Estrés Excesivo
Estrés Excesivo
Estrés Excesivo
Son siempre más las personas que manifiestan trastornos que van desde la dermatitis, a estados de ansia a
problemas ligados a la alimentación: entre los síntomas más de una vez, pueden aparecer los análisis distintos
entre ellos, existe un hilo conductor. Es el estres, aquella condición que piensan sea solo mental y que en vez se
manifiesta sobre el cuerpo en modos bien precisos.
Estas son las señales que el cuerpo nos envía para comunicarnos que nos estamos exponiendo a un excesivo
estrés.
Dolores a la espalda. Condiciones de estrés crónico llevan a producciones excesivas de cortisol y a una sobre
carga de la glandula surrenal. Uno de los sintomas de estrés excesivo es el dolor de espalda, localizado en la
parte baja, donde - no por caso - están colocadas las glándulas.
Trastornos intestinales. Bajo estrés viene un aumento de las catecolamines, de los neurotransmisores que
pueden alterar el revestimiento interior de la mucosa del intestino. Además este sistema es extrechamente ligado
al sistema nervioso y reacciona rápido con fenomenos de estreñimiento o diarrea si el sistema nervioso central
resulta perturbado por el estrés.
Acciones sobre el cerebro. El cortisol tiene un efecto directo sobre las celulas neuronales: no solo daña las
celulas de la región del hipocampo, sino que acelera el envejecimiento de la materia cerebral.
En general nuestro cuerpo nos lanza sin embargo diferentes campanas de alarma que pueden ayudarnos a
prevenir un daño demasiado prolongado sobre todo acerca de nuestro cerebro. Además a los clasicos dolores y a
la irregularidad intestinal, otros eventos a la cual prestar atención pueden ser:
Perdida de memoria o empañamiento (incluso breve) de la capacidad cognitiva a la cual en general estammos
acostumbrados;
Irritación cutánea;
Cuando algunos de estos síntomas suceden y - después de exámenes médicos - no parecen estar vinculados a
patologías detectables, es muy probable que tengan una raíz nerviosa y que se desencadenen por el estrés que
estamos experimentando. Podría ser una preocupación interna por la situación financiera, por un problema
familiar no resuelto o un temor que no podemos admitir. También podría ser simplemente un problema de
descanso nocturno inconsistente y de baja calidad, que afecta el fuerte estrés laboral.
Cualquiera que sea la causa, es bueno no subestimarla y enfrentarla, antes de que tenga consecuencias más
serias.