Poemas de Calidad Dudosa
Poemas de Calidad Dudosa
Poemas de Calidad Dudosa
Dicen que los amigos son “la familia que elegimos”. Encontrar la verdadera amistad es uno de los grandes tesoros de la vida, por
eso cualquier momento es ideal para dedicar unas bonitas palabras a esas personas tan importantes que nos acompañan cada
día.
Aquí te dejamos una selección de 26 poemas de amistad, de diferentes autores, para inspirarte. Además, te comentamos cada
uno de ellos.
Este poema shakespeariano trata el tema del paso del tiempo. En él, el hablante lírico se dirige a un amigo, al que no ve desde
hace años. A pesar de que ha transcurrido una larga temporada sin verlo, él sigue mirando con los mismos ojos a su compañero,
quien parece mantenerse igual.
No hay mayor gesto de amor hacia los amigos que expresar con gratitud lo que sentimos por ellos. En este poema de Pablo
Neruda, el hablante lírico manifiesta el afecto hacia el amigo ofreciéndole todo cuanto tiene.
I
Amigo, llévate lo que tú quieras,
penetra tu mirada en los rincones,
y si así lo deseas, yo te doy mi alma entera,
con sus blancas avenidas y sus canciones.
II
Amigo, con la tarde haz que se vaya
este inútil y viejo deseo de vencer.
Bebe en mi cántaro si tienes sed.
Amigo, con la tarde haz que se vaya
este deseo mío de que todo rosal
me pertenezca.
Amigo,
si tienes hambre, come de mi pan.
III
Todo, amigo, lo he hecho para ti. Todo esto
que sin mirar verás en mi estancia desnuda:
todo esto que se eleva por los muros derechos
—como mi corazón— siempre buscando altura.
¿Qué es la amistad?, esta es la cuestión a la que trata de responder el poeta colombiano Carlos Castro Saavedra. Para el hablante
lírico, amistad significa, entre otras cosas, apoyo, sinceridad, compañía y sosiego en los momentos más complejos. Una amistad
verdadera supera el paso del tiempo, entre alegrías y tristezas.
Amistad es lo mismo que una mano
que en otra mano apoya su fatiga
y siente que el cansancio se mitiga
y el camino se vuelve más humano.
La pérdida de un amigo supone un momento muy doloroso. En este poema, el autor sevillano Antonio Machado describe las
sensaciones y el ambiente que rodea al instante en que se da sepultura a su amigo. Indaga en su interior y en el mundo sensorial,
captando la esencia de ese trágico instante.
Tierra le dieron una tarde horrible
del mes de julio, bajo el sol de fuego.
El aire se llevaba
de la honda fosa el blanquecino aliento.
Definitivamente,
duerme un sueño tranquilo y verdadero.
Al igual que otro tipo de relaciones afectivas, la amistad hay que cuidarla. En este poema, del autor cubano José Martí, el
hablante lírico expone que cuida a quienes son sinceros y leales con él, cultivando una rosa blanca. Del mismo modo, se
comporta con quienes le han hecho daño, pues no despierta rencores hacia ellos.
Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero,
para el amigo sincero
que me da su mano franca.
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La amistad se transforma con el paso del tiempo, fluye, crece y madura. El escritor mexicano Octavio Paz se vale de metáforas y
analogías para explicar cómo son estas relaciones de afecto a través de los años.
Pedro Salinas, uno de los mayores representantes de la Generación del 27, escribió este poema amoroso en el que el amante
percibe el mundo a través del ser amado, su amiga. A quien compara con un cristal a través del cual puede contemplar el mundo.
Para cristal te quiero,
nítida y clara eres.
Para mirar al mundo,
a través de ti, puro,
de hollín o de belleza,
como lo invente el día.
Tu presencia aquí, sí,
delante de mí, siempre,
pero invisible siempre,
sin verte y verdadera.
Cristal. ¡Espejo, nunca!
Este poema de Christina Rossetti, una reconocida poeta inglesa del siglo XIX, forma parte de su obra El mercado de los duendes
(1862). En esta ocasión, el hablante lírico se dirige a su amante o amigo para pedirle que le recuerde cuando muera. En los
últimos versos le pide que no la recuerde en la tristeza, si así lo hace, prefiere que la olvide.
Este soneto de Lope de Vega, uno de los máximos exponentes del Siglo de Oro español, es de temática religiosa. En él, el
hablante lírico alude directamente a Jesús y le muestra su arrepentimiento por no abrirse a Dios. A pesar de que el hablante lírico
se negaba a la conversión, este ha perseverado y esperado el momento.
¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta cubierto de rocío
pasas las noches del invierno oscuras?
Este poema del autor italiano Cesare Pavese trata el tema de la muerte. El autor experimentó durante su vida la pérdida de varios
seres queridos, por eso, en estos versos, evoca el miedo a perder a un amigo.
En este poema del naturalista estadounidense John Burroughs, el hablante lírico trata de dar respuesta a la cuestión qué es un
amigo. Para él es quien es sincero, generoso, auténtico, incondicional y buen consejero.
Aquel cuyo apretón de manos es un poquito más firme,
Aquel cuya sonrisa es un poquito más luminosa,
Aquel cuyos actos son un poquito más diáfanos;
Ese es a quien yo llamo un amigo.
Una despedida definitiva puede ser un momento sobrecogedor. En este poema del argentino Rodolfo Tallón, el hablante lírico
consuela a su amiga, a quién deja atrás. Él se marchará para siempre, pero vivirá gracias al recuerdo del ser querido, quién lo
hará inmortal.
No moriré del todo, amiga mía,
mientras viva en tu alma mi recuerdo.
Un verso, una palabra, una sonrisa,
te dirán claramente que no he muerto.
La escritora chilena publicó este poema en su libro Estación Termini (2009). Esta breve composición contemporánea explora una
relación de amistad más compleja de lo que, aparentemente, parecía.
Ni él
ni yo
nos dimos cuenta
que nuestra amistad estaba llena
de recovecos
Traducirla
habría sido
sacrílego.
Alberto Lista fue un matemático y poeta español que vivió durante los siglos XVIII y XIX. Dedicó poemas como este a un buen
amigo, Albino, a quien agradece por amistad durante años con estos versos.
La ilusión dulce de mi edad primera,
del crudo desengaño la amargura,
la sagrada amistad, la virtud pura
canté con voz ya blanda, ya severa.
Los buenos amigos nos permiten abrir nuestro corazón y nos escuchan en los malos momentos. En su obra Campos de Castilla
(1912) se enmarca este poema en el que Machado, de forma epistolar, se dirige a su buen amigo José María Palacio.
Mientras descubre el paisaje soriano en primavera, el hablante lírico le pide a su buen amigo que lleve lirios a su difunta esposa
Leonor, cuya tumba se encuentra en el Espino, cementerio de Soria.
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
Este desconocido soneto, del escritor argentino Julio Cortázar, fue incluido en el mecanoscrito Preludios y Sonetos (1944). Este
documento estaba dedicado a Zamora Vicente, escritor español, y a la esposa de este, con quienes mantuvo una gran amistad. El
poema explora una amistad pasada, lo hace a través de distintos elementos que le hacen volver a ella, como un difuso recuerdo.
En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.
¿Es posible mantener la amistad después de una relación amorosa? Este breve poema de la escritora estadounidense Ella
Wheeler Wilcox explora las sensaciones que afloran tras la separación de los amantes.
Este poema del autor bengalí Rabindranath Tagore está contenido en el libro El jardinero (1913). Los amigos nos escuchan
cuando más lo necesitamos y guardan nuestros secretos. En estos versos, el hablante lírico se dirige a su amiga, a quien le alienta
para que le cuente, en confianza, aquello que tanto le angustia.
No guardes solo para ti el secreto de tu corazón, amiga mía, dímelo,
solo a mí, en secreto
Susúrrame tu secreto, tú que tienes una sonrisa tan dulce; mis oídos
no lo oirán, solo mi corazón.
La amistad nos hace experimentar emociones gratas e inexplicables. Este poema contemporáneo consigue transmitir estas
sensaciones a través de sus versos.
Algunos de los momentos más dichosos de nuestras vidas son las reuniones y situaciones vividas con los amigos. Este poema, de
una de las figuras más relevantes de la poesía española de la Generación del 50, reflexiona sobre la amistad. Ese lugar, que
supera el espacio y el tiempo, donde podemos “dejarnos ser”.
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en la amistad.
Mirad:
somos nosotros.
Pero callad.
Quiero deciros algo.
Solo quiero deciros que estamos todos juntos.
A veces, al hablar, alguno olvida
su brazo sobre el mío,
y yo aunque esté callado doy las gracias,
porque hay paz en los cuerpos y en nosotros.
Quiero deciros cómo trajimos
nuestras vidas aquí, para contarlas.
Largamente, los unos con los otros
¡en el rincón hablamos, tantos meses!
que nos sabemos bien, y en el recuerdo
el júbilo es igual a la tristeza.
Para nosotros el dolor es tierno.
Reprimir la ira no hace otra cosa que empeorar las relaciones humanas. Este poema del poeta británico William Blake, establece
una comparativa entre cómo trató un problema con su amigo, y logró superarlo, y cómo lo hizo con su enemigo. La falta de
comunicación con este hizo que la ira aumentara y creciera como un árbol venenoso.
Y se entrometió en mi jardín,
cuando la noche cubría el polo;
y por la mañana estuve contento de ver
a mi enemigo extendido bajo el árbol.
Los amigos están en los momentos más complicados. Este poema del escritor uruguayo, representante de la Generación del 45,
puede ser ideal para alentar a un ser querido que ha perdido la esperanza. Con estas bellas palabras, el hablante lírico brinda su
apoyo incondicional a su compañera.
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
En las relaciones de amistad también puede darse el amor no correspondido. En estos versos del poeta colombiano Jorge Isaacs,
quién cultivó el género romántico, el hablante lírico lamenta haber creído que la relación con su amada se trataba de algo más
que una amistad.
Esta composición del autor Henry Wadsworth Longfellow, conocido por haber sido el primer traductor estadounidense de la
Divina Comedia, explora de manera metafórica el tema del odio y el amor, la flecha y la canción, respectivamente. Al igual que la
canción, el sentimiento del amor permanece íntegro en el corazón de los amigos.
Lancé una flecha al cielo azul.
Cayó en la tierra, ignoro dónde.
Partió tan rauda que la vista
seguir su vuelo no logró.
Este poema, de la médica y periodista Elena S. Oshiro, supone toda una declaración de confianza a los amigos, quienes están ahí
siempre en lo bueno y lo malo.
Creo en tu sonrisa,
ventana abierta a tu ser.
Creo en tu mirada,
espejo de tu honestidad.
Creo en tu mano
siempre extendida
para dar o recibir.
Creo en tu abrazo,
acogida sincera
de tu corazón.
Creo en tu palabra,
expresión de lo que
quieres o esperas.
Referencias bibliográficas:
Marián Ortiz
Graduada en Comunicación Audiovisual (2016) por la Universidad de Granada, con máster en Guion, Narrativa y Creatividad Audiovisual (2017) de la
Universidad de Sevilla.