0 Formación de Sistemas Planetarios V1.3

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Grupo de Cosmología

En otros casos, los análisis de los espectros permiten deducir la presencia


de polvo y gas alrededor de las estrellas.

Otras fuentes de observación son la posición y composición actuales de los


meteoritos en el Sistema Solar. Por ejemplo, un grupo de ellos tienen
núcleos fundidos a partir de materiales resultantes de la degeneración
nuclear de otros, como el aluminio 26, cuya presencia sólo se explica como
resultado de una explosión estelar cercana.

El modelo solar nebular predice la existencia de planetas rocosos 4 (cercanos


a su estrella, con densidad apreciable y superficie sólida) y gaseosos
(lejanos, con baja densidad y superficie gaseosa). Además también la de
exoplanetas peculiares, como los “jupíteres calientes” (grandes planetas
gaseosos que orbitan extraordinariamente cerca de su estrella) o los
“gigantes excéntricos” (del mismo tipo que los anteriores, pero con una
órbita muy excéntrica5).

Los pasos de la formación

Con las ideas anteriores estamos en condiciones de predecir las etapas


generales que han dado lugar a los sistemas planetarios. Aunque están
enumeradas en secuencia, debe entenderse que no tiene por qué ser así en
todos los casos.

Fase 1. Colapso de la nube interestelar

Tiempo estimado: de 0,1 a 1 millón de años.

Los sistemas planetarios nacen de inmensas nubes, llamadas “grandes


nubes moleculares”, del tamaño de unos 20 pársec 6, formadas
principalmente por un 98 % de hidrógeno, helio y trazas de litio, junto a un 2
% de elementos más pesados, como carbono, nitrógeno, oxígeno o hierro,
formados en nucleosíntesis estelares 7 en el interior de otras estrellas que
explotaron en las cercanías.

Estas nubes tienen muy baja densidad (alrededor de 1 partícula por cada
100 litros), pero son tan grandes que la masa total es de unos 300.000
soles. Su temperatura es baja y se mantienen en un equilibrio gravitatorio
precario, en el que basta una pequeña concentración inicial de gas por
encima de la media masa para desencadenar fragmentaciones de nubes
más pequeñas, entre 0,01 y 0,1 pársec de diámetro. De cada una de ellas
nacerá una estrella y tal vez un sistema de planetas.
4
También llamados “telúricos” o “terrestres”.
5
Prescindiendo de definiciones matemáticas rigurosas, la excentricidad es una
medida del achatamiento de una órbita planetaria.
6
Un pc o pársec es una distancia equivalente a 3,26 años - luz.
7
Formación de elementos dentro de estrellas que vivieron previamente y explotaron
como supernovas o los esparcieron en el espacio por otros mecanismos.

Pedro Valcárcel Noviembre / 2010 5


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agregados adquirieren más masa al contar además con el agua y otros
materiales volátiles.

Entretanto, fuera de la línea de hielo se produce un proceso de caída de los


granos de polvo hacia la estrella, llamado “migración de tipo I”. La rotación
del disco, debido a la presión del gas, es algo menor que la de los granos, y
esto provoca una fuerza de rozamiento que los frena y los hace caer a la
estrella. Una vez pasen la línea el medio es menos denso, por lo que tienden
a quedarse en ella.

Dentro de la línea de hielo, los granos crecen por choques y fusiones.

Las partículas se van agrupando en formaciones de varios kilómetros, los


planetesimales. El resultado final de esta fase es un enjambre de miles de
ellos.

Fase 3. Formación de embriones planetarios

Tiempo estimado: 1 a 10 millones de años

Los choques entre planetesimales hacen que éstos se fundan o, al contrario,


se despedacen. Además, las interacciones gravitatorias entre ellos hacen
que sus órbitas se vuelvan caóticas y algunos sean expulsados del sistema
planetario, aunque habitualmente el arrastre del gas tienda a volverlas de
nuevo circulares.

Al principio, el tamaño pequeño de los planetesimales hace que su


crecimiento se autorefuerce12 (cuanta más masa, más interacción
gravitatoria) y alcancen masas análogas a las de la Luna o Marte. En ese
momento, se pueden denominar “embriones”.

Entonces, su gravedad es tan intensa que, en lugar de atraer, dispersa el


material sólido antes de que caiga en ellos y esto crea una banda estrecha
vacía en la órbita de cada uno de ellos.

Finalmente, el crecimiento se paraliza cuando han atrapado la mayoría de


los planetesimales en esa zona. Sin embargo, los embriones cercanos a la
línea de hielo pueden crecer aún más.

El crecimiento caótico hace que haya un excedente de embriones en el


disco, por lo que, con el paso del tiempo, algunos pueden ser expulsados
hasta que todo el sistema alcanza una configuración de equilibrio 13.

Fuera de la línea, durante unos 3 millones de años, los planetesimales


acumulan material hasta alrededor de 3 masas terrestres.

12
El crecimiento es proporcional al cuadrado del radio del planetesimal. Esta
relación se deriva de la sección geométrica de la órbita que describen.
13
Los embriones se mantienen en promedio a una distancia equivalente a 10 veces
el radio de Hill, siendo la esfera de Hill la zona de influencia gravitatoria de ellos.

Pedro Valcárcel Noviembre / 2010 7


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Concepción artística de Beta Pictoris junto con su joven disco de formación.

Fuente: jpl.nasa.gov

Fase 8. Eliminación del gas restante y dispersión de planetesimales

Tiempo estimado: De 50 a 1.000 millones de años.

En este momento, el sistema planetario está prácticamente formado. La


estrella se separa del cúmulo estelar en el que nació, elimina lo que queda
de gas en el disco y los planetesimales que quedan son dispersados por los
planetas gigantes.

En nuestro Sistema Solar, las órbitas de todos los planetas gigantes


continuaron cambiado suavemente influenciadas por la interacción con el
gran número de planetesimales que quedaban.

Después de 500 o 600 millones de años del comienzo de la formación,


Júpiter y Saturno entraron en resonancia 2:1 18, lo que produjo un empuje
gravitacional tal en Neptuno que adelantó a Urano y se estrelló contra el
cinturón Kuiper.

Muchos de sus planetesimales fueron absorbidos y otros frenados, lo que


provocó que se movieran hacia adentro. Mientras tanto, Urano y Neptuno
ganaban velocidad progresivamente y se alejaban del Sol.

Los planetesimales más interiores terminaron encontrándose con el


todopoderoso Júpiter. Su inmensa gravedad los despidió en órbitas muy
excéntricas hacia el exterior. Esto provocó a su vez que el planeta perdiera
un poco de su velocidad orbital y perdiera su resonancia 2:1 con Saturno.

De esta manera, el cinturón de Kuiper cambió su configuración antigua, en


un anillo desde las 15 a las 20 UA (donde estaban Neptuno y Urano) hasta la
actual, con anillos en 30, 55 y 100 UA.

También la interacción de otros planetesimales con Júpiter los proyectó a


zonas muy lejanas y formó la Nube de Oort (una esfera a partir de las
50.000 UA).

Con respecto al cinturón de asteroides, en las etapas iniciales debieron


formarse el equivalente de 20 a 30 embriones, pero después fueron
dispersados por la gravedad de Júpiter.

Los planetas interiores no observaron inmunes este espectáculo. Unos 800


millones de años después del nacimiento del Sol se produjeron un gran
número de impactos en la Tierra, Marte o la Luna. Los dos últimos todavía
conservan las huellas de los impactos. Este hecho es conocido como el

18
Por cada dos órbitas completas de Júpiter, Saturno daba exactamente una.

Pedro Valcárcel Noviembre / 2010 11


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Bombardeo Pesado Tardío. En la Tierra se cree que este hecho trajo gran
parte del agua de los océanos actuales.

Resultado final es la configuración definitiva de un sistema planetario.

Mecanismos de formación de satélites

La teoría solar nebular también permite explicar la formación de satélites


mediante tres mecanismos:

 Coformación, o formación simultánea con el planeta, a partir de un


mismo disco inicial. Ésta es característica de los de los planetas
gaseosos, como por ejemplo, los de Júpiter o Saturno.
 Impactos, o choques laterales entre objetos rocosos de masa
planetaria que levantan grandes cantidades de manto planetario. Los
escombros de los impactos que quedan en órbita se concentran y dan
lugar a los satélites. Ejemplos son los sistemas Luna - Tierra y Plutón -
Caronte
 Captura. Un objeto externo al planeta pasa cerca de él y queda
encerrado en la su gravitatorio. Ejemplos son los satélites de Marte.

Nuevos desafíos para la teoría

Hasta este punto hemos revisado la formación en sistemas de estrellas


convencionales, pero es sorprendente que hayan detectado planetas en
otros tipos de estrellas, por ejemplo, alrededor del púlsar PSR 1257 + 12.
Parece muy improbable que sobreviviesen a las últimas fases de su estrella
y a su explosión final como supernova. Es más posible que este tipo de
planetas se creen a partir de los escombros coagulados de la explosión.

También se han detectado discos de material alrededor de enanas blancas,


pero en este caso no hay indicios de planetas, posiblemente en este caso no
exista material suficiente para formar más que planetesimales.

Respecto a los sistemas estelares binarios o múltiples, se han realizado


simulaciones numéricas, en las que se introducen unas condiciones físicas
de partida (una determinada distribución de planetesimales distribuidos en
un supuesto disco a distancias progresivas de la estrella, con densidades
medias y choques inelásticos). Los resultados deben tomarse con reserva,
pero indican que la existencia de más de una estrella en un sistema
planetario tiende a hacerlo más inestable (sobreviven menos planetas y con
órbitas más elípticas), a menos que las estrellas giren en el mismo plano

Pedro Valcárcel Noviembre / 2010 12

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