La Situacion de La Lectura y La Formacio

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CUADERNOS LITERARIOS

La situación
de la lectura
y la formación
del lector en
el proceso de

..
alfabet1zac1on
• • , l

••
EL PAPEL DE LA ESCUELA

L ..
a escuela asume la responsabilidad de iniciar al niño en el proceso de
alfabetización y, paulatinamente, perfeccionar su lectura, de manera que
le garantiza el dominio de una práctica cuya finalidad no se agota en sí
misma. Así, aunque el proceso de alfabetización se dirija hacia la apropiación de
las operaciones de un código -la lengua escrita, con sus mecanismos de lectura y
escritura, complementarios entre sí-, la preparación del lector efectivo pasa por

..
la adopción de un comportamiento en que la lectura deja de ser actividad ocasional
para integrarse a la vida del sujeto como necesidad imperiosa, de la cual brotan placer
y conocimiento. Consecuentemente, cabe a la escuela más que alfabetizar y posibilitar a
sus alumnos el dominio de un código y, a través de este, la convivencia con la tradición
literaria: de ella se espera la formación del lector.

1
Los tres artículos siguientes provienen de una recopilación de estudios dedicados a la relación entre literatura y alfabetización,
publicada por la editora Artmed de Porto Alegre a la que agradecemos profundamente. Crédito orign~: SARAIVA,Juracy.
<<A situac;:ao da leitura e a formac;:ao do leitor>>. En Literatura ealfabetizaftitr. do plano do choro ao plano da ac;:ao. Porto Alegre: Artmed
Editora, pp. 23-29. Traducción de Marco Arias Palomino.
JURACY ASSMANN SARAIVA

Sin embargo, el análisis de la situación en la que se encuentra la lectura comprueba


la ineficacia de la escuela, pues el alumno manifiesta su desinterés por esta actividad,
lo que evidencia la distancia que se establece entre la acción pedagógica y el alcance
del comportamiento deseado. El supuesto lector asume el papel de decodificador
y de eventual intérprete, sin desear el desarrollo de actitudes crítico-reflexivas, y limita
sus experiencias a los textos literarios exigidos por la escuela, mientras se restringe,
en la vida cotidiana, a la lectura de periódicos y revistas.
La naturaleza «descartable» de estos vehículos impresos, cuya permanencia
se disipa por la «sobreposicióm> de informaciones siempre nuevas, parece revelarse
como metáfora de la opinión que gran parte de los alumnos tienen a propósito de
la lectura. La función informativa y la finalidad pragmática --esta última, orientada
para la ejecución de tareas escolares; aquella, para el logro de intereses transitorios-,
son los límites de la valoración de la lectura, destinada a agotarse en una finalidad
que no transciende el propio acto que le da forma. La equivocada comprensión de
las facultades inherentes al acto de leer es explicada, en relación a la literatura, mediante
las actividades desarrolladas en la escuela que miran, predominantemente, a acumular
datos cuyo dominio pasa a ser medido en la evaluación de los estudiantes. Por lo
tanto, el posicionamiento de los alumnos denuncia la práctica pedagógica, revelando
el equívoco que fundamenta tanto la concepción de la lectura y de su finalidad, como
la concepción y la finalidad de la literatura, y al mismo tiempo, expone la situación
solitaria de la escuela frente a la tarea de articular, a la enseñanza de la lengua, la conquista
de lectores de literatura aptos y persistentes.

LA PARTICIPACIÓN DE OTROS AGENTES

V ista como «actividad esencial a cualquier área del conocimiento», la lectura está
relacionada con el éxito, no solo académico, sino también social y económico,
pues se le atribuye la capacidad de promover a los individuos. Es reconocida, de la misma
manera, la importancia del arte literario por ser capaz de situar al individuo delante
de sí mismo y su contexto; por posibilitarle la percepción de variados puntos de vista
y por estimular su creatividad. Sin embargo, la ruptura entre estas manifestaciones

2
SILVA, Ezequiel Theodoro da. O ato de ler:fandamentospsicológicospara uma novapedagogía da lectura. 4. ª ed. Sao Paulo: Cortez, 1987, p. 43.
LA SITUACIÓN DE LA LECTURA Y LA FORMACIÓN DEL LECTOR
EN EL PROCESO DE ALFABETIZACIÓN

consensuales y la práctica de los agentes que responden, juntamente a la escuela,


por la valorización de la literatura permiten identificar factores ajenos a la praxis
pedagógica, que, todavía, interfieren de forma negativa en la formación del lector.
La lectura y el intercambio de experiencias de lectura y de vida ya no forman
parte de los encuentros familiares. El encanto oriundo de fábulas y leyendas, de narrativas
fantásticas y realistas, de las historias de vida, marcadas por fracasos y sufrimientos
o por éxitos y alegrías, así como el «ludismo» de los juegos poéticos ya no congregan
más a la familia en torno de un círculo solidario; ahora ceden lugar a los programas
televisivos o a los juegos electrónicos, comprobando la afirmación de procedimientos
que estimulan el individualismo y empobrecen el sujeto en su capacidad de diálogo.
Más allá de la influencia de los registros culturales de comportamiento, es
necesario reconocer otro factor coyuntural que debilita los lazos familiares y actúa
sobre la práctica de la lectura. Las condiciones socioeconómicas de la población
brasileña inhiben el contacto familiar, ya que necesidades impuestas por la supervivencia
llegan a exigir de los padres una doble jornada de trabajo y solicitan la participación
en el presupuesto doméstico hasta de los ancianos, aquellos que traducían una voz
del pasado, apta para establecer el contrapunto con la experiencia del presente, y
revelaban la riqueza de la tradición oral a través de la recuperación de narrativas, juegos
3
mnemónicos, acertijos, parlendas.
El factor económico impide el acceso de alumnos a la escuela o los obliga a
abandonarla antes de que se conviertan en lectores efectivos, vacío que, por un
lado, denuncia los reflejos nefastos de la estructura social sobre la educación y, por
el otro, impide a los individuos de ejercer su papel como sujetos históricos. Sin
embargo, aunque la urgencia de la atención de las necesidades vitales prevalece
sobre la información y el saber, la importancia del dominio de los códigos de la
lecto-escritura es reconocida por esos individuos. Se repite, así, en el estrato social
menos privilegiado, aunque por razones diversas, la misma posición manifestada frente
a la lectura por la clase media y alta y que encuentra en los comportamientos del
núcleo familiar su expresión más sintomática.
Como instancia que legitima la lectura e interviene en la institucionalización
de la literatura, una familia se rinde a una práctica discursiva cuyas contradicciones

\
3
Es el nombre genérico dado a formas folclóricas recitadas para los niños o por ellos. Son rimas o c:Iíchos instructivos o
satíricos, como, por ejemplo, las conocidas «Palminha de Guiné» y «Dedo mindinho».
JURACY ASSMANN SARAIVA

la realidad denuncia: al expurgar la lectura e ignorar la riqueza cultural de los textos


4
narrativos y poéticos, la familia deja de asentar las bases del proceso de letramiento y
de reforzar el sentido social de la lectura; paralelamente, deja de propiciar una
función mediadora que las diferentes modalidades literarias instalan entre el sujeto
y el otro, el sujeto y el mundo.
Una producción editorial de literatura dirigida a niños y adolescentes creció
desmesuradamente en Brasil, a partir dela década del 80, atrayendo autores renombrados y
que se interesaban en la adaptación de clásicos extranjeros o endosando, a través
de reediciones, una valorización de obras de la literatura brasileña, promovida por
la transposición de los textos literarios para el lenguaje televisivo. Trasformada en
promisoria fuente de renta para el mercado editorial y para los escritores que se
dedicaban a ella, la literatura infantil-juvenil alcanza una facturación estimada en
veinticinco millones de reales, vendiendo cuatro millones de ejemplares por año.
Ese aspecto positivo de la realidad sociocultural brasileña demuestra la expansión de
la escuela, la solidez de la industria del libro y la capacidad de atracción del público
lector. Sin embargo, es preciso considerar también los intereses mercantilistas que han
estado en juego y que produjeron estrategias de marketing capaces de actuar sobre las
instancias responsables de la legitimación del producto. Como «calidad no es
5
condición de consumo, ni la crítica, filtro del mercado», el mérito estético de las
obras en circulación es inversamente proporcional al número de publicaciones.
En ese contexto, las escuelas se rinden, con frecuencia, a las campañas
colocadas al servicio del consumo y se transformaron en extensión del propio
mercado editorial, promoviendo ferias del libro, abriendo espacio para el contrato
de escritores con un público infantil-juvenil y armando sus bibliotecas con libros
«graciosamente» ofertados, sin demostrar alguna preocupación en la calidad del
producto que estos divulgan.
Paralelamente los profesores, desproveídos de un bagaje de referencias
que los capaciten para emitir juicios críticos, se someten a la moda de los temas y
adoptan obras elaboradas por encomienda de las editoras, concebidas a partir de

4
<<El uso del término fetramiento implica la adopción de presupuestos teóricos (sociológicos, etnográficos) en que la interacción
social tiene un peso decisivo en la escritura del niño». Véase ROJO, R. A!fabetizafiiO eletramento. Sao Pauto: Mercado das Letras,
1988, p. 11. ,
5
LAJOLO, apudZilberman-Lajolo, M. Literatura itifantil brasileira: historia ehistorias. 2." ed. Sao Paulo: Ática, 1985, p. 117.
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EN EL PROCESO DE ALFABETIZACIÓN

fórmulas y modelos estereotipados, gráficamente atrayentes, en que el mundo


instituido y el tratamiento del lenguaje privilegian el valor mercadológico en detrimento
de lo estético. En esas producciones, la representación de la realidad se sujeta a
perspectivas pedagogizantes y se orienta por la manipulación que puede aprisionar al
lector ingenuo, llevándolo a asumir preconceptos o comportamientos éticamente
insustentables y a ignorar aspectos contradictorios, siempre presentes cuando las
cuestiones humanas están en escena. Como no podría dejar de ser, el tratamiento formal
de tales producciones se aglomera al proceso de configuración del mundo posible,
reproduciendo procedimientos técnico-compositivos ya desgastados e incompatibles con el
punto de vista del receptor. La opción de los profesores por tal modalidad de textos
cobra como tributo el alejamiento del lector, siendo la responsabilidad del fracaso, una
vez más, transferida a la escuela, sin que sea co~sidera la acción de otros agentes.
Por lo expuesto, se comprueba que la escuela no es la única instancia que
interviene en el proceso de formación del lector, siendo necesario considerar factores
conjuntos. Al contraponer el texto literario y las formas de manifestación de
cultura de masa, la familia opta por la última; una clase editorial desprecia su
objeto, invirtiendo en el valor de intercambio y no del estético; una escuela deja de
ejercer su poder selectivo en la valoración del objeto-libro; la sociedad confirma el
desprestigio de la lectura, instaurando un discurso hipócrita en el que el reconocimiento
de su importancia es secundado por políticas educacionales que impiden una realización
de un trabajo eficaz.
Entre las consecuencias generadas por la indiferencia a la educación, la falta
de competencia de los profesores en trabajar con un texto literario y con la lectura,
en general, es una de las más evidentes. Considerando, además, la ausencia de bibliotecas
bien equipadas, de bibliotecarios capacitados y de propuestas pedagógicas que valoricen
6
la literatura, es posible definir un diagnóstico preocupante. No obstante, una inclusión
de una disciplina de <<Literatura Infantil-Juvenib> en el currículo de los cursos de
Letras y Pedagogía; una realización de numerosas monografías y disertaciones que
tengan ese subgénero de la literatura como tema; una promoción de congresos y
seminarios avocados a la problemática de la lectura; una exigencia de Ley de Directrices
y Bases de la Educación Nacional que prevea una formación de Tercer Grado para
los profesores que actúan en las series iniciales, y una posición favorable a la

\
6
BoRDINI yAGUJAR, V T. de. Llteratura: afarmarao do lector: alternativas metodológicas. Porto Alegre: Mercado Aberto, 1998, p. 17.
JURACY ASSMANN SARAIVA

promoción de lectura y de la literatura de muchas secretarías municipales de


7
educación señalan la posibilidad de alteración del actual cuadro en relación a la
lectura y la literatura. Los cambios posibles y necesarios identifican alternativas de
éxito y sitúan al profesor como principal agente de transformaciones, ya que
también él busca conquistar al lector y desea, en función de ese objetivo, superar
los vacíos de su práctica pedagógica.

LECTURA, LITERATURA Y CONQUISTA DEL LECTOR

L as dificultades enfrentadas por el docente en conquistar y mantener al lector


caen, fundamentalmente, en el equívoco en cuanto a la concepción del texto
literario, que se conjuga con la finalidad, también engañosa, atribuida al acto de
leer. Despojada de la extensión de los horizontes en ella descritos, la lectura del texto
continúa a ser reducida a la comprensión del código, es decir, al establecimiento de
una relación binaria entre significante y significado. Sin embargo, Paulo Freire afirma
que:

La comprensión crítica del acto de leer no se agota en la decodificación pura de la


palabra escrita o dellenguaje escrito, sino se anticipa y se prolonga en la inteligencia del
mundo. [...] La comprensión del texto a ser alcanzada por su lectura crítica
8
implica la percepción de las relaciones entre el texto y el contexto.

9
La base «ontológica existencial» del lenguaje manifiesta en el discurso la
articulación hombre-mundo, exigiendo que la lectura, así como el acto productor que
originó el texto, sean visualizados como fenómeno comunicacional, que integra tres
protagonistas: texto-mundo-lector. Eso significa que el lector acciona las significaciones del
texto, relacionándolas a su comprensión del mundo. Consecuentemente, es el
lector quien hace hablar el texto y, aunque ese establezca límites a las posibilidades

7
Registramos aquí el trabajo realizado por la Secretaría Municipal de Educación de Campo Bem, que viene desarrollando el
proyecto «Asas de Papeb>, que mira a promover la lectura de textos literarios y la producción textual de los alumnos. La
rápida adhesión de las secretarías de los municipios que participaron de este proyecto también comprueba la intención de
buscar alternativas propicias a la diseminación de la literatura.
8
FREIRE, Paulo. A importáncia do ato de fer: em trés artigos que se completam. Sao Paulo: Ática, 1982, pp. ~ -(..
9
SILVA, Ezequiel Theodoro da, op. cit., p. 69.
LA SITUACIÓN DE LA LECTURA Y LA FORMACIÓN DEL LECTOR
EN EL PROCESO DE ALFABETIZACIÓN

interpretativas, es el lector quien lo reconstituye, vinculando las significaciones a


su condición de sujeto histórico y culturalmente determinado.
10
Mario Quintana, en «Los poemas» expresa esa dependencia entre la significación
textual y la capacidad interpretativa del lector:

Los poemas son pájaros que llegan


no se sabe de donde y posan
en el libro que lees.
Cuando cierras el libro, ellos despegan
como de un sótano.
Ellos no tienen pista
ni puerto
se alimentan un instante en cada par de manos
y parten.
Y mira, luego estas manos vacías tuyas,
del maravilloso miedo de saberes
11
que el alimento de ellos ya estaba en ti ...

En cuanto fenómeno de comunicación, el texto literario se inserta en el ámbito


de la lectura, siendo una respuesta del autor a las preguntas que le son contemporáneas y
constituyéndose en una provocación para el lector. Por ser expresión artística, el texto
literario extrae de los procesos histórico-político-sociales una visión de la existencia
humana que trasciende el tiempo de su concepción e instiga al lector bajo la forma de
preguntas que lo llevan a analizar su propio tiempo. Como resultado de la interacción
receptiva y creadora del autor frente a la praxis literaria y frente al mundo, el texto exige,
pues, para instituirse, una recuperación activa y creadora del lector. Ella transita de los
principios constitutivos propios del texto al contexto extraliterario; del mundo del
significado textual, al sentido del mundo. «Üna literatura ya no tiene por objetivo
comunicar un sentido preexistente: ella es la exigencia y la investigación de un
12
sentido, pero de un sentido que no se quiere jamás consumado».

Mario. Esconderijos do Tempo. Porto Alegre: L y PM, 1980, p. 9.


10
QUINTANA,
11
Os poemas sao pássaros que chegam / nao se sabe de onde e pousam /no livro que les. / Quando fechas o livro, eles al<;:am voo /
como de um al<;:apao / Elas nao tem pouso / nem porto/ alimentam-se um instante em cada par de maos/ f partem. / E olhas
en tao, essas tuas maos vazias, /no maravilhoso espanto de saberes/ que o alimento deles já estava em ti ...
12
LEFEBVRE, M-J. Estrutura do discurso, da poesia e da narrativa. Coimbra: Almedina, 1975, pp. 42-43.
JURACY ASSMANN SARAIVA

Situándose frente al texto, que no le da un sentido pronto y acabado, sino


apenas sugerido.. por el poder de evocación de las palabras y por el contexto singular
de la comunicación ficticia, el lector llena los vacíos significativos y correlaciona un
mensaje literario a la realidad circundante. En esa confrontación permitida por el
texto, se realiza la función formadora de la literatura, que induce al individuo a
conocer mejor a sí mismo y el mundo que lo rodea. Paralelamente, por los artificios
del lenguaje literario, el lector desenvuelve· una posición crítica frente a los
recursos expresivos de la lengua, buscando, él mismo, nuevas formas de decir y
ampliando, por lo tanto, su capacidad lingüística.
Consecuentemente, es la comprensión de la finalidad de la literatura, bien
como de los procesos inherentes al acto de leer, que conduce al cambio de las
actividades con el texto en la escuela. Ello incluye, inevitablemente, una selección
de obras cuyo mundo ficticio, constituido gracias a la concepción original del
lenguaje, establece un vínculo solidario con la psicología del lector, permitiéndole
actuar como sujeto de producción. A su vez, la selección de obras potencialmente
ricas en experiencias rechaza la imposición de lecturas comprometidas con un sistema
rígido de evaluación y solicita el diálogo como principio metodológico. Solamente
una relación armoniosa entre profesor y alumno puede llevar al descubrimiento colectivo
de modos de leer que produzcan placer y conocimiento y que incentiven al lector a
componer, a través de textos, una cadena de significaciones o «anillos que forman un
13
collar que se enlaza en el anillo de otro collar, hecho de anillos».
La importancia de la relación alumno-texto se expresa de modo aún más
significativo cuando se conjuga al desafío de la apropiación del código escrito. Ahí,
la lectura es más que descubrimiento y revelación: es posesión del lenguaje en cuanto
forma-sustancia concretamente percibida, que conduce a la autocomprensión y al
establecimiento de más ricas relaciones interpersonales.

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13
LACAN,J. Escritos. Sao Paulo: Perspectiva 1988, p. 245.

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