Juegos - IE
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Manzana
No
Mango
No
Manzana
Sí
El niño que adivina entonces escoge el siguiente objeto y acumulará también puntos por
adivinar.
b. Dados de contar historias
Para jugar solamente tenemos que tirar los datos y hacer una historia con las imágenes
que aparezcan. Podemos tirar un dado cada uno, por turno, y seguir la historia que haya
empezado el jugador anterior.
Podemos jugar a este juego de una manera más sencilla usando directamente imágenes
(recortadas de revistas o impresas). Para lo más pequeños esta opción será más sencilla
al principio. Les explicaremos que vamos a contar un cuento, pero tendremos que
hacerlo con las imágenes que salgan.
II. Juegos para el desarrollo del pensamiento
a. Rompecabezas
Este juego ayuda a desarrollar la capacidad motriz fina al manipular las piezas, puesto
que exige el movimiento de pinza de los dedos. Desarrolla la capacidad motriz del ojo al
estar constantemente visualizando en qué lugar va cada pieza. Ejercita su memoria
visual para recordar cómo era la imagen y así volver a montarla. Jugar con ellos tiene
múltiples beneficios ya que divierte y entretiene a los pequeños/as, colocar las piezas
para formar correctamente la imagen, ello favorece la observación, la concentración y la
predicción.
La complejidad del juego depende de la edad, por ejemplo, De dos a tres años se puede
ampliar el nivel de dificultad, entre cuatro y 12 piezas. De tres a cuatro años, entre 12 y
22 piezas. Aquí pueden utilizarse puzzles de letras y palabras si ya empiezan a
reconocer el alfabeto. De cuatro a cinco años, entre 22 y 48 piezas.
Copiar patrones de lego o duplo es una actividad que puede estimular el pensamiento
lógico de nuestros niños.
Es habitual que en los regalos a nuestros hijos incluyamos algún disfraz de un personaje
de película o cuento para que él pueda recrear todas las aventuras que lleva en su
imaginación. El juego del disfraz fomenta la creatividad, sobre todo, cuando son ellos
mismos los que se crean los disfraces con ropa vieja, sombreros y otros objetos.
También les gusta mucho disfrazarse de sus padres e imitarles. Con el juego de los
disfraces los niños se desinhiben, se relajan y se expresan libremente.
Los niños se ponen la ropa, los zapatos, un sombrero o cualquier otra cosa y lo utilizan
de apoyo para representar un papel o contar una historia. Los niños desarrollan ideas
sobre el mundo que les rodea cuando se involucran en juegos dramáticos de disfraces.
Es normal encontrar a los niños jugando a ser piloto de fórmula uno o maquinista de un
tren, jefe de estación etc.
Además, los niños de 3 a 4 años se caracterizan por la enorme energía que desprenden.
Son muy activos y les gusta jugar a toda clase de juegos que impliquen movimiento.
Los niños les gustan manejar carros y decir que son policías o jugar a las carreras.
El escondite es uno de los juegos más simples que existen, y les encanta a los niños. En
él, uno de los participantes tiene que contar hasta un número determinado con los ojos
cerrados, mientras todos los demás buscan un lugar donde esconderse. Cuando el que la
liga llega hasta el número previamente acordado, avisa a los demás de que va a
buscarlos y sale en su captura. Cuando encuentra a alguno de los otros participantes,
tiene que tocarle para eliminarlo y continuar con su búsqueda. El juego termina o bien
cuando el que la liga ha conseguido eliminar a todos los demás niños, o bien cuando
uno de estos ha logrado llegar hasta la base (el lugar donde el buscador había estado
contando con los ojos cerrados) sin que le hayan capturado.
El objetivo del juego del escondite es ocultarse y no ser descubierto hasta el final. Se
juega con niños a partir de los 3 años en adelante.
Son espacios sanos de diversión y juego. Pero las rondas también ayudan con algunas
destrezas, habilidades y valores, necesarios para el desarrollo integral de los niños.
Como, por ejemplo: su expresión corporal y oral, relaciones lógico-matemáticas y su
Identidad y autonomía.
Los participantes cantan en ronda y hacen preguntas al "lobo" que está en el centro. El
"lobo" va contestando hasta que está totalmente listo. El juego continúa hasta llegar el
momento en el que el lobo coge las llaves de su casa y sale a buscar a los niños que
están jugando. Al formar una ronda aprenden a relacionar su cuerpo con el espacio
físico, a ubicarse, guardar distancia. Al cantar, reír y jugar en las rondas el niño expresa
de modo espontáneo sus emociones, vivencias, sentimientos e ideas, a la vez que se
familiariza con los juegos y rondas tradicionales de su entorno, asimismo las rondas
como base del aprendizaje le permite al niño reconocerse, conocer el mundo, ponerse en
el lugar de los demás y asimilar la realidad.
Este juego es muy importante ya que intervienen elementos como el juego, la danza, la
recitación, la mímica, el canto, el diálogo, los juegos de palabras, etc. Estos elementos
puestos en práctica favorecen la integración social del niño, sus habilidades motrices, su
autoestima y motivación.
V. Conclusiones
El juego ayuda a mejorar las capacidades de los niños, ayudan a planificar,
organizar, llevarse bien con los demás y regular sus emociones. Además, el
juego ayuda con el lenguaje, las destrezas matemáticas y sociales e incluso
ayuda a los niños a sobrellevar el estrés.
Durante el juego, los niños aprenden a lidiar con emociones como el miedo, la
frustración, el enojo y la agresividad, en una situación en la que ellos tienen el
control. También el juego les permite poner en práctica la empatía y la
comprensión.
El juego favorece el proceso de desarrollo cultural y surge de manera natural. Es
indispensable para el desarrollo psicomotor, intelectual, afectivo y social, ya que
con él se desarrollan habilidades y se aprende a respetar normas y a tener metas
y objetivos.
A través del juego, los niños aprenden a forjar vínculos con los demás, y a
compartir, negociar y resolver conflictos, además de contribuir a su capacidad de
autoafirmación. El juego también enseña a los niños aptitudes de liderazgo,
además de a relacionarse en grupo.