Jaquin y Boaz4
Jaquin y Boaz4
Jaquin y Boaz4
Veamos ahora una revelación que tiene que ver con el Gran Rey/Sumo
Sacerdote de ISRAEL/JEZREEL cuyo Trono estará en el nuevo Templo del
milenio. Comencemos en un lugar no mencionado en las Escrituras pero vivo
en la tradición: los padres de María/Myriam, abuelos de Jesús/Yeshua,
Joaquín y Ana. Todo lo que de ellos sabemos, incluso sus nombres, procede
de relatos que no están en el canon bíblico aunque son considerados verídicos
en los aspectos que aludiremos, el más importante de los cuales es el
Protoevangelio de Santiago frecuentemente citado por los padres de la Iglesia. Allí
se lee la siguiente historia (resumen extraído de la Red):
“En Nazaret vivían Joaquín y Ana, una pareja rica y piadosa pero que
no tenía hijos. Cuando en una fiesta Joaquín se presentó para ofrecer
sacrificio en el Templo, fue rechazado por el sacerdote Ruben, bajo el
pretexto de que hombres sin descendencia no eran dignos de ser
admitidos. Joaquín, cargado de pena, no volvió a su casa sino que se fue
a las montañas a presentarse ante Dios en soledad. También Ana,
habiendo conocido la razón de la prolongada ausencia de su esposo,
clamó al Señor pidiéndole que retirase de ella la maldición de la
esterilidad y prometiéndole dedicar su descendencia a Su servicio. Sus
oraciones fueron escuchadas; un ángel visitó a Ana y le dijo: “Ana, el
Señor ha mirado tus lágrimas; concebirás y darás a luz y el fruto de tu
vientre será bendición para todo el mundo”. El ángel hizo la misma
promesa a Joaquín, quién volvió adonde su esposa. Ana dio a luz una
hija a quien llamó Myriam (María)”
A esto agregamos, para mayor destaque del perfil de estos santos, que tanto
Joaquín como Ana eran de edad avanzada cuando fueron rechazados en el
Templo por ser estériles. Y se nos dice que por esa causa fueron abrumados de
pena y en lamento encontraron inspiración en el nacimiento de Isaac, que vino
a la vida a pesar de que Abraham y Sara fueran ancianos y Sara estéril –su caso-
para reclamar la Intervención de Dios/Elohim a su favor. Y, como se relata,
obtuvieron esa Gracia acompañada de sendos avisos por parte de mensajeros
celestiales comunicándole a Ana: “de tu descendencia se hablará en todo el mundo”,
algo que María/Myriam confirmaría en el Magnificat: “desde ahora me dirán
bienaventurada todas las generaciones” (Luc 1, 48)
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“Boaz es quien se casa con Rut, que engendra un hijo suyo, Obed,
padre de Isaí y por tanto, es bisabuelo de David. Es un hombre muy
rico y poseedor de tierras, que permitió que Rut recogiera las gavillas de
trigo que dejaban sus trabajadores; posteriormente aceptó tomarla
como esposa y serían bisabuelos del Rey David. Su padre fue Salmon y
su madre Raab”
Pero vale destacar además que Boaz era hijo de Raab, la prostituta de Jericó
justificada y salva por haber ayudado a los espías de ISRAEL. Y ambas
extranjeras/gentiles, Rut y Raab, entraron a través de Boaz en la genealogía
carnal de Jesús/Yeshua mostrando que Él no hace acepción de personas y es
“Señor de todos” (Hech 10, 36). Y finalmente destacamos algo no menor: Boaz
fue abuelo de Isaí, y bisabuelo de David. Una encrucijada de la historia de
ISRAEL cuya vida nos enseña mucho del Gran Boaz venidero.
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nota 1): sabemos que en la masonería le dan una importancia singular a estas dos
columnas en los recintos en donde realizan sus secretas reuniones, seguramente
atribuyéndoles algún significado gnóstico. Nada de eso tiene que ver con las
Escrituras ni con lo que se relata en estas líneas.
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Hay algo en la Palabra profética que aparece como una gruesa incongruencia:
por un lado el Señor afirma que nunca la faltaría a David un descendiente que
reine sobre el trono de ISRAEL (1 Rey 2, 4), y por otro se hace la siguiente
afirmación sobre Joaquín, el último rey de la descendencia de David,
capturado y exiliado en Babilonia:
« ¿Te has dado cuenta de lo que la gente dice?: “¡El Señor eligió a Judá y a
Israel pero luego los abandonó!”... Sin embargo, esto dice el Señor:... Nunca
abandonaré a los descendientes de Jacob o de mi siervo David ni cambiaré el
plan de que los descendientes de David gobiernen a los descendientes de
Abraham, Isaac y Jacob. En cambio, yo los restauraré a su tierra y tendré
misericordia de ellos»
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El capítulo 11 de Isaías es quizás aquel en donde se describe con mayor detalle
el Reino venidero y específicamente el carácter del Gran Rey de ISRAEL –el
Mashíaj- que será esperanza para todas las naciones de la tierra. Y comienza
con una extraña afirmación:
“Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto”
La traducción NTV lo vierte más simplemente “un Retoño nuevo dará fruto de la
raíz vieja”. Es decir, de un tronco segado –un tocón- aparentemente sin vida
saldría una ramita o retoño que prosperaría. Esto es, de lo ya muerto surgirá la
vida, algo que a lo que ya estamos acostumbrados cuando interviene
YaHWéH. Y la imagen a continuación sería una ilustración de ese primer
versículo:
Y en el verso 10 leemos:
“En ese día, la raíz de Isaí será estandarte de salvación para el mundo entero. Las
naciones se reunirán junto a él, y la tierra donde vive será un lugar glorioso”
en donde se ubica al Vástago ya florecido en la Sión en Gloria del siglo
venidero reinando sobre las naciones. A esto también alude el apóstol Pablo
en Romanos 15, 12 cuando dice: “La raíz de Isaí vendrá y reinará sobre los gentiles.
Ellos pondrán su esperanza en él”. Y en este capítulo 11 al mencionar todas las
excepcionales y únicas características del Vástago no se olvida de hablar
extensamente de que efectuará un rescate prodigioso de Su Pueblo (ver. 11):
Y ‘Asiria’ aquí es una referencia al lugar por donde fueron tomadas las diez
tribus del norte para luego ser diseminadas por todas las naciones de la tierra.
A estos exilados del norte los asirios llamaban “hijos de Omri” de donde
procede el nombre “cimerios” con el que se conoció a la población ancestral
de los pueblos de la hoy Europa –la primera oleada migratoria a partir del
siglo V a.C.-. Otra rama migratoria de esta descendencia de Israel se habría
dirigido al oriente, hacia el Asia, y esta vez fueron conocidos con el nombre de
“sakas” o “escitas”. Y a partir del siglo II estos también migrarían sobre tierras
protoeuropeas para junto a los “cimerios” ya establecidos –llamados galos por
los romanos- conformar las naciones europeas que ahora vemos luego de una
intrincada agenda de guerras que bien podemos llamar fratricidas. Y estas
naciones se diseminaron por el mundo entero, especialmente sobre el
continente americano –‘las costas’ o ‘islas’ a que se refiere Isaías-. Y es a toda
esa inmensa población repartida por el mundo a la que se está refiriendo este
último versículo del capítulo 11 de Isaías. O mejor, a un ‘remanente’ de ella
como se dice: “En ese día, el Señor extenderá su mano por segunda vez para traer de
regreso al remanente de su pueblo”.
De modo que Aquel que es llamado “la raíz de Isaí” no solo desarrollará un
reinado de esplendor universal –glorioso- en fidelidad a YaHWéH y será la
esperanza de todas las naciones de la tierra sino que congregará a un
remanente santo del pueblo disperso de Israel desde las naciones. Y así se
cumplirán los extremos de la encomienda al Siervo de YaHWéH (Is 49, 6) que
debía ser Luz a las naciones y congregar a las ‘tribus de Jacob’ de retorno a Sión.
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nota 1) si tomamos como valido que la genealogía que aparece en el
evangelio de Lucas se refiere a María/Myriam concluimos que ella es
descendiente de David pero a través de un hermano de Salomón, Natán, de
modo que su ascendencia excluye a los reyes davídicos que fueron
condenados.
Nota 2) Una página de la Red hace esta afirmación que me parece gozosa:
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Entonces ‘Jaquín’ y ‘Boaz’ nos hablan del Gran Rey venidero, que atraerá con
el resplandor de Su Justicia a los gentiles –YaHWéH Justicia Nuestra- y
congregará de nuevo a Sión a un remanente redimido de Su pueblo que será
“de todo linaje, lengua, pueblo y nación” (Ap 5, 9) aunque en su mayoría de la
descendencia de Jacob/Israel. Y cuando los sacerdotes del Templo de
Salomón cruzaban el umbral de la casa de Dios/Elohim para realizar los
oficios sagrados lo hacían ‘observados’ desde las alturas por estas dos
magnificas columnas que confesaban al futuro Mesías/Mashíaj de ISRAEL.
Es decir, el Templo de Salomón, en todos sus detalles, fue profecía edilicia del
Gran Rey y del Reino venidero y no hay razón para suponer que será
reconstruido cuando Él ya esté entre nosotros, ni tampoco ahora que esta
próxima Su venida.
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“Los lirios son unas de las plantas más hermosas… son elegantes, lo
que las diferencian de otras que podemos encontrar en su mismo
hábitat… esta especie destaca sobre todo por su encanto y la dulce
fragancia que desprende”
El esposo
En donde descubrimos otra característica del lirio: nace entre espinos o en las
grietas de las rocas, inundando estos agrestes y poco afables lugares con su
encantador perfume y elegancia. De ahí el elogio del rey Salomón a su amada:
“como el lirio entre los espinos es mi amada entre las jóvenes”. Es decir, ella se destaca
muy por encima de su entorno. De modo que estas dos columnas eran como
gruesos tallos rematados por un lirio, que es figura de la Iglesia de Cristo que
exhala su Perfume al mundo aun en las situaciones más dolorosas y agónicas
(2 Cor 2, 15).
Y así llegamos al fin, este estudio nos ha completado la visión del Gran Rey y
Su glorioso Reino venidero. Habría más cosas por descubrir –los misterios de
Dios son insondables- pero dejamos por aquí agregando solo que la revelación
de estas dos columnas nos hace comprender un poco mejor el episodio de la
Transfiguración: Moisés representa a la más excelsa genealogía israelita del
futuro Gran Rey, elegido de Dios/Elohim para realizar un casamiento/Pacto
entre un pueblo desamparado y el Fuerte de Jacob (como el Redentor ‘Boaz’).
Y Elías representa la Irrupción inesperada que destruye imposibles, vence toda
impiedad y devuelve a la vida lo que estaba muerto (como el Vástago ‘Jaquín’)
ya que fue el ‘instrumento de Dios’ para manifestar Su Poder sobrenatural. Y
en medio de ambos Jesús/Yeshua resplandeciendo ante los ojos de sus
sorprendidos discípulos irradiando una Luz de extraordinaria pureza que
quizás fue vista desde el Mar de Galilea –figura de las naciones- y desde el
extenso valle entre el monte Mejido y el monte Tabor, que era llamado Jezreel
(‘Dios siembra’). Gracias a Dios/Elohim por Su esperanza en momentos
angustiantes como los actuales en los que no hay solución humana a la vista
¡Transfigura este mundo!
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