Sabattinietal 2020 Produccion Forestal Final

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PROGRAMA 

IBEROAMERICANO DE CIENCIA Y
TECNOLOGÍA PARA EL DESARROLLO (CYTED)

Trabajos de investigación 2019 Red IBEROMASA

OPTIMIZACIÓN DE LOS PROCESOS


DE EXTRACCIÓN DE BIOMASA
SÓLIDA PARA USO ENERGÉTICO

Cuadernos de la
Red IBEROMASA
Optimización de los procesos de extracción
de biomasa Sólida para uso energético

Trabajos de investigación 2019


Red IBEROMASA

Programa Iberoamericano de Ciencia y


Tecnología para el Desarrollo (CYTED)
Cuadernos de la RED IBEROMASA

Editor
Universitat Politècnica de València
Coordinador
Borja Velázquez Martí

© de los textos y las imágenes: sus autores

Diseño y maquetación
Enrique Mateo, Triskelion Diseño Editorial
Imprime
Byprint Percom SL .

ISBN: 978-84-121798-5-9
Depósito Legal: V-1497-2020

Los editores autorizan la reproducción, traducción y difusión parcial de la


presente publicación con fines científicos, educativos y de investigación que
no sean comerciales ni de lucro, siempre que se identifique y se reconozca
debidamente a los editores, la publicación y los autores. La autorización para
reproducir, difundir o traducir el presente estudio, o compilar o crear obras
derivadas del mismo en cualquier forma, con fines comerciales/lucrativos,
deberá solicitarse por escrito.

Impreso en España
Contenido

Prólogo..................................................................................................................................................vii

PARTE A: Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima


Eucalipto en Ecuador.......................................................................................................................... 3
Velázquez-Martí, B., Gaibor-Chavez, J.

Generalidades cultivo eucalipto en Uruguay............................................................................... 15


Resquin, F., Carrasco-Letelier, L., Rachid-Casnatti, C., Navarro-Cerrillo, R.

Producción de biomasa del fuste de Eucalyptus benthamii Maiden &


Cambage, Eucalyptus dunnii Maiden y Eucalyptus grandis Hill ex Maiden en
plantaciones de corta rotación en Uruguay................................................................................. 29
Resquin, F., Carrasco-Letelier, L., Rachid-Casnatti, C., Navarro-Cerrillo, R.

Bambú en Perú................................................................................................................................... 63
Césare, M.F., Titto, J.L., Paucar, R., Calle, J.L., Gonzales Mora, H.

Caña de azúcar en Paraguay........................................................................................................... 89


Lovera-Rivas, L., Ramirez-Mereles, H.A.

Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y


potencialidades en el uso de la madera como fuente energética........................................105
Sabattini, J.A., Dalla Costa, B., Francia, D., Beti Dallava, A.

Caña de azúcar en Argentina: situación actual y uso para fines bioenergéticos..............145


García, J.M., Molina, C., Acevedo, A.

Biomassa de vegetais não lenhosos e resíduos orgânicos para geração de


energia no Brasil e estado de São Paulo....................................................................................159
Bonini, C.S.B., Alves, M.C., Crestana, S., Moreira, B.R.A., Lozano Oliverio, G., Ferreira Rodrigues, R.A.

Maíz en Cuba....................................................................................................................................197
Ramírez-Olivera, R., Núñez-Tablada, R., Villazón Gómez, J.A., López Crúz, V., García Reyes, R.A.

Caña de azúcar en Cuba................................................................................................................205


Villazón Gómez, J.A., Núñez Tablada, R.C., García Reyes, R.A., Ramírez Olivera, R., López Cruz, V.A.

Marabú en Cuba...............................................................................................................................215
Núñez Tablada, R.C., Ramírez Olivera, R., Gracía, R., Villazón Gómez, J.A., López Cruz, V.A.

Residuos del Arroz en Cuba..........................................................................................................221


García-Reyes, R.A., Núñez Tablada, R.C., Villazón Gómez, J.A., Ramírez Olivera, R.

Cuadernos de la Red IBEROMASA | iii 


Contenido

Girasol en Venezuela.......................................................................................................................231
Camacho-Marín, R.

Evaluación financiera del uso de bagazo para la generación de electricidad


en Nicaragua.....................................................................................................................................245
Blanco, N.
Jatropha curcas en Ecuador..........................................................................................................255
Acosta-Chapi, J., Franco-Rodríguez, J., Kuffó-García, A., Peñalver-Romeo, A.,
Riofrío-Figueroa, M., Mena Campoverde, C., Velázquez-Martí, B.

PARTE B: Mejora de procesos de aprovechamiento energético de biomasa


Ethanol from green coconut fiber using alkaline combined steam explosion
pretreatment.....................................................................................................................................267
Troccoli Ribeiro, V., Araújo da Costa, W., Castro Campolina, A., Silvino dos Santos, E.

Modelo de uso de biomasa para la generación de electricidad............................................279


Blanco, N.
Pirólisis de residuos del fruto de aguaje (Mauritia Flexuosa L.F) y aserrín
maderas de baja densidad para La obtención de carbón.......................................................285
Guerrero Córdova, A.S., Guerrero Vejarano, T.E.

PARTE C: Caracterización de materias primas


Solid biofuels characterization in Portugal................................................................................301
Cancela, E., Almeida, T., Alves, N., Figo, S.

Evaluación preliminar de la calidad de astilla de madera como base para


una estandarización de biocombustibles sólidos en México................................................311
Carrillo Ávila, N., Cano, M.E., Pérez Martínez, A., Carrillo Parra, A., Rutiaga, J.G.

Caracterización Mofológica del Fruto de Mamey (Mammea americana L.)......................315


Zarraga Bello, A.R., Camacho Marín, R.A., Merino Cordova, P.A., Loor Reasco, W.A.

PARTE D: Resúmenes encuentro de investigadores Guayaquil 2019


Resumen ponencia: Caracterización de residuos maderables.............................................327
Rutiaga Quiñones, J.G.

Resumen ponencia: Plataforma Web Geoespacial para estimación de ofer-


ta y demanda de biomasa..............................................................................................................329
Tauro, R., Rangel, R., Suárez, R., Caballero, J.L., Salinas, M., Ghilardi, A.

Investigación e Innovación en Biocombustibles Sólidos para la transición


energética de México......................................................................................................................331
Cohen Salgado, D., Masera Cerutti, O.

iv | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Producción forestal en la Mesopotamia
Argentina: situación actual y
potencialidades en el uso de la madera
como fuente energética

Julian Alberto Sabattini1*, Bruno Dalla Costa2, Daian Francia3,


Agustina Beti Dallava4
1Ecología
de los Sistemas Agropecuarios. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional
de Entre Ríos. Ruta 11 km 10.5 – Oro Verde, Entre Ríos, República Argentina.
2Facultad de Ingeniería Química. Universidad Nacional del Litoral. CONICET Instituto de Investigaciones

en Catálisis y Petroquímica. República Argentina


3Facultad de Ciencias Agropecuarias (UNER) República Argentina
4Ingeniera Agrónoma. Profesional independiente.

*Autor para correspondencia: julian.sabattini@fca.uner.edu.ar

1. Contexto mundial y regional de la forestación en la Mesopotamia Argentina

En el Acuerdo de París, firmado en abril 2016, dentro del marco de la Convención


Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se establece que la forestación
es una actividad destacada que contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto in-
vernadero. La forestación fija carbono, mientras que la deforestación de bosques naturales
realiza exactamente lo contrario. Los bosques en el mundo almacenan aproximadamente
más de 650 000 millones de toneladas de carbono, de los cuales el 44% corresponde a la
biomasa en pie, 11% a la madera muerta y hojarasca, y un 45% al suelo. Las estimaciones
del año 2010 indican que el área total de bosques del mundo oscila los 4000 millones de
hectáreas, equivalente a un promedio mundial de 0.6 hectáreas de bosque per cápita. La
distribución es heterogénea, y se conforma por los cinco países que concentran la mayor
riqueza forestal (53%): Federación de Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos de América y
China.

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 105 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

Teniendo en cuenta el contexto regional, la cubierta forestal de América Latina y el


Caribe en el año 2005 era de 924 millones de hectáreas, correspondientes al 46% de la
superficie terrestre total de la región y al 23% del área forestal total del mundo. Dentro
la región el 90% del área forestal se encuentra en América del Sur, el 9% en América
Central y México y sólo 1% en el Caribe. Los cinco países con mayor cubierta forestal son
el Brasil (477.7 millones de hectáreas), el Perú (68.7 millones), México (64.2 millones),
Colombia (60.7 millones) y Bolivia (58.7 millones) constituyendo un total de 730 millones
de hectáreas (79% del área forestal total). La cubierta forestal en esta región continúa de-
creciendo. La pérdida neta anual durante el período 2000–2005 asciende a 4.7 millones
de hectáreas, lo que corresponde al 65% de la pérdida neta mundial anual. El Brasil es el
país que reporta la más alta pérdida de cubierta forestal en el mundo con 3.1 millones de
hectáreas anuales. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que los datos de deforestación
para el Brasil y otros países de la región se refieren a la deforestación bruta sin tomar en
cuenta que parte de las áreas deforestadas se han regenerado y convertido nuevamente
en bosques.
Por otro lado, se registraron alrededor de 13.1 millones de hectáreas de bosques
plantados, que representan sólo un 1.4% del área total de bosques en la región y el 9.4%
de los bosques plantados mundiales. La tasa anual de reforestación y forestación para el
año 2000 en la región se estimó en unas 622 mil hectáreas, contribuyendo al crecimiento
de la superficie de los bosques plantados. La mayor oferta de la madera proveniente de
este subsector ha triplicado su consumo en los últimos 20 años, sustituyendo en muchos
casos el uso de la madera proveniente del bosque natural. Cabe señalar que América del
Sur concentra la mayoría de los bosques plantados de la región, principalmente el Brasil,
Chile, la Argentina y el Uruguay, que juntos poseen cerca de un 88% del total de la super-
ficie de bosques plantados de la región (FRA, 2005). Las especies más desarrolladas co-
rresponden a los pinos (Pinus spp.), eucalipto (Eucalyptus spp.) y pino Paraná (Araucaria
angustifolia). Las políticas de estímulo a la forestación, particularmente en el Cono Sur,
mediante incentivos gubernamentales, el crecimiento de las inversiones privadas de los
segmentos de pasta, papel, la siderurgia y la reducción de la oferta de madera de bosques
naturales han facilitado el desarrollo de este subsector en las últimas décadas
La política forestal en la República Argentina depende de dos organismos estatales
diferentes. Las plantaciones forestales se encuentran bajo el Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca (MAGyP) a través de su Dirección de Producción Forestal (DPF); mien-
tras que los bosques nativos son gestionados por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo
Sustentable (SAyDS), a través de su Dirección de Bosques (DB). En el marco del MAGyP
también se encuentra el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) que es un
organismo autárquico enfocado en desarrollar acciones de investigación e innovación
tecnológica en las cadenas de valor, regiones y territorios para mejorar la competitivi-
dad y el desarrollo rural sustentable del país. Las proyecciones de demanda de madera
(World Wildlife Fund), estiman que el equilibro entre el consumo de madera y una tasa
de deforestación nula se logra forestando cerca de siete millones de hectáreas por año.
Para ello, Argentina podría contribuir ya que cuenta con un alto potencial para crecer en
forestaciones de alta productividad. Estimaciones indican que posee alrededor de 20 mi-
llones de hectáreas de tierras con aptitud forestal potencial (Braier, 2004). Actualmente el

106 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

patrimonio forestal implantado no supera 1.3 millones de hectáreas. De esta superficie,


cerca del 40% de estas plantaciones se encuentran certificadas por sellos de gestión sos-
tenibles, como son la certificación de Gestión Forestal FSC (Forest Stewardship Council)
y PEFC (Programa para el Reconocimiento de Certificación Forestal). Estas plantaciones
proveen materia prima al 95% de las industrias de base forestal del país, que incluyen
alrededor de 2.700 PyMES que emplean en forma directa cerca de 100.000 personas. En
2017, según el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), el valor bruto de la
producción (VBP) alcanzó los US$14.000 millones, equivalente al 7.3% del valor agregado
industrial. De las exportaciones, el papel representaba el 33% del total, seguido por la
pasta de madera con 21%, madera y sus manufacturas (20%), productos gráficos (7%),
muebles (1%) y otros subproductos.
A nivel nacional, se fomenta la instalación de plantaciones forestales mediante
aportes económicos no reintegrables y beneficios fiscales, a través de la Ley Nº 25.080 de
Inversiones para Bosques Cultivados, prorrogada y modificada por la Ley Nº 26.432, sien-
do la Autoridad de Aplicación la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca (SAGyP) del
MAGyP. Asimismo, beneficia la instalación de nuevos proyectos foresto-industriales y las
ampliaciones de los existentes, mediante beneficios impositivos e importes para el ma-
nejo sostenible, mientras exista el compromiso de aumentar la oferta maderera a través
de la generación de nuevas plantaciones. El actual Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca del Gobierno Nacional informa anualmente bajo licencia Open Data Commons, los
resultados del Inventario Nacional de Plantaciones Forestales desde el año 2006. Este
organismo es responsable de la actualización de las bases de datos relacionados con
las series de precios para diferentes especies forestales y destinos, como así también la
producción total de rodales y cortinas forestales, superficies implantadas y extracciones.
Por otro lado, recientemente se elaboró un programa denominado “ForestAR 2030”,
que es una iniciativa de la Argentina aumentar la producción forestal de manera susten-
table. Este programa es liderado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable
y también es impulsada por la Secretaría de Agroindustria, Ministerios de Producción y
Trabajo, Salud y Desarrollo Social, Educación, Cultura, Ciencia y Técnica, con la colabo-
ración de The Nature Conservancy Argentina (TNC). La iniciativa tiene como objetivo al-
canzar los compromisos asumidos por el País en el Acuerdo de París y la Agenda 2030 a
partir del desarrollo de una economía forestal que impulse el desarrollo social, económico
y ambiental. La forestación es una de las principales soluciones naturales y de bajo costo
para mitigar el cambio climático y permite también dar cumplimiento a los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS)
Según datos oficiales, Argentina cuenta con 26.589.000 hectáreas de tierras fores-
tales, que incluyen diversas formaciones como selvas y bosques de clima templado frío
y cálido, y 1.120.411 hectáreas de bosques cultivados, predominando las forestaciones
de pinos, eucaliptos, sauces (Salix sp.) y álamos (Populus sp.), de las cuales el 80% se
concentra en la Mesopotamia (provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos) y el delta
del río Paraná (Figura 1).

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 107 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

Figura 1. Producción total de los géneros de especies forestales más importantes en las provincias
de la República Argentina.

La producción forestal de Argentina está dominada por género Pinus spp. (64%),
acompañada por especies del género Eucalyptus spp (33%). El 3% restante está conforma-
da por especies de los géneros: Araucaria, Populus, Pseudotsuga, Salix entre otras especies
(Figura 2).

Figura 2. Distribución porcentual de la producción forestal en la República Argentina según los


géneros de especies forestales dominantes.

La Mesopotamia es en la actualidad la región de mayor concentración de bosques


cultivados, donde predominan las coníferas. Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires,
las forestaciones son de eucaliptos, pinos, y álamos en secano; mientras que en el delta del

108 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

río Paraná predominan álamos y sauces. Por otra parte, la región de la Patagonia Andina
(oeste de las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut) se especializa en el cultivo de
pinos. En la región del Noroeste Argentino (provincias de Salta, Jujuy y Tucumán) hay bos-
ques cultivados de pinos y eucaliptos, en tanto en la región de Cuyo (provincia de Mendoza)
y en el Valle de Río Negro (provincias de Río Negro y Neuquén) se encuentran las más ex-
tensas forestaciones de álamo bajo riego con fines de protección. En la región Chaqueña
(provincias de Formosa, Chaco y Santiago del Estero) se localiza la mayor superficie de
plantaciones con especies nativas del género Prosopis.
En la Figura 3 se observa la distribución espacial de la producción total por distritos
de la Mesopotamia Argentina de las especies de eucaliptos y pinos, siendo las dominantes
en la producción forestal de la región.
El 65% de las forestaciones del país corresponde a especies de coníferas, fundamen-
talmente Pinus elliottii y P. taeda y en menor medida otras especies. Aproximadamente un
22% de los bosques cultivados corresponde a los eucaliptos, siendo el Eucalyptus gran-
dis y el E. saligna los más plantados; en menor medida E. camaldulensis, E. tereticornis,
E. viminalis y E. globulus. Las salicáceas representan por su parte alrededor del 9% del
bosque implantado, diferentes clones de Populus deltoides y Populus x euroamericana son
los cultivares más representativos entre los álamos plantados. En relación a los sauces se
destacan el Salix babylonica var. sacramenta, S.nigra y los híbridos S. babylonica x S. alba y
S. matsudana x S. alba. Sólo el 4% restante está conformado por especies latifoliadas como
Grevillea sp., Paulownia sp., Melia sp., Robinia sp., Prosopis sp. y Toona sp.

Figura 3. Distribución espacial de la producción de eucaliptos y pinos en la Mesopotamia Argentina.

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 109 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

1.1. La Mesopotamia como potencial


La región Mesopotámica está integrada por las Provincias de Entre Ríos, Corrientes
y Misiones con sus correspondientes cabeceras administrativas, las ciudades de Paraná,
Corrientes y Posadas. En ella se asientan 3 053 000 habitantes que equivalen al 8.4% de la
población total nacional. Como su nombre lo indica, la región se encuentra bordeada en
todo su perímetro por ríos; en este caso el Uruguay, Paraná, Iguazú, San Antonio y Pepirí
Guazú. De tierras fértiles, sus recursos económicos se basan primordialmente en la explo-
tación forestal y sus industrias derivadas (aserraderos, celulosa y papel), y en menor medi-
da en la agricultura (destacándose la actividad citrícola, hortícola y yerbatera) y ganadería
(especialmente la vacuna). Ciertas características topográficas y climáticas colocan a la
mesopotamia en una situación de privilegio respecto a otras zonas del país en lo que a la
actividad forestal atañe.
Las condiciones naturales de los suelos, su profundidad y un régimen de lluvias favo-
rable, constituyen algunos de los factores que explican dicha primacía. Se verifica así, una
tasa de crecimiento de las especies arbóreas más acelerada que en otras regiones; llegan-
do incluso a reducirse a la mitad, en comparación con los países madereros del hemisferio
norte, el tiempo necesario para el crecimiento de las coníferas. El clima otorga una situa-
ción propicia para la consolidación de la actividad, siendo cálido subtropical sin estación
seca en el norte de la mesopotamia y templado pampeano en el sur. La localización es otro
factor de incidencia, dada la cercanía con importantes centros urbanos-industriales, que
absorben, en términos comerciales, un porcentaje considerable de los productos madere-
ros. La ubicación geográfica permite disponer de una red ferroviaria que la vincula con los
distintos puertos de la zona facilitando la exportación de la producción.
Desde el punto de vista forestal puede observarse el nivel de desarrollo durante los
últimos 20 años, teniendo en cuenta el aumento sostenido de la producción de las especies
maderables de la región (Figura 4).

a b

c
Figura 4. Evolución de la producción anual (mil de toneladas) de los géneros forestales más representa-
tivos de la provincia de Corrientes (a), Misiones (b) y Entre Ríos (c) durante el período 1998-2018.

110 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

2. Descripción de las especies más representativas de la región

Teniendo en cuenta la distribución de las especies que se desarrollan en la


Mesopotamia Argentina, a continuación, se menciona sintéticamente los aspectos botáni-
cos, ecológicos y productivos de las especies más forestadas.

2.1. Género Eucalyptus sp.


Es un género de árboles de la familia de las mirtáceas. Existen alrededor de 700 es-
pecies, la mayoría oriundas de Australia y Nueva Guinea. En la actualidad se encuentran
distribuidos por gran parte del mundo y debido a su rápido crecimiento, frecuentemente se
emplean en plantaciones forestales para la industria papelera, maderera o para la obten-
ción de productos químicos, además de su valor ornamental. La mayoría de los eucaliptos
no toleran las heladas, o toleran ligeras heladas de hasta -3°C a -5°C.

2.1.1 Eucalyptus globulus Labill.


Es una de las primeras especies del género en ser descripta y conocida en el mundo.
Se reconocen cuatro subespecies que algunos autores elevan a la categoría de especie: glo-
bulus, maidenii, bicostata y pseudoglobulus, todas ellas originarias de Tasmania y Australia
donde se pueden encontrar más de 300 especies del género (Figura 5). Vulgarmente se lo
llama eucalipto blanco,​común o azul. Eucalyptus globulus ssp globulus es originario de la
zona este, sudeste y pequeñas áreas de la costa oeste de Tasmania, así como de las islas
del estrecho de Bass y en el sur de Victoria, Australia (Balmelli, 1995). Se combinan allí
lluvias periódicas en invierno con veranos frescos y secos, con una temperatura máxima
media del mes más cálido entre 20°C y 23°C, mientras que la mínima media del mes más
frío varía entre los 0°C y los 8°C. En la región de origen ocurren entre 5 y 40 o más heladas
al año, y la precipitación media anual oscila entre 600 y 1400 mm con un régimen invernal a
uniforme (Marcó et al., 2000). Fue distribuido en áreas templadas del mundo entre los años
1800 y 1850. En Argentina su introducción habría sido en la década de 1850, encontrando
las mejores condiciones ecológicas para su cultivo en la zona del sudeste de la provincia
de Buenos Aires (Pathauer, 2005), por sus similitudes con las áreas de dispersión natural.
Desde el punto de vista botánico, es una especie perennifolia que crece generalmen-
te hasta 30 ó 55 metros de altura. Posee un fuste recto cuando los ejemplares crecen en
plantaciones, mientras que helicoidal cuando son árboles aislados. La corteza es de color
gris, persistente en la base y se desprende en el resto del tronco en largas fajas longitudi-
nales (Figura 5). La hoja tiene un dimorfismo, las juveniles son glaucas, sésiles, opuestas
y dispuestas en tallos cuadrangulares; mientras que las adultas son pecioladas, alternas,
falcadas y acuminadas, con nervio central marcado, semi coriáceas, de 10-20 cm de largo.
Las hojas poseen numerosas glándulas productoras de aceites esenciales. Las flores son
bisexuales de color blanca, generalmente solitarias en las axilas de las ramas superiores.
Forman el operáculo que se cae en la floración, dejando al descubierto un elevado número
de estambres de color cremoso claro muy vistosos. El fruto es una cápsula leñosa, dehis-
cente por cuatro o cinco valvas anchas y triangulares, semillas negras, angulosas de 2-2.5
mm de diámetro.

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 111 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

Desde el punto de vista ecológico, prefiere inviernos con clima húmedo (precipita-
ciones periódicas) y veranos frescos, preferentemente secos. Los rangos de temperaturas
optimas son de 20°C a 23 °C la máxima media, y la temperatura media mínima puede variar
entre los 0°C y 8°C. Heladas de -2°C lo afectan cuando crece en lugares secos y continen-
tales, aumentando su resistencia al frío con el aumento de la edad. Tampoco resiste vera-
nos prolongados y de altas temperaturas. Esta especie requiere para un normal desarrollo
suelos profundos, bien drenados, no salinos ni alcalinos, de textura franco arenosa a franco
arcillosa (Pathauer, 2005). Es una especie heliófila, pionera y sensible a la competencia, lo
cual es necesario el control de las malezas antes de hacer la plantación y durante los prime-
ros años de vida de la misma. Por la rapidez en el crecimiento, se puede encontrar cultivado
en muchas regiones del mundo para la producción de madera, fabricación de pulpa de
papel y obtención de aceite esencial. También es utilizado para sanear zonas pantanosas,
particularmente para eliminar la humedad de las mismas con la consiguiente erradicación
de sus plagas de insectos como mosquitos, y de las enfermedades que transmiten. Su
uso ha supuesto una gran ayuda para el control del paludismo en muchas zonas de Asia,
América del Sur y el sur de Europa. Por otra parte, esta capacidad de absorción del agua
convierte a los eucaliptos en especies muy agresivas para el medio ambiente al transfor-
mar los ecosistemas por desecación de la tierra donde se plantan.
Eucalyptus globulus es considerada la mejor especie maderera destinada a la fabri-
cación de papel (Ferrere et  al., 2005), sin embargo, es apta para otros usos con mayor
valor agregado. En España y Portugal se producen chapas decorativas, toneles, muebles
y pisos. Las altas densidades de plantación utilizadas en la zona del sudeste bonaerense,
sumadas a la escasa difusión de las actividades de poda y raleo, son consecuentes con
el principal destino productivo, es decir, madera para molienda. Otros usos pueden ser: pi-
sos, tarimas, vigas laminadas, tableros de listones, tableros MDF, terciados y aglomerados,
tablas, andamios, mangos para herramientas o eventualmente, durmientes impregnados
(Di Marco, 2015). Los incrementos medios anuales para la región están en torno de los
25-30 m³.ha-¹.año-¹, y los turnos de corta final se estiman en 10-12 años.

Figura 5. Plantaciones de Eucaliptus globulus (izquierda) y E. grandis (derecha).

112 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

2.1.2. Eucalyptus grandis W.Hill ex Maiden


Especie nativa de las zonas costeras y montes subcosteros de Newcastle y Nueva
Gales del Sur en dirección al norte hacia Bundaberg, en Queensland central, con poblaciones
discontinuas más al norte cerca de Mackay, Townsville y Daintree, y al norte de Queensland,
principalmente en terrenos planos con pendientes más bajas (Figura 6). Comúnmente es
una especie conocida como ‘eucalipto rosado’. Los suelos donde se desarrollan corres-
ponden a limos aluviales muy fértiles, y la precipitación anual varía de 1.100 a 3.500 mm
(Boland et al., 2006). Es el árbol dominante en los bosques húmedos y en los márgenes de
las selvas tropicales. Las forestaciones de eucaliptos en Argentina con fines comerciales
datan de la primera mitad del siglo XX, pero E. grandis adquiere importancia durante la se-
gunda mitad del siglo (Di Marco, 2014). La mayoría de las plantaciones de la Mesopotamia
Argentina (Corrientes y Entre Ríos) corresponden a esta especie.

Figura 6. Localización de la distribución natural de E. globulus (izquierda) y E. grandis (derecha).

En condiciones ecológicas óptimas puede crecer hasta los 60 metros de altura, con
diámetros de hasta 2 metros. Su fuste es recto y de buena forma, constituye entre dos
tercios a tres cuartas partes de la altura del árbol. La copa es amplia cuando crece en
sitios abiertos y reducida en plantaciones densas. Es un árbol de corteza suave y quebra-
diza, fibrosa en la base del árbol y de color gris claro. Con la altura va tornándose blanca o
verde azulada, lisa, y se desprende en tiras largas. Las hojas están dispuestas de manera
alterna en las ramas, horizontales o colgantes, de peciolos delgados y cortos, lanceoladas,
de borde entero. Las mismas son lustrosas de color verde oscuras en el haz y más pálidas
en el envés, con un tamaño entre 10 a 16 cm de largo y 2-3 cm de ancho. Las flores son
perfectas, de color blanca, que aparecen a partir de mediados de otoño hasta finales de
invierno, y están dispuestas en umbelas de 5 a 12 flores. Los frutos son pequeños, leñosos
y carnosos, en forma de cono de unos 8.5 mm de largo y 7.4 mm de ancho, llamados cáp-
sulas. Las semillas son muy pequeñas pudiendo contener hasta 2.5 millones por kilogramo.
Crecen bien en suelos altos y profundos, disminuyendo su productividad en sue-
los bajos y superficiales. Siendo los suelos más adecuados para su cultivo los areno-
sos rojizos y pardos o aquellos limos aluviales muy fértiles. En suelos bajos con déficit
de drenaje, se pueden plantar realizando camellones, práctica que permite aumentar la

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 113 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

superficie de dispersión en la Argentina (Aparicio et al., 2005). Es una especie sensible


a las bajas temperaturas. Se caracteriza por su hábito de desramarse en forma espon-
tánea, lo cual no excluye la necesidad de poda, dando origen a fustes lisos con aspecto
columnar. Cuando las condiciones del clima y suelo son adecuadas, esta especie presen-
ta un índice de crecimiento superior a cualquier otra especie del género. Al igual que E.
globulus es una especie sensible a la competencia por recursos durante los dos primeros
años. La poda y el raleo son prácticas indispensables para obtener madera de calidad,
con mayor diámetro y libre de nudos que serán destinados a aserrados o laminados. Una
práctica muy común en esta especie es el manejo del rebrote luego de la tala rasa, sin
embargo, la replantación permite obtener plantaciones mas homogéneas, características
mas deseables de forma del fuste y niveles altos de producción por unidad de superficie.
Por otro lado, es una especie apropiada para integrar sistemas silvopastoriles, dado que
su estrecha copa permite la llegada de la luz hasta el nivel del suelo permitiendo el cre-
cimiento del pastizal natural. Las tasas de crecimiento en la Argentina de esta especie
son entre 35 a 50 m³·ha-¹·año-¹, situándose entre las mas altas del mundo. En sitios de
excelente aptitud y con buena práctica silvícola se esperan incrementos medios superio-
res a 60 m³·ha-¹·año-¹. El turno de corte es variable, entre 8 a 15 años de edad según los
objetivos y los sitios de plantación.
Es una especie muy demandada fuera de Australia por su calidad en la madera y
como pasta celulosa, existiendo plantaciones extensivas en Sudáfrica, Brasil y Sri Lanka
(Sivananthewerl y Mitlohner, 2011).​Dentro de Australia, hay plantaciones en el norte de
Nueva Gales del Sur, donde las plántulas pueden alcanzar 7 metros de crecimiento en su
primer año (Holliday, 1989). La madera tiene un color rosado y se utiliza en carpintería
para pisos, construcción de barcos, paneles y contrachapados.​ Tiene una fibra recta de
moderada durabilidad y fuerza.​Los híbridos con el eucalipto rojo (Eucalyptus camaldu-
lensis) se utilizan para combatir la salinidad ​(Wrigley y Murray, 2010). Una particularidad
de los eucaliptos es que, debido a su grano, textura, contracción y el uso frecuente de
madera sin secar, no son maderas muy fácilmente trabajables, aunque con el empleo de
técnicas adecuadas pueden lograrse muy buenos productos. En general los problemas
son mayores en los eucaliptos más pesados (colorados), siendo los más livianos los más
fáciles de trabajar destacándose E. grandis. Es importante mencionar que la pureza varie-
tal es crucial, dado que origina inconvenientes en la calidad de la madera como rajaduras
y torceduras. Esta especie se destaca por su facilidad de aserrado, teñido, torneado, cla-
vado y encolado.
A nivel mundial el E grandis se ha destinado principalmente para celulosa y ener-
gía, y en menor medida para tableros y postes para transformación mecánica (aserrado
o laminado para compensados). Su aptitud celulósica es importante, aunque presenta
un duramen amarillo-rosado con bajo contenido de taninos respecto a los eucaliptos de
madera pesada. En Argentina los destinos más importantes son la industria del aserrado
para usos rústicos como tablas o tirantes para encofrados en la construcción, cajonería,
pallets, embalajes y material apícola. También existe el mercado de postes, especialmen-
te para las líneas aéreas de electricidad. Otro aspecto importante son los tableros com-
pensados, que se producen como productos remanufacturados (SAGyP-INTA, 1995)

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

2.2. Género Pinus sp.


Es un género de plantas vasculares -generalmente árboles y raramente arbustos-,
comúnmente llamadas pinos, pertenecientes al grupo de las coníferas y, dentro de este,
a la familia de las Pinaceae, presentando una ramificación frecuentemente verticilada y
más o menos regular. Existen alrededor de 110 especies de pino en el mundo. Los pinos
son nativos del Hemisferio Norte, con solo una especie encontrada al sur del ecuador
en la isla de Sumatra. En Norteamérica se ubican desde los 66°N en Canadá (pino Jack)
hasta los 12°N por el sur en Nicaragua (pino caribeño). Las montañas subtropicales de
México albergan la mayor diversidad de especies de este género, mientras que en el oes-
te de Estados Unidos (California) es el segundo lugar del planeta con más diversidad de
pinos. En Eurasia se encuentran desde las Islas Canarias y Escocia por el Oeste hasta el
lejano oriente ruso, y por el sur desde las Filipinas hasta los 70° N en Noruega y Siberia
oriental (pino escocés y pino enano siberiano respectivamente). Siete especies son nati-
vas y originarias de la península Ibérica y zonas aledañas y han sobrevivido y desarrollado
desde tiempos remotos. En el norte de África existen pinos en las zonas montañosas,
así como en los Himalayas y en el sureste asiático. Se han introducido pinos en áreas
templadas y subtropicales del Hemisferio Sur, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Ecuador,
Uruguay, Paraguay, Nueva Zelanda y Australia, donde crecen extensamente como recurso
maderero, e inclusive algunas especies se han convertido en invasoras.

2.2.1 Pinus elliottii Engelm.


Es un pino nativo del sudeste de Estados Unidos, desde el sur de Carolina del Sur
hasta el oeste y sudeste de Luisiana y el sur de los cayos de Florida. Es de rápido creci-
miento, adaptado a climas y suelos húmedos, donde las precipitaciones se concentran en
el verano con un promedio de 1270 mm anuales. Sus raíces requieren de tierra aireada,
por lo que evita los pantanos propiamente dichos. En los Cayos de Florida, la variedad
densa se realiza en suelos con piedra caliza kárstica, un tipo de roca extremadamente po-
bre en nutrientes derivada de los antiguos arrecifes de coral. Pinus elliottii puede formar
rodales puros o bosques de pinos mezclados con P. taeda y P. serotina. Las poblaciones
más al sur (P ellioti var. densa) se desarrollan en una estepa de pasto, adaptados a los
frecuentes incendios. Inicialmente, las plántulas producen muy poco crecimiento apical
y desarrollan un extenso sistema de raíces, que luego del impacto del fuego, se forman
nuevos brotes en el vértice de un tallo muy corto cerca del suelo.
Morfológicamente es un árbol que alcanza alturas entre 18 a 30 m con un diámetro
de tronco de 60-80 cm. Las hojas son aguzadas muy finas como agujas, dispuesto en
grupos de dos o tres, y de 18-24 cm de longitud. Los conos son redondeados rojo-pardo,
de 5-15 cm en longitud con un corto (2-3 mm) pedúnculo. Se los distingue de su pariente
P. taeda por su mayor longitud, espínulas más redondeadas y conos más grandes rojo
pardos. Requiere inviernos frescos con temperaturas cercanas a 0°C. No soporta perío-
dos secos con déficit hídrico. Se adapta a suelos superficiales, hidromórficos pero tiene
mejores rendimientos en suelos profundos y sueltos. Soporta muy bien las heladas y los
calores fuertes.

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Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

Existen dos variedades:


• P. elliottii var. elliotti (típico pino elioti). Carolina del Sur a Louisiana, sur de
Florida central. Hojas en fascículos de dos a tres, mayormente tres. Conos más
grandes, 7-15 cm.
• P. elliotti var. densa (pino elioti del sur de Florida). Sur de Florida, incluyendo las
tierras pantanosas. Hojas de a dos. Conos más pequeños, 5-12 cm.
La madera es utilizada para muros macizos en exteriores e interiores, puertas placas,
tiranterías y estructura de techos, entablonados para techos, encofrados, celulosa, multila-
minados, entre otros usos.

2.2.1 Pinus taeda L.
Es originario del sudeste de Estados Unidos, desde el este de Texas y centro de Florida
hasta el sur de Nueva Jersey, entre los 28 y 39° de latitud norte (Hampel, 2005). El clima en
esa región es cálido-húmedo con temperaturas medias de 13 a 24°C, temperatura mínima
absoluta de –23 °C y precipitaciones de 1020 a 1520 mm. Comúnmente es llamado pino
amarillo o pino grande, por su talla, especialmente en ejemplares aislados como el pino de
Rosemary por su distintiva fragancia.
Se desarrolla en suelos de características variables, sin embargo, se adapta mejor
a los rojos profundos y de buen drenaje. Su requerimiento de fertilidad es mínimo y en
relación a la acidez es recomendable la gama de suelos con pH de entre 4.5 y 5.5. Fue in-
troducido en Argentina a finales de la década de 1940. Se cultiva en la región litoral, desde
la provincia de Buenos Aires hasta Misiones. Se han realizado plantaciones también en
los valles de las sierras de Córdoba y en Tucumán. Los ensayos de procedencias realiza-
dos hasta el momento, indican que los mejores crecimientos se obtienen con los materia-
les procedentes de los condados Marion, Livingston y Columbia del estado de Florida en
Estados Unidos (Fassola, 2004). El crecimiento estará determinado por el material de plan-
tación utilizado, las condiciones del medio y el manejo silvícola aplicado. Se han registrado
en nuestro país incrementos medios anuales de entre 20 y 40 m³.ha-¹.año-¹, lo cual supera
ampliamente al crecimiento en su lugar de origen de 10 m³.ha-¹.año-¹ aproximadamente. El
turno de corta para la especie, cuando el objetivo es la obtención de madera para aserrado,
es de 18 a 20 años.
Una característica de los Pinos es su adaptación a suelos jóvenes, pobres en materia
orgánica y nutrientes. En condiciones de muy baja fertilidad, P. elliottii tiene ventajas en su
crecimiento, debido a una mayor eficiencia nutritiva y una mejor partición tallo-hoja de ma-
teria seca. Al mejorar las condiciones de fertilidad, con agregado de fertilizantes y/o control
de malezas, P. taeda muestra una mayor plasticidad de crecimiento, superando rápidamen-
te a P. elliottii. P. taeda resiste mejor la sequía que el P. elliottii y se adapta mejor a suelos
húmedos e inundados temporariamente.
Son árboles de gran porte que pueden llegar a una altura de 30 a 35 m, registrándose
ejemplares excepcionales de 45 m de altura. Poseen una copa densa y piramidal con ra-
mas inclinadas hacia abajo. La raíz principal tiene un desarrollo moderado, con un extenso
sistema de raíces laterales. La corteza es de color castaño rojiza a canela, gruesa y con
profundas hendiduras. Acículas agrupadas en número de dos o tres por braquiblasto, de 12
a 22 cm de longitud, de color verde claro. Conos sésiles dispuestos de a 2 o 4, de color verde

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

que tornan a pardo al madurar, de 7 a 13 cm de largo. Cada escama se encuentra provista


de una espina roma de 3 a 6 mm. Las semillas son aladas de forma romboidal de 4 a 5 mm
de largo, y se cuentan en número de 27 a 58 mil por kg.
El duramen es susceptible al ataque de insectos y poco resistente al ataque de hon-
gos, mientras que la albura, es susceptible al ataque de hongos cromógenos. Se clasifica
como madera poco durable dado que a la intemperie y en contacto con el suelo, su vida
útil se estima en 5 años. La madera es muy apta para pastas celulósicas y paneles aglo-
merados, usos para los que se destina generalmente el producto de los raleos. Los rollizos
de mayor diámetro, una vez aserrados, se emplean en carpintería de obra, remanufacturas
como machimbres, molduras y tableros de listones, muebles, revestimiento interior, tari-
mas livianas, maderas terciadas, envases, cajonería, pisos de poco tránsito. Se utilizan tam-
bién postes de pino impregnado. Su resinación no es económicamente conveniente por la
escasa producción.

2.3. Especies de la familia Salicáceas


Los árboles pertenecientes a esta familia tienen ciertas particularidades que, si bien
los aproximan a un buen número de plantas cultivadas, les dan un carácter original en rela-
ción con los otros árboles productores de madera. Los mismos se propagan esencialmente
por vía vegetativa, en vez de por semillas. Por otro lado, son diocas, y su hibridación es
frecuente entre árboles de tipos diferentes y de sexos complementarios. La forma de mul-
tiplicarse permite que a partir de un individuo que presente características y rendimiento
interesantes para el cultivo, se obtengan un número infinitos de árboles exactamente con
los mismos caracteres y cuyo conjunto constituyen un clon (Borodowski y Suárez, 2004;
2006). Este género se caracteriza por su rápido crecimiento, adaptabilidad, facilidad de clo-
nación, resistencia a enfermedades y diversos usos de la madera (debobinado, aserrado,
celulosa y aglomerado).
El área de dispersión natural del género encuentra en el hemisferio norte. Comprende
cinco grupos Populus o secciones: Leuce, que se encuentra por todo el Hemisferio Norte;
Tacamahaca en Asia y América del Norte; Aigeiros en la zona templada del Hemisferio
Norte; eucoides, que crece en la parte sureste de América del Norte y en el Extremo Oriente
y Turanga, de la cuenca mediterránea. Más de un 90 % de los álamos cultivados en el mun-
do corresponden a la sección Aigeiros, que incluye a Populus nigra y Populus deltoides.
Este género está presente de forma esporádica en todos los bosques de las regiones tem-
pladas del hemisferio norte, en algunas zonas pude formar espontáneamente bosques o
pequeños macizos cuya producción no ha competido con otras especies forestales. En
Argentina y en la gran mayoría de las plantaciones a nivel mundial se cultivan el Populus
nigra L., el Populus deltoides Marsh. y sus híbridos (P. nigra x P. deltoides (P. x canadensis
anteriormente P. euroamericana)) llamados ‘euroamericanos’ En el Delta Mesopotámico, se
produce la introducción del género con el ‘álamo carolino’ (Populus deltoides subsp. angu-
lata cv Carolinensis) a fines del siglo XIX donde su madera era utilizada con fines energéti-
cos y en carpintería. Por otra parte, el género Salix reúne aproximadamente 300 especies
originarias del hemisferio norte, preferentemente de regiones frías y templadas. Una sola
especie Salix humboldtiana Willd. conocido como ‘sauce criollo’ es nativa de América del
Sur. Esta especie, al ser superada en crecimiento, forma y características tecnológicas por

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madera como fuente energética
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otros sauces, no posee un importante interés como cultivo forestal. En Argentina y a nivel
mundial, varios clones de distintas especies del género Salix se encuentran en cultivo, entre
ellas: S. babylonica, S. nigra, S. alba, S. matsudana, entre otras. Sin embargo, para la región
del Delta, los clones de sauce más utilizados son: Salix babylonica var. sacramenta Hortus
-conocido como sauce americano-, Salix nigra clon 4 ‘nigra 4’, Salix babylonica x Salix alba ‘A
131/25’ y Salix babylonica x Salix alba ‘A 131/27’ (Borodowski y Suárez, 2004; 2005; 2006).
Las especies del género se clasifican como especies heliófilas, desarrollándose a
campo abierto como dominantes en la sucesión. Normalmente, al igual que los sauces, son
las primeras especies leñosas que colonizan naturalmente en los aterramientos provoca-
dos por las crecidas en los valles de los grandes ríos. Presentan una actividad fotosintética
elevada. El fotoperíodo influye de manera significativa en la brotación de las yemas, la flo-
ración, la fructificación, el cierre de yemas y la caída de las hojas. En este sentido, se ha ob-
servado para P. deltoides un gran números de ecotipos fotoperiódicos entre el sur y el norte
del área natural de dispersión de la especie. Por otro lado, la intensidad en la respiración
radical de los álamos es elevada comparada con otras especies, o cual una buena aireación
de los suelos debe ser considerada como elemento primordial del éxito de la plantación.
Suelos compactos, mal estructurados y cuya macroporosidad es inferior al 10% no resultan
buenos para los álamos. Las raíces de los álamos pueden respirar a expensas del oxígeno
disuelto en las aguas de infiltración en que circulan en la capa freática móvil. En cambio, los
sauces resisten mejor la asfixia radicular. En general, las salicaceas son especies higrófilas.
Las necesidades de los álamos se satisfacen de forma ótima cuando el contenido en agua
del suelo está cerca de la capacidad de retención durante el período activo de vegetación,
lo que se realiza cuando los álamos disponen de una capa freática permanente accesible a
sus raíces, o al menos cuando estas últimas pueden desarrollarse en la franja de ascensión
capilar que está por encima de la capa freática.

2.3.1 Populus deltoides W.Bartram ex Marshall.


El álamo negro de Norteamérica (Populus deltoides) es un árbol nativo de Norteamérica,
se encuentra creciendo en el este, centro y sur de Estados Unidos, también en la parte sur
de Canadá y el norte de México. Los álamos son especies pioneras, exigentes en luz y agua
para su adecuado desarrollo. Las condiciones óptimas de suelo incluyen profundidad de
2 metros, textura franco a franco arenosa con buena aireación, bien estructurados y no
compactos. Su capacidad para la propagación vegetativa permite su multiplicación como
clones, favoreciendo además la homogeneidad de la plantación y el manejo. En la región del
Delta los clones más difundidos son Populus deltoides `Australiano 106/60´, Populus deltoi-
des `Australiano 129/60´, Populus deltoides `Carabelas INTA´, Populus deltoides `Stoneville
67´ y Populus canadensis `Ragonese 22 INTA´.
Morfologicamente son árboles decíduos o semiperennes, de copa varíable según la
especie, pudiendo ser globosa, oblonga o piramidal. La corteza posee grietas y figuras que
varían según la especie y variedad. Las hojas son simples, alternas, pecioladas y con es-
típulas. La forma es oval a triangular con lóbulos de distinta profundidad. Es frecuente el
dimorfismo y el heteromorfismo. Especies diclino dioicas, es decir sexo en flores separadas
y en distinto pie. Las flores son aperiantadas y están dispuestas en amentos colgantes. Los
frutos son cápsulas dehiscentes que encierran numerosas semillas pequeñas cubiertas

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

por pelos algodonosos y que son diseminadas por el viento. En general florecen antes de la
foliación en primavera a partir de yemas especializadas.
P. deltoides ‘Australiano 106/60’, es un clon de rápido crecimiento, con fuste cilíndrico
y ramas finas dispuestas en verticilos. Presenta muy buena plasticidad, por lo cual se adap-
ta a diversas situaciones de cultivo sin modificar de manera significativa su rendimiento.
Madera blanca que resulta apta para la industria del aserrado y debobinado, como también
para industrias de triturado. P. deltoides ‘Australiano 129/60’ y ‘Stonville 67’, presenta muy
buenos rendimientos volumétricos, y resistencia a roya y cancrosis. Su madera blanca re-
sulta muy apta para la industria del aserrado y debobinado. También puede utilizarse en las
industrias de triturado. Sin embargo, P. deltoides ‘Carabelas INTA’ es altamente tolerante
a la roya del álamo y cancrosis. Presenta altos porcentajes de prendimiento lo que garan-
tiza una buena instalación del cultivo. Madera blanca apta para la industria del aserrado,
debobinado y triturado. La superficie de plantación de este clon en albardón con sistema
de zanja abierta destinada es menor ya que no hay suficiente información en cuanto a su
rendimiento y tolerancia al anegamiento, como es el caso del P. deltoides ‘Alton’, del cual hay
antecedentes y hace años se realizan plantaciones observando un buen comportamiento
en la región. Pero a su vez, la elección de plantar dos clones en este rodal fue para disminuir
el riesgo por pérdidas. P. deltoides ‘Alton’ es altamente adaptable para plantaciones en zanja
abierta por su tolerancia a inundaciones y su rápida recuperación luego de un periodo de
estrés hídrico.

2.3.1 Salix babylonica L.


El sauce llorón -también llamado ‘sauce americano’-, es un árbol que pertenece a la
familia de las salicáceas y es nativo del este de Asia, particularmente del norte de China.
Se trata de una especie pionera y de rápido crecimiento, que es tolerante a condiciones de
anegamiento. Crece bien en suelos húmedos a excesivamente húmedos, pero tiene baja
tolerancia a sodicidad y salinidad en el suelo. Si bien su crecimiento es rápido, no vive más
de 60 años. Crece de manera silvestre y sin cuidados especiales en la región costera del
estado de Chiapas (México), donde es utilizado para para postes, leña y sombra, y tiene
un importante valor desde el punto de vista ecológico ya que evita la erosión del suelo en
riberas de ríos fortaleciendo los cauces ante posibles inundaciones. En líneas generales es
un árbol rústico, ramificado, de copa frondosa y crecimiento inicial lento en especial durante
los primeros cinco años. Realiza un rápido control de malezas en el sotobosque, por lo que
se lo usa como cortina cortafuegos. Su madera blanca posee excelente calidad para fabri-
car pulpa de papel (por sus altos valores de densidad y relación largo/diámetro de fibra)
teniendo como desventaja sus bajos incrementos volumétricos.
Es un árbol caducifolio de 8 a 12 m de altura (excepcionalmente 26 m), con ramas
delgadas, flexibles, largas, colgantes casi hasta el suelo. Su tronco tiene la corteza fisurada.
Las hojas son lineales a lanceoladas, de 8 a 15 cm de largo, acuminadas, de borde fina-
mente aserrado, glabras y glaucas en el envés cuando son adultas. El pecíolo es corto y
pubescente. Las inflorescencias brotan junto con las hojas, tiene amentos cilíndricos de 2 a
5 cm de largo, con flores de color amarillo pálido. Se reproduce por anemocoria, y se multi-
plica perfectamente por injertos y esquejes porque tienen alta capacidad de enraizamiento.
Se suele plantar de manera aislada para que resalte su bello porte. Al igual que los álamos

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Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
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sufren mucho el ataque de insectos minadores con graves secuelas como por ejemplo
Corythucha salicata Gibson (Hemiptera, Tingidae).
La mayor producción de sauce se destina a triturado. Solo menos del 10% de los sau-
ces producidos en esta cuenca forestal se destinan hoy a usos sólidos, pese a que su ma-
dera es conocida de buen potencial tecnológico para aserrado, debobinado, fabricación de
muebles, pisos (Atencia, 2010) e inclusive, parte de construcciones (Sánchez Acosta 2015).
El sauce “nigra 4” es un clon con un excelente vigor y desarrollo en especial en sitios bajos y
húmedos y es muy resistente a períodos de anegamiento prolongados. Lamentablemente,
su madera es de una coloración rojiza, lo que produce que no sea aceptado por la industria
celulósica aunque si por la de tableros. Los sauces “131-25” y “131-27”, exceptuando el
“sauce americano” son los clones más plantados. Poseen buen vigor y plasticidad, con fus-
te derecho, cilíndrico y poco ramificado, además, son de madera blanca de buena calidad
para la producción de papel y cajonería.

3. Manejo agronómico y forestal de las plantaciones

3.1. El suelo forestal: características de la región


El suelo es un componente físico del ecosistema que define en términos silvicultura-
les, lo denominado “índice de sitio”. El mismo expresa a través de la altura de los árboles do-
minantes y codominantes de un rodal, y se mide como Incrementos Medios Anuales (IMA)
de las diferentes especies en producción en las diferentes regiones. Si bien se presentan
diferencias marcadas en las propiedades de los suelos que acotan el área de expansión de
las plantaciones forestales, los factores climáticos presentan una mayor incidencia sobre
la adaptación y crecimiento de las especies. La respuesta productiva del árbol se encuentra
mayormente vinculado con la radiación solar incidente, los regímenes de lluvias, tempera-
tura, y heladas; así como con aspectos geológicos e hidrográficos. En síntesis, deriva de un
conjunto de variables físicas y biológicas del ecosistema
En la actualidad la provincia de Misiones posee aproximadamente 400 000  ha de
plantaciones forestales y se estima que la superficie apta en el marco de un ordenamiento
territorial equilibrado con otros usos del suelo son 800 000 hectáreas aproximadamente.
Por otro lado, la provincia de Corrientes cuenta con aproximadamente 4 millones de hectá-
reas aptas para forestación, teniendo en cuenta la aptitud de los suelos.
En términos prácticos, una clasificación general de los sitios respecto a su aptitud se
realiza en función de la capacidad de drenaje de los suelos, y en tal sentido se encuentran:
• Lomas: suelos con gran capacidad de drenaje debido a un escurrimiento super-
ficial veloz que pude ser susceptible de erosión hídrica. La preparación del terre-
no, en estos casos, se suele hacer con subsolador de distintas profundidades
de labor que depende en parte de la especie y el tipo se suelo. Si los suelos de
lomas son aptos, se los usa preferentemente para el eucalipto ya que en las lo-
mas los efectos de las heladas suelen ser menores y al no tener tanta humedad
como los sectores más bajos, hay una probabilidad menor del ataque hongos
que suelen afectar este género.

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• Tendidos: son suelos de tendidos, con pendientes muy suaves que presentan
algún problema de drenaje por lo que se hace necesario drenarlos hacia luga-
res de escorrentía natural. Son suelos que luego de preparados, presentan una
mayor capacidad de retener humedad. Por esta razón, géneros resistentes a las
heladas, como pinos, presentan los mejores desempeños.
Las plantaciones de eucaliptos, en particular E. grandis, se distribuyen en una gama
muy variable de suelos, como las lomas de suelos rojos arcillosos lateríticos del norte de
Corrientes (Alfisoles y Ultisoles), los cordones arenosos del centro y sudoeste de Corrientes
(Ordenes Alfisoles y Entisoles) y suelos arenosos, franco arenosos y arcillosos de la costa
del río Uruguay en las provincias de Entre Ríos y Corrientes (Alfisoles, Molisoles, Entisoles
y Vertisoles). En general, la productividad disminuye desde suelos altos y profundos ha-
cia suelos bajos y superficiales (Aparicio et al., 2005). La ubicación en el perfil en suelos
del noreste de Corrientes tiene una enorme influencia sobre el incremento volumétrico. En
suelos rojos, los mayores incrementos medios anuales en volumen (IMA= 50 m3·ha-1·año-1)
se observan en las lomas donde la profundidad efectiva de suelo es mayor, y disminuye
considerablemente en la media loma y se reducen a la mitad en el pie de loma a valores de
22 m3·ha-1·año-1.
En términos prácticos, el eucalipto se desarrolla también en suelos arenosos con
buen drenaje. El Este de la provincia de Entre Ríos presenta la mayor área de plantación, sin
embargo, presentan bajos contenidos de materia orgánica y en consecuencia, baja fertili-
dad. En este sentido, se observan marcadas diferencias en la productividad en respuesta
a las variaciones entre sitios. Los mejores suelos para Eucalyptus grandis en la región NE
de Entre Ríos, son los suelos arenosos pardos profundos, localmente llamados mestizos
del orden Inceptisol y Molisol con IMA que pueden llegar a 50 m3·ha-1·año-1, similares a los
del NE de Corrientes y S de Misiones. En cambio, sobre arenas rojizas profundas (orden
Entisol) y suelos arcillosos (orden Vertisol), el IMA se reduce a 33 y 36 m3·ha-1·año-1, res-
pectivamente. Estos últimos, presentan mayor fertilidad y mayor retención de humedad
que los arenosos profundos, pero eventualmente ciertas limitaciones radiculares. A modo
comparativo, los mejores crecimientos del E. grandis en Australia se registran en suelos
francos profundos y húmedos, bien drenados de origen volcánico o aluvjal. También crecen
moderadamente bien en suelos arcillosos si éstos tienen buen drenaje. Las altas tasas de
crecimiento y demanda de nutrientes de las plantaciones de eucaliptos, y los sucesivos
ciclos de plantación-cosecha, representan un alto riesgo para la conservación de los nu-
trientes del suelo (Judd, 1996; Turner y Lambert, 1996; Gonçalves et al., 2004). Numerosos
estudios en la provincia de Entre Ríos han demostrado que luego de un turno de plantación
se registran disminuciones de los contenidos de materia orgánica y macronutrientes en el
suelo (Goya, 2004; Sandoval et al., 2018; Tesón, 2011).
Respecto al pino, una fracción importante de los núcleos en la provincia de Corrientes,
se ubica en las planicies arenosas del sudoeste y centro, que abarcan una superficie cerca-
na al millón de hectáreas. Los suelos más representativos tienen como mayores limitantes
baja fertilidad y una napa de agua superficial fluctuante (Escobar et al., 1996). Con excesos
de lluvias la permanencia de la napa cercana a la superficie limita el desarrollo de las raíces,
con una disminución de la productividad, debido a una merma del crecimiento y un aumen-
to de árboles volcados o deformados en la base por falta de anclaje (Aparicio et al., 2006).

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Es por ello, que se han desarrollado experiencias con distintas técnicas de establecimiento
y de preparación del terreno. El objetivo principal es crear un ambiente edáfico adecuado
para el establecimiento del plantín mediante la reducción o eliminación de las condiciones
del suelo que limitan el crecimiento y la sobrevivencia del cultivo. Por lo tanto, para que
estas tierras sean aptas para la producción es necesario la sistematización del terreno con
técnicas que modifiquen el nivel original del suelo. La construcción de camellones o moun-
ding es una práctica habitual en la preparación del terreno de la región el SE de EE.UU., don-
de poseen problemas de drenaje. Estos consisten en cordones paralelos en el sentido de la
pendiente, que favorecen la eliminación del agua y generan un ambiente aireado debido a
su elevación y orientación.
Varios estudios enfatizan sobre el efecto positivo de los camellones sobre las propie-
dades físicas, químicas del suelo y sobre el crecimiento y sobrevivencia del cultivo forestal
y en éstos se indica que el aumento en la productividad es el resultado de una mejora en
las condiciones de aireación y aumento en la disponibilidad de nutrientes provocado por la
mineralización de la materia orgánica. Sin embargo, algunos autores advierten que el efecto
de los camellones pareciera perderse con el tiempo, con el desarrollo de la plantación. Los
resultados obtenidos hasta los 4 años indican que en ambientes con drenaje restringido
el P. taeda manifiesta mayor tolerancia que el P. elliottii. El crecimiento y la sobrevivencia
alcanzados por ambas especies indican que los terrenos localizados en posiciones topo-
gráficas de bajos hidromórficos, no resultan aptas para su cultivo en su condición de relieve
natural. Sin embargo, se logra un contraste en el crecimiento con camellones, donde ambas
especies pueden establecerse y crecer, dado que cuenten con unos 40 centímetros de sue-
lo con buenas condiciones de aireación, aun en períodos de precipitaciones abundantes.
La aplicación de estas tecnologías en la preparación del suelo permitió la expansión de la
actividad foresto-industrial en la región NE de Corrientes (Lupi et al., 2005).
Por otro lado, es importante mencionar que Pinus taeda está ampliamente distribuida
en suelos del orden Kandiudult, conocidos localmente como ‘suelos rojos’ que se extien-
den del noreste de Corrientes hasta Misiones. En la provincia de Misiones, los suelos rojos
ocupan el 33% (Ligier et al., 1990) donde se encuentra la mayor superfcie forestada con P.
taeda. Estudios realizados en la región indican que el crecimiento de las plantaciones de P.
taeda tienen mayores limitaciones (menor índice de suelo) en suelos pedregosos respecto
de los suelos rojos, independientemente del agrupamiento edafoclimático. Los suelos pe-
dregosos resultan estar mejor provistos en nutrientes por unidad de superficie, lo cual se
debería a la diferencia en el tiempo de desarrollo y meteorización (mayor en los suelos rojos
profundos). Sin embargo, los suelos pedregosos poseen una menor profundidad efectiva
y menor volumen de la fracción fina, lo que podría manifestarse más intensamente en los
intervalos sin lluvias generando escasez de agua en comparación con los suelos rojos,
afectando negativamente el crecimiento. Adicionalmente, la mayor oferta de nutrientes en
los sitios con suelo pedregoso no se observó aumento en la concentración de N y P foliares,
comparado con los sitios de suelos rojo profundo, lo cual muestra que los nutrientes no
resultan una limitante al crecimiento en las condiciones actuales de los suelos cultivados
con la especie en cuestión (Martiarena et al., 2014).
En relación a las salicáceas, las especies del género Salix son tolerantes a condicio-
nes de anegamiento. Las mismas se desarrollan bien en suelos húmedos a excesivamente

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

húmedos, pero presentan baja tolerancia a sodicidad y salinidad en el suelo. Sin embargo,
el género Populus son menos tolerante al anegamiento, obteniendo buen crecimiento en
suelos húmedos, profundos y fértiles. La excepción es P. alba que presenta baja tolerancia
a suelos sódicos, salinos, y de textura arcillosa. Estos umbrales tolerables por la salicáceas
se encuentran en el bajo delta del río Paraná caracterizados por suelos aluvionales, con
distinto grado de evolución y capa freática cercana (entisoles y molisoles ácuicos) denomi-
nados comúnmente:
• ‘semipantanosos’ en los esteros abarcando el 80% de la superficie del delta
inferior. Cuentan con un horizonte superficial ácido (pH 4.5) de alto contenido
de materia orgánica poco descompuesta, y un horizonte subsuperficial mineral
de color gley.
• ‘húmicos de gley’ ubicado en los albardones ubicado en el 20% restante de la
superficie. Estos cuentan con un horizonte superficial franco arenoso o franco
arcilloso, de alto contenido de materia orgánica y pH ligéramente ácido entre
5.5 y 6.5; y un horizonte subsuperficial gley.
La región del ‘bajo delta’ presenta islas que generalmente tienen un perímetro (‘albar-
dón’) más elevado, entre 0.6 y 1 m de altura, y son deprimidas hacia el interior conocidos
como zonas de estero, pajonal o bañado. Estos ecosistemas sufren inundaciones perió-
dicas debido a los períodos de crecidas de los ríos Paraná y Uruguay, como también de
los vientos del sector SE provenientes del río de La Plata. En resumen, la calidad del sitio
es determinante en las salicáceas, fundamentalmente con: a) la profundidad efectiva de
enraizamiento (por la cercanía de la capa freática), b) la clase textural, c) las altas concen-
traciones de materia orgánica, y en muchos casos pH ácidos, d) los sitios enriquecidos con
alta salinidad proveniente de sedimentos marinos, y e) con el manejo del agua mediante
endicamientos, redes de drenaje, compuertas y bombas. En general, los valores de con-
ductividad eléctrica no determinan limitaciones importantes por salinidad o sodicidad; sin
embargo, se han encontrado sitios con mediciones de CE elevada en el estrato arcilloso.
Estudios realizados en diferentes sitios forestales en el Bajo Delta, han demostrado bajo
contenido de fósforo disponible (Pd) y aceptable contenido de fósforo total (Pt); asociado
a los bajos pH y la alta concentración de hierro de estos suelos que predispone a la precipi-
tación de las formas disponibles del fósforo (Bonfils, 1962), situación que se intensifican al
extraer el agua del sistema para forestar, por lo que la disponibilidad de agua en el periodo
de crecimiento es clave (Cerrillo et al., 2015).

3.2. Densidad de plantación y producción


A modo general, cuando el terreno es relativamente uniforme parece razonable utili-
zar un marco que permita una distribución lo más homogénea posible sobre la superficie,
con objeto de lograr un desarrollo armonioso de las copas de los árboles y de minimizar
los fenómenos competitivos entre hileras y entre arboles de la misma hilera. Uno de los
factores más fácilmente manejables por parte del productor lo constituye la elección de la
distancia de plantación. Esta tiene una gran significación económica, por su relación directa
con los costos de plantación, posteriores cuidados y aprovechamiento final, la calidad de
los productos a obtener y su destino industrial. La posibilidad de uso de la madera está
determinada en gran medida por sus características tecnológicas, siendo en este sentido

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 123 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

la densidad básica de la misma una de las propiedades físicas de mayor relevancia para
referir su grado de calidad, ya que influye sobre el rendimiento y calidad del producto final
(Einspahr et al., 1969).
Por otra parte, Durante la planificación de la plantación se recomienda tener en cuen-
ta la posición geográfica del área a plantar verificando que la misma se encuentre en zonas
habilitadas para tal fin, distante de áreas de preservación permanente y/o reservas natu-
rales, áreas naturales protegidas u otras áreas de uso restringido. También es importante
verificar la existencia de comunidades que pudieran ser afectadas directa o indirectamente
por la actividad forestal (Baez y Pezzutti, 2014)
Respecto al pino, la plantación se llevara a cabo entre los meses de Mayo y Agosto
de forma mecanizada cuando se realiza a raíz desnuda. También puede extenderse hacia
épocas de mayores temperaturas, utilizando plantines en tubetes, con el consecuente au-
mento de los costos. El Pinus taeda presenta mejor desarrollo en lomas y medias lomas,
mientras que el P. ellioti en sectores topográficos mas bajos. La densidad de plantación
en Pinus taeda (dominante en la provincia de Misiones y Noreste de Corrientes), según lo
recomendado sería de 1250 plantas/ha con un distanciamiento de 2 m entre árbol y 4 m
entre hileras. Esta densidad permitiría obtener mayor cantidad de individuos con mayor diá-
metro que se traduce en mayor rendimiento económico. Sin embargo, existen plantaciones
de baja densidad (entre 800 a 850 individuos/ha iniciales) en marco de plantación de 3x4,
mientras que las de alta densidad se realizan en marcos de 2x3, obteniendo una densidad
inicial de 1666 individuos/ha. En la provincia de Misiones se pueden obtener una productivi-
dad anual por hectárea entre 16 a 40 m3 teniendo en cuenta la especie de pino y la posición
topográfica (Tabla 1)

Tabla 1. Productividad anual por hectárea (m3·ha-1·año-1) de Pinus elliottii y P. taeda en la provincia de
Misiones.
Especie Lomas Media Lomas Bajos
Pinus elliottii 22 - 30 20 - 25 16 - 22
Pinus taeda 28 - 40 25 - 30 21 - 33
Los turnos de corta más comunes para plantaciones con destino aserrable para el
caso de pinos resinosos son en general de 20 a 25 años. Para plantaciones de pino orien-
tadas a la producción de rollizos para pulpa, los turnos de corta de utilizados son de 14 a
16 años. Los modelos deben ser flexibles, ya que tienen que analizar todas las alternativas
posibles para determinar qué cortar y cuándo en función del capital disponible y la deman-
da efectiva de madera existente por parte de la industria.
Los eucaliptos presentan densidades de plantación entre 1000 a 1100 plantas/ha
bajo arreglos espaciales cuadrados o rectangulares de 3×3 m o 4×2.5 m. Estos distan-
ciamientos utilizados permiten obtener en rotaciones de 10-12 años con madera de diá-
metro considerable destinada para aserradero. En la provincia de Corrientes también se
realizan plantaciones con densidades iniciales de 625 plantas/ha (4×4) y de 1600 plantas/
ha en marcos de plantaciones 2.5×2.5 de separación entre plantas y filas. Estas son las
forestaciones más antiguas de la región se plantaron que, si bien se obtienen un mayor
volumen total, disminuye notablemente el diámetro traducido en un aumento de la edad de
rotación cuando el objetivo de la plantación es el aserrado. En la provincia de Entre Ríos,

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

se recomiendan densidades que no superan las 1111 plantas/ha, con su posterior manejo
de podas y raleos para maderas de calidad. Una porción importante de la productividad de
Eucaliptus grandis se define en la etapa de establecimiento. El período abarca desde la plan-
tación hasta el “cierre de las copas”. En plantaciones con una densidad inicial de 800-1000
individuos.ha-1 la etapa puede variar desde menos de 2 años hasta 4 ó 5 años. La amplitud
en la variación depende de la calidad del sitio y en particular de las técnicas silvícolas que
se apliquen. En esta etapa, las técnicas que tienen impacto en la productividad son la pre-
paración del terreno, el control de malezas y la fertilización.
Por otro lado, es importante mencionar que en eucaliptos es posible plantar a una
distribución de 6×2, logrando la misma densidad inicial, favoreciendo al rebrote posterior y
disminuyendo sustancialmente el pisoteo de las cepas por el tránsito de la maquinaria de
cosecha (Baez y Pezzutti, 2014)
La fecha de plantación de la región es durante la primavera, entre setiembre y no-
viembre con el aumento de las precipitaciones. Son especies sensibles a heladas, aspecto
importante a tener en cuenta, hasta en la selección del terreno, preferentemente en lomas
profundas. En sitios de buena aptitud y con una silvicultura apropiada es la especie de
mayor tasa de crecimiento, puede alcanzar a 60 m3·ha-1·año-1 de madera, de lo contrario,
si el sitio no es adecuado y no se acompaña de una silvicultura apropiada el crecimiento
no supera los 15 m3·ha-1·año-1 (Aparicio et al. En la provincia de Misiones se obtienen creci-
mientos promedios de Eucaliptus grandis entre 30 a 40 m3·ha-1·año-1 en las medias lomas,
mientras que aumenta un 20% en las lomas. Sin embargo, en la provincia de Entre Ríos,
es una especie de rápido crecimiento, que según su estado y origen, produce incrementos
anuales medios que oscilan entre 25 y 45 m3·ha-1·año-1. Estos valores permiten rotaciones
de 10 a 15 años cuando el destino de la madera es el aserrado, pudiendo ser menores si el
destino final es la pulpa celulósica (entre 6 a 7 años).
Respecto a las salicáceas, en la zona del Delta se utilizan de manera tradicional esta-
cas de 0.5 - 0.7 m de largo y guías de un año de edad. Luego, en sistemas silvopastoriles,
se incorporó la utilización de guías de dos años. La mejor época de plantación para plantas
con raíz, barbados, es desde la segunda quincena de junio hasta fin de julio, para guías des-
de la segunda quincena de julio hasta principios de agosto y para estacas desde la primera
quincena de julio hasta mediados de agosto (Borodowski, 2006). En el Delta, se utilizan
densidades de plantación de entre 1100 y 400 plantas por hectárea. En caso de sistemas
silvopastoriles, la plantación con guías de dos y tres años de edad, a 270 plantas por hectá-
rea, puede acelerar el momento de ingreso del ganado en el campo (Casaubón et al., 2009).
Las distancias de plantación dependen de las posibilidades económicas y el mercado que
se pretenda abastecer. Las más utilizadas en el cultivo de sauces son 2×1.75 m, 2×2, 2×3,
o 3×1.75; mientras que en álamos es más espaciado, 3×3, 4×4 o 5×5. Sin embargo, hay una
tendencia fuerte de muchos productores hacia grandes distanciamientos entre hileras y
muy pequeños entre plantas, como ser, 5×2 o hasta 7×2, con el objetivo de obtener madera
de mayor diámetro y abastecer mercados de mayor valor.
El turno de corta final en el Delta es entre los 12 y 16 años para el álamo y 10 a 14
años para el sauce dependiendo de los objetivos de producción y el mercado. Sin embargo,
el 95% del sauce se destina únicamente con destino celulósico papelero, en consecuencia,
hay déficit de buenos diámetros mayores a 8 pulgadas. Por otra parte, los rendimientos

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Sabattini et al.

esperados al turno de corta son para el álamo de 200 a 400 m3·ha-1 y para el sauce de 120
a 250 m3·ha-1, que en términos anuales se espera entre 20 a 25 m3·ha-1·año-1 y entre 15 a
20 m3·ha-1·año-1, respectivamente (Borodowski, 2006). En el caso de sauces para la indus-
tria del triturado, se plantan 1428 plantas/ha (3.5×2) para ataja-repuntes, permitiendo este
sistema el ingreso de maquinarias en el momento de cosecha y transporte de madera, para
lo cual se debe dejar un espaciamiento considerable que permita la circulación. Para el
caso de sauce en pajonal con zanja abierta se planta a densidades mayores de aproxima-
damente 2.500 plantas/ha (2×2), esto es debido a dos motivos: por un lado, a condiciones
del terreno que no permiten el ingreso de maquinaria lo cual el traslado se hace manual-
mente (es necesario trozas de menor diámetros de fácil manipulación y traslado), y por
otro, la ocupación del sitio es más rápida requiriendo menor control de malezas.
En cambio, las plantaciones de álamo destinadas a la industria del aserrado se plan-
tan con densidades de 625 plantas/ha (4×4) para lograr un mayor crecimiento en diámetro
por individuo, y a su vez permitir el tránsito de máquinas.

3.3. Manejo silvicultural de la plantación: podas y raleos

3.3.1 Poda
Cuando se iniciaron las plantaciones comerciales a gran escala en nuestro país, en la
década de 1940, Argentina era importadora neta de papel. Se utilizaban altas densidades de
plantación y cuando se realizaban intervenciones de poda rara vez superaba los 2.5 metros
de altura. A partir de ello, se planteó como objetivo, reducir o eliminar la importación de
papel. En la actualidad la poda en las plantaciones forestales se ha incorporado de manera
generalizada y en combinación con raleos realizados de manera oportuna.
Las ramas de los árboles forman un tejido con las fibras en distinto sentido que las del
tronco, lo que da origen a los nudos. Cuando la rama se corta verde, genera “nudos vivos”
(del mismo color que la madera), mientras que las ramas secas originan “nudos muertos”,
más oscuros, y que pueden llegar a desprenderse originando perforaciones. En particular,
los eucaliptos poseen un desrame natural, por el cual a medida que el árbol crece en altura
las ramas inferiores se van secando y, mediante un sistema de aislamiento natural del nudo
con quino (gomo-resina) y una fractura, la rama se desprende sola. Este mecanismo no
siempre es perfecto, dado que pueden quedar muñones quedando algunas ramas pren-
didas y otras, como en las plantas de bordura, se conservan verdes. Por este motivo se
recurre a la poda, o escamondo, para asegurarse el desrame total. Entonces, el objetivo de
la poda es maximizar la producción de madera de calidad, sin nudos, mejorando además la
forma del fuste disminuyendo su conicidad. Este tipo de madera es demandada por lami-
nadoras y aserraderos que elaboran productos de alto valor agregado.
Con esta práctica no sólo se amplían las posibilidades de obtener mejores precios en
el mercado, también se facilita el desplazamiento de operarios y maquinarias en el terreno
contribuyendo a la prevención de los incendios forestales, cortando la continuidad vertical
del combustible.
Otros tipos de podas que se pueden mencionar son aquellas asociadas a motivos
fitosanitarios, donde se eliminan ramas afectadas por plagas o enfermedades, podas
para la obtención de productos forestales no madereros, podas de formación cuando la

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

arquitectura de algunas especies así lo requiere y en ocasiones se realizan estas interven-


ciones para reducir la resistencia al viento, la prevención de incendios o en los sistemas
silvopastoriles para aumentar la producción de forrajes.
La primera poda o “poda baja” se realiza en el total de árboles que compone la planta-
ción, se descartan los árboles dominados y los defectuosos. La primera poda se debe hacer
antes de que se sequen las ramas basales. Las ramas secas producen “nudos muertos”
que se desprenden fácilmente de las tablas. La segunda poda se combina con el primer
raleo, para ello se seleccionan los 500-650 árboles/ha de mayor crecimiento y tronco recto.
La tercera poda se debe combinar con el segundo raleo, en esta intervención se podan los
250-350 árboles/ha sobresalientes en cuanto crecimiento y rectitud de tronco que queda-
rán hasta el final de la rotación. Las principales recomendaciones se basan en considerar
inicialmente el diámetro y la altura de los árboles dominantes (rectos y sin bifurcaciones).
En este sentido deben descartarse los descartarse los árboles oprimidos, deformados y
torcidos. Por otro lado, la altura de poda no debe sobrepasar el 50% de la altura total del
árbol en eucaliptos, y 50-60% en pinos.
En plantaciones de pino, casi siempre las podas son selectivas. La primera general-
mente se realiza al 4º o 5º año hasta una altura de 2.0 m, mientras que la segunda y la ter-
cera poda, entre los años 5º-6º y 7º-8º año, respectivamente, buscando obtener una altura
de 3.5 m y 5.0 m. La cuarta y última poda se lleva a cabo a los 9 (o eventualmente 10 años
de edad), con la que se logra en promedio los 6.5 m. Para el caso de eucalipto, la primera
se realiza entre el primer y segundo año hasta los 2.0 m de altura (Cuadro #1). Cuando son
manejadas para obtener materia prima para aserrado y/o debobinado, se ejecuta un esque-
ma diferenciado con tres intervenciones.
Para el caso de las salicáceas se están experimentando variantes en cuanto al mo-
mento e intensidad de las mismas, mientras que en general se realizan sobre una base
empírica. Cuando el destino de la producción es el aserrado o el debobinado de los álamos,
se realiza una poda de formación al primer año y luego de realce al 3er año acompañando
el crecimiento en altura de la plantación. En estos casos, el objetivo consiste en lograr de
6 a 7 m de fuste podados libres de nudos. Esto será aplicado a 450 árboles/ha, dejando el
tercio superior de la copa inicial. La segunda poda se realiza a los 7 años sobre los 330 ár-
boles/ha de la cosecha final. La altura de poda está dada por las trozas a sacar libre de
nudos, la cual será de 6 m de altura para obtener tres trozas de 2 m por árbol (Tabla 2). En
general se podan sólo los árboles que van a quedar después del raleo definitivo.

Tabla 2. Resumen general de podas por especies forestales de la Mesopotamia Argentina.


Especie Edad(años) Altura de poda (m) Densidad de poda (# individuos/ha)
3-5 1.8-2.0 750
5-6 3.5-4.0 500
Pinos
7-8 5.5-6.0 500
9-10 7.0-9.0 250
1-2 2-2.5 Todos
Eucaliptos 2-3 5.5 500-600
5-6 7.0-9.0 250-350
1-2 2-4 450
Álamos
5-7 5-6 330

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Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
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3.3.2. Raleos
El raleo es una intervención silvicultural que reduce el número de individuos por hec-
tárea y cumple con el objetivo de liberar la competencia y permitir mejor el crecimiento de
los individuos que quedan en la plantación. De esta manera se concentra el crecimiento de
la misma en un número reducido de árboles, lográndose mayor diámetro individual al final
de la rotación, o bien reduciéndose el turno de corte. El manejo integrado de las podas y los
raleos obliga desde el inicio de la plantación un diseño de producción diferente. Las rota-
ciones son mas largas, debiendo hacerse inversiones intermedias para las podas y raleos,
pero también habrá ingresos intermedios por venta de raleos, pero siempre con el objetivo
definido de producir madera de calidad. Los objetivos del raleo consisten en: obtener pro-
ducto de mayor diámetro, lograr un retorno de capital anticipado, aprovechar el material que
sino se ralea quedará seco o dominado, reducir el turno de rotación, uniformar el tamaño y
la forma de la plantación, eliminar individuos indeseables por forma, sanidad o tamaño; y
regular el crecimiento para mejorar la madera de calidad.
Esta práctica es indispensable cuando se pretende producir maderas de diámetros
aserrables o laminables. Para el caso de los eucaliptos, por ejemplo, en la industria de cha-
pas (faqueados) y con rollos de buena calidad pueden trabajarse diámetros de 30 cm, pero
se prefiere que éstos tengan más de 40 cm. En debobinado se permite el procesado de
diámetros de 25 cm siempre que hayan sido podadas, pero si la madera tiene nudos, se
requiere diámetros de 30-35 cm en punta fina sin corteza. En general, como regla forestal,
el primer raleo se hace cuando se entrecruzan las copas y dificultan el paso (inconveniente
serio en caso de focos de incendios), los árboles pueden tener entre 6 a 8 metros de altura.
En cambio, el segundo raleo se practica cuando tienen el doble de altura y vuelven a entre-
cruzarse las copas, mientras que el tercer raleo queda remanentes entre 200 o 300 de los
mejores árboles para su tala rasa, permitiendo que aumenten su diámetro.
En el caso del pino, si el objetivo es producir madera de calidad, normalmente junto
con la primera poda se realiza un primer raleo. Este va a ser un raleo a desecho o raleo
pre-comercial. Se entiende por esto a la eliminación de los árboles defectuosos o de menor
calidad y que no tienen valor comercial o de venta. La conveniencia de este raleo se basa en
eliminar los árboles remanentes van a crecer más vigorosos y van a ser más resistentes al
ataque de plagas como el Sirex spp. Por otra parte, el número de árboles a podar será me-
nor y por el tamaño que tienen los árboles a esa edad, es más rápido y más barato ralearlos
que podarlos. Si no se realiza este raleo, el primer raleo comercial será de alta densidad
siendo mas costoso. Por otra parte, se disminuye el riesgo de incendios al disminuir la
continuidad del material combustible. La poda junto con el raleo, favorecen la producción
de forraje (por entrada de luz y agua de las precipitaciones) y el tránsito del ganado. No es
recomendable evitar un raleo de desecho plantando menos árboles, dado que la calidad
y homogeneidad de los mismos, determina que sólo aproximadamente un 50% llegan a
convertirse en árboles de buena calidad. Además, al momento de realizar la primera poda,
ya se pueden identificar los árboles con mayor potencial.
En la provincia de Misiones, se obtuvo mayor producción en volumen total acumula-
do en Pinus taeda cuando se ralearon el 66% de los árboles respecto a un testigo. En los
testigos (sin raleo) se observó mortandad por competencia entre árboles, de los 5 a los 15
años pasó de 1683 a 1080 árboles por hectárea, lo que representó una mortandad de 603

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Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

árboles (35.8%). La comparación de los resultados muestra que raleos fuertes promueven
una ganancia sustancial en el incremento y en la dimensión final del diámetro, pero, con-
forme muestran los resultados de la producción volumétrica causan reducción drástica de
la producción total del rodal. La intensidad ideal de raleo va a depender principalmente de
la finalidad de la madera a ser producida. Si la intención es producir el máximo de volumen
sin exigencias de calidad y dimensiones de la madera, deben ser hechos raleos menos
exigentes o directamente dejar de hacerlos, a partir del momento que se plante con un es-
paciamiento inicial adecuado o que se establezcan rotaciones más cortas. Mientras que se
busca la maximización de la producción en volumen, se desea obtener madera de mayores
diámetros e inevitablemente es necesario promover raleos un poco más severos.
En la provincia de corrientes, algunas empresas que poseen plantaciones de eucalip-
to orientadas a productos de madera sólida realizan un raleo entre el quinto y séptimo año,
mientras que las empresas más integradas verticalmente practican dos raleos no comer-
ciales (a desecho), el primero entre los 15 y 20 meses, y el segundo al tercer año.
En el Tabla 3 se observa la edad en la cuál se realiza el raleo y la tala rasa en las espe-
cies de pinos y eucaliptos más importantes. Además, se detallan los valores de producción
de los productos generados en cada etapa para la provincia de Corrientes (pinos) y Entre
Ríos (eucaliptos).

Tabla 3. Producción madera triturable, aserrable y laminable según los momentos de raleo para espe-
cies de pino en la provincia de Corrientes y eucaliptos de Entre Ríos.

Producción (m3.ha-1)
Especie Género Manejo Edad años Triturable Aserrable Laminable
1° Raleo 10 55 30 85
Pinus elliottii 2° Raleo 16 40 100 140
Tala Rasa 23 50 310 360
1° Raleo 9 65 40 105
Pinus taeda 2° Raleo 14 55 120 175
Tala Rasa 21 65 330 395
1° Raleo 10 50 120 170
Pino hibrido
Tala Rasa 19 70 415 485
1° Raleo 2-3 - - -
2° Raleo 5-6 20 20 -
Eucaliptos 3° Raleo 8-9 15 45 165
4° Raleo 10-12 10 70 -
Tala Rasa 15-18 25 335 335

En caso de los álamos, se quiere llegar al turno con árboles gruesos lo cual se inician
las plantaciones con densidades altas para que la competencia provoque el crecimiento
recto. Posteriormente se eligen los mejores para que aumenten su crecimiento a partir de la

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 129 


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madera como fuente energética
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liberación de recursos. Ensayos sobre Populus deltoides plantados a 5×3 con una densidad
inicial de 666 plantas/ha, se realizó un raleo al séptimo año con tres intensidades diferentes
(15, 30 y 45%). Producto del raleo, se observó una mayor homogeneidad de las plantas
en diámetro y el diámetro a la altura del pecho de las plantas remanentes se incrementó
principalmente en el tratamiento de mayor intensidad de raleo respecto al testigo. Además,
en todos los clones, la mayor intensidad de raleo es la que siempre presentó mayores incre-
mentos corrientes anuales en diámetro (Borodowski y Suárez, 2006). En el caso de Salix sp.
no se realizan podas ni raleos debido a que el destino de producción es madera para tritu-
rado y no se requiere madera de calidad sino un mayor volumen.

3.3.3. Manejo de malezas, fertilización, plagas y enfermedades.


Un apropiado control de malezas en las plantaciones forestales permite obtener ma-
yores rendimientos generando aumentos del 80% al 110% en volumen en relación con tra-
tamientos sin control durante los primeros 4 años. Los controles realizados en la banda
de plantación por 2 años logran diferencias en altura de 0.5 m en suelo rojo arcilloso y de
1.6 m en suelo gris limo-arcilloso a los 8 años en plantaciones de Pinus taeda, generando
rendimientos marginales del 10-15 % a la edad de corte final. El aumento del rendimiento
se atribuye a la mayor disponibilidad de agua, nutrientes y luz en los lotes con control.
Las malezas más importantes, que se presentan tanto en forestación como en reforesta-
ción (según tipo de suelo e historia del campo) son: Senecio brasiliensis, Sida rhombifolia,
Solanum sp., Ipomoea sp., Paspalum notatum, Setaria parviflora. Las malezas también im-
pactan negativamente en las actividades de protección contra incendios, aumentando los
costos de las podas y raleos, manejo de plagas e inventarios. En general las especies men-
cionadas son consideradas malezas, sin embargo algunas son utilizadas para pastoreo en
ganadería extensiva o bajo sistemas silvopastoriles. Habitualmente las malezas son con-
troladas durante los dos primeros años en la banda de plantación (2 m), utilizándose fre-
cuentemente glifosato como herbicida post-emergente, y metsulfuron e Isoxaflutole como
productos pre-emergentes. La aplicación se realiza con pantallas protectoras (usando gli-
fosato), o sobre las plantas con herbicidas pre-emergentes que no causan fitotoxicidad.
Aplicar éstas técnicas de control requiere de una planificación espacial cuidadosa (áreas de
valor ambiental, asentamientos poblacionales), a su vez de contar con herbicidas, equipos
apropiados y de un monitoreo periódico de los lotes (Pezzutti et al., 2014).
En el caso de los pinos en la provincia de Misiones, no se realizan tareas de fertiliza-
ción ya que hasta el momento no se encontró una respuesta compensatoria en crecimien-
to, lo cual no se justifica tal inversión. Un aspecto importante, y con el fin de no disminuir la
capacidad productiva del sitio, los residuos de cosecha y del último raleo (ramas finas y ho-
jas) quedaran en el lote. Se realiza un control químico-mecánico para el control de malezas
pre y post-plantación, para que resulte satisfactorio la plantación. En el caso de Pinus taeda
es muy sensible a la presencia de malezas alanzando a morir del 30% de la plantación, lo
cual se realiza un desmalezado mecánico, con la ayuda de químicos.
El efecto negativo de las malezas en el crecimiento de E. grandis está ampliamente
demostrado en estudios locales y de diversas partes del mundo. Las raíces de la nueva
plantación y de las malezas se concentran en el suelo superficial donde es más alta la dis-
ponibilidad de nutrientes, en particular el nitrógeno y el fósforo. El sistema de raíces de las

130 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

malezas, de mayor densidad y más finas, ocupa primero el suelo limitando el crecimiento
de las raíces de E. grandis y en consecuencia la absorción de nutrientes y agua. En casos ex-
tremos, la invasión de malezas puede hacer perder la plantación o aumentar la mortandad
hasta porcentajes que no justifican el manejo para producir madera. El control de plantas
competidoras es vital, estando ampliamente probado que su presencia disminuye el creci-
miento, la homogeneidad y la sobrevivencia. El control de malezas alrededor de las plantas
se realiza en forma manual o con herbicidas pre o post emergentes en la banda de planta-
ción. Las principales especies que ocasionan pérdidas por su interferencia y dificultades en
el control son: Solanum sisymbriifolium, Cynodon dactylon Sida potentilloides, Polygonum
convolvulus, Paspalum dilatatum, P. notatum, Conyza bonariensis y Baccharis spp. (Achinelli
et al., 2014).
Resultados al segundo año de edad de E. grandis en un suelo arenoso de Corrientes
revelaron un crecimiento en DAP y altura superior al 30% al comparar el control químico
respecto al control con carpidas. Las diferencias son atribuidas al disturbio y ruptura de
raíces que producen las carpidas en la zona próxima a las plantas. Por otro lado, la com-
petencia de las malezas por el agua es más crítica en suelos arenosos, de baja retención
de humedad. En estos suelos es clave el control de malezas entre las líneas de plantación.
Una experiencia realizada en Entre Ríos, demostró que el control total de malezas entre las
líneas de plantación con rastra de discos o químicos aumentó el contenido de humedad del
suelo respecto a no controlar las malezas o controlar con desmalezadora mecánica. Con
relación a lo anterior, si bien los dos métodos de control total de malezas fueron similares
en cuanto a la retención de humedad, el control con herbicida es preferente al control con
rastra de discos, si se consideran los disturbios que produce esta práctica en el suelo. La
baja fertilidad de la mayoría de los suelos de la región limita el crecimiento de E. grandis, a
pesar de que los eucaliptos en general son considerados eficientes en la utilización de los
nutrientes. La respuesta a la fertilización con fósforo aplicado en la etapa de plantación
está comprobada en la mayoría de las regiones que en el mundo forestan con E. grandis.
En general, es una práctica incorporada al establecimiento de las plantaciones. En cuanto
al nitrógeno, de mayor movilidad que el fósforo, la respuesta está más asociada al conteni-
do de materia orgánica en el suelo. Respecto al potasio, en general en la región no se han
detectado respuestas a la fertilización aplicada al inicio de la plantación. El manejo nutritivo
de plantaciones con especies de rápido crecimiento como eucaliptos, no se debe limitar a
la fertilización aplicada al establecimiento. Los grandes volúmenes de madera se producen
a expensas de una fuerte extracción de nutrientes del suelo, que en parte desaparecen del
sistema con la madera extraída durante la cosecha. En rotaciones cortas la remoción de
nutrientes puede superar los aportes naturales que recibe el suelo, con lo cual sin la adición
de fertilizantes disminuye el estatus nutritivo del sitio. En este contexto, la silvicultura exige
una integración de las técnicas de establecimiento, conducción (podas y raleos), cosecha
y manejo de residuos, que permitan conservar o mejorar las condiciones físicas y químicas
del suelo para mantener una producción rentable y sostenible de madera.
La preparación del sitio en salicáceas se realiza de manera diferencial cuando el sis-
tema plantación es a zanja abierta o en ataja-repunte. El control de malezas es importante
durante los primeros años para evitar la competencia con las malezas y disminuir la inci-
dencia de plagas debido a tienen un importante efecto en la supervivencia y el crecimiento

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 131 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

inicial de los árboles jóvenes, puntualmente en Populus sp., que se caracteriza por ser una
especie exigente en agua y nutrientes y muy sensible a la interferencia por malezas en la
fase de establecimiento. Cuando se plantan en albardones y pajonales con sistemas de
zanja abierta, las tareas de desmalezado en el pajonal se realizan de manera mecanizada
con motoguadaña o manualmente con machete. En cuanto a los albardones el desmale-
zado se realiza mediante la combinación de los tratamientos mecánicos mencionados con
tratamientos químicos cuya aplicación se realiza con pulverizadoras entre filas y con mo-
chilas pulverizadoras entre tocones remanentes. En cambio, en el sistema de albardones y
pajonal con sistemas de ataja-repuntes, según las posibilidades de tránsito con maquinaria,
el control de malezas es químico-mecánico. Se realiza con rastra de disco y rolos entre las
filas, acompañado de motoguadaña o machete entre tocones remanentes. Posteriormente
se realiza control químico con (Achinelli et al., 2006).
Las malezas representan un serio problema para el establecimiento de plantaciones
de sauces. Se han cuantificado pérdidas de hasta el 60-70% en diámetro y altura, y del
90% en volumen al finalizar el período de implantación (dos a tres años). En álamos se
producen pérdidas en supervivencia y crecimiento, habiéndose registrado reducciones en
altura de hasta el 50-60% y mermas en la supervivencia de hasta el 84%. Por otro lado, el
control de malezas representa aproximadamente el 40% del costo de implantación. En los
“pajonales” predominan Scirpus giganteus y Schoenoplectus californicus, acompañadas por
Typha latifolia, Eryngium pandanifolium, Rhynchospora corymbosa y Polygonum sp. En zo-
nas endicadas las comunidades están relativamente modificadas y aparecen, entre otras,
Echinochloa crus-galli, Paspalum urvillei, Carex riparia, Cirsium vulgare, Conyza bonariensis,
Ligustrum sinense y Morus alba. El pequeño productor realiza control de malezas manual
utilizando machete, guadaña o azadas. Los productores medianos y grandes realizan des-
malezados mecánicos y químicos, por ejemplo en los pajonales se realiza el aplastado de
la vegetación con rolo y en los albardones se utilizan rastras de discos. Existen buenas res-
puestas al control con herbicidas, como aplicaciones dirigidas con glifosato e imazaquin en
preemergencia, y con quizalofop en post-emergencia. En tal sentido existen puntos clave a
tener en cuenta para minimizar los problemas de enmalezamiento: a) control temprano du-
rante la preparación del sitio y luego principalmente en la primera etapa primavero-estival;
b) tratamientos químicos selectivos, c) combinación de distintas técnicas de control en un
mismo predio como el control químico en bandas en las filas y mecánico en las entrefilas
(Achinelli et al., 2014).
No se fertiliza en ninguno de los dos casos ya que los requerimientos nutricionales
de las especies se ven abastecidos por las condiciones edáficas del sitio. Por otro lado, se
relaciona el contenido de nutrientes en suelos y el consumo de las forestaciones de álamos
y sauces, comprobando una adecuada estabilidad para nitrógeno, fósforo total y potasio
(Cerrillo et al., 2015). Además, las condiciones hídricas de la región no permiten una aplica-
ción eficiente de fertilizantes debido a las inundaciones periódicas, que provocan la pérdida
de estos por el lavado del suelo.
Respecto a las plagas, la más importantes en todos los casos (pinos, eucaliptos y
salicáceas) son las hormigas cortadoras, dado que pueden provocar pérdidas en la plan-
tación en los primeros años de vida, generando una disminución en el crecimiento de los
árboles e incluso disminuir la sobrevivencia de plantines. Debido a los grandes perjuicios

132 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

que ocasionan, las hormigas cortadoras han sido combatidas con diversos métodos, des-
de culturales hasta químicos. El control químico es el más difundido, y tradicionalmente se
basa en la aplicación de hormiguicidas líquidos, en polvo, gases, termonebulización y cebos
tóxicos (Della Lucia, 2003). Los cebos tóxicos para el control de hormigas cortadoras se
desarrollaron debido a la dificultad de eliminar todos los miembros de la colonia aplicando
formulaciones que actúen por contacto, y a consideraciones ambientales, ya que los ce-
bos utilizan mucho menos ingrediente activo por colonia (Cherrett 1989; Montoya-Lerma
et al. 2012). La decisión cualitativa de controlar (si o no) viene dada por dos parámetros.
Primero, sabiendo si las especies que existen en el predio efectivamente cortan, si cortan
hojas de latifoliadas, si prefieren gramíneas, o si solo son recolectoras. En muchos casos,
las especies de un predio no son cortadoras, o son recolectoras o cortadoras de pastos
exclusivamente, lo que no ameritaría el control. Segundo, estableciendo el nivel de daño
mínimo aceptable, el cual viene relacionado con una densidad crítica de las especies que
efectivamente cortan hojas. Si cualquier estimación poblacional tendiente a determinar la
dosis a aplicar se basa en especies que no causan daño, se sobreestimará la dosis a aplicar,
incrementando innecesariamente los costos ambientales y económicos. Así, la determi-
nación de las especies presentes en un predio mejora la toma de decisión respecto de si
controlar o no, y es el paso previo a la aplicación de una dosis basada en niveles de daño
relacionados a niveles de infestación. La decisión cuantitativa de qué dosis aplicar se toma
basándose en la determinación del nivel de potencial de daño para un nivel de infestación
determinado y definiendo una dosis a aplicar en función de esta (Bollazzi, 2018).
De los resultados obtenidos desde 2011 se desprende que la implementación de una
reducción de la cantidad de cebos hormiguicida utilizado en el control de hormigas corta-
doras se lograría aplicando un control precosecha, el cual es posible debido a la suscep-
tibilidad que exhiben las hormigas cortadoras al sombreado. Al distribuirse el 80% de las
colonias en el borde de los rodales al final del turno, un control precosecha y de borde, redu-
ce la superficie a tratar controlando la mayor parte de los hormigueros. En consecuencia, al
día de hoy la recomendación de control de hormigas en plantaciones certificadas pasaría
por determinar las especies de hormigas cortadoras del área a tratar, y aplicar un control
precosecha en borde si la distribución poblacional así lo permite.

4. Destino de la producción actual

La principal fuente de abastecimiento de madera del mundo son los bosques nativos.
La superficie forestal total mundial asciende a algo más de 4.000 millones de hectáreas,
el 31 por ciento de la superficie terrestre total. La pérdida neta anual de bosques (es decir
la suma de las perdidas menos la suma de los incrementos en superficie forestal) en el
periodo 2000-2010 equivale a una superficie similar a la de Costa Rica. Por otra parte, la
superficie de bosques implantados se estima que abarca 200 millones de hectáreas (FRA,
2010). El consumo mundial anual de madera es aproximadamente 4.100 millones de me-
tros cúbicos, el 56% de este volumen es utilizado como combustible, fundamentalmen-
te en países subdesarrollados, los cuales poseen la mayoría de las reservas boscosas de
especies latifoliadas, y el 44% restante es industrializado, predominando la utilización de

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 133 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

maderas de coníferas. Los principales proveedores de madera de coníferas son Canadá,


Estados Unidos, Rusia y Suecia; mientras que, los principales productores y exportadores
de madera de latifoliadas son Estados Unidos, Brasil, Malasia e Indonesia.
La competitividad de la cadena forestal depende entre otros factores de la productivi-
dad. Los desarrollos tecnológicos, innovaciones y conocimientos que puedan incorporarse
o producirse para alcanzar mejores eficiencias o para generar nuevos valores agregados
diferenciadores en los productos intermedios y finales, permitirán expandir los mercados
existentes nacionales e internacionales. La incorporación de conocimiento en los sistemas
productivos y en la producción -mencionados anteriormente-, redunda en un aumento en la
eficiencia del manejo de recursos, en la productividad y en la competitividad, aumentando
la rentabilidad y los beneficios económicos y sociales para las comunidades involucradas.
La cadena foresto-industrial de Argentina vinculada a las plantaciones forestales
comienza con la extracción de rollizos, materia prima que sufre un primer proceso de in-
dustrialización a través de la transformación mecánica o química y cuyos productos se
destinan a una segunda industrialización. Los productos obtenidos en esta etapa de pro-
ducción secundaria se destinan luego a otras industrias o al consumo final, tanto en el
mercado interno como externo. La mayor parte de las industrias del aserrado, de remanu-
facturas de la madera y de producción de tableros, se encuentran próximas a los centros
de abastecimiento de materia prima, siendo la Mesopotamia el polo foresto-industrial más
importante y desarrollado del país (Figura 7). A diferencia de ello, las industrias que incor-
poran mayor valor agregado, como la del mueble, están instaladas cerca de los principales
centros urbanos como Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Las inversiones nacionales y ex-
tranjeras que recibió el sector en la última década han permitido aumentar tanto la produc-
ción para el mercado interno, como las exportaciones de bienes con mayor valor agregado.
En el 2012, las industrias de pasta y papel, tableros, laminados e impregnación realizaron
inversiones más de 120 mil millones de dólares, correspondiendo a la industria de la pasta
y papel el 72% del total invertido, seguida por la industria de tableros con un 26%.

Figura 7. Esquema simplificado de los productos primarios y secundarios obtenidos a partir de un


rollizo de madera forestal. Tomado y adaptado de MAGyP-DPF (2014).

134 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

Las extracciones de rollizos de los bosques implantados se han incrementado paula-


tinamente a lo largo de los años, de los cuales el 49% tienen un destino en la industria del
aserrado, el 36% a la elaboración de pastas y el 15% a la industria de tableros y otras. En el
año 2012 fue de 13 900 000 m3, aproximadamente 11 300 000 tn según el MAGyP – DPF.
Más del 50% de la materia prima rolliza consumida por la industria corresponde a la madera
de pino, seguida por la de eucalipto, sauce, álamo entre otras especies. La producción total
de pastas oscila las 900 000 toneladas en todo el país, y el 71% corresponde a pastas de
madera. Dentro de estas, las pastas químicas al sulfato blanqueadas fueron las de mayor
producción y las más utilizadas para la elaboración de papel. La especie más utilizada es
el pino con un 70.9%, seguido por eucaliptos con un 17.1%. La Argentina históricamente ha
sido importadora neta de productos forestales con alto valor agregado (láminas, madera
aserrada de bosques nativos y muebles) y exportadora de bienes primarios o semielabora-
dos (rollizos, madera aserrada).
Las salicáceas son utilizadas en la realización de pastas de alto rendimiento (tritu-
rado) para la fabricación de distintos tipos de papel y cartón. El sauce, especialmente el
Salix babylonica var. sacramenta (“Soveny americano”) es muy apreciado para este fin por
el largo de su fibra. Las pastas mecánicas se destinan esencialmente a la fabricación de
cartulinas y papeles tisú, las quimi-mecánicas se utilizan como materia prima para producir
papeles de impresión, principalmente papel para diarios. Por otro lado, las semiquímicas
para elaborar papeles liner y onda para cartón corrugado. El otro destino de la madera
triturada es para la realización de diversos tipos de tableros de aglomerado. Se trata de
partículas o astillas de virutas de madera aglomeradas entre sí y prensadas en caliente
con colas o resinas uréicas o fenólicas. Ambos destinos (pasta y aglomerado) no tienen
grandes exigencias con respecto a la calidad de la madera. Se busca que sea lo más blan-
cas posibles, especialmente para pasta. El largo solicitado generalmente es de 2.20 m con
diámetro mínimo de 3 pulgadas y máximo de 20 pulgadas, así como evitar los trozos con
horquetas y torcidos. En la industria del aserrado los álamos y sauces son utilizados con
fines similares. Sin embargo, los álamos son preferidos paras algunos destinos, fundamen-
talmente cuando se requieren piezas de mayores dimensiones y exigencias en resistencia,
sumado a su color más claro. Con respecto al sauce, el industrial prefiere para el aserrado
al Salix babylonica x Salix alba “A 131/25” y el “A 131/27”. Con madera aserrada se realizan
pallets, envases, cajonería en general, encofrados y tirantería, colmenares, ataúdes, mueble-
ría (mesas, sillas, estanterías, placares, etc.), etc. Los rollos de madera utilizada requieren
un diámetro entre 5 y 8 pulgadas. Los desperdicios de aserraderos, como ser, costaneros
y recortes, se utilizan para hornos de panadería y pizzerías para su quema. Muchas veces
los mismos se entregan a cambio de su retiro de los aserraderos. Otros productos de las
salicáceas son los postes o tutores sin aserrar, que también son utilizados en las vigas para
la construcción de viviendas económicas, tinglados, cobertizos, etc.

5. Avances en la utilización de productos y subproductos con destino bioenergético

Previo a la revolución industrial, la biomasa fue el combustible mayormente utilizado


por el hombre. Sin embargo, a mediados del siglo XVIII, la aparición de mayores consumos

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 135 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

de energía en las máquinas de vapor llevó al empleo de carbón como combustible principal.
Luego, el uso masivo de combustibles derivados del petróleo, que tiene un mayor poder
calorífico y que también en aquel entonces presentaban un menor costo, redujo al mínimo
la utilización de biomasa.
Con el transcurrir de los años y en la actualidad surgieron diferentes inconvenientes
asociados a la utilización de combustibles de origen fósil. Por un lado, a nivel mundial existe
un constante incremento en el consumo de energía, lo que conlleva a serios problemas que
deben ser resueltos en el corto plazo. Las mayores reservas de combustibles fósiles están
localizadas en algunos países, causando una gran volatilidad en los mercados y problemas
de abastecimiento en distintas zonas. Otro punto clave, y del cual se ha empezado a tomar
conciencia en las últimas décadas, es que el uso de combustibles fósiles causa serios
problemas ambientales, como la contaminación del aire, lluvia ácida y las emisiones de
gases de efecto invernadero. Una solución a estos problemas es el desarrollo de energías
limpias y renovables de origen biomásico, ya que pueden ser producidas y consumidas en
un ámbito de CO2 neutro. Cuando se produce la combustión de la biomasa, el CO2 generado
es luego reabsorbido mediante la fotosíntesis en el crecimiento de las plantas necesarias
para su producción y, por lo tanto la cantidad de CO2 presente en la atmósfera no se ve
incrementada. En cambio, en el caso de los combustibles fósiles, el carbono que se libera a
la atmósfera es el que está fijo a la tierra desde hace millones de años. Otra ventaja es que
además existe elevada disponibilidad de biomasa a nivel mundial, y en diferentes regiones
del planeta.
La bioenergía es una energía renovable producida de materiales derivados de fuentes
biológicas. Los recursos biomásicos se encuentran disponibles en distintas formas o tipos,
incluyendo cultivos energéticos dedicados, residuos de agricultura, residuos forestales,
plantas acuáticas, desechos humanos y animales, desechos municipales, etc. Una gran
ventaja de la utilización de recursos biomásicos para la generación de energía es que pue-
den producir combustibles líquidos, gaseosos y sólidos, y que pueden ser almacenados,
transportados y utilizados con los mismos sistemas de abastecimiento de los combusti-
bles fósiles.
Desde el punto de vista del aprovechamiento energético, la biomasa se caracteriza
por tener un bajo contenido de carbono, un elevado contenido de oxígeno y compuestos
volátiles. Estos compuestos volátiles (formados por cadenas largas del tipo CnHm, y pre-
sencia de CO2, CO e H2) son los que concentran una gran parte del poder calorífico de la
biomasa. El poder calorífico de la biomasa depende mucho del tipo de biomasa conside-
rada y de su humedad. Así normalmente estos valores de poder calorífico de la biomasa
se pueden dar en base seca o en base húmeda. En general se puede considerar que el
poder calorífico de la biomasa puede oscilar entre los 3000 a 3500 kcal/kg para los resi-
duos ligno - celulósicos, los 2000 a 2500 kcal/kg para los residuos urbanos y finalmente las
10 000 kcal/kg para los combustibles líquidos provenientes de cultivos energéticos. Estas
características, juntamente con el bajo contenido de azufre de la biomasa, la convierten en
un producto especialmente atractivo para ser aprovechado energéticamente.
En la República Argentina se han realizado y se realizan en la actualidad aprovecha-
mientos energéticos de la biomasa. En la provincia de Jujuy, más precisamente en la in-
dustria siderúrgica Altos Hornos Zapla, se emplea carbón vegetal como combustible, que

136 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

se obtiene como aprovechamiento de la biomasa generada fundamentalmente a partir de


plantaciones de eucaliptus realizadas para ese fin. Este carbón vegetal también se utiliza
en otras industrias y para uso doméstico, aunque su importancia comparativa es mucho
menor. Otro ejemplo de aprovechamiento significativo es la utilización de bagazo de caña
de azúcar como combustible para las calderas de los ingenios azucareros principalmente
localizados en el noroeste argentino (NOA). En algunos casos, estas industrias práctica-
mente alcanzan la autosuficiencia energética con este combustible. La fabricación de alco-
hol a partir de la caña de azúcar y su dosificación en las naftas (alconaftas) fue un proyecto
llevado a cabo por distintas provincias, pero no prosperó por diversos factores económicos
y estructurales del país.
Por otra parte, algunos ejemplos en el aprovechamiento de biomasa en Argentina
pueden ser: a) la utilización de leña a nivel doméstico en zonas rurales y semirurales, para
calefacción en hogares; b) el empleo de residuos agroindustriales (cáscara de girasol, cás-
cara de arroz, cáscara de maní, etc.) en calderas para su uso térmico o eléctrico, para produ-
cir vapor de proceso; c) el uso de residuos forestoindustriales (aserrín, costaneros y viruta)
para generar energía en la industria de transformación de la madera; d) la utilización de LFG
(gas metano capturado en rellenos sanitarios) para generación de energía eléctrica; y e) la
generación de biogás en tambos, actualmente muy poco difundido. En virtud de lo mencio-
nado anteriormente, nuestro país se encuentra en una etapa de desarrollo bioenergético
donde el grado de utilización de biomasa es mucho menor al potencial de aprovechamiento
energético disponible. Por tal motivo, es importante trabajar en la tarea de difusión de las
posibilidades existentes y de las tecnologías para su uso.
Es interesante analizar el caso de los residuos producidos por el sector forestal, que
representan un gran potencial biomásico para la producción de bioenergía en Argentina.
Se considera que más del 70% de la biomasa producida en las plantaciones argentinas no
tiene uso alguno, la mayoría de los residuos de los aserraderos se queman, aumentando de
esta manera las emisiones de CO2 a la atmósfera. No obstante, el éxito de la utilización de
estos residuos depende mayormente de dos parámetros; confiabilidad del abastecimiento
sostenible de biomasa y en los costos incurridos en el procesamiento de la biomasa. Por
lo tanto, existe una necesidad urgente de desarrollar metodologías que puedan claramente
cuantificar la biomasa forestal, como así también identificar riesgos e incertidumbres so-
bre la disponibilidad de biomasa para la generación de bioenergía. En la Argentina, existen
algunos proyectos de cogeneración alimentados con biomasa forestal, ya sea con residuos
del procesamiento mecánico de la madera (aserrín, corteza, costaneros) y de desechos o
residuos forestales o de cosecha (despunte, ramas, tocones). Se han realizado estudios en
la provincia de Entre Ríos que permiten cuantificar los residuos forestales. Los resultados
preliminares indican que los bosques implantados producen alrededor de 250 tn·ha-1 en un
turno de corte (16 años) y además, quedan 12 tn·ha-1 de biomasa que no se retiran, de las
cuales un 50% son triturables y el resto es material no aprovechable. Los rollizos en aserra-
deros presentan un rendimiento variable dependiendo de las tecnologías empleadas y los
productos generados. Sin embargo, se estiman que el 50% corresponden a subproductos o
residuos de la industria maderera. Teniendo en cuenta los siguientes supuestos, la cantidad
estimada de residuos disponibles en la actividad forestal primaria y foresto-industrial de
Entre Ríos puede variar entre 800 000 a 950 000 tn·ha-1 con una humedad media del 40%.

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 137 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

Sin embargo, debe tener en cuenta que ese material puede utilizarse como materia prima
para papel o tableros, y la diferencia podría utilizarse con fines energéticos (700 000 tn·año-1
a 850 000 tn·año-1). Teniendo en cuenta un poder calorífico de 2450 kcal.kg-1, 8000 h anua-
les de operación que generan 90 tn·ha-1 de residuos y un rendimiento global del 25%; se
podría generar 64 Mw.

5.1. Legislación en Argentina y marco institucional.


La Ley Nacional Nº 26.190 declara de interés nacional la generación de energía eléc-
trica a partir del uso de fuentes de energía renovables con destino a la prestación de servi-
cio público como así también la investigación para el desarrollo tecnológico y fabricación
de equipos con esa finalidad. Establece el “Régimen de fomento nacional para el uso de
fuentes renovables de energía destinada a la producción de energía eléctrica”, teniendo como
objetivo lograr la contribución de las fuentes de energía renovables hasta alcanzar el 8% del
consumo de energía eléctrica nacional en el plazo de 10 años. En el marco de esta ley se
presenta como beneficios un régimen de inversión por un periodo de 10 años y una remu-
neración adicional respecto del precio de mercado de la energía según las distintas fuentes
por un periodo de 15 años. Existen distintas instituciones involucradas de distintas maneras
con los estudios de aprovechamiento de Biomasa en Argentina. Entre ellas se mencionan
la FAO (Food and Agriculture Organization); Secretaria de Energía; Secretaria de Agricultura,
Ganadería, Pesca y Alimentos; INTA; Secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Se
está trabajando en el desarrollo de tecnología para un Sistema de Información Geográfica
(SIG), con el objetivo de combinar o integrar información estadística y espacial sobre la
producción (oferta) y el consumo (demanda) de combustibles biomasicos (residuos fo-
restales, forestoindustriales, agrícolas y agroindustriales) y biocombustibles. El objetivo es
conformar una herramienta tal que permita la toma de decisiones en función del plan es-
tratégico energético con el objetivo de diversificar la matriz energética nacional y avanzar
de acuerdo a los lineamientos establecidos en la Ley de Fomento de Energía Renovables
Nº 26.190.

5.2. Líneas de desarrollo científico en la región


En el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (INCAPE) – UNL -
CONICET existen distintos grupos de investigación que abordar temas relacionados con
el aprovechamiento de la biomasa para distintas rutas energéticas o de producción de
compuestos de alto valor agregado. Entre las distintas líneas de investigación pueden
mencionarse:

5.2.1. Aprovechamiento de biomasa lignocelulósica para producción de combustible líquido


A través de un proceso de Pirólisis Rápida (Fast Pyrolysis) la biomasa lignocelulósica
sólida puede ser convertida eficientemente en un “bio-oil” (Onay, 2007). Sin embargo, debido
a su alto contenido de oxígeno su alta viscosidad, bajo poder calorífico, corrosividad e ines-
tabilidad es necesario someterlo a un proceso de purificación para mejorar su propiedades
combustibles (Agblevor y Besler, 1995). El proceso integrado por las etapas de pirólisis
rápida, craqueo y desoxigenación catalíticos, donde los vapores de la pirólisis se alimen-
tan directamente a un reactor catalítico con o sin utilización de H2 como reactivo para ser

138 | Cuadernos de la Red IBEROMASA


Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

transformados en hidrocarburos desoxigenados, es el proceso más simple y efectivo que


se ha identificado para obtener biocombustibles líquidos de bajo costo (Wang et al., 2013).
Los estudios existentes se enfocan en mejorar el octanaje y disminuir solubilidad con
agua de bio-oils. Como punto de partida, se trabaja con compuestos modelo del bio-oil,
para obtener los caminos de reacción y correlaciones entre rendimientos catalíticos y es-
tructuras de los catalizadores. Hasta el momento se obtuvieron muy buenos resultados
con catalizadores metálicos soportados en presencia de H2 a presión atmosférica cuan-
do se usó cresol, anisol y fenol como molécula modelo (Zanuttini et al., 2013). Para este
proceso catalítico de hidrodesoxigenación (HDO) los catalizadores metálicos (con énfasis
en metales no preciosos, como hierro que permite disminuir notablemente los costos de
catalizador y, consecuentemente, del proceso) soportados sobre sílices levemente ácidas
han mostrado muy buenos resultados (Zanuttini et al., 2013). El furfural es uno de los nu-
merosos componentes oxigenados que se encuentran en alta proporción en bio-oils (Onay,
2007). Además, este compuesto se genera a partir de la conversión de azúcares C5 como
resultado de la producción de etanol de segunda generación. Por otro lado, se han estu-
diado catalizadores monometálicos de hierro en HDO de furfural en fase gas a presión at-
mosférica en presencia de H2, obteniendo selectividades del 90% a 2-MF. Sin embargo, este
catalizador presenta baja estabilidad. Además, se trabajó con catalizadores bimetálicos de
hierro con una pequeña cantidad de platino, en particular, para comprender la sinergia entre
los metales y cómo su proporción afecta la conversión de furfural y selectividad a 2-metil-
furano, así como la desactivación y regeneración del catalizador.

5.2.2. Producción de bio-hidrógeno a partir de hidrocarburos oxigenados derivados de biomasa


La producción de bio-hidrógeno mediante reformación en fase acuosa (proceso APR)
a partir de hidrocarburos oxigenados derivados de biomasa, es un proceso atractivo cuan-
do se utilizan reactivos que son inestables a temperaturas relativamente bajas. Además,
el proceso APR elimina la necesidad de vaporizar la alimentación líquida y mejora de esta
manera la eficiencia térmica del proceso. Nosotros estudiamos el desarrollo de nuevos ca-
talizadores bifuncionales metal/ácido para el proceso APR empleando como alimentación
polioles (xilitol, sorbitol, glicerol) con el objetivo de mejorar los rendimientos a hidrógeno
que se obtienen con las actuales formulaciones catalíticas.

5.2.3. Producción de combustibles líquidos para transporte a partir de derivados de la biomasa


La conversión del 2-hexanol (resultante de la transformación primaria de azúcares)
en precursores de combustibles (hidrocarburos y oxigenados) se encuentra en estudio para
ser aplicado en la gasolina (C5-C12), el combustible de aviones (C9-C16) y en el diesel
(C12-C20). La síntesis en fase gaseosa emplea catalizadores bifuncionales que combinan
un sitio metálico y uno básico capaces de promover el proceso tándem de deshidrogena-
ción/condensación, aldólica/deshidratación/hidrogenación en un único reactor.

5.2.4. Producción de aditivos para combustibles diesel


El ácido levulínico es derivado directo de biomasa y constituye una importante pla-
taforma química para la obtención de biocombustibles y aditivos para diesel como ser la
gama-valerolactona, valerato de pentilo y pentanol. Estos productos se pueden obtener

Cuadernos de la Red IBEROMASA | 139 


Producción forestal en la Mesopotamia Argentina: situación actual y potencialidades en el uso de la
madera como fuente energética
Sabattini et al.

mediante reacciones catalíticas en tándem en procesos one-pot usando sistemas cata-


líticos bifuncionales metal/ácido. El objetivo de esta línea de investigación es estudiar el
efecto de estas funciones catalíticas sobre el rendimiento obtenido de dichos productos.

5.2.5. Rutas de valorización de biomasa


La valorización de polioles, tales como el 1.3-butanodiol y 1.4-butanodiol, se estudia
mediante reacciones de deshidratación y deshidrogenación. Específicamente, es de interés
la producción en fase gas de valiosos alcoholes, aldehídos, olefinas, cetonas e hidroxice-
tonas, de amplia aplicación como aditivos e intermediarios en la síntesis de polímeros y
químicos finos, entre otros. La cuidadosa selección de los sitios activos del catalizador (áci-
dos, básicos, metálicos o combinaciones de los mismos) permite direccionar la reacción
hacia uno u otro producto. Por otra parte, la hidrólisis de polisacáridos en las biorefinerías
genera azúcares que pueden convertirse en valiosos compuestos químicos polifuncionales
de aplicación industrial. En este sentido es importante continuar con los estudios relacio-
nados a la síntesis de butanodioles a partir de azúcares C4 y C5, mediante reacciones de
decarbonilación e hidrogenólisis. Los butanodioles se obtienen en la actualidad a partir de
derivados del petróleo y son de amplia utilización en la producción de poliésteres, resinas
y plastificantes. Además, es importante considerar la síntesis de lactato de etilo (EL) y die-
tilacetal de aldehído pirúvico (PADA) a partir de triosas como la dihidroxiacetona, la cual se
obtiene por retroaldolización de azúcares.
Otro aspecto por considerar es la síntesis de γ-butirolactona a partir de ácido succí-
nico y anhidrido maleico. El ácido succínico es un compuesto versátil que puede obtenerse
por fermentación de la glucosa. A través de reacciones sucesivas de deshidrogenación y
deshidratación, el ácido succínico puede ser convertido en anhídrido maleico. A partir de
este compuesto, por hidrogenación-hidrogenólisis selectivas, se obtiene gama-butirolac-
tona, la cual es empleada como solvente específico, en reemplazo de solventes clorados,
y como intermediario en la síntesis de productos farmacéuticos, agroquímicos y políme-
ros. Nuestro grupo estudia la síntesis en una etapa de γ-butirolactona a partir de anhídrido
maleico, empleando metales no-nobles (Ni, Cu, Co, Fe) soportados sobre distintos óxidos
mixtos ácidos, tanto meso como microporosos.
El ácido láctico se produce comercialmente por fermentación de glucosa. Es extre-
madamente reactivo, dado que contiene grupos funcionales ácidos e hidroxílicos, y pue-
de en consecuencia experimentar numerosas reacciones que conducen a la obtención de
productos químicos valiosos. Una línea de trabajo en Argentina consiste en desarrollar ca-
talizadores sólidos que conviertan selectivamente el ácido láctico a ácido acrílico por deshi-
dratación o bien, a acetaldehído por decarboxilación. Es un tema atractivo en el campo de la
síntesis de nuevos bio-compuestos porque actualmente ambos productos son totalmente
obtenidos a partir de materia prima fósil, principalmente por oxidación de propeno y etileno.

6. Conclusiones

Como se ha mencionado en apartados anteriores, la Mesopotamia Argentina posee


un potencial productivo de gran magnitud. Hasta el momento, el destino del patrimonio

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Optimización de los procesos de extracción de biomasa Sólida para uso energético
Parte A. Cultivos energéticos y otras fuentes de materia prima

forestal implantado está enfocado en la industria maderera y celulósica. Bajo este sistema
y concepto de producción, el encuadre de los principios bioenergéticos se centra en el apro-
vechamiento de los subproductos de la cadena forestoindustrial. En la actualidad con las
condiciones coyunturales de la región han impedido diseñar un sistema forestal con desti-
no energético. En este aspecto se produce una bifurcación de supuestos: por un lado, surge
el interrogante de la viabilidad económica-financiera de este destino; y por otro, asociado
al primero, sobre el mercado potencial de la región. Este último puede estar asociado a un
bajo costo de la energía con fuentes convencionales y a una baja demanda de consumo
local que no superan la oferta disponible.
Sin embargo, frente a los escenarios conocidos de disminución de las fuentes ener-
géticas derivados de combustibles fósiles, es necesario e indispensable diseñar de un plan
de reconversión energética en la región que incluya diferentes fuentes de biomasa. En este
sentido, el sector forestal sería de gran contribución. Desde el punto de vista técnico, la re-
gión presenta un potencial ampliamente conocido, pero aún restan conocer los resultados
de la viabilización económica de los proyectos.

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