La Metropoli y La Vida Mental1
La Metropoli y La Vida Mental1
La Metropoli y La Vida Mental1
Barcelona:
Barral.
por Georg Simmel
Los problemas más profundos de la vida
Georg Simmel fue uno de los grandes moderna se derivan de la demanda que
pensadores urbanos. No sólo por su enorme antepone el individuo, con el fin de preservar la
capacidad para reconocer y explicar aquellas cosas autonomía e individualidad de su existencia,
que eran propias de la nueva vida urbana, sino frente a las avasalladoras fuerzas sociales que
también porque fue capaz de presentarlas de manera comprenden tanto la herencia histórica, la
sencilla y penetrante. Su escenario fue el Berlín de cultura externa, como la técnica de la vida. La
finales del siglo XIX, una ciudad que se asomaba
lucha contra la naturaleza que el individuo ha
cuantitativa y cualitativamente diferente a su
predecesora; lo primero, porque su extensión y desarrollado para su subsistencia corporal
población inauguraba una escala magna que más logra, bajo esta forma moderna, una más de sus
tarde se volvería la norma; lo segundo, porque en su transformaciones. El siglo XVII hizo un
esencia el habitante de las ciudades presentaba llamado para que el hombre se liberara a sí
características nunca antes vistas. mismo de todas las ataduras que parten del
Estado, de la religión, de la moral y de la
La metrópolis y la vida mental (1903), su trabajo economía. La naturaleza del hombre, común a
más importante y conocido, recoge estas todos y originalmente buena, debe por lo tanto
preocupaciones, ahondando especialmente en el desarrollarse sin obstáculos. El siglo XIX
tipo de interacciones que se despliegan entre el
además de exigir una mayor libertad, demandó
individuo y la sociedad. Su hipótesis rectora
propone que, tensionado por un ritmo vertiginoso e la especialización del hombre y de su trabajo de
imposible de esquivar, el urbanita comienza a acuerdo con criterios funcionales; este proceso
configurar un tipo de personalidad moderno, de especialización hace que cada individuo se
capitalista, indiferente y reservado; un tipo de vuelva incomparable a otro y que cada uno de
personalidad caracterizado por la intensificación de ellos se vuelva indispensable en el mayor grado
los estímulos nerviosos. Y la mirada que propone posible. Sin embargo, esta especialización hace
ante este nuevo escenario no es, como venía siendo que cada hombre dependa más directamente de
costumbre, desde la economía, la política o la las actividades complementarias de todos los
biología, sino que desde la cultura y la naciente demás.
psicología.
distancias, traería como consecuencia que toda que han conjurado logrando una estructura de
espera y toda cita rota resultasen inaudita e lo más impersonal; por otra parte, estos
insoportable pérdida de tiempo. De esta forma factores han promovido un grado muy alto de
la técnica de la vida metropolitana es subjetividad personal. Tal vez no existe otro
sencillamente inimaginable sin una integración fenómeno síquico que sea tan
puntualísima de toda actividad y relación mutua incondicionalmente exclusivo
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a la metrópoli
al interior de un horario estable e impersonal. como la actitud: blasée . Esta actitud resulta, en
primer término, de los estímulos a los nervios
Las conclusiones generales de todo este tan rápidamente cambiantes y tan
trabajo de reflexión llegan, de nuevo aquí, al encimadamente contrastantes. De lo anterior
terreno de lo obvio. también parece surgir el florecimiento de lo
intelectual en la metrópoli. Es por esto que la
En efecto, independientemente de la gente estúpida que no está viva
cercanía que guarde con la superficie, y desde intelectualmente no es precisamente blasée. Al
cualquier punto de ésta, podremos sondear las igual que una vida de goce descontrolado trae
profundidades de la psique y en ellas encontrar como consecuencia la indiferencia, por excitar
la conexión entre los factores externos más los nervios durante demasiado tiempo
banales y las decisiones últimas sobre estilos y provocando sus reacciones más fuertes hasta
significados de la vida. La puntualidad, la que, finalmente, se vuelven incapaces de
exactitud y el cálculo se imponen sobre la vida reacción alguna, así también las impresiones
por la dilatada complejidad de la existencia más inofensivas, debido a la velocidad y
metropolitana y no únicamente por su contraposición de sus cambios, obligan a
conexión íntima con la economía monetaria y respuestas tan poderosas, desgarran los nervios
el carácter intelectualizante. Dentro de la óptica de una manera tan brutal que los obligan a
anterior, estos rasgos matizarían los contenidos entregar la última reserva de sus fuerzas y, al
de la vida y favorecerían la exclusión de quedarse en el mismo ambiente, ya no tienen
aquellos detalles e impulsos irracionales, tiempo para acumular otras nuevas. Esto es
instintivos y voluntariosos que pretenden el precisamente lo que conforma esa actitud blasée
modo de vida desde adentro, en lugar de recibir que despliegan todos los niños metropolitanos
desde afuera una forma de vida general y cuando se les compara con los niños de medios
esquematizada con precisión. A pesar de que ambientes más tranquilos y menos cambiantes.
los tipos voluntariosos de personalidad –
caracterizados por impulsos irracionales- no Al origen fisiológico de la actitud blasée
son por ningún motivo imposibles en la ciudad metropolitana se aúna otro factor que surge de
resultan ser, sin embargo, anímicos de una vida la economía monetaria. La esencia de esta
típica de la ciudad. actitud radica en la insensibilidad ante la
diferencia de las cosas. Esto no quiere decir
El odio acendrado de hombres como que los contrastes marcados no sean
Nietszche y Ruskin a la metrópoli es percibidos, como sucede con quienes tienen
comprensible precisamente en estos términos. abotargados sus sentidos, sino más bien que el
Estos pensadores descubrieron en su ser significado y el valor diferencial de los casos –y
mismo que la vida tenía valor únicamente en por lo tanto los casos mismos- se ignoran al no
aquella existencia no programada que no puede considerárseles substanciales. Éstos, en efecto,
ser definida con precisión de la misma manera se le presentan a la persona blasée bajo un tono
para todos. Su odio a la economía monetaria y gris e indiferenciado. Ningún objeto merece
al intelectualismo de la vida moderna tiene preferencia sobre otro. Esta disposición es el
idéntico origen al que guardaban hacia la fiel reflejo de una economía monetaria
metrópoli. completamente internizada. Al ser equivalente
de todos los casos en la misma forma, el dinero
Los mismos factores que se conjugan para
otorgarle exactitud y precisión detalladísimas a
1 Disposición o actitud emocional que denota una
la forma de vida metropolitana son también los
indiferencia basada en el hastío (N. del T.).
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la metrópolis y la vida mental
se convierte en el nivelador más atroz; el dinero naturaleza social no menos negativo que la
expresa todas las diferencias cualitativas de los actitud blasée. Esta disposición mental de los
casos en términos de ¿cuánto cuesta? Con toda metropolitanos entre sí puede ser designada,
su capacidad e indiferencia, el dinero se desde una perspectiva formal, como reserva. Si
convierte en el común desarrollador de todos uno respondiese positivamente a todas las
los valores y vacía, irreparablemente, el centro innumerables personas con quien se tiene
de los casos, su individualidad. Todos ellos se contacto en la ciudad –como sucede en las
sitúan al mismo nivel y se distinguen entre sí pequeñas localidades donde uno conoce a
sólo por el área que cubren. En cada caso todos aquellos a quienes se encuentra y en
individual esta colaboración, o para ser más donde se tiene una relación positiva con casi
exactos, decoloración de las cosas por todo el mundo- uno se vería atomizado
intermediación del dinero puede ser irrelevante internamente y sujeto a presiones psíquicas
por pequeña. Sin embargo, a través de las inimaginables.
relaciones de los ricos con los objetivos que se
pueden adquirir por dinero y, tal vez aun por La reserva aparece como necesaria debido
medio de la identificación total que la parcialmente a este hecho sicológico y, en
mentalidad del público contemporáneo les parte, al derecho de desconfiar que tienen los
otorga a estos objetos, la evaluación hombres frente a los elementos “pisa y corre”
exclusivamente pecuniaria de los objetos se ha de la vida metropolitana.
extendido considerablemente.
Como resultado de esta reserva a menudo
Las grandes ciudades –las sedes más ni siquiera conocemos de vista a nuestros
importantes del intercambio monetario- vecinos por años. Es esta reserva la que nos
propician la mercantilización de las cosas de hace fríos y descorazonados a los ojos de los
manera más impresionante y con mayor énfasis habitantes de pequeñas ciudades. En efecto, si
que las localidades pequeñas. Ésta es la razón yo no me engaño, el núcleo de esta reserva
por la que las ciudades constituyen, también, el externa no es sólo indiferencia sino –y esto en
entorno auténtico de la actitud blasée. Dentro de un grado mayor de lo que uno cree- que
esta actitud la concentración tan alta de contiene una ligera omisión, un rechazo y
hombres y cosas estimula el sistema nervioso extrañeza mutuos que se convertirán en odio y
del individuo hasta a sus máximos grados de lucha en el momento mismo de un contacto
excitación. Por medio de la mera más cercano, por cualesquiera causas.
intensificación cualitativa de los mismos
factores condicionantes esta excitación se Toda la organización interna de una vida
transforma en su opuesto y desemboca en el comunicativa tan extensa descansa sobre una
hastío tan peculiar en la actitud blasée. jerarquía extremadamente variada de simpatías,
indiferencias y aversiones tanto de naturaleza
En este caso los nervios encuentran en el efímera como prolongada. La esfera de la
rechazo a reaccionar ante los estímulos la indiferencia en esta jerarquía no es tan grande
última posibilidad de acomodo frente a las como pudiera creerse en una primera instancia.
formas y contenidos de la vida metropolitana. Nuestra actividad psíquica todavía guarda la
La autoconservación de ciertos tipos de capacidad de reaccionar diferencialmente ante
personalidad se logra al precio de devaluar todo cada una de las impresiones que nos pueda
el mundo objetivo, y esta devaluación es la causar una persona. El carácter cambiante,
misma que finalmente arrastra a nuestra fluido e inconsciente de cada impresión
personalidad individual a sentir en carne propia parecería tener como resultado un estado de
la misma desvalorización. indiferencia. Sin embargo, esta indiferencia
sería tan poco natural, como insoportable la
Mientras que el sujeto, en esta forma de indiscriminada difusión de sugerencias mutuas.
existencia, tiene que arreglárselas para sí La antipatía nos protege, precisamente, de
mismo, su autoconservación frente a la gran estos dos peligros típicos de la metrópoli: la
ciudad demanda de él un comportamiento de
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cual veía suprimida su vida particular a tal estrechez del espacio hacen más visible la
grado que sólo podía compensarlo actuando distancia mental.
como tirano en su propia casa. Es por esto que
la enorme emoción, la agitación y el colorido Es obvio que el anverso de esta libertad sea
único de la vida ateniense pueden tal vez ser bajo ciertas condiciones, el hecho de que en
entendidos en términos de una situación en la ningún lugar se llega a sentir tanto la soledad y
que un pueblo de personalidades la desubicación como entre la multitud
descomunalmente indivualistas lucha contra la metropolitana. Ya que aquí como en otras
constante presión interna y externa de una situaciones no resulta necesario que la libertad
pequeña ciudad desindividualizante. Esto del hombre se vea reflejada en su vida
produjo una atmósfera tensa en la que los emocional o en su confort.
individuos más débiles eran suprimidos,
mientras que aquellos con temperamentos más No sólo el tamaño inmediato de un área y el
fuertes se veían incitados a probarse de la número de personas que debido a la
manera más apasionada. En esto radicaría la correlación histórica universal entre aumento
explicación de por qué precisamente en Atenas de la extensión del círculo y libertad personal
floreció lo que debería de ser llamado –sin que interna y externa han hecho de la metrópoli el
por esto constituya una definición exacta- el ámbito de la libertad. Más bien, la ciudad le
carácter humano general en el desarrollo llega a convertir en la sede del
intelectual de nuestra especie. Decimos lo cosmopolitanismo cuando llega a trascender
anterior porque consideramos que tiene validez esta expansión visible. El horizonte de la
empírica e histórica la conexión siguiente: las ciudad se expande de manera comparable a la
formas y contenidos de vida más generales y forma en que crece la riqueza; una cierta
extendidas son las que están más íntimamente proporción de la propiedad aumenta de manera
ligadas con las formas y contenidos generales casi automática en una progresión cada vez
como las individuales, comparten enemigo en mayor. Tan pronto como se rebasa un cierto
las formaciones y agrupaciones estrechas, cuyo límite en el crecimiento de las relaciones
mantenimiento las coloca en una actitud económicas, personales e intelectuales de la
defensiva frente a la expansión y generalidad ciudadanía, la esfera de predominio intelectual
existentes fuera de ellas, como también frente a de la ciudad sobre su área de influencia
la libre individualidad en su interior. aumenta en progresión geométrica. Cada
avance en extensión dinámica se convierte en
De la misma manera que en los tiempos un paso más para el logro de una extensión
feudales el hombre libre era el que se nueva, desigual y mayor: de cada hilo
encontraba bajo la jurisdicción legal general a conductor que surge de la ciudad brotan
un país; esto es, bajo la ley de una órbita social nuevos hilos como si lo pudieran hacer por sí
más amplia, mientras que el siervo era aquel mismos; así como en la ciudad el incremento
cuyos derechos se derivaban del estrecho no ganado en la renta del suelo –mismo que se
círculo de la asociación feudal y era excluido de logra por el aumento en las comunicaciones- le
la órbita más amplia. Así también el hombre trae al dueño un aumento automático de
metropolitano es “libre” en un sentido ganancias. En este momento, el aspecto
espiritualizado y refinado, en contraste con la cuantitativo de la vida se transforma en rasgos
mezquindad y los prejuicios que atan al hombre de carácter cualitativos.
del pueblo chico.
La esfera de la vida de una pequeña ciudad
La indiferencia y reserva recíprocas y las es, en lo fundamental, autárquica. Está en la
condiciones de vida intelectual de círculos muy naturaleza misma de la metrópoli el que su vida
grandes nunca se dejan sentir con mayor fuerza interna bañe con sus olas los lugares más
en el individuo –en tanto que impacto a su apartados de la arena nacional o internacional.
independencia- que cuando se encuentra en lo
más espeso de una multitud metropolitana. En los casos en que una pequeña ciudad
Esto se debe a que la proximidad corporal y la alcanza la prominencia a través de
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personalidades individuales, dicha importancia ofrecerá más y más condiciones decisivas para
tendrá la misma duración que esas la división del trabajo. Ofrecerá un círculo que
personalidades. Por su parte, la metrópoli se por su tamaño puede absorber una gran
caracteriza por su independencia esencial aun variedad de servicios. Al mismo tiempo, la
de las personalidades más eminentes. La gran concentración de individuos y su lucha por
personalidad es la contrapartida de dicha clientes obligan a la persona a especializarse en
independencia, y es el precio que el individuo una función de la que no puede ser fácilmente
ha de pagar por la independencia de que goza desalojada por otra. Resulta crucial el que la
en la metrópoli. vida urbana haya transformado la lucha con la
naturaleza por la supervivencia en una lucha
La característica más significativa de la entre seres humanos por la ganancia, la cual no
metrópoli es la extensión de sus funciones más es cedida por la naturaleza sino por otros
allá de sus fronteras físicas. La eficiencia de sus nombres.
funciones reacciona, le otorga peso,
importancia y responsabilidad a la vida Pero la especialización no surge sólo de la
metropolitana. Así como el hombre no termina competencia por la ganancia sino también del
con los límites de su cuerpo o del área que hecho subyacente de que el vendedor debe
comprende su actividad inmediata; sino más buscar siempre la manera de encontrar
bien, es el propio rango de la persona, que se necesidades nuevas y diferenciadas para atraer
constituye por la suma de efectos que emanan al cliente.
de él en el tiempo y en el espacio. De la misma
manera una ciudad consiste en la totalidad de A fin de encontrar una fuente de ingresos
efectos que se extienden más allá de sus que todavía no esté agotada y una función que
confines inmediatos; sólo que dentro de ellos no pueda ser cambiada, es necesario
es donde se expresa su existencia. Este hecho especializarse en los servicios que uno otorga.
hace evidente que la libertad individual, que es Este proceso promueve la diferenciación, el
el complemento histórico y lógico de tal refinamiento y el enriquecimiento de las
extensión no pueda ser entendida sólo en el necesidades del público, las que obviamente
sentido negativo de una mera libertad de llevan a diferencias personales crecientes entre
movimiento y la eliminación de prejuicios y de este público.
un fariseísmo mezquino. El punto esencial es
que el particularismo y la incomparabilidad, que Todo esto conforma la transición a la
posee cada uno de los individuos, pueda individualización de los rasgos psíquicos y
expresarse de alguna manera en la trama de un mentales que la ciudad ocasiona en proporción
estilo de vida. Que nosotros seguimos las leyes a su tamaño. Hay toda una serie de causas
de nuestra propia naturaleza –y esto es, obvias que fundamentan este proceso. En
después de todo, la libertad- llega a ser obvio y primer lugar, uno debe enfrentarse a la
convincente para nosotros y los demás sólo si dificultad de reafirmar la personalidad propia
las expresiones de esta naturaleza son dentro de las dimensiones de la vida
diferentes de las expresiones de otros. metropolitana. En donde el aumento
cuantitativo en importancia y el gasto de
Las ciudades son ante todo, sedes de la más energía alcanzan sus límites, uno aprovecha la
alta división económica del trabajo. Ellas diferenciación cualitativa a fin de atraer de
producen, por tanto, fenómenos extremos tales alguna manera la atención del círculo social
como, en París, el de la ocupación remuneraria manipulando su sensibilidad para con las
de los habitantes de un barrio (el diferencias.
decimocuarto). Estas personas se identifican
con anuncios en sus residencias y están listas a Finalmente, el hombre se ve tentado a
la hora de la cena con atuendo formal, de adoptar las peculiaridades más tendenciosas;
manera que puedan ser llamadas rápidamente si esto es, las extravagancias específicamente
el número de personas en una cena fuese 13. metropolitanas de manierismos, caprichos y
En la medida de su expansión, la ciudad preciosismos. Ahora bien, el significado de
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el odio amargo que los predicadores del más aquí, estas condiciones logran un lugar único, y
extremo de los individualismos, sobre todo se revisten de un potencial de significados
Nietzsche, guardan para la metrópoli. Pero ésta inestimables para el desarrollo de la existencia
es también, efectivamente, una razón por la psíquica.
que esos predicadores son amados con tanta
pasión en la metrópoli y por la que aparecen al La metrópoli se revela a sí misma como una
hombre metropolitano como profetas y de esas grandes formaciones históricas en las
salvadores de sus deseos más insatisfechos. que tendencias opuestas que encierran a la vida
se despliegan y se unen con derechos y fuerzas
Si uno se pregunta por la posición histórica iguales. Sin embargo, en este proceso las
de estas dos formas de individualismo que son corrientes de la vida trascienden de manera
alimentados por la relación cuantitativa de la total la espera para la que resulta apropiado
metrópoli, a saber, la independencia individual emitir un juicio.
y la elaboración de la individualidad misma,
entonces la metrópoli asume un rango Dado que tales fuerzas de la vida se han
enteramente nuevo en la historia mundial del integrado tanto a las raíces como a la
espíritu. El siglo XVIII encontró al individuo coronación de la totalidad de la vida histórica a
sujeto a lazos opresivos que ya no tenían la que nosotros –con nuestra existencia
ningún significado –lazos de carácter político, pasajera- pertenecemos como una parte, como
agrario, gremial y religioso. Éstos eran una célula, no es nuestra tarea la de acusar o
limitantes que, por así decirlo, imponían al perdonar, sino sólo la de entender.
hombre una forma antinatural y desigualdades
injustas y anacrónicas. Fue en esta situación en
donde surgió el grito de libertad e igualdad, la
creencia en la libertad absoluta de movimiento
para el individuo en todas las relaciones
sociales e intelectuales. La libertad permitiría,
en un abrir y cerrar de ojos, que emergiera la
noble substancia común a todos, una
substancia que la naturaleza había depositado
en cada hombre, y que la sociedad y la historia
habían deformado. Además de este ideal del
liberalismo del siglo XVIII, en el siglo XIX, a
través de Goethe y el Romanticismo, así como
la división económica del trabajo, surge otro
ideal: los individuos liberados de sus ataduras
históricas desearon ahora distinguirse los unos
de los otros. El vehículo de los valores del
hombre ya no es “el ser humano en general” de
cada individuo, sino la singularidad cualitativa e
irremplazable del hombre.