Trabajo Final Asesoramiento
Trabajo Final Asesoramiento
Trabajo Final Asesoramiento
2º Pedagogía
Moreno Ruiz, José
(josemoreno8@correo.ugr.es)
Muñoz Gómez, Paula
(paulamgomez@correo.ugr.es)
Pérez Martínez, Marta
(martaperez00@correo.ugr.es)
Ramírez López, Marta
(martarl@correo.ugr.es)
Zea Vázquez, Carlos
(carloszea@correo.ugr.es)
Mejorar las escuelas para que sean más inclusivas, o para alcanzar los diferentes retos
que proponemos en nuestro proyecto es una tarea compleja, con metas relacionadas con el
compromiso, la finalidad de sus propuestas, el enfoque que queremos conseguir, la cultura
escolar y profesional, etc. La escuela sola no puede realizar estos cambios, por eso, es
conveniente ayudarle a crear buenas prácticas profesionales, partiendo de los cambios en la
cultura escolar y profesional. Creemos que es importante crear el cambio desde abajo, una
mejora educativa sin basarnos en las calificaciones, un cambio que sea para todos y todas,
mirando por el propósito moral, como educar en democracia, equidad, inclusión, que unas
simples calificaciones. Por ello, es imprescindible, la permanencia diaria del pedagogo en los
centros, asumiendo así que es él quien va a ayudar a la escuela y al profesorado a que haga
efectiva la garantía del buen aprendizaje, pasando de “problemas” a “problemáticas y ámbitos
de mejora”, desarrollando al máximo las potencialidades de aquellos con los que trabaja. El
cambio de una persona particular no nos vale para nada, debemos de centrarnos en cambiar, y
además, colectivamente como grupo queremos y nos comprometemos a hacerlo; la idea de
colaboración, autonomía, compromiso, trabajo en equipo, decisiones y análisis conjuntas son
elementos centrales.
Para que el asesoramiento que hemos dado sea correcto y seguido por los familiares
de los/as alumnos/as, hemos querido que la intervención familiar sea intérprete también
durante este proceso de asesoramiento. La familia parece ser la célula fundamental de todo
ser humano y la escuela un mero colaborador. No obstante, no debemos olvidar que ambos
son agentes directamente implicados en la educación de los niños y que para que estos
alcancen con éxito todas sus capacidades y competencias, es vital que familia y escuela
trabajen conjuntamente. El papel más importante en la vida de los niños es el de los padres y
madres, ya que son el núcleo natural de estos. Por ello, es imprescindible su implicación y
participación para garantizar el buen funcionamiento del proceso educativo, ya que esta
participación es el eje fundamental de la función pedagógica. Las familias son las
responsables de educar a sus hijos y deben actuar como modelos, dando ejemplo, para
asegurar la continuidad de los buenos hábitos y acompañarlos a lo largo de todo el proceso.
Por todo ello, es tan importante la sensibilización e información de los padres a lo largo del
mismo, identificando las necesidades e intereses de estos, y ofreciéndoles las estrategias
necesarias para su correcta intervención en la escuela.
En cuanto a una educación sin jerárquicas consideramos que es necesaria y esencial
para una educación democrática, es decir, como hemos mencionado anteriormente los
docentes son los que tienen mayor poder en el aula por detrás del equipo directivo. La
eliminación de las jerarquías, nos ayuda a que los alumnos y alumnas participen en la toma
de decisiones sobre su currículum, también, ayuda así a que las familias puedan colaborar en
los aprendizajes que sus hijos e hijas van a adquirir. Así pues, pensamos reorientar la práctica
docente hacia nuevos horizontes en los que el proyecto educativo se base en el aprendizaje de
todos y para todos por igual. Por ello, vemos totalmente necesario un cambio en la
perspectiva actual de trabajo que prima en las escuelas, la cual opta por un modelo jerárquico
y diferenciador entre profesores y alumnos. De este modo, buscamos establecer un sistema
horizontal a través de la implicación de los diferentes actores desarrollando una práctica
democrática y colaborativa en la que se escuchen las propuestas de todos los integrantes de la
comunidad y en la que se respeten las opiniones de todos. Por consiguiente, nuestro objetivo
es crear un clima de convivencia y respeto, libre de prejuicios y atendiendo de manera
inclusiva a todos los alumnos permitiendo el desarrollo íntegro de todos. En esta línea,
debemos actuar para fomentar proyectos en común y trabajos en comunidad en el centro que
permitan complementar las propuestas del alumnado con la del profesorado.
En este modo de trabajo, el modelo de asesoramiento, que emplearemos para la
realización de nuestro centro escolar ideal, usaremos uno basado en los programas, es decir,
en el que todos los servicios con los que cuenta el centro, se focalizan en la relación y
posterior funcionamiento de un programa dedicado para la escuela. El modelo de
asesoramiento colaborativo hace referencia a un tipo de interrelación entre asesor y asesorado
donde podemos compartir la responsabilidad en el análisis de las necesidades, la formulación
de los objetivos del centro, la búsqueda de estrategias, el establecimiento de planes de acción
y por qué no, y la evaluación. Esto le permite una alta capacidad de resolución de problemas
que nos puedan surgir para conseguir estos objetivos marcados.