UNIDAD 7 Ser Universitario y Cultura de La Legalidad PDF
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Cultura de la Legalidad
1er semestre
Objetivo particular
Temario
Unidad 7. Civilidad y Cultura de Legalidad condiciones sine-qua non en la vida
profesional del Jurista Universitario
Civilidad
De conformidad al Diccionario General Ilustrado de la Lengua Española, la palabra
civilidad se refiere a la calidad de ser civil, de sociabilidad y urbanidad, cuestión
que coincide el jurista Rafael de Pina Vara en su Diccionario de Derecho. La civilidad
se refiere al trato entre dos o más personas a la forma en la que interactúan entre
sí, a cómo conviven y se tratan unas a otras. La civilidad es un sinónimo de cortesía,
demostración o acto con que se manifiesta la atención respeto o afecto que tiene
alguna otra persona.
Cultura de Legabilidad
Haciendo una separación de los vocablos Cultura, y Legalidad, y de conformidad a
la Enciclopedia Jurídica Omeba, el vocablo cultura tiene dos sentidos diversos, en
el primero, visto de una forma amplia y general, la cultura de un individuo, de
un grupo social, o de un pueblo, refiriéndonos ya sea a un cierto refinamiento en
sus costumbres y modalidades, ya a la riqueza y extensión de su saber; por otro
lado, en el estricto y específico concepto de las ciencias culturales se denomina
cultura al ámbito propiamente humano de la realidad, a este mundo espiritual que
el hombre se crea a través de las acciones y reacciones sociales que se dan en el
devenir, en este mismo sentido, la cultura está integrada por un conjunto
de formas estructurales de vida de un grupo social y por las objetivaciones que
se producen dentro de cada una de estas formas estructurales. Constituyen, así, la
cultura, o más propiamente dicho, el mundo de la cultura, el conjunto de las ciencias
y las artes; los usos y costumbres; el lenguaje; los procedimientos técnicos; los
modos de vida familiar; las religiones; los mitos y creencias; las actividades políticas,
económicas, jurídicas y deportivas; la vida moral y toda creación, obra, o institución
que produce la actividad humana en ese incesante acaecer.
Por otro lado, y respecto a los Derechos Humanos, podemos advertir que el actual
Capítulo Primero de la Constitución se titula “De los Derechos Humanos y Sus
Garantías”, encontrándose desde el artículo 1 constitucional establecido que toda
persona gozará de los Derechos Humanos reconocidos en la constitución.
Fuera de esta realidad del ser, que es estudiada por la ontología, encontramos una
realidad que denominamos Deber Ser que es estudiada por la deontología, y que
se ocupa de determinar cómo debe de ser la conducta humana. Partiendo de esta
diferenciación entre la realidad del “Ser” y la realidad del “Deber Ser”, podemos
ubicar el mundo de las normas, concretamente las normas jurídicas, dentro del
mundo del “Deber Ser”.
La Constitución de la Ciudad de México, dispone en el artículo 23, que toda
persona tiene deberes con su familia, su comunidad, y su entorno. Marcando
como deberes de los ciudadanos el ejercer y respetar los derechos
reconocidos y contribuir al acceso universal de los derechos, tratando a todas
las personas con dignidad y sin discriminación; así mismo, respetar y
coadyuvar en el desarrollo integral de los miembros de su familia, proteger,
preservar y generar un medio ambiente sano y utilizar los recursos naturales
de modo racional y sustentable; respetar la vida y la integridad de los animales como
seres sintientes, así como brindarles un trato digno y respetuoso; contribuir al gasto
público; y denunciar cualquier acto ilícito que llegasen a presenciar. Lo anterior de
conformidad con lo preceptuado en el artículo 31 de la Constitución General de la
República.
No sorprende decir que estas metas se han tornado difíciles de cumplir para nuestro
país, sin embargo, tenemos la firme convicción de que, el fortalecer nuestras
instituciones a través de las herramientas que nos brinda el derecho depende en
gran medida de una sociedad participativa y democrática, por eso, como estudiante
de derecho, es importante que concientice, la importancia de fortalecer el estado
democrático de derecho en el que aspiramos a vivir, es decir, a través de verdaderos
pesos y contrapesos de poder, de la procuración e impartición de justicia pronta,
expedita y apegada a derecho de la que tanto se nos ha hablado, teniendo presente
en todo momento, el pleno respeto a la dignidad humana.
Al hacer referencia a las normas, nos parece prudente y fundamental hacer mención
de uno de los grandes teóricos de la ciencia jurídica en México, el Jurista Eduardo
García Máynez en su libro “Introducción al Estudio del Derecho” establece lo
siguiente (García, 2002: 78):
Ahora bien, podemos agrupar las normas del Derecho por su ámbito de aplicación:
Vida Ejemplar por el Respeto a los Derechos Humanos, la Equidad de Género,
la Justicia, la Ley y las Instituciones en el marco del Estado Democrático de
Derecho
Vida ejemplar es un concepto bastante amplio para definir, muchas y muy variadas
son las acciones que una persona puede realizar dentro de su vida privada o
profesional que pueden ser consideradas como “Ejemplares” o más bien
“censurables”. Al tocar este punto, debemos hacer directa referencia al Jurista y
aquel Jurista en proceso de creación, ya que ellos son el centro de toda esta
problemática.
Por su parte, el comité enviado por parte de México realizó la siguiente aclaración
respecto de las definiciones anteriores.
Sobre los siguientes conceptos, ley, justicia e institución, el Jurista tiene un deber
bastante similar respecto a ellos, según Ulpiano se define como “iustitia est
constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi”, la justicia es la constante
y perpetua voluntad de darle a cada quien lo que se merece. La ley sin más es una
norma jurídica que crea situaciones generales y abstractas creadas por el poder
legislativo obligatorias y aplicables a quienes se adecuen a la hipótesis establecida.
Además, el diccionario Jurídico Mexicano define como institución de la siguiente
forma: “Las instituciones son el conjunto de las formas o estructuras de organización
social, tales como han sido establecidas por la ley o la costumbre de un grupo
humano”.
Tomando en cuenta todo lo anterior es simple la actitud que el jurista debe de tener
respecto de los conceptos anteriores, limitando su actuar a respetarlos y observar
que sean respetados por todos los agentes sociales.