Metodología Espacios Amigables para La Niñez
Metodología Espacios Amigables para La Niñez
Metodología Espacios Amigables para La Niñez
Introducción
La migración forzosa es definida por la Organización Internacional para las
Migraciones (2014), como la realizada por cualquier persona que emigra para “escapar de la
persecución, el conflicto, la represión, los desastres naturales y provocados por el hombre, la
degradación ecológica u otras situaciones que ponen en peligro su existencia, su libertad o su
forma de vida”.
Por su parte, y de manera análoga, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR), señala que los refugiados son personas que están fuera de su país de
origen debido a un temor de persecución, a un conflicto, violencia u otras circunstancias que
perturben gravemente el orden público, y quienes, en consecuencia, requieren “protección
internacional’.
En este sentido, en un análisis realizado por la Universidad Central de Venezuela (2018), titulado
“Comunidad Venezolana en el Exterior: un nuevo método de exilio” se expresa que la diáspora en
Venezuela ha sido causada por el “deterioro tanto de la economía, como del tejido social, el crimen
desenfrenado y la falta de esperanza para un cambio político en el futuro cercano”.
Así, la realidad es que millones de venezolanos se han visto forzados a abandonar su país de
origen, bien sea como un medio de escape, y/o como búsqueda de protección, siendo el Perú,
uno de los principales países de acogida para esta población, quienes, en su mayoría, se
albergan en Lima Metropolitana.
Ahora bien, este desplazamiento forzado, puede traer consigo consecuencias importantes
para la salud física y mental de quienes lo viven, en especial, en aquellos que se encuentran
en periodos de vida de mayor vulnerabilidad, como es el caso de la niñez y adolescencia.
Quienes, y en referencia a los que se encuentran transitando la infancia, pudieran, a causa
de una alimentación inadecuada, cuidados negligentes o eventos traumáticos, hipotecar su
potencial de desarrollo físico y cognitivo, además de afectar los rasgos de personalidad y el
desarrollo de la autoestima que solo se configura en este periodo evolutivo. Y desde la
perspectiva de la adolescencia, tal experiencia de migración involuntaria podría incrementar
la fragilidad, ya característica de esta época de vida, para el contagio de enfermedades de
trasmisión sexual, el desarrollo de adicciones, embarazos tempranos, deserción escolar,
conductas delictivas y violencia. Es por ello, que surge la presente propuesta, la cual se
enmarca en el proyecto “Unidos”, de Acción contra el Hambre (ACH), específicamente en su
segundo objetivo: “Brindar apoyo en salud a la población migrante y refugiada” y de manera
específica, a la atención de la población infantil y adolescente, bajo la metodología de:
“Espacios Amigables para la niñez”.
Justificación
De acuerdo con ACNUR, para el pasado 05 de agosto del presente año 4.199.590
ciudadanos/nas venezolanos/nas se encontraban en situación de migrantes, refugiados o
solicitantes de asilo. Subrayan que esta realidad, constituye el éxodo más grande de la historia
reciente de la región. Vale destacar que estos datos, son reportados por los gobiernos
anfitriones, los cuales no consideran a venezolanos sin un estatus migratorio regular, por lo
que es probable que el número total sea más alto.
Según la Superintendencia Nacional de Migraciones, en el Perú se encuentran a Julio del
presente año, 854.000 migrantes venezolanos, cifra que lo convierte en el segundo país de
acogida en el mundo para esta población, luego de Colombia. Es de hacer notar, que estos
migrantes, pueden traer consigo las secuelas emocionales de haber abandonado su país de
origen de forma forzada. En referencia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(2019), “La migración en Venezuela es forzosa, los niños y sus familias no migran por placer,
lo hacen al ver amenazados sus derechos más básicos y son muchos los riesgos a los que
están expuestos cuando se ven obligados a marcharse del país".
Donde el estrés causado por este desplazamiento, la pérdida del hogar (los bienes), el
desmembramiento familiar, la separación de los amigos y la incertidumbre del futuro en el país
destino, puede interferir de forma importante en el desarrollo psicosocial, la salud en general
y la seguridad alimentaria de niñas, niños y adolescentes, además de que podría afectar
negativamente las prácticas de cuidado y atención infantil (Ej. la lactancia materna), tanto en
cantidad, como en calidad. En sintonía, Collazo et al (2014), manifiesta que un proceso
migratorio es en sí un factor de riesgo que llena de vulnerabilidad personal, social y/o familiar
a quienes lo viven, siendo un potente estresor que provoca malestar psicológico.
En tal escenario, los bebés y los niños que recorren la primera infancia pueden estar
expuestos a un mayor riesgo de desnutrición, morbimortalidad y retraso en el desarrollo físico
y psicomotor. Además, en la esfera de la salud mental, las experiencias de perdida que
encierra la migración y posibles traumas pueden afectar el proceso de constitución de los
rasgos de personalidad y autoestima que se establecen durante este periodo de vida,
marcándolo para el resto de la misma.
Desde la perspectiva de la adolescencia, los peligros a los que han sido expuestos, y las
consecuencias de la migración forzada que se encuentran enfrentando, bien sea
acompañados o solos, podrían potenciar factores de riesgo característicos de esta etapa de
la vida, incrementando su vulnerabilidad psicosocial. “Son innumerables los riesgos a los que
están expuestos los niños y adolescentes venezolanos que se han visto obligados a
marcharse del país, los caminos no son seguros, en ocasiones usan trochas clandestinas y
muchos de ellos se encuentran solos”, Amnistía Internacional (2018).
Por lo que, resulta apremiante brindarles una atención óptima a ellos, además de a sus
madres, padres o cuidadores, quienes también deben recibir orientación y acompañamiento
psicosocial, a fin de que funcionen como agentes preventores de posibles alteraciones en el
desarrollo de sus hijos, tras el proceso de migración forzada que están experimentando.
Es por ello y desde este contexto, en el que la salud física y mental de infantes y adolescentes
migrantes y refugiados podría deteriorarse, que el “Programa Unidos” de ACH, propone el
proyecto: “Espacios Amigables para los Niños” (CFC en sus siglas en inglés). Siendo los
albergues priorizados para este proyecto: Ministerio del Amor, Albergue sin Fronteras, Casa
Huasi Amachana Local1 Los Lirios, Casa Huasi Amachana Local 2 Moisés; y el Centro
Pastoral San José.
En tales espacios, se pretende que niños, niñas y adolescentes que han visto interrumpida su
infancia y pubertad, a causa de las situaciones que, en primer lugar, forzaron a sus familias a
abandonar el país de origen, y seguidamente, por las consecuencias del proceso migratorio
en si mismo, puedan recobrar la normalidad de estas etapas de vida (ser “niños de nuevo”).
El propósito es brindarles un ambiente protegido, en el que puedan recibir contención
psicosocial y emocional (fortalecer capacidades de recuperación, resiliencia), además de
estimulación cognitiva, a través de la participación en actividades organizadas. El fin es que
jueguen, compartan con sus pares, aprendan y se expresen mientras reconstruyen sus vidas.
Estos espacios también resultan apropiados porque permiten que el personal calificado que
los facilita pueda identificar y encontrar formas de responder a posibles peligros que afectan
a todos los niños y adolescentes y/o grupos específicos de ellos, como aquellos que, por
alguna razón, son más vulnerables después de la experiencia de crisis. Adicionalmente, al
encontrarse los niños en un espacio resguardado, durante jornadas completas, sus padres
dispondrán de tiempo para realizar trámites relativos a empleabilidad, o bien desarrollar
actividades laborales.
Objetivo General:
Generar espacios amigables que favorezcan la restitución y continuidad del desarrollo integral
de niños, niñas y adolescentes, refugiados y migrantes venezolanos.
Objetivos Específicos
• Fomentar la salud mental de niños, niñas y adolescentes, refugiados y migrantes
venezolanos.
• Prevenir la desnutrición, la morbilidad y la mortalidad debida a prácticas inadecuadas
de alimentación de niños y niñas menores de tres años, refugiados y migrantes
venezolanos.
• Promover el reinicio o la continuación de la lactancia en niños y niñas menores de dos
años, refugiados y migrantes venezolanos.
• Fortalecer en madres, padres y cuidadores el rol de agente protector principal, de
niños, niñas y adolescentes, refugiados y migrantes venezolanos.
Población Objetivo:
Familias (niñas, niños, adolescentes, y sus madres, padres o cuidadores), con hijos menores
de 18 años, que viven en albergues para migrantes y refugiados venezolanos.
• 2.1 Sesiones sobre buenas prácticas en Alimentación del Lactante y el Niño Pequeño
(ALNP) dirigidas a madres, padres/cuidadores de niños/as menores de tres años.
• 2.2 Grupos de discusión sobre temas de interés de las/os participantes, relacionados
con la ALNP.
Objetivo 3. Promover el reinicio o la continuación de la lactancia en niños y niñas
menores de dos años, refugiados y migrantes venezolanos.
• 3.1 Ofrecer un lugar seguro y con privacidad donde las madres pudieran cuidar de sus
bebes y restablecer la relación previa al estrés sufrido por el desplazamiento
migratorio.
• 3.2 Conversatorios de experiencias entre madres y profesionales del área, sobre
prácticas que permitan reiniciar o dar continuidad a la lactancia.
Objetivo 4. Fortalecer en madres, padres y cuidadores el rol de agente protector
principal, de niños, niñas y adolescentes, refugiados y migrantes venezolanos.
Recursos Humanos
• Dos (2) psicólogos/as del área clínica.
• Cuatro (4) educadores.
Intervención
• Selección y capacitación de las/os facilitadoras/res que animarán a los niños, niñas
y adolescentes, que harán uso y vida dentro de los espacios amigables. Se prevé
seleccionar cuatro (4) educadoras eficientes, de preferencia, con especialidad en
educación inicial, que sean personas con buen grado de competencia física, que les
facilite el trabajo de juego con niños de diferentes edades.
Con el análisis de la hoja de vida, más una batería de evaluación psicológica que
incluya pruebas proyectivas y un inventario de personalidad, se pretende seleccionar
profesionales con el perfil antes descrito.
• Proceso de Capacitación
En función de los objetivos definidos, para la puesta en marcha de los Espacios Amigables
para la Niñez, se pretende desarrollar un proceso de capacitación, en el cual, además de
trasmitir conocimientos y potenciar habilidades requeridas para el desarrollo efectivo de las
temáticas de cada módulo, se buscará generar procesos reflexivos, orientados a sensibilizar
al personal acerca de las necesidades psicosociales de la población objetivo.
Dicha capacitación, tendrá una duración estimada de 16 horas, tiempo en el cual, se estima
abarcar la totalidad de las temáticas contempladas.
Resultados esperados:
• Las embarazadas, madres lactantes y madres con niños menores de 3 años, serían
acogidas en un espacio privado y seguro donde recibirían consejo, intercambiarían
experiencias con otras pares y participarían en sesiones educativas referentes a la
ALNP y a los factores de riesgos biológicos y sociales que pueden intervenir el
desarrollo infantil temprano.
• Todos los niños menores de 3 años que asistieran a los espacios amigables serían
evaluados a nivel nutricional y se revisaría su estado de salud.
• Todas las madres y padres con niños de entre 0 meses y 5 años, que asistieran a los
espacios amigables, recibirían orientación sobre el acceso de sus hijos al Seguro
Integral de Salud (SIS).
• Los niños menores de 12 años que asistieran a los espacios amigables participarían
regularmente en actividades de estimulación, aprendizaje, juego y apoyo psicosocial,
haciendo especial énfasis en la elaboración resiliente de la experiencia migratoria.
• Los adolescentes que asistieran a los espacios amigables, participarían de encuentros
reflexivos donde recibirían información profesional, e intercambiarían experiencias con
otros pares acerca de la experiencia migratoria, y los principales retos y problemáticas
asociados a esta etapa de vida.
• Las madres, padres y cuidadores, serían acogidos en un espacio privado, donde
tendrían acceso a información profesional y apoyo psicosocial, que les fortalecería el
rol de agente protector principal de sus hijos menores, tras la experiencia de migración
forzada a la que han sido expuestos.
Indicadores de Monitoreo y Evaluación. Espacios Amigables para la Niñez
Registros
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ESPACIOS AMIGABLES PARA LA NIÑEZ