4.4. Clasificaciones de Karl Loewenstein
4.4. Clasificaciones de Karl Loewenstein
4.4. Clasificaciones de Karl Loewenstein
Loewenstein opina que las constituciones originarias son relativas y absolutamente poco
frecuentes, puesto que a lo largo de los años ha habido poco espíritu inventivo en la
creación de leyes fundamentales, lo que tiene su razón de ser en el carácter
fundamentalmente conservador del hombre político, que es por lo tanto adverso, a
rupturas violentas con el pasado. El autor alemán sostiene que experimentar con
novedades constitucionales suele ser muy peligroso, por lo que solamente movimientos
revolucionarios sociales en gran escala son apropiados para producir nuevas formas
constitucionales. Como tipos originarios de constitución, Loewenstein dice que entre los
más importantes ejemplos de Constituciones originarias, se pueden considerar:
• El parlamentarismo británico
• Las constituciones rusas “soviet” de 1918 y 1924, que rompieron totalmente con la
tradición constitucional de occidente y atribuye-ron a los consejos de trabajadores y
campesinos el papel decisivo en el proceso del poder.
c) Clasificación Ontológica
“La existencia hoy de una Constitución escrita no implica, en absoluto, ipso facto una
garantía de distribución y, por lo tanto, limitación del poder”, surge pues la necesidad
de desentrañar verdaderamente si una Constitución cumple con su cometido de
institucionalizar la distribución del ejercicio del poder político y, por consiguiente, el
control del mismo de parte de quienes lo detentan.
De acuerdo con esto, las Constituciones pueden ser de tres tipos: Normativa, Nominal y
Semántica.
En este orden de ideas, sólo cuando las normas de una Constitución, dominan el proceso
político o, a la inversa, el proceso del poder se adapta a las normas de la Constitución y
se somete a ellas, podemos hablar de una Constitución normativa. El maestro alemán
ejemplifica este tipo de Constitución haciendo una paráfrasis figurada “la constitución
es como un traje que sienta bien y que se lleva realmente”.
c.2) Constitución Nominal Loewenstein sostiene que “el carácter normativo de una
Constitución no debe ser tomado como un hecho dado y sobreentendido, sino que deberá
ser confirmado por la práctica”.
Una Constitución puede ser calificada de nominal, cuando a pesar de ser jurídicamente
válida, la dinámica del proceso político no se adapta a sus normas, entonces la
Constitución carece de realidad existencial. Lo que la Constitución nominal implica es que
los presupuestos sociales y económicos existentes en el momento actual operan contra
una concordancia absoluta entre las normas constitucionales y las exigencias del proceso
del poder. Debido a que quizá la promulgación de la Constitución fue prematura o a que la
realidad social aún no lo permite, pero en el caso de esta clasificación, se debe estar
frente a una decisión política de buena voluntad, de parte tanto de los detentadores
como de los destinatarios del poder, de que tarde o temprano la realidad del proceso del
poder corresponderá a lo establecido en el texto constitucional.