Cuál Es La Mejor Traducción de La Biblia Al Español

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

Tres consideraciones esenciales

La pregunta, ¿cuál es la mejor traducción de la Biblia al español?, debe responderse


tomando en cuenta al menos tres consideraciones importantísimas:

1. Los textos originales, hebreos, arameos, y griegos usados en la traducción.


2. La técnica de traducción utilizada.
3. El propósito principal para el cual dicha versión será utilizada.
A continuación, analizaremos cada una de estas consideraciones para evaluar la Reina
Valera Revisada 1960 (RVR), La Biblia de las Américas (LBLA), la Nueva Versión
Internacional (NVI), la Nueva Traducción Viviente (NTV), y la Biblia Dios Habla Hoy
(DHH), entre otras.[1]

1. Los textos originales usados como base para la traducción.

Los libros que componen la Biblia fueron originalmente escritos a mano (de allí
llamados manuscritos) en tres lenguajes. El Antiguo Testamento fue escrito mayormente en
hebreo, con algunas porciones en arameo. Por su parte, el Nuevo Testamento fue escrito en
griego koiné, el griego popular en el primer siglo d. C. En la época posterior a la Reforma,
todas las versiones europeas, incluyendo la Biblia de Lutero en Alemania (1534), y la
Biblia del Oso de Casiodoro de Reina en España (1569), fueron traducidas a partir de un
número bastante limitado de manuscritos hebreos y griegos. Para el NT utilizaron las
ediciones del NT griego-latín de Erasmo, cuya base textual radicaba mayormente en solo
tres manuscritos griegos. Este texto llegó a conocerse como el Texto Recibido o textus
receptus, y es también la base para el NT de la versión Reina-Valera original, la Biblia del
Cántaro (1602).

Sin embargo, con el paso de los siglos, se han seguido descubriendo muchísimos
manuscritos adicionales, tanto hebreos como griegos. En muchos casos, estos textos son
más antiguos y confiables que los que poseían Erasmo y el resto de los reformadores. Y
esta abundancia de manuscritos, con sus variantes y discrepancias, ha dado lugar a la
disciplina de la crítica textual. Hoy en día, todas las nuevas traducciones de la Biblia se
basan en el llamado texto crítico, es decir, un texto que compara todos los manuscritos
disponibles para determinar el texto más cercano a los manuscritos originales. Los textos
críticos más respetados en la actualidad son la Biblia Hebraica Stuttgartensia (1977) para
el Antiguo Testamento hebreo, y el de las Sociedades Bíblicas Unidas (UBS4 o UBS5), o el
de Nestlé-Aland (NA27 o NA28), para el Nuevo Testamento griego.

Al considerar, por tanto, los textos originales utilizados por los traductores de las diferentes
versiones, podemos afirmar que particularmente en el Nuevo Testamento, las versiones
más recientes (NVI, LBLA, NTV) tienen su origen en un mejor texto griego que la versión
Reina Valera 1960. En cierto sentido, la dependencia de la RVR en el textus receptus es su
desventaja más grande en relación a las demás versiones castellanas que, sin excepción,
tienen su origen en el texto crítico, un texto demostrablemente superior y más confiable.
Adicionalmente, estas versiones tienen la ventaja de haber sido traducidas más
recientemente, y por ende usan un español más contemporáneo y fácil de entender.  

2. La técnica de traducción utilizada en cada versión.

De acuerdo a la Real Academia Española, traducir es “expresar en una lengua lo que está


escrito o se ha expresado antes en otra”. El segundo aspecto esencial al evaluar una versión
de la Biblia es la técnica primaria utilizada al traducir de un lenguaje a otro. Dicha tarea es
noble, compleja, y trascendental. Si la traducción es imprecisa, el significado original del
texto podría corromperse o perderse. La precisión asegura la fidelidad del significado en el
nuevo idioma. La meta, por tanto, es que la traducción sea lo más precisa y fiel posible.

Con este fin, algunas traducciones se inclinan por preservar el significado exacto de
las palabras, mientras que otras prefieren preservar el significado exacto de las ideas. La
técnica de traducción que preserva el significado palabra por palabra se conoce
como equivalencia formal  o literal. En contraste, la técnica de traducción pensamiento por
pensamiento se conoce como equivalencia dinámica o funcional. Todas las versiones
utilizan en mayor o menor medida ambas metodologías de traducción. Observemos un
ejemplo en algunas traducciones castellanas de Romanos 12:20:

NA28 RVR NVI DHH


ἀλλ’

ἐὰν*

πεινᾷ ὁ ἐχθρός
σου, ψώμιζε
αὐτόν·* Así que, si tu enemigo Antes bien, “Si tu Y también: «Si tu
tuviere hambre, dale de enemigo tiene hambre, enemigo tiene hambre,
ἐὰν διψᾷ, comer; si tuviere sed, dale dale de comer; si tiene dale de comer; y si
πότιζε αὐτόν· de beber; pues haciendo sed, dale de beber. tiene sed, dale de
τοῦτο γὰρ esto, ascuas de fuego Actuando así harás que beber; así harás que
ποιῶν amontonarás sobre su se avergüence de su le arda la cara de
ἄνθρακας cabeza. conducta.” vergüenza.»
πυρὸς
σωρεύσεις ἐπὶ*

τὴν κεφαλὴν*

αὐτοῦ.
Principalmente Equivalencia
Principalmente Equivalencia Dinámica Dinámica
Equivalencia Formal
La primera parte del pasaje es muy similar en las tres versiones. La RVR ofrece un lenguaje
un poco más elegante y formal, mientras que la NVI y la DHH presentan un texto más
casual. Pero la diferencia significativa se observa en la última frase del versículo. La RVR
usa la equivalencia formal, palabra por palabra: “ascuas de fuego amontonarás sobre su
cabeza”. De esta manera es fiel al texto original, pero al mismo tiempo oscurece el
significado para el lector de habla hispana, ya que la frase no es común ni fácil de entender
en nuestro idioma. En contraste, la NVI y la DHH utilizan la equivalencia dinámica para
comunicar (o interpretar) el pensamiento detrás de las palabras originales. De esta forma
traducen: “harás que se avergüence”, o “harás que le arda la cara de vergüenza”.

Podemos afirmar, entonces, que las traducciones que utilizan principalmente la


equivalencia formal (RVR y LBLA) son más precisas textualmente, pero el significado del
texto es, en ciertas partes, más difícil de entender para la mayoría de las personas. Esto es
inevitable debido a las diferencias históricas, culturales, y literarias implícitas en el mensaje
comunicado en los lenguajes originales, en contraste con las del idioma español.

Por otra parte, las traducciones que utilizan mayormente la equivalencia dinámica (NVI,
NTV, DHH), son menos precisas textualmente, pero comunican (traducen o interpretan)
mejor las ideas o pensamientos expresados por el texto. En otras palabras, en la traducción
dinámica, el traductor efectúa, en un sentido muy real, parte de la tarea de interpretación en
favor del lector, para facilitarle la comprensión del texto. Por este motivo, las traducciones
dinámicas tienden también a utilizar un lenguaje más sencillo y conversacional.

En resumen, al considerar las técnicas de traducción, versiones como la LBLA y la RVR


son sin duda más precisas textualmente que la NTV o la NVI. Pero, por otro lado, la NVI y
la NTV son mucho más accesibles y comprensibles para el creyente laico, y en general
mantienen un buen equilibrio entre precisión y claridad. Y esto nos lleva a nuestro último
punto.

3. El propósito principal para el cual la traducción será usada.

Hemos ya hablado de la importancia del texto base en hebreo y griego detrás de las
versiones castellanas, así como también de la importancia de las técnicas de traducción y su
efecto en la claridad y fidelidad del texto en las diferentes versiones. Finalmente, para
poder contestar la pregunta, ¿cuál es la mejor traducción de la Biblia al español?, me parece
importante considerar cuál es el uso que se desea dar a la traducción. La misma Palabra de
Dios nos invita a acercarnos a ella con diferentes propósitos:

Debemos leerla y escucharla (Dt. 17:19; 1 Ti. 4:13, Ap. 1:3).


Antes que otra cosa, debemos exponernos a las Escrituras directa y personalmente. Esto
implica leer sus palabras, en silencio y en voz alta; pero además escuchar su mensaje de
manera audible. Es decir, la Biblia fue escrita para ser recibida. Y la recepción de su
mensaje se practica cuando la escuchamos proclamada, y no solo cuando la leemos. Esto
genera una pregunta importante: cuando nos sentamos a escuchar una lectura, ¿preferimos
algo que podemos entender, o algo que requiere de mucha explicación? Al contar con
múltiples versiones en castellano, debemos preguntarnos cuál de ellas es más comprensible
al ser leída en público, y al mismo tiempo fiel al texto original.

Debemos meditar en ella (Jos. 1:9 RVR).

Meditar significa considerar seriamente alguna idea o pensamiento, posiblemente


repitiendo las palabras en tono suave. En otras palabras, cuando Dios nos invita a meditar
en las Escrituras, su deseo es que pensemos cuidadosamente en su significado y su
importancia para nuestra vida. Sin lugar a dudas, esto también asume que comprendemos el
mensaje de las palabras que leemos.

Debemos aprenderla, cumplirla, y vivir conforme a ella  (Sal. 119:7-9 NVI).

En otras palabras, al leerla, nuestro propósito es que informe y transforme la manera en que
vivimos. Nuevamente, esto demanda que entendamos el significado de sus palabras y la
forma en que es aplicable a nuestras vidas.

Debemos examinarla (NTV) o escudriñarla (RVR), buscando comprender su


significado (Hch. 17:12).

Las Escrituras también deben ser estudiadas cuidadosamente, investigando e indagando


diligentemente para descubrir su significado completo y verdadero. Esto es necesario
porque es evidente que hay ciertas porciones de la Biblia que son difíciles de comprender
(ver 2 Pe. 3:16).

Debemos deleitarnos en ella  (Sal. 119:16,24, 47).

Por último, las Escrituras no son meramente para nuestra instrucción, guía, o
transformación. ¡Son para nuestro gozo! Cuando las atesoramos y las obedecemos, esto
fructifica en un gozo inevitable que satisface el alma y la llena de paz y esperanza, aun en
medio de las circunstancias más difíciles. En este caso, también se asume necesariamente
que entendemos el mensaje del texto de forma tal que puede transformar los afectos de
nuestro corazón.

De los puntos anteriores deducimos que cuando preguntamos, ¿cuál es la mejor traducción
de la Biblia al español?, podemos y debemos hacer una segunda pregunta: ¿qué uso deseo
darle a la traducción? Idealmente, nuestro anhelo sería escoger la versión que:
 Proceda de los mejores textos originales griegos y hebreos disponibles.
 Traduzca el texto utilizando un correcto balance de técnicas de traducción, de tal
manera que preserve con precisión no solo el significado de las palabras, sino también de las
ideas que el texto comunica.
 Sea de fácil lectura y comprensión cuando es leída y escuchada en público o
privado, de manera que su meditación sea efectiva y capaz de transformar tanto nuestra manera
de pensar como nuestros afectos, sin requerir que en cada momento nos veamos forzados a
dilucidar su significado.
Lamentablemente, no existe en mi opinión una sola Biblia que perfectamente cumpla con el
ideal.

La mejor versión de la Biblia en


español
Podemos ahora responder a nuestra pregunta inicial. Mi propuesta es que consideremos tres
usos comunes de las Escrituras:

1. El uso en el servicio público en la iglesia.


2. Como lectura devocional, de meditación, o memorización.
3. El estudio sistemático en funciones pastorales, teológicas, o de liderazgo en general.
Biblias para uso público en la iglesia.

En el culto público, creo que la mayoría de las congregaciones se beneficiarían de una


Biblia traducida principalmente usando equivalencia dinámica. En mi opinión, de entre las
versiones disponibles, la Nueva Versión Internacional (NVI) ofrece el mejor balance entre
comprensión y precisión textual. Una segunda opción sería la Nueva Traducción Viviente
(NTV).

Biblias para uso devocional.

Para lectura devocional, mi opinión es que el carácter y personalidad del individuo puede
determinar la opción. Generalmente pienso que la NVI es la mejor opción. Su texto es claro
y de fácil lectura. Las personas más analíticas pueden escoger la Biblia de las Américas
(LBLA). Por otra parte, aquellas con una mayor inclinación artística o poética preferirán la
joya literaria que es la Reina Valera 1960 (RVR). En tal caso, solo cabe recordar que la
RVR no está basada en el mejor texto griego disponible.

Un último aspecto que afecta nuestra lectura personal es la tradición evangélica en la cual
llegamos a la fe. En lo personal, habiendo crecido en el evangelio usando la RVR, es mi
versión preferida para lectura personal y devocional, y también es la Biblia en la que he
memorizado algunos de mis pasajes favoritos. Uso y leo mucho la NVI, pero siempre
regreso a la RVR por el afecto personal que le tengo.
Biblias para estudio sistemático pastoral y teológico.

Cuando el pastor realiza su función como predicador de la Palabra de Dios, su intención no


es solo leer o meditar. También debe escudriñar el texto para profundizar en su mensaje
para el bienestar de la iglesia del Señor. Por esta razón, debe partir de una Biblia traducida
principalmente usando equivalencia formal. La mejor de las versiones castellanas es La
Biblia de las Américas (LBLA). Pero, en mi opinión, todo pastor, maestro, o líder debe
utilizar todas las versiones a su alcance para elucidar el sentido del texto.

Una vez que ha analizado fielmente el pasaje, entonces puede usar lo que ha descubierto
para explicar o profundizar en el texto, tal y como está escrito en la versión que la iglesia
utiliza en público. En otras palabras, al estudiar, el pastor parte del texto más literal pero
más difícil de comprender (LBLA); pero al predicar, parte del texto más sencillo (NVI), y
expande su significado cuando sea necesario, utilizando las notas que tomó usando la
versión más literal.

Una exhortación final


Al concluir, debo decir que entre las versiones mayores (RVR, LBLA, NVI, NTV), aunque
haya distinciones y ventajas de unas para con otras, la mejor Biblia para usted será la que
tenga a su alcance; aquella que abra, lea, medite, y aplique fielmente. ¡La mejor Biblia del
mundo no será de utilidad si no se lee! Si tiene una de las Biblias anteriores a su alcance, le
exhorto en el nombre del Señor, ¡léala!, ¡memorícela!, ¡atesórela! Su vida será
transformada para la gloria de Dios, ¡y el mundo a su alrededor notará la diferencia!

[1] No analizamos aquí la NBLH, que es básicamente igual a LBLA, cambiando el vosotros
por ustedes, y con algunos paréntesis. Sin embargo, las conclusiones de este escrito sobre la
LBLA se aplican en su mayoría a esta otra versión, y su poca disponibilidad impresa
dificultan su adquisición. (Nota del editor: Esta es la versión que actualmente sugerimos a
los autores en la página web de Coalición por el Evangelio).

¿Dónde preparan los pastores sus sermones?


Las palabras pueden matar.

Las palabras pueden matar iglesias porque a menudo tienen acciones mortales detrás de
ellas. Al comenzar este nuevo año, permítanme compartir seis declaraciones que he
escuchado de miembros cuyas iglesias han muerto.

Por favor escuchen esa última aseveración nuevamente: estas son declaraciones de
miembros cuyas iglesias ya han cerrado sus puertas. Estoy convencido de que estas
declaraciones fueron los principales contribuyentes a la desaparición de las iglesias.

1. “Le pagamos a nuestro pastor para que haga evangelismo”. El significado


común detrás de esta declaración es que los miembros no tienen intenciones de
compartir su fe. Una iglesia sin miembros evangelísticos es una iglesia moribunda.
2. “Sin nuestro dinero, esta iglesia estaría en problemas”. ¡Eso sí que duele! La
palabra clave aquí es “nuestro”. Los miembros con esta actitud no dan con manos
abiertas, sino que perciben el dinero que dan a la iglesia como su dinero, y no como el
dinero de Dios. Si esta falta de mayordomía prevalece en la iglesia, es una señal segura
de enfermedad o muerte.
3. “Esta iglesia no satisface mis necesidades”. Sí, las necesidades de los miembros
deben cumplirse. ¿Pero ha notado que muchas veces los miembros más necesitados son
los primeros en quejarse y los primeros en irse? Ciertamente deberíamos preocuparnos
por las necesidades del rebaño, pero la actitud de los miembros debe ser con deseos de
servir en vez de querer de ser servido.
4. “Pagamos el salario del pastor y el personal, por eso deben de
escucharnos”. Esta declaración mortal causa dolor de dos maneras, mayormente.
Primero, el dinero se da con un puño cerrado, como señalé anteriormente. Segundo, el
dinero es usado para controlar a los líderes. Serví en una iglesia donde un miembro me
hacía esa declaración con frecuencia. Años después de que me fui, me enteré de que
nunca dio un dólar a la iglesia.
5. “Dejaremos que la próxima generación se encargue del cambio”. Cuando las
generaciones anteriores hacen esta afirmación, se niegan resueltamente a hacer los
cambios necesarios e inmediatos. Tristemente, las próximas generaciones no se
quedarán en una iglesia así para hacer los cambios.
6. “Estuve aquí años antes de que llegara el pastor; estaré aquí años después de
que se haya ido”. Esta declaración es de poder y control más que de servicio y entrega.
Se trata de durar más que cada pastor para mantener a la iglesia tal como la quiere el
miembro. Es una declaración que se ha oído comúnmente en iglesias que han cerrado
sus puertas.
Sigo siendo un desagradable optimista sobre nuestras congregaciones locales. Pero
lamentablemente, muchas morirán en este año y el siguiente. La mayoría de las
congregaciones tendrán miembros que hicieron estas seis declaraciones mortales.

Oro para que su iglesia no esté entre ellas.

También podría gustarte