Este documento resume cómo los principales medios de comunicación chilenos durante la dictadura militar de Pinochet difundieron noticias falsas y manipuladas para justificar la represión del régimen. Se mencionan ejemplos como la invención del "Plan Z" para justificar el golpe, la negación de la existencia de detenidos desaparecidos, y la falsa presentación de asesinatos como enfrentamientos. Los medios jugaron un rol clave en encubrir los crímenes de la dictadura a través de la desinformación.
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Este documento resume cómo los principales medios de comunicación chilenos durante la dictadura militar de Pinochet difundieron noticias falsas y manipuladas para justificar la represión del régimen. Se mencionan ejemplos como la invención del "Plan Z" para justificar el golpe, la negación de la existencia de detenidos desaparecidos, y la falsa presentación de asesinatos como enfrentamientos. Los medios jugaron un rol clave en encubrir los crímenes de la dictadura a través de la desinformación.
Este documento resume cómo los principales medios de comunicación chilenos durante la dictadura militar de Pinochet difundieron noticias falsas y manipuladas para justificar la represión del régimen. Se mencionan ejemplos como la invención del "Plan Z" para justificar el golpe, la negación de la existencia de detenidos desaparecidos, y la falsa presentación de asesinatos como enfrentamientos. Los medios jugaron un rol clave en encubrir los crímenes de la dictadura a través de la desinformación.
Este documento resume cómo los principales medios de comunicación chilenos durante la dictadura militar de Pinochet difundieron noticias falsas y manipuladas para justificar la represión del régimen. Se mencionan ejemplos como la invención del "Plan Z" para justificar el golpe, la negación de la existencia de detenidos desaparecidos, y la falsa presentación de asesinatos como enfrentamientos. Los medios jugaron un rol clave en encubrir los crímenes de la dictadura a través de la desinformación.
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Helen Hughes
Nos revela momentos de encuentros
cruciales de participación comunitaria, testimonios de eventos dramáticos que sólo sus registros complementarios permiten visualizar cabalmente en su dimensión y su alcance. La mirada tímida de Hughes se refleja en las miradas cruzadas de sus retratados, cada una en su horizonte introspectivo, proporcionándonos ángulos y dimensiones silenciosas de aquellos lapsos sociales, donde los oficios desmedrados son tratados con nobleza y los niños trastocan el horror con el humor. (Montserrat Rojas Corradi) www.revistaharoldo.com.ar Kena Lorenzini Kena Lorenzini juega directamente con la ironía y los errores situacionales. Gran parte de sus imágenes son un escenario ficticio de lo que ocurrió, o de lo que, parafraseando a Enrique Lihn, aunque ocurrió nunca ocurrió pero sí quiso ocurrir. Con Lorenzini recorremos los márgenes fotográficos donde los sujetos represores pasan a ser figuras del absurdo. Intercaladas en estos contextos desvariados, sus anónimas heroínas femeninas protagonizan las más variadas instancias de resistencia al régimen, sea con una sonrisa, una pancarta o una honda. (Montserrat Rojas Corradi) www.revistaharoldo.com.ar El golpe de Estado realizado el 11 de septiembre de 1973 y los posteriores 17 años de torturas, ejecuciones, desapariciones y persecución política, estuvieron justificados durante más de una década por noticias falsas y montajes comunicacionales de los diarios El Mercurio, La Segunda, La Tercera, Las Últimas Noticias y los canales de radio y TV controlados directamente por la Junta Militar (todos los medios opositores fueron censurados, mientras que sus periodistas fueron torturados, ejecutados y exiliados). Plan Z Se trata de la primera fake news de la dictadura. El “Plan Z” fue un invento para justificar, frente a los ojos del mundo, el golpe de Estado y las imágenes de arrestos masivos que recorrían la prensa a nivel internacional. El mismo Federico Willoughby (primer vocero de la Junta Militar) reconoció que se trató de una “gran maniobra de guerra psicológica”. Los supuestos objetivos del plan eran el asesinato de varios oficiales y sus familias para la toma del “poder total”. En los meses posteriores, miles fueron torturados y asesinados para que “confesaran” su supuesto involucramiento en dicho plan.. La Segunda, 9 de febrero, 1977 “No hay tales desaparecidos” Entre fines de noviembre y mediados de diciembre de 1976, hubo 13 detenciones a militantes el Partido Comunista y del MIR. El general Raúl Benavides Escobar (ministro del Interior en ese momento), indicó a los tribunales que las y los desaparecidos “habían salido a pie a Argentina por el paso Los Libertadores”. Dicha versión fue difundida por la prensa, y no fue hasta años más tarde que se comprobó que el “grupo de los trece” fue aniquilado por la DINA en el cuartel Simón Bolívar. El abogado querellante de esta causa, Nelson Caucoto, reveló que dicho cuartel se mantuvo en desconocimiento porque ninguno de quienes allí estuvieron prisioneros lograron sobrevivir.
La Tercera, 20 de noviembre, 1975 “Seis miristas muertos
en un enfrentamiento” Esta noticia comenzó con la información televisada sobre la muerte de un “extremista” (Roberto Gallardo Moreno) y un militar. En las horas siguientes de aquel 18 de noviembre de 1975, agentes de la DINA fueron a aprehender a varios integrantes de la familia Gallardo Moreno. Detuvieron a su esposa, embarazada de 3 meses, y a su hermana con un bebé de apenas 6 meses de edad. Los niños fueron liberados, sin embargo, los demás familiares de Gallardo fueron trasladados a Villa Grimaldi, donde fueron brutalmente torturados con aceite y agua hirviendo, y luego acribillados. Los sobrevivientes de Villa Grimaldi recuerdan la noche del 19 de noviembre como una de las más brutales que vivieron allí. En el Fundo Rinconada de Maipú se simuló un enfrentamiento entre los asesinados y la policía de Pinochet. TVN y Canal 13 presentaron en pantalla la escena como resultado de un supuesto enfrentamiento, aun sabiendo que era un montaje.
Las Últimas Noticias, 20 de marzo, 1976 “Óptimo trato a
presos políticos” En 1976, el presidente de la Corte Suprema, José Eyzaguirre y el ministro de Justicia, Miguel Schweitzer, recibieron autorización para visitar Tres y Cuatro Álamos (Puchuncaví) y Villa Grimaldi. Dichas visitas sólo sirvieron para demostrar la existencia de los centros de detención (negados por el régimen hasta ese momento), pues se trató de una maniobra publicitaria para negar las torturas y desapariciones. Bajo el discurso de Eyzaguirre de “combatir el terrorismo” pero con “respeto a las garantías del imputado”, fueron desacreditadas las versiones que apuntaban a las vejaciones de los militares y su complicidad en las desapariciones. Mostrando a la prensa que los presos políticos estaban, supuestamente, en buenas condiciones.
La Tercera, 23 de julio, 1975 “El MIR ha asesinado a 60 de
sus hombres” (Misma noticia publicada en La Segunda con el titular “Exterminados como ratones”) Tras la desaparición de 119 personas entre el 27 de mayo de 1974 y el 20 de febrero de 1975, la presión de delegaciones internacionales de Derechos Humanos y de obispos chilenos llevó al régimen de Pinochet a realizar un sofisticado montaje que cruzó la cordillera, la denominada “Operación Colombo”. El mayor del Ejército Raúl Iturriaga Neumann se reunió en la ciudad de Buenos Aires con el agente Enrique Arancibia Clavel en abril de 1975. Entre ambos prepararon un montaje para hacer creer que el ex gerente de Chiquicamata, David Silbermann, habría sido asesinado en la capital argentina, aunque en realidad fue secuestrado por la DINA. El montaje fue realizado con un cadáver anónimo dejado en un sótano, con un cartel con las palabras “Dado de baja por el MIR”, de esa forma también lo hicieron con otros tres cuerpos. Así, la dictadura con la prensa inventó una supuestas “purgas” miristas, instalando la versión de que los 119 desaparecidos fueron asesinados por su propia organización, cuando se trató en todos los casos de secuestros de la policía secreta de Pinochet. Los medios opositores al régimen jugaron un papel importante como denunciantes de la represión militar, enfrentando la censura y la manipulación de sus contenidos. Sin embargo, por más que se intentó silenciar a los medios, siempre hubo algunos dispuestos a confrontar el régimen. Fue el caso de las revistas Cauce y Análisis, entre otros, algunos de los medios que desafiaron la censura de la época. Ambas revistas se vieron afectadas luego de que la jefatura de Zona en Estado de Emergencia de la región Metropolitana y la provincia de San Antonio prohibiera a la revista Cauce, Análisis, APSI y el periódico Fortín Mapocho publicar fotografías e imágenes, además de cualquier referencia a las jornadas de protestas del 4 y 5 de septiembre de 1984. Debido a esto, las revistas fueron revisadas, acortadas y censuradas. A pesar de ello, como respuesta, la edición N° 22 de Cauce publicó en su portada un cuadro en blanco – donde debía ir la foto- con una bajada que se refería a la conmemoración de los 11 años que hasta ese entonces llevaba Augusto Pinochet al mando. Sumado a esto, también se lee más abajo el motivo por el cual la revista no contenía imágenes en ninguna de sus páginas. La Segunda, 9 de diciembre, 1977 “Mirista caído era un alto dirigente”
El 7 de diciembre de 1977, el periodista de la revista
opositora Punto Final y dirigente del MIR, Augusto Carmona, fue acribillado por agentes de la CNI al llegar a su casa ubicada en San Miguel. El hecho fue presentado por la prensa como un supuesto “enfrentamiento”, sin embargo, se trató de una emboscada de los agentes de Pinochet. Miguel Krassnoff y Manuel Provis Carrasco fueron los principales autores del crimen, entre otros 4 oficiales del ejército.