Proyecto
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Si bien habíamos dicho que la subjetividad era una especie de corte, Para Deleuze existen
dos tipos de corte: cortes en los sistemas cerrados –o cortes inmóviles- y cortes en la
duración –cortes móviles. Los primeros se pueden ejemplificar en la percepción, la
intelección y el lenguaje que serían sistemas cerrados –siempre artificialmente cerrados-
que proceden mecánicamente a partir de cortes inmóviles en conjuntos finitos
espacializados (por ejemplo, en el caso del lenguaje: las categorías del lenguaje tales como
sustantivos, verbos, adjetivos; en el caso de la percepción: los objetos de la percepción tales
como los cuerpos, las acciones y las cualidades). Porque en efecto lo que hacen estos
mecanismos propios de la subjetividad es cortar el movimiento, seleccionando, organizando
y jerarquizando el caos propio del plano de inmanencia para continuar rindiendo al ritmo
que el dispositivo exige. En este punto se puede analogar lo que decíamos respecto a la
estructura ser-en-el-mundo Heideggeriana con ese primer tipo de corte, en la medida en que
forma sistemas cerrados, que no son otra cosa que articulación de la comprensión. Por
supuesto que hay comunicación entre los elementos de cada sistema, como también entre
un sistema y otro, si no fuera así habría que admitir que los sistemas cerrados realmente
están cerrados, sin embargo es el mismo movimiento, el mismo plano de inmanencia el que
proporciona a los sistemas su apertura, su intercomunicación y su comunicación con el
todo, que es él mismo lo abierto, o en otras palabras: la Duración o el tiempo. En ese
sentido, el plano de inmanencia es un corte, pero un corte móvil en la duración, en tanto
que mantiene la relación abierta entre los sistemas semi-cerrados y la duración, es decir, lo
que Deleuze llama “la disposición maquinística de las imágenes-movimiento” 1,
impidiéndoles ser completamente cerrados pues ellos mismos comportan un cambio
cualitativo de la duración. Por ello Deleuze también lo llama perspectiva temporal o
bloques de espacio-tiempo –este tipo de cortes móviles serán el tema del segundo volumen
de sus estudios sobre cine: La imagen-tiempo.
El universo que se nos presenta con Deleuze es una especie de metacine, es decir, el ojo
estaría en las cosas mismas, sin necesidad de un sujeto que las revele. La frase de Bergson
es “La fotografía, si hay fotografía, está tomada ya, sacada ya, en el interior mismo de las
cosas y para todos los puntos de vista”.2 Lejos de decir que el cine es una técnica entre
otras como lo haría Heidegger, o que tiene su origen en la fotografía, la pintura o el teatro,
Deleuze está haciendo coincidir el cine con el universo mismo. Un universo que no necesita
un sujeto para existir o ser, y en ese sentido es un afuera del sujeto, un afuera del
dispositivo. Pero al mismo tiempo que es eso, también es corte, es intervalo, es
subjetividad, es dispositivo, y por lo tanto es metafísica. En esa doble acepción del cine
1
Deleuze, Gilles. Imagen… Op. Cit. Pág. 91
2
Ibíd. Pág. 93.
como un dentro y un afuera a la vez, o como un entre, Deleuze le da al cine su posibilidad
destructiva o deconstructiva del dispositivo metafísico occidental.
Imagen-cristal: Toda imagen actual tiene una imagen virtual que es como un doble o como
un espejo. Hay coalescencia entre lo actual y lo virtual, son como una imagen de dos caras,
“imágenes mutuas”. Son el circuito más condensado que es el supuesto de los otros
circuitos más amplios (imagen-recuerdo, imagen-sueño e imagen-mundo).
Relación cine/dinero
¿Qué es una imagen mutua o una imagen-cristal?: Bergson dice que lo actual es siempre un
presente, pero el pasado siempre coexiste con ese presente que él que ha sido. “El presente
es la imagen actual, y su pasado contemporáneo es la imagen virtual, la imagen en espejo.”
(Deleuze, C2, p. 111).
Bergson llama a la imagen virtual, “recuerdo puro”, para diferenciarla de las otras imágenes
mentales (imágenes-recuerdo e imágenes-sueño), que también son virtuales, pero que se
actualizaron o van a actualizarse en una conciencia o estado psicológico y en relación con
un presente distinto del que ellas han sido; por lo tanto, estas imágenes tienen fecha, porque
se definen según una cronología: primero, la imagen recuerdo y luego su actualización en
otro presente. En cambio, la imagen virtual, el “recuerdo puro”, se define en relación al
actual presente del que ella es el pasado absoluta y simultáneamente, por lo tanto, no se
actualiza, es pura virtualidad, es correlativo con la imagen actual con la que forma el
circuito actual/virtual, imagen-cristal.
Imagen-afección:
“¿Qué es una afección? ¿Qué sucede cuando la cosa alcanza mi cuerpo, es decir,
acciona sobre mi cuerpo? Es la protesta de las partes inmovilizadas. (…) En otros
términos, es el esfuerzo de las partes inmovilizadas de mi imagen –es decir, de la
imagen que soy- para reencontrar el movimiento.” (Deleuze, 2009, p. 171).
Bergson dice de la afección que “es una tendencia motriz sobre un nervio sensible”
(Bergson, 2006, p. 68). Es decir, no hay simplemente receptividad en nuestro organismo,
hay una parte que representa esa tendencia motriz sobre un nervio sensible. Para Deleuze,
el rostro es la imagen afectiva por excelencia, por eso el uso del primer plano en el cine es
tan importante. Finalmente, la afección se sitúa entre la percepción seleccionada y la
reacción actuada.
Pensar el tiempo como afecto, pensar el pasado como lo que sigue vivo en el presente, pero
sin identificarlo con el presente propio, personal, subjetivo. ¿Qué es el afecto?