Universidad Nacional Del Altiplano Puno: Autor: Gregorio Milenio Coasaca Mamani. Docente: Salomon Ttito Leon

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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO

PUNO

Autor: GREGORIO MILENIO COASACA MAMANI.

Docente: SALOMON TTITO LEON.

Semestre: IV

Juliaca-Perú 2020
¿QUE ES UN RIESO QUIMICO?
RIESGO QUIMICO

Te explicamos qué es el riesgo químico, en qué circunstancias es más alto, qué tipos
existen y las características de cada uno.
Ciertas sustancias o condiciones pueden causar daño a la salud por distintas
razones.

1. ¿Qué es el riesgo químico?

En química, se entiende por riesgo químico o peligro químico a aquellas


condiciones de potencial daño a la salud causadas por la exposición no
controlada a agentes químicos de diversa naturaleza. Dicho de otro
modo, se trata del peligro que entrañan los compuestos químicos y
las sustancias químicas, capaces de causar enfermedades, efectos
crónicos o la muerte.

La gravedad de dichos riesgos depende de factores como la naturaleza de


los agentes químicos, su concentración, o el tiempo y la vía de exposición a
los mismos.

No se exagera, sin embargo, si se afirma que prácticamente toda sustancia


química reactiva posee un potencial de cambio en la naturaleza
(contaminación química) o en el organismo de un ser vivo, sólo que
algunos serán más dañinos a corto plazo y otros serán, por el contrario,
menos inmediatos.

Existe un potencial riesgo químico en los trabajos que involucran manejo


de sustancias tóxicas, o en los que se subproducen y no son manejadas
apropiadamente, o en los que el personal carece de las mínimas
protecciones básicas.

Sin embargo, también hay riesgo químico en la naturaleza misma, dado


que el vertido de sustancias químicas al medio ambiente se lleva a cabo en
proporciones diarias alarmantes. Y no siempre la naturaleza puede lidiar
con ellas de manera efectiva y autónoma.

Puede servirte: Ácido sulfúrico

2. Tipos de riesgo químico

Los laboratorios cuentan con protección contra diversas formas de riesgo


químico.

Los riesgos químicos pueden ser diversos, dependiendo del efecto que
puedan tener sobre los seres vivientes, particularmente el ser humano. Así,
hablamos de:

• Inflamables. Sustancias que reaccionan con facilidad con el entorno o consigo


mismas tras la inyección de algo de energía, liberando cantidades muy elevadas
de calor, o sea, de energía calórica. Generalmente esto va acompañado de la
creación de llamas, o sea, de fuego, capaz de propagarse a otros materiales.

• Explosivos. Materiales que reaccionan rápida y violentamente a la combustión,


generando cantidades enormes de calor, luz y energía cinética (movimiento), ya
sea de manera controlada y aprovechable, o descontrolada y catastrófica.

• Comburentes. Sustancias capaces de generar oxidación violenta en las


sustancias inflamables, o sea, que pueden disparar el fuego o retrasar su
extinción.

• Corrosivos. Aquellos compuestos dotados de una gran capacidad de óxido-


reducción ante la materia orgánica, generando una reacción exotérmica y
altamente destructiva, capaz de producir quemaduras sin necesidad de flama.
Los materiales corrosivos pueden oxidar el metal o pueden destruir los tejidos
orgánicos por contacto.

• Irritantes. Una versión más liviana de los corrosivos, capaz de producir lesiones
reversibles en la piel humana o en las mucosas, pero que no llegan a destruir
completamente.
• Tóxicos. Estos compuestos poseen propiedades moleculares que los hacen
altamente reactivos con el organismo, causando así efectos impredecibles en el
mismo.

• Radiactivos. Se trata de sustancias inestables atómicamente,


cuyas moléculas emiten partículas (neutrones, protones, etc.) constantemente a
medida que se descomponen en otro elemento estable. La emisión de estas
partículas puede alterar el código genético y deteriorar los tejidos.

Sigue con: Ácidos y bases

AGENTE QUIMICOS Y LA SALUD


Agentes Químicos en el Ámbito Sanitario
Los trabajos pertenecientes al sector sanitario, ya sea en hospitales, laboratorios,
consultorios, o en otros espacios de atención al paciente, tienen riesgos laborales
específicos originados por actividades, instalaciones y equipos específicos del sector
sanitario.

Además de los riesgos propios asociados a todo lugar de trabajo, que en el caso de la
actividad sanitaria se desarrolla en edificios cerrados, generalmente complejos tanto
en dimensiones y distribución y que por su carácter son lugares compartidos por
pacientes y familiares

Los establecimientos de salud utilizan habitualmente decenas de compuestos


químicos que pueden ser peligrosos tanto para el ambiente como para la salud de los
trabajadores y de la comunidad.

Algunos de ellos se han relacionado, entre otras enfermedades con malformaciones


congénitas, cáncer y asma.

Estos compuestos alteran la calidad del aire interior de los hospitales y en muchos
casos, una vez usados, se convierten en residuos peligrosos que, de no manipularse
adecuadamente, tienen un alto impacto ambiental.

Los efectos de algunos de estos compuestos químicos sobre la salud de las personas
y el ambiente son conocidos y han sido objeto de esfuerzos para eliminar o, al menos,
minimizar su utilización, como por ejemplo, el mercurio, el DEHP (di(2-etilhexil)ftalato)
o el óxido de etileno (usado como gas para esterilización en frío).
¿Qué son los agentes químicos?
Los agentes químicos son sustancias, preparados o mezclas, que se utilizan en el
medio laboral con diversas funciones.

Hay miles de sustancias químicas conocidas y utilizadas en el mundo del trabajo.

Algunas de ellas son sustancias naturales, pero la mayoría son sintetizadas por el
hombre.

El número de sustancias sintetizadas cada vez es mayor.

Todos los agentes químicos son capaces de producir efectos negativos sobre la salud
de los trabajadores si los agentes químicos se encuentran en determinadas cantidades
y si los trabajadores están expuestos a ellos el tiempo suficiente.

A los agentes contaminantes químicos se les denominan tóxicos, porque son


sustancias ajenas al organismo capaces de causar un efecto nocivo en el hombre.

Para producir estos efectos negativos, es necesario que los agentes penetren en el
interior del organismo.

Factores condicionados por el efecto tóxico


El efecto tóxico de estas sustancias está condicionado por una serie de factores.

Los factores más importantes son:

• La vía de entrada del contaminante en el organismo.


• El tiempo que permanezca el trabajador expuesto al agente contaminante, o
tiempo de exposición.
• La dosis, o cantidad de contaminante que logra penetrar en el organismo.
• La susceptibilidad individual, o las especiales características de cada persona,
que le diferencian del resto.
La vía de entrada determina en gran medida el potencial efecto tóxico del agente
químico.

Un mismo agente contaminante puede producir distintos efectos según la vía por la
que penetre.

Vías de entrada al organismo


Hay, fundamentalmente, cuatro vías de entrada al organismo:

Vía respiratoria
Es la vía más importante en el ambiente laboral.
La vía respiratoria es la más común y la más grave porque la mayor parte de las veces
no somos conscientes de la presencia del contaminante en el aire y no podemos “dejar
de respirar eternamente” para protegernos del contaminante.

Muchos tóxicos se dispersan por el aire en el ambiente de trabajo, pudiendo ser


respirados.

Estos contaminantes en el aire pueden presentar varias formas:

• Gases o vapores: se mezclan con el oxígeno del aire.


• Materia particulada: incluye cualquier tipo de partícula, sólida o líquida, que se
encuentra suspendida en el aire y puede ser inhalada.
En el caso de las partículas, el tamaño de estas determina el nivel máximo de alcance
dentro de las vías respiratorias.

Es decir, las partículas más grandes quedarán retenidas en las zonas superiores, en la
nariz, mientras que las partículas más pequeñas serán capaces de llegar hasta las
zonas más profundas de los pulmones.

Éstas son las más peligrosas.

Vía dérmica
Vía de entrada muy importante en el medio laboral, la segunda más importante
después de la respiratoria.

La piel es una barrera que nos separa y nos protege del ambiente exterior.

Sin embargo, algunas sustancias tóxicas tienen la capacidad de penetrar a través de


la piel muy fácilmente, como algunos disolventes.

Vía digestiva
Es menos frecuente que las dos vías anteriores.

Normalmente, la entrada por esta vía, es decir, por ingestión, se produce por malos
hábitos de higiene, como puede ser comer con las manos impregnadas con tóxico,
fumar en el lugar de trabajo, masticar chicle durante la jornada laboral, comerse las
uñas, etc.

En estas prácticas, se ingieren accidentalmente cantidades de tóxico que pasan al


aparato digestivo.

Vía parenteral
Vía de entrada de contaminantes menos frecuente, aunque en determinadas
profesiones puede ser más común (personal sanitario, personal de laboratorio, etc.).
La vía parenteral es la entrada del tóxico de manera directa a través de una
discontinuidad de la piel, como pueden ser heridas, punciones, cortes, úlceras, etc.

Por estas zonas abiertas, el tóxico entra mucho más fácilmente al interior del
organismo.

Esta vía de entrada es muy importante en los profesionales sanitarios, ya que en estos
trabajos se producen numerosos accidentes por pinchazos con jeringuillas y otros
objetos.

No todas las vías de entrada son iguales en cuanto a peligrosidad.

La más peligrosa es la vía parenteral, seguida de la vía inhaladora, ya que el tóxico


absorbido pasa directamente a la sangre.

Los efectos producidos por los contaminantes químicos son muy variados y pueden ir
desde una simple irritación local hasta el cáncer.

Prevención de los efectos tóxicos de los agentes


químicos
La principal medida para la prevención de los efectos tóxicos de los agentes químicos
es la identificación de la exposición a los mismos.

Es necesario conocer cuáles son las sustancias químicas que están presentes en el
medio ambiente de trabajo, o que utilizamos con frecuencia para realizar distintas
operaciones.

Para conocer las sustancias con las que trabajamos, es muy importante disponer del
etiquetado de los productos químicos.

Todos los preparados químicos deben estar provistos del etiquetado correspondiente y
de las fichas de seguridad, que proporcionan toda la información y las instrucciones
necesarias tanto para manipular el producto con las debidas medidas de seguridad
como para hacer frente a posibles medidas de emergencia, si fuesen necesarias.
Adquisición de un producto químico
Tanto el etiquetado como las fichas de seguridad deben ser suministrados por el
fabricante, por lo que, en el momento de la adquisición del producto, debemos
asegurarnos de que está correctamente etiquetado y lleva las fichas de seguridad.

No debemos olvidar que el fabricante del producto químico está obligado a suministrar
el producto correctamente etiquetado y con su ficha de seguridad química
correspondiente.

A la hora de la adquisición de un producto químico, se deben exigir ambas cosas.

Una vez identificados los contaminantes, es importante saber la cantidad que hay en el
ambiente de trabajo, es decir, la concentración.

Para medir la concentración, podemos utilizar aparatos de medida, que miden la


concentración en el lugar de trabajo de manera directa, o podemos tomar una muestra
y llevarla a analizar a un laboratorio, es decir, el análisis indirecto.

Cuando sepamos la cantidad de contaminante existente en el ambiente de trabajo,


tenemos que compararla con criterios de referencia para saber si esta cantidad se
encuentra por encima o por debajo de los valores que se consideran tolerables.

A nivel internacional, los criterios de referencia más utilizados son los TLVs de la
ACGIH (American Conference of Governmental Industrial Hygienists o Asociación de
Higienistas Americanos).

No obstante, a nivel nacional y cuando existan, se utilizan los Valores Límite


Ambientales (VLAs).

Si los valores ambientales que encontramos están por encima de los valores tolerables
de referencia, tenemos que tomar medidas correctoras y de control.

Las medidas de prevención deben aplicarse por


orden de prioridad
• Sobre el foco, es decir, sobre el lugar donde se genera el contaminante.
• Sobre el medio, generalmente el aire, por donde se transmite el tóxico.
• Sobre el trabajador, que recibe el contaminante.
Los distintos productos o sustancias manejados durante los trabajos de los diferentes
departamentos médicos generan dentro del sector sanitario el riesgo de exposición de
forma continuada.

Principales riesgos químicos hospitalarios


Los principales riesgos químicos hospitalarios vienen producidos por:
Agentes anestésicos
Los anestésicos son depresores del sistema nervioso central, que producen pérdida
de consciencia, de sensibilidad, de motilidad y de la actividad refleja.

Se absorben por vía inhalatoria y los más utilizados son el Óxido de dinitrógeno, el
Isoflurano, el Enflurano, el Halotano, el Metoxiflurano y el Desflurano.

Podemos encontrarnos el riesgo de exposición a anestésicos durante su aplicación en


forma de gas (óxido de dinitrógeno) o líquidos que se aplican por vaporización
asimilada por el enfermo, pero el resto puede ir a parar al ambiente o retornar al
respirador.

Los espacios susceptibles de este riesgo suelen ser generalmente quirófanos y


dependencias próximas a los mismos, salas de reanimación, salas de partos, salas de
exploraciones en las que se aplican gases anestésicos.

Efectos sobre la salud que producen los anestésicos


Los efectos sobre la salud que pueden producir por su peligrosidad son, entre otros,
los siguientes: infertilidad, problemas hepáticos, renales y neurológicos,
malformaciones, etc.

En el caso del paciente, al ser la exposición muy breve, no suele afectarse, pero el
personal de quirófanos, al estar sometido a exposiciones prolongadas, puede sufrir los
efectos tóxicos de estas sustancias, siendo mayor el riesgo cuanto mayor sea el
número de horas diarias de exposición y cuanto más próxima al aparato de anestesia
es la posición que se ocupe en el quirófano.

Los trabajadores expuestos son médicos anestesistas, médicos que realicen


intervenciones quirúrgicas, enfermeras y auxiliares de quirófano, personal sanitario de
salas de reanimación, personal sanitario de salas de exploración donde se trabaja con
anestesia general (endoscopias, determinadas exploraciones radiológicas), personal
sanitario de salas de partos, etc

Agentes citostáticos
Según la NTP 740: Exposición laboral a citostáticos en el ámbito sanitario” del antiguo
Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, hoy denominado Instituto
Nacional de Seguridad, Salud y Bienestar en el Trabajo “los citostáticos son sustancias
citotóxicas diseñadas y utilizadas para causar disfunción celular, inhibiendo el
crecimiento de las células cancerosas mediante la alteración del metabolismo y el
bloqueo de la división y la reproducción celular”

Este daño no es selectivo para las células tumorales, sino que afecta a todas las
células del organismo, resultando efectos tóxicos adversos.

Por su carácter especialmente tóxico y su facilidad de absorción por vía dérmica,


respiratoria, digestiva o parenteral, pueden provocar efectos carcinogénicos,
mutagénicos y teratogénicos, así como reacciones alérgicas, pigmentaciones,
dermatitis, mucositis, cefaleas, náuseas, vértigos, quemaduras etc
Este riesgo también puede darse durante las operaciones de preparación y
administración de ciertos medicamentos.

Por ejemplo, en los tratamientos de quimioterapia puede darse el riesgo de exposición


a fármacos citostáticos o a otros compuestos o a la inhalación de polvo por trabajar
con sustancias sólidas o de aerosoles al manipular soluciones líquidas con jeringuillas
o viales.

Las áreas de exposición son los servicios de Farmacia, hospitales de día


(Oncohematología, Reumatología, etc.), plantas de hospitalización donde se
administren (principalmente Odontología y Hepatología).

Desinfectantes y esterilizantes
La descontaminación, tanto de materiales como de instrumental, es una de las
operaciones básicas comunes a todo el sector sanitario, cuyo objetivo es proteger del
posible contagio de enfermedades causadas por microorganismos a los trabajadores y
enfermos que entran en contacto con objetos y materiales médicos.

Los agentes desinfectantes y esterilizantes son usados en múltiples ámbitos de la


actividad sanitaria.

Cualquier profesional sanitario que los utilice o que trabaje en zonas donde se
empleen: quirófanos, plantas hospitalización, centros de salud, esterilización,
laboratorios, urgencias, etc., están expuestos a ellos.

Las características principales de estos agentes químicos son, una alta actividad de
reacción y una buena capacidad de penetración, para que el agente llegue a todos los
puntos del objeto o material que puedan estar contaminados.

Dos características que los confieren su potencial peligrosidad, siendo la mayoría


irritantes para la piel y las mucosas.

En el caso de los agentes gaseosos, la vía respiratoria, es la vía de entrada más


relevante, y en el caso de los agentes líquidos, también puede tener relevancia la vía
dérmica.

Formaldehído
El formaldehído es uno de los compuestos orgánicos básicos más importantes de la
industria química.

El formaldehído (también llamado metanal o aldehído fórmico) es un aldehído que se


presenta a temperatura ambiente en forma de gas incoloro de olor acre y sofocante.

En solución acuosa se denomina formol o formalina

Principalmente se utiliza para fijación de muestras de tejidos.


Es un buen conservante, por lo que también se utiliza para conservar las muestras de
tejidos, órganos o incluso cadáveres.

En forma gaseosa se utiliza como esterilizante en cabinas de seguridad biológica.

Las personas pueden verse expuestas principalmente por medio de la inhalación del
formaldehído como gas o vapor de aire o por absorción de líquidos que contengan
formaldehído a través de la piel.

Hay trabajadores que pueden estar expuestos a niveles más altos de formaldehído
que el público en general; son los trabajadores que producen formaldehído o
productos que contienen formaldehído, así como auxiliares de laboratorio, ciertos
profesionales de atención médica y empleados de depósitos de cadáveres.

El formol se utiliza principalmente en servicios de Anatomía Patológica, quirófanos y


salas de Partos.

En menor medida, también se utiliza en centros de salud y ambulatorios; consultas o


gabinetes de especialidades donde se obtienen muestras que precisan conservación
en formol, genética, etc

Humos quirúrgicos
La aplicación de las nuevas tecnologías a la medicina ha supuesto la aparición o el
incremento de factores añadidos de riesgo para el personal sanitario.

Uno de ellos podría ser el humo quirúrgico, que es una colección de partículas
suspendidas en el aire procedente de la destrucción térmica de huesos o tejidos

Los humos quirúrgicos son los agentes volátiles producidos durante el electro
cauterización, cirugía láser o bisturí ultrasónico.

El área de mayor exposición es el quirófano, donde se utilizan los bisturís que generan
el humo quirúrgico; y por ende los trabajadores más expuestos son los cirujanos,
instrumentistas y el resto de personal sanitario de quirófano presente durante las
intervenciones en las que se emite este contaminante (anestesista, enfermera,
auxiliares) o el médico que utilice el bisturí eléctrico en centros no hospitalarios, junto
con el personal sanitario presente durante esta intervención.

El desarrollo de la cirugía endoscópica ha venido a añadir nuevas preocupaciones.

Así, en las intervenciones por laparoscopia el humo quirúrgico y la columna de humo


generado no pueden ser absorbidos por el peritoneo del paciente, hecho que
disminuye la visibilidad durante la intervención quirúrgica y hace necesaria su
extracción.

Las partículas aerosolizadas dificultan la visión por colocarse sobre las lentes del
laparoscopio o por permanecer en suspensión entre el laparoscopio y el objetivo
quirúrgico.
Por ello, para restablecer la visibilidad en el campo quirúrgico, se requiere la limpieza
de las capas de partículas sobre las lentes del laparoscopio, así como la expulsión al
exterior o la aspiración del gas y las partículas aerosolizadas.

Parece ser que los instrumentos monopolares son los que ocasionan el mayor
deterioro de la visibilidad, mientras que los bipolares y los ultrasónicos son los que
menos la afecta.

En cualquier caso, la persona encargada de la extracción del aerosol o la columna de


humo es la que más sufre sus consecuencias

Los efectos sobre la salud que más se dan son la irritación respiratoria; el riesgo
biológico; la carcinogenicidad; dolor de cabeza, fatiga, náuseas, vómitos y arritmias.

Látex
El látex es un líquido lechoso obtenido del árbol tropical Hevea brasiliensis o árbol del
caucho

En el ámbito sanitario existe además riesgo de exposición a compuestos como


el látex, (presente en guantes, sondas, drenajes, fonendos, manguitos de tensión,
ambús, sistemas de infusión venosa, compresores, tapones viales, etc)
o disolventes (acetona, alcohol metílico, benceno, fenol, hexano, mercurio metálico,
tolueno, xileno, etc.) usados en laboratorios y trabajos de mantenimiento y limpieza,
etc.

La alergia al látex constituye un importante problema de salud entre los trabajadores


sanitarios, tanto por su elevada prevalencia como por la gravedad de las reacciones
que puede producir.

En los casos de trabajadores alérgicos al látex pueden darse casos que van desde
dermatitis por contacto, urticaria y edemas locales o generalizados, rinitis, conjuntivitis
o asma si se ven afectadas membranas mucosas, hasta problemas respiratorios y
anafilaxis en casos extremos

Mercurio
El mercurio y los compuestos mercuriales constituyen según la OMS uno de los diez
grupos de productos químicos con mayores repercusiones en la salud pública.

Según la OMS son muy peligrosos y son necesarias más medidas para evitar sus
repercusiones negativas en la salud.

Es un metal pesado presente en la naturaleza en diversas formas químicas, siendo el


único metal que en su forma pura (A temperatura y presión ambiente) se presenta
como un líquido blanco plateado que se evapora con facilidad pudiendo permanecer
en la atmósfera hasta un año.

Así mismo, metales pesados actúan sobre el sistema nervioso central limitando o
reduciendo la actividad cerebral o produciendo afecciones del tipo renal.
EL mercurio se utiliza sobre todo en los termómetros de bulbo para medida de la
temperatura de pacientes (contienen unos 2 gramos por termómetro) y en
esfigmomanómetros de columna.

También está presente en barómetros y termómetros de pared, porque en ciertas


técnicas diagnósticas se precisa conocer la temperatura y presión ambiente, y en los
tubos fluorescentes en forma de vapor y en muy pequeñas cantidades.

El mercurio que contienen los termómetros, esfigmomanómetros, etc. puede pasar al


ambiente laboral porque se rompen fácilmente

Los vapores del mercurio son tóxicos y corrosivos.

El mercurio es dañino por inhalación, ingestión y contacto.

Puede absorberse por la piel.

También es muy irritante para la piel, ojos y vías respiratorias.

Cualquier persona que trabaje en centros sanitarios que utilicen de forma habitual
dispositivos conteniendo mercurio, puede estar expuesta al mercurio; aunque existen
mayores exposiciones en las plantas de hospitalización

Otros: Metacrilato de metilo, xilenos


Por último, indicar que, según datos de las respuestas a los cuestionarios de las
encuestas del ‘European Survey of Enterprises on New and Emerging Risks’ (Esener),
los principales riesgos emergentes de los profesionales sanitarios que cabe esperar en
Europa a partir de los cambios contextuales y los riesgos actuales, se prevé un
aumento de la exposición a agentes químicos relativamente nuevos, como
los nanomateriales, con consecuencias desconocidas para los trabajadores.

El personal que maneje estos materiales debe adoptar precauciones extraordinarias y


hay que seguir investigando además sobre sus posibles efectos.

Os dejamos una publicación que pretende “ofrecer una visión profunda de los
principales agentes químicos presentes en el ámbito sanitario, recopilando la
información obtenida de diferentes fuentes de reconocido prestigio, así como las
medidas preventivas que se muestran más eficaces en la actualidad para evitar los
riesgos asociados a esta exposición”.

Esta publicación, elaborada por ANMTAS, es una Asociación Científica, que aglutina a
expertos en Prevención de Riesgos Laborales, entre los que se incluyen Médicos/as
del Trabajo, Enfermeros/as del Trabajo y Técnicos/as en Prevención de Riesgos
Laborales pertenecientes al medio sanitario hospitalario y extrahospitalario.
Tanto del sector público como privado trata específicamente sobre los agentes
químicos presentes en el ámbito sanitario, lo cual representa una dificultad importante
para los profesionales relacionados con la Prevención de Riesgos Laborales que
trabajan en este sector, con la profundidad y rigor que demandan los profesionales
que actualmente se dedican a la prevención de riesgos laborales en nuestro sector.

Otros riesgos
No debemos olvidar otro tipo de riesgos, como los riesgos producidos por otros
factores higiénicos (biológicos y físicos -radiaciones, ruido, etc), de seguridad en el
trabajo (resbalones, tropezones, caídas) o ergonómicos (levantar, empujar, posiciones
forzadas, movimientos repetitivos, posturas prolongadas en posición vertical o
sedante) o psicosociales (horas de trabajo, exigencias emocionales, estrés, etc…).

El estrés, la violencia y el acoso laboral son problemas importantes para la salud y la


seguridad en el trabajo.

Todos estos riesgos psicosociales alcanzan una importancia de primer orden en el


sector de la asistencia sanitaria y los servicios sociales, seguidos por la educación y la
administración pública.

SEÑALICACION Y ETIQUETADO EN LA
SEGURIDAD EN EL LABORATORIO
QUÍMICO

A) Prevención del riesgo en el laboratorio.

Cualquier operación del laboratorio en la que se manipulen productos químicos


presenta siempre unos riesgos. Para eliminarlos o reducirlos de manera importante es
conveniente, antes de efectuar cualquier operación:

- hacer una lectura crítica del procedimiento a seguir


- asegurarse de disponer del material adecuado
- manipular siempre la cantidad mínima de producto químico
- llevar las prendas y accesorios de protección adecuados
- tener previsto un plan de actuación en caso de incidente o accidente

B) Normas generales de trabajo en el laboratorio


Dado que el laboratorio es un lugar donde se manipulan gran cantidad y variedad de
productos peligrosos, con el fin de evitar su contacto, inhalación o ingestión, fuente de
intoxicaciones o accidentes, se pueden establecer una serie de normas de tipo general
sobre diferentes aspectos aplicables a la mayoría de los laboratorios.

1. Organización
• El laboratorio debe disponer de los equipos de protección individual (EPIs) y de
las instalaciones de emergencia o elementos de actuación (duchas, lavaojos,
mantas ignífugas, extintores, etc.) adecuados a los riesgos existentes.
• El laboratorio debe mantenerse ordenado y en elevado estado de limpieza. Se
debe recoger inmediatamente todos los vertidos que ocurran, por pequeños que
sean.
• No deben realizarse experiencias nuevas sin autorización expresa del
responsable del laboratorio ni poner en marcha nuevos aparatos e instalaciones
sin conocer previamente su funcionamiento, características y requerimientos,
tanto generales como de seguridad.

2. Normas generales de conducta


• Como norma higiénica básica, el personal debe lavarse las manos al entrar y al
salir del laboratorio y siempre que haya habido contacto con algún producto
químico.
• Debe llevar en todo momento la bata y ropa de trabajo abrochadas y los cabellos
recogidos, evitando colgantes o mangas anchas que pudieran engancharse en
los montajes y material del laboratorio. No se debe trabajar separado de la mesa
o la poyata, en la que nunca han de depositarse objetos personales.
• Está prohibido fumar e ingerir alimentos en el laboratorio. Para beber es
preferible la utilización de fuentes de agua a emplear vasos y botellas. Caso de
que aquellas no estén disponibles, nunca
se emplearán recipientes de laboratorio para contener bebidas o alimentos ni
se colocarán productos químicos en recipientes de productos alimenticios.
• Se debe evitar llevar lentes de contacto, sobretodo si no se emplearan gafas de
seguridad de manera obligatoria. Es preferible el uso de gafas de seguridad
graduadas o que permitan llevar las gafas graduadas debajo de ellas.
• En las mesas de laboratorio o en el suelo, no pueden depositarse prendas de
vestir, apuntes, etc., que pueden entorpecer el trabajo.

3. Utilización de productos y materiales


• Antes de proceder a su utilización deben comprobarse siempre los productos y
materiales, empleando solamente los que presenten garantías de hallarse en
buen estado.
• Debe comprobarse el correcto etiquetado de los productos químicos que se
reciben en el laboratorio, etiquetar adecuadamente las soluciones preparadas y
no reutilizar los envases para otros productos sin retirar la etiqueta original.
• Antes de comenzar la manipulación del producto químico es necesario leer
detenidamente la etiqueta donde se informa sobre su toxicidad y posibles
riesgos.
• Los productos químicos deben manipularse cuidadosamente, no llevándolos en
los bolsillos, ni tocándolos o probándolos y no pipeteando con la boca,
guardando en el laboratorio la mínima cantidad imprescindible para el trabajo
diario.
• No introducir en los botes de reactivos pipetas o espátulas que no estén
completamente limpias y secas.
• Los ácidos requieren un cuidado especial. Cuando queramos diluirlos, nunca
echaremos agua sobre ellos; siempre al contrario, es decir, ácido sobre el agua.
• Los productos inflamables no deben estar cerca de fuentes de calor, como
estufas, hornillos, radiadores, etc.
• Cuando se vierta cualquier producto químico se debe actuar con rapidez, pero
sin precipitación.
• En caso de proyección o accidente, avisar inmediatamente al profesor.
• Los tubos de ensayo no deben llenarse más de 2 ó 3 cm, han de tomarse con
los dedos, nunca con la mano, siempre deben calentarse de lado utilizando
pinzas y orientado de forma que no apunte directamente a otra persona, no
deben llevarse en los bolsillos y deben emplearse gradillas para guardarlos.
• Reducir al máximo la utilización de llamas vivas en el laboratorio. Para el
encendido de los mecheros Bünsen emplear preferentemente encendedores
piezoeléctricos.
• Al preparar cualquier disolución, se colocará en un frasco limpio y rotulado
convenientemente.
• Al finalizar la tarea o una operación recoger los materiales, reactivos, etc. para
evitar su acumulación fuera de los lugares específicos para guardarlos y
asegurarse de la desconexión de los aparatos, agua corriente, gases, etc.
• Los productos químicos de desecho se verterán sobre los recipientes dispuestos
en el laboratorio para recogida de residuos (ácidos, bases, disolventes clorados,
disolventes no clorados, acetona de lavar).

C) Peligrosidad de los productos químicos. Clasificación de


peligrosidad
Los productos químicos, tanto las sustancias químicas como los preparados, se
considerarán peligrosos debido a sus propiedades fisicoquímicas y toxicológicas y
también a sus efectos específicos, tanto sobre la salud humana como sobre el medio
ambiente.
1. Peligrosidad de los productos químicos. Categorías de peligro
El etiquetado de un producto implica la asignación de unas categorías de peligro
definidas y preestablecidas, identificadas mediante los pictogramas y/o las frases de
riesgo (frases R).
Las definiciones y las distintas categorías, su descripción y su identificación se
recogen en lo cuadros 1, 2, 3, y 4.
Cuadro 2. Propiedades toxicológicas

DEFINICIONES IDENTIFICACIÓN

T+

Muy tóxicos
Las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración cutánea en muy pequeña cantidad
puedan provocar efectos agudos o crónicos e incluso la muerte
Muy tóxico

Tóxicos
Las sustancias y preparados que, por inhalación; ingestión o penetración cutánea en pequeñas cantidades
puedan provocar efectos agudos o crónicos e incluso la muerte
Tóxico

Xn

Nocivos
Las sustancias y preparados que, por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan provocar efectos
agudos o crónicos e incluso la muerte
Nocivo

Corrosivos
Las sustancias y preparados que, en contacto con tejidos vivos puedan ejercer una acción destructiva de los
mismos C

Corrosivo

Irritantes
Las sustancias y preparados no corrosivos que, en contacto breve, prolongado o repetido con la piel o las
mucosas puedan provocar una reacción inflamatoria

Xi

Irritante

por inhalación R42

Xn

Nocivo
Sensibilizantes
Las sustancias y preparados que, por inhalación o penetración cutánea, puedan ocasionar
una reacción de hipersensibilidad, de forma que una exposición posterior a esa sustancia o
preparado dé lugar a efectos negativos característicos
por contacto R43
cutáneo

Xi

Irritante
Cuadro 4: Efectos sobre el medio ambiente

DEFINICIONES IDENTIFICACIÓN

Peligrosos para el medio ambiente


Las sustancias o preparados que presenten o puedan presentar un peligro
inmediato o futuro para uno o más componentes del medio ambiente Peligroso para el medio ambiente *
R52 y R52/53 Organismos acuáticos
R59 Capa de Ozono

2. Etiqueta
La etiqueta es, en general, la primera información que recibe el usuario y es la que
permite identificar el producto en el momento de su utilización. Todo recipiente que
contenga un producto químico peligroso debe llevar, obligatoriamente, una etiqueta
bien visible en su envase (Figura 1) que, redactada en el idioma oficial del Estado,
contenga:

Figura 1. Etiqueta de un producto químico

• Nombre de la sustancia o del preparado. Incluido, en el caso de los preparados


y en función de la peligrosidad y de la concentración de los distintos
componentes, el nombre de alguno(s) de ellos.
• Nombre, dirección y teléfono del fabricante o importador. Es decir del
responsable de su comercialización en la Unión Europea (UE).
• Símbolos e indicaciones de peligro para destacar los riesgos principales.
• Frases R (identifican el riesgo) y frases S (proporcionan la medida preventiva).
NUEVO ETIQUETADO DE
SUSTANCIAS
QUÍMICAS

Normativa

En aplicación del Reglamento CE 1272/2008 sobre clasificación y envasado de


sustancias y mezclas, la Unión Europea (UE) ha adaptado su sistema de clasificación
de las sustancias químicas y sus mezclas al Sistema Globalmente Armonizado (SGA)
de las Naciones Unidas. Este sistema internacional obliga a clasificar las sustancias
químicas y sus mezclas en función de sus propiedades peligrosas y exige que el
pictograma y otras indicaciones figuren en la etiqueta. Las normas introducidas por el
SGA se integran en el Reglamento CE 1272/2008 que va a sustituir progresivamente
la legislación actual sobre clasificación, etiquetado y envasado de las sustancias
químicas y de sus mezclas.

Objetivo
Mejorar la información relativa a los peligros que representan las sustancias químicas
para todo aquel que esté expuesto a ellas.

Calendario de aplicación
- Enero de 2009: entrada en vigor.
- Diciembre de 2010: etiquetado obligatorio para las sustancias.
- Junio de 2015: etiquetado obligatorio para las mezclas.

Principales cambios

• Nuevos pictogramas
• Sustitución de Frases R por Indicaciones de Peligro o frases H
• Sustitución de Frases S por Consejos de Prudencia o frases P
• Indicación de la gravedad del peligro mediante las palabras:
• Peligro (categorías más graves)
• Atención (menos graves)
A) Nuevos pictogramas
Los pictogramas de peligro tendrán forma de cuadrado apoyado en un vértice.
Llevarán un símbolo negro sobre un fondo blanco, con un marco rojo lo
suficientemente ancho para ser claramente visible.

B) Indicaciones de peligro. Frases H


Frase que, asignada a una clase o categoría de peligro, describe la naturaleza de los
peligros de una sustancia o mezcla peligrosa incluyendo, cuando proceda, el grado de
peligro.
Clases de Peligros: Peligros físicos y químicos, Peligro para la salud, Peligro para el
medio ambiente.

C) Consejos de peligro. Frases P


Frase que describe la medida o medidas recomendadas para minimizar o evitar los
efectos adversos causados por la exposición a una sustancia o mezcla peligrosa
durante su uso o eliminación. Tipo de Medidas: Carácter General, Carácter Preventivo,
Respuesta, Almacenamiento, Eliminación.

Etiquetado
El etiquetado deberá indicar:

• el nombre de la sustancia o de la mezcla y/o un número de identificación;


• el nombre, la dirección y el número de teléfono del proveedor;
• la cantidad nominal de la sustancia o mezcla.
Cuando proceda, el etiquetado deberá incluir:

• los pictogramas de peligro;


• las palabras de advertencia «Peligro» o «Atención»;
• las indicaciones de peligro como «Peligro de incendio o de proyección», «Mortal en caso de
ingestión», etc.;
• los consejos de prudencia como «Conservar únicamente en el recipiente original»,
«Proteger de la humedad», «Mantener fuera del alcance de los niños», etc.;

• información adicional, por ejemplo sobre las propiedades físicas o relativas a los efectos
sobre la salud humana.

Elementos de seguridad
Lavaojos

Duchas de
Emergencias

Manta Ignifuga
Extintores
Botiquín

TABLA DE INCOMPATIBILIDADES CON PRODUCTOS


DE NATURALEZA QUÍMICA.

La normativa actual
La NTP 725 nos indica, en primer lugar, una serie de pautas o criterios generales que han
de ser tenidos en cuenta para cualquier tipo de almacenamiento de productos químicos. La
primera es un etiquetaje adecuado: el proveedor de las sustancias debe suministrar las
sustancias químicas con el etiquetado según el nuevo reglamento CLP (RD 1272/2008).
En cuanto a los preparados químicos (mezclas según CLP) el etiquetaje será el antiguo
hasta 2015. En cualquier caso deberán reflejarse los pictogramas de seguridad de
aplicación y las frases que indiquen las precauciones a considerar con cada sustancia.
En segundo lugar, el reetiquetaje: en caso de trasvasar líquidos a otros recipientes deberá
indicarse igualmente el tipo de sustancia que contiene. En tercer lugar, una ficha de datos
de seguridad: debe estar siempre disponible y accesible para todo el personal del
laboratorio. En ella se indican las características del producto, su reactividad,
incompatibilidades, información sobre almacenamiento, actuación en caso de accidente,
etc. Y finalmente, agrupar y clasificar productos según su peligrosidad: es vital conocer las
incompatibilidades entre los productos almacenados porque esto evita reacciones
indeseadas que pueden llevar a polimerizaciones, explosiones o reacciones runaway,
entre otras.
LA NTP aconseja dos tipos de estructuras de almacenamiento:
- Sistema de islas: con pasillos alrededor
- Estanterías: Se intercalan sustancias inertes entre las incompatibles
También propone aislar o confinar ciertos productos, en especial los cancerígenos,
altamente tóxicos, inflamables y mutagénicos,n así como limitar el stock, almacenando
siempre la cantidad mínima necesaria y controlando las entradas y salidas del laboratorio.
Otra medida propuesta es disponer de una área de almacenamiento. Es aconsejable
emplear sólo las cantidades necesarias en cada momento y disponer de una zona de
almacenamiento en la que se guarden los recipientes más grandes y, al final del día, los
que se han ido empleando. También debería considerarse implantar procedimientos de
orden y limpieza y formar a los trabajadores y planificar emergencias, como en caso de
incendios, derrames o salpicaduras. Para las salpicaduras hay que disponer de una ducha
y lavaojos o, al menos, lavaojos portátiles; y para los vertidos o derrames se recomienda
materiales absorbentes para su recogida, que sean compatibles con los líquidos
derramados.

INCOMPATIBILIDADES ENTRE SUSTANCIAS


Es imprescindible evitar el contacto entre sustancias que reaccionan entre sí. La
mencionada NTP nos proporciona una tabla muy sencilla de incompatibilidades aunque,
no obstante, existen tablas mucho más elaboradas como la de la industria química
alemana (concepto VCI), que nos proporciona una visión mucho más completa y con
muchos más grupos de sustancias. La mostramos a continuación:
El concepto de VCI (representación simplificada).

Sectorizar con bandejas de retención es el modo más sencillo de evitar contacto entre
líquidos incompatibles (el metal, por ejemplo, es aconsejado para sustancias inflamables y
el polietileno para corrosivos).

Tipos de almacenamiento de productos químicos en el laboratorio


Existen distintas posibilidades, pero hay que tener muy claro que no se deben almacenar
en pasillos, lugares de paso para vehículos, huecos de escaleras, vestíbulos de acceso
general, salas de visita o lugares de descanso. Teniendo claro esto, podemos almacenar
en estantes o baldas. Es muy importante que las estanterías puedan recoger los posibles
vertidos de las sustancias que contienen y que, además, los cubetos de retención sean de
material compatible con los productos que pueden verterse. Por ejemplo, los líquidos
corrosivos necesitan protectores de material plástico para evitar el deterioro de los
cubetos.
Como regla general, los recipientes grandes se colocaran abajo y en los estantes elevados
no se deben colocar recipientes de más de 0,5 kilos. Sin embargo, los productos más
peligrosos, como tóxicos o cancerígenos, deberían colocarse en armarios independientes
y cerrados para evitar accesos no autorizados. Los productos inflamables deben
colocarse, además, en armarios protegidos (resistentes al fuego) si superan ciertas
cantidades. La mencionada NTP muestra una tabla de las cantidades máximas que se
pueden almacenar fuera del almacén o de armarios protegidos, según el código 45 de la
NFPA (National Fire Protection Association). Si estas cantidades son superadas, los
líquidos inflamables deberán almacenarse en armarios protegidos contra el fuego y, en
caso de cantidades aún mayores, en almacenes o salas de almacenamiento.
Limitaciones de capacidades según la NFPA.

Otro lugar recomendable donde almacenarlos son los armarios protegidos. Para productos
inflamables, los requisitos de los mismos se indican en la sección tercera de la ITC MIE
APQ 01 del RD 379/2001 de Almacenamiento de Productos químicos. En general, deben
tener resistencia al fuego mínima de 15 minutos, deben cumplir la UNE EN 14470-
1(sustituye a la UNE EN 1634-1 que se indica en el RD) y deben estar señalizados.
Existen cantidades máximas de almacenamiento y se pueden poner hasta 3 armarios
juntos. El cuarto armario ya deberá estar separado 30 metros de los anteriores.
Para productos corrosivos, deben ser estancos para evitar que salgan vapores al exterior,
tener ventilación al exterior, estar libres de metales (sobre todo en el interior) y los estantes
deben ser plásticos y estancos. En el caso de armarios de seguridad bajos o cajones,
tienen características similares a los armarios convencionales pero diseñados para ocupar
huecos o espacios del laboratorio.
Cuando hablamos de salas de almacenamiento dentro o fuera del laboratorio, para
mayores cantidades de producto que las limitadas en los armarios protegidos, el
almacenamiento deberá realizarse en almacenes o salas de almacenamiento, que también
se rigen por el mencionado reglamento APQ (RD 379/2001 de almacenamiento de
productos químicos, modificado por el RD 105/2010). Las salas de almacenamiento
pueden ser de interior (dentro de edificios sin paredes exteriores), anexas (dentro de un
edificio con una o más paredes interiores) o separadas (sin paredes comunes a otros
edificios). En el citado Real Decreto se indican requisitos de resistencia al fuego de
paredes y techos, cantidades máximas de ocupación, volúmenes máximos
permitidos, etc.Los almacenes, de mayor tamaño, requerirán de resistencia al fuego
según respetemos ciertas distancias de seguridad también mencionadas en el reglamento.

Medidas e instalaciones de seguridad


Aunque por cantidades no sea necesario aplicar el RD 379/2001 a los laboratorios, se
consideran adecuadas las pautas en cuanto a seguridad que en este RD se indica. Entre
ellas destacan el restringir el acceso al almacén o laboratorio tan sólo al personal
autorizado, disponer de una adecuada ventilación natural o forzada en el almacén (sobre
todo en las zonas de manipulación de productos químicos), señalizar los tipos de
sustancias existentes según el RD 485/1997 y disponer de un nivel de iluminación
suficiente y adecuado. En caso de que los productos manipulados sean inflamables,
deberá ser antideflagrante (ATEX), disponer de duchas y lavaojos próximos fácilmente
accesibles y bien señalizados (que se probarán como mínimo una vez por semana) y
finalmente, disponer de los EPI adecuados al tipo de químicos manipulados y de trabajos
realizados.
En caso de emergencias, debe existir un plan de actuación distribuido a los trabajadores
por escrito. En este plan deben constar, entre otros, los sistemas de actuación frente a
fugas, derrames y salpicaduras. Entre ellos destacan medidas como disponer de
absorbentes o neutralizantes para eliminar pequeños derrames —para ello se
recomiendan materiales absorbentes compatibles con los líquidos (los kits móviles son
muy efectivos en estos casos)—. También es importante gestionar correctamente los
residuos peligrosos recogidos tras un vertido, utilizar EPI en el momento de la recogida del
vertido y, en caso de salpicaduras, tratar con abundante agua y acudir al médico si es
necesario.

A la izquierda, un almacén exterior sin resistencia al fuego. A la derecha, una sala con resistencia al fuego
REI 120. Fuente: Denios.

Cuando haya incendios, en el caso de almacenar productos inflamables o combustibles, es


preciso colocar extintores, hidrantes o instalaciones fijas, entre otros medios, según
indique la normativa en materia de prevención de incendios o la propia normativa APQ,
según el tipo de almacén en el cual se clasifique nuestra instalación.
En el laboratorio, los trasvases son la actividad que más accidentes generan. Pueden
ocurrir proyecciones, salpicaduras, contactos térmicos, intoxicaciones o quemaduras por
incendio. Las medidas preventivas y de protección aconsejadas son, en primer lugar,
emplear siempre EPI aunque las cantidades trasvasadas sean muy pequeñas y también,
en caso de trasvases a recipientes pequeños, se aconseja ventilación forzada de 0,3
m3/min/m2.
También debe considerarse no realizar trasvases de líquidos muy inflamables en sótanos,
disponer de bandejas de retención para derrames eventuales, colocar las duchas y
lavaojos en lugares próximos a zonas donde se hagan trasvases y eliminar la electricidad
estática mediante conexión de los recipientes entre sí y a tierra. En resumen, todas estas
medidas nos llevaran a un nivel de seguridad perfecto en nuestro laboratorio.


BIBLIOGRAFICA:
•“Riesgo químico” en Wikipedia.
• •“Peligros químicos” en Organización Panamericana de la Salud.
• •“Riesgos químicos” en Organización Mundial de la Salud.
• •“Riesgos de origen químico” en Universitat Politècnica de
Valencia.
• “Chemical Risk Assessment” en ScienceDirect.
• www.interempresas.net/Quimica/Articulos/49506-El-correcto-
manejo-de-sustancias-quimicas.html
• Youtube.com
• www.yahoo.com

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