gravable, participan de
las exigencias de necesidad, proporcionalidad y de relación de causalidad con la actividad
productora de renta para ser gastos fiscalmente deducibles, toda vez que constituyen un incentivo
para que los trabajadores se desempeñen con mayor eficiencia, se consiga un mayor desarrollo
empresarial y así, se aumente el ingreso gravado, que a su turno se traduce en una mayor renta
líquida gravable. Considera que estos factores suficientemente justifican y evidencian la relación de
causalidad pedida por la ley.

En cuanto a la necesidad y proporcionalidad de este gasto, sostiene que basta con que se prueben
como costumbre mercantil, por los medios calificados para el efecto en el Código de Procedimiento
Civil, para que el contribuyente quede legitimado para incluirlos como factor de minoración de su
renta líquida.

A su turno, el concepto atacado fundamentó su posición en considerar que ante el mandato legal
en tal sentido, los gastos en que se incurre para la producción de la renta son deducibles siempre y
cuando tengan relación de causalidad, sean necesarios y proporcionales. Entendiéndose por
relación de causalidad con la actividad productora de la renta, la que corresponda a aquellas
expensas que normalmente se acostumbran en una actividad económica; la necesidad: Cuando
sea susceptible de generar el ingreso o ayude a generarlo, y la proporcionalidad cuando existe una
relación directa entre la magnitud del gasto y el beneficio que puede generarse. Igualmente, de
manera concreta se estima que las sumas recibidas a título de participación en las utilidades del
empleador así como otras que le son suministradas al trabajador ocasionalmente y por mera
liberalidad, aunque pueden considerarse como una erogación útil y conveniente al constituir un
estímulo para el trabajador, no constituyen salario por expresa consagración del legislador en el
artículo 128 del Código Sustantivo del Trabajo, no son un gasto que se acostumbre normalmente y
tampoco son un requisito indispensable para que la renta se produzca, por lo que concluye que no
procede su aceptación fiscal como gasto.

Ahora bien, la norma que establece la deducibilidad de las expensas necesarias, artículo 107 del
Estatuto Tributario, continúa vigente e inmodificable en la exigencia de los "presupuestos
esenciales" para el efecto. Luego, para la presente decisión, se requiere confrontar bajo la
interpretación doctrinal antes resumida y los análisis jurisprudenciales del caso, si los citados
presupuestos se encuentran presentes en los pagos a que se ha hecho alusión.

Frente al presupuesto de la "relación de causalidad" es doctrina reiterada de esta Oficina,


acogiendo la del Honorable Consejo de Estado, que la misma es la relación que guardan los
gastos realizados con la actividad productora de renta, por lo cual deben ser los normalmente
acostumbrados dentro de una actividad económica, ya que son el antecedente necesario (causa)
para producir el ingreso (efecto) que se genera en el desarrollo de dicha actividad. (Consejo de
Estado, Sección Cuarta, Sentencia 9018 del 25 de septiembre de 1998, Ponente: Doctor Delio
Gómez Leyva). Así, no se discute que el pago de incentivos extraordinarios al trabajador constituye
erogación útil y conveniente que puede ayudar a incrementar la producción e ingresos, como se
reconoce en el pronunciamiento discutido.

Sin embargo, frente a la necesidad como elemento del gasto, no cuentan estos pagos con las
condiciones propias de la esencia de este presupuesto, o sea, de pertenecer a aquellos
eminentemente indispensables o imprescindibles para la producción de la renta. Pues, al no ser
retribución directa del servicio contratado con el trabajador, se convierten en reconocimientos
extraordinarios por su desempeño, lo que los hace aleatorios. La característica de esos pagos, de
ser ocasionales y de depender de la liberalidad del empleador, desvirtúa el carácter de su
necesidad y con ello se evidencia que no está presente esta condición dentro de los elementos
esenciales del gasto para que tenga repercusión fiscal como deducción.

Ahora, el que ocasionalmente algunos empleadores utilicen este mecanismo de incentivo con el fin
de aumentar su producción, tampoco convierte estas erogaciones en "normalmente
acostumbradas" dentro de la determinada actividad comercial, ni le dan el alcance de costumbre
mercantil que de alguna manera pudiese ser alegada para suplir la necesidad como doctrinal y
jurisprudencialmente ha sido definida.
En consecuencia, no basta que se alleguen pruebas idóneas acerca de la existencia y viabilidad de
la erogación realizada por el empleador para que el gasto sea fiscalmente admisible como
deducción, sino que además, es indispensable que para cada uno de ellos se cumpla con los
requisitos de fondo y de forma definidos, y se establezca jurídicamente la existencia y concurrencia
de los presupuestos esenciales cuya presencia exige la ley, los cuales son: Necesidad,
proporcionalidad y relación de causalidad con la actividad productora de renta.

Ante la anterior conclusión, en el caso en estudio resulta irrelevante tratar el tema del presupuesto
de proporcionalidad, que como se ha sostenido, igualmente debe establecerse para cada gasto.

Atentamente,
Pepita Pérez Padrón.,
Jefe Oficina Jurídica.
(C.F.)

También podría gustarte