Acuerdo Plenario 07-2019
Acuerdo Plenario 07-2019
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l.- MARCO PRELIMINAR
Según el primer párrafo del artículo 387 del Código Penal, modificado por el
artículo 2 del Decreto Legislativo 1243, de 22 de octubre de 2016, se sanciona
la conducta del funcionario o servidor público que se apropia o utiliza, en
cualquier forma, para sí o para otro de caudales o efectos cuya percepción,
administración [1] o custodia le estén confiados por razón de su cargo.
Según MUÑOZ CONDE el poder punitivo del Estado debe estar regido y
limitado por el principio de intervención mínima, esto es, que el Derecho penal
sólo debe intervenir en los casos de ataques muy graves a los bienes jurídicos
más importantes. En consecuencia, las perturbaciones más leves del orden
jurídico son objeto de otras ramas del Derecho.
Mientras que MIR PG señala que “para proteger los intereses sociales el
Estado debe agotar los medios menos lesivos que el Derecho penal antes de
acudir a éste, en este sentido debe constituir un arma subsidiaria, es decir, una
última ratio. Por lo que, primero deberá preferirse la utilización de medios
desprovistos del carácter de sanción, como una adecuada Política social, luego
seguirán las sanciones no penales: así, como civiles (por ejemplo:
impugnabilidad y nulidad de negocios jurídicos, repetición por enriquecimiento
injusto, reparación de daños y perjuicios) y administrativas (multas, sanciones
disciplinarias, privación de concesiones, etc.). Sólo cuando ninguno de los
medios anteriores sea suficiente estará legitimado el recurso de la pena o de la
medida de seguridad” En cuanto al carácter fragmentario del derecho penal,
considera que “el derecho penal no ha de sancionar todas las conductas
lesivas de los bienes que protege, sino sólo las modalidades de ataque más
peligrosas para ellos.
Así, no todos los ataques a la propiedad constituyen delito, sino sólo ciertas
modalidades especialmente peligrosas, como el apoderamiento subrepticio,
violento o fraudulento”.
GARCÍA CAVERO apunta que según los principios de última ratio o mínima
intervención del Derecho Penal, este sólo debe intervenir en los casos
estrictamente necesarios, es decir, cuando el problema o conflicto social no
pueda ser resuelto con los otros sistemas de control; puesto que “el Derecho
penal no es un instrumento de control más, sino que, a causa de las
consecuencias de su aplicación, deviene en un mecanismo especialmente
problemático para los ciudadanos y la sociedad”5 6, es decir, que solo las
lesiones más insoportables a los bienes jurídicos más importantes deben
castigarse penalmente. Resalta la existencia de dos manifestaciones del
principio de subsidiaridad (cualitativa y cuantitativa7).
EN LA JURISPRUDENCIA
no ha sido ajena a este debate, en pleno jurisdiccional penal especializado en
delitos de corrupción realizado el 2017, se consideró que hasta el momento no
se ha calificado y encuadrado los hechos correctamente, conforme se aprecia
del siguiente cuadro en que se agrupan las decisiones.
Sean generado hasta seis criterios respecto a la conducta de no rendir cuenta
de los gastos o viáticos:
A. el monto por viáticos es entregado al funcionario o servidor público para
su administración.
B. Dicho dinero tiene naturaleza pública debido a que proviene de fondos
públicos.
C. El dinero entregado por concepto de viatico se traslada a administración
pública.
D. Se configura delito de peculado cuando el funcionario rinde la cuenta, y
de manera tardía.
E. La relevancia penal de la conducta está en el hecho de haber
presentado documentación falsa para sustentar los gastos.
F. Se configura el delito de peculado cuando el funcionario no realiza la
función o servicio encomendado o se queda con el dinero recibido.
DECISION
ACORDARON