Texto 2 - Zecchetto (P1)
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Victorino Zecchetto
Ediciones
ABYA-YALA
2002
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¿QUÉ ES LA SEMIÓTICA?
La semiótica es una ciencia que depen- La teoría de los signos fue bautizada
de de la “realidad de la comunicación”. con el nombre de “semiología” por Saus-
Primero vivimos y practicamos la co- sure, y después de él, por varios estudiosos
municación, y en un segundo momento del lenguaje. Pero pronto el término entró
reflexionamos sobre su sentido, su estruc- en colisión con la palabra “semiótica”, uti-
tura y funcionamiento. Eso es la semiótica. lizada con anterioridad. Ya en el siglo XVII
En ciertos estudiantes, el lenguaje de la John Locke habló de una doctrina de los
semiótica y su lógica hacen surgir el temor signos con el nombre de semiotiké, y Jo-
de hallarse ante un fantasma inasible. Pero hann Lambert (1764) escribió un tratado
no debiera ser así, sólo se trata de com- que incluía una parte llamada Semiótica.
prender sus pretensiones y su enfoque. Es- Sin embargo, ambos pensadores no se
to es lo que queremos explicar en este bre- apartaron del enfoque gramatical y lin-
ve capítulo. Y comenzamos precisando la güístico propio de su tiempo. El estatuto
terminología. científico de una disciplina de los signos, y
también el proceso diacrónico de la eti-
1. Discusión sobre los términos mología, sólo se planteó en el siglo XX,
cuando se publicaron los estudios siste-
El estudio de los signos tiene un largo máticos de Saussure y de Peirce.
historial, prácticamente desde el origen Ferdinand de Saussure, desde la ver-
mismo de la filosofía, pero este tema rela- tiente lingüística, reivindicó el derecho a
cionado con la historia lo abordaremos en una ciencia “que estudie la vida de los sig-
un capítulo posterior. En cambio, el asun- nos en el seno de la vida social... la deno-
to de la terminología usada para designar minaríamos semiología (del griego se-
el estudio y la teoría de los signos, ha teni- meion, ‘signo’). Ella nos enseñaría en qué
do sus vaivenes y discusiones sólo en épo- consisten los signos, qué leyes los regu-
ca relativamente reciente. lan”.1 Según Saussure la semiología no era
1 En: Curso de lingüística general. Ed. Planeta-Agostini, Buenos Aires, 1994 - Introd. Cap.III, 3
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aún reconocida como ciencia autónoma, semiología Roland Barthes (1964), Louis
porque se creía que la lengua es más apta Hjelmslev (1957), Luis Prieto (1966), Pie-
para comprender los problemas semioló- rre Guiraud (1971), aunque cada uno la
gicos. Sin embargo, la lengua es un sistema entiende desde posturas teóricas diferen-
más entre otros sistemas de signos. Por tes. Barthes, por ejemplo, invirtió la posi-
consiguiente -sostiene Saussure- la lin- ción de F. De Saussure y, según él, la se-
güística es sólo una parte de la ciencia ge- miología forma parte de la lingüística,
neral de los signos, o sea, de la semiología. porque “parece cada vez más difícil conce-
De manera paralela a Saussure, el filó- bir un sistema de imágenes u objetos cu-
sofo norteamericano Charles Peirce yos ‘significados’ pudieran existir fuera del
(1839-1914), agudo investigador de los lenguaje”. Por consiguiente, concluye: “la
signos, había introducido el término se- lingüística no es una parte, aunque privi-
miotics para indicar el estudio de los sig- legiada de la ciencia general de los signos;
nos.2 Este autor, a pesar de la riqueza de su es la semiología la que es parte de la lin-
pensamiento, fue siempre poco leído por güística.” También el lingüista Hjelmslev
lo difícil que resulta entender su lenguaje. sostuvo que la semiótica debería ser consi-
Peirce concibió la semiótica como un derada más bien como el estudio teórico
campo científico articulado en torno a re- de las relaciones que se dan en los proce-
flexiones de carácter lógico-filosófico que sos universales de significación y calcada
tuviera como objeto específico de su in- sobre el modelo lingüístico. Eso mismo
vestigación la “semiosis”, es decir, el proce- afirmará más tarde Greimas, pero añade
so de significación donde participan “un que la semiología de los signos lingüísticos
signo, su objeto y su interpretante”. entró en crisis, y es preciso ensanchar las
Históricamente, se instalaron dos tra- fronteras para llegar a la “semiótica de los
diciones etimológicas, cuyas dos palabras procesos semánticos”.
representaban una mirada de doble foco: El término semiótica se impuso más en
la de F. Saussure que usó el término semio- los países anglosajones, aunque pronto
logía, y la del filósofo Ch. Peirce que optó desbordó ese ámbito. Más recientemente
por la palabra semiótica. La corriente saus- se han inclinado por esa palabra Julia
suriana ha tenido su base sobre todo en Kristeva (1971), Umberto Eco (1975), A.J.
Europa, se difundió hasta Rusia y, en par- Greimas y J. Courtés (1979), Paolo Fabbris
te, también en América Latina. Hablan de (1980). En América Latina hallamos a
2 Peirce en una carta a Lady Welby habla de “...la ciencia de la semiótica (semiotics) (semeiotikè), o cien-
cia cenoscópica de los signos...” - The Corespondence between Charles S. Peirce and Victoria Lady Welby.
Bloomington, Indiana University Press, 1977 (Año 1908). La traducción es nuestra.
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3 Morris Charles: Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, Buenos
Aires, 1994. Pág. 24
4 Cfr. Approaches to semiotics. Ed. Mouton, 1964.
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dicar diferentes espacios de estudio de los les que atañen a la problemática sígnica.
sistemas de signos, reservando para la se- Según esto, a la semiótica le corresponde
miología la descripción teórica y general verificar la estructura de los signos y la va-
del funcionamiento de todos los sistemas lidez que pueden tener en las percepciones
simbólicos, sin especificaciones ni parti- culturales, procurando, además, enfren-
cularidades; mientras que a la semiótica le tarse con explicaciones teóricas que den
estaría reservada la indagación más espe- razones coherentes de esos fenómenos
cíficas de los sistemas particulares (semió- que involucran la comunicación humana.
tica del cine, de la publicidad, de la mo- A partir de esta acepción del concepto, se
da... etc.). A nosotros nos parece ya super- puede, ulteriormente, ir perfeccionando
flua tal distinción, además de ser incluso, los contornos, pero manteniendo ese nú-
contraria a los sentidos estrictamente ori- cleo fundamental.
ginales de los términos. Es verdad que am- Entendemos que la semiótica está rela-
bas tradiciones no son excluyentes, pero cionada con el problema del conocimien-
precisamente por ello, consideramos más to, y con el modo mediante el cual pode-
clara y práctica la postura unificada asu- mos llegar a él a través del vehículo inelu-
mida en La Haya, que le otorgó existencia dible de los signos. La semiótica se presen-
oficial a la disciplina institucionalizando ta, entonces, como un punto de vista sobre
universalmente el nombre. la realidad, una mirada acerca del modo
en que las cosas se convierten en signos y
2. Motivo y finalidad de la son portadoras de significado. Su radio de
mirada semiótica acción, sin embargo, no abarca sólo la des-
cripción de los signos y sus significados,
Las fronteras y los objetivos de la se- sino que incluye y presta atención a la se-
miótica, como hoy son propuestos por la miosis, es decir, a la dinámica concreta de
comunidad científica, no son ajenos a la los signos en un contexto social y cultural
historia de esta disciplina, y están dictados dado. La semiosis es un fenómeno opera-
por la reflexión científica como proceso tivo contextualizado, en el cual los diver-
diacrónico. sos sistemas de significaciones transmiten
sentidos, desde el lenguaje verbal al no
a) Una primera descripción
verbal, pasando por los lenguajes audiovi-
¿Qué es la semiótica? ¿De qué se ocu- suales, hasta las más modernas comunica-
pa?, ¿De qué trata? ¿Cuál es su espacio de ciones virtuales. Las áreas que investiga la
estudio? De entrada conviene mantener la semiótica tienen que ver, pues, con las no-
descripción más simple sobre el objeto ciones fundamentales y generales que ri-
primario de la semiótica, que la define co- gen el conjunto más relevante de signos y
mo la teoría de los signos, y cuyo propósito de semiosis. Ello no interfiere con los ob-
es estudiar los conceptos básicos y genera- jetivos de otras disciplinas que se ocupan
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5 Como ejemplo de lo que decimos, ver la descripción de los diferentes enfoques en las investigaciones
de los efectos de los medios que reportan Mc Quail D. (1980, 1983), y Mauro Wolf (1992).
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to, que toda obra es un fragmento de una usó para estudiar las estructuras parenta-
sustancia que tiene un cuerpo y ocupa un les de los grupos étnicos 7, mientras que a
espacio, lleva en sí misma un significado y R.Jakobson la aplicó a la lingüística8. En
es fruto de una tarea de producción. Aho- fin de cuentas fue posible buscar la estruc-
ra bien, todo texto se organiza en torno al tura de cualquier fenómeno, y por esta ra-
concepto central de estructura.6 zón se acuñó la expresión análisis estruc-
No debemos olvidar que esta primera tural, aplicable tanto al campo cinemato-
semiótica fue deudora de toda la corrien- gráfico, como al análisis de obras pictóri-
te estructuralista que en aquellas décadas ca, de una novela o incluso de un fenóme-
impregnó numerosas disciplinas, sobre no político-social.
todo los estudios de antropología cultural, Las semióticas de primera generación
de sociología, de lingüística. En sentido se remitieron a este bagaje conceptual es-
general, cuando se habla de estructuralis- tructuralista. Y con ese instrumental de
mo se entiende un método de análisis que trabajo, ellas se han detenido de modo
permite introducir un orden explicativo particular en el análisis de los objetos sig-
en un conjunto o serie de fenómenos apa- nificantes de los lenguajes, y en los proce-
rentemente desconectados entre sí. Su ob- sos de comunicación entendidos como el
jeto de estudio es, por consiguiente, el flujo informativo entre emisores y recep-
análisis de las relaciones que surgen entre tores mediante un desarrollo regular y li-
sus elementos. En este contexto la idea de neal.
estructura puede remitir a uno de estos A pesar de sus límites, estas semióticas
dos significados: como un sistema de rela- de primera generación, han tenido el mé-
ciones, es decir, como una totalidad no re- rito de ensanchar el horizonte restringido
ducible a sus partes, y por tanto, dichas re- de la vieja lingüística y se han preocupado
laciones son susceptibles de estudio y aná- por abarcar no sólo el lenguaje verbal, si-
lisis. En segundo lugar, del punto de vista no también las formas audiovisuales de
operacional, una estructura es la interde- comunicación.
pendencia de elementos de un conjunto
de dinámicas que interactúan recíproca- b) Las semióticas de segunda generación
mente. Aclarado así el término, resulta
comprensible que la idea de estructuralis- A partir de los años 1970, los estudios
mo resultó útil para indagar una gran va- semióticos sufrieron un viraje hacia nue-
riedad de fenómenos: C.Levi-Strauss la vas posturas teóricas y metodológicas. La
6 Ver de Roland Barthes: La aventura semiológica. Edit. Paidós, Buenos Aires, 1994.
7 En 1955 Claude Lévi-Strauss escribió Tristes trópicos, y en 1958 publicó Antropología estructural. En
1963 El pensamiento salvaje; en 1964 comenzó a publicar sus Mitologías.
8 La obra de R. Jakobson abarca más de quinientos títulos. Su enfoque estructuralista se refleja por ejem-
plo en su importante trabajo Ensayos de lingüística general. (Seix Barral, Barcelona 1981).
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9 Jacques Derrida con sus Gramatologia y La escritura y la diferencia (1967), dio a conocer su pensamien-
to que modificaba el modo de enfocar y de leer la realidad mediante la deconstrucción.
10 Ver de Hans Georg Gadamer: Verdad y método.
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11 Ricoeur Paul: Del texto a la acción. Ensayos de hermenéutica II. Ed. Fondo de Cultura Económica. Mé-
xico, Buenos Aires, 2001. Es la traducción de Du texte à l’Action. Essais d’herméneutique II (1986), una
recopilación de trabajos como continuación del anterior de 1969: Le conflit des interprétations
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12 Ver por ejemplo de Kebrat-Oreccioni Catherine: Les cultures de la conversation en “Le Langage” – Scien-
ces Humanines, nº 27 – Paris. Déc- 1999 Jan. 2000 p. 38 – 41-
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18 La llamada “Teoría de los modelos” tuvo su principal exponente en Tarski (1901 – 1983). Dicha teoría
apuntó a estudiar las estructuras matemáticas considerando las leyes que le obedecen. Tarski describió
los conceptos fundamentales de esa semántica, cuyo lenguaje fue aplicado a la programación. A su vez,
el investigador en informática Goguen, afirma en su Teoría de las Instituciones, que la teoría general de
la abstracción es una teoría semántica.
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La semiótica se relaciona con estas di- de dar razón de los fenómenos comunica-
versas extensiones de la semiosis, y trata tivos que de ellas se derivan.
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Bibliografía
Chandler Daniel
1998 Semiótica para principiantes. Ed. Abya-Yala, Quito.
Morris Charles
1994 Fundamentos de la teoría de los signos. Ed. Planeta-Agostini, Barcelona, México, Buenos Aires
(Ver: Cap. 2: “Semiosis y semiótica”).