Embarazo en Adolecentes
Embarazo en Adolecentes
Embarazo en Adolecentes
Algunas adolescentes planean y desean su embarazo, pero en muchos casos no es así. Los
embarazos en la adolescencia son más probables en comunidades pobres, poco instruidas y
rurales. En algunos países, los embarazos fuera del matrimonio no son raros. En cambio, algunas
muchachas pueden recibir presión social para contraer matrimonio y, una vez casadas, para tener
hijos. En países de ingresos medianos y bajos más del 30% de las muchachas contraen matrimonio
antes de los 18 años, y cerca del 14% antes de los 15 años.
Algunas muchachas no saben cómo evitar el embarazo, pues en muchos países no hay educación
sexual. Es posible que se sientan demasiado cohibidas o avergonzadas para solicitar servicios de
anticoncepción; puede que los anticonceptivos sean demasiado caros o que no sea fácil
conseguirlos o incluso que sean ilegales. Aun cuando sea fácil conseguir anticonceptivos, las
adolescentes activas sexualmente son menos propensas a usarlos que las mujeres adultas. Puede
que las muchachas no puedan negarse a mantener relaciones sexuales no deseadas o a oponerse
a las relaciones sexuales forzadas, que suelen ser sin protección.
Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las
muchachas de 15 a 19 años en todo el mundo. Sin embargo, desde el año 2000 se han registrado
descensos considerables en el número de muertes en todas las regiones, sobre todo en Asia
Sudoriental, donde las tasas de mortalidad se redujeron de 21 a 9 por 100 000 muchachas. Cada
año se practican unos 3 millones de abortos peligrosos entre muchachas de 15 a 19 años, lo que
contribuye a la mortalidad materna y a problemas de salud prolongados.
La procreación prematura aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién
nacidos. En los países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se
enfrentan a un riesgo un 50% superior de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas
de vida que los bebés de mujeres de 20 a 29 años. Cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo
para el bebé. Además, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad
de registrar peso bajo al nacer, con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.
La respuesta de la OMS
En 2011 la OMS publicó junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) unas
directrices sobre la prevención de los embarazos precoces y la reducción de los resultados
negativos para la reproducción. Las directrices contienen recomendaciones sobre las medidas que
los países podrían adoptar, con seis objetivos principales:
fomentar la comprensión y el apoyo a fin de reducir el número de embarazos antes de los 20 años;
aumentar el uso de anticonceptivos por parte de las adolescentes a fin de evitar el riesgo de
embarazo involuntario;