Apuntes de Derecho Canonico
Apuntes de Derecho Canonico
Apuntes de Derecho Canonico
DERECHO CANÓNICO
** Listado es un vocabulario
Derecho particular --> regula materias específicas, Colombia puede legislar canónicamente
sobre unas materias
INTRODUCCIÓN
Este curso, que tiene un carácter introductorio, tiene dos objetivos concretos que se tratarán de
alcanzar:
2. Familiarizamos con este campo específico del quehacer intelectual, para muchos nuevo. Se
tratará de dar los fundamentos jurídicos, que facilitarán un posterior estudio, más personal,
del derecho canónico.
DERECHO:
1) Según el sentido etimológico, derecho es lo justo. Una cosa es justa por la ley divina o la
ley humana.
2) Derecho es la facultad moral de hacer u omitir alguna cosa, o la de obligar a dar, hacer u
omitir. En esta misma línea podemos situar dos tipos de derecho:
3) Derecho, es el arte o la ciencia del “derecho", es decir, de las leyes y los cánones.
DERECHO CANÓNICO
1. El derecho canónico deriva de la palabra griega CANON, que en latín significa REGULA.
Por este motivo se puede hablar de "derecho regular", o sea, reglas establecidas por la
Iglesia para dirigir las acciones del pueblo cristiano, en orden a alcanzar la felicidad
sobrenatural.
Este derecho eclesiástico, que conforma el derecho canónico, tiene como base principal el
DERECHO PONTIFICIO.
Derecho pontificio: conjunto de decretos y constituciones pontificias, sea porque reciben del
Romano Pontífice el carácter de ley, o porque son elaborados por él.
NOTA: El Romano Pontífice, el Papa, es el Supremo Legislador de la Iglesia, y sus normas tienen
siempre, a no ser que diga algo en contrario, fuerza universal.
El derecho canónico es una exigencia del ser de la Iglesia, como signo social de la acción divina, y
en este sentido, todo él es divino y humano:
Humano porque debe hacer precisa esta voluntad en las circunstancias mutables de la
historia.
Dice el Papa Juan Pablo II en la Constitución Apostólica Sacrae Disciplinae Leges, del 25 de
enero de 1983, con la cual promulgó el Código de Derecho Canónico:
"La finalidad del derecho canónico no es en modo alguno sustituir en la vida de la Iglesia y de los
fieles la fe, la gracia, los carismas y sobre todo, la caridad. Por el contrario, el código mira mas
bien a crear en la sociedad eclesial un orden tal que, asignando la parte principal al amor, a la
gracia y a los carismas, haga a la vez mas fácil el crecimiento ordenado de los mismos en la vida
tanto de la sociedad eclesial, como también de cada una de las personas que pertenecen a ella".
Elemento primordial de la codificación eclesiástica es la ley. Esta, con base en lo que afirma
Santo Tomás, es concebida como "la norma de la razón ordenada al bien común, promulgada
por quien tiene el cuidado de la comunidad"
4. De manera estable
6. Debidamente promulgado
La ley, por su misma naturaleza, es obligante, bilateral (en cuanto crea obligaciones mutuas)
abstracta y general, pero según las circunstancias y por las personas a las que se dirige, puede ser
universal, territorial, personal, perpetua, temporal y futura.
Nota: La ley existe en la Iglesia con la finalidad de tutelar la equidad y la justicia dentro de la
comunidad eclesial.
"La curia romana surgió con una sola finalidad: hacer siempre mas eficaz el ejercicio del oficio
universal del Pastor de la Iglesia, que el mismo Cristo ha confiado a Pedro y a sus Sucesores, y que
poco a poco ha ido creciendo hasta adquirir - tensiones siempre más amplias"
II. Responsable de los asuntos externos: las relaciones con los Estados.
1. De la Doctrina de la Fe
5. Para los Obispos, de la cual depende la Comisión Pontificia para América Latina
6. Evangelización de los Pueblos o Propaganda Fidei --> propagación de la fe. Los lugares de
misión: donde la fe no ha llegado.
7. Para el Clero --> las personas que han recibido la ordenación sacerdotal:
8. Para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, conocida también
como Congregación para los Religiosos
9. Para la Educación Católica (de los Seminarios e Institutos de Estudios) --> Pontificia
Javeriana y Pontificia Bolivariana.
** Reforma del Papa Francisco --> DICASTERIO PARA LOS LAICOS, FAMILIA Y VIDA. La
Pontificia Academia para la Vida está unida a este Dicasterio.
Los Pontificios Consejos. Su objetivo es la promoción pastoral, y nacieron después del Concilio
Vaticano II. Son los siguientes:
3. Cor unum
5. Para la pastoral de la salud --> emanan documentos dirigidos a los agentes de la salud en el
mundo
8. Para la Cultura
Los Tribunales:
** Quien peregrina a estas ciudades en año santo recibe las indulgencias: más méritos para el cielo.
El cielo se gana: gracias e indulgencias
Aunque estrictamente no son Curia Romana, aparecen como organismos de colaboración y asesoría:
las Pontificias Comisiones (Bíblica, Arqueología, Bienes Culturales, Teológica Internacional,
Congresos Eucarísticos, etc.), las Pontificias Academias (de las Ciencias,), la Prefectura de la Casa
Pontificia, la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas, la Sala de Prensa, la Oficina central de
estadística de la Iglesia, entre otros.
EL CÓDIGO EN LA IGLESIA
Algunos elementos para entender por qué existe el Código en la Iglesia, y el por qué de su utilidad,
son los siguientes:
Las normas del C.I.C., aparecen como signo de la sacramentalidad de la Iglesia. Ellas tienen la
fuerza del signo en cuanto hacen posible que la ley de la caridad sea una realidad entre los hombres.
Estas normas son signos que no sólo representan la realidad del amor, sino que también la hacen
eficaz. La ley canónica, pues, significa y a la vez propicia el mandamiento del amor. No sólo
significa, sino que es significante.
Cuando se habla de OJ, es verdad que se presupone la presencia del desorden. En la Iglesia, como
estructura social perfecta, como las demás sociedades civiles, pues la Iglesia ya no es la única
societas perfecta, la presencia del derecho se basa en el principio latino: ubi societas, ubi Lex.
Para entender esta nueva concepción del derecho, debemos aceptar la realidad de que la Iglesia que
es presentada como sacramento de salvación.
La referencia a la categoría sacramental de la Iglesia, que se basa no sobre una débil analogía que se
encuentra entre Cristo, el Verbo Encamado, la naturaleza de la Iglesia y la naturaleza de los
sacramentos, ayuda a comprender la relación que se establece entre el lado institucional y visible de
la Iglesia y su realidad interior permeada por la gracia, es decir, por la fe. Esta es una categoría
imprescindible que se debe atender por parte de quienes hacemos parte de la Iglesia visible.
Afirmado que no hay distinción real entre la Iglesia, considerada como realidad de salvación
querida por Cristo en forma comunitaria y la Iglesia existente en forma terrenal, podemos
deducir lo siguiente:
Esta visión de la Iglesia como signo e instrumento de la obra divina, lugar de la realización de la
misión de salvación que el Padre ha establecido desde la eternidad, se concretizó en la Iglesia bajo
dos dimensiones: La visible y la invisible, que se sintetizan en única dimensión sacramental de la
Iglesia.
Aquí podemos decir que es imposible separar la Iglesia en cuanto signo, y por tanto visible, de la
Iglesia que se realiza en la interioridad de la fe de los hombres que pertenecen, pues "el plano de la
visibilidad está esencialmente unido y determinado por los aspectos invisibles" (L.G., 8,1). Para
comprender mejor esto, es necesario saber armonizar las siguientes afirmaciones:
b) El orden visible es funcional respecto al orden invisible, sea en el sentido que obliga a
buscar en el segundo significado que la Iglesia asume para la salvación de los hombres, sea en el
sentido de que la Iglesia está llamada a mediar la salvación.
El orden visible es esencial a la naturaleza de la Iglesia. No puede existir la Iglesia como signo de
salvación, sin su realidad visible.
En el derecho canónico, la persona humana juega un papel central e irremplazable. Esto hace que se
pueda hablar del primado de la persona en el derecho canónico. La base y fundamento para la
ejecución del derecho es la SALUS ANIMARUM (salud de las ánimas), que siempre se ha
considerado como la SUPREMA LEX del ordenamiento canónico.
La frase evangélica "no es el hombre para el sábado" (Mc. 2,27), lleva en sí una dinámica de
renovación que debe incidir profundamente en la tradición legislativa de la Iglesia.
Digamos que la norma, toda norma, tiene una específica dimensión humana: debe regular
adecuadamente la vida del hombre de hoy, según las exigencias del tiempo en el cual le corresponda
vivir. Las leyes de la Iglesia deben atender y regular la vida de los fieles en este preciso momento de
la historia de la salvación, en su precisa experiencia comunitaria.
Decía el Papa Juan Pablo II, el 17 de febrero de 1979, a los miembros de la Rota Romana:
"Como bien lo sabéis, pertenecen a la vocación de la Iglesia también el empeño y el esfuerzo por
ser intérpretes de la sed de justicia y de dignidad que los hombres y las mujeres vivamente sienten
en la época actual".
La Iglesia tiene su razón de ser sólo cuando se pone al servicio del hombre. El primado de la
persona comporta hacer verdaderamente una Iglesia ministerial, para que pueda prestar al hombre
de hoy el supremo servicio de comunicarle la salvación en Cristo.
Pero aquí es necesario tener presente que los poderes de la Iglesia tienen su fuente y justificación en
la voluntad de Cristo, pero la modalidad de la actuación debe corresponder a las exigencias de la
persona.
La ley canónica debe ser una ayuda eficaz a la persona del fiel, para remediar su propia fragilidad,
para insertarlo correctamente en el camino de la salvación, para no traicionar el empeño de la
fraternidad.
Aceptada la realidad del pecado y sus consecuencias, encuentra clara justificación el derecho penal
canónico, que tiende a tutelar los bienes sociales y los derechos y los bienes individuales de las
personas.
El derecho canónico, es en realidad una ley de libertad, pero es una libertad que se presenta
como el derecho para determinarse el hombre autónomamente en el ámbito del ordenamiento
jurídico y así poder alcanzar sus legítimos intereses en armonía con el bien social.
La persona actúa en forma libre, en términos del derecho, cuando autónomamente se determina por
respetar las prohibiciones, por cumplir los deberes y por ejercitar sus derechos, de tal forma que su
comportamiento sea acorde a las exigencias del mismo derecho, que fueron promulgadas
precisamente pensando en el bien de los hombres. En el ordenamiento jurídico de la Iglesia, la
dignidad del fiel encuentra su concreta expresión en el ejercicio de la libertad.
Cuando es el hombre el sujeto con el cual se trabaja, aparecen dos principios correlativos entre sí:
los principios de la igualdad y de la diversidad. Juntos establecen el principio de la justicia que son
los que exigen el cabal cumplimiento de las normas canónicas.
Principio igualdad --> reconocer a todos la suma de los derechos y de facultades, que son
fundamentales para cada persona.
Trata de responder a la inquietud respecto de la cual el C.I.C. sólo tiene como fin principal regular
la fe y la moral de los fíeles.
El C.I.C. es de por sí un ordenamiento jurídico que entre sus finalidades tiene la de regular y tutelar
el bien común. No se limita entonces a dar principios éticos y/o morales. Enuncia los principios,
pero los corrobora mas allá del campo meramente moral, el cual presupone. Tan es así que hay una
afirmación importante que se debe tener en cuenta: todo delito es pecado, pero no todo pecado es
delito.
En la Iglesia, que responde al diseño divino de salvación, las instituciones jurídicas tienen el
objetivo de favorecer el bien de los fieles, según los dones y la misión de cada uno, y se constituyen
en canales de gracia (mociones del espíritu santo).
Es importante resaltar el hecho de que los deberes previstos por el OJ de la Iglesia son de índole
sobrenatural, porque la Iglesia es el cuerpo social de Cristo. La iglesia es solo una mediación entre
el hombre y la salvación del hombre
Pero en la Iglesia, como en toda otra sociedad, la ley no sólo es para el hombre y es para el servicio
del hombre, sino que es un medio para consentir al hombre el ejercicio responsable de su
propia libertad, en el respeto de la libertad de los otros.
A manera de síntesis, leamos lo que nos dice el Papa Pablo VI: "Para la Iglesia, la ley nueva y
original es aquella evangélica, es el amor, es la gracia del Espíritu Santo dado por la fe en Cristo: así
que si este es el principio interior que guía a la Iglesia en su obrar, él deberá manifestarse siempre
mas en su disciplina visible, exterior y social" (Discurso a la Rota Romana, enero 19 de 1970).
2) El principio de subsidiariedad
Este principio postula que la instancia superior no se reserve aquello que puede ser útilmente, y tal
vez más eficazmente, hecho por instancias inferiores.
La aplicación de este principio ha representado para el C.I.C. una legislación más sobria, que evita
descender a lo particular, dejando las concretas determinaciones a las instancias inferiores, y que las
Iglesias Particulares tengan una vida realmente propia, que les posibilita responder adecuadamente
a sus problemas concretos.
3) La pastoralídad
Esto es: se ha de favorecer en el derecho la cura pastoral de las almas. Como ya lo sabemos, el
derecho en la Iglesia tiene fuerza de sacramento o de signo, con la que promueve la vida
sobrenatural de los fieles.
En las leyes, por tanto, debe aparecer el espíritu de la caridad, de la humanidad y de la benignidad
que es propio de la Iglesia. No se atiene entonces sólo a la justicia, sino que ha de dar mas
espacio a la equidad.
4) La colegialidad
Este es un punto importante para entender la universalidad del actual código. El Papa Juan Pablo II
la presenta como elemento esencial en la conformación del C.I.C. Se hicieron múltiples consultas
preliminares de estudio y análisis de los distintos aspectos por legislar.
5) La dimensión bíblica.
La Iglesia es el pueblo de Dios de la nueva alianza, alianza que ha sido estipulada en la sangre de
Cristo. El Código de esta nueva alianza no suprime sino que completa el código de la antigua
alianza y su cumplimiento se revela y se actúa en la mediación de Cristo
Las normas canónicas, concebidas así, han de ser entendidas como una explicitación del amor que
Dios, por medio de la Iglesia, manifiesta, y que busca tutelar a través de las normas. Son normas de
libertad, pueden ser preventivas.
6) Dimensión teológica
De esta manera, la dimensión teológica de la estructura conceptual del C.I.C., emerge del
hecho que este ordenamiento jurídico se funda sobre la realidad mistérica de la Iglesia,
definida por el Concilio, como sacramento del encuentro del hombre con Cristo y con Dios. Ya
Pablo VI decía:
"El Concilio ha profundizado la doctrina de la Iglesia, ha puesto en relieve el aspecto místico que le
es propio, y ha, por tanto, obligado al canonista a buscar más profundamente en la Sagrada
Escritura y en la Teología, las razones de su propia doctrina" (Discurso a la Rota Romana, enero 19
de 1970).
La Eclesiología, como tratado central de los estudios teológicos, es lo que posibilita entender
mejor el por qué del ordenamiento jurídico en el seno de la Iglesia. La teología inspira el
derecho canónica y este aplica la teología.
Se puede afirmar de la Iglesia primitiva, que ella contaba ya con los signos fundamentales de una
constitución ordenada de una comunidad. No se trata, en efecto, de una anarquía carismática, a la
que faltaban los elementos esenciales de una organización social, sino de una forma primitiva de
subdivisión jerárquica que estaba en pleno desarrollo.
Existía una clara tendencia en el sentido del desarrollo del episcopado monárquico, junto al cual la
colaboración colegiada del consejo de ancianos, pasaba a ocupar un segundo lugar.
Pero sobre todas las comunidades ya evangelizadas, estaba la alta autoridad de los apóstoles,
apoyada por los ancianos o presbíteros, los diáconos, y de manera especial, por los obispos
ordenados por los mismos Apóstoles.
Los apóstoles, los 12, representan el elemento más antiguo de la potestad de orden y de
jurisdicción eclesiástica
Desde el inicio mismo de la Iglesia se insistía en el hecho de que los apóstoles habían recibido su
potestad del mismo Cristo.
Entre Pedro y los apóstoles existe una igualdad de rango en la potestad ordinaria de gobierno como
los apóstoles. Pero desde el momento en que a Pedro ha sido conferida una posición de
preeminencia, él poseía también una potestad superior a ellos. En esta potestad está el núcleo del
Primado de Pedro. Es la sucesión apostólica (sucesor de Pedro), y no la posición exterior de
Roma, como capital del imperio, la que confiere al Obispo de Roma su primado.
Elaboraron unos documentos que aún tienen vigencia, la manera más formal del Concilio Vaticano
II son las CN: dogmáticas o pastorales.
Unida a la presencia del Romano Pontífice, que recoge todas las demás instituciones, empiezan a
surgir los Obispos (sucesores de los apóstoles) y se inicia la división de la Iglesia en territorios o
circunscripciones eclesiásticas.
Podemos decir, pues, que en los primeros siglos de la Iglesia primitiva no hubo derecho en sentido
estricto. La base era el mandato del amor. Pero sí se pudo observar el origen de las instituciones
jurídicas, al menos parcialmente, motivados por el crecimiento de la comunidad que, por tanto, fue
exigiendo una organización básica para evitar el desorden.
1) La más antigua es sin lugar a duda la Sagrada Escritura, en la que el Nuevo Testamento
(N.T.), aparece como complemento de la ley, como plenitud de la ley dada en el Antiguo
Testamento (A.T.)
El N.T. contiene, ante todo, las normas fundamentales para la institución de la Iglesia, tanto
de derecho divino, como también positivo-humano.
Nota: En orden de importancia, después de la Sagrada Escritura, aparecen las colecciones Pseudo-
apostólicas, que son la recolección de las normas auténticas o apócrifas del período de la Iglesia
Post-apostólica. Y son:
Es una breve colección de las prescripciones para la instrucción de los catecúmenos (los adultos que
se preparaban para recibir el bautismo), y para otras materias de la organización de la primitiva
comunidad eclesiástica.
Es un manuscrito del siglo II, escrito en Palestina o en Siria. Comprende 16 capítulos entre los
cuales, los primeros tienen como tema la explicación del decálogo (los 10 mandamientos) y las
disposiciones para los catecúmenos. Los capítulos 7-9, tienen un contenido litúrgico con referencia
al bautismo, al ayuno eucarístico, etc. Los capítulos 10-16, comprenden normas de tipo disciplinar.
En los primeros tiempos, este escrito tenía una gran importancia, pero nunca asumió el carácter de
libro eclesiástico oficial.
3) Traditio apostólica.
Es la única colección pseudo-apostólica occidental que ejerció su influencia sobre una serie de
colecciones de la Iglesia oriental. Parece que fue escrita por el antipapa Hipólito, en lengua griega,
en Roma, hacia el año 218. Consta de 32 capítulos, que contienen normas del derecho
eclesiástico. Las prescripciones son principalmente delimitadas al campo del derecho de la persona.
También las normas se ocupan de los medios de la gracia, de la instrucción de la Trinidad cristiana,
del ayuno, de la oración, de la eucaristía y de la sepultura.
En principio, es una colección que contenía las decisiones tomadas por los apóstoles en el Concilio
de Jerusalén (año 50 aprox.), aunque aparece muy tardíamente. Un texto muy cercano al original
fue encontrado en el s. III.
Está dividida en 26 capítulos que representan una síntesis casi completa del derecho eclesiástico en
vigor en el s. III. Para algunos es el tentativo más antiguo de una compilación de un Código de
derecho canónico.
Esto porque tanto en Palestina como en Siria, la colección fue vista y entendida como un Código.
Trata de la disciplina, la liturgia, la jerarquía, y cuestiones relacionadas a las persecuciones de la
Iglesia.
Nacida en Egipto o en Siria a fines del s. II y principios del s. III. Comprende 30 parágrafos o
cánones de los cuales del 4 al 14 son la libre reproducción de la Didascalia. Esta colección fue
considerada como oficial.
Escrita hacia el año 400, tiene una ampliación de la Didascalia y se ocupa de la Constitución de la
Iglesia; hace una elaboración de la Didajé, y se ocupa de la enseñanza cristiana; y, finalmente, en
una subdivisión de tres partes trata la influencia de la Traditio Apostólica.
Por grandes errores teológicos, dogmáticos, disciplinares e históricos, fue condenada por el
Concilio de Trulanon, en el año 692, excepto los 85 cánones apostólicos.
7) Cánones apostólicos
Son los cánones que venían presentados en las Constituciones Apostólicas, ampliados con las
normas de los Concilios del siglo IV. Existían dos tipos de reuniones: concilios y sínodos
diocesanos. Estaba conformado por 85 cánones, de los cuales, en los inicios, sólo los 50 primeros
eran reconocidos por la Iglesia oriental.
LAS FUENTES DEL DERECHO EN LA EDAD CLASICA (ss. XII - XVI) o Corpus luris
Canonici
Fue escrita hacia el año 1140. Es la primera colección de la edad clásica. Su autor es un monje
camaldulense, Juan Graciano, profesor de teología. Es una colección privada universal y sistemática
de las normas canónicas. Es el primer libro escolástico escrito como manual de derecho canónico.
Se buscó con este texto, y a través de su método dialéctico, llenar algunas lagunas de la ley, así
como también, explicar algunas dudas que había para su aplicación.
Su nombre "Concordia discordantium canonum" se debe a la intención del autor de organizar los
cánones existentes, evitando las repeticiones.
101 distinciones que tratan de las fuentes del derecho y el estatuto de los clérigos.
Nunca fue acogido como texto auténtico, no obstante la máxima estima por parte de la misma
Iglesia. Fue acogido como una colección privada.
A partir de Graciano, las fuentes se empiezan a estudiar bajo cuatro puntos que miden su valor
jurídico. Estos son:
2. Su Universalidad, que mira a la fuerza que tiene y las personas y territorios a las que se
dirigen.
4. Su exclusividad, cuando las anteriores colecciones dejan de tener valor o fuerza obligante.
Originalmente se llamó Líber decretalium extra decretum Gratiani vagantium. Fue escrito bajo el
pontificado de Gregorio IX, quien con la bula Rex pacificas, del 5 de septiembre de 1234, lo
promulgó.
Esta colección fue recogida por San Raimundo de Peñafort entre los años 1230 - 1234. El es el
patrono de los canonistas. El método utilizado por San Raimundo, más que una compilación de
datos, fue una elaboración de conceptos jurídicos.
Estas decretales provienen en parte del archivo papal, y en parte de las normas emanadas del propio
Papa Gregorio IX. Es una colección auténtica, universal, única y exclusiva.
Recopilado por tres jesuitas, por mandato del Papa Bonifacio VIII. La idea sale de la universidad de
Bolonia, con el fin de elaborar una nueva colección auténtica de decretales. Fue promulgado el 3 de
mayo de 1298 mediante la bula Sacrosancte. Se quería ver como una continuación del Líber Extra
que tenía 5 libros
Es una colección auténtica, universal, una y exclusiva parcial en cuanto no rechaza todas las normas
del Líber Extra.
D. Constitutiones Clementinae
Después de la promulgación del Líber Sextus, fueron escritas y promulgadas nuevas decretales,
tanto por Bonifacio VIII como también por su sucesor Benedicto XII (1303 - 1305). Estas
decretales fueron agregadas al Líber Sextus como Constitutiones extravagantes librí sexto. Recoge
sustancialmente las normas dadas por el Papa Clemente V (1305 - 1314). Inicialmente se llamaba
"Líber septimus", y fue promulgada por Juan XXII (1316 -1334), el 25 de octubre de 1317 mediante
la bula Quoniam Nulla.
Es una colección universal, una, auténtica, pero no es exclusiva, en cuanto siguen vigentes las
normas de Bonifacio VIII, las decretales de Clemente V y los cánones del Concilio de Viena (XV
Ecuménico celebrado entre los años 1311 - 1312).
Como las Constituciones Clementinae, no eran colecciones exclusivas. Tienen como objetivo reunir
las decretales no comprendidas en dicha colección. Son colecciones privadas, aunque
posteriormente fueron agregadas a las Clementinae a manera de apéndices.
Estas cinco colecciones conforman el llamado "Corpus luris Canonici, que seguía el esquema del
"Corpus luris Civilis" romano.
Ante la incertidumbre que creaba la multiplicidad de normas en la Iglesia, tanto por su variedad
como por sus mismos autores, que también fueron muchísimos, se fue haciendo necesario hacer un
estudio de estas normas.
Este estudio tuvo su origen principalmente en el Concilio de Trento (1545 - 1563), que hizo
notables innovaciones en la disciplina de no pocos institutos canonísticos, de los actos de los Papas,
de los decretos, de las respuestas y decisiones de las Congregaciones y de los Tribunales y oficinas
de la Curia Romana.
Pero fue a partir del Concilio Vaticano I, celebrado en 1870, cuando la Iglesia se sintió en la
necesidad de elaborar o hacer una nueva organización de la ley de la Iglesia.
Es cuando hace su aparición el Papa Pió X, quien con el motu proprio Arduum sane munus, del 19
de marzo de 1904, da inicio a las labores de codificación de la nueva colección.
2. Se hiciera un trabajo de codificación de acuerdo a las exigencias del tiempo moderno, de tal
forma que mediante un Código Moderno, se logren presentar las características de la
autenticidad, de la brevedad, de la claridad, de la sistematicidad y de la totalidad.
Es pues, como se deciden por elaborar un texto, promulgado por la Suprema Autoridad, que expone
en fórmulas breves, y accesible a todos, la legislación vigente.
Correspondió la misión de codificar estas normas al Cardenal Píetro Gasparri, quien, después de
consultar obispos y eminentes canonistas, crea un Código el primero de la Iglesia, en el cual, mas
que introducir una nueva legislación, trata de ordenar racionalmente, sobre la base de nuevos
criterios, la disciplina vigente.
El Codex luris Canonici es promulgado finalmente por Benedicto XV, de ahí el nombre de Pío-
Benedictino, el 27 de mayo de 1917, mediante la Constitución Providentísima Mater Ecclesia, y
entra en vigor el 19 de mayo de 1918.
1. Normas generales
2. De las personas
3. De las cosas
4. De los procesos
Desde el punto de vista jurídico, es una colección auténtica, una, universal (no absoluta en cuanto
abarca sólo la Iglesia latina), exclusiva (relativamente, en cuanto continúan vigentes las normas
litúrgicas, los concordatos, etc.)
SEGUNDA PARTE
EL CÓDIGO DE 1983
El 25 de enero de 1959, el Papa Juan XXIII hizo la convocación de tres eventos eclesiales, el
Concilio Vaticano II, el Sínodo de Roma y la reforma del Código de Derecho Canónico de 1917.
Luego, el Papa Juan Pablo II, con la Constitución Apostólica " Sacrae disciplinae Leges", promulga
el nuevo Código, el 25 de enero de 1983, que entró en vigor el 27 de noviembre del mismo año.
Contiene 1752 cánones, dividido en siete libros: los libros en partes o directamente en títulos; las
partes en secciones o directamente en títulos; las secciones en títulos; los títulos, en capítulos o
directamente en cánones; los artículos, en cánones: los cánones en parágrafos y en números.
6. De la sanciones
7. De los procesos
A manera de síntesis, nos aproximaremos a tres libros: Las normas (I) generales, la función de
santificar de la Iglesia (IV) y los procesos (Vil). En algunos puntos se hará referencia al libro de
las sanciones o penas en la Iglesia (VI).
Cánones preliminares
Título II De la costumbre
Remoción, privación.
TítuloXDe la prescripción
Cánones preliminares
C.1 "Los cánones de este código son sólo para la Iglesia latina".
Mientras en el CIC de 1917 se dejaban algunas puertas abiertas para la aplicación del Código
también a las Iglesias Orientales, el CIC de 1983 las cierra. Hay que anotar que el 18 de octubre de
1990, con la Constitución Apostólica "Sacri cañones", se promulgó el "Codex Canonum
Ecclesiarum Oríentalium" - CCEO.
Debido al espíritu del Concilio Vaticano II se quiere aquí manifestar el respeto por las Iglesias de
Oriente en comunión con Roma. Sin embargo, es importante percibir también la fuerte atención al
diálogo ecuménico largo y difícil con las iglesias separadas: sobre todo, aparecen en los decretos
conciliares Unitatis Redintegratío y Oríentalium Ecclesiarum.
En los números 5 y 6, la Oríentalium Ecclesiarum, dice: "Por eso declara solemnemente que las
Iglesias de Oriente, como las de Occidente, tienen derecho y obligación de regirse según sus
respectivas disciplinas peculiares, que están recomendadas por su venerable antigüedad, son
mas adaptadas a las costumbres de sus fieles y resultan mas adecuadas para procurar el bien de las
almas" ... "Sepan y tengan por cierto todos los orientales que pueden y deben conservar siempre sus
legítimos ritos litúrgicos y su organización y que no deben introducir cambios sino por razón de su
propio y orgánico progreso".
Las Iglesias orientales son aquellas que se refieren a los cuatro patriarcas del siglo V: el
Constantinopolitano, el Antioqueno, el alejandrino y el Jerosolimitano. Y los cinco ritos orientales
que son: el griego-bisantino (o Constantinopolitano), el armenio, el antioqueno, el sirocaldeo y el
copto o alejandrino. Estos ritos existen fundamentalmente en Albania, Bielorrusia, Bulgaria, Grecia,
Yugoslavia, República Checa, Eslovaquia, Ucrania, Hungría, Atenía, Lituania, Estonia, Rusia. Hay
alguna presencia de estos ritos en Estados Unidos, Brasil y Argentina.
¿Quiénes hacen parte de la Iglesia Latina? El c. 1 nos da, en principio, la respuesta general: Las
leyes meramente eclesiásticas obligan a los bautizados en la Iglesia católica, a los que han sido
recibidos en la Iglesia católica, a los que tienen suficiente uso de razón, y a los que hayan cumplido
siete años.
En el libro II, del Pueblo de Dios, se nos hace una aclaración que se une explícitamente al primer
canon: "Se encuentran en plena comunión con la Iglesia católica, en esta tierra, todos los bautizados
que se unen a Cristo dentro de la estructura visible de aquella, es decir, por los vínculos de la
profesión de fe, de los sacramentos y del régimen eclesiástico" (c. 205).
"El Código, ordinariamente, no determina los ritos que han de observarse en la celebración de las
acciones litúrgicas; por tanto, las leyes litúrgicas vigentes hasta ahora conservan su fuerza, salvo
cuando alguna de ellas sea contraria a los cánones del Código"
En principio, este canon determina que el CIC no contiene, ni le competen, las normas de
DERECHO LITÚRGICO, sino que toma de él sólo lo que se refiere a la licitud o invalidez de una
celebración. Las normas litúrgicas anteriores al CIC siguen vigentes mientras no sean contrarias al
mismo.
C.3. "Los cánones del Código no abrogan ni derogan los convenios de la Santa Sede con las
naciones o con otras sociedades políticas; por tanto, estos convenios siguen en vigor como hasta
ahora, sin que obsten en nada las prescripciones contrarias de este Código".
Ley: una prescripción de la razón, en orden al bien común, promulgada por aquel que tiene el
cuidado de la comunidad.
1. Gestación
2. Promulgación
3. Publicación
5. Entrada en vigor
Nota: Como regla general la ley es irretroactiva, pero la ley puede decir expresamente lo contrario.
No bautizados
Leyes universales
Leyes particulares
Naturaleza de las leyes particulares: Todas son territoriales, a menos que se disponga lo contrario.
- No sujeto a las leyes particulares territoriales del territorio donde se encuentra, salvo las
que miran el orden público, las formalidades de los actos o las cosas inmuebles.
- Los vagos sujetos a todas las leyes particulares del territorio donde se encuentran
Las leyes irritantes o inhabilitantes obligan siempre, salvo que se diga expresamente lo
contrario.
Se presumen que las leyes penales y las penas son conocidas por los fieles, aunque se
admite prueba en contrario.
Hechos jurídicos:
Propios o ajenos
Ocultos
Secretos
Públicos de derecho
Se interpreta:
1. Auténtica
1.1. Legislativa
1.1.1.1. Constitutiva
1.1.1.1.1.1. Iluminativa
1.1.1.1.1.2. Extensiva
1.1.1.1.1.3. Restrictiva
1.1.1.2. Declarativa
1.1.1.2.1.1. Amplia
1.1.1.2.1.2. Estricta
1.2. Judicial
1.3. Ejecutiva
2. Doctrinal
Autor de la interpretación:
Interpretación auténtica:
- Autor de la ley
- Superior de la ley
Autor de la ley
Superior de la ley
a. Constitutiva:
- Promulgación
- Vacación
- Retroactividad
b. Declarativa :
- Promulgación
Juez
Autor de la ley
Delegado
Tipos de interpretación:
Gramatical
Histórica
Sistemática
Instrumentos de interpretación:
Analogía legis
Analogía iuris
Auténtico
Doctrinal jurídico
Doctrinal no jurídico
Vulgar
Analogía legis
Mens legislatorios
Interpretación histórica
Analogía iuris
Interpretación sistemática
Leyes penales
Leyes de excepción
Leyes restrictivas
- Analogía legis
- Analogía iuris
Ordenamiento canónico
Ordenamiento civil
La canonización de la ley civil es la remisión desde el ordenamiento canónico a la ley civil de cada
lugar.
Condiciones necesarias:
Que la ley civil no sea contraria a una disposición del ordenamiento canónico
La autoridad legislativa
** carácter provisorio
23/11/20
Cánones preliminares
Unos y otros se complementan mutuamente y hacen posible que la Iglesia cumpla realmente con la
misión de ser sacramento de salvación.
En los cánones 834 -839, el CIC hace una introducción muy general al libro IV, especificando
varios puntos, esenciales, a saber:
2. Que el culto debe ser realizado por personas legítimamente aprobadas, sabiendo que los
fieles deben participar activamente. Entre estas personas se resalta la figura del obispo,
quien como poseedor de la plenitud del sacerdocio, es el primer responsable.
3. Por su especial índole, la celebración litúrgica debe ser comunitaria. Esta debe preferirse a
cualquier otra acción o culto privado (grupo de oración, novena) --> participación del
pueblo
Aquí se resalta también el papel de las Conferencias Episcopales, dentro de la vida litúrgica
nacional. A esta corresponde coordinar las traducciones de los libros litúrgicos y editarlos, previa
revisión de la Santa Sede.
5. Finalmente, el CIC indica que también fuera de la liturgia, la Iglesia realiza su función de
santificar. Así da lugar a otras acciones de los fieles como son las oraciones, obras de
penitencia, obras de caridad, y demás prácticas piadosas, que deben estar siempre
conformes al querer y pensar de la Iglesia.
En los cánones 840 - 848, se dan unos principios básicos que han de tenerse presentes en todos los
sacramentos, puesto que miran, esencialmente, a situaciones concretas sobre la validez o no de los
mismos y a la recepción válida y lícita de estos medios de salvación.
c. 840 “Los sacramentos del Nuevo Testamento, instituidos por Cristo Nuestro Señor y
encomendados a la Iglesia, en cuanto que son acciones de Cristo y de la Iglesia, son signos y
medios con los que se expresa y fortalece la fe.
c. 841 Da un principio básico: sólo compete a la Sede Apostólica establecer los requisitos que
atenten contra la validez de los sacramentos. A los obispos u ordinarios, en sus jurisdicciones, toca
sólo lo que atente contra la licitud y a los ritos (cf. c. 1077).
c. 842 Quien no haya sido bautizado, no puede recibir válidamente los demás sacramentos. El
bautismo es, pues, la puerta de entrada para los demás sacramentos hace hijos de Dios y herederos
de su gracia.
c. 843 Enuncia un derecho adquirido por los fieles: el de recibir los sacramentos. Es una aplicación
del c. 213, pero se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
c. 845 Se une al c. 842, en cuanto ratifica una verdad de fe: el bautismo, la confirmación y el orden
imprimen carácter y, por tanto, no pueden repetirse. En los casos difíciles, es decir, si se tiene la
duda sobre si una persona ha recibido alguno de estos sacramentos, se debe hacer una investigación
diligente y luego administrarlos bajo condición.
c. 846 " § 1. En la celebración de los sacramentos, deben observarse fielmente los libros litúrgicos
aprobados por la autoridad competente; por consiguiente, nadie añada, suprima o cambie nada por
propia iniciativa.
¿Qué es? Es el primer sacramento y es la puerta a la vida cristiana, ahí adoptamos la forma de cristo
para adaptarnos a él, pues ahí compartimos la resurrección y muerte de Cristo.
Se sumerge en agua o es vertida en la cabeza ahí representa la muerta y cuando sale del agua es la
resurrección. En el bautismo dios obra en nuestra alma y compartimos la muerte y resurrección.
Pecado original se tiene por la ausencia de la gracia santificadora, esta gracia se obtiene en el
bautismo.
En el bautismo se nos pone el nombre por eso somos nuev0os, vestimos de blanco porque hay
ausencia de pecado.
Por aspersión. No se usa para los bautismos, se usa para esparcir el agua vendita.
Forma: Consiste en las siguientes palabras que deben ser pronunciadas simultáneamente por quien
administra el sacramento en el momento de la ablución corporal: "N.N. Yo te bautizo en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Los demás ritos son complementarios al bautismo y no
afectan la validez del mismo ejm: imposición de manos, imposición de vestidura blanca.
I. El ministro Ordinario, o sea quien tiene por oficio la facultad de hacerlo, es el Obispo, el
Presbítero y el Diácono (c. 861 &1), y hace referencia al c. 530,1, el cual establece que una
de las funciones especialmente encomendadas al párroco es la administración del bautismo
a los fieles de su parroquia.
Estable: nombrado por el Ordinario del lugar para los casos en que el ministro ordinario
esté ausente o se encuentre impedido.
Sujeto: "Es capaz de recibir el bautismo todo ser humano aún no bautizado y sólo él" (c. 864).
Los padrinos: Surgió esta institución al imponerse la obligación de bautizar a los niños. Por eso
eran llamados "esponsores" o fiadores. También existían en el tiempo de las persecuciones: aquí el
catecúmeno era introducido por un miembro de la comunidad.
Elementos de la confirmación
Materia: El Crisma consagrado por el Obispo. Este se conforma de aceite de oliva y de bálsamo o
perfume. Se unge en la frente de quien ha de ser confirmado.
Forma: Son las palabras que complementan la unción: "N.N. recibe por esta señal el don del
Espíritu Santo".
Ministro: El ministro propio y ordinario es el Obispo, pero por razones de derecho eclesiástico,
pueden algunos sacerdotes, con expresa delegación del propio Obispo, confirmar. Todo sacerdote
puede confirmar en caso de peligro de muerte.
Sobre los PADRINOS se exigen los mismos requisitos que para el bautismo.
¿qué es la eucaristía?
Se recibe la sagrada comunión, que es su cuerpo y su sangre, dando pan y vino, son ofrendas que a
través de la consagración se convierten en el cuerpo de cristo.
Elementos de la eucaristía
1. Los ministros ordinarios de la sagrada comunión, o sea aquellos que la pueden distribuir, son el
obispo, el presbítero y el diácono --> carácter estable y deben ser siempre varones
2. Los ministros extraordinarios son los acólitos u otro fiel debidamente designado --> son
temporales y pueden ser incluso mujeres
2) Individuo o cada fiel Dice el c. 912 que "Todo bautizado a quien el derecho no se lo
prohiba, puede y debe ser admitido a la sagrada comunión". Se recomienda a los fieles que
comulguen al menos una vez al año ojalá durante la Pascua (cfr. c. 920).
"Quien tenga conciencia de hallarse en pecado grave, no celebre la Misa ni comulgue el Cuerpo del
Señor sin acudir antes a la confesión sacramental, a no ser que concurra un motivo grave y no haya
oportunidad de confesarse; y en este caso, tenga presente que está obligado a hacer un acto de
contrición perfecta, que incluye el propósito de confesarse cuanto antes".
24/11/20
¿Qué es la penitencia? Que es la confesión, lo que nos ayuda a borrar el pecado y nos ayuda a sanar
y fortalecernos. Se hace a través del sacerdote que representa a Dios.
La confesión limpia, sana ya que el pecado causa muchas heridas que son sanadas en confesión, nos
fortalece.
ELEMENTOS DE LA PENITENCIA
MINISTRO: "Sólo el sacerdote es ministro del sacramento de la penitencia" (c. 965). Para la
validez de la confesión se requiere que el sacerdote sea legítimamente ordenado y que tenga la
facultad de ejercer el ministerio.
SUJETO: El sujeto del sacramento de la penitencia es el fiel bautizado que haya llegado al uso de
la razón. Este debe confesar los pecados al menos una vez al año, con la disposición de haber hecho
el compromiso de no volver a pecar.
FORMA: Son las palabras por las que el sacerdote, en nombre del Señor, absuelve al penitente.
"Dios Padre de misericordia, que ha reconciliado el mundo con la muerte y resurrección de su Hijo,
y ha enviado el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda por el ministerio de la
Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de todos tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo"
Para su lícita aplicación se deben tener en cuenta las siguientes condiciones (cf. cc. 961-963):
2. Que haya una necesidad GRAVE. Esta gravedad la determina el código así:
Sin culpa de su parte, los penitentes se verán privados del sacramento de la penitencia y por
tanto, de la Comunión, y esto durante notable tiempo.
Para la validez de dicha celebración, se requiere la buena disposición de los fieles y el compromiso
de confesar posterior e individualmente los pecados graves.
Al principio de la eucaristía cunado se dice que dios perdone nuestros pecados y los lleve a la vida
eterna, se ha considera una absolución general pero no lo es.
1. El sigilo sacramental es inviolable (cfR. c. 983 &1). El confesor, por ningún motivo, puede
descubrir al penitente sea de palabra o por cualquier otro medio. Si lo hace, hay penas
eclesiásticas establecidas: "El confesor que viola directamente el sigilo sacramental, incurre en
excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica: quien lo viola sólo indirectamente,
ha de ser castigado en proporción con la gravedad del delito" (c. 1388 &1).
2. La misma obligación es para los intérpretes y para los que hubieran tenido conocimiento
de los pecados por la confesión. "Si violan el secreto, deben ser castigados con una pena justa,
sin excluir la excomunión" (c. 1388 &2)
5. El clérigo que cometa el delito de solicitación durante la confesión o con ocasión o pretexto
de ella, debe ser castigado con la suspensión, con prohibiciones o privaciones o la expulsión
del estado clerical (cfr. c. 1387).
6. Quien acusa falsamente del delito de solicitación ante la autoridad competente, a un confesor
inocente, no debe ser absuelto hasta cuando no se retracte y repare los daños que hubiera
causado con la falsa denuncia (cfr. c. 982).
7. Está prohibido hacer uso de los conocimientos adquiridos en la confesión, aunque no haya
peligro de revelación y cuando se puede causar perjuicio al penitente.
8. "Quien está constituido en autoridad, no puede en modo alguno hacer uso, para el gobierno
exterior, del conocimiento de los pecados que haya adquirido por confesión en cualquier
momento" (c. 984).
¿Qué es? Cuando el cuerpo se enferma está impedido, ahí la iglesia realiza la unción de los
enfermos.
El efecto de este sacramento es fortalecer el cuerpo y el alma, porque la unción trae el perdón de los
pecados, este sacramento une a la persona con Jesús, este sacramento da consuelo y paz.
SUJETO: Todo fiel bautizado, en uso de razón que comienza a estar en peligro de muerte por
enfermedad o vejez.
MATERIA: El óleo bendecido por el Obispo en la Misa Crismal. Salvo en caso de necesidad, el
sacerdote puede bendecir el óleo.
Titulo VI
¿Qué es un sacerdote católico? Mediadores entre Dios y el hombre, instruyen a los fieles. En el
cristianismo solo hay un sacerdote que es cristo. Jesús es el mediador perfecto.
Jesús ofreció el sacrificio perfecto en la cruz, para que este permanezca presente y siga santificando
a la gente se requiere de la eucaristía.
En la misa hay un sacramento que es un signo visible para la humanidad. El sacerdote consagrado
hace a Dios visible y a través de su ordenación actúa.
El sacerdote católico no se ofrece para el o para la otra gente, el no actúa en su propio nombre.
Las Ordenes, según lo estipula el c. 1009, con base en la doctrina y la tradición de la Iglesia son
tres: el episcopado, el presbiterado y el diaconado (cfr. Lumen Gentium, 28).
Por el sacramento del orden, un fiel recibe una misión específica, a favor no personal, sino a favor
de la comunidad eclesial. Por este sacramento, el fiel queda indeleblemente sellado y consagrado
como ministro de Dios, y recibe la triple función de santificar, enseñar y regir el pueblo de Dios que
le sea asignado (cfr. c. 1008).
Grados de sacramento del oren sacerdotal tiene 3 niveles obispo que guía a los fieles u esto se
llama diócesis, los sacerdotes son el segundo nivel y son ordenados por el obispo y su tarea es
administrar los sacramentos, si esta a cargo de una parroquia es párroco y el tercer orden es el
diacono. El papa es producto de una elección, el es un obispo de toma y es sucesor de san pedro y
como sucesor el tiene el deber de ejercer por el bien de toda la iglesia.
El c. 1009 &2, dice que las Ordenes "se confieren por la imposición de las manos y la oración
consecratoria que los libros prescriben para cada grado".
FORMA es la oración consecratoria en la parte propia y específica para cada una de las
Órdenes.
1. Que haya cumplido los requisitos previos a la ordenación y que sea considerado digno.
3. Que, si el ordenando es de otra diócesis, debe constar que queda ciertamente adscrito a esa otra
diócesis.
1. La libertad. Esta está orientada hacia dos vertientes: no se puede obligar a nadie a ordenarse; ni
se puede prohibir a nadie que se ordene, a no ser que existan causas justas (cfr. ce. 1026, 1030).
Si alguien no es canónicamente idóneo, no puede ordenarse.
3. Adecuada preparación (c. 1027) y profundo conocimiento de todo lo que atañe al orden que
va a recibir (c. 1028).
Para el episcopado: 35 años y al menos 5 años de presbiterado --> ordena a alguien sin la
edad se solicita una dispensa
Para el diaconado transitorio (para los que van hacia el presbiterado): 23 años. Pasan 6
meses o un año como diáconos.
3. Quien haya cometido los delitos de apostasía, herejía (enseña cosas en contra de los dogmas de
la iglesia) o cisma.
4. Quien haya atentado matrimonio, aun sólo civil, estando impedido para hacerlo (v.gr. como es
el caso de los diáconos transitorios), o de alguien que se hubiera casado por lo civil con una
mujer casada.
6. Quien haya procurado el aborto y todos los que hayan colaborado con él.
9. Quien ejerza actividades propias de los presbíteros, sin haber sido ordenado, u, ordenado,
estando bajo alguna prohibición dada por una pena canónica declarada o impuesta.
25/11/20
I. ESQUEMA GENERAL
cc. 1055-1062 --> Son los cc. Introductorios al sacramento, en los cuales, como en los anteriores
capítulos, se hace una síntesis doctrinal. Acá se hará especial énfasis en la distinción entre contrato
y alianza.
cc. 1063-1072 --> Es tan importante este sacramento, sobre todo por las implicaciones externas, que
se dedican estos cánones a la preparación anterior al sacramento y a los requisitos jurídicos que se
deben tener presentes para la lícita celebración del matrimonio.
Trata los impedimentos matrimoniales, tanto a nivel general como en el estudio particular de cada
uno. A estos impedimentos pone el nombre de DIRIMENTES,"o sea aquellos que inhabilitan al
sujeto para realizar actos jurídicos válidos. El matrimonio es en sí mismo un acto jurídico
legítimamente reconocido por la autoridad tanto eclesial como civil.
cc. 1095-1107 --> Trata el tema del consentimiento matrimonial y de los vicios que hacen inhábil la
persona para dar el consentimiento válido.
¿Cómo se celebra un matrimonio? Trata el tema de la forma canónica del matrimonio y de los
atentados contra esa exigencia canónica. Acá se incluye el tema de las licencias, de los matrimonios
con personas pertenecientes a otros ritos católicos, etc. Se habla también de los defectos de la
forma.
CC. 1124-1129 --> Habla de los matrimonios mixtos y de las condiciones que deben cumplirse.
cc. 1130-1133 --> La celebración del matrimonio en secreto. ¿En qué consiste? ¿Cómo se hace?
cc. 1134-1140 --> Los efectos del matrimonio. Estos cánones son como un complemento de los cc.
Introductorios.
cc. 1141-1155 --> Habla de la separación de los cónyuges. Abarca dos temas importantes: la
disolución del vínculo, es decir, un matrimonio válido al que se le concede la gracia de la
separación, con la posibilidad, por parte de los cónyuges, de contraer nuevas nupcias, y la
separación común, o sea aquella en la que permanece el vínculo matrimonial. Es lo que
comúnmente se entiende por separación de cama, mesa y techo.
cc. 1156-1165 --> Finalmente, hay casos en que los matrimonios pueden ser nulos, pero por gracia
especial de la autoridad eclesiástica, y por el cese o dispensa del impedimento, dicho matrimonio se
convalida, se hace válido, siempre que la parte afectada renueve el consentimiento, o se sana en la
raiz, es decir, el Obispo que sabe de la nulidad de un matrimonio lo hace válido, siempre que no se
trate de un vicio de consentimiento.
ASPECTOS DOCTRINALES:
1. La alianza matrimonial
3. Ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de
la prole,
4. Fue elevada por Cristo nuestro Señor, a la dignidad de sacramento entre bautizados.
5. Por tanto, entre bautizados, no puede haber contrato matrimonial válido que no sea por eso
mismo sacramento.
La alianza, del latín foedus, es la expresión canónica por la que se indica el acto por el cual una
pareja se compromete a conformar una nueva y estable comunidad. En el CIC DE 1917, no se
hablaba de alianza, sino de contrato. Ahora, iluminados por la nueva doctrina conciliar, y el
Magisterio del Papa Juan Pablo II, el matrimonio es visto como la resultante de un pacto o alianza
que surge mediante la manifestación del mutuo consentimiento. Al utilizar esta terminología, se
deja entrever la honda raiz bíblica y la dimensión divina que corresponde a este sacramento.
Hay una serie de documentos que son necesarios conocer hoy y que dan al matrimonio y a la
familia un marco de reflexión especial:
1. La Constitución Pastoral del Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, en los números 47-52.
2. La Carta de los derechos de la Familia, publicada por la Santa Sede en octubre de 1983.
3. La Exhortación Apostólica Familiarís Consortio, del Papa Juan Pablo II, 1981.
4. La Carta a las Familias, Gratissimam sane, del Papa Juan Pablo II, con ocasión del Año
Internacional de la Familia en 1994.
5. La Encíclica Evangelium Vitae, el Evangelio de la Vida, del Papa Juan Pablo II, de 1995.
La G.S., 48, dice que "Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima
comunidad conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su
consentimiento personal e irrevocable". San Pablo, en la carta a los Efesios, 5,32, cuando habla del
misterio del matrimonio, y de su unión y asimilación a la alianza divina, afirma: "Gran misterio es
éste, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia". Ya antes había dicho: "Maridos, amad a vuestras
mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella" (Ef. 5,25).
Así pues, como Dios a lo largo de la historia ha sido fiel cumplidor de su promesa, y ha realizado la
alianza definitiva, de igual manera la realidad del sacramento del matrimonio se constituye a través
de la manifestación de la voluntad de conformar un pacto de amor.
Pero esta alianza tiene una finalidad muy concreta: se busca conformar una "comunidad de vida y
de amor". El Código habla de CONSORCIO. Esta Palabra viene del latín consortium, que significa
el hecho por el que el marido y la mujer se comprometen a participar en el destino común, en una
misma suerte, es decir, unidos para la buena y mala fortuna.
Vale la pena recordar lo que afirma el Código de Derecho Civil Colombiano en el art. 176: "Los
cónyuges están obligados a guardarse fe, a socorrerse y ayudarse mutuamente, en todas las
circunstancias de la vida"
Cuando se aborda la palabra matrimonio, es bueno conocer otras palabras que nos permiten conocer
un significado aún más profundo del consorcio, tales como:
Coniungium (de cum - iungere), que significa ponerse juntos bajo un yugo, llevar juntos
el yugo.
Connubium (de com - nubere - nuptiae), que expresa la costumbre de cubrir la cabeza de
los esposos con un velo y significa compartir los dos el mismo velo, el mismo destino.
Quienes conforman esta nueva comunidad son dos personas: un varón y una mujer. El matrimonio
se basa radicalmente en la diversidad de los sexos. Los dos están llamados a formar una sola carne
(Cfr. Gen. 2,18-24) con la finalidad de complementarse y de realizarse. La virilidad y la feminidad
son características que hacen posible el cumplimiento de los fines propios y específicos de la
alianza matrimonial, desde su ser natural.
El hombre es un ser netamente social. La tendencia del hombre a unirse a la mujer hace parte de su
propia naturaleza humana. Así se alcanza una complementariedad no solo física, sino también
psíquica y afectiva. Mediante esta unión heterosexual, el hombre y la mujer avanzan hacia su
realización como seres humanos.
Pero hay algo más: fuimos creados hombre y mujer, y como miembros del globo terráqueo y
partícipes de su plenitud, estamos llamados a prolongar nuestra existencia en el mundo. Es lo que
podemos denominar el instinto de conservación, o sea, la necesidad que tiene la especie humana de
asegurar su propia supervivencia mediante la generación de nuevos individuos.
Esta constatación nos permite descubrir un hecho: el matrimonio como tal es una institución natural
a la que por sí tiende todo ser humano de cualquier condición, raza o credo. Por tanto, el
matrimonio es la "unión estable del hombre y de la mujer, recíprocamente querida y realizada a
nivel físico y psicológico, y por tanto total de su ser, en vista de la propia perfección y de la
conservación de la especie".
La Gaudium et Spes continúa afirmando: "Así, del acto humano por el cual los esposos se dan y se
reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución confirmada por la ley divina.
Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal, están ordenados por sí
mismos a la procreación y a la educación de la prole, con la que se ciñen como con su corona
propia. De esta manera, el marido y la mujer, que por el pacto conyugal ya no son dos, sino una sola
carne (Mt. 19,6), con la unión íntima de sus personas y actividades se ayudan y se sostienen
mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y la logran cada vez más plenamente"
ASPECTOS JURÍDICOS
Mediante la alianza, se constituye, pues, el consortium totius vitae, consorcio de toda la vida. Acá
tenemos que abordar el estudio de dos términos jurídicos: el matrimonio INFIERI y el matrimonio
IN FACTO ESSE
1) El matrimonio IN FIERI
El c. 1057 afirma que el matrimonio surge, nace, del consentimiento dado por dos personas
jurídicamente hábiles. Este es un acto jurídico que "ningún poder humano puede suplir". Este acto
mira el origen de la comunidad de vida de amor.
Es el acto de la voluntad
en alianza irrevocable
En concreto, el consentimiento matrimonial que pronuncian los esposos, es el siguiente: "Yo N.N.,
me entrego a ti como esposo(a) y te acepto y te recibo como mi esposa(o). Prometo permanecerte
fiel en la alegría, en la adversidad y en el dolor, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la
prosperidad, para amarte y respetarte durante todos los días de mi vida".
De esta manera podemos concluir que un consentimiento matrimonial válido es el que es dado
por personas jurídicamente hábiles, un hombre y una mujer, que libremente se entregan
recíprocamente, para siempre, y con el deseo exclusivo de conformar una nueva comunidad llamada
matrimonio.
¿Hasta qué punto podemos decir que el matrimonio surge de la celebración de un contrato?
En primer lugar, hemos de decir que como acto jurídico que origina derechos y deberes mutuos, el
matrimonio es todo un contrato.
1. Está motivado no sólo por circunstancias externas y anhelos humanos, sino también por la fe.
3. Crea obligaciones en ambas personas: es necesariamente bilateral y, para su validez, debe estar
limpio de condiciones de futuro.
El consentimiento, pues, es la causa originante del matrimonio como institución y, por lo tanto,
como sacramento. En otras palabras: el matrimonio in fierí será la decisión para realizar el
consortium totius vitae.
Lo identificamos con la resultante lógica del consentimiento matrimonial, esto es: con la institución
matrimonial establemente constituida. El c. 1096 &1, dice que "El matrimonio es un consorcio
permanente entre un varón y una mujer, ordenado a la procreación de la prole mediante una cierta
cooperación sexual". Esta cooperación sexual debe ser hecha a modo humano. La expresión "cierta"
da a entender que no se requiere un conocimiento absoluto del aspecto sexual por parte de los
cónyuges.
El matrimonio in facto esse, no se confunde con el ius in corpus, al que hacía referencia el CIC, 17,
c. 1081 &2: "El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad por el cual ambas partes dan y
aceptan el derecho perpetuo y exclusivo sobre el cuerpo, en orden a los actos que de suyo son aptos
para engendrar prole", y que se afirmaba como doctrina cierta y única al afirmar que "la procreación
y la educación de la prole es el fin primario del matrimonio; la ayuda mutua y el remedio de la
concupiscencia es su fin secundario" (CIC, 17, c. 1013,&1).
La moderna doctrina conciliar y pontificia presenta la institución matrimonial con una razón de ser
diversa: esta es una verdadera y auténtica comunidad de vida y amor que se asume para siempre.
La Encíclica Humanae Vitae, de Pablo VI, dice: "Los esposos, mediante su recíproca donación
personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo
perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas
vidas".