Clasificacion de Las Palacas
Clasificacion de Las Palacas
Clasificacion de Las Palacas
Una leyenda cuenta que, allá por el año 230 a. C., el rey de Siracusa se encontró frente a un
problema difícil de resolver: había que mover una embarcación enorme que, al parecer,
había encallado.
Entonces, el rey Hierón II le planteó este gran desafío al matemático griego Arquímides. El
inventor asumió el reto de trasladar la pesada nave con un esfuerzo mínimo. Para eso, creó
un mecanismo con ruedas y cuerdas que multiplicaba la fuerza ejercida por un solo
individuo. ¡Y logró resolver el asunto!
Así habría nacido la primera polea compuesta, según relata la leyenda. Se calcula que ya
existían sistemas de poleas en civilizaciones anteriores, como en el Antiguo Egipto y en
Siria. Pero, que eran mucho más sencillos y rudimentarios.
Recapitulando, desde hace siglos, se utilizan sogas para mover objetos. Al principio, es
probable que las cuerdas se colgaran desde las ramas de los árboles. Luego, el método fue
evolucionando para resolver desafíos cada vez más complejos. Hoy la polea es universal.
Ahora bien, ¿sabes qué tipo de máquina es una polea? Las poleas son máquinas simples,
es decir, dispositivos de trabajo mecánico que cambian la dirección de la fuerza. Las
palancas, los planos inclinados, los tornillos, las cuñas y las ruedas con sus ejes también
entran en esta clasificación.
Aprende más sobre los tipos de poleas que encontrarás en el mercado. Conoce cómo es el
funcionamiento de este sistema y qué aplicaciones tiene para la vida cotidiana. ¡Sigue
leyendo!
Para entender la polea para qué se utiliza, es importante tener en cuenta el siguiente
punto. Las poleas se clasifican en dos grandes grupos, según su número y según su
desplazamiento. En este último, se distinguen las poleas fijas y las poleas móviles, un
conjunto de poleas fijas y móviles.
Tener en cuenta estas clasificaciones es primordial para dimensionar los usos y aplicaciones
posibles de estos artefactos.
También existen poleas para pozos, poleas para tendederos y poleas para puertas
correderas. Algunas poleas sirven para mover vehículos o extraer agua de un pozo con un
balde, por mencionar algunas aplicaciones.
No es necesario tener conocimientos sobre física para entender cómo trabajan las poleas.
Ya que es un método muy simple.
Antes de probar el sistema, comprueba que la polea esté bien asegurada en la superficie
elegida. Es importante que el elemento esté amarrado o anclado a una estructura que
soporte la fuerza y el peso a mover.
Pasa un cordón por el canal de la rueda. Sujeta el o los objetos a mover en un extremo y
toma el otro cabo. Tira fuerte (fuerza o potencia, F o P), preferentemente hacia abajo, para
que se eleve la carga ubicada en la punta opuesta (resistencia, R). Gracias al mecanismo de
tracción, verás cómo aumenta la magnitud de la fuerza generada.
Ahora que ya sabes cómo usar una polea, sigue leyendo para conocer cómo está formado
este artilugio.
El cuerpo es la pieza central de la polea. Es un disco sólido o con agujeros, que permiten la
ventilación y reducen el peso del objeto.
El cubo es la parte central del cuerpo. Posee un agujero por donde pasará el eje.
El canal, también llamado acanaladura o garganta, es el surco o carril por donde se desliza y
corre la cuerda.
La estructura es el espacio que contiene al cuerpo. Generalmente, la estructura viene
provista de un gancho para fijar la polea al sostén, que puede ser un objeto de gran tamaño,
una pared o el techo.
Ahora que sabes cuántas clases de poleas hay, aprende más sobre las variantes simples y
compuestas.
La polea simple
Las poleas simples son mecanismos fijos donde una correa une la resistencia con la
potencia o la fuerza. Determinar para qué sirve la polea simple es más difícil de lo que
parece porque sus usos y aplicaciones son incontables. Pero, básicamente, podrás usar una
polea simple cada vez que apliques una fuerza descendente para conseguir una ascendente,
o viceversa. Lo que sí se pueden mencionar son las ventajas de elegir este mecanismo.
La mayor ventaja de usar una polea simple es que podrás elevar un objeto de peso
significativo con poco esfuerzo. Este sistema permite ejercer la fuerza hacia abajo que es
más fácil que hacia arriba, como sucede al levantar una palanca o el objeto en cuestión.
Otra de las ventajas es la rapidez de instalación. Ya que puede colocarse en cualquier
superficie resistente. Necesitarás únicamente de la polea y una soga para lograr grandes
objetivos.
La polea compuesta
Más allá de esa utilidad, la polea compuesta permite trasladar objetos que se encuentran a
una mayor distancia del individuo o del elemento que ejerce la fuerza. Del mismo modo,
permite desplazar cargas mucho más pesada, maquinaria voluminosa o elementos enormes.
Ten en cuenta que, a mayor cantidad de poleas, será menor la potencia aplicada necesaria
para mover este tipo de piezas con un peso o volumen significativo.
En una polea fija, el eje se sujeta a una plataforma u objeto fijo. En este caso, la fuerza
aplicada de un lado de la cuerda será igual a la resistencia ejercida por el objeto que esté en
el otro extremo. La fórmula es F=R. Entonces, el resultado es un equilibrio.
La polea fija se puede usar para modificar el sentido de la fuerza o minimizar el rozamiento
y desgaste de la soga al cambiar de dirección.
La polea móvil es un dispositivo donde hay una polea fija y otra móvil. Como sucede en el
caso de las poleas compuestas, la cantidad de poleas significan una disminución de la
potencia a aplicar. Esto quiere decir que la fuerza a ejercer en una polea móvil será la mitad
de la resistencia. Entonces, la fórmula quedaría F=R/2.
A diferencia de la polea móvil, la polea fija está quieta. Al no rotar, la tensión y la potencia
son iguales. En cambio, la polea móvil gira entonces la fuerza se divide en dos. Ambos
mecanismos son muy simples y fáciles de instalar. Aunque cada uno de ellos permite
aplicaciones diferentes.