La Ciencia Moderna

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LICEO CULTURAL DOCENTE N°8055

Carrera: Profesorado de inglés

Año: Primero

Asignatura: Taller de Métodos y técnicas de indagación

Estudiante: ADORNO SOFIA.

LA CIENCIA MODERNA

Antes de comenzar con mencionar cómo surge la ciencia moderna en si, vamos a
mencionar que El ser humano posee una orientación hacia el conocimiento de una
realidad que se desdobla en múltiples dimensiones: sociales, naturales, físicas; y
que, a su vez, se encuentra enmarcada en el tiempo, por lo que es factible realizar
un estudio histórico sobre cada una de las realidades mencionadas: en el pasado,
en el presente y en el futuro.
Por esto mismo es que el conocimiento adquiere diversas formas:

● sentido común, saberes de la vida cotidiana, que surge a partir de la


experiencia y que conlleva una aplicación práctica.
● discurso mítico-religioso, se presenta como un conocimiento basado en
entidades supra-humanas. Lo trascendente es el origen de todo lo que
existe y sucede.
● ciencia, conocimiento sistemático y riguroso que busca explicar los
fenómenos naturales y sociales a partir del uso de la razón.

El surgimiento de la ciencia moderna. Proceso histórico

Un número importante de filósofos e historiadores acuerdan en señalar el siglo XVI


como el momento del surgimiento de la ciencia moderna, a partir de la
consolidación del modelo experimental de Galileo Galilei por sobre el modelo
tradicional de conocimiento postulado por Aristóteles.

Aristóteles (384 a.C - 322 a.C): filósofo de la antigua Grecia, cuya obra resultó de
vital influencia en el desarrollo filosófico y científico de la cultura occidental. El
modelo de conocimiento aristotélico toma como punto de partida verdades o
principios denominados axiomas, que se consideran válidos por sí mismos, sin
necesidad de demostración o experimento alguno que los confirme.

Galileo Galilei (1564-1642): astrónomo, físico y matemático italiano, cuyos


descubrimientos y experimentos allanaron la constitución de la ciencia moderna.
Su principal aporte consiste en el desarrollo de un método de investigación
opuesto al planteado por Aristóteles y por la Iglesia católica. En su propuesta, el
punto de partida de la ciencia no son ni los axiomas aristotélicos ni las verdades
reveladas de las Sagradas Escrituras, sino los hechos, a partir de la observación
de los fenómenos naturales y la realización de experiencias artificiales.
Asimismo el surgimiento de la ciencia moderna, va de la mano con la
consolidación de la edad moderna y el nacimiento de la burguesía, que motorizó
la ruptura con el pensamiento tradicional, en sus diversas dimensiones y que
propició una auténtica revolución en el modo de concebir el mundo, un grupo
social conformado por los habitantes de los ciudades, “los burgos” (de allí el
nombre de “burgueses”) cuya actividad principal se relacionaba con la actividad
mercantil y la incipiente producción de manufacturas Se enfrentó a un esquema
político, social y económico conocido como feudalismo, que se caracterizaba por
la ausencia de un poder central, tal como hoy conocemos en la figura de los
Estados. Se caracterizaba por su idea de interpenetración entre la realidad
sensible (aquello que se ve, que se siente, que se puede tocar, en definitiva, que
se puede percibir mediante los sentidos) y la irrealidad, o la realidad no sensible.

Hacia los siglos XI y XII se comienza a postular una nueva visión de la realidad, a
cuyas variaciones y sucesos se les encuentra un nuevo principio de explicación
causal: la causalidad natural. Por causalidad natural se entiende aquel
enunciado o conjunto de enunciados que explica un fenómeno de la naturaleza a
partir de elementos pertenecientes al mismo orden, es decir, a partir de otros
fenómenos naturales, sin apelar a nociones supranaturales, como la noción de
voluntad divina.

Las vías de conocimiento de la realidad natural van a encarrilarse en lo que se


denominará pensamiento científico, mientras que el acceso a Dios y al resto de la
entidades sobrenaturales se reservarán para el pensamiento religioso.

El realismo conforma la nueva corriente filosófica que acompaña esta revolución


en el pensamiento, estableciendo que la realidad se encuentra en aquello
cognoscible mediante los sentidos. Finalmente, estas nuevas inclinaciones
filosóficas y científicas favorecen una nueva concepción de la naturaleza, como
objeto pasible de conocimiento, dominio y utilización por parte del ser humano.

La ciencia moderna. Concepto y características

A partir del desarrollo histórico mencionado se puede mencionar que Se


denomina ciencia a aquel conocimiento de las diferentes dimensiones de la
realidad que se distingue por ser racional, sistemático y por brindar pruebas
de aquello que intenta explicar, los tres elementos distintivos del conocimiento
científico son: la creencia, la orientación hacia la certeza y la presentación de
pruebas acerca de aquello que se afirma.

El conocimiento que proporciona la ciencia es metódico porque la producción de


saberes acerca de la realidad no se establece de cualquier manera o mediante
criterios arbitrarios, sino que se formula mediante una serie de pasos que el
científico debe cumplir rigurosamente a la hora de presentar una teoría, las
evidencias que sostienen una determinada teoría deben ser pasibles de ser
revisadas por la comunidad científica, a los fines de ser aceptada o desechada.
Las áreas científicas

Una de las áreas más importantes del campo científico lo representa la


epistemología. La epistemología constituye entonces el estudio de las
condiciones de producción y validación del conocimiento científico. Para la
epistemología, todas las teorías, sean nuevas o tradicionales, deben pasar por el
testeo de los criterios de demarcación para establecer cuáles formulaciones o
descripciones de la realidad merecen ser llamadas científicas y cuáles no.
Otra de las áreas científicas de importancia es la metodología científica. La
metodología consiste en la producción de diversas herramientas para obtener
datos sobre fenómenos o hechos de la realidad.

Divisiones al interior del campo científico. Ciencias formales y ciencias


fácticas.

Por ciencias formales se entiende aquellas formas de conocimiento que no se


formulan sobre objetos, personas, procesos y hechos, sino que se ocupan de
entes ideales y abstractos, que solo existen en la mente humana, pero no fuera de
ella. Sus enunciados no requieren de la confrontación empírica para validarse.
Por ciencias fácticas o empíricas se entiende aquellas formas de conocimiento
que se ocupan de estudiar los procesos, los objetos y sucesos que conforman la
realidad natural y social. El conocimiento científico es fáctico en la medida en que
parte de los hechos, los analiza y luego realiza una explicación sobre sus
cualidades, transformaciones y relaciones que se denomina teoría. Pueden
subdividirse en dos sectores importantes, por un lado se encuentran las ciencias
naturales (también denominadas ciencias duras), que, como su nombre lo indica,
estudian los fenómenos de la naturaleza y el universo, tanto a los seres vivos
como los inertes. Por otro lado las ciencias sociales, también denominadas
ciencias del ser humano. En su caso, el objeto de estudio se concentra en las
producciones culturales, tanto las que pertenecen al pasado como aquellas que
tienen lugar en el presente. Son ejemplos de ciencias sociales la sociología, la
historia, la ciencia política, la antropología, la economía y cada una de sus
divisiones internas.

Características de la ciencia

Dos de los rasgos esenciales que ostentan tanto las ciencias de la naturaleza y de
la sociedad son la racionalidad y la objetividad.
Según Bunge (1980) por conocimiento racional se entiende aquel saber que
está constituido por ideas (teorías) y cuya base es el pensamiento o razón del ser
humano. La noción de objetividad alude, en primera instancia, a la pretensión de
conocimiento de un objeto de estudio determinado de antemano, a partir de la
adecuación de las ideas con aquellos hechos que se pretende estudiar. En otras
palabras, los conceptos e ideas son objetivos en la medida en que se asemejan a
aquello que dicen representar.
Tras estas dos nociones principales, existen otras características distintas de la
labor científica, que enumeraremos a continuación:

La ciencia posee un carácter analítico. En cada una de sus investigaciones, los


científicos realizan un recorte de la realidad, social o natural, a los fines de
abordarla con exhaustividad. La investigación comienza descomponiendo sus
objetos a fin de descubrir el “mecanismo” interno responsable de los fenómenos
observados. A posteriori se preocupa por el examen de la interdependencia de las
partes y la etapa final es la tentativa de reconstruir el todo en términos de sus
partes interconectadas

La ciencia tiende a la especialización. Se concentra en el análisis pormenorizado


de un segmento de la realidad, y sus avances constituyen una profundización de
los objetivos de conocimiento pautados en un área social o naturaleza
determinada.

El conocimiento científico es claro y preciso. A diferencia del conocimiento del


sentido común, que se caracteriza por su inexactitud y vaguedad, la ciencia
procura la precisión, es decir, la mayor concordancia posible entre sus enunciados
y lo que aconteció o acontece en la realidad.

El conocimiento científico es comunicable. Cada uno de los descubrimientos y


avances obtenidos por investigaciones científicas no pueden ser reservarse para
el ámbito privado, los resultados deben publicitarse, en primera instancia, al
interior de la comunidad científica, para que aquellos científicos que no
participaron en la investigación puedan examinar y comparar sus conclusiones a la
luz de los hallazgos de estudios precedentes. En segundo término, la ciencia
divulga el estado de sus producciones al conjunto de la sociedad a los fines que
esta evalúe su utilidad en virtud de sus problemas contemporáneos.

La investigación científica es metódica. Los planteos de los múltiples estudios


científicos no son erráticos, sino planificados. En la tarea de investigación de un
tema determinado, cada científico sigue una serie de reglas establecidas por el
campo científico que el mismo integra, no solamente en lo que refiere a la
actividad de producción de teorías, sino en la totalidad del proceso de
investigación: en la recolección de datos, en la formulación de hipótesis
preliminares, en la construcción del andamiaje teórico y, finalmente, en las puestas
a prueba de las conclusiones alcanzadas con la experiencia.

El conocimiento científico es sistemático. Una ciencia no es un agregado de


informaciones inconexas que cada investigación detalla de manera individual y
aislada, sino un sistema de ideas, conectadas lógicamente entre sí.

La ciencia es abierta. A excepción de los entes metafísicos, no existen barreras a


priori que limiten el conocimiento científico, tanto en campo de las ciencias duras
como aquellas consagradas al ser humano y sus actividades del pasado y del
presente. La propia actividad científica, en su especialización y continuo desarrollo
teórico y metodológico, proporciona nuevos temas para abordar, a partir de la
noción del descubrimiento.

La ciencia es auto correctiva. Las nociones acerca de nuestro medio natural o


social se encuentran en permanente movimiento, es decir, todas son falibles y
revisables. Siempre existe la posibilidad de que surja una nueva situación en que
nuestras ideas resulten inadecuadas.

La ciencia posee una dimensión práctica. Además de la creación de conceptos y


teorías, las producciones científicas, precisamente por referirse a sucesos,
procesos y objetos del mundo, inciden en la realidad, transformándola.

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