Tesis 3290 Sindrome
Tesis 3290 Sindrome
Tesis 3290 Sindrome
DEL
ACONCAGUA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
TESINA DE LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA:
TRIBUNAL EXAMINADOR:
Presidente:
Vocal:
Vocal:
Profesora invitada:
Nota:
4
AGRADECIMIENTOS
Comienzo dando gracias a Dios, por estar conmigo en cada momento y paso que doy.
A mi amado hijo Augusto, que le da sentido a mi vida y llena de alegría mis días.
A mis padres, Ana y Pepe, por su apoyo y ayuda incondicional, su aliento cotidiano, su
confianza inamovible y fundamentalmente por ser los abuelos mas maravillosos del mundo. Sin
ellos esto no hubiese sido posible…
A mis hermanos, Mariana, Gaby y Franco, por su amor y compañía, los cuales me
permitieron ser fuerte y seguir luchando para convertir las dificultades en desafíos… A ellos, que
me han ayudado a llegar hasta aquí…. ¡Mil Gracias!
A mis amigas y hermanas por elección, Vane, Ludmi y Paula, gracias por enriquecerme tanto
como persona, por ayudarme en los momentos difíciles y alegrar aun más los lindos.
Gracias por que sin ustedes no hubiese sido posible este logro, están en mi corazón!!!
5
RESUMEN
Finalmente, se analizan e interpretan los datos que permiten definir los parámetros
concluyentes de esta investigación.
ABSTRACT
The present paper is attempted to achieve a better knowledge and understanding of the
burnout syndrome and the many consequences it arises on both the subject who suffers from it
and the organization of which it is part, and so we can determine how it influences a group of
teachers from the city of Mendoza.
The instrument used in this research to collect data and information is the questionnaire
"Maslach Burnout Inventory" (MBI), this technique has 22 closed questions expressing statements
about personal feelings and professional attitudes towards work and those receiving their service.
Finally, the data is analyzed and interpreted in order to define the conclusive parameters of
this research.
• Keywords: Burnout Syndrome, elementary school teachers, secondary school teachers, MBI.
7
ÍNDICE
PORTADA……………………………………………………………………………………………………………………………………… 1
TÍTULO………………………………………………………………………………………………………………………………………….. 2
INTRODUCCIÓN
A escala mundial, estos últimos 20 años se han caracterizado por un ritmo de vida cambiante
y acelerado, con un incremento pronunciado de las exigencias laborales. Esto responde a los
requerimientos de la economía y demandas de la sociedad en general. Las personas insertas en
este sistema se ven obligadas a satisfacer dichas demandas y ha adaptarse a las nuevas
condiciones. No obstante se ha observado que a un mediano y largo plazo hay consecuencias que
afectan la salud y calidad de vida de las personas que trabajan y se desenvuelven en este
ambiente. Lo cual facilita la aparición y el desarrollo de diversos trastornos psicológicos y físicos en
las personas. Siendo el Síndrome de Burnout uno de los que se da con gran frecuencia en los
últimos tiempos.
Por lo tanto, podríamos decir que el síndrome de quemarse por el trabajo está caracterizado
por la tendencia de los profesionales a evaluar negativamente su habilidad para realizar el trabajo
y para relacionarse con las personas con quienes trabaja, por la sensación de estar agotados a
nivel emocional, por el desarrollo de sentimientos negativos, y de actitudes y conductas de
12
cinismo hacia las personas destinatarias de su trabajo, que son vistas de manera deshumanizada
debido al endurecimiento afectivo del profesional.
El trabajo es la actividad en la cual invertimos aproximadamente un tercio del día, lo cual la
convierte en la actividad humana cualitativamente más relevante. Este es un derecho fundamental
de las personas y es esencial que en su ejercicio se provea de todas las condiciones necesarias
para lograr el bienestar de los trabajadores. El trabajo es un medio para sustentar la vida y
satisfacer las necesidades básicas, pero es también la actividad mediante la cual las personas
afirman su propia identidad, tanto ante sí mismas como ante quienes las rodean, siendo crucial
para el ejercicio de opciones personales, para el bienestar de la familia y para la estabilidad de la
sociedad. Por el contrario, si la adaptación de la persona al trabajo es disfuncional aparecen como
consecuencias diversas patologías (Organización Internacional del Trabajo).
Por lo tanto, las condiciones laborales deficientes son una amenaza para el trabajador, dado
que entonces no están con la seguridad y protección necesarias que les permita prevenir dichas
patologías. Así mismo, el no permitir que tengan autonomía y algún nivel de control sobre su
trabajo influyen en el aumento del nivel de tensión psicológica del trabajador.
Algunos profesionales son más vulnerables y están más predispuestos a los procesos de
estrés y burnout que otros, entre ellos, están los que se dedican a la educación. Esta labor
presenta una alta vulnerabilidad al burnout, debido a la realización simultánea de múltiples
actividades y funciones que implican asegurar que los estudiantes reciban una educación de
calidad.
Los profesionales docentes forman un colectivo especialmente expuesto al desgaste
profesional. Se enfrentan a desencadenantes de estrés propios de la organización académica y
escolar y a situaciones en las que se desequilibran las expectativas individuales del profesional y la
realidad del trabajo diario.
La presente investigación tiene como objetivo identificar a partir de aplicar un cuestionario
que mide el Síndrome de Burnout (MBI) la incidencia y aparición del mismo en docentes de nivel
primario y en docentes de nivel secundario de la provincia de Mendoza, para luego realizar un
estudio comparativo entre dichos docentes en relación a las tres dimensiones presentes en el
Síndrome de Burnout, teniendo en cuenta variables demográficas, como sexo, edad, estado civil,
años de ejercicio de la profesión, horas semanales de trabajo y características sociodemográficas
de la escuela donde desempeñan su rol profesional.
Para ello, a lo largo del marco teórico, el cual consta de cuatro capítulos, se realizará un
recorrido por una gran cantidad de conceptos que se consideran relevantes e importantes a la
hora de comprender los fenómenos que influyen en la realidad laboral del sujeto y así advertir
cuales son las consecuencias que desencadena el burnout tanto para el sujeto como para la
organización de la cual este forma parte.
En el capítulo uno se ahondará en la temática central de este trabajo, el Síndrome de
Burnout, analizando el desarrollo histórico, el concepto, las fases y las dimensiones que lo
13
Las primeras conceptualizaciones formales del Burnout fueron realizadas en 1973 por H.
Freudenberger (citado por Maslach y otros, 2001) basado en su propia experiencia con voluntarios
que trabajaban con él en la Clínica Libre de Nueva York para toxicómanos. Estos voluntarios, a
pesar de su compromiso, presentaban síntomas de depresión y ansiedad, con agotamiento y una
progresiva pérdida de energía y motivación por su trabajo. Freudenberger describió cómo estas
personas se vuelven menos sensibles, poco comprensivas y hasta agresivas en relación con los
pacientes, con un trato distanciado y un notable deterioro de la calidad de los cuidados
profesionales que se entregaban a los usuarios del servicio. Para denominar este fenómeno el
autor utilizó la palabra “Burnout” cuya traducción literal al español es “estar quemado o
consumido” y lo definió como:
“Sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resultaba de una sobrecarga
por exigencias de energía, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador”.
En 1976 la Psicóloga Social Cristina Maslach dio a conocer la palabra Burnout de forma
pública dentro del Congreso Anual de la Asociación de Psicología (APA), haciendo referencia a
una situación cada vez más frecuente entre los trabajadores de servicios humanos, y el hecho de
que después de un tiempo de dedicación, estos trabajadores terminaban “quemándose”. Pero el
concepto de Burnout de las investigadoras estadounidenses Cristina Maslach y Susan Jackson
apareció en 1981, luego de varios años de estudios empíricos, quienes lo describieron como un
síndrome de estrés crónico que se manifiesta en aquellas profesiones de servicios caracterizadas
por una atención intensa y prolongada a personas que están en una situación de necesidad o de
15
En 1983 Farber manifiesta la relación del Burnout con el ámbito laboral y expresa:
“El Burnout es un síndrome relacionado con el trabajo. Surge por la percepción del sujeto de
una discrepancia entre los esfuerzos realizados y lo conseguido. Sucede con frecuencia en los
profesionales que trabajan cara a cara con clientes necesitados o problemáticos. Se caracteriza por
un agotamiento emocional, falta de energía, distanciamiento y cinismo hacia los destinatarios,
sentimientos de incompetencia, deterioro del auto concepto profesional, actitudes de rechazo
hacia el trabajo y por otros diversos síntomas psicológicos como irritabilidad, ansiedad, tristeza y
baja autoestima”.
Brill (1984) lo define como: “Un estado disfuncional y disfórico relacionado con el trabajo en
una persona que no padece otra alteración psicopatológica mayor, en un puesto de trabajo en el
que antes ha funcionado bien, tanto a nivel de rendimiento como de satisfacción personal, y que
luego ya no puede conseguirlo, si no es por una intervención externa o por un reajuste laboral, y
que está en relación con las expectativas previas”.
Por otro lado, Gil-Monte y Peiró (1997), definen el síndrome de burnout como: “una respuesta
al estrés laboral crónico, acompañado de una experiencia subjetiva de sentimientos, cogniciones y
actitudes, las cuales provocan alteraciones psicofisiológicas en la persona y consecuencias
negativas para las instituciones laborales”.
Ramos y Buendía, en el mismo año afirman que cuando se dice que el profesional está
quemado se indica que la situación (familiar, social o laboral) le ha sobrepasado y ha quedado
reducida su capacidad de adaptación.
2. DEFINICIÓN DE BURNOUT
Aclarando lo anterior, el síndrome de quemarse por el trabajo se define como una respuesta
al estrés laboral crónico caracterizada por la tendencia de los profesionales a evaluar
negativamente su habilidad para realizar el trabajo y para relacionarse con las personas a las que
atienden, por la sensación de estar agotados a nivel emocional, por el desarrollo de sentimientos
negativos, y de actitudes y conductas de cinismo hacia las personas destinatarias del trabajo, que
son vistas de manera deshumanizada debido al endurecimiento afectivo del profesional.
La dimensión de agotamiento emocional está caracterizada por dejar a las personas sin
recursos ni energías y con la sensación que no pueden ofrecer nada más. (Cordes y Dougherty,
1993; Maslach, Schaufeli y Leiter, 2001).
2.2. Despersonalización
Esta dimensión provoca en las personas que proveen servicios a otros, poner distancia entre sí
mismas y entre quienes reciben sus servicio, a través de ignorar activamente las cualidades y
necesidades que los hace seres humanos únicos y comprometidos con las personas (Maslach y
otros, 2001). Se refiere a la “deshumanización del individuo”, se comienza a tratar a las personas
como objetos, actuando en forma distante e impersonal (Cordes y Dougherty, 1993). Más
19
adelante Meslach y sus colegas modificaron la definición original de dos de las dimensiones, en la
cual la Despersonalización fue nombrada como Cinismo, aunque se conservan intactos la
agrupación de síntomas a los que se refiere la dimensión (Maslachh y Leiter, 1997).
El Cinismo es un mecanismo que le permite a los sujetos reducir al mínimo las emociones
potencialmente intensas que podrían interferir o influir en su funcionamiento en situaciones de
crisis. Cabe aclarar que pueden ser apropiados y necesarios, en algunas ocupaciones, los niveles
moderados de distanciamiento con los clientes, a diferencia del distanciamiento disfuncional y
extremo que ocurre en el Síndrome de Burnout (Jackson y otros, 1986). Maslach y Leiter (1997)
agregan que esto se debe a que la persona minimiza su involucramiento y compromiso con un
trabajo que percibe como muy demandante, sacrificando sus ideales para protegerse de la fatiga y
la desilusión. Por ejemplo puede usar un lenguaje denigrante o descalificador para referirse a los
clientes e intelectualizaciones recurrentes de la situación. Así mismo, desarrollan actitudes rígidas
y burocráticas, es decir, se guían estrictamente por las reglas, aunque no aporten a la solución del
problema (Maslach y otros, 2001).
manifiesta el síndrome. Es por ello que el síndrome tiene un curso insidioso que avanza en
gravedad, arrojando en las fases finales los peores resultados de desempeño (Grau y otros, 1998).
Actualmente se proponen varias etapas, en un principio sucede que las demandas laborales
exceden a los recursos materiales y humanos de los profesionales. A consecuencia de ello, hay un
sobreesfuerzo en el que el sujeto manifiesta signos de ansiedad, fatiga, irritabilidad, reducción de
las metas laborales y disminución de la responsabilidad personal. Como así también se produce un
cambio de actitudes tales como distanciamiento emocional, deseo de huida, cinismo y rigidez
(Burke y otros, 1995; Gold y otros, 1992).
Es así como en etapas tempranas las personas se sienten fatigadas física, mental y
emocionalmente, y tienen intensas emociones de frustración, aburrimiento y desilusión (Potter,
1993). Presentan síntomas de tensión tales como aumento del consumo de alcohol, cafeína y
nicotina, cambios en los hábitos del sueño y alimentación, aislamiento de otras personas, animo
caído e irritabilidad (Croucher, 1991).
Cuando progresa el síndrome de Burnout comienza a afectar los hábitos de trabajo. Las
personas acostumbradas a realizar trabajos de alta calidad, ya no tienen ganas de hacerlo y buscan
“atajos” para lograrlo. Esto comienza a minar la autoestima del trabajador y puede acarrear
sentimientos de culpa (Potter, 1993). En dichos trabajadores la productividad decae. Las
reacciones emocionales contribuyen a un endurecimiento psicológico y a una defensa frente al
medio. Estos trabajadores se vuelven aislados, evitando contacto con los compañeros de trabajo y
con supervisores. Se vuelven cada vez más hostiles, irritados y depresivos, siendo el ánimo de
pesimismo muy predominante. Se ha observado que pueden sufrir síntomas de tensión tales como
fatiga crónica, dolor de cabeza, lumbago, palpitaciones, mareos, etc. (Croucher, 1991).
En las etapas finales del Síndrome de Burnout los trabajadores experimentan un sentimiento
irreversible de desvinculación o desapego y una pérdida total del interés en su trabajo. La
autoestima es muy baja y los sentimientos hacia el trabajo son totalmente negativos, aquí el
ausentismo se vuelve un problema frecuente. Las defensas de estas personas se encuentran
desgastadas. Ya a esta altura, se encuentran muy deteriorados los vínculos interpersonales dentro
del lugar de trabajo (Potter, 1993).
Jerry Edelwich y Archie Brodsky (1980) definen el burnout "como una pérdida progresiva del
idealismo, energía y motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como resultado de
las condiciones de trabajo". Y describen varias etapas por las que atraviesa el trabajador hasta
llegar al Burnout, ellas son:
Esta fase aparece cuando el sujeto comienza en un nuevo puesto de trabajo que desea y en el
que ha puesto una gran cantidad de perspectivas de futuro. Al principio el trabajo se siente como
algo estimulante, resulta atractivo aunque sea exigente. En este momento el sujeto experimenta
un gran entusiasmo, tiene elevadas aspiraciones y una energía desbordante. Aquí los conflictos se
interpretan como algo pasajero y con solución. La persona se involucra demasiado y existe una
sobrecarga de trabajo voluntario
22
Esta etapa comienza cuando el trabajador se va dando cuenta de que aquellas perspectivas
de futuro tan positivas que tenía no se cumplen. Comienza a sentir que la relación que existe entre
el esfuerzo que realiza y las recompensas que obtiene del trabajo, no está equilibrada, Aquí el
sujeto no logra los resultados esperados y comienza a desanimarse, ya que se siente incapaz de
dar una respuesta eficaz y los objetivos empiezan a aparecer como difíciles de conseguir, aún con
esfuerzo.
En este punto, como el sujeto está cada vez más desmotivado con su trabajo y con el
entorno que le rodea, aparecen sentimiento de frustración, desilusión y desmoralización,
ocurriendo la pérdida del idealismo y del entusiasmo. Es el periodo del desengaño y de la
decepción laboral, en la que brotan los problemas emocionales, físicos y conductuales. El sujeto se
vuelve negativo y con el paso del tiempo crece la impotencia y la ignorancia, todo lo hecho parece
no servir para nada. Cualquier cosa irrita y provoca conflictos en el equipo de trabajo.
En esta etapa se produce la resignación del trabajador ante la imposibilidad de cambiar las
cosas, el sujeto pierde todas las esperanzas. Comienza a comportarse de forma distante con los
clientes (pacientes, alumnos, etc.), actúa de forma mecánica, como un robot, lo mismo ocurre con
los compañeros de trabajo y con la familia. Evita las tareas estresantes y surge un creciente
distanciamiento de lo laboral que conlleva evitación e incluso inhibición de la actividad
profesional, como forma de defensa ante la frustración.
Aquí el sujeto siente un colapso emocional, físico y cognitivo que conlleva importante
consecuencias para su salud. En esta etapa se llega a la imposibilidad física y psíquica de seguir
23
b) Edad: Aunque parecería no influir, algunos autores consideran que hay un periodo de
sensibilización, periodo en el cual el profesional se encuentra más vulnerable. Los primeros años
en la carrera profesional serían los implicados, ya que es el momento en que se produce el paso
de las expectativas idealizadas hacia la práctica diaria y se da la confrontación entre lo que el
sujeto espera y la realidad.
c) Estado civil: No hay un acuerdo unánime, aunque algunos estudios muestran que los
casados experimentan menos burnout que los solteros, viudos y divorciados, así los sujetos que
no tienen una pareja estable serian más propensos a padecer el síndrome. Esto podría deberse a
24
que el matrimonio o la pareja estable es capaz de anular la tendencia hacia la implicación excesiva
en el trabajo. Leiter (1988) ha planteado que la vida en familia puede hacer más expertos a los
sujetos en el tacto con los demás y sus problemas. Se ha encontrado que los sujetos con hijos y
que tienen más edad, son más maduros, tienen un estilo de vida más estable y una perspectiva
laboral diferente, y los que no tienen usan más el trabajo como fuente de vida social (Gil-Monte y
Peiró, 1997).
d) Antigüedad profesional: Surgen dos periodos en los que se tiene menos tendencia al
burnout: el periodo inmediato a la graduación (menos a dos años de carrera) se da porque el
burnout no es un síndrome que aparezca de un momento a otro, sino que es un fenómeno
procesual, y el profesional recién recibido se encuentra lleno de energía y motivación. Otro es el
periodo luego de transcurridos diez años de experiencia profesional, donde el sujeto tiene mayor
antigüedad, y como ya mencionamos antes en la variable de edad, son menos propensos a
“quemarse” por el trabajo.
g) Relaciones interpersonales: Cuanto más tiempo y más intensas sean las relaciones del
sujeto con los clientes (pacientes, alumnos, etc), mayor es el riesgo de agotamiento emocional y
de Burnout.
a) Estrés de rol: El papel que cada uno desempeña en una organización conforma un
conjunto de expectativas de conductas asociadas con su puesto. A este conjunto de expectativas
se le denomina rol (Peiró, 1992):
Gil-Monte y Peiró (1997) han relacionado estos tres estresores (ambigüedad, conflicto y
sobrecarga) directamente con el Síndrome de Burnout. Estos autores sostienen que la
ambigüedad de rol es un predictor significativo de la baja realización personal en el trabajo.
Mientras que el conflicto de rol es un predictor significativo de la dimensión Cansancio Emocional.
En la investigación realizada por Maslach y Leiter (1997) encontraron relaciones significativas
entre la sobrecarga laboral y sentimientos de baja realización personal en el trabajo.
b) Clima laboral negativo: El clima laboral negativo puede estar generado por malas
relaciones interpersonales entre compañeros y con los supervisores, por planeamientos directivos
26
descendentes poco claros o por un mal establecimiento de roles. Lo que nos permite predecir que
cuanto más aversivo es el clima organizacional hay mayores posibilidades de que aparezca el
Burnout. (Ensiedel y Tully 1981)
a) Apoyo Social: Este factor tiene que ver con la presencia o ausencia relativa de recursos de
apoyo psicológico provenientes de otras personas significativas, como son los familiares y amigos.
Aquellas personas que poseen la información que les permite saber que los demás se preocupan
de ellos y los quieren, que son estimados y valorados y que pertenecen a una red de comunicación
y de obligaciones mutuas, son personas que poseen menores probabilidades de padecer burnout.
b) Relaciones interpersonales: Hacen referencia a una interacción recíproca entre dos o más
personas. Es la habilidad que tienen los seres humanos, como seres sociales, de interactuar con las
demás personas. Estas relaciones influyen en que el ambiente habitual de la persona sea
agradable o no. Conforme aparecen ambientes más nocivos aumenta la frecuencia de padecer
burnout (Friesen y Sarros, 1987). Estos autores, indican que es especialmente en la dimensión de
despersonalización donde más se aprecia esta variable.
27
d) Dinámica familiar: El hecho de que ocurran tensiones, problemas, dificultades entre los
miembros del núcleo familiar propicia la desarmonía en el individuo que precisa de un equilibrio
familiar y de apoyo social para mantener su bienestar personal. Como advierte Leiter (1992) el que
ocurran problemas familiares que estén distorsionando el funcionamiento normal de la dinámica
del hogar, predispone a la persona a sufrir burnout.
e) Recursos de afrontamiento familiar: Leiter (1988) plantea que cuando la familia facilita la
puesta en marcha de diversos recursos para afrontar las situaciones que pueden dar lugar a
burnout, la persona presenta menor vulnerabilidad a su padecimiento. Estos recursos de
afrontamiento son independientes de los que puede poseer el individuo en su contexto laboral.
Los síntomas del síndrome de burnout tienen también consecuencias laborales negativas
que afectan a la organización y al ambiente de trabajo y se manifiestan en un progresivo
deterioro de la comunicación y de las relaciones interpersonales (indiferencia o frialdad);
disminuye la productividad y la calidad del trabajo y, por tanto, el rendimiento, que afecta a los
servicios que se prestan. Surgen sentimientos que abarcan desde la indiferencia a la
desesperación frente al trabajo; se da un alto absentismo, con una mayor desmotivación,
aumentan los deseos de dejar ese trabajo por otra ocupación con un creciente nivel de
desmoralización y se puede llegar al abandono de la profesión en casos muy extremos.
Si la organización no favorece el necesario ajuste entre las necesidades de los
trabajadores y los fines de la institución, se produce una pérdida de la calidad de los servicios
como consecuencia de todo ello, que no es más que la expresión de una desilusión.
DE BURNOUT
Aburrimiento. Disminución de la
productividad.
Baja tolerancia a la
frustración. Deterioro de las
relaciones
Abuso de drogas. interpersonales y en la
comunicación.
Baja satisfacción
laboral.
Bajo rendimiento
Desmotivación. laboral.
30
1. CONCEPTO DE ESTRÉS:
La palabra estrés deriva del latín “stringere”, que significa “provocar tensión”. Esta palabra se
utilizó por primera vez en el siglo XIV y a partir de entonces se empleó en diferentes textos en inglés,
como “stress”, “stresse”, “strest” y “streisse”.
La biología y la medicina han incorporado el término “stress” (que en lenguaje técnico como
vocablo inglés designa “una fuerza que deforma los cuerpos o provoca tensión”), como “el proceso o
mecanismo general con el cual el organismo mantiene su equilibrio interno, adaptándose a las
exigencias, tensiones e influencias a las que se expone en el medio en que se desarrolla”.
Este mecanismo general o sistema psiconeuroendocrinológico, es el que denominamos con el
término español de estrés. Según Hans Selye, “estrés” es la “respuesta no específica del organismo
a toda demanda que se le haga”. Este concepto involucra la interacción del organismo con el medio,
lo que nos podría llevar a definir el estrés según:
1) El estímulo;
2) La respuesta o
3) El concepto estímulo-respuesta.
1) Estrés es la fuerza o el estímulo que actúa sobre el individuo y que da lugar a una respuesta.
2) Estrés es la respuesta fisiológica o psicológica que manifiesta un individuo ante un estresor
ambiental.
3) Estrés es una consecuencia de la interacción de los estímulos ambientales y la respuesta
idiosincrásica del individuo.
31
El estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un conjunto de demandas
ambientales que recibe el individuo, a las cuáles debe dar una respuesta adecuada, poniendo en
marcha sus recursos de afrontamiento.
Cuando estas respuestas se realizan en armonía, respetando los parámetros fisiológicos y
psicológicos del individuo, es adecuado en relación con la demanda y se consume biológica y
físicamente la energía dispuesta por el Sistema General de Adaptación, adoptamos el concepto de
“estrés” como “eustrés”.
Cuando por el contrario la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva frente a los
recursos de afrontamiento que poseen los individuos o las respuestas de los mismos han resultado
insuficientes o exageradas en relación con la demanda, ya sea en el plano biológico, físico o
psicológico, y no se consume la energía mencionada, se produce el “distrés”, que por su
permanencia (cronicidad) o por su intensidad (respuesta aguda) produce el Síndrome General de
Adaptación, el cual depende de varios factores y de su interrelación entre ellos, en primer lugar hace
falta un agente estresor interno o externo lo suficientemente elevado como para que exija una
respuesta, en segundo lugar el estímulo habrá de ser percibido como una amenaza desde el punto
de vista subjetivo, que no tiene por qué coincidir con una amenaza objetiva. Y en tercer lugar se ha
de carecer de los medios para hacer frente a la posible amenaza con soltura y comodidad.
32
Dependiendo de estos tres factores, un determinado agente estresor podrá provocar respuestas de
placer, incomodidad, ansiedad, miedo ó pánico.
Si el estimulo es efectivamente agresor y se mantiene en el tiempo el cuerpo pasará por 3 fases,
la fases de alarma, la de resistencia y la de agotamiento:
Es un medio de defensa ante una amenaza inmediata y real, el cuerpo responde incluso sin que
seamos conscientes de ello, y nos prepara para sortear el riesgo o enfrentarnos a él con todas las
energías disponibles. De la reacción inmediata se encarga el sistema neuroendocrino por medio de la
segregación de hormonas que aceleran el pulso, aumentan el ritmo respiratorio, y nos vuelven más
excitables de forma que nuestra reacción pueda producirse rápidamente. El cuerpo se prepara a
velocidad de vértigo para la lucha o la huida, y se producirán los cambios internos que reducirán
pérdidas en uno u otro caso. La lucha o la huida quemarán las energías y si todo salió bien, el cuerpo
se recuperará con normalidad de este esfuerzo.
Incluso, esto puede llegar a suceder tan lentamente que casi no nos damos cuenta, o lo
consideremos normal. Pueden notarse los siguientes efectos:
• Tics nerviosos.
33
• Falta de concentración.
• Pesimismo.
• Sensación de fracaso
Llega un momento en que el cuerpo no puede continuar el esfuerzo y las energías se acaban, el
equilibrio interno después de estar amenazado largo tiempo se rompe, el sistema inmune se ve
afectado, la capacidad de resistir a los agentes patógenos de cualquier tipo disminuye y la
enfermedad aparece.
En conclusión, los episodios de estrés que duran poco o son infrecuentes representan poco
riesgo. Pero cuando las situaciones estresantes continúan no resueltas, se queda el cuerpo en un
estado constante de activación, lo que aumenta la tasa del desgaste a los sistemas biológicos. En
última instancia, resulta la fatiga o el daño, y la habilidad del cuerpo de arreglarse y defenderse se
puede comprometer seriamente.
Existen diferentes tipos de factores que afectan al sujeto, haciéndolo más vulnerable al
estrés, ellos son:
Los sucesos vitales son definidos como experiencias objetivas que alteran o amenazan con
alterar las actividades usuales del individuo causando un reajuste sustancial en la conducta del
mismo (Sandín y Chorot).
Esto se da cuando se producen situaciones estresantes como resultado de la aparición de
cambios importantes como tener un hijo, perder el empleo, etc. Estos acontecimientos exigen al
sujeto un esfuerzo de adaptación intenso, que conlleva respuestas de estrés.
34
Lazarus y Folkman (1984) consideran que los acontecimientos estresantes diarios producen
más respuestas de estrés y efectos negativos, psicológicos y biológicos más importantes de lo que
puedan generar acontecimientos extraordinarios y poco frecuentes. Son sucesos más frecuentes,
de ocurrencia diaria o casi diaria y más próximos temporalmente al individuo. Pertenecen a este
tipo de sucesos las disputas familiares, los atascos de tráfico, los problemas económicos, etc.
Sostienen estos autores que tanto el estrés menor como las satisfacciones que caracterizan
la vida cotidiana poseen mayor significado para la salud que los sucesos mayores o vitales.
Son situaciones capaces de generar estrés que se mantienen durante largos periodos de
tiempo, como una enfermedad prolongada, una mala relación con la pareja durante varios años,
mala situación económica, etc.
El tipo de profesión, las aficiones, la frecuencia de contactos sociales, etc. van a determinar
en gran medida las demandas a que las personas se verán sometidas, facilitando en mayor o
menor grado las situaciones de estrés.
3. ESTRÉS LABORAL
Se refiere a la cantidad de estrés necesario que produce el estado de alerta esencial para
obtener un rendimiento físico y mental que le permita a los sujetos ser productivos y creativos en
su ambiente de trabajo.
Este estrés es muy útil en nuestra vida, debido a que va ligado al instinto de supervivencia, al
deseo de trabajar, al espíritu de lucha, por lo tanto, la persona con estrés positivo se caracteriza
por ser creativo y motivado.
No todas las personas reaccionan de la misma forma: así, por ejemplo, si la exigencia es
adecuada a la capacidad, conocimiento y estado de salud de la persona, el estrés tenderá a disminuir
y podrá presentar signos positivos, estimulantes, que le permiten al sujeto hacer progresos en el
ámbito de trabajo, mayor proyección en el mismo con gratificación personal, espiritual y material.
El estrés puede influir negativamente sobre la salud del individuo por varias vías, como son:
a) Los cambios de hábitos relacionados con la salud, debido a que el estrés modifica estos
hábitos, de manera que con la falta de tiempo, la velocidad, la tensión, etc., aumentan las
conductas no saludables, tales como fumar, beber, o comer en exceso, y por consiguiente, se
reducen las conductas saludables, como hacer ejercicio físico, hacer una dieta, dormir y descansar
suficientemente, etc. Estos cambios de hábitos pueden afectar negativamente la salud.
etc.; a su vez, el estrés puede producir cambios en otros sistemas, en especial puede causar una
inmunodepresión que hace aumentar el riesgo de infecciones (como la gripe) y puede aumentar la
probabilidad de desarrollar enfermedades inmunológicas
c) Los cambios cognitivos que pueden afectar la conducta, las emociones y la salud. El
estrés puede desbordar al individuo de manera que comience a desarrollar un trastornos de
ansiedad, como ataques de pánico, o crisis de angustia, que son fuertes reacciones de ansiedad,
que el individuo no puede controlar. Por lo general una crisis de ansiedad coincide con un periodo
de mucho estrés que se ha prolongado un cierto tiempo.
a. A nivel cognitivo-subjetivo:
preocupación,
temor,
inseguridad,
dificultad para decidir,
miedo,
pensamientos negativos sobre uno mismo,
temor a la pérdida del control,
dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse, etc.
38
b. A nivel fisiológico:
sudoración,
agotamiento físico y falta de rendimiento
tensión muscular,
palpitaciones,
taquicardia,
temblor,
molestias en el estómago,
dificultades respiratorias,
sequedad de boca,
dolores de cabeza,
mareos,
náuseas, etc.
El estrés, además de producir ansiedad, puede producir enfado o ira, irritabilidad, tristeza-
depresión, y otras reacciones emocionales, que también podemos reconocer.
5. FACTORES ESTRESORES:
Utilizamos la palabra estresor cuando hablamos del estímulo o situación que provoca una
respuesta de estrés en el individuo. Dichos factores hacen referencia a todo tipo de exigencias y
características del trabajo y de su organización, que pueden ser factores desencadenantes de
estrés.
Podemos diferenciar factores estresores individuales, relacionados con el trabajo, con la
familia, pero es conveniente recordar la interrelación entre todos ellos.
39
• Dependencia: Las personas poco autónomas toleran mejor un estilo de mando autoritario y
un ambiente laboral muy normalizado y burocratizado. Sin embargo, tienen más problemas en
situaciones que implican tomar decisiones o cualquier tipo de incertidumbre y ambigüedad que las
personas más independientes.
• Ansiedad: Las personas nerviosas experimentan mayor nivel de conflicto que las no
ansiosas.
• Rigidez: Las personas rígidas presentan un mayor nivel de conflicto que las personas
flexibles, debido a su imposibilidad de adaptase con facilidad.
• La mala condición física y los malos hábitos de salud: Pueden disminuir de alguna manera
la capacidad de enfrentarse de manera adecuada a los problemas de trabajo.
• Los valores: La adhesión al principio de autoridad, importancia del trabajo o del status.
Debemos tener en cuenta que las características de las personas antes mencionadas no
tienen un carácter estático y reactivo con respecto a las demandas del entorno, sino que las
expectativas, deseos y necesidades de la persona tienen un efecto dinámico y activo en la relación
con el entorno laboral y, en último término en la generación del estrés.
• Estimulación lenta y monótona: El volumen de trabajo está muy por debajo del necesario
para mantener un mínimo nivel de activación en el trabajador. Es el estrés por subestimulación. Se
produce por la falta de estímulo normal y fisiológico de los sentidos y del pensamiento. Se
presenta, por ejemplo, en el trabajo rutinario y automatizado que no permite la creatividad y el
pensamiento independiente. Genera distracción, falta de atención y aumento de los accidentes de
trabajo.
• Conflicto de rol: El conflicto de roles puede ser objetivo o subjetivo. Será un conflicto de rol
objetivo cuando existen dos o más personas dando órdenes contradictorias. En cambio, un
conflicto de rol subjetivo se produce como resultado de la contradicción entre las órdenes
formales que recibe el individuo y los propios valores y metas del sujeto. Estas situaciones
disminuyen la creatividad de los individuos sometidos al conflicto, ya que el temor a fallar provoca
un desempeño laboral menos satisfactorio.
Tecnología: Será de alto valor estresante la disponibilidad con que la organización dota a
sus empleados de los elementos necesarios para su acción, como así también la capacitación para
el uso de la tecnología respectiva. Los recursos deben ser acordes con los requerimientos y
exigencias laborales.
• Estilos gerenciales: Pueden estar determinados por estructuras rígidas e impersonales, por
una supervisión o información inadecuada, por la imposibilidad de participar en las decisiones
viéndose restringida la iniciativa de los trabajadores.
• Cambios en la organización: Que supongan por parte del trabajador un gran esfuerzo
adaptativo que no es facilitado por la empresa.
• Ambiente laboral inadecuado: Problemática derivada del ambiente físico del trabajo, que
molesta, dificulta o impide la correcta ejecución de las demandas del trabajo y que en algunos
momentos puede provocar por su peligrosidad, una amenaza para el individuo. Aquí encontramos:
Falta de luz o luz muy brillante;
Ruido excesivo o intermitente;
Vibraciones;
Aire contaminado;
Alta o baja temperatura;
Estos factores requieren una doble adaptación, tanto física como psicológica.
Conviene señalar que junto a estos dos factores estresores (individuales y organizacionales)
encontramos un tercer tipo vinculado a la relación trabajo / familia que consiste en la necesidad
de conseguir un equilibrio entre la vida de trabajo y la vida familiar.
Aparecen los síntomas de estrés cuando resulta incompatible el desempeño del rol laboral y el
rol familiar. La sobrecarga de rol supone la acumulación de demandas laborales y familiares,
resultando en su conjunto excesivas para la persona dados los recursos con los que este dispone.
43
Es indudable que los problemas o estresores organizacionales, es decir, los que se presentan
dentro del ámbito laboral, inciden en la vida personal del sujeto, provocando dificultades
hogareñas, que al aumentar se potencian luego, generando un estrés posterior que se lleva
nuevamente al ámbito laboral y genera dificultades en el rendimiento laboral, produciéndose así
un círculo vicioso de realimentación mutua.
44
Los trastornos del burnout van más allá del ámbito profesional y suelen interferir
negativamente en la vida familiar y social, además de presentar repercusiones adversas en la
institución donde trabaja el docente, como conflictos con los compañeros, retrasos, bajas
laborales, mala calidad en las actividades que desempeña, etc.
Además de las repercusiones sociales y organizacionales que se derivan del burnout, también
se producen consecuencias a nivel individual, ya que al igual que en otras profesiones
asistenciales, la docencia manifiesta cansancio emocional y físico, tensión, disminución de la
autorrealización y pérdida de la autoestima, de los ideales en el trabajo y de la confianza en los
compañeros, problemas para conciliar el sueño, aumento de la susceptibilidad al enfermar, malos
hábitos alimentarios, dolores de cabeza, problemas familiares y de pareja, consumo de café,
alcohol, drogas, fármacos etc.(Gil-Monte, 2005).
Es importante destacar que el burnout en docentes se ha transformado en un problema de
gran relevancia social, y la presencia del síndrome puede disminuir la eficacia del trabajo y la
motivación hacia el mismo con lo que empeoran las relaciones con el alumnado, la condición de la
enseñanza y de forma indirecta el reconocimiento social de la profesión docente.
El desgaste del docente afecta también a los demás compañeros de trabajo, a los estudiantes
y al sistema de enseñanza en general. Un reflejo de estos efectos podría ser el índice de
absentismo de esta profesión y su asociación con quejas de estrés y burnout. Aun así, no son los
docentes que abandonan la profesión los que originan mayores repercusiones en la organización
escolar, sino los que permanecen en sus puestos desgastados profesionalmente, de forma que el
estado psicológico de los docentes pueda repercutir en el de los alumnos.
Las investigaciones realizadas sobre el síndrome de burnout en docentes han señalado algunos
factores relacionados con su aparición, los cuales pueden agruparse en variables organizacionales
y propias del trabajo, sociodemográficas y de personalidad (Moriana & Herruzo, 2004).
Así, la puesta en marcha de la reforma educativa genera una nueva demanda docente, que
requiere, aún en condiciones de estabilidad y de crecimiento de la economía, un proceso
de mediano y largo plazo para la adecuación de la oferta. Para lograr un nuevo perfil docente es
preciso una profunda transformación en la formación de los nuevos docentes, capacitar a
aquellos que están ejerciendo para que incorporen los nuevos contenidos, estilos y recursos
pedagógicos, y además, ofrecer retribuciones salariales que tornen atractiva esta profesión.
El impacto inmediato de la transformación educativa sobre el mercado de trabajo docente se
tradujo en un aumento de la demanda, ya que la extensión de la obligatoriedad implicó un
incremento de la matrícula y generó nuevos puestos de trabajo.
Además, es importante tener en cuenta que el aumento del acceso a la enseñanza responde,
también, a una mayor demanda social de educación, debido a los nuevos requerimientos de
calificaciones que impone el mercado de trabajo en la actualidad.
La economía actual que exige mayor competitividad para operar en un escenario
de globalización financiera y comercial, ha transformado la estructura de la demanda laboral en
general, agudizando un proceso de devaluación de las credenciales educativas,
requiriéndose más años de escolarización para acceder a un empleo, aún para aquellos puestos
de trabajo que no precisan de mayores destrezas o habilidades. Si bien existen investigaciones
que muestran que completar el nivel medio no "garantizaría" la movilidad social ascendente, para
los estratos sociales bajos y medios el incrementar el capital educativo (número de años de
estudio y calidad de la educación) es el principal recurso para mejorar su inserción laboral y
social futuras.
Existen en la Argentina, 40.000 establecimientos educativos de los niveles Inicial, Educación
General Básica o Primario, Polimodal o Medio y Superior no universitario a los que
concurren 10.000.000 de alumnos atendidos por docentes que ocupan 750.000 cargos.
Entre 1994 y 1999 el crecimiento del empleo docente en todos los niveles educativos
acompañó el incremento de la matrícula de modo tal que mientras el total de alumnos de
educación común aumentó un 12%, el número de cargos docentes se incrementó un 11%. (Esto
no incluye a los docentes que ejercen en las universidades, debido a que se considera que estos
requieren un tratamiento específico ya que en la mayoría de los casos, en Argentina, ese trabajo
no constituye el empleo principal)
Este crecimiento fue diferente en cada nivel de enseñanza y se produjo con mayor intensidad
en los niveles inicial y medio, en los que tanto los alumnos como los cargos docentes se
incrementaron significativamente.
48
La elección de una carrera profesional responde a múltiples razones, muchas de ellas ligadas a
preferencias personales y vocacionales, otras relacionadas con la inversión en años de estudios
que involucran, con las características del campo profesional que puede presentar facilidades o
dificultades de inserción y desarrollo, con las expectativas de obtener retribuciones monetarias
satisfactorias que permitan una movilidad social futura, etc. Los diferentes factores interactúan en
el momento de la elección y permanencia en determinada carrera y en la decisión de continuar en
el campo profesional elegido.
En Argentina, durante la carrera docente existen tres fuentes de aumentos en las
remuneraciones: la antigüedad, los adicionales y los ascensos dentro del escalafón, en nuestro
país la cantidad de años que deben transcurrir para aspirar al máximo salario, dentro de un mismo
cargo, es de 22 años. Un docente por el sólo hecho de permanecer empleado en el sistema
educativo ve incrementar su salario al cabo de 22 años en un 120% aproximadamente.
Los adicionales que se agregan al salario básico, además de la antigüedad, son por
reconocimiento de cargos de mayor responsabilidad, por situación desfavorable, por zona
inhóspita, por trabajo extra, etc.
Así, la docencia es una carrera regida por un sistema de retribuciones donde la variable más
importante en la determinación de los incrementos de salarios es la antigüedad. Este factor
también es el que tiene más peso dentro de los concursos para acceder a cargos de mayor nivel
jerárquico. Como resultado de los puntajes asignados a los diferentes antecedentes docentes, la
antigüedad resulta ser el más valioso o de mayor peso.
Mientras que en otras actividades económicas los mecanismos de promoción establecidos en
los convenios colectivos de trabajo son múltiples y se asciende de categoría en base a capacitación
probada y a resultados, en la docencia se privilegian los antecedentes de tipo administrativo o
burocrático por sobre los de formación profesional.
Las retribuciones monetarias que reciben los docentes de los distintos niveles y jurisdicciones
del país son muy heterogéneas, teniendo en cuenta que son los gobiernos provinciales y el de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires los que fijan los salarios para los docentes del nivel inicial,
primario, medio y superior no universitario.
En relación a la profesión docente y las otras profesiones, la comparación de la retribución
salarial que ofrece el ejercicio y desarrollo de la carrera docente con la que perciben otras
profesiones, permite responder a la pregunta sobre si la profesión docente resulta atractiva,
desde el punto de vista monetario, para los jóvenes que tienen que elegir su futuro profesional.
Un estudio realizado por CEPAL muestra que la remuneración que perciben los docentes en
América Latina es entre 25% y 40% inferior a la de los demás profesionales y técnicos asalariados y
49
que, en cambio, en los países desarrollados la diferencia entre ambos grupos profesionales es
menor.
Esta carrera, desde el punto de vista salarial, presenta desventajas respecto a otras carreras
profesionales y un análisis de la evolución de la remuneración a lo largo de la trayectoria
profesional docente refuerza esta situación desventajosa. Al inicio de la carrera laboral los
docentes perciben salarios más altos que los trabajadores no docentes con similar nivel educativo
y es más sencilla su inmediata inserción laboral, teniendo asegurado un puesto de trabajo. Sin
embargo, a partir de los 10 años de experiencia esta situación se revierte en beneficio de los otros
trabajadores (con similares años de estudio y similares años de ejercicio de la profesión), de
manera tal que, a medida que acumulan experiencia los profesionales no docentes perciben
salarios superiores a los de los docentes, brecha que se amplía con los años de experiencia. Se
llega de esta manera a la paradójica conclusión que a medida que los docentes incrementan su
antigüedad y su experiencia reciben un salario proporcionalmente menor que los profesionales no
docentes, con similares años de antigüedad.
3. EL MALESTAR DOCENTE
El malestar docente se refiere a una situación problemática que se vive en las escuelas y
colegios, que afecta profundamente la actividad educativa de las mismas, y determina en gran
medida las condiciones laborales adversas en las que desempeñan diariamente su labor
profesional cientos de miles de docentes. Los rasgos más llamativos de esta problemática podrían
ser la violencia en las escuelas, la carencia de docentes, el incremento del absentismo laboral y las
enfermedades en las escuelas, entre otras. Aunque otros rasgos, incluso más profundos y críticos,
permanecen ocultos, pero no por ello resultan menos importantes (creciente complejidad de las
tareas docentes, los conflictos interpersonales en la escuela, las exigencias cada vez mayores que
caen sobre las espaldas de los trabajadores, la falta de apoyo social hacia la escuela, el
desprestigio social de la profesión y de sus profesionales, etc.).
En conclusión, el malestar docente se refiere a una actitud de hastío, incomodidad y
descontento generalizado entre los docentes como consecuencia de los factores que conforman la
conflictiva situación actual de la enseñanza.
Por otro lado, las deficiencias que rodean la dotación de recursos humanos (los docentes)
tienen una alta incidencia en el malestar docente. Uno de los problemas más importantes en la
enseñanza es la distancia entre el lugar de trabajo y el lugar de residencia, el desplazamiento del
domicilio familiar o la separación familiar son situaciones que perjudican tanto a la educación
como a la persona que las sufre, y aunque muchas de ellas son transitorias, con frecuencia dejan
huellas, ya que en muchos casos, son sufridas por los docentes en sus primeros años de ejercicio
profesional. Por otro lado, está el desagrado del docente con respecto a la escuela de destino y
que diversas razones económicas, laborales o administrativas no le permiten cambiarlo; si a un
docente no le gusta el centro educativo donde trabaja, parece obvio que las consecuencias tanto
para el centro como para el docente serán negativas. Otra problemática es la sustitución
(suplencia) de los profesores que causan baja en un centro educativo, por enfermedad u otras
causas, esto suele ser difícil y supone una complicación en el trabajo de los demás docentes, y en
general en todo el centro educativo.
Natale estudia las razones por la que los docentes abandonan la profesión; la falta de un
apoyo administrativo adecuado (incompetencia y falta de colaboración de los administradores) es
la causa principal de desgaste y el peor obstáculo para un buen rendimiento en la enseñanza,
añadiéndose también, las insuficiencias en la toma de decisiones, el empeoramiento de las
condiciones sociales y los bajos salarios como otras razones importantes. En resumen, menos
candidatos y más abandonos no pueden sino llevar a un deterioro individual de los profesionales y
un deterioro general de la profesión.
d. La violencia en la escuela: Los medios de comunicación social informan cada vez con más
frecuencia de situaciones de violencia vividas en la institución escolar: agresiones entre alumnos
(peleas, violaciones, etc.), entre profesores y alumnos (agresiones físicas o sexuales, molestias,
amenazas, bromas pesadas, etc.), entre padres y profesores (agresiones, amenazas, querellas
judiciales, etc.), sobre las instalaciones escolares (robos, desmanes, vandalismo, etc.), sobre las
propiedades de los profesores (coche, casa, etc.). Y los docentes son el blanco preferido de esta
violencia que los amedrenta y desanima.
Posiblemente, la violencia en la escuela no es más que un reflejo de la violencia de la sociedad
existente en la calle, pero su manifestación en la escuela constituye una fuente muy importante de
preocupación para los docentes, que no sólo han perdido y se encuentran desprovistos de su
autoridad como docentes dentro de su aula, sino que además son potenciales blancos de sus
violentos alumnos en el interior o fuera de la escuela. El nivel de violencia actual es bastante ajeno
a lo que ha sido nuestra cultura escolar hasta la fecha, y por tanto, un importante elemento
favorecedor y contribuidor al malestar en la enseñanza, sobre todo porque muchos profesores
perciben que no reciben un apoyo adecuado de las autoridades académicas para protegerlos de la
violencia.
Por otro lado, las contradicciones entre la sociedad y el sistema educativo, es otra de las
componentes esenciales que hacen a la escuela un sistema inercial, una de cuyas principales
manifestaciones es el desfase en la evolución de ambos sistemas. Refiriéndonos a nuestro país
algunas de las contradicciones que se viven de una manera muy intensa podrían ser las siguientes:
La diversidad de necesidades e intereses de los alumnos dentro de un grupo heterogéneo
de clase constituye uno de los dilemas más frecuentemente planteados por los docentes como
insolubles.
La creciente burocratización, que parece inevitable por la naturaleza de la administración
política de la educación, conduce a la rigidez del sistema, y se percibe por los docentes como
opuesta.
La inadecuada interpretación de la participación de los padres en la gestión del sistema
educativo.
Un sistema disciplinario de alumnos, que no permite a los docentes un control práctico y
real de los casos problemáticos y conflictivos en las escuelas. La sensación de desánimo e
indefensión de los docentes en este asunto es casi universal, especialmente en los niveles
secundarios, porque además, los docentes se encuentran expuestos a sufrir la violencia de sus
alumnos.
54
f. La imagen del profesor: Entendemos por imagen del docente un conjunto de rasgos
destacados, prototípicos y estereotipados, que tiene la opinión pública sobre la profesión docente
y sobre los profesionales que la desempeñan. Aunque hace años la imagen social del profesor
venía determinada, principalmente, por la huella dejada en cada persona por los propios docentes
o en el contacto personal con los docentes de los hijos, hoy en día, los medios de comunicación
social juegan un papel esencial y determinante en la formación de la opinión pública sobre
cualquier tema, y evidentemente, no puede ser menos la imagen de la profesión docente.
El poder de penetración de los medios de comunicación social contribuye a construir una
imagen del docente en los lectores, oyentes o televidentes, pero al mismo tiempo, el contenido y
el tratamiento dado al tema en los medios, constituye un indicador actualizado de cuál es la
imagen del docente y de la enseñanza en la opinión pública.
Por otro lado, la imagen que trasmiten los medios resulta invariablemente
sobredramatizada: supone la exageración de algunos rasgos, y en cambio, se olvidan o minimizan
otros.
Esteve (1987) sugiere que la imagen pública del profesor tiene dos rasgos principales: uno de
ellos idealizado, presenta la docencia como una profesión idílica, en tanto, que el otro rasgo es
más crudamente realista, resaltando la importancia de los conflictos en la enseñanza. La visión
idílica destaca, sobre todo, el aspecto atractivo de la profesión: el profesor amigo que convive con
los estudiantes, ayudándoles y aconsejándoles, con grandes cualidades personales de sacrificio y
entrega, trabajo que, curiosamente, desarrolla en escenarios fuera del aula que es donde pasa la
mayor parte de sus horas. Esta visión resulta idealizada porque falla en captar que toda la
actividad del profesor va encaminada a la preparación de la interacción didáctica, de modo que el
trabajo principal del profesor tiene lugar en el aula de clase, y todo lo demás es consecuencia de
este aspecto esencial. Esta visión idealizada es cultivada sobre todo por la literatura y el cine.
Por el contrario, las noticias diarias de la prensa reflejan un aspecto más realista y descarnado
de la profesión, caracterizado por el conflicto. No sólo las noticias sobre la violencia en las
escuelas, que desgraciadamente son cada vez más abundantes, sino también las noticias de tipo
55
g. La falta de apoyo social: El ser humano necesita sentirse apoyado en sus actividades,
especialmente en aquellas que implican un contacto con otras personas, por una cuestión de
autoafirmación y desarrollo personal en la tarea y de búsqueda de seguridad y confirmación en las
metas propuestas. El docente necesita sentir diariamente este apoyo, además, porque la
educación es una tarea colectiva y se justifica por el mandato social que la sociedad deposita en la
escuela y en los docentes.
El concepto de apoyo social se refiere al apoyo y respaldo que percibe el individuo
proveniente del contexto que lo rodea: la escuela y los docentes; este contexto social no se refiere
únicamente a la sociedad, como grupo genérico o despersonalizado, sino, en general, a todo el
entorno social que rodea la actividad escolar y a los docentes.
En algunos casos el apoyo social es personalizado, es decir, vehiculado por personas físicas
que se relacionan de manera directa con el docente, desde la propia pareja, los hijos, los amigos,
los familiares, los compañeros docentes, los alumnos, los superiores (director, jefe de estudios,
inspector) etc. Otro nivel especialmente relevante del apoyo social es el que dan algunos grupos
56
próximos y con contacto habitual con el docente, como el grupo de profesionales general de la
escuela y el grupo de padres de los alumnos. Por último, en un nivel más externo está la
percepción del apoyo que proviene de los grandes grupos sociales o institucionales, cuya relación
con cada docente es indirecta y mediatizada por las decisiones o posiciones educativas que
sostienen; entre estos grupos sociales podríamos citar desde la asociación de padres de la escuela
hasta las autoridades educativas (ministerio de educación, dirección general de escuelas,
gobierno), pasando por la opinión pública, los sindicatos o las asociaciones profesionales, los
medios de comunicación, etc.
Como ya se ha resaltado en párrafos precedentes, las grandes transformaciones
experimentadas por la sociedad tales como el cambio en el papel de instituciones sociales que
desempeñan también una función educadora y/o socializadora (familia, barrio, grupos sociales), la
poderosa irrupción de los medios de comunicación en materia de transmisión de conocimientos y
la crisis de valores en la sociedad postmoderna, constituyen por sí mismos factores de
transformación tan enormes que han afectado profundamente al apoyo que la sociedad prestan a
la institución educativa. La acción implacable de esos factores tiene efectos bien evidentes: la
creciente presión de los padres sobre los docentes, que se sienten injustamente juzgados por los
padres, y por los alumnos, y en consecuencia, sin apoyo de ambos; la devaluación del trabajo de
los docentes, frente a otros competidores sociales, lleva aparejado el deterioro de los salarios (los
docentes cobran menos que otros profesionales de su mismo nivel) y la correspondiente
percepción de desamparo. En suma, el elevado estatus social del que los docentes gozaban hace
años, tanto por su nivel cultural como por su posición social, ha quedado drásticamente
disminuido en la sociedad actual, percibiéndose este hecho como una falta de apoyo desde todas
las diversas instancias sociales citadas al inicio. Esta falta de apoyo y reconocimiento, influye
considerablemente y ocasiona repercusión directa y perjudicial sobre los profesionales docentes,
transformándose en un gran facilitador de estrés y burnout en la enseñanza.
tareas, etc. La teoría de las organizaciones demuestra que las características organizativas influyen
directamente en la consecución de sus fines y en el nivel general de satisfacción de sus
profesionales.
En una burocracia profesionalizada como es la escuela, la coordinación se basa más en el nivel
de capacidades similares compartido por sus profesionales que en el poder de las normas y de la
línea jerárquica de la organización, de modo que los docentes gozan en las escuelas de una
relativa autonomía e independencia en sus áreas de competencia, conformando estructuras
donde el poder está más ampliamente compartido, y como consecuencia, sus directivos tienen un
papel menos predominante y jerárquico en la organización.
Esta mayor autonomía relativa y poder compartido que caracterizan las burocracias
profesionalizadas como la escuela, aunque son positivos para el trabajo, tienen el inconveniente
que la definición de los roles profesionales no suele ser muy precisa, dejando bajo la competencia
del profesional la iniciativa e improvisación del desempeño de los distintos papeles que le exige la
organización; esta falta de definición en los roles laborales conduce a los conflictos de roles
(necesidad de desempeñar roles contrapuestos entre sí) y a la ambigüedad de rol (roles definidos
mal o insuficientemente), que como ya hemos mencionado con anterioridad son una fuente
importante de estrés y burnout.
Una consecuencia del aumento de tamaño y complejidad de la institución educativa es que se
necesita incrementar los niveles de control desde otras instancias de la organización, lo cual
genera más trabajo y papeleo complementario, que se percibe como incompatible y perjudicial
para los fines de la organización y para la autonomía de los profesionales en la escuela.
los alumnos o las propias tareas) constituye una innovación inaceptable para el sistema. En
general, por su propia naturaleza, la burocracia es reacia a los cambios y se comporta frente a ellos
con rigidez y falta de flexibilidad, tendiendo a mantener la inercia de los procedimientos
establecidos, tratando casos diferentes con las mismas rutinas anteriores e inapropiadas,
ignorando los cambios. Esta resistencia a los cambios e innovaciones, en cuanto que suponen un
conflicto entre lo nuevo y lo viejo, es una fuente importante de malestar, estrés y burnout en las
escuelas.
i. Salud de los docentes y absentismo: Uno de los indicadores principales que ponen de
manifiesto la dureza de la profesión docente es el absentismo en el trabajo por bajas oficiales de
enfermedad. Las causas más comunes de los cambios de función en docentes son las bajas
traumatológicas, las de otorrino y las psiquiátricas, siendo los diagnósticos más frecuentes dentro
de ellas los esguinces, hiatos, estrés laboral y depresiones.
Además de las bajas oficiales, se presenta cada vez más y con mayor frecuencia absentismos
por enfermedades y patologías cortas, que son simplemente la manifestación de las
consecuencias y el desgaste continuo que el estrés y el burnout realizan sobre los profesores.
En suma, las bajas oficiales por enfermedades de los docentes y las bajas de tipo psiquiátrico,
así como las ausencias cortas, son un indicador definitivo de la creciente dureza, tensión, hastío y
descontento en la enseñanza, que es el comienzo donde surgen las patologías de estrés y burnout.
59
1. AFRONTAMIENTO
Las habilidades de afrontamiento son características que nos permiten manejar las
dificultades y cumplen un importante papel en la manera en la que se identifican e intentan
resolver los problemas. Estas habilidades tienen influencia sobre el estrés percibido y sobre cómo
es manejado el mismo.
Es un hecho claro en la investigación sobre el estrés que los estresores no afectan por igual ni
a todas las personas ni a todos los grupos. Un mismo tipo de suceso vital puede generar niveles
elevados de estrés e importantes perturbaciones de la salud en unas personas pero no en otras.
Los efectos del estrés dependen de: (1) la percepción del estresor, (2) la capacidad del individuo
para controlar la situación, (3) la preparación del individuo por la sociedad para afrontar los
problemas y (4) de la influencia de los patrones de conducta aprobados por la sociedad. Las
personas no sólo pueden percibir de forma diferente las amenazas de las situaciones estresantes,
sino que también emplean diferentes habilidades, capacidades y recursos, tanto personales como
sociales (familia, amigos, etc.), para hacer frente a las condiciones potencialmente estresantes.
El sujeto puede hacer uso de sus recursos personales y sociales para afrontar el estrés. El tipo
de afrontamiento que use dependerá, entre otras cosas, de las características de la situación
estresora y de la valoración cognitiva que el sujeto haga de la misma.
60
A partir de esta distinción en tres tipos de afrontamiento, Carver y col. (1989) asocian quince
Técnicas de Afrontamiento:
61
A continuación se detalla cada uno de los quince modos de afrontamiento propuestos por
Carver y col.(1989).
a) Afrontamiento Activo: Se refiere a las acciones directas llevadas a cabo por el sujeto para
alterar la situación e intentar cambiarla. Dicho de otro modo, es un proceso activo de
afrontamiento, lo cual implica un incremento del esfuerzo propio a fin de remover el estresor o
mejorar sus efectos. Esta técnica es similar al núcleo de lo que Lazarus y Folkman (1984, en Carver
y col, 1989) llaman afrontamiento centrado en el problema.
c) Búsqueda de Apoyo Social: Las personas pueden buscar apoyo social por dos medios:
instrumental y emocional. Ambos son conceptualmente distintos, aunque, generalmente, se
utilizan conjuntamente.
e) Búsqueda de Apoyo Social Emocional: Engloba las acciones emprendidas por el sujeto
para buscar en otras personas razones emocionales paliativas del estrés (el cariño, la simpatía y la
comprensión). Se trata de buscar apoyo afectivo, empatía y comprensión; y es un afrontamiento
centrado en la emoción.
evite otras actividades o pensamientos que lo distraigan. Significa dejar de lado otros proyectos,
evitando la distracción, y sobrellevando la situación estresante.
g) Religión: Se refiere a actividades pasivas, como rezar o centrarse en la religión, las cuales
permiten al sujeto aceptar el acontecimiento estresante. La religión puede servir como una fuente
de apoyo emocional, como vehículo para una reinterpretación positiva y como una técnica de
afrontamiento activo.
l) Negación: El sujeto niega y evita el afrontamiento activo del suceso estresante y actúa
“como si nada sucediera. A menudo se sugiere que la negación es útil para minimizar el estrés y
facilitar el afrontamiento, sin embargo se puede argumentar que la negación crea problemas
adicionales, a menos que el estresor pueda ser realmente ignorado. Carver y col. (1989) plantean
que negar la realidad de los eventos hace que el evento se convierta en más serio y que el
afrontamiento se haga más difícil de lo habitual.
m) Desconexión:
o) Humor: Alude al empleo del humor como estrategia distractora y distanciadora que ayuda
a desdramatizar la situación.
2. HABILIDADES SOCIALES
64
Podemos definir a las habilidades sociales como aquellas conductas aprendidas que ponen
en juego las personas en situaciones interpersonales para obtener o mantener reforzamiento del
ambiente.
Por lo tanto, podríamos decir que las habilidades sociales son parte de la formación del
individuo desde su nacimiento hasta su muerte, se construyen desde el hogar e influye la escuela y
la sociedad toda. Las habilidades sociales son herramientas que sirven en la vida cotidiana para
relacionarse adecuadamente con los demás y para hacer frente a las situaciones estresantes que
puedan presentarse. Según Caballo, la habilidad social debe considerarse dentro de un marco
cultural particular, y los patrones de comunicación varían entre culturas y dentro de una misma
cultura, y se espera que la conducta socialmente habilidosa produzca un reforzamiento positivo.
De un modo más sencillo, se podría decir que el término “habilidades” hace referencia a un
conjunto de capacidades de actuación aprendidas y el término “sociales” las enmarca en un
contexto interpersonal. Por otro lado, estas conductas son aprendidas, no son innatas y varían a lo
largo del tiempo. Todas estas conductas que nosotros realizamos inconscientemente, están
compuestas por multitud de pequeños pasos, cada uno de los cuales requiere de capacidades
específicas. La conducta social adecuada es parcialmente dependiente del contexto cambiante y
debe considerarse dentro de un marco cultural determinado.
“La conducta socialmente habilidosa es ese conjunto de conductas emitidas por un individuo
en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o
derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los
demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras
minimiza la probabilidad de futuros problemas:”
Según la OMS las habilidades sociales, son “aquellas aptitudes necesarias para tener un
comportamiento adecuado y positivo, que nos permiten enfrentar eficazmente las exigencias y
retos de la vida diaria”.
A continuación se describirán brevemente las diez habilidades sociales que son
indispensables para que los sujetos adquieran la capacidad de hacer frente al estrés y elegir
estilos de vida saludables según la OMS (Mantilla, 1993):
65
3. PROMOCION Y PREVENCIÓN
Ya hemos mencionado con anterioridad que el estrés laboral y el síndrome de Burnout son
patologías que conllevan diversas consecuencias y que esto se traducen en pérdidas y costes
elevados tanto para el individuo (consecuencias perjudiciales para su salud), como para la
organización (absentismo, rotación, bajo rendimiento, etc.) y para la sociedad en general donde
están insertas. Por este motivo, prevenir, minimizar, reducir o eliminar el estrés es interés común
de trabajadores y organizaciones.
Además de las estrategias de afrontamiento y las diferentes habilidades sociales de las que
hablamos anteriormente que la propia persona desarrolla para eliminar o mitigar el estrés, existen
formas sistemáticas y planificadas de intervención sobre el estrés que actúan sobre la prevención
o el tratamiento del mismo.
En este apartado se intentara realizar un abordaje preventivo integral, que abarque
estrategias terapéuticas que incidan sobre las variables personales facilitadoras del estrés laboral y
del síndrome de burnout y también se incorporaran estrategias organizacionales que refuercen y
faciliten la prevención de dichas patologías laborales.
Por otro lado, los conceptos de estrés y burnout están muy relacionados, y aunque en los
capítulos anteriores se han intentado delimitar conceptualmente, a la hora de hablar de
prevención y tratamiento, puesto que muchas de las consecuencias de ambos son ampliamente
compartidas, las diferencias conceptuales entre ambos resultan irrelevantes; por lo tanto la
mayoría de las consideraciones que se realicen son aplicables con generalidad a ambos. (Mío)
del ejercicio físico sobre el estrés es como una estrategia de afrontamiento o como inoculador de
estrés. El tipo de ejercicio más favorable contra el estrés es el de tipo aeróbico (natación, bicicleta,
correr, etc.) y, en general, practicado de forma regular y continuada (3-4 veces semanales en
sesiones de una hora).
b. Técnicas de relajación: Las técnicas de relajación son quizá las más extendidas, aplicadas,
e incluso, conocidas contra el estrés. Aunque existen diversas variantes, la más común consiste en
ejecutar ejercicios de tensión-relajación de músculos, con el fin que la persona identifique el
estado de tensión y pueda proceder a su relajación; la relajación muscular induce la relajación
mental. Incluso la hipnosis se ha utilizado como medio de autorelajación y para enfocar el
pensamiento lejos de las preocupaciones profesionales (Bamford, Grange & Jones, 1990).
Para facilitar este último objetivo, habitualmente las técnicas de relajación van acompañadas
de técnicas de respiración abdominal y de concentración mental o meditación, muchas de las
cuales beben en las fuentes de la filosofía oriental (yoga, meditación trascendental, etc.) en
ambientes propicios para la relajación (posturas cómodas, ambiente semioscuro, sin distracciones,
etc.).
e. Técnica de detención del pensamiento (Wolpe, 1969): Dicha técnica sirve para controlar
los procesos de pensamiento y son especialmente adecuadas en los casos en que la experiencia de
estrés supone cadenas de pensamientos obsesivos o irracionales, que son autoderrotantes, es
decir, no sólo no contribuyen a ninguna solución, sino que con frecuencia la impiden. El
entrenamiento consiste en preparar a la persona para desviar la cadena de pensamientos
molestos o nocivos mediante un estímulo sencillo e inocuo, como puede ser la verbalización de la
palabra "alto".
Entre las condiciones ambientales tienen especial importancia la aplicación de los principios
ergonómicos a los puestos de trabajo, y en cuanto al puesto de trabajo mismo, se considera que la
incorporación de niveles progresivos de autonomía, proporcionar información de realimentación,
definir con más precisión la tarea e incrementar la variedad de habilidades, benefician y
contribuyen a evitar el estrés. La constitución de grupos de trabajo con cierta autonomía, la
flexibilización de los horarios y los turnos y la implantación de nuevas tecnologías también ayudan
a mejorar el estrés. En el aspecto de la gestión de los recursos humanos son fundamentales la
clarificación de las ventajas e inconvenientes de cada puesto ante los trabajadores cuando optan a
ellos, aplicar procesos de formación y tácticas de socialización, ejercer una dirección por objetivos
que permita clarificar las expectativas y las responsabilidades, un liderazgo abierto a la
participación, una planificación de la carrera y desarrollo profesional atractivo y una preocupación
por la mejora del clima organizativo, tal como es percibido por los trabajadores, constituyen
factores que mejoran el nivel de estrés en la organización.
Dunham (1990) propone que los programas de tratamiento y prevención del estrés deberían
tener tres fases: educación (comprender mejor el estrés), ensayo y aplicación (dar información
realista, detalles de los recursos disponibles y aplicar estrategias adecuadas) y
realimentación/revisión (evaluar la eficacia de las técnicas aplicadas a la reducción del estrés).
3.3. Prevención del estrés y del síndrome de burnout en el ámbito específico de la escuela como
organización laboral
Cox, Boot & Cox (1990) han diseñado un proyecto de intervención sobre el estrés en la
enseñanza, basado en un enfoque organizativo (resolución de problemas) y en la teoría general de
los sistemas. La resolución de problemas implica la descripción y análisis del escenario docente en
términos de cuatro factores: a) demandas y presiones sobre los profesores, b) ajuste de los
recursos personales de afrontamiento disponibles respecto a las demandas y presiones, c) control
de los profesores sobre el trabajo que hacen y d) apoyos disponibles, internos y externos a la
escuela. El proyecto desarrolla estrategias organizativas y personales que sirvan para prevenir,
afrontar y solucionar los problemas de estrés. Para mejorar la organización en sí misma debe
70
Una de las mejores estrategias de acción directa contra el estrés en la enseñanza es conseguir
que cada escuela tenga su propio programa de reducción del estrés (Dunham, 1990). Este
programa debería afectar a cuatro áreas principales:
a) La selección de las personas que han de ocupar los puestos de responsabilidad (mejorar el
proceso de toma de decisión de nombramientos para colocar la persona adecuada en el puesto
adecuado)
b) La iniciación de los profesores nuevos que debería incluir dar a conocer lo que se espera
de ellos, recibir realimentación sobre su trabajo, discutir sus dificultades constructiva y
objetivamente, valorar sus esfuerzos y logros y hacerles conscientes de su crecimiento personal y
profesional
c) Por parte de la dirección y supervisores, la valoración adecuada y objetiva de todos los
profesores, en orden a la igualdad de oportunidades para la promoción y desarrollo; en la práctica,
esto exigiría: estar a disposición de los profesores y no evitarlos, mantenerlos informados y
hacerlos participar en las decisiones, dar instrucciones claras para todos, potenciar las ideas
nuevas y admitir las críticas, favorecer las buenas relaciones y la confianza y realizar una buena
administración
d) La escuela debería asumir los principios generales que caracterizan una organización sana,
a saber: las personas participan en las decisiones que les afectan, tener definida la dirección e
intención (objetivos) de la escuela, mantener un fuerte sentido de aceptación y apoyo entre los
compañeros, sentirse competente en la realización del trabajo y alimentar una conciencia de
recompensa en el desarrollo profesional.
El desarrollo del programa tendría tres fases principales: en primer lugar, educación, es decir,
formación para comprender mejor lo que es el estrés, aceptarlo, prepararse para afrontarlo, ser
consciente de las estrategias de afrontamiento que se utilizan y evitar identificarlo con fracaso
profesional; en segundo lugar, aprender nuevas técnicas de prevención y afrontamiento del estrés
(individuales, grupales, organizativas, etc.) y aplicarlas diariamente en el contexto de la escuela; y
71
en tercer lugar, evaluación y revisión de los resultados y la situación sobre estrategias aplicadas,
presiones existentes, problemas nuevos, reacciones, etc.
Hall, Wooster y Woodhouse (1990) han diseñado un programa de aprendizaje experiencial
para reducir y tratar el estrés eficazmente mediante experiencias de aprendizaje útiles (ejercicios
estructurados) para los profesores en las áreas de destrezas de consejo, comunicación,
asertividad, fijación de metas, clarificación de valores y comunicación no verbal, y cuyo rasgo más
distintivo es el trabajo en sesiones de pequeño grupo dirigidas por un monitor del equipo. La
experiencia del pequeño grupo se consideró por los profesores la fuente más positiva de
aprendizaje, por las diversas funciones que estos cumplen: se discuten los problemas personales,
se confronta la autoimagen, se obtiene realimentación directa e inmediata, el anonimato permite
la expresión libre, la independencia de la aprobación de los otros, etc.
En otras investigaciones sobre estrés en la enseñanza, Kyriacou (1985) ha sugerido que
niveles menores de estrés se asocian con un mayor grado de control percibido de las personas
sobre lo acontecimiento en sus vidas. Por tanto, dotar a los profesores con recursos suficientes
para realizar el control de las situaciones estresantes debe considerarse decisivo para reducir el
estrés.
3.4. Prevención del estrés y del burnout, intervenciones relacionadas con el apoyo social
Pines y Aronson (1988) sugieren que las funciones que cumple el apoyo social, en relación al
burnout, son las siguientes:
Escuchar: las personas necesitan ser activamente escuchadas para compartir la alegría del
éxito o la tristeza del fracaso, sin que implique hacer juicios o dar consejos.
Dar apoyo profesional: consiste en realizar valoraciones técnicas del trabajo que hacen las
personas, que permite afirmar su propia competencia.
Dar apoyo emocional: consiste en estar al lado de las personas, simplemente como seres
humanos, sin necesidad de aportar ningún tipo de pericia técnica, especialmente en situaciones
difíciles, o incluso, cuando no se esté de acuerdo con sus opiniones.
Ofrecer reto profesional: significa tener personas (a quienes se reconoce autoridad) que
sugieran nuevos retos en la profesión que pueden servir para cambiar las rutinas, y aunque
72
puedan ser críticas para la persona, resultan positivas porque producen desarrollo y evitan el
burnout.
Ofrecer reto emocional: significa sugerir alternativas nuevas desde una perspectiva
simplemente humana y lógica que ayuden a replantear las cosas o las percepciones.
Compartir la realidad social: las personas que comparten los mismos puntos de vista,
prioridades, valores pueden resultar muy útiles en los momentos de burnout para comprobar
las referencias y apreciaciones sobre la realidad social.
La importancia del apoyo social radica en que permite afrontar mejor el burnout y el estrés.
Los sistemas de apoyo social actúan como variables mediadoras en los procesos de burnout,
comportándose como amortiguadores para las personas en su medio social, reduciendo el efecto
estresante y nocivo de las condiciones del entorno.
Diversos estudios confirman que el apoyo social está asociado con niveles más bajos de
burnout, y la ausencia del apoyo social origina niveles más altos. Schwab, Jackson y Schuler (1984)
encuentran que los tres factores de apoyo social mejores predictores del burnout son la falta de
apoyo de los supervisores, de reafirmación del propio valor y de apoyo fiable en casos difíciles.
En relación a los aspectos específicos a tener en cuenta en la escuela, algunas de las cosas
que los directores escolares podrían hacer para mejorar el apoyo social a los profesores son:
implicar a los profesores en la toma de decisiones
dejarse ver en la escuela
aumentar la comunicación con los profesores
ofrecer tiempo para desarrollar proyectos de innovación y animar a emprender cosas
nuevas
dar normas claras (especialmente en asuntos disciplinarios)
atender las peticiones de los profesores
desarrollar un equipo de asistencia para profesores
animar la participación en curso de formación
ofrecer cambios de área curso o equipo
establecer lazos entre la escuela y el hogar
Aunque el objetivo básico de los programas de intervención sobre estrés y burnout se puede
resumir en conseguir un más adecuado afrontamiento que disminuya los daños y facilite un mayor
bienestar a la persona, este objetivo fundamental se puede desglosar en una serie de objetivos
específicos, ligados a técnicas y estrategias concretas. Dichos objetivos podrían alcanzarse con un
73
programa de intervención, cuya metodología de trabajo sea grupal e individual, y que debería
contemplar como fundamentales los siguientes aspectos:
1. Hacer conscientes a los profesores (que tal vez no los sufren) que estrés y burnout son
asuntos que necesitan ser considerados seriamente y convencer (a los profesores que
posiblemente los sufren) que es posible hacer algo para mitigarlos.
Propuestas:
Evidenciar el estilo de vida y los factores saludables o insanos tales como dieta, ejercicio
físico, sueño, descanso, abuso de drogas (tabaco, alcohol, cafeína, etc.).
Hacer consciente al profesor que el estrés y el burnout afectan a la mente, al cuerpo y a
los sentimientos de la persona.
Analizar las respuestas somáticas, mentales y emocionales al estrés y al burnout.
Realizar propuestas de cambio de los aspectos insanos del estilo de vida.
2. Hacer consciente de que cada profesor es afectado de manera diferente y reacciona con
diferentes síntomas y respuestas.
Propuestas:
Evaluar las causas principales de estrés y burnout en la escuela.
Manifestar y comparar los signos personales (respuestas y consecuencias) del estrés en
cada profesor.
Evaluar las atribuciones causales de los profesores sobre los eventos de estrés y burnout y
sus dimensiones causales.
4. Identificar los rasgos de la organización de la escuela que son necesarios cambiar para
prevenir o reducir el estrés.
Propuestas:
Proponer modificaciones a aspectos concretos de la organización escolar que ayuden a
conseguir proactivamente esto.
Realizar propuestas alternativas en caso que un aspecto no pueda ser modificado.
74
5. Conseguir una interacción constante entre cada docente con los demás docentes, sobre
todo en las situaciones de más extrema presión para los mismos, como por ejemplo podría ser
tener alumnos problemáticos o vivenciar situaciones de gravedad. Ningún docente debe sentirse
aislado ni estar de hecho aislado, sino que debe sentir siempre que existe la posibilidad de la
ayuda de los otros.
Propuesta:
Mantener con algunas personas una relación personal y amigable para poder discutir
sentimientos, ansiedades o problemas.
6. Reunirse en grupos para comparar, analizar y autoanalizar las distintas situaciones, para
eliminar las dificultades o sentimientos que pueden contribuir a bloquear las situaciones de estrés
o hacerlas más difíciles.
Propuesta:
Encontrar salidas sociales en el trabajo, como organizar grupos de apoyo y reuniones con
los colegas para tratar las dificultades de trabajo y resolverlas.
11. Encontrar gratificaciones en el trabajo (intrínsecas) y sentir que ese trabajo es valioso e
importante; esto debe ser una realimentación que deben recibir de sí mismos, de los compañeros,
los padres, los alumnos y los supervisores o autoridades.
Propuestas:
Promover una forma de pensar positiva y ver el futuro positivamente, especialmente en
los momentos difíciles, rechazando la resignación y adoptando una actitud activa de
afrontamiento.
Ver siempre el lado positivo, amable y divertido de las situaciones o resultados.
12.Desarrollar una actitud de preocupación despegada, que aún sintiendo que su trabajo es
importante no ponga en peligro su equilibrio emocional o la vida familiar, que permita
desconectar y olvidar los problemas del trabajo.
Propuestas:
Distanciarse un poco de los problemas y de las situaciones, adoptando el papel de alguien
externo, para alcanzar un poco más de objetividad.
Temporalmente, desconectarse mentalmente o, incluso, cambiarse físicamente de las
áreas de estrés para poder planear adecuadamente la acción al volver.
Tener una vida intensa y plena fuera del trabajo.
13.Desarrollar en los profesores un sentido de realismo sobre su trabajo, que les permita, a la
vez, proponerse metas alcanzables y encajar fracasos relativos, que siempre se producen en la
enseñanza.
Propuesta:
Ver las situaciones como algo pasajero, siendo importante estar en ellas y afrontarlas con
ánimo.
14.Realizar tanto ejercicio físico como sea posible para favorecer un cuerpo saludable que sea
más resistente para reducir la incidencia el estrés y afrontarlo más eficazmente.
Propuesta:
Implicarse en salidas de escape de tipo físico como deportes, actividades de
entretenimiento, juegos, etc.
76
1. OBJETIVOS:
Objetivos Generales:
Objetivos específicos:
2. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN:
3. HIPÓTESIS:
H1. Los docentes son vulnerables al síndrome de burnout y representan una población de
riesgo.
H4. Existe relación entre las variables laborales y aspectos organizacionales con el síndrome
de burnout.
4. DISEÑO DE INVESTIGACIÓN:
interpretación, así como la realización de comparaciones entre grupos o subgrupos, con el fin de
arribar conclusiones significativas.
5. TIPO DE ESTUDIO:
El tipo de estudio que se utilizó para esta investigación es: Descriptivo. (Hernández Sampieri,
2001). En el estudio descriptivo se busca especificar las propiedades importantes de personas,
grupos, comunidades o cualquier otro fenómeno que sea sometido a análisis.
Como se mencionó anteriormente, tiene como propósito indagar sobre la incidencia y valores
en que se manifiesta una o más variables. El procedimiento consiste en medir, en un grupo de
personas u objetos, una/s variable/s y proporcionar su descripción. Permite tener un panorama de
las mismas en un determinado momento.
Por lo tanto, se selecciona una serie de cuestiones y se mide cada una de ellas de forma
independiente, con el objetivo de describir lo que se está investigando. Para ello, el investigador
debe ser capaz de definir qué se va a medir y cómo lograr precisión en esa medición.
6. TIPO DE INVESTIGACIÓN:
7. DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA:
8. INSTRUMENTO METODOLÓGICO:
Los cuestionarios están compuestos por preguntas cerradas a las que el sujeto sólo puede
contestar eligiendo una de las opciones que se le presentan. Contienen categorías o alternativas
de respuestas que han sido delimitadas. Es decir, se presentan a los sujetos las posibilidades de
respuesta y ellos deben circunscribirse a ellas.
Las preguntas cerradas son fáciles de codificar y preparar para su análisis. Asimismo, estas
preguntas requieren de un menor esfuerzo para responderlas por parte de los sujetos a los que se
les administra porque no tienen que escribir o verbalizar pensamientos, sino simplemente marcar
la alternativa que describa mejor su respuesta. Responderlo toma menos tiempo que contestar
uno con preguntas de tipo abiertas.
Se considera importante la utilización de esta técnica como una forma de operacionalizar un
determinado problema, a través de la formulación de una serie de afirmaciones que, respondidas
por los sujetos seleccionados, permite investigar el problema y verificar las hipótesis.
Esta técnica brinda la ventaja de brindar una mayor libertad en las respuestas, ya que
posibilita mantener el anonimato del sujeto entrevistado, permitiendo además un mayor tiempo
de reflexión antes de responder (Sierra Bravo).
desarrollado por Maslach y Jackson (1981), y su versión en castellano ha sido empleada por
diversos profesionales de la salud mental.
Originalmente, los elementos del MBI se diseñaron para medir hipotéticos aspectos del
Síndrome del Estrés Laboral Asistencial. La entrevista y los datos de cuestionarios fueron la base
en los primeros estudios exploratorios de las actitudes y los sentimientos que caracterizan a los
trabajadores “quemados”.
Los elementos del MBI están redactados en una forma directa para expresar sentimientos o
actitudes personales, y su versión definitiva pasó por unas fases experimentales que duraron ocho
años.
En el MBI, al principio se utilizaron 47 ítems que eran contestados sobre dos continuos de
medida formados por la frecuencia y la intensidad de los sentimientos. A partir de las revisiones
del instrumento se seleccionaron primero los 25 elementos que mejor contribuían a las
dimensiones obtenidas, y finalmente quedó reducido a los 22 ítems que conforman la escala
actual del cuestionario.
En las siguientes revisiones se observó que los resultados eran muy similares cuando se
analizaban de modo separado las medidas de frecuencia y las de intensidad, por lo que las autoras
decidieron considerar únicamente el continuo frecuencia, configurándose así la versión actual.
Los ítems están redactados en forma de afirmaciones, referidas a las actitudes, emociones y
sentimientos que el profesional muestra hacia el trabajo y hacia los receptores de sus servicios
(clientes, pacientes, alumnos, padres de alumnos, etc.). Estos ítems pueden ser valorados entre 0 y
6, de forma que 0 supone que lo expuesto no sucede nunca y 6 que sucede todos los día, dejando
el resto de puntuaciones intermedias para las frecuencias de aparición situadas entre estos dos
extremos.
Realización Personal (RP): Esta escala contiene elementos que describen sentimientos de
competencia y éxito en el trabajo propio con personas. En contraste con las otras dos escalas, las
puntuaciones bajas son indicativas del síndrome; pero es independiente de ellas y sus elementos
no tienen pesos negativos en ellas. La variable puede ser considerada como lo opuesto al
Cansancio Emocional y a la Despersonalización. Sin embargo, se observan correlaciones bajas con
las otras dos escalas.
b. Normas generales
El MBI puede ser autoaplicable, así como administrado en una situación individual o colectiva.
El instrumento no tiene tiempo limitado, pero la mayoría de los sujetos demora entre 10 y 15
minutos en completarlo.
Los esfuerzos del examinador deben dirigirse a minimizar los sesgos de respuesta con la
ayuda de:
• Carácter privado: El examinado debe sentirse completamente libre, no fiscalizado por otros,
a la hora de ir dando sus respuestas. Hay que evitar realizar comentarios en voz alta, por que las
opiniones de los demás pueden influir en las respuestas personales. No es aconsejable entregar
los ejemplares para ser cumplimentados en otros momentos o en el hogar.
• Confidencialidad: Si fuera posible, se debería contestar de modo anónimo. Pero cuando
esto no es posible se puede acudir a procedimientos (tales como códigos numéricos) que ayuden a
que el sujeto se sienta cómodo y seguro a la hora de responder.
• Sensibilidad previa: Habría que evitar que las creencias personales sobre el síndrome de
estrés laboral asistencial afecten las respuestas. Por eso no se han empleado estos términos en el
ejemplar, y este se presenta como una encuesta sobre las actitudes de las personas y
profesionales ante su trabajo.
Por todo lo anterior, es conveniente que el examinador no sea un supervisor a mando directo
del profesional que cumplimenta el MBI, puesto que se presencia dificultaría la creación de un
buen clima. A su vez, el examinador debe enfatizar que se responda con sinceridad que se
cumplimenten todos los elementos.
c. Obtención de puntuaciones
La puntuación en las escalas del MBI corresponde al resultado de sumar todos los puntos o
grados de frecuencia (0 - 6) anotados en los elementos correspondientes a cada una de ellas.
Los elementos 1, 2, 3, 6, 8, 13, 14, 16 y 20 conforman la escala de Cansancio Emocional (CE). Y
su puntuación máxima es de 54.
Los elementos 5, 10, 11, 15 y 22 conforman la escala de Despersonalización (DP). Y su
puntuación máxima es de 30.
84
Los elementos 4, 7, 9, 12, 17, 18, 19 y 21 conforman la escala de Realización Personal (RP). Y
su puntuación máxima es de 48.
d. Validez
La definición básica de un índice de validez es el grado en que el instrumento mide lo que dice
medir. En el caso de un test de conocimientos o un test aptitudinal, esa apreciación es fácil y se
puede hacer directamente definiendo con claridad un criterio objetivo. Pero no ocurre así cuando
se trata de la medida de una característica de personalidad.
Los resultados de análisis de datos personales ofrecen una nueva fuente de validación al
observarse que, quienes aprecian menos satisfacción de progreso en su carrera profesional,
obtienen una puntuación mayor (relación negativa) en Cansancio Emocional y en
Despersonalización, y quienes aprecian mayor progreso alcanzan una puntuación mayor (relación
positiva) en Realización Personal.
Es importante tener presente que el Cansancio Emocional como la Despersonalización
apuntan a un mayor estrés ocupacional, mientras que la escala de Realización Personal tiene una
incidencia inversa en el síndrome. El perfil del síndrome debería tener unos apuntamientos de “+ +
-”; es decir, puntuación alta en CE y DP, y baja en RP.
Se sostiene que el perfil de puntuaciones de las tres escalas sea el índice más significativo del
síndrome. Por ejemplo, en el caso de una persona que puntúa alto en CE, bajo en DP y alto en RP,
puede interpretarse como que el individuo se encuentra en un estado o fase de estrés laboral
diferente del que puntúa alto en CE y DP, y bajo en RP.
Debido a que las puntuaciones directas obtenidas en la fase de corrección y puntuación no
son interpretables por sí mismas, es decir que no tienen significación por su valor absoluto, es
imprescindible transformarlas en valores o escalas de significación universal que sitúan las
puntuaciones del sujeto en relación con las obtenidas por ese grupo normativo.
Es factible la utilización de las tablas de Baremos, las cuales han sido construidas sobre una
muestra normativa, permitiendo la conversión de las puntuaciones directas en dos escalas de
valor universal: la de los centiles, escala ordinal que va desde 1 a 99.
Para la interpretación de los resultados del MBI, tomaremos como referencia el criterio
establecido por las autoras C. Maslach y S. E. Jackson que consiste en una clasificación tripartita de
la variabilidad de los resultados.
Teniendo como punto de mira el síndrome que mide el MBI:
Categoría Baja: 1 – 33
Categoría Media 34 – 66
Categoría Alta: 67 – 99
85
Para su uso es necesario recordar que el polo alto de la escala de RP del M.B.I. señala altos
logros personales. Por lo tanto, una puntuación baja en la escala de realización personal señalaría
a la persona con el síndrome de estrés laboral asistencial.
Los puntajes que tomamos como significativos para la interpretación de los datos son los
iguales o superiores a 67 puntos, e iguales o inferiores a 33.
Recordamos que el diagnóstico de Burnout debe corresponder a:
Percentil alto (+ de 66%) en Cansancio Emocional y Despersonalización
Percentil bajo (- de 34 %) en Realización Personal.
e. Fiabilidad:
Se considera que el MBI es un instrumento con alta fiabilidad debido a que las múltiples
investigaciones realizadas posibilitan que al repetirse el estudio (test-re-test) se obtengan los
mismos resultados, al tiempo que se reconoce la importancia de que todo el proceso en su
conjunto haya estado bajo condiciones de control.
9. PROCEDIMIENTOS METODOLÓGICOS
1. INTRODUCCIÓN:
En un segundo lugar se presentaran y analizarán los datos arrojados por el instrumento para
el grupo de docentes de nivel primario y luego para el grupo de docentes de nivel secundario,
discriminándolos en diferentes tablas que contienen:
a) Primero: las respuestas totales de cada sujeto a los 22 ítems del cuestionario, con su
puntuación total.
b) Segundo: las respuestas totales de cada sujeto correspondientes a la escala de
Cansancio Emocional (CE), con su puntuación total.
c) Tercero: las Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y la Categoría (C),
de cada sujeto correspondientes a la subescala de CE.
88
a) Estado civil.
b) Edad.
c) Años de ejercicio de la profesión.
d) Horas semanales de trabajo.
e) Características demográficas de la institución donde brinda sus servicios.
Finalmente se realizará una conclusión de todos los datos obtenidos y analizados en este
estudio.
El 100% de la muestra final quedó conformada por 62 docentes, 50% de nivel primario y 50%
de nivel secundario.
Docentes
Primarios
Docentes
Secundarios
89
Hombres Hombres
Mujeres Mujeres
Las edades de la muestra de los docentes de nivel primario oscilan entre: 20 y 30 años, el
%35; entre 31 y 40 años, el %35; entre 41 y 50 años, el %23 y más de 51 años, el %7. En la muestra
de docentes de nivel secundario las edades oscilan entre: 20 y 30 años, el %13; entre 31 y 40 años,
el %26; entre 41 y 50 años, el %39 y más de 51 años, el %32.
De la muestra de docentes primarios el 29% son solteros; el 52% son casados, el 16% son
divorciados y el 3% son viudos. Mientras que en la muestra de docentes secundarios el 23% son
solteros; el 55% son casados, el 16% son divorciados y el 6% son viudos.
Soltero Soltero
Casado Casado
Divorciado Divorciado
Viudo Viudo
1 a 10 hs.
11 a 20 hs.
21 a 30 hs.
más de 30 hs.
91
1 a 10 hs.
11 a 20 hs.
21 a 30 hs.
más de 30 hs.
1- 10 años 1- 10 años
11- 20 años 11-20 años
21- 30 años 21- 30 años
la muestra trabajan en escuelas Urbano Marginales, el 45% restante de dicha muestra trabajan en
escuelas Urbanas.
Urbano Urbano
Urbano- Urnabo-
Marginal Marginal
3. TABLAS DE RESULTADOS:
A continuación se presentaran y analizarán los datos arrojados por el instrumento MBI, para
el grupo de docentes de nivel primario y luego para el grupo de docentes de nivel secundario,
discriminándolos en diferentes tablas que contienen las respuestas de los sujetos al cuestionario y
su respectivo análisis de las mismas.
Tabla n° 1: Respuestas totales de cada sujeto a los 22 ítems del cuestionario, con su
puntuación total.
10 0 1 2 1 0 0 1 2 0 1 0 2 0 0 0
11 1 1 1 1 0 6 1 6 0 1 0 2 0 1 1
12 5 6 6 5 6 6 5 6 6 6 6 6 5 5 6
13 3 0 1 4 1 4 5 2 0 5 0 4 4 3 3
14 4 1 3 5 0 6 5 0 1 5 0 4 2 3 3
15 1 6 1 1 0 0 2 2 0 2 6 2 1 0 0
16 3 0 2 4 1 1 5 1 0 6 0 4 3 3 1
17 4 6 3 4 6 1 5 6 6 5 6 3 3 4 4
18 2 6 3 2 5 6 3 6 6 3 0 4 3 4 5
19 3 6 4 2 5 6 2 5 6 1 5 2 3 3 2
20 1 1 0 2 1 0 3 1 0 4 0 1 0 0 0
21 5 6 6 5 6 6 5 6 6 4 6 4 5 5 4
22 1 0 3 2 0 0 3 0 0 3 0 1 1 1 0
TOTAL 70 61 59 79 46 74 90 64 50 94 35 74 62 60 53
Tabla n° 2: Respuestas totales de cada sujeto a los 22 ítems del cuestionario, con su
puntuación total.
20 3 2 1 0 2 0 0 4 0 1 0 2 0 2 0 0
21 2 2 3 4 3 2 1 0 5 3 6 4 6 4 5 4
22 4 3 3 2 1 5 1 2 0 0 0 0 0 2 0 1
TOTAL 63 69 60 57 64 60 52 56 44 55 71 64 52 77 48 52
Tabla n° 3: Respuestas totales de cada sujeto a los 22 ítems del cuestionario, con su
puntuación total.
Tabla n° 4: Respuestas totales de cada sujeto a los 22 ítems del cuestionario, con su
puntuación total.
La escala de Cansancio Emocional (CE) mide los sentimientos de una persona por su trabajo.
Este agotamiento emocional puede manifestarse de forma física o psicológica, o como una
combinación de ambos. Una puntuación alta obtenida en esta escala puede estar indicando,
considerando las otras dos variables, la presencia de algún grado de Síndrome de Burnout.
A continuación se presentarán y analizarán en una tabla las respuestas totales de cada sujeto
correspondientes a la escala de Cansancio Emocional (CE), con su puntuación total; y
posteriormente en otra tabla se mostrarán y examinarán Las Puntuaciones Centiles (PC),
puntuaciones típicas S (PS) y la Categoría (C), de cada sujeto correspondientes a dicha subescala
(CE).
Tabla n° 6: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala CE.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA CE
CASO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
P.C 80 15 35 90 10 70 90 25 3 99 2 85 65 50 40
P.S 67 29 42 76 24 60 76 37 12 97 9 71 58 50 45
CATEGORÍA A B M A B M A M B A B A M M M
Tabla n° 8: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala CE.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA CE
CASO 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
P.C 80 95 65 50 70 90 30 80 15 65 55 80 15 80 25 35
P.S 67 83 58 50 60 76 40 67 29 58 52 67 29 67 37 42
CATEGORÍA A A M M A A B A B M M A B A B M
98
Tabla n° 10: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala CE.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA CE
CASO 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46
P.C 60 95 99 40 65 70 4 30 15 25 10 75 90 99 97
P.S 55 83 97 45 58 60 15 40 29 37 24 63 76 97 87
CATEGORÍA M A A M M A B B B B B A A A A
Tabla n° 12: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala CE.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA CE
CASO 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62
P.C 99 90 65 50 55 45 50 35 99 99 95 99 98 85 95 80
P.S 47 76 58 50 52 48 5042 97 97 83 97 91 71 83 67
CATEGORÍA A A M M M M M M A A A A A A A A
3.2. Despersonalización:
100
La escala de Despersonalización (DP) está compuesta por una serie de elementos que
describen una respuesta impersonal y fría hacia los receptores de los servicios o cuidados del
profesional. Al igual que en la escala anterior, una puntuación elevada puede ser indicador de la
presencia del Síndrome de Burnout.
A continuación se presentarán y analizarán en una tabla las respuestas totales de cada sujeto
correspondientes a la escala de Despersonalización (D), con su puntuación total; y posteriormente
en otra tabla se mostrarán y examinarán las Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S
(PS) y la Categoría (C), de cada sujeto correspondientes a dicha subescala (D).
Tabla n° 14: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala D.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA DP
CASO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
P.C 30 60 55 55 4 45 65 70 4 70 45 60 20 20 10
P.S 40 55 52 52 15 48 58 60 15 60 48 55 33 33 24
CATEGORÍA B M M M B M M A B A M M B B B
Tabla n° 16: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala D.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA DP
CASO 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
P.C 90 75 80 55 30 25 20 60 20 45 65 60 4 65 10 10
P.S 76 63 67 52 40 37 33 55 33 48 58 55 15 58 24 24
CATEGORÍA A A A M B B B M B M M M B M B B
5 0 4 0 0 0 0 0 3 0 0 0 0 1 6 0
10 0 6 6 6 0 0 4 0 0 0 0 6 5 6 4
11 1 3 6 3 0 0 5 4 0 0 0 0 4 6 6
15 0 5 5 3 0 3 0 3 0 0 0 0 2 6 4
22 5 3 5 0 0 0 0 4 0 0 0 0 5 6 1
TOTAL 6 21 22 12 0 3 9 14 0 0 0 6 17 30 15
Tabla n° 18: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala D.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA DP
CASO 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46
P.C 45 97 98 80 4 25 65 85 4 4 4 45 90 99 90
P.S 48 87 91 67 15 37 58 71 15 15 15 48 76 97 76
CATEGORÍA M A A A B B M A B B B M A A A
Tabla n° 20: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala D.
103
PUNTUACIONES DE LA ESCALA DP
CASO 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62
P.C 85 80 4 45 45 30 60 55 96 98 75 90 90 65 97 45
P.S 71 65 15 48 48 40 55 52 85 91 63 76 76 58 87 48
CATEGORÍA A A B M M B M M A A A A A M A M
A continuación se presentarán y analizarán en una tabla las respuestas totales de cada sujeto
correspondientes a la escala de Realización Personal (RP), con su puntuación total; y
posteriormente en otra tabla se mostrarán y examinarán las Puntuaciones Centiles (PC),
puntuaciones típicas S (PS) y la Categoría (C), de cada sujeto correspondientes a dicha subescala
(RP).
12 5 6 6 5 6 6 5 6 6 6 6 6 5 5 6
17 4 6 3 4 6 1 5 6 6 5 6 3 3 4 4
18 2 6 3 2 5 6 3 6 6 3 0 4 3 4 5
19 3 6 4 2 5 6 2 5 6 1 5 2 3 3 2
21 5 6 6 5 6 6 5 6 6 4 6 4 5 5 4
TOTAL 35 45 37 34 39 42 36 42 48 35 28 33 35 38 36
Tabla n° 22: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de
cada sujeto correspondientes a la subescala RP.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA RP
CASO 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
P.C 45 85 50 40 60 75 45 75 97 45 15 35 45 55 45
P.S 48 78 50 45 55 63 48 63 87 48 29 42 48 52 48
CATEGORÍA M A M M M A M A A M B M M M M
Tabla n° 24: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala RP.
105
PUNTUACIONES DE LA ESCALA RP
CASO 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
P.C 2 2 10 25 40 5 50 3 35 10 70 15 85 50 45 50
P.S 9 9 24 37 45 17 50 12 42 24 60 29 71 50 48 50
CATEGORÍA B B B B M B M B M B A B A M M M
Tabla n° 26: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala RP.
106
PUNTUACIONES DE LA ESCALA RP
CASO 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46
P.C 80 35 25 65 45 25 90 95 95 97 70 60 55 5 10
P.S 67 42 37 58 48 37 76 83 83 87 60 55 52 17 24
CATEGORÍA A M B M M B A A A A A M M B B
Tabla n° 28: Puntuaciones Centiles (PC), puntuaciones típicas S (PS) y Categoría (C), de cada
sujeto correspondientes a la subescala RP.
PUNTUACIONES DE LA ESCALA RP
CASO 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62
P.C 70 25 75 85 30 70 40 50 5 2 15 25 25 15 40 55
P.S 60 27 63 71 40 60 45 50 17 9 29 37 37 29 45 52
CATEGORÍA A B A A B A M M B B B B B B M M
107
4. GRÁFICOS COMPARATIVOS:
A continuación se establecerá el análisis comparativo entre los dos grupos evaluados, grupo
de docentes de nivel primario y grupo de docentes de nivel secundario, a los fines de establecer
las similitudes y las divergencias que existen entre estos, teniendo en cuenta las subescalas del
MBI (Cansancio emocional, Despersonalización y Realización personal) y algunas otras variables
significativas como: Edad, Estado civil, Años de ejercicio profesional, Horas semanales de trabajo y
características demográficas de la escuela.
60%
50%
40%
10%
0%
BAJO MEDIO ALTO
120%
100%
80% 20- 30 años
Teniendo en cuenta las variables: subescala de Cansancio Emocional y Edad, se observan los
siguientes resultados: en los docentes primario que tienen entre 20 y 30 años el 45% puntúan en
categoría Baja, el 36% en categoría Media y el 19% restante en categoría Alta. Los docentes que
tienen entre 31 y 40 años, el 18% puntúan en categoría Baja, el 54% en categoría Media y el 28%
restante en categoría Alta. Los docentes que tienen entre 41 y 50 años presentan: el 14% puntúan
en categoría Baja y el 14% en categoría Media y el 72% restante en categoría Alta. Mientras que
los docentes que tienen más de 50 años, el 100% puntúa en categoría Alta, no presentándose
ningún caso dentro de la categoría Baja ni Media.
120%
100%
0%
BAJA MEDIA ALTA
Teniendo en cuenta las variables: subescala de Cansancio Emocional y Edad, se observan los
siguientes resultados: en los docentes secundarios que tienen entre 20 y 30 años el 100% puntúa
en categoría Alta, no presentándose ningún caso dentro de la categoría Baja ni Media. Los
110
docentes que tienen entre 31 y 40 años, el 11% puntúan en categoría Baja, el 33% en categoría
Media y el 59% restante en categoría Alta. Los docentes que tienen entre 41 y 50 años presentan:
el 25% puntúan en categoría Baja y el 16% en categoría Media y el 59% restante en categoría Alta.
Mientras que los docentes que tienen más de 50 años, el 11% puntúan en categoría Baja, el 44%
en categoría Media y el 45% restante en categoría Alta.
.
Gráfico 4: Docentes de nivel primario cansancio emocional y Estado Civil.
120%
100%
80% Casado
60% Divorciado
40% Soltero
Viudo
20%
0%
BAJA MEDIA ALTA
70%
60%
50%
Casado
40%
Divorciado
30%
Soltero
20%
Viudo
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
90
80
70
60
50 De 1-10 años
40 De 11- 20 años
30 De 21- 30 años
20
10
0
BAJA MEDIA ALTA
70%
60%
50%
40% 1- 10 años
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
categoría Media y el 50% restante en categoría Alta. Los docentes que llevan entre 11 y 20 años de
ejercicio profesional presentan: el 11% puntúan en categoría Baja, el 33% en categoría Media,
registrándose el 56% restante dentro de la categoría Alta. Mientras que los docentes que llevan
entre 21 y 30 años de ejercicio de la profesión presentan: un 20% puntúan en categoría Baja, un
20% en categoría Media, y el 60% restante se presenta dentro de la categoría Alta.
120%
100%
80% 1- 10 hs.
0%
BAJO MEDIO ALTO
Tomando en cuenta las variables de: subescala de Cansancio Emocional y la variable de horas
semanales de trabajo, se observa que los docentes primarios que trabajan entre 1 y 10 horas
semanales se distribuyen: el 67% puntúan en categoría Baja y el 33% en categoría Media, mientras
que no se registra ningún caso en categoría Alta. Los docentes que trabajan entre 11 y 20 horas
semanales presentan: el 18% puntúan en categoría Baja, el 47% en categoría Media y el 35%
restante en categoría Alta. Los docentes que trabajan entre 21 y 30 horas semanales presentan: el
20% puntúan en categoría Baja, el 20% en categoría Media y el 60% restante en categoría Alta.
Mientras que los sujetos que trabajan más de 30 horas semanales, puntúan el 100% en categoría
Alta.
120%
100%
80% 1- 10 hs.
0%
BAJA MEDIA ALTA
Teniendo en cuenta las variables de: subescala de Cansancio Emocional y la variable de horas
semanales de trabajo, se observa que los docentes de nivel secundario que trabajan entre 1 y 10
horas semanales puntúan el 100% en categoría Baja. Los docentes que trabajan entre 11 y 20
horas semanales presentan: el 50% en categoría Media y el otro 50% en categoría Alta, no
registrándose ningún caso en categoría Baja. Los docentes que trabajan entre 21 y 30 horas
semanales presentan: el 50% puntúan en categoría Baja, el 17% en categoría Media y el 33%
restante en categoría Alta. Mientras que los sujetos que trabajan más de 30 horas semanales el
36% puntúan en categoría Baja, el 32% en categoría Media y el 32% restante en categoría Alta.
70%
60%
50%
40%
Urbano
30%
Urbano- Marginal
20%
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
puntúan en categoría Baja, el 40% en categoría Media y el 13% restante en categoría Alta.
Mientras que los docentes que desempeñan su trabajo en escuelas Urbano- Marginales, el 6%
puntúan en categoría Baja, el 31% en categoría Media y el 63% restante en categoría Alta.
60%
50%
40%
30% Urbano
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
4.2. Despersonalización:
116
60%
50%
40%
10%
0%
BAJO MEDIO ALTO
60%
50%
0%
BAJA MEDIA ALTA
120%
100%
0%
BAJO MEDIO ALTO
en categoría Media, no presentándose ningún caso dentro de la categoría Baja ni Alta. Los
docentes que tienen entre 31 y 40 años, el 45% puntúan en categoría Baja, el 22% en categoría
Media y el 33% restante en categoría Alta. Los docentes que tienen entre 41 y 50 años presentan:
el 16% puntúan en categoría Baja y el 25% en categoría Media y el 59% restante en categoría Alta.
Mientras que los docentes que tienen más de 50 años, el 11% puntúan en categoría Baja, el 33%
en categoría Media y el 56% restante en categoría Alta.
60%
50%
40% Casado
30% Divorciado
20% Soltero
Viudo
10%
0%
BAJA ALTA MEDIA
60%
50%
40% Casado
30% Divorciado
20% Soltero
Viudo
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
60%
50%
40%
1- 10 años
30%
11- 20 años
20% 21- 30 años
10%
0%
BAJO MEDIO ALTO
entre 1 y 10 años de ejercicio profesional, el 48% puntúan en categoría Baja, el 43% en categoría
Media y el 9% restante en categoría Alta. Los docentes que llevan entre 11 y 20 años de ejercicio
profesional presentan: el 50% puntúan en categoría Baja, el 25% en categoría Media y el 25%
restante se ubican en la categoría Alta. Mientras que los docentes que llevan entre 21 y 30 años de
ejercicio de la profesión presentan: el 17% puntúan en categoría Baja, el 50% en categoría Madia y
el 34% restante en categoría Alta.
90%
80%
70%
60%
50% 1- 10 años
40% 11-20 años
30% 21- 30 años
20%
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
80%
70%
60%
50% 1- 10 hs.
120%
100%
80% 1- 10 hs.
60%
50%
40%
30% Urbano
Urbano- Marginal
20%
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
60%
50%
40%
30% Urbano
Urbano- Marginal
20%
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
Gráfico 23: Docentes de nivel primario y docentes de nivel secundario, escala Realización
Personal (RP).
60%
50%
40%
10%
0%
BAJO MEDIO ALTO
En la escala de Realización Personal, que como ya mencionamos con anterioridad mide los
sentimientos de éxito y competencia relacionados al desempeño de la tarea, se observa en los
docentes de nivel primario que las puntuaciones dadas se distribuyen en la categoría Baja, Media
y Alta, siendo la categoría Media la más significativa para este grupo, ya que se presentan más de
la mitad de los casos y la categoría Alta la menos representativa. Para los docentes de nivel
secundario se observa que en general este grupo presenta puntuaciones distribuidas en las tres
categorías de forma similar, Baja, Media y Alta.
80%
70%
60%
50% 20- 30 años
Teniendo en cuenta las variables: subescala de Realización Personal y Edad, se observan los
siguientes resultados: en los docentes primario que tienen entre 20 y 30 años el 36% puntúan en
categoría Baja, el 45% en categoría Media y el 19% restante en categoría Alta. Los docentes que
tienen entre 31 y 40 años, el 18% puntúan en categoría Baja, el 45% en categoría Media y el 37%
restante en categoría Alta. Los docentes que tienen entre 41 y 50 años, el 29% puntúa en
categoría Baja y el otro 71% restante puntúa en categoría Media, no presentándose ningún caso
dentro de la categoría Alta. Mientras que los docentes que tienen más de 50 años, el 50% puntúa
en categoría Baja y el otro 50% restante puntúa en categoría Media, no presentándose ningún
caso dentro de la categoría Alta.
120%
100%
0%
BAJA MEDIA ALTA
Teniendo en cuenta las variables: subescala de Realización Personal y Edad, se observan los
siguientes resultados: en los docentes secundarios que tienen entre 20 y 30 años el 100% puntúa
126
en categoría Media, no presentándose ningún caso dentro de la categoría Baja ni Alta. Los
docentes que tienen entre 31 y 40 años, el 22% puntúan en categoría Baja, el 56% en categoría
Media y el 22% restante en categoría Alta. Los docentes que tienen entre 41 y 50 años presentan:
el 50% puntúan en categoría Baja y el 17% en categoría Media y el 33% restante en categoría Alta.
Mientras que los docentes que tienen más de 50 años, el 45% puntúan en categoría Baja, el 11%
en categoría Media y el 44% restante en categoría Alta.
120%
100%
80% Casado
60% Divorciado
Soltero
40%
Viudo
20%
0%
BAJA MEDIA ALTA
120%
100%
80% Casado
60% Divorciado
40% Soltero
Viudo
20%
0%
BAJA MEDIA ALTA
Gráfico 28: Docentes de nivel primario realización personal y años de ejercicio profesional
80%
70%
60%
50% 1-10 años
40%
11- 20 años
30%
21- 30 años
20%
10%
0%
BAJO MEDIO ALTO
entre 1 y 10 años de ejercicio profesional, el 28% puntúan en categoría Baja, el 44% en categoría
Media y el 28% restante en categoría Alta. Los docentes que llevan entre 11 y 20 años de ejercicio
profesional presentan: el 25% puntúan en categoría Baja y el 75% en categoría Media, no
registrándose ningún caso dentro de la categoría Alta. Mientras que los docentes que llevan entre
21 y 30 años de ejercicio de la profesión presentan: el 34% puntúan en categoría Baja y el 66%
restante en categoría Media, no presentándose ningún caso dentro de la categoría Alta.
60%
50%
40%
1-10 años
30%
11-20 años
20% 21-30 años
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
Gráfico 30: Docentes de nivel primario realización personal y horas de trabajo semanal.
129
120%
100%
80% 1- 10 hs.
0%
BAJO MEDIO ALTO
Teniendo en cuenta las variables de: subescala de Realización Personal y la variable de horas
semanales de trabajo, se observa que los docentes primarios que trabajan entre 1 y 10 horas
semanales se distribuyen: el 33% puntúan en categoría Baja y el 50% en categoría Media y el 17%
restante se registran dentro de la categoría Alta. Los docentes que trabajan entre 11 y 20 horas
semanales presentan: el 35% puntúan en categoría Baja, el 47% en categoría Media y el 18%
restante en categoría Alta. Los docentes que trabajan entre 21 y 30 horas semanales presentan: el
20% puntúan en categoría Baja, el 40% en categoría Media y el 40% restante en categoría Alta.
Mientras que los sujetos que trabajan más de 30 horas semanales, puntúan el 100% en categoría
Media.
Gráfico 31: Docentes de nivel secundario realización personal y horas de trabajo semanal.
120%
100%
80% 1- 10 hs.
0%
BAJA MEDIA ALTA
130
Teniendo en cuenta las variables de: subescala de Realización Personal y la variable de horas
semanales de trabajo, se observa que los docentes de nivel secundario que trabajan entre 1 y 10
horas semanales puntúan el 100% en categoría Media. Los docentes que trabajan entre 11 y 20
horas semanales presentan: el 50% en categoría Media y el otro 50% en categoría Alta, no
registrándose ningún caso en categoría Baja. Los docentes que trabajan entre 21 y 30 horas
semanales presentan: el 17% puntúan en categoría Baja, el 17% en categoría Media y el 66%
restante en categoría Alta. Mientras que los sujetos que trabajan más de 30 horas semanales el
18% puntúan en categoría Baja, el 27% en categoría Media y el 55% restante en categoría Alta.
60%
50%
40%
30% Urbano
Urbano- Marginal
20%
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
50%
40%
30%
Urbano
20% Urbano- Marginal
10%
0%
BAJA MEDIA ALTA
CONCLUSIONES FINALES
Para alcanzar los objetivos planteados al comienzo del trabajo y verificar las hipótesis, se
trabajó con un grupo de 62 docentes, quienes fueron seleccionados de modo intencional, por lo
que los resultados obtenidos no son posibles de generalización.
Con dicha muestra se procedió a la aplicación del Cuestionario MBI (Maslach Burnout
Inventory), con la finalidad de evaluar la existencia del Síndrome de Burnout, que el sujeto pudo
haber desarrollado en el desempeño de su trabajo y conocer así cuáles son las variables que
influyen en su aparición.
Como ya se ha mencionado con anterioridad, son múltiples los estudios que han demostrado
que algunos profesionales son más vulnerables y están más predispuestos a los procesos de estrés
y burnout que otros, entre ellos, se encuentran los profesionales de la educación por tener que
desarrollar su labor vinculados al trato directo con personas. En este sentido se acertó que los
docentes tanto de nivel primario como secundario presentan puntuaciones elevadas en las tres
dimensiones que componen el Síndrome.
En este sentido se encontró que en el 74% del total de la muestra de docentes de nivel
primario y en el 84% del total de la muestra de docentes de nivel secundario está presente el
Cansancio Emocional, dicha diferencia entre los dos grupo evaluados, no es significativa. El alto
133
grado de cansancio emocional en estos sujetos podría deberse a que continuamente se viven en
las instituciones educativas situaciones problemáticas como son la violencia escolar, la
hiperexigencia a los docentes paradójicamente acompañada de la escasez de recursos, ya sea de
material didáctico como de recursos humanos y recursos institucionales y la falta de apoyo social,
familiar e institucional que estos profesionales vivencian. Esto provoca en los sujetos que luego de
una interacción intensiva con el alumnado se encuentren fatigados y con falta de energía,
dejándolos con una sensación de frustración y por consiguiente con falta de motivación, lo que
empuja al docente a realizar acciones para distraerse emocional y cognitivamente como una
forma de lidiar con la sobrecarga, influyendo en la capacidad que tiene el mismo para involucrarse
y responder a las necesidades particulares de sus alumnos.
También se concluye que en el 58% del total de la muestra de docentes de nivel primario y
en el 77% del total de la muestra de docentes de nivel secundario está presente la
Despersonalización, dicha diferencia entre los dos grupos no es significativa. El alto grado de
despersonalización podría deberse a que los docentes se encuentran obligados a realizar
simultáneamente múltiples actividades y funciones, así, se exige al docente que sea amigo y
consejero del alumno, pero que al mismo tiempo sea juez inapelable sobre su educación, también
el docente debe transmitir valores que de hecho la sociedad no vive y esto hace que el profesional
se enfrente a situaciones en las que se desequilibran las expectativas personales con la cruda
realidad del trabajo diario. Esto provoca que los sujetos desarrollen actitudes negativas e
insensibilidad hacia sus alumnos y hacia sus colegas y compañeros de trabajo, lo que deriva en
conflictos interpersonales y aislamiento. El profesional pone distancia entre sí mismo y los demás
tratando como objeto a los sujetos y evitando al máximo su involucramiento y compromiso con el
trabajo.
Teniendo en cuenta las variables que se tomaron para realizar el presente estudio se
arribaron las siguientes conclusiones para el grupo de docentes de nivel primario:
cansancio emocional y un nivel medio en realización personal. Sin embargo, los docentes que
trabajan en escuelas urbanas tienen un nivel bajo de despersonalización mientras que los que lo
hacen en escuelas urbano marginales puntúan un nivel medio. Esta falta de diferencia significativa
podría deberse a que la institución escolar en general está atravesando por una crisis y que todos
los docentes están propensos a exponerse continuamente con problemáticas que favorecen la
aparición del síndrome.
urbanas como los que lo hacen en escuelas urbano marginales puntúan un nivel alto en cansancio
emocional y en despersonalización, mientras que presentan un nivel bajo de realización personal.
Esta falta de diferencia significativa podría deberse a que la crisis actual por la que atraviesa
nuestra sociedad ha influido enormemente a la institución escolar en general y que todos los
docentes que deben desarrollar su labor enmarcados dentro de estas condiciones se encuentran
propensos a padecer la tensión que esto implica, volviéndose más vulnerables a padecer Burnout.
Advertimos que nuestra investigación no agota el estudio de todas las aristas imbricadas en la
producción del síndrome, no obstante esperamos haber contribuido a la ampliación del
conocimiento de este tema que tiene una incidencia directa en la salud mental y condiciones de
vida de una persona, con miras al desarrollo de diseños de estrategias preventivas en sus
diferentes niveles primario, secundario y terciario.
Entendemos que la investigación actual puede abrir otras líneas de investigación tendientes a
la comprensión y abordaje del síndrome estudiado en poblaciones vulnerables.
138
ANEXOS
La presente investigación es realizada por Paula Pepi y dirigida por la Lic. Patricia Moles, de
la Universidad del Aconcagua, Facultad de Psicología. La meta de esta investigación es realizar un
estudio comparativo entre docentes de nivel primario y docentes de nivel secundario de la
provincia de Mendoza, en relación a la incidencia del Síndrome de Burnout y del Estrés Laboral en
dicha profesión.
Si usted accede a participar en este estudio, se le pedirá completar una encuesta que mide
las patologías antes mencionadas. Esto tomará aproximadamente 10 (diez) minutos de su tiempo.
Si tiene alguna duda sobre este proyecto, puede hacer preguntas en cualquier momento
durante su participación en él. Igualmente, puede retirarse del proyecto en cualquier momento sin
que eso lo perjudique en ninguna forma. Si alguna de las preguntas durante la entrevista le
parecen incómodas, tiene usted el derecho de hacérselo saber al investigador o de no
responderlas.
Acepto participar voluntariamente en esta investigación, realizada por Paula Pepi y dirigida
por la Lic. Patricia Moles, de la Universidad del Aconcagua, Facultad de Psicología. He sido
informado (a) que la meta de esta investigación es realizar un estudio comparativo entre docentes
de nivel primario y docentes de nivel secundario de la provincia de Mendoza, en relación a la
incidencia del Síndrome de Burnout y del Estrés Laboral en dicha profesión.
Me han indicado también que tendré que responder un cuestionario, lo cual tomará
aproximadamente 10 (diez) minutos.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
M.B.I.
INVENTARIO BURNOUT DE MASLACH
Edad:_________________________________________________________
Estado Civil:____________________________________________________
Hijos: SI - NO
PRIMARIO - SECUNDARIO
0 1 2 3 4 5 6
NUNCA POCAS UNA VEZ AL UNAS UNA VEZ A POCAS VECES TODOS LOS
VECES AL MES O POCAS LA SEMANA A LA SEMANA DÍAS
AÑO O MENOS VECES AL
MENOS MES
Conteste a las frases indicando la frecuencia con que usted ha experimentado ese
sentimiento.
1. Me siento emocionalmente cansado con mi trabajo
2. Me siento cansado al final de la jornada de trabajo
3. Me siento fatigado cuando me levanto por la mañana y tengo que enfrentarme con otro día de trabajo
4. Fácilmente comprendo cómo se sienten las personas
5. Creo que trato a las personas como si fueran objetos impersonales
6. Trabajar todo el día con personas es un esfuerzo
7. Trato muy eficazmente los problemas de las personas
8. Me siento “quemado” por mi trabajo
9. Creo que estoy influyendo positivamente con mi trabajo en las vidas de los demás
10. Me he vuelto más insensible con la gente desde que ejerzo esta profesión
11. Me preocupa el hecho de que este trabajo me está endureciendo emocionalmente
12. Me siento muy activo
13. Me siento frustrado en mi trabajo
14. Creo que estoy trabajando demasiado
15. No me preocupa realmente lo que le ocurre a algunas personas a las que doy servicio
16. Trabajar directamente con personas me produce estrés
17. Fácilmente puedo crear una atmósfera relajada con las personas a las que doy servicio
18. Me siento estimulado después de trabajar en contacto con personas
19. He conseguido muchas cosas útiles en mi profesión
20. Me siento acabado
21. En mi trabajo trato los problemas emocionales con mucha calma
22. Creo que las personas que trato me culpan de alguno de sus problemas
142
BIBLIOGRAFÍA
Brill, P.L. (1984). The need for an operational definition of burnout. Family and
Community Health. 6:12.
Carver, C.S., Scheier, M.F. y Weintraub, J.K. (1989). Assessing coping strategies: a
theoretically based approach. Journal of personality and social psychology, 53, 267-
283.
Castilla, L. (2010). “El estrés en el ámbito laboral y sus causas”. Primera jornada
sobre seguridad y salud laboral. España, Madrid.
143
Cox, T., Boot, N. y Cox, S. (1990). Stress in schools: A problem solving approach.
En M. Cole y S. Walker. Teaching and stress, 99-116. Philadelphia: Open
University Press.
Freudenberger, H.J. (1974). Staff burn-out. Journal of Social Issues, 30, 159-165.
Gold, Y., Roth, R., Wright, C., Michael, W. y Chen, C. (1992). “The Factorial
Validity of a Teacher Burnout Measure (ES) Administered to a Sample of
Beginning Teachers in Elementary and Secondary Schools in California”,
Educational and Psychological Measurement , Vol. 52.
Leiter, M.P. (1988). The impact of family resources, control coping, and skill
utilization on the development of burnout: A longitudinal study. Human Relations,
43(11), 1067-1083.
Maslach, C. y Jackson, S. (1985). The role of sex and family variables in burnout.
Sex Roles, 12 (7 -8), 837, 851.
Moreno, M., Aranda, C., Aldrete, M. G., Flores, E. y Pozo, E. (2006). Factores
psicosociales y burnout en docentes del centro universitario de ciencias de la salud.
Investigación en Salud, 7(3), 173-177.
148
Pearlin, L.I. y Schooler, C. (1978). The structure of coping. Journal of Health and
Social Behavior, 19, 2-21.
Pines, A. y Aronson, E. (1983). Career Burnout. Causes and Cures. New York: The
Free Press.
Schwab, R.L., Jackson, S.E. y Schuler R.S. (1986). Educator burn-out: sources and
consequences. Educational Research Quaterly, 10, 14-30.
Thoits, P.A. (1983). Dimensions of live events that influence psichological distress:
An evaluations and syntesis of the literature. En Kaplan (Ed.). Psycological stress.
33-103. Nueva York: Academic Press.