Oosouji - Kintsugi - Ikigai - Wabisabi - Kintsukuroi - Kaizen
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Oosouji - Kintsugi - Ikigai - Wabisabi - Kintsukuroi - Kaizen
OOSOUJI
El método japonés de limpieza para enfrentarse al incierto futuro.
Orden, limpieza y disciplina.
Frente a la incertidumbre del futuro, las tradiciones orientales son una fuente inagotable de sabiduría. Una de ellas
es el Oosouji: el método japonés de limpieza para enfrentarse a la nueva normalidad. La clave está en dejar atrás las
cargas físicas y mentales y concentrar esfuerzos en afrontar el futuro alejando cualquier mala influencia de
nuestra vida.
Dejar atrás todo lo malo es la máxima que inspira el Oosouji, el método japonés de
limpieza para enfrentarse al incierto futuro, que los nipones emplean al acabar del año.
La tradición con la que los japoneses reciben el Año Nuevo es perfectamente extrapolable a la nueva normalidad.
La limpieza exhaustiva alivia las cargas y permite comenzar una nueva etapa limpios física y
espiritualmente.
Precisamente, este es uno de sus múltiples beneficios. Limpiar en profundidad, ordenar y tirar todo lo que
sea prescindible es algo así como una catarsis personal. Además, el orden y la limpieza del hogar tienen un
efecto directo en nuestro estado anímico y, por tanto, en nuestra felicidad.
Los expertos aseguran además que ese ejercicio de limpieza tiene un efecto liberador. No es solo que los
espacios físicos se regeneren, sino que también lo hace nuestra salud mental.
Aplicado a la nueva realidad, el Oosouji es algo así como una manera de dejar atrás las tensiones
sobrevenidas como consecuencia de la pandemia. El método japonés de limpieza es, por tanto, un gran
aliado para prepararnos para recibir todo lo que está por llegar.
Son muchas las disciplinas orientales y hasta las gurús japonesas que abogan por el orden. Sirvan como
ejemplo el Feng Shui o la propia Marie Kondo. El Oosouji viene a reforzar esa idea de que una casa ordenada
ayuda a tener una mente ordenada y es que, en definitiva, estamos conectados con el espacio.
Incluso entre quienes tienen cierta tendencia a encontrarse a gusto en el desorden, poner orden en su caos
tiene un efecto casi balsámico que propicia su felicidad.
En las últimas semanas han sido muchos los momentos en los que el futuro ha sido fuente de preocupación.
Sin embargo, este método japonés de limpieza para enfrentar la nueva normalidad ayuda a concentrarse en
el presente.
Centrar las atenciones en ese proceso liberador lleva a la mente al escenario en el que estás. Es algo así
como un Carpe Diem que, en definitiva, no deja de ser uno de los mantras que muchos entonan como
camino hacia la felicidad.
¿Cómo llevar a la práctica el Oosouji en tu hogar en tiempos de coronavirus? La gran limpieza japonesa no es
una tarea para un rato sino un proceso de horas. La planificación será tu gran aliada.
Desde reservar una jornada, hasta madrugar, pasando por equiparte con todo lo necesario para abordar la
tarea, no hay que descuidar ningún detalle.
La tradición japonesa no solo se lleva a cabo en el hogar sino también en oficinas, tiendas,
universidades...
También incluye pagar deudas atrasadas y resolver asuntos pendientes .
De hecho, las distracciones están prohibidas si quieres que este método japonés de limpieza para enfrentar
la nueva normalidad resulte efectivo. Puedes poner música de ambiente, pero procura que no te distraiga.
Practica la desconexión digital para favorecer la concentración y empieza temprano para aprovechar la
primera hora de la mañana que es cuando la mente está más despejada.
El ensimismamiento en la tarea te permitirá realizar en paralelo otro ejercicio de reflexión. Tómate tu
tiempo y, a la vez que ordenas el espacio, ordena tu mente. Abandona tus miedos, recupera energías y
prepárate para abordar la nueva normalidad.
En casa puedes comenzar por habitaciones o temas, pero en ningún caso dejar cosas a medias. Del mismo
modo, en esa catarsis mental trata de ir superando niveles paulatinamente. Deshecha aquellos
pensamientos que suponen una carga como lo harás con los enseres que ya no te sirven.
Recuerda que la clave del Oosouji es que se trata de una limpieza en profundidad. No es una mera limpieza
general sino una tarea exhaustiva con un componente liberador que es, en buena medida, una de las claves
que hacen de este método japonés de limpieza, una herramienta de extraordinario valor para enfrentar la
nueva normalidad.
KINTSUGI o KINTSUKUROI
The art of embracing damage. Mistakes are gold. El antiguo arte japonés de reparar con oro.
KINTSUGI EN LA VIDA “El arte de romperse”.
Kintsugi en la vida, el arte de “romperse”. A través de la alquimia del Kintsugi, la belleza esencial no sólo sobrevive,
sino que prospera.
Kintsugi y el Arte de la Resiliencia
Mientras que la forma original del tazón ha sido destruida para siempre, a través de la alquimia de Kintsugi, su
belleza esencial no solo sobrevive, sino que prospera. Dicho de otra manera, la transformación va mas alla de solo
unir los aspectos de nuestra vida fragmentada, sino en una reinvención total del “yo” en la que nuestras piezas rotas
se amalgaman en una obra maestra hermosa y próspera.
Veamos las tres prácticas esenciales de Kintsugi que hacen posible esta transformación
de vida tan milagrosa.
Haciendo posible lo imposible
La primera práctica básica en Kintsugi es dejar a un lado nuestras tendencias emocionales auto-destructivas,
lo que nos hemos dicho a nosotros mismos sobre lo imposible que es recuperarnos de nuestras perdidas y
sufrimiento. Y no solo eso, sino también para liberarnos de nuestras responsabilidades y para mantener
nuestras vidas fragmentadas como un recordatorio de cómo hemos sido injustamente tratados. O en el peor
de los casos, nuestra tendencia a apegarnos a las desgracias como una forma de reafirmarnos y a los demás
que somos como “objetos dañados”, sin derecho al amor, reconocimiento o éxito.
Decía el gran poeta sufi Rumi: “La herida es el lugar donde la luz entra en ti”. He aquí donde podemos
empezar el cambio y darnos cuenta que nuestras heridas pueden dejar de ser destructivas y cambiar de lo
imposible a lo posible. Cuando empezamos a hacer esto empezamos a andar el camino de la transformación.
Preparando el adhesivo
La segunda práctica de Kintsugi es preparar el aglutinante dorado para volver a unir las partes rotas de nuestras
vidas. Aquí la importancia del encontrar el equilibrio entre los ingredientes es fundamental. Ya que podria resultar
muy blando y perder forma o por otro lado demasiado fuerte y por ello muy frágil impidiendo una union pemanente
El “aglutinante” representa nuestro apego al refuerzo positivo y a la nuestra expectativa de cuán rápido
debemos progresar. Demasiado apego solo al movimiento rápido y positivo limita nuestra disposición a
aceptar reveses. Debemos estar abiertos a retrocesos y ademas permanecer abiertos una y otra vez hasta
que lo que se esta uniendo de nuevo dentro de nosotros haya tenido tiempo suficiente para “curar” en su
totalidad.
El “oro” en la analogía representa nuestro deseo de ser sanados. Avanzar demasiado rápido, asumiendo que
estamos curados antes suponiendo que estamos sanados antes de lo que realmente estamos y poner
demasiada fe en poderes mas allá de nuestra propia capacidad son trampas que debemos evitar mientras
que preparamos el adhesivo dorado para nuestra transformación.
Sentir de nuevo cada pieza rota
La tercera práctica esencial de Kintsugi es, cuando nos comprometemos en nuestro propio proceso de
reconstrucción, volver a experimentar cada fragmento roto dentro de nosotros para poder conocer su forma,
posición y sensación exactas.
Cada pieza debe ser devuelta a su posición original dentro de nuestra psique si vamos a transformarnos de lo
roto a lo bello. Cada fragmento hiriente de confianza dañada o cuidado destruido debe manejarse con
cuidado para evitar ser lastimado nuevamente.
Pero debemos estar dispuestos a tocar y sentir a cada uno de esos fragmentos con las “manos de nuestro
corazón” para así conocerlos íntimamente y poder aceptarlos a todos en nuestro nuevo yo transformador.
Este no es un proceso de indulgencia, de dramatizar el pasado o sentir lástima por nosotros mismos o culpar
a otros, más bien es un proceso sagrado de re-experimentar las partes de nuestra humanidad que
conforman nuestro yo más grande, más fuerte y más hermoso. Si bien es posible que hayamos estado tan
profundamente heridos que lo que menos queremos es volver a repasar nuestros traumas y dolor, al tener
el coraje de hacerlo, descubrimos que si bien nuestra identidad puede haberse roto, somos mucho más que
esa sola identidad, somos un contenedor sagrado para lo que conforma nuestras vidas, un “jarrón de
posibilidades” que se muestra orgulloso y completo como un próspero legado de la belleza, la gracia y la
resiliencia del Espíritu Humano.
KINTSUGI, la belleza de las cicatrices de la vida
Según la cultura centenaria japonesa, cuando un objeto ha sufrido un daño y tiene una historia, esto lo hace más
bello y único. El arte del Kintsugi invita a rehabilitar y ser más sostenible. Celebra la belleza de la imperfección y
comparte que la autenticidad y singularidad residen en las grietas que forman parte de nuestra historia, con la
firme creencia de que hasta la parte más rota es hermosa y debe ser mostrada.
El Kintsugi es una técnica japonesa que recupera la cerámica dañada reparando las grietas con finas y
delicadas uniones en oro. Esta técnica se ha convertido en una filosofía de vida. La clave está en mostrar la
belleza de esas grietas al recomponerse, en vez de esconderlas. Las filosofías e innovaciones orientales son
modelo de inspiración para la belleza, celebran la imperfección y comparten que la autenticidad y
singularidad residen en las grietas que forman parte de nuestra historia.
La vida, como ocurre con los objetos valiosos, no es perfecta. Y en esas imperfecciones o cicatrices es donde
nos descubrimos a nosotros mismos, donde residen nuestra autenticidad y nuestra fuerza interior. Solo
depende de nosotros pintar de oro nuestras piezas rotas. La belleza no es estereotipada, se valora la belleza
que surge de la diversidad y autenticidad así como del recorrido vital. Se entiende la belleza como una fuerza
que emana desde el interior, un sentimiento que vale la pena compartir.
IKIGAI
Planificando tu vida. Los secretos para una vida larga y feliz. Discover your purpose in life. A Japanese philosophy for
finding purpose.
WABI SABI
The magnificence of imperfection. The Japanese art of impermanence. The beauty of imperfection. El arte japonés
de la búsqueda de la belleza en la imperfección.