Bioquimica

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Ácidos 

nucleicos
Estructura y función de ADN y ARN. Nucleótidos y polinucleótidos. ARNm, ARNr, ARNt,
miARN y ARNip.
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Introducción
Los ácidos nucleicos, y el ADN en particular, son macromoléculas clave
en la continuidad de la vida. El ADN lleva la información hereditaria que
se trasmite de padres a hijos y proporciona las instrucciones sobre cómo
(y cuándo) hacer muchas proteínas necesarias para construir y mantener
en funcionamiento células, tejidos y organismos.

La manera en que el ADN lleva esta información y cómo la usan células


y organismos es compleja, fascinante y bastante sorprendente, y la
exploraremos con más detalle en la sección de biología molecular. Aquí,
solo echaremos un rápido vistazo a los ácidos nucleicos desde la
perspectiva de las macromoléculas.

Las funciones del ADN y el ARN en la célula


Los ácidos nucleicos, macromoléculas compuestas de unidades llamadas
nucleótidos, existen de manera natural en dos variedades: ácido
desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN). El ADN es el
material genético de los organismos vivos, desde las bacterias
unicelulares hasta los mamíferos multicelulares como tú y yo.
Algunos virus usan ARN, no ADN, como su material genético, pero
técnicamente no se consideran vivos (ya que no pueden reproducirse sin
la ayuda de un hospedero).
El ADN en las células
En eucariontes, como plantas y animales, el ADN se encuentra en
el núcleo, una cámara especializada rodeada de membrana dentro de la
célula, así como en ciertos tipos distintos de organelos (como las
mitocondrias y los cloroplastos de las plantas). En procariontes, como las
bacterias, el ADN no está encerrado en una envoltura membranosa,
aunque sí se encuentra en una región especializada de la célula
llamada nucleoide.

En eucariontes, el ADN se suele separar en un número de fragmentos


lineales muy largos llamados cromosomas, mientras que en
procariontes, como las bacterias, los cromosomas son mucho más
pequeños y a menudo circulares (en forma de anillo). Un cromosoma
puede contener decenas de miles de genes, y cada uno proporciona
instrucciones sobre cómo hacer un producto particular que necesita la
célula.

De ADN a ARN a proteínas


Muchos genes codifican para productos proteicos, es decir, indican la
secuencia de aminoácidos que es usa para construir una proteína en
particular. Sin embargo, antes de que esta información se pueda utilizar
para la síntesis de proteínas, primero debe hacerse una copia del gen en
ARN (transcrito). Este tipo de ARN se llama ARN mensajero (ARNm)
y sirve como un mensajero entre el ADN y los ribosomas, las máquinas
moleculares que leen las secuencias de ARNm y que lo utilizan para
sintetizar proteínas. Esta progresión de ADN a ARN a proteína es lo que
se conoce como "dogma central" de la biología molecular.
Es importante resaltar que no todos los genes codifican para productos
proteicos. Por ejemplo, algunos genes codifican ARN
ribosomal (ARNr), que sirve como componente estructural de los
ribosomas, o ARN de transferencia (ARNt), que son moléculas de
ARN en forma de trébol que transportan aminoácidos al ribosoma para la
síntesis de proteínas. Incluso otras moléculas de ARN, como los
diminutos micro ARN (conocidos como miRNA), actúan como
reguladores de otros genes, y todo el tiempo se están descubriendo
nuevos tipos de ARN que no codifican para proteínas.

Nucleótidos
El ADN y el ARN son polímeros (en el caso del ADN, suelen ser
polímeros muy largos) y se componen de monómeros conocidos
como nucleótidos. Cuando estos monómeros se combinan, la cadena
resultante se llama polinucleótido (poli- = "muchos").

Cada nucleótido se compone de tres partes: una estructura anular que


contiene nitrógeno llamada base nitrogenada, un azúcar de cinco
carbonos, y al menos un grupo fosfato. La molécula de azúcar tiene una
posición central en el nucleótido, la base se conecta a uno de sus
carbonos y el grupo (o grupos) fosfato, a otro. Vamos a ver cada parte de
un nucleótido a su vez.
Imagen de los componentes del ADN y ARN, que incluyen el azúcar
(desoxirribosa o ribosa), el grupo fosfato y la base nitrogenada. Las bases
comprenden las bases pirimidinas que tienen un anillo (citosina y timina
en el ADN, y uracilo en el ARN) y las bases purinas con dos anillos
(adenina y guanina). El grupo fosfato se une al carbono 5'. El carbono 2'
tiene un grupo hidroxilo en la ribosa, pero solo hidrógeno (no hidroxilo)
en la desoxirribosa.
_Imagen modificada de "Ácidos nucleicos: Figura 1", de OpenStax College, Biología (CC BY 3.0)_

Las bases nitrogenadas


Las bases nitrogenadas de los nucleótidos son moléculas orgánicas
(basadas en carbono), compuestas por estructuras anulares que contienen
nitrógeno. 
[¿Por qué se llaman bases?]

Cada nucleótido en el ADN contiene una de cuatro posibles bases


nitrogenadas: adenina (A), guanina (G) citosina (C) y timina (T). La
adenina y la guanina son purinas, lo que significa que sus estructuras
contienen dos anillos fusionados de carbono y nitrógeno. En cambio, la
citosina y la timina son pirimidinas y tienen solo un anillo de carbono y
nitrógeno. Los nucleótidos de ARN también pueden contener bases de
adenina, guanina y citosina, pero tienen otra base tipo pirimidina llamada
uracilo (U) en lugar de la timina. Como se muestra en la figura anterior,
cada base tiene una estructura única, con su propio conjunto de grupos
funcionales unidos a la estructura anular.

Como abreviaturas en la biología molecular, las bases nitrogenadas se


suelen nombrar por sus símbolos de una letra: A, T, G, C y U. El ADN
contiene A, T, G y C, mientras que el ARN contiene A, U, G y C (es
decir, la U se intercambia por T).

Los azúcares
Además de tener conjuntos de bases ligeramente diferentes, los
nucleótidos de ADN y ARN también tienen azúcares ligeramente
distintos. El azúcar de cinco carbonos del ADN se llama desoxirribosa,
mientras que en el ARN el azúcar es la ribosa. Estas dos moléculas son
semejantes en estructura, solo con una diferencia: el segundo carbono de
la ribosa tiene un grupo hidroxilo, mientras que el carbono equivalente
en la desoxirribosa tiene un hidrógeno en su lugar. Los átomos de
carbono de una molécula de azúcar se numeran 1', 2', 3', 4' y 5' (1' se lee
"uno prima"), como se muestra en la figura anterior. En un nucleótido, el
azúcar ocupa la posición central, la base se une al carbono 1' y el grupo
(o grupos) fosfato se une al carbono 5'.

El fosfato
Los nucleótidos pueden tener solo un grupo fosfato o una cadena de
hasta tres grupos fosfato que se unen al carbono 5' del azúcar. Algunas
fuentes de información química utilizan el término "nucleótido" solo para
el caso de un fosfato, pero en biología molecular generalmente se acepta
la definición más amplia^11start superscript, 1, end superscript.

En una célula, el nucleótido que está por añadirse al final de una cadena
de polinucleótidos contendrá una serie de tres grupos fosfato. Cuando el
nucleótido se une a la cadena creciente de ADN o ARN, pierde dos
grupos fosfato. Por lo tanto, en una cadena de ADN o ARN, cada
nucleótido solo tiene un grupo fosfato.

Cadenas de polinucleótidos
Una consecuencia de la estructura de los nucleótidos es que una cadena
de polinucleótidos tiene direccionalidad, es decir tiene dos extremos que
son distintos entre sí. En el extremo 5', o inicio de la cadena, sobresale
el grupo fosfato unido al carbono 5' del primer nucleótido. En el otro
extremo, llamado extremo 3', está expuesto el hidroxilo unido al
carbono 3' del último nucleótido. Las secuencias de ADN generalmente
se escriben en la dirección 5' a 3', lo que significa que el nucleótido del
extremo 5' es el primero y el nucleótido del extremo 3' es el úlitmo.

Conforme se agregan nuevos nucleótidos a una cadena de ADN o ARN,


esta crece en su extremo 3', cuando se une el fosfato 5′ del nucleótido
entrante al grupo hidroxilo en el extremo 3' de la cadena. Esto produce
una cadena en la que cada azúcar se une a sus vecinos por una serie de
enlaces llamados enlaces fosfodiéster.

Características del ADN


En el ácido desoxirribonucleico, o ADN, las cadenas se encuentran
normalmente en una doble hélice, una estructura en la que dos cadenas
emparejadas (complementarias) se unen entre sí, como se muestra en el
diagrama de la izquierda. Los azúcares y los fosfatos se encuentran en el
exterior de la hélice y constituyen el esqueleto del ADN; esta parte de la
molécula se suele llamar esqueleto de azúcar-fosfato. Las bases
nitrogenadas se extienden hacia el interior, en parejas, como los peldaños
de una escalera; las bases de un par se unen entre sí mediante puentes de
hidrógeno.
Modelo estructural de una doble hélice de ADN
Crédito de la imagen: Jerome Walker/Dennis Myts
Las dos cadenas de la hélice corren en direcciones opuestas, lo que
significa que el extremo 5′ de una cadena se une al extremo 3′ de su
cadena correspondiente. Esto se conoce como orientación antiparalela y
es importante al copiar ADN.

Entonces, ¿dos bases cualquiera pueden decidir unirse y formar un par en


la doble hélice? La respuesta es un no definitivo. Debido a los tamaños y
los grupos funcionales de las bases, el apareamiento de las bases es
sumamente específico: A solo puede unirse con T y G solo puede unirse
con C, como se muestra a continuación. Esto significa que las dos
cadenas de una doble hélice de ADN tienen una relación muy predecible
entre ellas.

Por ejemplo, si sabes que la secuencia de una cadena es 5'-AATTGGCC-


3 ', la cadena complementaria debe tener la secuencia 3'-TTAACCGG-5'.
Esto permite a cada base unirse con su pareja:

5'-AATTGGCC-3' 3'-TTAACCGG-5'

Estas dos cadenas son complementarias, cada base de una se conecta con
su compañera de la otra. Los pares A-T están unidos por dos puentes de
hidrógeno y los pares G-C, por tres.

Se dice que dos secuencias de ADN son complementarias cuando sus


bases pueden emparejarse y unirse entre sí de forma antiparalela,
formando una hélice.
Las cadenas de ADN se unen en una doble hélice de cadenas
antiparalelas, mediante puentes de hidrógeno entre las bases
complementarias . La timina forma dos puentes de hidrógeno con la
adenina y la guanina forma tres puentes de hidrógeno con la citosina.
Imagen modificada de OpenStax, Biología

Características del ARN


A diferencia del ADN, el ácido ribonucleico (ARN) generalmente tiene
una sola cadena. El nucleótido de una cadena de ARN tendrá ribosa (un
azúcar de cinco carbonos), una de las cuatro bases nitrogenadas (A, U, G
y C), y un grupo fosfato. Aquí, veremos los cuatro tipos principales de
ARN: el ARN mensajero (ARNm), el ARN ribosomal (ARNr), el ARN
de transferencia (tRNA) y los ARN regulatorios.

El ARN mensajero (ARNm)


El ARN mensajero (ARNm) es un intermediario entre un gen que
codifica proteína y su producto proteico. Si una célula necesita hacer una
proteína en particular, el gen que codifica la proteína se "activará", lo que
significa que una enzima ARN polimerizante vendrá y hará una copia de
ARN, o transcrito, de la secuencia de ADN del gen. El transcrito
contiene la misma información que la secuencia de ADN de su gen. Sin
embargo, en la molécula de ARN, la base T se sustituye por U. Por
ejemplo, si una cadena codificante de ADN tiene la secuencia 5'-
AATTGCGC-3 ', la secuencia del ARN correspondiente será 5'-
AAUUGCGC-3'.

Una vez que se ha producido un ARNm, este se asociará con un


ribosoma, una máquina molecular que se especializa en la fabricación de
proteínas a partir de aminoácidos. El ribosoma utiliza la información del
ARNm para hacer una proteína con una secuencia específica cuando
"lee" los nucleótidos del ARNm en grupos de tres (llamados codones) y
añade un aminoácido en particular para cada codón.
Imagen de un ribosoma (formado por proteínas y ARNr) unido a un
ARNm, con varios ARNt que aportan aminoácidos a la cadena creciente.
El ARNt que se une, y por lo tanto, el aminoácido que se agrega en un
momento dado, lo determina la secuencia del ARNm que se "lee" en ese
momento.
Crédito de la imagen: OpenStax Biología

El ARN ribosomal (ARNr) y el ARN de


transferencia (ARNt)
El ARN ribosomal (ARNr) es uno de los principales componentes del
ribosoma y ayuda a que el ARNm se una al sitio adecuado para que se
pueda leer la información de su secuencia. Algunos ARNr también
actúan como enzimas, es decir, ayudan a acelerar (catalizar) reacciones
químicas; en este caso, ayudan a formar los enlaces que unen los
aminoácidos para formar una proteína. Los ARN que funcionan como
enzimas se conocen como ribozimas.

Los ARN de transferencia (ARNt) también participan en la síntesis de


proteínas, pero su trabajo es servir como acarreadores: llevan
aminoácidos al ribosoma para asegurar que el aminoácido que se agrega
a la cadena es el que especifica el ARNm. Los ARN de transferencia se
componen de una sola cadena de ARN, pero esta contiene segmentos
complementarios que se unen entre sí para formar regiones de doble
cadena. Este apareamiento de bases crea una compleja estructura 3D que
es importante para el funcionamiento de la molécula.
Estructura de un ARNt. La molécula completa tiene una forma similar a
una L.
Imagen modificada del Protein Data Bank (Banco de Datos de Proteínas) (trabajo del gobierno de los
E.U.A.)

Los ARN regulatorios (miRNA y siRNA)


Algunos tipos de ARN no codificante (ARN que no codifica proteínas)
ayudan a regular la expresión de otros genes. Tales moléculas de ARN
pueden llamarse ARN regulatorios. Por ejemplo,
los microARN (conocidos popularmente como miRNA) y los ARN
pequeños de interferencia, o siRNAs, son pequeñas moléculas de ARN
regulatorio de aproximadamente 22 nucleótidos de largo. Se unen a
moléculas de ARNm específicas (con secuencias parcial o totalmente
complementarias) y reducen su estabilidad o interfieren con su
traducción y así proporcionan a la célula una manera de reducir o ajustar
finamente la concentración de estos ARNm.

Estos son solo algunos ejemplos de muchos tipos de ARN no


codificantes y regultorios. Los científicos todavía están descubriendo
nuevas variedades de ARN no codificante.
[Más sobre ARN regulatorio]

Resumen: características del ADN y el ARN


ADN ARN
Involucrado en la síntesis de
Repositorio de proteínas y la regulación génica;
información portador de la información
Función genética genética en algunos virus

Azúcar Desoxirribosa Ribosa

Estructura Hélice doble Generalmente monocatenario

Bases C, T, A, G C, U, A, G
Tabla modificada de OpenStax, Biología
Conociendo el ARN
PUBLICADO EL OCTUBRE 16, 2019  POR REDACCIÓN GENOTIPIA

Alba Chofre, Genotipia

Desde su descubrimiento, el ADN ha sido una auténtica revolución. La necesidad


de comprenderlo nos ha llevado a estudiar cada uno de sus detalles. Seguramente
todos hayáis oído hablar de él y, quizás, alguno de vosotros lo conozca bastante
bien. Sin embargo, hay un familiar cercano del ADN que parece haber despertado
el interés general un poco menos. ¿Habéis oído hablar del ARN? Si la respuesta es
negativa o queréis saber más de él, aquí os dejamos su carta de presentación.

El ARN o ácido ribonucleico es una molécula que, al igual que el ADN, se compone


de sucesiones de nucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Los nucleótidos
están formados por una base nitrogenada y un azúcar. En el ARN el azúcar es
una ribosa y las bases nitrogenadas son: adenina (A), citosina (C), guanina (G)
y uracilo (U). Este último sustituye a la timina (T) del ADN. Además, el ARN es más
flexible que el ADN en cuanto a la forma en la que aparece, que puede ser tanto
como una cadena simple como dos cadenas unidas entre sí (el ADN solo se
presenta en forma de doble hélice). En cuanto a su ubicación en la célula, el ARN
comparte habitación con el ADN en el núcleo. Sin embargo, puede salir de él y
hacer vida en el citoplasma con sus otros compañeros de piso.
Repres
entación de ribonucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Se diferencian las
cuatro bases nitrogenadas posibles para formar cadenas de ARN: citosina (azul),
guanina (verde), adenina (amarillo) y uracilo (rosa).
Puede que os estéis preguntando para qué necesitan nuestras células el ARN si se
asemeja bastante al ADN. Para hacerlo simple, el ADN sería algo así como una
escritora que retiene en su cabeza miles de historias que compartir. Esta
imaginativa escritora no podría materializar sus ideas sin la ayuda de un bolígrafo
o un ordenador. Lo mismo pasa con el ADN. A grandes rasgos, el ARN se encargar
de los pasos intermedios entre la información almacenada en el ADN y la síntesis
proteica, además de asegurarse de que ocurra en su justa medida. En nuestro
símil, el fruto de este trabajo serían los libros, que ya están listos para realizar su
función, ya sea entretener, enseñar o incluso sujetar la pata de una mesa.

En la imagen comparamos el proceso que se sigue al escribir un libro con la ruta


que lleva desde la información genética almacenada en el ADN hasta la síntesis
proteica, donde el ARN es el intermediario.
Dentro de la familia del ARN, que es inmensamente numerosa, cada miembro tiene
una personalidad única y ha optado por una profesión diferente. Como en todas
las familias, algunos de ellos son los favoritos por excelencia: el ARNm, el ARNt y
el ARNr. Vamos a hablar un poco de ellos. El ARNm o ARN mensajero es la
molécula que se forma al copiar la información el DNA en forma de cadena simple.
Así viaja hasta el citoplasma donde es traducido a proteínas. Aquí es donde entra
el ARNt o ARN de transferencia. Cada codón de un ARNm, formado por tres
nucleótidos, es reconocido por un ARNt concreto que va acompañado de un
aminoácido. Finalmente, los aminoácidos se van uniendo formando la estructura
primaria de las proteínas en los ribosomas, orgánulos celulares compuestos por
ARNr o ARN ribosómico mayoritariamente.

Cabe mencionar que los otros familiares del ARN no son menos importantes por
ser menos famosos. De hecho, últimamente la comunidad científica está poniendo
el foco sobre los ARN capaces de regular la expresión de los genes. Y diréis, ¿qué
hay de relevante en ello? Pues bien, en múltiples enfermedades, como puede ser el
cáncer, existen genes que no se están expresando correctamente. La capacidad
de modificar esa expresión y hacer que vuelva a la normalidad resultaría en la
posibilidad de curar esa enfermedad.

Con todo lo mencionado, se evidencia bastante la importancia del ARN y de su


estudio. A pesar de que el ADN sea el dueño de la información de nuestras células,
sería incapaz de sacarle beneficio alguno sin nuestro protagonista de hoy.

Conociendo el ARN
PUBLICADO EL OCTUBRE 16, 2019  POR REDACCIÓN GENOTIPIA

Alba Chofre, Genotipia

Desde su descubrimiento, el ADN ha sido una auténtica revolución. La necesidad


de comprenderlo nos ha llevado a estudiar cada uno de sus detalles. Seguramente
todos hayáis oído hablar de él y, quizás, alguno de vosotros lo conozca bastante
bien. Sin embargo, hay un familiar cercano del ADN que parece haber despertado
el interés general un poco menos. ¿Habéis oído hablar del ARN? Si la respuesta es
negativa o queréis saber más de él, aquí os dejamos su carta de presentación.

El ARN o ácido ribonucleico es una molécula que, al igual que el ADN, se compone


de sucesiones de nucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Los nucleótidos
están formados por una base nitrogenada y un azúcar. En el ARN el azúcar es
una ribosa y las bases nitrogenadas son: adenina (A), citosina (C), guanina (G)
y uracilo (U). Este último sustituye a la timina (T) del ADN. Además, el ARN es más
flexible que el ADN en cuanto a la forma en la que aparece, que puede ser tanto
como una cadena simple como dos cadenas unidas entre sí (el ADN solo se
presenta en forma de doble hélice). En cuanto a su ubicación en la célula, el ARN
comparte habitación con el ADN en el núcleo. Sin embargo, puede salir de él y
hacer vida en el citoplasma con sus otros compañeros de piso.

Repres
entación de ribonucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Se diferencian las cuatro
bases nitrogenadas posibles para formar cadenas de ARN: citosina (azul), guanina
(verde), adenina (amarillo) y uracilo (rosa).

Puede que os estéis preguntando para qué necesitan nuestras células el ARN si se
asemeja bastante al ADN. Para hacerlo simple, el ADN sería algo así como una
escritora que retiene en su cabeza miles de historias que compartir. Esta
imaginativa escritora no podría materializar sus ideas sin la ayuda de un bolígrafo
o un ordenador. Lo mismo pasa con el ADN. A grandes rasgos, el ARN se encargar
de los pasos intermedios entre la información almacenada en el ADN y la síntesis
proteica, además de asegurarse de que ocurra en su justa medida. En nuestro
símil, el fruto de este trabajo serían los libros, que ya están listos para realizar su
función, ya sea entretener, enseñar o incluso sujetar la pata de una mesa.
En la imagen comparamos el proceso que se sigue al escribir un libro con la ruta que lleva
desde la información genética almacenada en el ADN hasta la síntesis proteica, donde el
ARN es el intermediario.

Dentro de la familia del ARN, que es inmensamente numerosa, cada miembro tiene
una personalidad única y ha optado por una profesión diferente. Como en todas
las familias, algunos de ellos son los favoritos por excelencia: el ARNm, el ARNt y
el ARNr. Vamos a hablar un poco de ellos. El ARNm o ARN mensajero es la
molécula que se forma al copiar la información el DNA en forma de cadena simple.
Así viaja hasta el citoplasma donde es traducido a proteínas. Aquí es donde entra
el ARNt o ARN de transferencia. Cada codón de un ARNm, formado por tres
nucleótidos, es reconocido por un ARNt concreto que va acompañado de un
aminoácido. Finalmente, los aminoácidos se van uniendo formando la estructura
primaria de las proteínas en los ribosomas, orgánulos celulares compuestos por
ARNr o ARN ribosómico mayoritariamente.

Cabe mencionar que los otros familiares del ARN no son menos importantes por
ser menos famosos. De hecho, últimamente la comunidad científica está poniendo
el foco sobre los ARN capaces de regular la expresión de los genes. Y diréis, ¿qué
hay de relevante en ello? Pues bien, en múltiples enfermedades, como puede ser el
cáncer, existen genes que no se están expresando correctamente. La capacidad
de modificar esa expresión y hacer que vuelva a la normalidad resultaría en la
posibilidad de curar esa enfermedad.

Con todo lo mencionado, se evidencia bastante la importancia del ARN y de su


estudio. A pesar de que el ADN sea el dueño de la información de nuestras células,
sería incapaz de sacarle beneficio alguno sin nuestro protagonista de hoy.

Conociendo el ARN
PUBLICADO EL OCTUBRE 16, 2019  POR REDACCIÓN GENOTIPIA

Alba Chofre, Genotipia

Desde su descubrimiento, el ADN ha sido una auténtica revolución. La necesidad


de comprenderlo nos ha llevado a estudiar cada uno de sus detalles. Seguramente
todos hayáis oído hablar de él y, quizás, alguno de vosotros lo conozca bastante
bien. Sin embargo, hay un familiar cercano del ADN que parece haber despertado
el interés general un poco menos. ¿Habéis oído hablar del ARN? Si la respuesta es
negativa o queréis saber más de él, aquí os dejamos su carta de presentación.

El ARN o ácido ribonucleico es una molécula que, al igual que el ADN, se compone


de sucesiones de nucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Los nucleótidos
están formados por una base nitrogenada y un azúcar. En el ARN el azúcar es
una ribosa y las bases nitrogenadas son: adenina (A), citosina (C), guanina (G)
y uracilo (U). Este último sustituye a la timina (T) del ADN. Además, el ARN es más
flexible que el ADN en cuanto a la forma en la que aparece, que puede ser tanto
como una cadena simple como dos cadenas unidas entre sí (el ADN solo se
presenta en forma de doble hélice). En cuanto a su ubicación en la célula, el ARN
comparte habitación con el ADN en el núcleo. Sin embargo, puede salir de él y
hacer vida en el citoplasma con sus otros compañeros de piso.

Repres
entación de ribonucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Se diferencian las cuatro
bases nitrogenadas posibles para formar cadenas de ARN: citosina (azul), guanina
(verde), adenina (amarillo) y uracilo (rosa).
Puede que os estéis preguntando para qué necesitan nuestras células el ARN si se
asemeja bastante al ADN. Para hacerlo simple, el ADN sería algo así como una
escritora que retiene en su cabeza miles de historias que compartir. Esta
imaginativa escritora no podría materializar sus ideas sin la ayuda de un bolígrafo
o un ordenador. Lo mismo pasa con el ADN. A grandes rasgos, el ARN se encargar
de los pasos intermedios entre la información almacenada en el ADN y la síntesis
proteica, además de asegurarse de que ocurra en su justa medida. En nuestro
símil, el fruto de este trabajo serían los libros, que ya están listos para realizar su
función, ya sea entretener, enseñar o incluso sujetar la pata de una mesa.
En la imagen comparamos el proceso que se sigue al escribir un libro con la ruta que lleva
desde la información genética almacenada en el ADN hasta la síntesis proteica, donde el
ARN es el intermediario.

Dentro de la familia del ARN, que es inmensamente numerosa, cada miembro tiene
una personalidad única y ha optado por una profesión diferente. Como en todas
las familias, algunos de ellos son los favoritos por excelencia: el ARNm, el ARNt y
el ARNr. Vamos a hablar un poco de ellos. El ARNm o ARN mensajero es la
molécula que se forma al copiar la información el DNA en forma de cadena simple.
Así viaja hasta el citoplasma donde es traducido a proteínas. Aquí es donde entra
el ARNt o ARN de transferencia. Cada codón de un ARNm, formado por tres
nucleótidos, es reconocido por un ARNt concreto que va acompañado de un
aminoácido. Finalmente, los aminoácidos se van uniendo formando la estructura
primaria de las proteínas en los ribosomas, orgánulos celulares compuestos por
ARNr o ARN ribosómico mayoritariamente.

Cabe mencionar que los otros familiares del ARN no son menos importantes por
ser menos famosos. De hecho, últimamente la comunidad científica está poniendo
el foco sobre los ARN capaces de regular la expresión de los genes. Y diréis, ¿qué
hay de relevante en ello? Pues bien, en múltiples enfermedades, como puede ser el
cáncer, existen genes que no se están expresando correctamente. La capacidad
de modificar esa expresión y hacer que vuelva a la normalidad resultaría en la
posibilidad de curar esa enfermedad.

Con todo lo mencionado, se evidencia bastante la importancia del ARN y de su


estudio. A pesar de que el ADN sea el dueño de la información de nuestras células,
sería incapaz de sacarle beneficio alguno sin nuestro protagonista de hoy.

Conociendo el ARN
PUBLICADO EL OCTUBRE 16, 2019  POR REDACCIÓN GENOTIPIA

Alba Chofre, Genotipia

Desde su descubrimiento, el ADN ha sido una auténtica revolución. La necesidad


de comprenderlo nos ha llevado a estudiar cada uno de sus detalles. Seguramente
todos hayáis oído hablar de él y, quizás, alguno de vosotros lo conozca bastante
bien. Sin embargo, hay un familiar cercano del ADN que parece haber despertado
el interés general un poco menos. ¿Habéis oído hablar del ARN? Si la respuesta es
negativa o queréis saber más de él, aquí os dejamos su carta de presentación.

El ARN o ácido ribonucleico es una molécula que, al igual que el ADN, se compone


de sucesiones de nucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Los nucleótidos
están formados por una base nitrogenada y un azúcar. En el ARN el azúcar es
una ribosa y las bases nitrogenadas son: adenina (A), citosina (C), guanina (G)
y uracilo (U). Este último sustituye a la timina (T) del ADN. Además, el ARN es más
flexible que el ADN en cuanto a la forma en la que aparece, que puede ser tanto
como una cadena simple como dos cadenas unidas entre sí (el ADN solo se
presenta en forma de doble hélice). En cuanto a su ubicación en la célula, el ARN
comparte habitación con el ADN en el núcleo. Sin embargo, puede salir de él y
hacer vida en el citoplasma con sus otros compañeros de piso.

Repres
entación de ribonucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Se diferencian las cuatro
bases nitrogenadas posibles para formar cadenas de ARN: citosina (azul), guanina
(verde), adenina (amarillo) y uracilo (rosa).
Puede que os estéis preguntando para qué necesitan nuestras células el ARN si se
asemeja bastante al ADN. Para hacerlo simple, el ADN sería algo así como una
escritora que retiene en su cabeza miles de historias que compartir. Esta
imaginativa escritora no podría materializar sus ideas sin la ayuda de un bolígrafo
o un ordenador. Lo mismo pasa con el ADN. A grandes rasgos, el ARN se encargar
de los pasos intermedios entre la información almacenada en el ADN y la síntesis
proteica, además de asegurarse de que ocurra en su justa medida. En nuestro
símil, el fruto de este trabajo serían los libros, que ya están listos para realizar su
función, ya sea entretener, enseñar o incluso sujetar la pata de una mesa.
En la imagen comparamos el proceso que se sigue al escribir un libro con la ruta que lleva
desde la información genética almacenada en el ADN hasta la síntesis proteica, donde el
ARN es el intermediario.

Dentro de la familia del ARN, que es inmensamente numerosa, cada miembro tiene
una personalidad única y ha optado por una profesión diferente. Como en todas
las familias, algunos de ellos son los favoritos por excelencia: el ARNm, el ARNt y
el ARNr. Vamos a hablar un poco de ellos. El ARNm o ARN mensajero es la
molécula que se forma al copiar la información el DNA en forma de cadena simple.
Así viaja hasta el citoplasma donde es traducido a proteínas. Aquí es donde entra
el ARNt o ARN de transferencia. Cada codón de un ARNm, formado por tres
nucleótidos, es reconocido por un ARNt concreto que va acompañado de un
aminoácido. Finalmente, los aminoácidos se van uniendo formando la estructura
primaria de las proteínas en los ribosomas, orgánulos celulares compuestos por
ARNr o ARN ribosómico mayoritariamente.

Cabe mencionar que los otros familiares del ARN no son menos importantes por
ser menos famosos. De hecho, últimamente la comunidad científica está poniendo
el foco sobre los ARN capaces de regular la expresión de los genes. Y diréis, ¿qué
hay de relevante en ello? Pues bien, en múltiples enfermedades, como puede ser el
cáncer, existen genes que no se están expresando correctamente. La capacidad
de modificar esa expresión y hacer que vuelva a la normalidad resultaría en la
posibilidad de curar esa enfermedad.

Con todo lo mencionado, se evidencia bastante la importancia del ARN y de su


estudio. A pesar de que el ADN sea el dueño de la información de nuestras células,
sería incapaz de sacarle beneficio alguno sin nuestro protagonista de hoy.

Conociendo el ARN
PUBLICADO EL OCTUBRE 16, 2019  POR REDACCIÓN GENOTIPIA

Alba Chofre, Genotipia

Desde su descubrimiento, el ADN ha sido una auténtica revolución. La necesidad


de comprenderlo nos ha llevado a estudiar cada uno de sus detalles. Seguramente
todos hayáis oído hablar de él y, quizás, alguno de vosotros lo conozca bastante
bien. Sin embargo, hay un familiar cercano del ADN que parece haber despertado
el interés general un poco menos. ¿Habéis oído hablar del ARN? Si la respuesta es
negativa o queréis saber más de él, aquí os dejamos su carta de presentación.

El ARN o ácido ribonucleico es una molécula que, al igual que el ADN, se compone


de sucesiones de nucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Los nucleótidos
están formados por una base nitrogenada y un azúcar. En el ARN el azúcar es
una ribosa y las bases nitrogenadas son: adenina (A), citosina (C), guanina (G)
y uracilo (U). Este último sustituye a la timina (T) del ADN. Además, el ARN es más
flexible que el ADN en cuanto a la forma en la que aparece, que puede ser tanto
como una cadena simple como dos cadenas unidas entre sí (el ADN solo se
presenta en forma de doble hélice). En cuanto a su ubicación en la célula, el ARN
comparte habitación con el ADN en el núcleo. Sin embargo, puede salir de él y
hacer vida en el citoplasma con sus otros compañeros de piso.

Repres
entación de ribonucleótidos unidos por enlaces fosfodiéster. Se diferencian las cuatro
bases nitrogenadas posibles para formar cadenas de ARN: citosina (azul), guanina
(verde), adenina (amarillo) y uracilo (rosa).
Puede que os estéis preguntando para qué necesitan nuestras células el ARN si se
asemeja bastante al ADN. Para hacerlo simple, el ADN sería algo así como una
escritora que retiene en su cabeza miles de historias que compartir. Esta
imaginativa escritora no podría materializar sus ideas sin la ayuda de un bolígrafo
o un ordenador. Lo mismo pasa con el ADN. A grandes rasgos, el ARN se encargar
de los pasos intermedios entre la información almacenada en el ADN y la síntesis
proteica, además de asegurarse de que ocurra en su justa medida. En nuestro
símil, el fruto de este trabajo serían los libros, que ya están listos para realizar su
función, ya sea entretener, enseñar o incluso sujetar la pata de una mesa.
En la imagen comparamos el proceso que se sigue al escribir un libro con la ruta que lleva
desde la información genética almacenada en el ADN hasta la síntesis proteica, donde el
ARN es el intermediario.

Dentro de la familia del ARN, que es inmensamente numerosa, cada miembro tiene
una personalidad única y ha optado por una profesión diferente. Como en todas
las familias, algunos de ellos son los favoritos por excelencia: el ARNm, el ARNt y
el ARNr. Vamos a hablar un poco de ellos. El ARNm o ARN mensajero es la
molécula que se forma al copiar la información el DNA en forma de cadena simple.
Así viaja hasta el citoplasma donde es traducido a proteínas. Aquí es donde entra
el ARNt o ARN de transferencia. Cada codón de un ARNm, formado por tres
nucleótidos, es reconocido por un ARNt concreto que va acompañado de un
aminoácido. Finalmente, los aminoácidos se van uniendo formando la estructura
primaria de las proteínas en los ribosomas, orgánulos celulares compuestos por
ARNr o ARN ribosómico mayoritariamente.

Cabe mencionar que los otros familiares del ARN no son menos importantes por
ser menos famosos. De hecho, últimamente la comunidad científica está poniendo
el foco sobre los ARN capaces de regular la expresión de los genes. Y diréis, ¿qué
hay de relevante en ello? Pues bien, en múltiples enfermedades, como puede ser el
cáncer, existen genes que no se están expresando correctamente. La capacidad
de modificar esa expresión y hacer que vuelva a la normalidad resultaría en la
posibilidad de curar esa enfermedad.

Con todo lo mencionado, se evidencia bastante la importancia del ARN y de su


estudio. A pesar de que el ADN sea el dueño de la información de nuestras células,
sería incapaz de sacarle beneficio alguno sin nuestro protagonista de hoy.

VITAMINAS

Las vitaminas son sustancias orgánicas complejas, biológicamente


activas y con diversa estructura molecular, que son necesarias para
el hombre en pequeñas cantidades: los llamados micronutrientes. La
mayoría de las vitaminas, con excepción de la D, K, B 1, B2 y el ácido
fólico, no son sintetizadas por el organismo, y si lo hacen, las
cantidades son insuficientes; por tanto, es necesario su aporte
externo. En el presente trabajo se abordan las características de las
vitaminas y el papel que desempeñan en la salud humana.

Cada una de las vitaminas ejerce una función que es única e insustituible
en los procesos metabólicos del organismo. Si una de ellas falta, todo el
organismo se resiente. Cuando la dieta sea deficitaria de forma regular o
cuando se coma menos de lo recomendable, cabe la posibilidad de que el
aporte vitamínico sea insuficiente y puedan producirse enfermedades
carenciales que sólo se curarán cuando se consuma de nuevo la vitamina
implicada. Así, en los países en vías de desarrollo las deficiencias
vitamínicas siguen siendo un importante problema de salud.

Vamos a centrarnos ante todo en el aporte vitamínico de los distintos


alimentos que tenemos a nuestra disposición, si bien, debemos tener en
cuenta que durante el proceso de manipulación y cocinado de los
alimentos podemos modificar su aporte vitamínico.

Clasificación de las vitaminas

Generalmente la clasificación de las vitaminas se realiza en función de la


solubilidad, y así las dividimos en:

* Liposolubles. Como su nombre indica son solubles en lípidos (no en


agua) y son vehiculizadas, en la mayoría de los casos, en la grasa de los
alimentos. Debido a su solubilidad pueden acumularse en los depósitos
grasos de los animales y si se consumen en grandes cantidades, pueden
alcanzar valores tóxicos, sobre todo la A y la D, por tanto, su ingestión
como suplemento al margen de la dieta debe ser recomendada por un
médico. En este grupo, aparte de las vitaminas A y D, también se
incluyen las vitaminas E y K.

* Hidrosolubles. Al contrario de las anteriores, las vitaminas incluidas en


este epígrafe son solubles en agua. Aquí se incluyen las vitaminas del
grupo B y la vitamina C. Este grupo de vitaminas pierde pronto su valor
nutritivo, ya que son destruidas en los procesos de cocción o por acción
de la luz solar.

La dosis diaria recomendada de las distintas vitaminas es diferente en


función de la edad y el sexo. Por tanto, vamos a dividir la población en 3
grupos para así poder reflejar de manera detallada las dosis
recomendadas al día:

* Infantil: de 0 a 9 años (tabla 1).

* Adulta: de 10 a 60 años (tabla 2).

* Mayor: de 60 años en adelante (tabla 3).


Vitamina A

En las dietas estándar de los países desarrollados la cantidad de vitamina


A aportada es suficiente para cubrir las necesidades diarias, por tanto, el
aporte de esta vitamina por medio de suplementos está en entredicho y se
reserva su uso para casos de hipovitaminosis A. En los alimentos se
encuentra en forma de retinol, cuando son de origen animal, y de
betacarotenos en los de origen vegetal (tabla 4). La vitamina A es una
parte importante de la barrera defensiva del organismo frente a los
radicales libres. Las funciones de esta vitamina, también conocida como
antixeroftálmica, son múltiples y variadas, entre ellas destacamos:
* Previene la ceguera y refuerza la visión nocturna.

* Participa en la síntesis de hormonas sexuales.

* Asegura la suavidad y la hidratación de la piel, ya que ayuda a


mantener sanos los epitelios.

* Favorece el crecimiento, ya que interviene en el desarrollo de los


huesos.

* Previene infecciones, sobre todo de tipo respiratorio, ya que fortalece el


funcionamiento del sistema inmunitario.

* Participa en la síntesis de proteínas y en la diferenciación celular.

En el vademécum internacional nos encontramos con medicamentos que


presentan en su composición vitamina A, bien como monofármacos o
asociada a otros principios activos. Están indicados los suplementos de
vitamina A, fundamentalmente en procesos crónicos que conllevan
malabsorción, en la fibrosis quística, diabetes mellitus, obstrucción biliar
grave, desnutrición grave, nutrición parenteral mantenida durante largos
períodos o en pacientes en tratamiento con hipolipemiantes de manera
continuada. Si bien, se debe tener precaución al administrar suplementos
de vitamina A, ya que pueden interaccionar con algunos fármacos y
ocasionar importantes repercusiones clínicas (tabla 5).

La carencia de vitamina A se relaciona con la desnutrición general, si


bien puede transcurrir más de 1 año hasta que se agoten las reservas
hepáticas de esta vitamina.

Dentro de las manifestaciones asociadas con la carencia de vitamina A


destacamos:

* Xeroftalmia. Se produce sequedad en la córnea y es la principal causa


de ceguera en los niños.
* Hemeralopía. Disminución de la visión a la luz crepuscular o poco
intensa.

* Piel seca que se descama con facilidad.

* Alteración en el proceso de espermatogénesis.

* Descenso de la resistencia frente a las infecciones.

Debemos destacar que la administración de vitamina A de forma crónica


y a dosis superiores a las recomendadas puede producir un cuadro de
toxicidad caracterizado por fatiga, irritabilidad, cefalea, anorexia,
febrícula, hemorragias en diferentes tejidos y alteraciones cutáneas. En
los niños puede desencadenar el cierre temprano de las epífisis de los
huesos largos, lo que ocasiona descensos de la talla. Megadosis de
vitamina A pueden producir una intoxicación aguda que va a estar
caracterizada por un cuadro de sedación, mareos, náuseas, vómitos,
eritema, prurito y descamación generalizada de la piel. También debemos
puntualizar que en los individuos de edad avanzada el margen de
seguridad cuando administramos esta vitamina es pequeño, por tanto,
hay que tener especial precaución y ajustar bien las dosis.

Vitamina D

La función principal de la vitamina D está relacionada con la


mineralización de los huesos, ya que desempeña un papel fundamental
en el aprovechamiento del calcio y el fósforo necesarios para mantener
los huesos y los dientes sanos. También se la conoce como vitamina
antirraquítica.
En las mujeres posmenopáusicas la administración de suplementos de
calcio, aproximadamente 1,2 g, complementados con vitamina D 3, 800
UI, es segura, ya que va a reducir el riesgo de fracturas de cadera y
vertebrales . La vitamina D también ayuda a mantener las
1,2

concentraciones adecuadas de calcio en sangre y un buen estado del


sistema nervioso.

Además de por medio de la dieta (tabla 6), la vitamina D se obtiene de la


síntesis cutánea mediada por la radiación UV del sol, y si esta exposición
es la adecuada, la cantidad de vitamina formada en la piel puede ser
suficiente para cubrir necesidades. La insuficiencia debida a la falta de
exposición al sol no se compensa con un aumento de la ingestión de esta
vitamina en la dieta .
1

En los primeros 6 meses de vida si la alimentación es exclusiva con leche


materna, no es necesario complementarla con suplementos de vitamina
D , siempre que la madre tenga buenas reservas, ya que es de esperar que
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el niño pueda sintetizar cantidades suficientes mediante la exposición al


sol. Sólo cuando esto no ocurra, la bibliografía consultada recomienda
aportar un suplemento oral de 400 UI de vitamina D al día .
7,8

Con el paso de los años, sobre todo en los últimos estadios de la vida, el
estado nutricional de vitamina D es por regla general precario, debido a
una menor exposición al sol, a una pobre respuesta de la piel a la luz
solar (que condiciona una menor eficacia en la síntesis cutánea de esta
vitamina), a una menor capacidad de los riñones para activarla, y a un
descenso de la ingestión, de la absorción o de la hidroxilación de la
vitamina D.

La baja síntesis o el bajo aporte de vitamina D provocan estados


carenciales. En España es una de las vitaminas de que se ha encontrado
un mayor número de deficiencias , con manifestaciones clínicas como:
4,5

* Raquitismo en niños.

* Osteomalacia en adultos.

* Descalcificación de los huesos.

* Caries dentales.

El margen de seguridad relacionado con esta vitamina es amplio y para


alcanzar márgenes considerados tóxicos se estima que se debe ingerir
una cantidad 10 veces superior de la dosis recomendada.

Vitamina E
La vitamina E es un potente antioxidante que actúa conjunta y
sinérgicamente con el mineral selenio, que aporta múltiples beneficios
para el hombre. Una dieta estándar puede aportar las dosis necesarias de
vitamina E para el hombre (tabla 7), si bien, en algunos casos, se precisa
el aporte de complejos vitamínicos, ya que un mayor estrés oxidativo,
relacionado con individuos fumadores o bebedores, va a condicionar una
mayor necesidad en el aporte de esta vitamina . A la hora de manipular
9

alimentos que contengan vitamina E se debe tener en cuenta que puede


destruirse fácilmente por acción del calor y del oxígeno.

Dentro de las múltiples funciones atribuidas a la vitamina E vamos a


destacar las siguientes:

* Retrasa el envejecimiento celular, ya que interviene en el


mantenimiento de la estructura de las membranas celulares y previene la
oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados y de las proteínas.

* Tiene acción cicatrizante.


* Protege los vasos sanguíneos y mantiene los glóbulos rojos frente a la
hemólisis.

* Mantiene la fertilidad sexual y es indispensable en la reproducción de


algunos animales.

* Altas dosis de vitamina E parecen desempeñar un papel importante en


la reducción del proceso de progresión del Alzheimer y dosis
comprendidas entre 100-400 UI/día mostraron efecto protector frente a
las alteraciones cardiovasculares.

* Administrada a dosis terapéuticas muestra efectos beneficiosos sobre el


sistema inmunitario.

* La vitamina E es una de las vitaminas liposolubles menos tóxicas.

Vitamina K

La vitamina K casi no se almacena y, por tanto, las reservas duran unas


pocas horas, si bien, su carencia en el organismo es rara, salvo en
tratamientos con antibióticos durante largos períodos. La vitamina K se
sintetiza de manera general por las bacterias de la flora intestinal, pero
también la encontramos presente en diferentes alimentos (tabla 8).
Dentro de las funciones de esta vitamina, llamada también
antihemorrágica, destacamos su participación en la síntesis de
protrombrina y otros factores de la coagulación. Además, participa en la
síntesis de proteínas óseas específicas y en el metabolismo de
determinadas proteínas fijadoras de calcio.

Durante los 6 primeros meses de vida del ser humano alimentado


exclusivamente con lactancia materna, el aporte de la cantidad necesaria
de vitamina K no está garantizado en el lactante .
10

La carencia de vitamina K, si bien es excepcional, se caracteriza por la


aparición de hemorragias que tardan más tiempo en remitir.

La toxicidad producida por esta vitamina es rara, ya que se le asigna un


margen de toxicidad amplio, así la ingestión debe ser entre 50-100 veces
superior a la diaria recomendada.

Vitamina C
Los beneficios aportados por la vitamina C son múltiples y ampliamente
alabados por la población en general. Si bien debemos destacar que esta
vitamina es la más frágil de las hidrosolubles, ya que es termosensible y
poco estable frente a la acción del oxígeno y de las radiaciones UV. Así,
un zumo de naranja natural pierde su contenido en vitamina C a los 15-
20 min de haberlo preparado, a no ser que se almacene en unas
condiciones específicas. Por ser una vitamina hidrosoluble casi no se
almacena en el organismo, y por tanto, es necesario que se realice un
aporte diario a través de la dieta (tabla 9). Más del 70% del aporte de
vitamina C en la población adulta mediterránea viene dado por el
consumo de cítricos, zanahorias, tomates, espinacas y coliflor .
11

Dentro de las funciones ligadas a la vitamina C vamos a destacar:


* Activa la síntesis de colágeno, ayuda a la curación de las heridas e
interviene en la formación de cartílago, huesos y dientes.

* Por sus propiedades antioxidantes se la ha relacionado con la


prevención de cataratas, algunos tipos de cáncer, enfermedades
degenerativas y aumento de la resistencia frente a las infecciones.

* Desempeña un importante papel en los procesos de desintoxicación que


tienen lugar en el hígado.

* Facilita la absorción del hierro contenido en los alimentos de origen


vegetal, así, en el tratamiento de la anemia ferropénica es aconsejable la
ingestión de vitamina C conjuntamente con el preparado de hierro .12

Debemos tener en cuenta que las necesidades de vitamina C aumentan en


el embarazo, la lactancia y durante procesos que acarreen mayor estrés
oxidativo como el tabaquismo, el estrés emocional o ambiental y la toma
de determinadas medicaciones, como por ejemplo los salicilatos.

La carencia de vitamina C está ligada a la aparición de una enfermedad,


poco frecuente en la actualidad, que es el escorbuto, enfermedad
caracterizada por anemia, pérdida de peso, encías sangrantes, derrames
internos y hemorragias en vasos de pequeño calibre.

Cuando falta la vitamina C en nuestro organismo, nos sentimos cansados


e irritables, el desarrollo óseo va a ser menor, vamos a tener escasa
resistencia frente a las infecciones y se produce mala curación de las
heridas.

Vitamina B1
La vitamina B1 presente en diferentes alimentos (tabla 10) se destruye
fácilmente por acción del calor. Dentro de las funciones atribuidas a esta
vitamina destacamos:

* Funcionamiento correcto de los músculos y del sistema nervioso.

- Forma parte de una coenzima que interviene en el metabolismo


energético de los hidratos de carbono, las grasas y proteínas.

La deficiencia de esta vitamina es poco frecuente en los países


subdesarrollados, si bien aún existen casos en el mundo desarrollado de
una afección conocida con el nombre de Beri-beri. Ésta es una
enfermedad que provoca alteraciones neurológicas, debilidad muscular y
trastornos cardíacos que pueden conducir a la muerte. Su deficiencia en
la población de los países desarrollados está ligada al alcoholismo
crónico, ya que en este caso está aumentada la excreción urinaria de esta
vitamina, y al tabaquismo, ya que se produce una reducción en la
capacidad de asimilación de esta vitamina.

Vitamina B2

La riboflavina, antaño lactoflavina, es una vitamina estable frente al calor


y, por tanto, no se destruye durante los procesos de cocinado de los
alimentos que la contienen (tabla 11), pero es muy sensible a la radiación
UV. Las necesidades de vitamina B2 dependen del contenido calórico de
la dieta, así, un aporte correcto sería de 0,6 mg por cada 1.000 calorías
ingeridas. Sus funciones son múltiples, entre ellas destacamos:

* Mantenimiento de una buena salud ocular y alivio de la fatiga ocular.


* Ayuda a mantener sana la piel, las mucosas, las uñas y el cabello.

* Interviene en la liberación de la energía contenida en los hidratos de


carbono, grasas y proteínas.

* Participa en los procesos de respiración celular y en el desarrollo


embrionario.

* Participa en la formación de anticuerpos y glóbulos rojos.

La carencia de vitamina B2, o arriboflavinosis, se manifiesta con


síntomas cutáneos y mucosos como lesiones en la piel, úlceras en la
comisura de los labios y síntomas oculares como fotofobia, cataratas,
úlceras en la córnea o síntomas nerviosos.

Esta vitamina suele ser deficitaria en bebedores, fumadores y


vegetarianos estrictos.

Vitamina B3

Nuestro organismo es capaz de producir una cierta cantidad de niacina a


partir del aminoácido triptófano (para conseguir 1 mg de niacina se
requieren teóricamente 60 mg de triptófano), pero también se pueden
conseguir las cantidades diarias recomendadas, que se estiman en
función de la energía consumida (6,6 mg por cada 1.000 calorías) a partir
de diferentes alimentos (tabla 12). Esta vitamina es poco sensible a la
acción del calor, pero pasa al agua de cocción y si ésta no se consume, el
aporte vitamínico se pierde.
Dentro de sus funciones destacamos:

* Interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y


proteínas.

* Presenta funciones relacionadas con el sistema nervioso, aparato


digestivo y piel.

Es poco frecuente encontrarnos frente a estados carenciales de niacina, si


bien, en los países del tercer mundo todavía sigue existiendo pelagra, una
enfermedad caracterizada por alteraciones en la piel, dermatitis, diarrea y
demencia que incluso puede llegar a producir la muerte de quien la
presenta.
Vitamina B6

Determinar la cantidad diaria recomendada de piridoxina es complejo, ya


que en los diferentes estudios consultados las cifras no son estándar,
aunque la mayoría recomiendan un aporte de 2 mg/día , algo superior al
13

reseñado en la tabla.

Esta vitamina contenida en distintos alimentos (tabla 13) se destruye


fácilmente por acción del calor o del oxígeno. Presenta múltiples
funciones, entre las que destacamos:

* Regulación del metabolismo de grasas y proteínas.


* Interviene en la formación de hemoglobina, anticuerpos y en la síntesis
de ADN y ARN.

* Es necesaria en el proceso de conversión de triptófano en niacina y


serotonina.

* Está relacionada con la función cognitiva, ya que ayuda a mantener el


funcionamiento de las células nerviosas, la función inmunitaria y la
actividad de las hormonas esteroideas.

Es poco frecuente encontrarnos frente a estados carenciales de esta


vitamina, si bien el alcohol puede contribuir a su destrucción.
Deficiencias nutricionales van a conducir al incremento de la
concentración de homocisteína en plasma, lo que está asociado a un
mayor riesgo cardiovascular .
14

Además, la carencia de esta vitamina en adultos va a producir heridas


alrededor de los ojos, dermatitis, irritabilidad, debilidad muscular,
insomnio y alteraciones de la función inmunitaria. En niños, la carencia
puede producir anemia y convulsiones.

El consumo de vitamina B6 por encima de 100 mg/día puede ser tóxico.

Vitamina B9

Al igual que la mayoría de las vitaminas, la vitamina B 9 contenida en los


alimentos (tabla 14) se destruye fácilmente por acción del calor y del
oxígeno, pero también debemos tener en cuenta que el tabaco y el
alcohol impiden su normal absorción y que su efecto está debilitado por
el consumo concomitante de analgésicos y cortisona. Las funciones
asociadas con esta vitamina son:
* Prevención de la espina bífida, por eso se administra con frecuencia en
mujeres embarazadas.

* Es necesaria para la síntesis de aminoácidos y ADN en las células en


fase de división rápida, por tanto, su aporte debe estar incrementado
durante las primeras semanas de gestación.

* Participa en la formación y maduración de glóbulos rojos y glóbulos


blancos, en el funcionamiento del sistema enzimático y en el crecimiento
celular.

La deficiencia de esta vitamina es mayor en individuos polimedicados y


en los que presentan hipoclorhidria gástrica. Su deficiencia constituye un
factor de riesgo independiente en la enfermedad cardiovascular, ya que
junto con las vitaminas B6 y B12 va a provocar un aumento de la
concentración del aminoácido homocisteína en plasma, que parece
favorecer la coagulación sanguínea y el deterioro de la pared arterial.
Una baja ingestión de folatos también se ha asociado con demencia,
confusión leve, irritabilidad, apatía, alteración de la memoria, depresión,
anemia megaloblástica, pérdida de apetito o úlceras en boca y lengua.
Además, un consumo deficitario en mujeres embarazadas hace más
proclive el nacimiento de niños con defectos del tubo neural, espina
bífida.

Una baja ingestión de folatos también se ha asociado con demencia,


confusión leve, irritabilidad, apatía, alteración de la memoria, depresión,
anemia megaloblástica, pérdida de apetito o úlceras en boca y lengua

Vitamina B12

La cobalamina puede ser producida por nuestro intestino grueso en


cantidades suficientes que se acumulan en el hígado. Gracias a los
grandes almacenes hepáticos existentes, y a su larga vida media, son
necesarios de 6 a 12 años para desarrollar una deficiencia de vitamina
B12 y, por tanto, la aparición de anemia perniciosa vendría condicionada
por la aparición de una completa atrofia de la mucosa gástrica . También
13

debemos destacar que el consumo de alcohol, la gestación, la atrofia


gástrica y la lactancia hacen aumentar las necesidades diarias de esta
vitamina.
La vitamina B12 procedente de la dieta (tabla 15) precisa de un complejo
mecanismo de absorción y, por causas genéticas, algunos individuos
presentan problemas para producir el factor intrínseco necesario y, por
tanto, van a presentar estados carenciales de una vitamina que tiene
múltiples funciones:

* Es indispensable en la formación y maduración de los glóbulos rojos y


maduración de los tejidos.

* Asociada al ácido fólico es necesaria en la fase de división activa de las


células hematopoyéticas de la médula ósea.

* Asociada a la vitamina B1 y B6 se utiliza para el tratamiento de


distrofias musculares o inflamación de los nervios (ciática, lumbago).
La deficiencia de esta vitamina da lugar a la aparición de una forma
característica de la anemia, la anemia perniciosa, caracterizada por
palidez, cansancio, pérdida de peso y funcionamiento irregular del
sistema nervioso. Además, la carencia de esta vitamina puede aparecer a
largo plazo en los vegetarianos estrictos.

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