La Personalidad Trabajo Final Psicologia 20.05.21

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LA PESONALIDAD

PERSONALIDAD
TIPOLOGÍAS
PATOLOGÍAS
TRASTORNOS QUE INFLUYEN EN LA
CONDUCTA
DESARROLLO DEL SER EN DIVERSOS
CONTEXTOS SOCIALES.

Editor: JONATHAN ORNELAS


Echo en: México, calle villa latina, #831, praderas del sur, Monclova Coahuila
La iniciativa de Industria Mexicana de Coca-Cola fue
anunciada en el marco del Día Mundial del Reciclaje, con
ambiciosas metas a futuro

Spotify es una aplicación


multiplataforma sueca, empleada
para la reproducción de música vía
streaming.
Starbucks Corporation es una cadena internacional de
Cafeterías fundada en 1971 en el estado de Washington.
Es la compañía de comercialización de café más grande
del mundo, con más de 24 000 locales en 70 países

YouTube Premium Individual: 119 pesos al mes.


YouTube Premium Familiar (hasta 5 miembros): 179
pesos al mes.
TikTok, conocido en China como Douyin, es un servicio
de redes sociales para compartir videos propiedad de la
empresa china ByteDance.

Pepsi, también conocida como Pepsi-Cola, es una


gaseosa de cola originaria en los Estados Unidos y
producida por la compañía PepsiCo. Su mayor
competidora es la también estadounidense Coca-Cola.
CARTA DEL EDITOR

Hola que tal, me presento mi nombre es JONATHAN


YAHIR ORNELAS MOLINA y hoy les vengo a hablar
sobre los tipos de personalidad y no solo eso sino de
muchos apartados de la personalidad, primero que nada,
usted sabe que es la personalidad, bueno aquí le dejare
el concepto de la personalidad: La personalidad es un
constructo psicológico, que se refiere a un conjunto
dinámico de características psíquicas de una persona, a
la organización interior que determina que los individuos
actúen de manera diferente ante una determinada
circunstancia. Bueno ahora que tenemos mas claro que
es la personalidad, que piensas sobre tu personalidad, la
consideras buena, mala o normal.
Existen muchos tipos de personalidades las cuales
pueden ser:
Pensamiento introvertido.
Sentimental introvertido.
Sensación - introvertido.
Intuitivo - introvertido.
Pensamiento extrovertido.
Sentimental-extrovertido.
Sensación - extrovertido.
Intuición- extroversión.
Existen 4 personalidades dominantes las cuales son las
siguientes:
Personalidad promedio
Personalidad reservada
Personalidad egocéntrica
Modelo seguir.
Entonces si tu aun no estas seguro de tu personalidad te
invito a que leas esta revista que te ayudar en controlar
tu personalidad y si saber que personalidad tienes.
INDICE
PERSONALIDAD
PAGINA: 8

TIPOLOGÍAS
PAGINA: 16

PATOLOGÍAS
PAGINA: 24

TRASTORNOS QUE INFLUYEN EN LA


CONDUCTA
PAGINA: 33

DESARROLLO DEL SER EN DIVERSOS


CONTEXTOS SOCIALES.
PAGINA: 42
PIE DE IMPRENTA
Esta revista fue echa para informa a las personas sobre
su personalidad y que aprendan un poco de ella y que
entiendan más sobre su forma de ser si es buena o mala
y como pueden cambiarla.
ECHA:
México, Monclova Coahuila.
Praderas del sur, villa latina
# 831
IMPRENTA:
La imprenta de México
Ubicada, Monclova Coahuila
Zona centro, plaza principal
# 2512
LA PERSONALIDAD
La personalidad es un constructo psicológico, que se
refiere a un conjunto dinámico de características
psíquicas de una persona, a la organización interior que
determina que los individuos actúen de manera diferente
ante una determinada circunstancia. El concepto puede
definirse también como el patrón de actitudes,
pensamientos, sentimientos y repertorio conductual que
caracteriza a una persona, y que tiene una cierta
persistencia y estabilidad a lo largo de su vida, de tal
modo que las manifestaciones de ese patrón, en las
diferentes situaciones posee algún grado de
predictibilidad.
Historia del concepto
El concepto de personalidad proviene del término
persona, denominación que se utilizaba en el latín
clásico para la máscara que portaban los actores de
teatro en la antigüedad. Sin embargo, ya en ese
entonces se hablaba en un sentido amplio y figurado de
personas para referirse a los roles, es decir a como quién
o representando a quién actuaba un determinado actor
teatral tras su máscara. El concepto paulatinamente se
transfirió a otras esferas de la sociedad, más allá del
teatro, pero en la Roma antigua, personas eran
solamente los ciudadanos, jurídicamente provistos de
derechos (en contraste con los esclavos que no eran
considerados personas, puesto que no podían decidir
sobre su propio actuar, ni menos aún deliberar sobre el
de los demás).
El concepto estaba inicialmente muy restringido a
aquellos ciudadanos poderosos, que gozaban de honra,
prestigio y, en respeto a su dignidad, eran los únicos
poseedores de derechos ciudadanos. Con la llegada de
la Era Cristiana, el concepto de persona cambia de
significado para poder significar el dogma de la Trinidad
(Dios es uno sólo en cuanto a la naturaleza, pero trino en
personas) y el dogma de la Encarnación (La segunda
Persona de la Trinidad, asumió una naturaleza humana,
sin dejar de tener una naturaleza divina. Esta unión se
realiza "en la persona". Así, persona pasa a significar,
según la definición clásica del filósofo cristiano Boecio a
la sustancia individual de naturaleza racional, y según
Tomás de Aquino al "subsistente distinto en naturaleza
intelectual". Se diferencia a la naturaleza, que significa
una esencia común a muchos (por ejemplo, "hombre") de
la persona que designa al individuo de esa naturaleza en
lo que tiene de propiamente individual. Este es el
concepto de persona que ha pasado con algunas
modificaciones a veces, hasta nuestros días, y que
fundamenta que todo individuo de naturaleza humana es
persona, independientemente de sus circunstancias
biográficas, genéticas, sociales o económicas, y es un
individuo dotado de una especial dignidad. En los
filósofos escolásticos, la palabra personalidad
("personalitas") se utilizaba para designar aquella
perfección poseyendo la cual un determinado individuo
es persona. En el transcurso de los siglos, el concepto
de «persona» se fue transformando gradualmente en
uno más general hasta llegar utilizarse en el sentido
coloquial actual, es decir, prácticamente como sinónimo
de ser humano.
En el contexto de este desarrollo conceptual, la aparición
del adjetivo personal facilitó el desarrollo del sustantivo
personalidad, utilizado para designar la totalidad de
características personales que interactúan
dinámicamente entre sí para producir aquel estilo
relativamente estable de desenvolverse individual y
socialmente que un individuo posee. No debe
confundirse el concepto de persona con el de
personalidad. Mientras que el primero designa al
individuo en su totalidad, el segundo designa un aspecto
suyo, el conjunto organizado de sus disposiciones a la
operación.
Definición de la personalidad
Al tratarse de un concepto básico dentro de la psicología,
a lo largo de la historia ha recibido numerosas
definiciones, además de las conceptualizaciones más o
menos intuitivas que ha recibido. Algunos autores han
organizado y clasificado estas definiciones en grupos.

La personalidad puede sintetizarse como el conjunto de


características o patrón (UCCELLI) de sentimientos,
emociones y pensamientos ligados al comportamiento,
es decir, los pensamientos, sentimientos, actitudes,
hábitos y la conducta de cada individuo, que persiste a lo
largo del tiempo frente a distintas situaciones
distinguiendo a un individuo de cualquier otro haciéndolo
diferente a los demás.
La personalidad persiste en el comportamiento de las
personas congruentes a través del tiempo, aun en
distintas situaciones o momentos, otorgando algo único
a cada individuo que lo caracteriza como independiente
y diferente. Ambos aspectos de la personalidad,
distinción, persistencia, tienen una fuerte vinculación con
la construcción de la identidad, a la cual modela con
características denominadas rasgos o conjuntos de
rasgos que, junto con otros aspectos del
comportamiento, se integran en una unidad coherente
que finalmente describe a la persona. Ese
comportamiento tiene una tendencia a repetirse a través
del tiempo de una forma determinada, sin que quiera
decir que esa persona se comporte de modo igual en
todos los casos.

Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos,


sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad,
mostrando una tendencia de ese comportamiento a
través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y
mostrarnos el modo en que nos vemos a nosotros
mismos y al mundo que nos rodea. Nos permite
reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de
percepción, retro-alimentando con esa conducta en
nuestra propia personalidad. Cada persona al nacer ya
tiene su propia personalidad con ciertas características
propias, que con el paso del tiempo más el factor
ambiental y las circunstancias es como se definirá esa
persona. La personalidad será fundamental para el
desarrollo de las demás habilidades del individuo y para
la integración con grupos sociales.
Según Gordon Allport la personalidad es "la organización
dinámica de los sistemas psicofísicos que determina una
forma de pensar y de actuar, única en cada sujeto en su
proceso de adaptación al medio".
Desmembrando esa afirmación encontramos que:
La organización representa el orden en que se halla
estructurada las partes de la personalidad de cada
sujeto.
Lo dinámico se refiere a que cada persona se encuentra
en un constante intercambio con el medio que sólo se
interrumpe con la muerte.
Los sistemas psicofísicos hacen referencia a las
actividades que provienen del principio inmaterial
(fenómeno psíquico) y el principio material (fenómeno
físico).

La forma de pensar hace referencia a la vertiente interna


de la personalidad.
La forma de actuar hace referencia a la vertiente externa
de la personalidad que se manifiesta en la conducta de
la persona.
Y es única en cada sujeto por la naturaleza caótica en el
que el cerebro organiza las sinapsis.
Rasgos de personalidad según Gordon Allport:

Rasgo cardinal: una característica única que dirige


buena parte de las actividades de una persona.
Rasgos centrales: Como la honestidad y la sociabilidad,
por lo general van de cinco a 10 en cualquier persona.
Rasgos secundarios: Características que inciden en el
comportamiento en muchas menos situaciones y ejercen
menos influencia que los rasgos centrales o cardinales.
"Los rasgos ofrecen una explicación clara y sencilla de
las consistencias conductuales de las personas
permitiendo comparar fácilmente a una persona con otra.
Los rasgos son características de la personalidad y
comportamientos consistentes que se manifiestan en
diferentes situaciones. La teoría de los rasgos busca
explicar, en forma sencilla, las consistencias en el
comportamiento de los individuos."
Fundamentos de la Personalidad según Gordon Allport
Gordon Allport indicó que podemos considerar a la
constitución física, el temperamento y la inteligencia
como los "materiales" de la personalidad, aunque
experimenten con los años una lenta maduración.
Hablamos de estos elementos como los materiales en
bruto porque dependen en gran parte (aunque no
exclusivamente) de lo que se ha recibido por herencia.
De los tres, la constitución física es la más visiblemente
ligada a la herencia (de un modo complejo), pero hay
pruebas de peso que apoyan la creencia de que también
el temperamento y la inteligencia están genéticamente
determinados. Llevando la argumentación más lejos,
podemos preguntarnos si la fundamental asociación
entre la constitución corporal y el temperamento es una
correlación innata o se debe a las experiencias de la vida.
Consideremos el ejemplo de un muchacho
marcadamente delgado y más débil que sus
compañeros. No sirve para los deportes y si se pelea le
toca siempre perder. ¿Qué ocurrirá? Se desarrollara en
él un modo de ser tenso, reservado, inhibido, introvertido.
No podemos demostrar que es únicamente la
experiencia de la vida lo que explica la correspondencia
entre la constitución corporal y el temperamento, pero es
probable que influya en ello.
Es necesario incluir la inteligencia entre los materiales de
la personalidad, porque la inteligencia está de algún
modo estrechamente relacionada con el sistema
nervioso central, que pertenece al caudal hereditario del
individuo junto con el sistema neuroglandular subyacente
a la constitución corporal y al temperamento. Difícilmente
podría explicarse de cuantos modos puede diferir el
sistema nervioso entre dos individuos en el momento de
nacer. Existen amplias variaciones en el número de
células cerebrales, en su disposición, metabolismo,
conductividad, conexión y disponibilidad para el uso.
Cuando las combinaciones son favorables, el individuo
está dotado de elevada inteligencia; si son desfavorables
la inteligencia será baja; si existen condiciones mixtas,
los resultados son intermedios.
TIPOLOGIAS
Colérico, flemático, melancólico, sanguíneo… Eso eran
los cuatro temperamentos del ser humano según
Hipócrates. Los sanguíneos son personas con humor
variable e inestable; los melancólicos suelen aparecer
como tristes y soñadores; los coléricos son impulsivos,
violentos y los felmáticos pasan por demorar
apáticamente sus decisiones.

2.500 años después de aquella definición hipocrática, la


ciencia sigue preguntándose en cuántas categorías
puede clasificarse la personalidad humana.

Un nuevo estudio publicado por la Northwestern


University ha analizado el comportamiento de un millón y
medio de personas para generar una nueva clasificación
con más datos de los que nunca antes se habían podido
utilizar. Y, tal como era de esperar, los datos arrojan que
existen algunos tipos de comportamiento que sirven para
explicar la psique de todos los individuos y pueden
considerarse tipologías de la personalidad. Y
curiosamente, como postuló Hipócrates, estos tipos se
reducen a cuatro.
No siempre ha sido así. A lo largo de la historia del
pensamiento humano el número de tipologías
personales o de “caracteres” ha sido muy variable.
Desde los cuatro temperamentos hipocráticos pasamos
a 8 tipologías propuestas por Jung, por ejemplo. Para el
psicoanalista suizo, todos los seres humanos podríamos
entrar en alguna de estas 4 tipologías, reflexivo,
sentimental, perceptivo e intuitivo, y cada una de las
categorías podría dividirse en dos: extravertido e
introvertido. Por ello Jung habla de 8 personalidades
humanas.

Muchas más existirían si hiciéramos caso a manuales de


psiquiatría y psicología más modernos. El indicador
Myers-Briggs fue creado en 1917 por la educadora
Katherine Cook Briggs y su hija Isabel Myers. Se trata de
una evolución del pensamiento de Jung en la que se
proponen nada menos que 16 categorías de a
personalidad. Cada una de ellas responde a una serie de
parámetros analizados mediante tests (timidez,
desinhibición, afectividad, reacciones coléricas,
solidaridad, capacidad de liderazgo, etc…)
Este indicador se ha utilizado habitualmente en
psicología e incluso en la industria a la hora de
seleccionar candidatos para un puesto de trabajo. Pero
tiene grandes deficiencias que lo hacen poco útil para la
práctica de la psicología clínica.
Ahora, la nueva investigación ha demostrado que existen
algunos tipos de personalidad alrededor de los cuales se
aglutina a mayor parte de los comportamientos. Esos
tipos que subyacen a toda la diversidad de mentes son,
casualmente, cuatro.
El trabajo ha combinado software de minería de datos e
inteligencia artificial con datos reales obtenidos de las
bases de John Johnson, My Personality y el proyecto te
tests Big Personality. Se trata de una batería de
cuestionarios elaborados durante décadas de trabajo en
instituciones de estudio de la mente y que incluyen entre
33 y 40 preguntas sobre la personalidad.
Tras someter los resultados de un millón y medio de tests
a programas de minería de datos, los científicos se
dieron cuenta de que todos ellos terminaban
agrupándose en solo cuatro rasgos de la personalidad
en función de la mayor o menor representación de
algunas características variables como el neuroticismo,
la extraversión, la agresividad, la apertura de mente, la
capacidad de reflexión… La nueva clasificación
cuantifica estas variables y, como si fueran ingredientes
de un cóctel, arroja cuatro personalidades diferentes.
Se denomina personalidad media a la que comparten
personas que puntúan muy alto en neuroticismo y
extraversión pero bajo en apertura de mente. Se cree
que es el tipo de personalidad más extendido.
Los “reservados” son aquellos que presentan una gran
estabilidad emocional pero tienen muy baja la variable
extraversión. Son de trato agradable y tienen a la
reflexión.
Se llama “modelos de rol” o “líderes de rol” a aquellos
individuos que puntúan muy alto en neuroticismo y
bastante alto en el resto de variables. Suelen ser
personas maduras, con experiencia en la vida. Estas
personas suelen liderar sus grupos y encargarse de
resolver los problemas que aquejan a su entorno.
Por último los “centrados en sí mismos” puntúan por
debajo de la media en apertura de mente y reflexión. No
son los ideales para convivir con ellos.
Aunque se trata de una clasificación algo difusa (mucho
más que la ingenuamente naif de Hipócrates) lo curioso
es que se haya vuelto a la clasificación con cuatro
modelos que pueden dar respuesta a prácticamente el
100 por 100 de las conductas humanas.
El trabajo no habría sido posible sin el uso de
potentísimos ordenadores dotados de tecnología de
autoaprendizaje, es decir, a máquina aprende de sus
propios errores y es capaz de organizar grupos entre una
serie de datos desconocida previamente por ella.
Un dato relevante rescatado entre la maraña de
informaciones cruzadas que tuvo que utilizar el equipo
investigador sugiere que los jóvenes están altamente
representados en la categoría de “centrados en sí
mismos”. El ensimismamiento propio de la adolescencia
puede ahora medirse científicamente por primera vez y
deja de ser un concepto mítico basado en la experiencia
personal de cada padre. Sí, su hijo adolescente está
ensimismado y la ciencia lo sabe. Aunque hay buenas
noticias: ese estado mental no dura mucho. Conforme
maduramos, nuestra personalidad se desplaza hacia
tipologías más abiertas de mente.
Clasificar la personalidad de un grupo de individuos tiene
muchas aplicaciones prácticas. La más obvia es que
puede los psicólogos y psiquiatras tienen una fuente de
información rigurosa sobre sus pacientes. Muchos
desórdenes psicológicos cursan como consecuencia de
una alteración en la personalidad tipo.
Cuántos tipos de personalidad tienen los seres humanos
es uno de los temas que más se discuten en psicología.
Comprender cómo son las de los demás es muy útil para
establecer relaciones eficaces con otras personas. Cómo
identificar cada una ha sido objeto de investigación
durante años de muchos expertos y parece que ahora un
equipo ha logrado divirla en varios clases diferentes.
Varios científicos expertos han utilizado las cinco
dimensiones básicas de la personalidad ampliamente
aceptadas: neuroticismo, extraversión, apertura a
nuevas experiencias, amabilidad y responsabilidad para
determinar que existen cuatro grupos principales.
El extenso proyecto de investigación, dirigido por Luis
Amaral de Northwest Engineering y compuesto por datos
procedentes de más de 1.5 millones de encuestados, los
ha identificado como: "en la media", "reservados",
"centrados en sí mismos" y "modelos a seguir". Los
cuestionarios, desarrollados por la comunidad de
investigación durante décadas, tienen entre 44 y 300
preguntas. Las personas realizaron voluntariamente los
test 'online' atraídos por la oportunidad de recibir
comentarios sobre su propia personalidad. Además,
estos datos ahora se están poniendo a disposición de
otros científicos para análisis independientes. Los
investigadores recalcan que con el paso de los años las
personalidades evolucionan y cambian
Aunque los psicólogos han sido desde hace tiempo
bastante escépticos con los test de personalidad y su
eficacia, la gran cantidad de resultados registrados en
este estudio particular indica que los expertos podrían
trabajar con estas nuevas categorías.

En la media
Este tipo era el más repetido en los cuestionarios y
podríamos denominarlos como "normales". Muestran
rasgos de responsabilidad (conciencia y consideración
de una persona) y amabilidad (comprensión, escasa
hostilidad) moderados, extroversión e inestabilidad
emocional (o neuroticismo: cambios de humor, tendencia
a sentirse enfadados o tristes) un poco más marcados, y
con pocas expectativas (curiosidad y búsqueda nuevas
experiencias y aprendizajes bajas).
Reservados
Son personas con altos niveles de estabilidad emocional
unida a un carácter normal, ni abiertos ni neuróticos. No
destacan por ser extravertidos, pero son amables y
responsables. Son más bien tímidos, no suelen mirar a
los ojos y ponen grandes distancias con los demás.
Además, suelen ser bastante inseguros y guardan
información acerca de sus emociones (tanto positivas
como negativas). Su dispoción suele ser empática y
correcta y normalmente semolestan si alguien les levanta
la voz sin motivo alguno.

Egocéntricos
Según los científicos, estas personas son poco
agradables de cara al resto. Combinan una puntuación
menor en amabilidad, apertura hacia los demás y
responsabilidad. Tienen un alto grado en extraversión,
pero poca franqueza y escrupulosidad. Además, se
centran solo en sí mismos y prefieren no vivir nuevas
experiencias.

Creen que lo saben todo e imponen su opinión sobre


cualquier tema. Se muestran superiores, no aceptan
consejos e intentan controlar siempre la situación. Según
el estudio, es un tipo de personalidad tóxica, no solo para
los demás sino para sí mismos tambien. Solo les agradan
los elogios y hacen alusión a la gran fuente de sabiduría
que son en todo momento.
Modelos a seguir
Tienen altos niveles de extraversión, amabilidad y
responsabilidad con bajo grado de neuroticismo. Son
muy abiertos en todos los sentidos, escrupulosos.
Rasgos que predominan en las mujeres y que se
cultivarían con la edad. Además, siempre se interesan y
tienen en cuenta lo que los demás tienen que decir. Son
líderes y emocionalmente estables y trabajadores.

Los investigadores de Northwestern mostraron la


clasificación a un escéptico de los tipos de personalidad,
el profesor de Psicología de la Facultad de Artes y
Ciencias de Weinberg William Revelle. "Voy a ser muy
directo", advirtió. "Mi primera reacción fue decir que esto
era una tontería". Sin embargo, se interesó hasta tal
punto que se convirtió en coautor del estudio publicado
en 'Nature'. "La gente ha tratado de clasificar los tipos de
personalidad desde el tiempo de Hipócrates, pero la
literatura científica anterior ha encontrado que no tiene
sentido. Ahora, estos datos muestran que hay
densidades más altas de ciertos tipos. Todo cambiará
gracias a este estudio", reveló a 'Time'.

Cambia con el tiempo


Los investigadores remarcan que cuando pasan los años
hay una evolución. Los datos analizados revelan algo
que todo el mundo sabe por propia experiencia: en la
adolescencia es muy común que seamos sujetos
centrados en nosotros mismos (sobre todo los hombres).
Sin embargo, con el paso del tiempo las tendencias
neuróticas descienden y aumentan la responsabilidad y
la amabilidad.
PATOLOGIAS
¿Cuáles son las patologías de la personalidad?
Trastornos de la personalidad
Trastorno de la personalidad antisocial.
Trastorno de la personalidad por evitación.
Trastorno límite de la personalidad.
Trastorno de la personalidad dependiente.
Trastorno histriónico de la personalidad.
Trastorno narcisista de la personalidad.
Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva.
Un trastorno de personalidad es un tipo de trastorno
mental en el cual tienes un patrón de pensamiento,
desempeño y comportamiento marcado y poco
saludable. Una persona con trastorno de personalidad
tiene problemas para percibir y relacionarse con las
situaciones y las personas. Esto causa problemas y
limitaciones importantes en las relaciones, las
actividades sociales, el trabajo y la escuela.
En algunos casos, es posible que no te des cuenta de
que tienes un trastorno de personalidad porque tu
manera de pensar y comportarte te parece natural. Y es
posible que culpes a los demás por los problemas que
tienes.
Los trastornos de personalidad generalmente comienzan
en la adolescencia o la adultez temprana. Existen
muchos tipos de trastorno de personalidad. Algunos tipos
se vuelven menos obvios en el transcurso de la mediana
edad.
Síntomas
Los tipos de trastornos de la personalidad se dividen en
tres grupos, sobre la base de características y síntomas
similares. Muchas personas que presentan un trastorno
de la personalidad también tienen signos y síntomas de,
al menos, un trastorno de la personalidad más. No es
necesario que se manifiesten todos los signos y
síntomas enumerados para que se diagnostique un
trastorno.
Trastornos de la personalidad del grupo A
Los trastornos de la personalidad pertenecientes al
grupo A se caracterizan por pensamientos o
comportamientos excéntricos o extraños. Incluyen el
trastorno paranoide de la personalidad, trastorno
esquizoide de la personalidad y trastorno esquizotípico
de la personalidad.
Trastorno paranoide de la personalidad
Desconfianza y sospecha generalizadas hacia los demás
y sus motivos
Creencia injustificada de que los demás intentan dañarte
o engañarte
Sospecha injustificada de la lealtad o la fiabilidad de los
demás
Vacilación al confiar en los demás debido al temor no
razonable de que usarán la información en tu contra
Percepción de comentarios inocentes o situaciones no
intimidantes como si fuesen insultos o ataques
personales
Reacción hostil o de furia a los insultos o desaires
percibidos
Tendencia a guardar rencor
Sospecha injustificada y recurrente de que el cónyuge o
la pareja sexual es infiel
Trastorno esquizoide de la personalidad
Falta de interés en las relaciones sociales o personales;
preferencia por la soledad
Amplitud limitada de las emociones
Incapacidad para disfrutar la mayoría de las actividades
Incapacidad para captar las señales sociales normales
Aparentar ser distante o indiferente
Poco interés o interés nulo en las relaciones sexuales
Trastorno esquizotípico de la personalidad
Vestimenta, pensamientos, creencias, discurso o
conductas peculiares
Experiencias perceptivas extrañas, como escuchar que
alguien susurra tu nombre
Falta de expresión emocional o respuestas emotivas
inadecuadas
Ansiedad social y falta de relaciones cercanas o
incomodidad con dichas relaciones
Respuesta indiferente, inadecuada o suspicaz a los
demás
Pensamiento mágico (creer que puedes ejercer
influencia en personas y acontecimientos con el
pensamiento)
Creencia de que determinados incidentes o
acontecimientos casuales tienen mensajes ocultos
exclusivos para ti
Trastornos de la personalidad del grupo B
Los trastornos de la personalidad pertenecientes al
grupo B se caracterizan por pensamientos o
comportamientos dramáticos, excesivamente emotivos o
impredecibles. Incluyen el trastorno de personalidad
antisocial, trastorno límite de la personalidad, el trastorno
histriónico de la personalidad y trastorno narcisista de la
personalidad.

Trastorno de personalidad antisocial


Indiferencia hacia las necesidades o los sentimientos de
los demás
Mentiras, robos, uso de apodos, estafas constantes
Problemas legales recurrentes
Violación constante de los derechos de los demás
Comportamiento agresivo, a menudo violento
Indiferencia hacia la seguridad propia y de los demás
Conducta impulsiva
Irresponsabilidad constante
Falta de remordimiento por el comportamiento
Trastorno límite de la personalidad
Conducta impulsiva y riesgosa, como tener relaciones
sexuales sin protección, involucrarse en apuestas o tener
atracones
Imagen personal inestable o frágil
Relaciones inestables e intensas
Cambios en el estado de ánimo, a menudo como
reacción al estrés interpersonal
Conductas suicidas o amenazas de autolesión
Temor intenso a estar solo o a ser abandonado
Sentimientos de vacío continuos
Ataques de ira frecuentes e intensos
Paranoia intermitente relacionada con el estrés
Trastorno histriónico de la personalidad
Búsqueda constante de atención
Excesivamente exaltado, drástico o provocativo en el
plano sexual, con el objetivo de captar la atención
Discurso espectacular con opiniones fuertes, pero con
pocos hechos o detalles para respaldarlas
Fácilmente influenciable
Emociones poco profundas que cambian rápidamente
Preocupación excesiva por la apariencia física
Pensamiento de que las relaciones con los demás son
más cercanas que lo que en realidad son
Trastorno narcisista de la personalidad
Creencia de que eres especial y más importante que los
demás
Fantasías sobre el poder, el éxito y la atracción
Incapacidad para reconocer las necesidades y los
sentimientos de los demás
Exageración de logros o talentos
Expectativa de elogios y admiración constantes
Arrogancia
Expectativas no razonables de favores y ventajas, a
menudo aprovechándose de los demás
Envidia hacia los demás o creencia de que los demás te
envidian
Trastornos de la personalidad del grupo C
Los trastornos de la personalidad pertenecientes al
grupo C se caracterizan por pensamientos o
comportamientos de ansiedad o temor. Incluyen el
trastorno de la personalidad por evitación, el trastorno de
la personalidad dependiente y el trastorno de la
personalidad obsesivo-compulsiva.
Trastorno de la personalidad por evitación
Sensibilidad excesiva a las críticas y al rechazo
Sentimiento de ser inadecuado, inferior o desagradable
Evasión de las actividades laborales que implican
contacto interpersonal
Inhibición, timidez y aislamiento en el plano social; evitar
las actividades nuevas o reunirse con extraños
Timidez extrema en situaciones sociales y en las
relaciones personales
Temor a la desaprobación, a pasar vergüenza o a hacer
el ridículo
Trastorno de la personalidad dependiente
Dependencia excesiva de los demás y sentir la
necesidad de que alguien te cuide
Conducta sumisa o apegada hacia los demás
Temor a tener que cuidarte o defenderte tú mismo si te
dejan solo
Falta de confianza en ti mismo, necesidad de consejos
excesivos y de la confirmación de los demás para tomar
incluso decisiones de poca importancia
Dificultad para iniciar o llevar a cabo proyectos solo
debido a la falta de confianza en ti mismo
Dificultad para expresar desacuerdo con los demás, por
temor a la desaprobación
Tolerancia hacia tratos abusivos o inadecuados, incluso
cuando existen otras opciones
Necesidad urgente de comenzar una nueva relación
cuando ha terminado otra
Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva
Preocupación por los detalles, el orden y las normas
Perfeccionismo extremo, que genera disfunción y
angustia cuando no se logra la perfección, por ejemplo,
sentirse incapaz de finalizar un proyecto porque no se
pueden cumplir las propias normas estrictas
Deseo de controlar a las personas, las tareas y las
situaciones; incapacidad para delegar tareas
Negarse a reunirse con amigos o a hacer actividades
placenteras debido a un compromiso excesivo con el
trabajo o con un proyecto
Incapacidad para desechar objetos rotos o inútiles
Rigurosidad y obstinación
Inflexibilidad en cuanto a la moral, la ética o los valores
Estricto, control mezquino del presupuesto y los gastos
El trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva no
es lo mismo que el trastorno obsesivo-compulsivo, un
tipo de trastorno de ansiedad.
Cuándo consultar con el médico
Si tienes algún signo o síntoma de algún trastorno de la
personalidad, consulta al médico o a otro profesional de
atención primaria o especialista en salud mental. Los
trastornos de la personalidad, si no se tratan, pueden
provocar problemas considerables en tu vida que
posiblemente empeoren si no recibes tratamiento.
Causas
La personalidad es la combinación de pensamientos,
emociones y conductas que nos hacen únicos. Es el
modo en el que ves, comprendes y te relacionas con el
mundo exterior, así como el modo en el que te ves a ti
mismo. La personalidad se forma durante la infancia y en
ella incide la interacción de lo siguiente:
Los genes. Es posible que determinados rasgos de la
personalidad se transmitan de padres a hijos mediante
los genes heredados. A veces, estos rasgos se llaman tu
temperamento.
El entorno. Esto incluye los alrededores en los que
creces, los eventos que tuvieron lugar y las relaciones
con familiares y otras personas.
Se piensa que los trastornos de la personalidad son
provocados por una combinación de estas influencias
genéticas y del entorno. Es posible que los genes te
hagan vulnerable a desarrollar un trastorno de la
personalidad, y una situación de la vida puede
desencadenar el desarrollo.
Factores de riesgo
Si bien no se conoce la causa precisa de los trastornos
de la personalidad, ciertos factores parecen aumentar el
riesgo de desarrollar o desencadenar estos trastornos,
entre ellos, los siguientes:
Antecedentes familiares de trastornos de personalidad u
otras enfermedades mentales
Vida familiar abusiva, inestable o caótica durante la niñez
Diagnóstico de trastorno de la conducta en la niñez
Variaciones en la química y en la estructura del cerebro
Complicaciones
Los trastornos de la personalidad pueden alterar
significativamente tanto la vida de la persona afectada
como la de las personas que se preocupan por esta. Los
trastornos de la personalidad pueden provocar
problemas con las relaciones, el trabajo o la escuela, y
pueden derivar en el aislamiento social o el consumo
abusivo de drogas o alcohol.
TRASTORNOS QUE INFLUYEN EN LA
CONDUCTA
Muchos niños presentan a diario problemas de
comportamiento con sus iguales (compañeros de clase,
amigos) o con sus educadores (padres, maestros,
monitores). Muchos de estos problemas son leves o
pasajeros y fruto de situaciones particulares que se dan
a diario en los hogares o las escuelas. Pero cuando estas
dificultades, situaciones o comportamientos se dan con
una intención clara, continuada y persistente por parte
del niño a no obedecer, cuando estos problemas de
conducta de agravan, se intensifican y aparecen a diario
es cuando es necesario valorar la aparición de un
trastorno directamente relacionado con la conducta
antinormativa, como puede ser el Negativismo
Desafiante o el Trastorno de Conducta, en casos más
graves.
En estos casos es fundamental solicitar la ayuda de un
especialista en salud mental (psicólogo clínico o
psiquiatra) que será esencial y necesario para el
diagnóstico, el tratamiento y el buen pronóstico.
Principales Transtornos del Comportamiento
EL TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE
Se define como un patrón recurrente de conducta
negativista, desafiante, desobediente y hostil dirigido a
las figuras de autoridad y que tiene una duración de al
menos 6 mesos caracteriza, por lo tanto, por un
enfrentamiento continuo con los adultos y con todas
aquellas personas que tengan algún rasgo de autoridad
en especial dentro de la familia y de la escuela.
A menudo se da junto a un TDAH (Trastorno por De´ficit
de Atención con Hiperatividad) Los estudios señalan que
entre un 40-60% de niños/adolescentes con TDAH
tendrán en algún momento de sus vidas un Trastorno
Negativista Desafiante añadido.

EL TRASTORNO DE LA CONDUCTA
Se define por un patrón de comportamiento persistente y
repetitivo, donde se violan los derechos básicos de los
demás o importantes normas sociales, incluyendo
además comportamientos agresivos que causan daño
físico, amenazas, crueldad, comportamientos no
agresivos que causan pérdidas o daños a la propiedad,
fraudes, robos y violaciones graves de normas. Los
estudios señalan que entre un 20-40% de niños/as con
TDAH sufrirán además un Trastorno de la Conducta.
Es una serie de problemas conductuales y emocionales
que se presentan en niños y adolescentes. Los
problemas pueden involucrar comportamiento desafiante
o impulsivo, consumo de drogas o actividad delictiva.
Causas
El trastorno de conducta ha sido asociado con:
Maltrato infantil
Consumo de drogas o alcohol de parte de los padres
Conflictos familiares
Trastornos genéticos
Pobreza
El diagnóstico es más común entre varones.
Es difícil saber cuántos niños tienen este trastorno. Esto
se debe a que muchas de las cualidades necesarias para
el diagnóstico, tales como "actitud desafiante" y la
"desobediencia de las reglas", son difíciles de definir.
Para realizar un diagnóstico de trastorno de conducta, el
comportamiento tiene que ser mucho más extremo de lo
que es socialmente aceptable.
El trastorno de conducta a menudo está asociado con el
trastorno de déficit de atención. El trastorno de conducta
también puede ser un signo inicial de depresión o
trastorno bipolar.
A veces los niños discuten, son agresivos o actúan con
enfado o en forma desafiante con los adultos. Es posible
que se diagnostique un trastorno del comportamiento o
de la conducta cuando estos comportamientos
perturbadores no sean comunes para la edad del niño en
ese momento, persistan a través del tiempo o sean
graves. Debido a que los trastornos del comportamiento
implican portarse mal y comportarse de manera no
deseada con las demás personas, a veces se los llama
trastornos de externalización.
Trastorno de oposición desafiante
Cuando los niños se portan mal en forma persistente, de
tal manera que causan serios problemas en la casa, la
escuela o con los compañeros, puede que reciban el
diagnóstico de trastorno de oposición desafiante (TOD).
El trastorno de oposición desafiante generalmente
comienza antes de los 8 años de edad, pero no después
de los 12 años. Los niños con trastorno de oposición
desafiante tienen más probabilidades de presentar una
actitud desafiante o de oposición con las personas más
conocidas, como los miembros de la familia, las
personas que los cuidan habitualmente o los maestros.
Los niños con trastorno de oposición desafiante
muestran esos comportamientos más a menudo que
otros niños de la misma edad.
Ejemplos de trastorno de oposición desafiante incluyen
los siguientes:
Estar enfadado o perder los estribos a menudo.
Discutir con adultos o negarse a cumplir sus reglas o
pedidos a menudo.
Mostrarse resentido o rencoroso a menudo.
Molestar a otros en forma deliberada o molestarse con
otras personas.
Culpar a la gente a menudo por los propios errores o mal
comportamiento.
Trastorno de la conducta
El trastorno de la conducta (TC) se diagnostica cuando
el niño muestra un patrón continuo de agresión hacia
otras personas, y graves violaciones de las reglas y
normas sociales en la casa, la escuela y con los
compañeros. Estas violaciones de las reglas pueden
implicar quebrantar la ley y, como consecuencia, ser
arrestado. Los niños con trastorno de la conducta tienen
más probabilidades de lesionarse y quizás tengan
dificultades para llevarse bien con los compañeros.
Ejemplos de comportamientos del trastorno de la
conducta incluyen los siguientes:
Violar reglas importantes, como escaparse de la casa,
quedarse fuera de la casa por la noche sin permiso o
faltar a la escuela.
Ser agresivo de tal manera que cause daño, como al
acosar a otros niños o compañeros, al pelear o ser cruel
con los animales.
Mentir, robar o dañar las pertenencias de otras personas
a propósito.
Tratamiento para los trastornos de comportamiento
perturbador
Es importante iniciar el tratamiento en forma temprana.
El tratamiento es más eficaz si se adapta a las
necesidades del niño y la familia en particular. El primer
paso del tratamiento es hablar con un proveedor de
atención médica.
Puede que se necesite una evaluación integral realizada
por un profesional de la salud mental a fin de determinar
el diagnóstico correcto. Algunos de los signos de
problemas de conducta como no seguir las reglas en la
escuela pueden relacionarse con problemas de
aprendizaje que quizás necesiten una intervención
adicional. En el caso de los niños pequeños, el
tratamiento con evidencia científica más sólida es la
capacitación de los padres en terapia del
comportamiento o conductual. En esta capacitación, el
terapeuta ayuda a los padres a aprender formas eficaces
de reaccionar al comportamiento del niño y de fortalecer
la relación padre-hijo. En el caso de los niños en edad
escolar y los adolescentes, un tratamiento eficaz que se
usa a menudo es una combinación de capacitación y
terapia que incluye al niño, la familia y la escuela.
Consejos para ayudar a los niños problemáticos
Algunas pautas generales que podemos tener en cuenta
y que nos ayudarán pueden ser:

1. Establece normas y límites claros y las consecuencias


de sobrepasarlos.
2. Evita los gritos y trata de no ponerte al mismo nivel que
el niño.
3. Reforzar aquellas conductas adecuadas y positivas e
ignorar aquellas que queremos que no se repitan. Si el
niño grita para llamar mi atención y se la doy para que
deje de gritar, en ese momento refuerzo que grite, y cada
vez que el niño quiera que le atienda chillará y gritará
hasta que reciba lo que quiere, que es mi atención. Por
lo que habrá que ignorar aquellas conductas que no nos
gustan y prestar atención a las deseables.
4. Actuar desde el primer momento en que aparezca
cualquier conducta que no deseemos.
5. Ten paciencia y trata de no tomar medidas drásticas
que no vayas a poder cumplir.
6. NO castigues con retirada de afecto y de cariño, por
muy enfadado que estemos.
7. Si esos comportamientos se dan también en la
escuela, colabora con el centro escolar y los profesores.
En estos casos, el papel del psicólogo infantil es
fundamental. Cuando sospechamos o creemos que
detrás de esos comportamientos hay algo más, cuando
nos faltan herramientas o lo que hacemos ya no funciona
para manejar ciertas situaciones con estos niños es
importante que un profesional experto evalúe al niño y el
entorno y valore si nos encontramos ante un trastorno de
conducta o un problema de comportamiento que puede
ser transitorio, ( por ejemplo entre fases del desarrollo, )
o debido a otras causas, (una dificultad de aprendizaje
no diagnosticada, llamadas de atención etc.).
Una vez evaluado y valorado, él será quien mejor nos
puede guiar y asesorar en cómo trabajar desde casa y,
si es necesario desde el centro escolar, para mejorar y
modificar estas conductas.
Los problemas emocionales y de conducta son
patologías frecuentes en la infancia, y su detección e
intervención precoz mejora el pronóstico y los efectos de
la terapia.
Frecuentemente, son los padres y profesores los que
detectan que algo no funciona adecuadamente, y
solicitan una evaluación emocional y conductual. Los
profesores suelen pedir estas valoraciones por
problemas de conducta y bajo rendimiento escolar,
mientras que los padres consultan por problemas de
rivalidad y/o celos entre los hermanos, alteraciones de
conducta, y miedos diversos.
Problemas emocionales
Existen aspectos emocionales en el niño, que pueden
ser indicadores de la presencia de trastornos
emocionales. Algunos ejemplos son:
Prefiere estar solo, es reservado y poco activo. Evita y
escapa del contacto con otras personas.
Se queja de molestias físicas, como dolores de cabeza,
abdomen, espalda y pecho. Falta a menudo a clase,
debido a las numerosas molestias físicas que presenta.
Es ansioso, inseguro, temeroso y preocupado.
Muestra un comportamiento inmaduro, que no se
corresponde con lo esperable para su edad
(dependencia de los adultos, se relaciona con otros niños
más pequeños, etc.)
Presenta pensamientos extraños y expresa ideas
atípicas, mostrando desorganización mental y verbal.
Se muestra triste, aburrido, sin sentido del humor,
apático, disfruta de pocas cosas y expresa sentimiento
de no ser querido.
Problemas de conducta
El malestar emocional puede manifestarse a través de
las alteraciones de conducta, como agresividad,
impulsividad, oposicionismo, negativismo, conductas
desafiantes o irritabilidad, entre otras.
Los problemas de conducta tienen una función
comunicativa del malestar emocional. Algunos de los
problemas de conducta más habituales son:
No se concentra, es muy activo e inquieto. Se dispersa
fácilmente, lo que afecta a su rendimiento.
Tiene escasa paciencia ante las dificultades y poca
tolerancia a la frustración.
Dice mentiras y palabrotas, contesta, molesta en clase,
llama la atención. Muestra falta de disciplina y
desobedece a menudo. Se opone a las normas.
No estudia, no hace las tareas, no tiene motivación ni
interés por el aprendizaje y todo le parece demasiado
trabajo.
Se muestra agresivo y violento, se ríe y humilla a otros,
acosa, amenaza y roba. Presenta conductas de
vandalismo o crueldad con animales.
DESARROLLO DEL SER EN DIVERSOS
CONTEXTOS SOCIALES.
El desarrollo es un proceso a lo largo de toda la vida
Actualmente todo el mundo está de acuerdo en que las
personas se desarrollan a lo largo de toda la vida. Tanto
si lo consideramos biológicamente, como si nos fijamos
en la necesidad de las personas de adaptarse
constantemente a un entorno en continuo cambio,
hemos de concluir que:
si queremos estudiar el desarrollo de las personas,
debemos tener en cuenta todo el ciclo vital.
El desarrollo de las personas no es en bloque
Las personas somos una red muy bien tramada de
diferentes sistemas: motricidad, acciones, percepciones,
representaciones mentales, comunicación, lenguaje,
discurso lógico, emociones, relaciones sociales,
conocimiento del mundo, etc. Cada uno de estos
ámbitos, aunque es indiscutible la interrelación que
existe entre ellos, se desarrolla a diferentes ritmos y con
diferentes grados de consecución.
Hemos de vigilar cómo entendemos esta afirmación
porque cada función se desarrolla en relación con las
otras (¡no va por libre!), aunque esto no signifique que lo
haga al mismo ritmo ni de la misma manera.
El desarrollo humano puede estudiarse desde diferentes
perspectivas
Como sucede en cualquier disciplina, también el
desarrollo humano puede estudiarse desde diferentes
perspectivas.
Cada una de ellas utiliza vocabulario, conceptos y
metodología específicas, tiene una visión del niño y la
niña (en nuestro caso), formula unos objetivos y
finalidades en el desarrollo, identifica unos factores
propios que inciden en él, etc.
Por lo tanto, no existe una única manera de describir el
desarrollo, ni ninguna de las que adoptemos será "la
buena", sino sólo una opción. Incluso hablar de niños o
de niños y niñas tiene una opción teórica detrás, tal como
la tiene también el estudio del desarrollo que considera
la edad o las habilidades comunicativas, por ejemplo.
Es importante que seamos conscientes de la pluralidad
de abordajes, e intentemos entender de manera
contextualizada la perspectiva que nos plantea cada uno.
El respeto a esta pluralidad es una competencia
importante para cualquier profesional.
El desarrollo humano puede estudiarse por procesos o
por etapas
Cuando una persona se enfrenta al estudio del desarrollo
humano, instintivamente espera encontrar descripciones
de las personas correspondientes a etapas de la vida
(perinatal, infancia, preadolescencia; o 2 meses, 7 años,
10 años), es decir, fruto de miradas transversales que
describen cómo son las personas en una etapa o edad o
en otra. Sin embargo, enmarcada en una perspectiva del
ciclo vital, la psicología del desarrollo presenta una
opción complementaria: la de estudiar el desarrollo
humano con una mirada longitudinal que describa el
cambio que experimentan los diferentes procesos que
forman la persona (lenguaje, representaciones mentales,
afectividad, etc.).
Así, estudiar cómo es un niño de seis años (por ejemplo)
o cómo se desarrolla la teoría de la mente son dos
opciones complementarias y no excluyentes que
enriquecen la disciplina ¡y el trabajo del estudiante que
se aproxima a esos temas!
De alguna manera, esta visión por etapas y por procesos
recrea también la mirada lega de la persona a la que "le
gustan los niños" frente a la mirada del profesional que
trabaja con ellos. Así, nuestro conocimiento implícito y
cotidiano nos hace preferir de entrada abordar al niño y
a la niña globalmente. Sin embargo, en el mundo
profesional, el profesional de la psicología no puede
desarrollar su tarea pensando sólo que delante tiene un
niño de 3 años (por ejemplo), sino que trabaja en virtud
de intervenir en un proceso concreto (por ejemplo, en las
habilidades comunicativas y lingüísticas) e intenta
desarrollarlas, optimizarlas. Es bien cierto que cada
proceso se encuadra y toma significado en un contexto
de actuación o de etapa, pero la única manera de hacerlo
evolucionar es mirando la línea de desarrollo (cómo
cambia) de un determinado aspecto.
El desarrollo humano está definido por la cultura y sus
herramientas
El estudio del desarrollo humano se ha movido entre la
identificación de características universales y la
descripción del caso único. Con todo, durante mucho
tiempo ha seguido la práctica tradicional de la psicología
estudiando a las personas dentro de los límites que
marcaba su cuerpo.
De este modo, la descripción de los cambios
psicológicos de las personas a lo largo de la vida que
realiza la psicología del desarrollo se ha focalizado
fundamentalmente en el individuo, y ha dejado fuera del
punto de vista el entorno y los contextos en los que éste
vivía y donde llevaba a cabo su actividad cotidiana y que,
en definitiva, configuraban su desarrollo.
La identificación de características y procesos variados
teniendo en cuenta el lugar del planeta en el que vivían
las personas contribuyó a que la psicología del desarrollo
acompañara las descripciones de los cambios evolutivos
de las personas con pequeñas reseñas sobre su entorno
físico y sociocultural cuando no pertenecían a pueblos
del mundo occidental. La validez ecológica reivindicada
de manera general desde la psicología también influyó
en ello. (Por ejemplo, desde la psicología a nivel global,
poco a poco se fueron considerando aspectos tan
concretos y variados como los siguientes: la descripción
de un rápido desarrollo del sentido del equilibrio en los
niños de culturas en las que las madres llevan a los
bebés siempre encima, el uso de una determinada
estructura de procesamiento cognitivo en los niños de
pueblos aislados del planeta, o la aparición de
determinados trastornos psicológicos asociados a
momentos de cambio evolutivo en determinados
contextos y no en otros.)
Ahora bien, con la firme consideración de los postulados
de la psicología rusa, se pudo ir un paso más allá de la
introducción –en ocasiones incluso sólo anecdótica– de
información sobre el entorno de las personas cuyo
desarrollo se estudiaba.
Así, entender que las personas a lo largo de su ciclo vital
están en interacción constante con su entorno, y que esta
relación se lleva a cabo en unos contextos específicos –
cada uno con unas actividades e instrumentos de
representación, pensamiento y manipulación que les son
propios–, significa entender de manera intrínsecamente
relacionada la persona y su entorno cultural. Y significa
también considerar la cultura como un conjunto de
significados compartidos entre sus miembros, que se
construyen y reconstruyen en las actividades cotidianas.
Por ejemplo, un entorno cultural en el que la economía
se base en el intercambio directo tendrá diseñados unos
contextos específicos que permitan el encuentro entre
las personas y fomenten la comunicación, contextos en
los que se pueda mostrar aquello que se ofrece y se pide.
Y estas actividades de intercambio fomentarán en las
personas que participan en ellas habilidades como la
construcción de sistemas de razonamiento matemático
basado en la realidad física y no en probabilidades, la
correspondencia, la reversibilidad, la noción de que está
sobrevalorado, el concepto de engaño y confianza, la
representación mental poco elaborada y fiel al modelo
original, el autocontrol emocional, o el uso del lenguaje
conativo, entre otros. Y serán precisamente estos
valores, herramientas de razonamiento y comunicativas,
los que posibilitarán que los procesos de intercambio se
lleven a cabo.
Desde este enfoque, por lo tanto, podemos considerar
que el desarrollo humano es un proceso ininterrumpido a
lo largo de toda la vida por el cual la persona va
modificando sus formas de relación con el entorno,
adquiere nuevas herramientas, las matiza o es capaz de
utilizarlas también en otros contextos.
El desarrollo de las personas y los procesos educativos
se influencian mutuamente
Todos los grupos humanos tenemos una manera de
concebir el desarrollo de las personas. Por ello, si el
desarrollo humano está culturalmente definido, no
podemos considerar las prácticas educativas sólo como
meros acompañantes o uno de los múltiples factores
promotores del desarrollo, sino que, en esta tesitura, la
educación se convierte en el marco de desarrollo
personal y de socialización. Es decir, que la educación,
entendida en un sentido amplio, es el conjunto de
prácticas sociales mediante las cuales promovemos el
desarrollo de las personas, de los niños en nuestro caso.
Así, los diferentes contextos (la familia, la escuela, los
centros de ocio, los canguros, etc.) en los que los niños
y las niñas llevan a cabo sus actividades cotidianas son
las formas que hemos diseñado para educarlos.
Espacios que prescriben –y proscriben– actividades,
herramientas, agentes, normas, etc. adecuadas a las
características y necesidades de los niños. Es decir, para
promover su desarrollo y socializarlos.
Por ello no podemos concebir el desarrollo de las
personas sin pensar en las prácticas que desplegamos
para promoverlo; y tampoco podemos entender las
prácticas educativas que ha diseñado nuestra sociedad
sin tener en cuenta la concepción de desarrollo que
subyace tras ella.
Hasta aquí hemos establecido que para nosotros, los
niños y las niñas se desarrollan a lo largo de toda la vida,
que cada uno de los ámbitos de funcionamiento de las
personas tiene un desarrollo específico y que podemos
adoptar un marco teórico u otro, y o bien tener una
perspectiva estática y transversal para describir el
desarrollo (etapas o edades), o bien adoptar una
perspectiva dinámica y longitudinal (y fijarnos en la
dinámica de cambio en los procesos y habilidades).
También hemos establecido que el desarrollo de una
persona no se entiende si no es en relación con la cultura
en la que vive y participa. Y, por lo tanto, las expectativas,
valoraciones, habilidades que se desplegarán y los
instrumentos que se usarán estarán en función del
contexto y momento sociohistórico de referencia; por
ello, no se entiende que intentemos presentar un estudio
sobre el desarrollo humano sin hacer referencia a las
prácticas educativas que lo promueven.
¿Qué es el contexto social?
El contexto social, ambiente social o el entorno social es
el espacio dentro de la sociedad que un evento o una
cosa ocupa, es decir, las situaciones de tipo social (o
sea, referidas al funcionamiento de la sociedad) en las
que se produjo o que condicionaron su aparición. Es
decir, es la configuración de la sociedad en el momento
histórico en que un hecho se produjo, o en el que una
organización opera, o en el que un individuo vivió su vida.
En este sentido, todo contexto social es a la vez un
contexto histórico. Sin embargo, se trata de una
categoría menos ambiciosa y menos abarcativa, ya que
el contexto histórico abarca incluso el estado de otras
sociedades, ajenas a la que resulta de nuestro interés.
Por ejemplo, si pensamos el poeta irlandés Oscar Wilde,
muchos aspectos de su vida estuvieron determinados
por el momento histórico en que vivió, pero al mismo
tiempo dicho contexto histórico fue diferente para las
personas de diferentes clases sociales. Esto último es,
precisamente, una forma del contexto social.
Así, a la hora de hablar de este tipo de contexto se toma
en cuenta la forma de operar de la sociedad local, pero
también el modo en el objeto estudiado se posiciona
dentro de ella. Por ejemplo, una empresa puede operar
mejor que otra en determinado contexto social o
socioeconómico, y un descubrimiento científico bien
puede estar condicionado por el contexto social de las
organizaciones implicadas en ello.

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