Unidad I. Análisis
Unidad I. Análisis
Unidad I. Análisis
ANÁLISIS
La noción de la oratoria se puede definir como un alto nivel de comunicación oral que nos
permita deleitar, conmover y persuadir a las personas, la oratoria es hija del trabajo no de la
naturaleza. Ya que la importancia de tener buena oratoria es fundamental. En la vida todo
es comunicación interpersonal; hasta para las relaciones sociales dependemos siempre de
nuestra capacidad para transmitir nuestras inquietudes y sentimientos. La oratoria jurídica
consiste en el conjunto de técnicas y principios que nos ofrecen la posibilidad de expresar
un mensaje, de forma oral principalmente, con facilidad, sencillez y claridad frente a un
tribunal de justicia. La definición de la oratoria, que tiene por objeto específico hacer
triunfar la justicia. Tiene como fin persuadir a los jueces y exige el decoro la prudencia y
saber acorde con la gravedad de la instancia ya que el discurso jurídico pide argumentos
lógicos y persuasivos, verdaderos y verosímiles y exige brevedad.
Características de la Oratoria.
Conocimiento: tener el mayor conocimiento sobre el tema que escogerá para ser
manifestado.
Integridad: el orador debe ser íntegro.
Confianza: el orador debe tener plena confianza de sí mismo.
Destreza y Habilidad: un orador debe tener destreza y habilidad frente a su público.
Los fines principales de la oratoria son: Persuadir: convencer a otras personas que
nuestras opiniones son las correctas. Enseñar: transmitir a alumnos o discípulos
conocimientos y cultura a través de la palabra. ... Agradar: agradar es crear belleza con la
palabra hablada. La oratoria cuenta con ciertas funciones u objetivos básicos, sus tres
funciones principales son: relacionarse, expresarse e influir. El objetivo de relacionarse
refiere al hecho de crear un vínculo con la audiencia ya sea transitorio o duradero, El
objetivo de cualquier orador es capturar la atención del lugar ante al que expone,
conmover a la audiencia y afectar a los estados de ánimos internos de aquellos que están
escuchando, al oyente con argumentos sólidos y concretos, que logren movilizarlos.
Cuando una persona habla en público debe hacerlo con pasión, energía, actitud positiva y
con muchas ganas de ayudar a la gente. De lo contrario, su mensaje no llegará con la
suficiente fuerza para que el público le preste atención desde el principio y hasta el final.