Teorias Del Desarrollo Organizacional
Teorias Del Desarrollo Organizacional
Teorias Del Desarrollo Organizacional
Teoría conductista
Taylor
Fayol
Mayo
formal.
– El individuo no sólo es motivado por incentivos económicos, sino por diversos factores sociales y
psicológicos. Su comportamiento es condicionado por creencias, sentimientos y actitudes.
– El grupo informal en el trabajo se convierte en una unidad de primera importancia. El grupo tiene
un papel importante en la determinación de actitudes y en el rendimiento de los trabajadores.
– Los patrones tradicionales de liderazgo basados en la estructura formal deben modificarse,
subrayándose más los liderazgos democráticos que los autocráticos.
– Es importante desarrollar canales de comunicación efectivos que permitan el intercambio de
información entre los distintos niveles jerárquicos. Así la participación se convirtió en un aspecto
importante en el movimiento de las relaciones humanas.
– La administración requiere de habilidades sociales.
– Los miembros de la organización pueden ser motivados mediante la satisfacción de necesidades
psicosociales.
A pesar de que la escuela de relaciones humanas tuvo un impacto grande en el pensamiento
administrativo, hubo desacuerdos muy importantes. Muy pocos programas de investigación han
sido criticados o defendidos tan intensamente y es, aún hoy, objeto de vehementes debates.
Mientras que los teóricos de la administración clásica sobreestimaban los aspectos estructurales
de la administración, los estudiosos de la teoría de relaciones humanas hacían lo mismo con los
aspectos psicológicos.
A finales de los cincuenta y principios de los sesenta aparecieron los trabajos de Chris Arguiris
(1957), Douglas McGregor (1960) y Rensis Lykert (1961). Aunque los tres autores mencionados
trabajaron independientemente unos de otros, éstos establecieron un postulado común: las
personas son en esencia buenas y para estimular su desempeño la administración debe humanizar
su trabajo.
Los conceptos del comportamiento organizacional tienen una gran influencia de las teorías
motivacionales elaboradas por Abraham Maslow (1954) y Frederick Herzberg (1959).
Maslow (1908-1970), psicólogo y consultor americano, publicó en 1954 su libro Motivación y
personalidad. Su conceptualización de la motivación a partir de las necesidades influirá de manera
decisiva en el análisis de las organizaciones. Varias investigaciones no llegaron a confirmar
científicamente la teoría de Maslow. Con todo, está lo suficientemente bien estructurada como para
ofrecer un esquema orientativo para el administrador.
Herzberg, profesor de la Universidad de Utah, centró sus investigaciones en los factores que
influyen en el comportamiento de las personas dentro de las organizaciones, estableciendo la
Teoría de los dos Factores. Su autoridad desplazó las ideas de satisfacción de las necesidades
económicas básicas y de supervivencia hacia necesidades sociales de más alto nivel, como las de
autoestima y realización. Todas estas ideas, entre otras, marcan la más profunda influencia de las
ciencias del comportamiento en la administración. Para muchos representa la aplicación de la
psicología organizacional a la administración.
C. Teoría de la burocracia
Max Weber
D. Teoría estructuralista
Karl Marx
James D. Thompson
Etzioni Amitai
E. Teoría del comportamiento
Herbert Simons
Chester Bernard
Douglas McGregor
Chris Argyris
Anexos
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agrupaciones diferenciadas por funciones, por productos, por clientes o por procesos con el fin de
facilitar la organización de las actividades. A partir de la década de los 50, tras la publicación en
1954 del libro de Peter F. Drucker The Practice of Management, se desarrolla la Administración por
Objetivos (APO) que constituye un modelo administrativo bastante difundido y plenamente
identificado, en palabras de Chiavenato (1990), con el espíritu pragmático y democrático de la
Teoría Neoclásica. El desarrollo de objetivos y el establecimiento de planes estratégicos para el
cumplimiento de los objetivos constituyen una de las aportaciones de este enfoque que más
repercusiones han tenido en el trabajo de los administradores.
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Se ha demostrado que las teorías tradicionales de la administración han visto la organización como
un sistema cerrado. Esta tendencia ha llevado a no considerar los diferentes ambientes
organizacionales y la naturaleza de su dependencia en cuanto al ambiente. También llevó a una
excesiva confianza y concentración en los principios de funcionamiento interno, con la consecuente
falta de comprensión y desarrollo de los procesos de retroalimentación que son esenciales para la
supervivencia. La teoría de sistemas penetró rápidamente en las teorías de administración por dos
razones básicas (Chiavenato, 1990):
1. Por un lado, por la imperiosa necesidad de una síntesis y de una integración mayor de las
teorías que le precedieron.
2. Por otro lado, las Matemáticas, la Cibernética, de un modo general y la tecnología de la
información de un modo especial, trajeron inmensas posibilidades de desarrollo y operativización
de las ideas que convergían hacia una teoría de sistemas aplicada a la administración.
Bertalanffy se interesó principalmente por los sistemas abiertos. La categoría más importante de
los sistemas abiertos son los sistemas vivos. Muchos autores hacen analogías entre las
organizaciones y los organismos vivos, destacando que la organización crece en tamaño por el
crecimiento de las partes, ella ingiere cosas y las procesa en productos o servicios. En este
proceso hay una entrada y una salida y un proceso intermedio necesario para la vida. La
organización reacciona a su ambiente, ajustándose y adaptándose a él para sobrevivir, y cambia
sus mercados, productos, técnicas, estructura. Por último, la organización necesita de una
retroalimentación o feedback para el control del estado del sistema.
De todas las teorías presentadas hasta ahora, la teoría de sistemas es la menos criticada, tal vez
por el hecho destacado por Motta (1971) de que aún no ha transcurrido suficiente tiempo para su
análisis profundo.
Las principales características de la moderna teoría de la administración basada en el análisis
sistemático son las siguientes (Herbert, 1975):
– Punto de vista sistémico: la moderna teoría entiende a la organización como un sistema
constituido por cinco partes básicas: entrada, proceso, salida, retroalimentación y ambiente.
– Enfoque dinámico: el énfasis de la teoría moderna se da sobre todo en el proceso dinámico de
interrelación que ocurre dentro de la estructura de una organización. Este enfoque contrasta con
la visión clásica que enfatiza casi únicamente la estructura estática. La teoría moderna no se
aparta del énfasis en la estructura, simplemente hace hincapié en el proceso de interacción que
ocurre dentro de esa estructura.
– Multidimensional: la teoría sistémica considera todos los niveles de la organización.
– Multimotivacional: la teoría de sistemas reconoce que un acto puede ser motivado por muchos
deseos distintos.
– Multidisciplinaria: busca conceptos y técnicas de muchos campos de estudio. Representa una
síntesis integradora de partes relevantes de todos los campos en el desarrollo de una teoría
general de la administración.
– Descriptiva: mientras que las teorías más antiguas eran normativas y prescriptivas, preocupadas
por qué hacer y cómo hacerlo, la teoría moderna busca comprender los fenómenos
organizacionales
y dejar los objetivos y métodos al individuo.
– Multivariable: la teoría moderna tiende a asumir que un suceso puede ser causado por
numerosos factores que están interrelacionados y que son interdependientes.
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– Adaptativa: si una organización pretende permanecer viable, es decir, continuar existiendo, debe
adaptarse continuamente a los requisitos cambiantes del ambiente. La moderna teoría entiende
la administración en un sentido ecológico, como un sistema abierto que se adapta a través de un
proceso de retroalimentación.
El enfoque sistémico de la administración es básicamente una teoría general comprensible, que
cubre ampliamente todos los fenómenos organizacionales, una síntesis integradora de los
conceptos clásicos, estructuralistas y del comportamiento. La teoría no rechaza la necesidad de un
proceso administrativo en los cinco pasos clásicos, ni desprecia la estructura organizativa, pero le
introduce un concepto de sistema que permite estudiar la administración en relación con el medio,
teniendo en cuenta todos los elementos del sistema y permitiendo su integración.
Son numerosas las críticas que se han realizado al valor práctico del enfoque de sistemas. Se
piensa que el enfoque es sofisticado en cuanto a conceptos y permite reconocer la
interdependencia de las partes de una organización, pero no plantea ningún tipo de aplicación que
permita a los administradores llevarlo a la práctica, ni identifica las variables internas y externas
que afectan a la administración.
4.2. ENFOQUE DE CONTINGENCIAS EN LA ADMINISTRACIÓN
La Teoría de Contingencia en un paso adelante en la Teoría Sistémica de la Administración.
Considera a las organizaciones como sistemas abiertos, que están en continua interacción con el
entorno, pero su marco permite identificar de manera específica las variables internas y externas
que tienen impacto sobre las acciones administrativas y el desempeño organizacional. Su
capacidad para ofrecer a los administradores unas líneas de acción específica ha hecho que su
aceptación y utilización sea hoy amplísima.
La palabra contingencia significa algo incierto o eventual, que puede suceder o no. La visión
contingente está dirigida por encima de todo hacia la recomendación de diseños organizacionales
más apropiados a situaciones específicas. Así plantea que en cuanto a la administración se refiere
no hay una única mejor manera de organizarse, todo depende de las características de la
organización. La Teoría de Contingencia enfatiza que no hay nada absoluto en la teoría
administrativa o en las organizaciones, todo es relativo, todo depende, y así las técnicas
administrativas apropiadas para el logro de los objetivos de la organización tienen una relación
funcional con las características de cada organización y esa relación es del tipo «si entonces» en
lugar de las típicas relaciones causa-efecto. La Teoría de Contingencia surgió a partir de una serie
de trabajos orientados a verificar cuáles eran las estructuras más eficaces en determinados tipos
de empresas.
Los investigadores Chandler (1962), Burns y Stalker (1961) y Lawrence y Lorsch (1967)
aisladamente trataron de determinar si las empresas eficaces seguían los postulados de la teoría
clásica tales como la división del trabajo, el control, la jerarquía, etc. Los resultados,
sorprendentemente, condujeron a una nueva concepción de administración: no hay una única y
mejor forma de organizar, todo depende de las circunstancias de una organización.
Estas investigaciones y estudios fueron contingentes en el sentido en que buscaron comprender y
explicar el modo en que funcionan las empresas en diferentes condiciones. Estas condiciones
varían de acuerdo con el ambiente o contexto. Uno de los aspectos más interesantes de la teoría
de contingencias es el hecho de que casi todos los conceptos administrativos son utilizados en
términos relativos y no en términos absolutos como un continuo. Así, el modelo mecanicista
incluido en las teorías clásicas de la administración y el modelo orgánico correspondiente a las
teorías de contingencias y sistémicas no son dos modelos antagónicos, sino dos extremos de un
continuo de variables organizacionales. La tarea puede ser en un extremo rutinaria
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y en otro no rutinaria. La visión contingencial de la administración pone en evidencia que las
fronteras entre diversas teorías y escuelas se hacen cada vez más inciertas y permeables, con un
creciente y pujante intercambio de ideas y de conceptos, a su vez estableciendo que todos los
elementos organizacionales pueden utilizarse, pero deben ser aplicados en cada empresa en
función de las contingencias que se den en ella, es decir, en función de cómo sean los factores que
afectan a una determinada organización. Para operativizar el análisis de la adecuación de los
elementos administrativos en una organización, proponen como factores a considerar en ese
análisis el ambiente, la tecnología y las características organizacionales, considerando como
variables independientes el ambiente y la tecnología, mientras que las características
organizacionales son consideradas como variables dependientes.
4.2.1. EL AMBIENTE
Para la Teoría de Contingencias, el ambiente es todo aquello que envuelve a una organización
(Chiavenato 1990), es el contexto en el cual una organización está inserta. Como la organización
es un sistema abierto, está en permanente intercambio con dicho ambiente, y su análisis es
fundamental para acertar con las decisiones organizativas, ya que dichas decisiones deberán ser
diferentes según los ambientes sean homogéneos o heterogéneos, estables o inestables.
Richard H. Hall propone como medio para analizar el ambiente como variable independiente una
división en dos segmentos:
1. Por un lado el ambiente general, que es común para todas las empresas y que afecta a las
mismas directa o indirectamente y en el que están incluidas las condiciones legales, políticas,
económicas, demográficas ecológicas o culturales.
2. Y por otro lado el ambiente de la tarea, que es el ambiente más próximo e inmediato de cada
organización, el ambiente particular que además está constituido por los proveedores, los clientes
o usuarios, los competidores y las entidades reguladoras. Cuando una organización escoge
su producto o servicio y cuando elige el mercado donde pretende colocarlos, está definiendo su
ambiente de tarea (Chaveniato, 1990).
4.2.2. LA TECNOLOGÍA
La tecnología es la segunda variable independiente contemplada por la Teoría de Contingencia y
es la que tiene influencia en las decisiones organizativas. Todas las organizaciones utilizan algún
tipo de tecnología para realizar sus operaciones y esa tecnología puede ser de dos tipos:
1. Tecnología incorporada: bienes físicos tales como el aparataje o la maquinaria utilizada en la
producción.
2. Tecnología no incorporada: el conocimiento que tienen las personas, que además, es
fundamental para la producción.
Según la Teoría de Contingencia, las decisiones organizativas deben darse en función de la
tecnología preponderante en la organización. En términos generales, de acuerdo con esta teoría,
según la tecnología sea incorporada (bienes y equipos) o no incorporada (cualificación de los
técnicos) y según los ambientes sean estables o inestables, homogéneos o heterogéneos se
aplicaran uno diseños organizativos u otros.
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4.2.3. CARACTERÍSTICAS ORGANIZACIONALES
El concepto abierto de esta concepción de la Administración ha hecho que sea la corriente
dominante en esta disciplina desde que fuera enunciada por Chandler como consecuencia de los
trabajos que realizó en la década de los 70, y a partir de ese momento, la mayoría de los
investigadores parten de estas premisas epistemológicas. Burns y Stalker (1961), afirmaron que
diferentes condiciones del entorno hacían más o menos apropiadas diferentes estructuras
organizativas. Comprobaron que una estructura organizativa mecanicista o burocrática era más
apropiada para entornos más estables, mientras que una estructura orgánica, menos formalizada y
muy descentralizada, era más eficaz cuando el entorno era cambiante. Con respecto a los autores
que realizaron sus investigaciones relacionando tecnología y estructura organizativa,
cabría destacar a Woodward (1965) por ser de los primeros que relacionan estas dos variables.
Las conclusiones de Woodward las sintetiza Díez de Castro (1999) en los tres puntos siguientes:
1. El diseño organizativo está profundamente afectado por la tecnología utilizada por la
organización.
2. Existe una fuerte correlación entre la estructura de la organización y la previsibilidad de las
técnicas de producción.
3. Las empresas con operaciones estables necesitan estructuras diferentes a las de las
organizaciones con tecnologías cambiantes.
Mintzberg (1995) establece además que hay unos determinados tipos de organizaciones que
comparten unas características ambientales y tecnológicas y que por lo tanto deberían compartir
igualmente estructuras con características muy parecidas, proponiendo unas organizaciones
agrupadas en tipologías según sus contingencias.
Los autores que defienden la Teoría de Contingencia pretenden sugerir estructuras más
adecuadas para situaciones específicas y muestran un gran consenso con respecto a temas
comunes tales como:
1. Son unánimes en el rechazo de los principios universales de la Administración. La practica
administrativa es eminentemente situacional y circunstancial.
2. Como la práctica de la Administración es circunstancial, el administrador debe desarrollar sus
habilidades de diagnóstico para tener la idea precisa en el momento preciso.
3. El enfoque de contingencias es aplicable a gran número de situaciones administrativas,
principalmente a aquellas que involucran componentes de comportamiento.
4. Todos los conceptos planteados por las distintas teorías administrativas son colocados en
términos relativos y por lo tanto todos son útiles según sean convenientes para las características
de la organización concreta de que se trate.
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– Informar, esto es, mantener informadas de lo que sucede a aquellas personas ante quienes es
responsable, lo que incluye mantenerse informado a sí mismo y a sus subordinados mediante
registros, investigaciones e inspecciones.
– Presupuestar, es decir, todo lo correspondiente a la creación de presupuestos en forma de
contabilidad, control y planificación fiscal.
El concepto de funciones directivas, derivado del de proceso administrativo de Fayol, se impuso a
partir de entonces, y todavía perdura tanto en la mentalidad de los directivos, como en las de
profesores y estudiantes. Mackenzie, en un artículo publicado en la Harvard Business Review en
1969, es decir, casi medio siglo después de los escritos de Fayol, planteaba como funciones
directivas planificar, organizar, integrar, dirigir y controlar estableciendo además, como otra ventaja
de esta sistemática para definir el trabajo directivo, el hecho de que facilitara “una tendencia hacia
la normalización de la terminología”; de hecho, hoy en día, está aceptado y extendido que el
trabajo de los directivos se realiza a través de lo que se llama funciones de secuencia, y que se
corresponden con estos cinco pasos. Si seguimos con la revisión que de las perspectivas sobre el
trabajo de los directivos realiza Mintzberg podemos encontrar diferentes escuelas con
explicaciones distintas de dicho trabajo; así:
– La Escuela de los Prohombres con autores como Roy Lewwis, Rosemary Stewar o Collis,
plagada de anécdotas sobre grandes directivos, pero con poca teoría general.
– La Escuela de la Teoría de la Decisión, debida fundamentalmente a Herbert A. Simon, con
autores como Cyert y March, que plantean las funciones continuas, que descienden en el orden
jerárquico y que son: analizar el problema, tomar decisiones y comunicar.
– Escuelas relacionadas con el Liderazgo, que centran su estudio más en las características que
deben tener los directivos que en las funciones que desarrollan.
– La Teoría de los Roles, propuesta por Mintzberg, en la que partiendo de que la principal función
del directivo es la de ser “cabeza visible”, plantea que partiendo de la autoridad formal, o “status”,
el directivo tiene tres tipos de roles: roles interpersonales (cabeza visible, líder, enlace), roles
informativos (monitor, difusor, portavoz), roles de decisión (empresario, gestor de anomalías,
asignador de recursos, negociador).
5.2. ACTIVIDADES PARA LAS FUNCIONES DIRECTIVAS
Volviendo a las funciones de frecuencia, y siempre teniendo en cuenta que las actividades que
realiza un directivo no es posible relacionarlas de forma exhaustiva, dada su variedad y
complejidad, sí parece estar aceptado que forman parte de ese hacer directivo las siguientes
actividades para:
– Planificar: pronosticar el futuro, fijar los objetivos, desarrollar estrategias que permitan
conseguirlos, programar las acciones que permitan realizar las estrategias propuestas y
presupuestar los medios necesarios.
– Organizar: establecer la estructura, delinear las relaciones entre las personas y describir los
puestos de trabajo.
– Integrar: seleccionar a las personas más adecuadas, orientar y adiestrar para el puesto de
trabajo.
– Dirigir: delegar autoridad, motivar a las personas hacia un trabajo excelente, coordinar para
superar las diferencias y administrar el cambio.
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– Controlar: fijar sistemas de información útiles, desarrollar estándares y medir resultados tomando
medidas correctoras si es necesario y premiar el trabajo bien hecho.
SÍNTESIS
Para finalizar, podríamos concluir que:
1. La administración constituye una actividad importante en una sociedad pluralista que se basa en
el esfuerzo del hombre a través de las organizaciones.
2. La tarea básica de la administración es hacer las cosas a través de las personas, con los
mejores resultados. En cualquier tipo de organización humana se busca la eficiencia y la eficacia.
3. El contenido de la administración varía conforme a la teoría que se considere: para la
administración científica son los métodos y procesos de las actividades que realizan los
trabajadores; para la teoría del proceso administrativo la administración implica seguir los catorce
principios organizativos a la hora de organizar el trabajo; para la teoría del comportamiento se
deben buscar los resultados a través de condiciones que permitan la integración de las personas
en los grupos sociales y la satisfacción de las necesidades individuales; los autores de la teoría
neoclásica buscan un equilibrio entre conceptos de las teorías clásicas y de las comportamentales
que permitan el trabajo de los directivos; a la teoría de sistemas le preocupa principalmente
la influencia del ambiente tanto externo como interno, en la organización; y por último, la teoría de
contingencias es integradora de todos los elementos de las distintas teorías, condicionando su
aplicación al estudio de las contingencias de cada organización.
4. El objeto de la administración es la propia actividad profesional de gestión en cualquier
organización. Al principio, el objeto de la administración era simplemente la actividad fabril;
después se extendió a las empresas industriales y más adelante a todo tipo de organización
humana.
5. La administración en la sociedad moderna se volvió vital e indispensable. En una sociedad de
organizaciones, la administración sobresale como factor clave, tanto para mejorar la calidad de
vida como para la solución de problemas más complejos que afectan a la sociedad de hoy.
6. Sistematizar el trabajo y delimitar las funciones de los directivos es parte fundamental del papel
de la Administración como disciplina.