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La adopción es un acto jurídico que consiste en que una persona o familia acepte como hijo

propio a quien no lo es por naturaleza biológica.


Es la medida de protección de carácter permanente, a través de la cual se brinda una familia
a niños, niñas y adolescentes que han sido declarados en abandono, el objetivo principal
de la misma es darle al infante una familia, un hogar en el cual pueda sentirse identificado
en el cual se respeten sus derechos y su integridad.
En el Titulo XI del Libro I de las Instituciones de Justiniano se nos menciona todo lo relativo
a las adopciones que vendría a ser: la naturaleza de la adopción; las clases de adopciones;
la arrogación y adopción; quiénes pueden o no adoptar; quiénes pueden o no ser arrogados
o adoptados; los diferentes conceptos en que puede recibirse al adoptado; y los efectos de
estas mismas.
Según las Instituciones de Justiniano las adopciones se realizan de dos maneras ya sea
mediante la autoridad del príncipe o por el imperio del magistrado. Con la autoridad del
príncipe se adopta a los que son independientes, cuya especie de adopción se llama
arrogación. Por la autoridad del magistrado se adopta a los hijos sometidos bajo la patria
potestad y eso así sea de primer grado o grado inferior.
Resulta que cuando el padre natural daba a su hijo en adopción y no a un extraño, sino a su
abuelo materno, o bien, si el mismo padre fuese emancipado, a su abuelo paterno, o aún a
su bisabuelo paterno o materno, en este caso, como en una misma persona concurran los
derechos que dan la naturaleza y la adopción, dejamos al padre adoptivo todos sus
derechos fundados sobre un vínculo establecido por la adopción, de manera que el hijo
pase bajo su poder y a su familia.
La adopción se realiza bajo ciertas condiciones, las cuales vendrían a ser que el
adrogante debe dar causación a una persona pública de que, si el pupilo muere
antes de la pubertad, restituirá sus bienes a aquellos que sin la adopción la habrían
sucedido.

En el Art 378 del Código Civil podemos encontrar ciertos requisitos de suma importancia
para que una persona pueda adoptar que vendrían a ser que el adoptante goce de una
solvencia moral como también que la persona que quiere adoptar sea por lo menos igual a
la suma de la mayoridad y la del hijo por adoptar. Se hace mención que cuando el adoptante
sea conviviente conforme a lo señalado en el artículo 326, concurra el asentimiento del otro
conviviente y por último que sea aprobada por el juez, con excepción de lo dispuesto en las
leyes especiales, que, si el adoptante es extranjero y el adoptado menor de edad, aquél
ratifique personalmente ante el juez su voluntad de adoptar.
Los Requisitos para poder Adoptar un Niño en Perú son regulados por el Ministerio
de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, el cual ha determinado que se ha
incrementado el número de adopciones por parte de ciudadanos peruanos,
teniendo en cuenta que anteriormente eran más las adopciones por parte de
familias extranjeras.

Sólo los niños, niñas y adolescentes declarados judicialmente en estado de abandono


pueden ser promovidos en adopción a través de la Dirección General de Adopciones. Es por
ello por lo que no todos los niños/niñas que viven en los centros de atención residencial
(CAR) pueden ser adoptados, pues no todos ellos están declarados en abandono.
Para declarar a un niño en estado de abandono debe realizarse el Proceso de Investigación
Tutelar, que consta de dos etapas: La primera vendría a ser la investigación tutelar, a cargo
del MIMP y la segunda vendría a ser la declaración del estado de abandono, a cargo del
Poder Judicial. Este modelo sólo se cumple en Lima. En provincias, tanto la investigación
tutelar como la declaración de abandono está aún a cargo del Poder Judicial.
Es importante tener en cuenta que en los tiempos de Justiniano no todas las personas
podían adoptar, un menor de edad no puede adoptar a alguien mayor ya que la adopción
imita la naturaleza así que teniendo en cuenta ello sería muy raro que el hijo sea mayor que
el padre.

Respecto a los primeros tiempos sólo se requería que el adoptante fuera mayor
que el adoptado y tuviera, al menos, dieciocho años de edad. Con Justiniano se
exigió que hubiera entre ambos una diferencia de edad no menor a dieciocho años
y que el adoptante no estuviese físicamente impedido de procrear. La edad del
adoptado no revestía importancia, siendo usual la adopción de personas de corta
edad. No se requería que el adoptante no tuviese hijos biológicos.

En la actualidad tampoco se permite que un menor de edad pueda adoptar porque en los
requisitos establecidos en el Código Civil Art 378 ya mencionado se nos indica claramente
que la edad del adoptante sea por lo menos igual a la suma de mayoridad(18) y la del hijo
por adoptar. Por ejemplo, si el menor a ser adoptado tiene 4 años de edad, el adoptante
deberá tener como mínimo 22 años.

Las mujeres en tiempos de Justiniano tenían prohibido adoptar porque no tenían ni bajo su
potestad a sus hijos naturales. Solo en el caso de haber perdido sus hijos naturales, la
benevolencia del príncipe podía concederles el permiso para adoptar como un medio para
así poder consolarlas en la perdida de sus propios hijos, pero no adquirían sobre el
adoptado patria potestad ya que esta vendría a ser una adopción anómala en la causa que
se concedía, en la manera de hacerse, y en sus resultados.

Los castrados no tenían permitido adoptar ya que estos no pueden procrear y la adopción
que por ellos se hiciera no estaría cumpliendo el requisito de imitar a la naturaleza por lo
tanto se les tenía prohibido la adopción.

En el Art 382 del Código Civil nos menciona que nadie puede ser adoptado por más de una
persona, a no ser por los cónyuges o por los convivientes conforme a lo señalado en el
artículo 326 del presente Código.

El procedimiento para la adopción fue simplificado bajo Justiniano, en la medida en


que al efecto bastó una simple declaración de los interesados delante del
magistrado. Aquellos que podías adoptar eran los ciudadanos romanos, Peter
familias y sui iuris.

La lex romana reconocía dos tipos de adopción; la “adrogatio” cuando recae sobre
una persona capaz (“sui iuris”) y la adopción propiamente dicha, cuando se
realizaba sobre un incapaz (“alieni iuris”).

Justiniano simplificó notoriamente las formalidades, bastando desde entonces la


declaración conjunta de padre biológico y adoptante por ante el magistrado. No se
requería el consentimiento del hijo, bastando que el mismo no se opusiera a ser
adoptado.

Según el Art 379 del CC podemos encontrar lo que vendría a ser el trámite de
adopción que se nos menciona que la adopción se tramita con arreglo a lo
dispuesto en el Código Procesal Civil, el Código de los Niños y Adolescentes, en la
Ley para la protección de niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales o en
riesgo de perderlos y su reglamento y en Ley de Competencia Notarial, según
corresponda.

El trámite de la adopción se encuentra regulado en los siguientes cuerpos legales:

• Código Procesal Civil arts. 781 al 785.


• CNA: art. 119, art. 127, art. 28
• Ley de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos: arts. 21 al 23.
• Ley para la protección de niñas, niños y adolescentes sin cuidados parentales o
en riesgo de perderlos: arts. 123 al 147.
• Reglamento de la Ley para la protección de niñas, niños y adolescentes sin
cuidados parentales o en riesgo de perderlos: arts. 172 al 212.

El proceso para llevar al cabo una adopción consiste en 3 etapas:

Primera etapa: asistencia a la Sesión Informativa, asistencia a los talleres de


preadopción, ingreso de la ficha de inscripción a Mesa de Partes, evaluación psico-
social y legal, declaración de aptitud, ingreso al Registro Nacional de Adoptantes y
propuestas de parte del Consejo de Adopciones.

Segunda etapa: etapa se le comunica la designación del niño, tienen siete días, para
enviar la carta de aceptación, se le comunica al alberge para la preparación del
niño, se inicia la etapa de empatía con el niño (la cual lleva de 4 a 7 días), relación
externa, etapa de colocación familiar (dura de 7 a 14 días, en la cual recibirá dos
visitas), firma de la resolución de adopción y compromiso, acompañamiento post
adoptivo, plazo de ley para la resolución de adopción y firma (1 día), Comunicación
a la RENIEC y obtención de la nueva partida del niña o niño adoptado.

Tercera etapa: se realizan visitas semestrales a las familias por tres años. En caso
de adopciones internacionales las familias o instituciones autorizadas deberán
remitir informes semestrales durante un periodo de 4 años, salvo lo dispuesto en
los convenios internacionales.

Los procedimientos de adopción en el Perú se encuentran regulados en leyes y normas que


se encuentran dispersas, tales como leyes, decretos supremos, resoluciones ministeriales.
Se aprecia que el Estado peruano ha adoptado medidas legislativas y políticas públicas
conducentes a facilitar la adopción de menores declarados judicialmente en estado de
abandono. Se cuenta con programas de adopción prioritaria que tienen como finalidad
facilitar y acelerar los procesos de adopción de menores con características especiales.
El gran legislador clasificó la adopción en “adoptio minus plena” y “adoptio plena”. La
primera ocurría cuando el adoptante era un extraño, sin vínculo de parentesco con el
adoptado. En ese caso, la autoridad paterna del padre originario no se extinguía y, por
consiguiente, el filius no cambiaba de familia, adquiriendo solamente derechos a la
herencia “ab intestato” de su padre adoptivo. Al no conferir derecho de patria potestad, se
permitió a las mujeres adoptar de esta manera.

Actualmente se cuenta con la adopción plena que ofrece los mismos derechos al
adoptado que si fuera hijo biológico (sustitución de apellidos, se considerará que el
adoptado tiene abuelos y tíos, el adoptado podrá recibir herencia de todos sus
ascendientes.
Por otro lado, tenemos la adopción simple, solo existen ciertos derechos y
obligaciones entre adoptante y adoptado. El adoptado no poseerá los apellidos del
adoptante, ni tendrá derecho a heredar de otros ascendientes que no sean los
padres.
En el Perú tenemos tres tipos de adopciones que vendrían a ser la adopción de mayores de
edad, que se tramita como proceso no contencioso ante el Juez de Paz o notarialmente; la
adopción administrativa, a cargo del MIMP y la adopción por excepción, cuyo trámite es
judicial.
En las instituciones de Justiniano se nos menciona que no pueden ser adoptados quienes
pueden ser legitimados, es decir, los hijos naturales que son concebidos en concubinato,
porque se produciría una oposición entre la Legitimación y la Adopción, que son ambas
fuentes de la Patria Potestad.
Los Libertos no podían ser adoptados sino que por el amo que los hubiere manumitido y
que, en tal calidad conservaba sobre ellos el patronato.
Se explica que así fuera porque, de otra suerte, el adoptado quedaría sometido a dos
poderes contrapuestos, como serían los del patrono y del adoptante.

Se admitió una subdivisión basada en el parentesco existente entre el adoptante y el


adoptado. La importancia de esta subclasificación radico en los efectos que habían de
producir una y otra forma de adopción. El parentesco es aquella relación existente
entre los miembros de una familia en razón de la consanguinidad, de la afinidad
(matrimonio) y de la adopción (civil). Teniendo efectos más intensos los vínculos
consanguíneos que aquellos por afinidad.
Padres e hijos que, a diferencia de los vínculos biológicos, se han relacionado por una forma
de elección. Elección de ser padres, de dar amor, de alguien a quien amar, conjugadas con
ese deseo irrefrenable de los más pequeños de ser cuidados, amados, acompañados.
Elección que se hace cara a cara, día a día, en las noches sin dormir, en las fiebres, en el
llanto, en la lastimadura, en las primeras lágrimas por amor. Si existe una institución jurídica
que ha contribuido a complementar la labor de la naturaleza, esa es la adopción.

Los padres adoptivos son minuciosamente seleccionados en el proceso de


adopción para asegurarse de que el niño va a recibir los máximos beneficios tal y
como debe ser en un hogar.

Según el Decreto Legislativo Nº 1297, “la adopción es una medida legal de protección
definitiva para niñas, niños y adolescentes (NNA) declarados judicialmente en estado de
desprotección familiar y adoptabilidad”. “Es una manera de garantizar su derecho a vivir en
una familia idónea, debidamente protegidos y amados con las mejores condiciones de
crianza para desarrollarse integralmente”, se explica en la norma.
Según el CNA la adopción es una medida que protege al adoptado desde la
concepción hasta alcanzar la mayoría de edad y establece como irrevocable aquella
manifestación de voluntad del adoptante de incorporar a un tercero a su familia
consanguínea en calidad de hijo.

Asimismo, 389 niñas y niños mayores de seis años, adolescentes, grupos de


hermanos, menores con problemas de salud y con alguna discapacidad, que
cuentan con sentencia de desprotección familiar, se encuentran en la lista de
adopciones especiales a la espera de integrarse a una familia adoptiva.
Son escasas las solicitudes de adopción para esta población de niñas, niños y
adolescentes, sin embargo, el MIMP realiza actividades de sensibilización dirigidas
a los solicitantes que cuentan con idoneidad para la adopción, para que consideren
la posibilidad de adoptar a un niño, niña o adolescente del grupo de adopciones
especiales.
En la actualidad son comunes los matrimonios que deciden realizar la adopción de un
infante. Independientemente de los motivos por los cuales se decida hacer una adopción,
es importante conocer los requerimientos y disposiciones legales según el país en el cual se
quiere llevar a cabo la adopción.
Hoy en día la adopción ya no se esconde, ha dejado de ser un secreto de familia para pasar
a ser un proceso natural al que muchas parejas recurren, o bien por la imposibilidad de
tener sus propios hijos, o porque las circunstancias familiares así lo requieren. Lo que la Ley
prima por encima de todo es el interés del menor, su seguridad, y la posibilidad de que
pueda crecer en un entorno de cariño y amor.

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