Autosuficiente Y La Vida en El Campo El Horticultor: Guía Práctica Ilustrada para
Autosuficiente Y La Vida en El Campo El Horticultor: Guía Práctica Ilustrada para
Autosuficiente Y La Vida en El Campo El Horticultor: Guía Práctica Ilustrada para
EL HORTICULTOR AUTOSUFICIENTE
GUÍA PRÁCTICA ILUSTRADA PARA
Y LA VIDA EN EL CAMPO
La guía clásica para vivir de manera más sostenible,
GUÍA PRÁCTICA ILUSTRADA PARA
de uno de los padres del movimiento por la autosuficiencia.
Desde hace más de cuarenta años, John Seymour es una fuente de inspiración
para miles de personas que pretenden vivir de manera más responsable
EL HORTICULTOR
y ecológica. Su apreciado manifiesto para vivir «la buena vida» abarca todo
lo que necesita saber para vivir de manera independiente: cómo partir
leña, cultivar sus propios productos, elaborar cerveza y queso, e incluso
criar y sacrificar ganado.
AUTOSUFICIENTE
Aunque no todos tenemos la posibilidad de huir al campo, sí podemos dar
pequeños pasos hacia una vida mejor. Esta guía atemporal servirá de inspiración
a cualquiera que en alguna ocasión haya buscado la paz lejos del mundanal ruido
Y LA VIDA EN EL CAMPO
SEYMOUR
del mundo moderno.
JOHN
«Seymour vivió una gran vida. Trabajó muy duro
y disfrutó de las maravillosas recompensas, y por eso
este libro resulta tan acreditado como accesible».
– Hugh Fearnley-Whittingstall
ISBN 978-84-18459-06-1
9 788418 459061
JOHN SEYMOUR
EL HORTICULTOR
AUTOSUFICIENTE
Y LA VIDA EN EL CAMPO
NUEVA EDICIÓN
GUÍA PRÁCTICA ILUSTRADA PARA
EL HORTICULTOR
AUTOSUFICIENTE
Y LA VIDA EN EL CAMPO
JOHN SEYMOUR
Contenido
Introducción
En la vida que llevamos actualmente, damos muchas cosas por sentadas; pocos de nosotros recordamos
por qué tantas civilizaciones «avanzadas» del pasado simplemente han desaparecido. Cuando dejé la
universidad fui a África y vagué durante seis años. Cabalgué por la altiplanicie de Karroo, en Sudáfrica,
cuidando ovejas; dirigí una granja de ovejas en Namibia, al borde del desierto del Namib; cacé gamos
y disparé a leones. Pasé un año faenando en alta mar y seis meses trabajando en una mina de cobre en
lo que ahora es Zambia. Después viajé durante dos años por toda África central, vacunando ganado
autóctono.
Uno de los mejores amigos que encontré durante el tiempo que pasé en África fue un hombre de la
vieja Edad de Piedra. Como hombre blanco, incapaz de pronunciar su verdadero nombre, que era una
sucesión de chasquidos, le llamé Joseph. Era un bosquimano del desierto del Namib que había
sido capturado por un granjero blanco que le hizo trabajar, por lo que conocía el africaans.
Yo conocía algo este idioma y pude comunicarme con él.
Solía ir de caza con Joseph, quien antes confiaba el rebaño de ovejas a su mujer; después
íbamos al bosque en busca de orix. Joseph tenía una asombrosa destreza para saber dónde
encontrarlos. Cuando me conoció mejor me pidió que dejara mi rifle atrás; metió el
brazo en un arbusto espinoso y sacó la punta de una lanza. Para un «nativo» era total-
mente ilegal poseer una lanza. Cortó una vara de un arbusto, colocó en ella la punta de lanza,
y con tres perros logramos llevar un gamo a la bahía, donde Joseph pudo matarlo con la
lanza. Después me llevó a una expedición para presentarme a su gente. Vivían en la más desolada e inhós-
pita parte de África, pero todavía vivían bien. Cazaban acechando cerca de charcas y disparando pequeñas
flechas envenenadas. Se abastecían de agua al abrir el estómago del orix y beber su contenido, lo cual
aprendí a hacer solo. A veces encontraban una insignificante enredadera y, tras excavar debajo de ella,
extraían una masa vegetal empapada de agua del tamaño de una pelota de fútbol. Chupaban el líquido,
que aunque tenía un sabor desagradable, cuando menos les mantenía vivos.
Esta gente no «trabajaba». Podían caminar más de 60 km en una noche y tenían una paciencia inago-
table mientras esperaban las presas. En este clima cruel la vida era dura, pero se pasaban la mayoría de las
noches bailando y cantando y contando historias a la luz de las hogueras. Estaban completamente integra-
dos en su entorno natural y conocían cada ser vivo que habitaba en él. Nunca percibieron que estuvieran
en un sitio especial o aparte del resto de la naturaleza.
Cuento todo esto porque quiero hacer notar el enorme cambio en el
estilo de vida que se produjo cuando los seres humanos empezaron
a practicar la agricultura. Solo hace 10 000 o 12 000 años que,
repentinamente, descubrieron que podían cultivar plantas y
domesticar animales. Pero había solo unos pocos lugares
donde las condiciones naturales lo hacían posible año tras
año (principalmente los valles fértiles de los ríos) y permi-
tían el desarrollo de las ciudades. Como muestra la histo-
ria, muy pocas civilizaciones han desarrollado culturas lo
suficientemente sabias y fuertes para durar más de unos
miles de años: sencillamente agotaron el suelo o fueron con-
quistadas por vecinos más agresivos.
En la actualidad hemos dejado atrás la revolución industrial, la tecnológica y estamos en medio de la
revolución de la información, que otra vez está provocando grandes cambios. Está trayendo una gran
prosperidad material a la minoría que ostenta el poder o se aglutina entorno a él.
Por otra parte, la mayoría del género humano vive en condiciones espantosas, forzado a trabajar en
zonas marginales y superpobladas por salarios inhumanamente bajos y al son de las grandes multinacio-
12
Introducción
nales. Los agricultores y los ganaderos pasan hambre o se ven forzados a adoptar métodos que saben que
son perjudiciales para la tierra. Por todo el planeta la tierra sufre erosión a causa del cultivo con tractor
y absorbe lentamente el veneno de los productos químicos del comercio agrícola. Hemos creado estilos
de vida que simplemente no son sostenibles ni agradables. A pesar de todo, hay muchos cambios sencillos
que las personas pueden hacer en su estilo de vida y que podrían darle un vuelco a la situación. Y, si
somos juiciosos, no esperaremos al Apocalipsis antes de hacer algunos ajustes. No le pido que siga cie-
gamente mis sugerencias, pero téngalas en cuenta de cara al futuro.
LA ENERGÍA
Un día me invitaron a asistir a un simposio público sobre la energía en el que participaba un jefe de
relaciones públicas de la industria de la energía nuclear. Este nos presentó a todos un alarmante gráfico
que mostraba el consumo de energía mundial desde 1800 hasta hoy. El gráfico comenzaba prácticamente
en el cero y subía con gran rapidez hasta un crecimiento casi vertical. ¡Lo que no advirtió fue que la línea
apuntaba directamente a la señal de «SALIDA» que estaba arriba! Hoy en día basta una breve reflexión
para darse cuenta de que no se puede vivir con los niveles de consumo energético que prodiga el mundo
occidental del siglo xxi. Por supuesto, durante miles de años la energía muscular y el calor del fuego era
todo de lo que los humanos dependían. Cuando nací, en 1914, las cosas empezaron a cambiar radical-
mente al descubrirse cómo explotar el petróleo; actualmente se ha liberado tanto carbono a la atmósfera
que nadie puede predecir qué consecuencias tendrá. ¿Pero qué puede cambiar (puede preguntarse el
lector) si subo la escalera andando en lugar de usar el ascensor o si bajo la calefacción un par de puntos
o voy en bicicleta en lugar de en coche? No obtengo beneficios monetarios apreciables porque
nadie puede pagarme realmente por beneficiar al «prójimo». Esta es la
tragedia de los mortales, que nadie paga por mantener limpios los océa-
nos y el aire.
Pero si es verdad que la única persona de cuya conducta tengo
control soy yo mismo, entonces importa lo que hago. Puede que le
importe un comino al resto del mundo, pero me importa a mí. Por
suerte hay un factor importante que puede ayudarnos a ahorrar
energía. No solo el uso de nuestros músculos ayuda al planeta, sino
que también nos mantiene en forma y con buena salud. Por supues-
to que hay muchas otras fuentes de energía benigna. La energía solar,
la energía eólica y la energía hidráulica (véase el capítulo sobre la
energía) son tres alternativas obvias que cada vez son más fáciles de
aprovechar con la tecnología moderna. Repoblar con árboles o plan-
tarlos para su explotación constituye uno de los mejores recursos para acumular la energía solar. No
debe olvidarse que la energía ahorrada es tan buena como la energía comprada. A menudo es más barato
comprar equipos de ahorro de energía que pagar por la energía empleada por sistemas menos eficaces.
EL TRANSPORTE
A menos que se proceda de una raza nómada, la gente suele ser bastante «local». Vive en alguna parte,
y lo que pasa en la localidad en donde reside es mucho más importante que lo que ocurre en París,
Londres o Washington D. C. Si se pudiera poner en marcha otra vez el mundo a escala local, con decisiones
tomadas desde una perspectiva local, muchos de los problemas hubieran detenido su trayectoria. Dé-
jenme explicar el concepto «local» con la comparación de dos aldeas: están en Creta pero podrían estar
en cualquier parte. Una de ellas está en lo alto de las montañas, justo al sur de la cueva donde nació Zeus.
Solo se puede acceder a ella por una carretera sin pavimentar llena de baches y bastante intransitable para
13
INTRODUCCIÓN
los autocares. El único contacto con el mundo exterior que pude ver fue un hombre
con un camión muy resistente que cada semana se atrevía con los baches y traía
pescado desde el pequeño puerto pesquero situado abajo en la costa. La aldea
vendía ovejas para conseguir el dinero que le permitía comprar pescado.
Si se exceptúa este intercambio, la comunidad de la montaña era autárquica.
Había suficientes terrazas pequeñas para cultivar trigo, viñas y olivos. Tenían un
molino de aceite para prensar las aceitunas. Había gran cantidad de nogales, además de
limoneros, higueras y otras muchas clases de frutales. Tenían colmenas y las ovejas
proporcionaban carne en abundancia. Las casas de la aldea de la montaña eran hermo-
sas, sencillas y confortables para aquel clima. Las mujeres hacían los vestidos. En una
aldea vecina había un fabricante de telares, en otra un artesano zapatero y todavía en otra un taller de
cuchillería. Podría preguntar: ¿Había cultura? Bien, había baile, canciones y música en abundancia. Había
pocos libros, pero se podían conseguir si los aldeanos los necesitaban. No pagaban impuestos y solo
tenían un policía. Conocían sus propias leyes y las acataban.
La otra pequeña aldea cretense que deseo describir estaba situada más abajo en la montaña y tenía una
«buena» carretera que daba acceso a la ciudad, pero también permitía que la ciudad tuviera acceso al
campo. Al llegar el dinero de la ciudad se compró mucha tierra, los viejos olivos y viñedos se arrancaron
y en su lugar se plantaron olivos de rápido crecimiento, que proporcionaban una cosecha de aceitunas
que se podía comercializar. Ahora los aldeanos han de pagar por su propio aceite de oliva y se han visto
rápidamente inmersos en la economía monetaria. Toda clase de negociantes tienen acceso a la aldea y se
ha abierto un pequeño supermercado. De repente los aldeanos han descubierto que «necesitan» todo tipo
de cosas que nunca habían necesitado antes. Ha llegado la televisión y con ella anheladas fantasías. La
gente joven de la aldea ya no canta ni baila; ahora escuc ha música pop y bebe Coca-Cola. Aunque su
espléndida carretera parecía un camino hacia la libertad, realmente ha sido un camino hacia la tristeza,
la esclavitud del salario y el descontento del que los jóvenes no podrán regresar.
EL TRABAJO
Una vez conocí a una vieja señora que vivía sola en el valle Golfen de Herefordshire. Era una de las
ancianas más felices con que me he encontrado. Me describió todo el trabajo que ella y su madre solían
hacer cuando ella era una niña: el lunes lavar, el martes hacer mantequilla, el miércoles ir al mercado, y así
sucesivamente. «Todo esto suena a mucho trabajo», le dije. «Sí, pero entonces nadie nos lo dijo», dijo ella
con su acento de Herefordshire. «¿Decirles qué?». «¡Decirnos que no había nada malo en el trabajo!».
Actualmente la palabra trabajo tiene mala prensa y la mayor parte de la gente haría cualquier cosa por
dejar de trabajar. Decir de un invento que ahorra trabajo es el elogio más alto que puede recibir, pero
parece que nunca se le ocurre a nadie que el trabajo podría haber sido agradable.
Yo he arado todo el día detrás de una yunta de caballos ¡y me ponía triste
cuando llegaba el final del día!
Este libro trata de cómo cambiar la manera en que vivimos, y
soy muy consciente de que el tema está lleno de dificultades. La
pareja de jóvenes que se ha hipotecado para comprar una casa, que
ha de pagar mucho dinero por el abono mensual del transporte para
ir al trabajo, que tiene letras bancarias y deudas con los tiburones de
las tarjetas de crédito, no están en condiciones de ser muy exigentes
acerca del trabajo que realizan. ¿Pero por qué deberíamos vernos
en tal situación? ¿Por qué deberíamos trabajar para enriquecer a los
bancos (porque esto es lo que hacemos)? No hay nada necesa
14
Introducción
riamente malo en las actividades lucrativas. Pero cuando el «lucro» se convierte en el motivo dominante
empieza el ciclo del desastre.
En mis indagaciones sobre la autosuficiencia he conocido a cientos de personas de muchos países y de
los cuatro continentes que habían dejado el trabajo convencional en las grandes ciudades y se habían
instalado en el campo. Casi todos ellos habían encontrado maneras de vivir satisfactorias, honestas y útiles.
Algunos están bastante bien económicamente hablando y otros son pobres en este sentido, pero todos son
ricos en cosas que realmente importan. Son la gente del futuro. Si no están endeudados son hombres y
mujeres felices.
EL HOGAR
El verdadero hogar debería ser un lugar donde se reaviva la hospitalidad real, la cultura y la cordialidad
verdadera, la diversión legítima, el confort estable y, sobre todo, la verdadera civilización. Lo más creativo
que se puede hacer en este mundo es formar un hogar verdadero. Y es que el ama de casa es tan impor-
tante como la casa, y serlo es la tarea más creativa y más importante de la Tierra.
Una de las características esenciales de un buen hogar es la «artesanía». Me parece que todos los arte-
factos hechos por el hombre emiten una especie de radiación cultural que depende de cuánto amor y arte
se ha puesto en su elaboración. Los muebles fabricados en serie que proceden de fábricas de alta tecnolo-
gía y alta productividad utilizan plásticos y a menudo trabajan con madera que ha sido triturada y después
engomada. El ruido y el olor de estas fábricas son bastante desagradables. Y estos desperdicios producidos
en serie, aunque pueden parecer bonitos durante unos pocos años, solo son adecuados para ir al vertedero
(no se pueden quemar, ya que desprenden dioxinas). Por el contrario, el mueble fabricado por un arte-
sano está hecho con cuidado y con amor hacia la madera. Durará generaciones y será un faro constante
de belleza en el hogar. Por supuesto que no estoy sugiriendo que cada uno debería construir su propio
hogar y sus propios muebles. Después de todo, si las casas estuvieran bien construidas y la población
fuera estable, todo el mundo debería heredar una buena casa. Lo que estoy diciendo es que construir sus
propios muebles, o su casa, bien con sus propias manos o con la ayuda de un constructor, es una tarea
maravillosa.
LOS ALIMENTOS
Es cierto que nuestros amigos de los supermercados han hecho muchos «avan-
ces» en la complejidad de las comidas preparadas. Pero lo triste es que ahora
nuestros alimentos recorren miles –sí, miles– de kilómetros desde el lugar
donde se producen hasta nuestras bocas. La mayoría de la gente nunca tiene la
oportunidad de probar alimentos frescos cultivados en la zona donde vive;
no saben lo que se están perdiendo. Este libro trata de la calidad de vida, y yo
sostengo que si no hay calidad en los alimentos que se comen, entonces solo
se debe esperar pasar por la vida tan rápidamente como sea posible. Debido a
que las fuentes de donde proceden los alimentos están cada vez más lejos de
nuestras mesas y los alimentos se someten a más y más procesos industriales, el
único aspecto de la calidad que se considera importante hoy día es la durabili-
dad. Pero los alimentos con fecha de caducidad son alimentos muertos: se les
ha sacado toda la vida. El mejor alimento de todos procede del propio huerto y
de la propia tierra. Le siguen los alimentos producidos en una granja autóctona o comercializados direc-
tamente por sus productores y después vienen los alimentos de comercios autóctonos. Si uno se toma la
molestia de buscar alimentos buenos, de verdad y «llenos de sabor» se estará beneficiando a sí mismo y,
al mismo tiempo, ayudará a aquellos que se toman la molestia de producirlos.
15
EL SIGNIFICADO DE LA AUTOSUFICIENCIA
El huerto urbano
Es asombroso lo que puede caber en un huerto urbano; incluso mente, las patatas ocupan mucho espacio para un rendimiento
el espacio más pequeño se puede hacer productivo. ¿Qué podría realmente muy pequeño, pero puede obtener fácilmente patatas
ser más atractivo que contemplar suculentos frutos y hortalizas de primera clase de otras fuentes. Como mucho podría plantar
bien cuidados justo al salir por la puerta trasera? Si tiene espacio unas pocas patatas tempranas. Es maravilloso cultivar hortalizas
piense en un invernadero (véase pág. 192); prolongará su perío- para luego hacer ensaladas, ya que tienen un sabor excelente
do de cultivo y le brindará la oportunidad de cultivar productos recogidas frescas del huerto o parcela. Los tirabeques son espe-
más exóticos. No olvide que una colmena (véase pág. 228) envia- cialmente deliciosos cuando son frescos. El cultivo de judías
rá sus pequeñas recolectoras a recoger el néctar de todas las flo- trepadoras resulta apasionante, pues son plantas tridimensiona-
res de sus vecinos (¡kilogramos de preciosa miel procedentes de les que producen gran cantidad de vainas en un espacio muy
un «robo» que es perfectamente legal!). pequeño. Unos pocos arbustos de frutos blandos y frambuesos
Cuando estuve en California, una vez me encontré con un resultan rentables desde el punto de vista del trabajo invertido y
hombre fascinante que se ganaba la vida creando huertos urba- el espacio ocupado, así como los árboles frutales en espaldera.
nos de hortalizas «de fácil manejo» para la gente mayor y los Podría también considerar el ruibarbo, que es una bonita horta-
enfermos. Todos estaban sobre lechos elevados construidos con liza de cosecha temprana, mientras los espárragos suelen ocu-
ladrillo o madera tratada. Estos lechos elevaban el nivel del par mucho espacio, al igual que el maíz dulce.
suelo a una altura cómoda para desherbar y recolectar y, al Las zanahorias son hortalizas ideales y tienen un sabor verda-
mismo tiempo, proporcionaban más luz a las plantas y le daban deramente delicioso recién cogidas de la tierra. En un espacio
al huerto un agradable efecto tridimensional. Este diseño de reducido, el tomate también puede ser una espléndida planta
huerto es caro, pero cuando escasea la tierra en una ciudad pro- productiva. Las fresas crecen bien en macetas especialmente
porciona una mayor superficie de plantación. diseñadas, pero asegúrese cuando las compre de que sean
Los huertos elevados que vi en California eran del tipo «ban- a prueba de heladas, ya que muchas de las más
cal profundo». Estos contenedores elevados hechos con viejas baratas no lo son y se agrietarán, con lo
traviesas, ladrillos o bloques de construcción se llenaban de tie- que se echará a perder la deseada
rra de excelente calidad hasta una profundidad de por lo menos cosecha. Además de cultivar fresas
45 cm. Esto permite plantaciones muy densas, una gran pro- en macetas también puede hacer
ductividad y un enraizado vigoroso y resistente a la sequía. lo en pequeñas fisuras que tengan
Cuanto más pequeña sea su parcela, más intensamente podrá los muros de piedra. Creo que en el
cultivarla. huerto urbano es la mejor opción.
En el otro extremo del huerto urbano de fácil manejo está la El mejor consejo que puedo
parcela tradicional. Se pueden ver, por ejemplo, junto a las vías darle a la hora de planificar su
del tren, con sus pequeñas barracas de madera, judías trepa- huerto urbano es recordarle que
doras tutoradas y coles de invierno bien protegidas. La mayoría cuanto más uso haga de las tres di
de las ciudades tienen algún tipo de asociación de amigos del mensiones, tanto mejor será el
huerto; busque información en el ayuntamiento o en la biblio- huerto y la producción. Un aspec
teca. Probablemente no construya en su parcela un lecho ele- to notable del mundo natural es
vado, pero puede muy bien desarrollar plantaciones en bancal que las plagas como los pulgo-
profundo o incluso en un pequeño politúnel. nes o los conejos crían muy rápi-
damente. Cuando lo hacen, su
Cómo planificar su huerto urbano número aumenta de forma expo-
Es un pasatiempo agradable y un gran lujo estar soñando en pleno nencial y pueden dar cuenta rápida
invierno con su futuro huerto, pero finalmente llega el momen- mente de su parcela de hortalizas. Así que
to de la verdad: ¿qué va a poner exactamente en cada sitio? Lo es vital tener depredadores preparados y a
primero es pensar en la orientación del lugar: ¿de dónde viene el punto cuando empiece la época de cría. Una o dos
sol y dónde hay sombra? No querrá poner plantas altas en el lado plantas perennes tupidas (por ejemplo, groselleros y
sur del huerto (al menos en el hemisferio norte); del mismo frambuesos) proporcionarán refugio a estos depredadores
modo que pensará en construir alguna pared o valla que esté durante el invierno. Puede que incluso le seduzca la idea de
orientada al sur para las plantas que necesitan sol, como por poner un pequeño seto en un cajón de adorno para que sirva
ejemplo los frutales en espaldera. Idealmente, querrá separar la de bonito margen tradicional, que además impedirá el paso de
zona de cultivo en áreas más pequeñas utilizando plantas peren- gatos y perros.
nes, como arbustos de frutos blandos o alcachofas.
A continuación tendrá que decidir qué clase de productos El bancal profundo central
quiere cultivar. En parte, este es un asunto de preferencias per- Es como la «bestia de carga» de su huerto. Mantenga
el suelo fértil y en buenas condiciones aplicando
sonales, pero también depende de lo que el terreno pueda sus- periódicamente estiércol descompuesto y compost.
tentar. Algunas plantas (por ejemplo, las calabazas y las moras) Para evitar enfermedades, asegúrese de variar cada
son muy grandes y agresivas. Este tipo de plantas «con carácter» año las plantas que cultiva.
le resultarán incómodas en su pequeño huerto urbano. Igual
28
El huerto urbano
UN MICROHUERTO URBANO
Utilice todo el espacio de su huerto teniendo en
cuenta las tres dimensiones. El pavimentado y los
ladrillos evitan el lodo y eliminan las malas hierbas.
Soportes de alambre
Como soporte use madera tratada y
alambre galvanizado. Mejor aún, busque
Trepadoras productivas
alambre de acero inoxidable, que es
Las frambuesas y las judías verdes
menos abrasivo para la corteza.
proporcionan una «pared» de
Frutales en espaldera más de 1,5 m de productividad.
Los manzanos y los ciruelos se
pueden guiar y formar «setos»
atractivos y productivos. Plantas más grandes
Deberían estar encarados Plante tomates, alcachofas, ruibarbos
al oeste o al sur. o incluso calabacines para que formen un
segundo estrato de productividad vigorosa.
La colmena
Mantenga despejados los alrededores de la colmena para
permitir el acceso a las abejas y asegurarse de que las plantas
altas no bloqueen la entrada. Las abejas necesitan unos
cuantos metros de recorrido despejado hacia la piquera.
Compost
Los recipientes cerrados
impiden la entrada
de ratas y moscas. Una
plancha perforada de
metal debajo dejará entrar
a las lombrices, pero
no a las ratas y ratones.
Plantación elevada
Las sabrosas plantas que se comen en ensalada son ideales
para los lechos elevados. Cultive aquí las plántulas que
luego trasplantará al bancal profundo central.
29
ALIMENTOS DEL HUERTO
Melocotones y albaricoques pág. 178). Si se quiere un árbol pequeño, «St. Julien A» es un buen
patrón; «Brompton» es el mejor para los ejemplares grandes. En la
actualidad se están obteniendo variedades resistentes y especiales
de melocotonero que no requieren injerto.
160
El cultivo de los frutales
Ciruelas en invierno existe el peligro de aparición del mal del plomo. Los
ciruelos producen algunos años un peso considerable de fruto y
como sus ramas suelen ser bastante débiles, aquellas que tengan
mayor cantidad de fruta requieren soporte. Hay dos maneras de
hacerlo. Puede construir un andamio de madera en forma de T firme-
mente enraizado al lado del tronco y asegurado con una cinta de
plástico. Las cuerdas de la parte superior de la T se pueden atar alre-
dedor de las ramas caídas. La otra solución es usar una rama bifurcada
como soporte. Proteja la rama con arpillera para evitar rozaduras.
Suelo y clima
Los ciruelos prefieren suelo profundo pero prosperan también en
arcillas o margas profundas bien drenadas, pero no en las superfi-
ciales y secas. Los damascenos toleran algo mejor los suelos poco
profundos. Los ciruelos florecen temprano y son vulnerables a las
heladas primaverales por lo que no se los debe plantar en lugares en
donde se remansen bolsas de aire frío (véase pág. 156). Lo mismo
que otros frutales de climas templados, necesitan pasar por una fase ACLARADO DE CIRUELAS
de inactividad durante los inviernos fríos. Si la cosecha es excesivamente la mitad de su tamaño definitivo. No
abundante las ciruelas serán pequeñas debe arrancarse el pecíolo al despuntar
e insípidas, por lo que habrá que la ciruela y hay que dejar unos 5-8 cm
Tratamiento del suelo
aclarar los frutos una vez que alcancen entre las demás ciruelas.
El mejor es un suelo de reacción neutra, con un pH de 7 más o
menos, por lo que habrá que encalar si es ácido. Se labra (cava pro-
funda) la tierra antes de plantarlos y si es posible se cultivan una o Plagas y enfermedades
incluso dos cosechas de abono verde. Se las entierra después con la Los ciruelos sufren las mismas plagas y enfermedades que los man-
azada o con el motocultor. El terreno debe estar bien drenado. De lo zanos (véase Manzanas), aparte de algunas propias.
contrario; hay que llenar el fondo del hoyo con una capa de 30 cm MAL DEL PLOMO El síntoma es que las hojas se platean, pero la
de piedras y enterrar una tubería que conduzca el agua hasta un enfermedad ataca y mata a todo el árbol. Lo causa un hongo que
foso o un terreno más bajo. crece sobre madera muerta. Cuando se hace la poda intensa del
verano hay que quemar el ramaje cortado y cubrir las heridas con
Multiplicación pintura: así no cogerá la enfermedad.
Los ciruelos comunes y los damascenos han de injertarse siempre, TIZÓN BACTERIANO Se evidencia primero en forma de rayas negras
como también lo estarán casi siempre los adquiridos en vivero. sobre los brotes jóvenes. Aparecen más tarde manchas negras sobre
«Myrobalan B» es un buen patrón para árboles grandes de fruto las hojas y los frutos, que se vuelven incomestibles. No hay más cura
abundante que toleren la arcilla. «St. Julien A» y «Common Plum» que podar y quemar la madera cortada. Algunas variedades son más
son mejores para ejemplares pequeños. Los ciruelos se plantan igual resistentes que otras. El patrón «Myrobalan» confiere cierto grado de
que los manzanos (véase pág. 178). No son autopolinizantes por lo inmunidad.
que hay que plantar al menos dos, o más variedades compatibles. PUDRICIÓN DEL CORAZÓN Se produce a veces cuando se dejan en
Hay que dejar 7 m entre los árboles formados (o pie alto) si están el árbol tocones serrados; los tocones curan con lentitud por lo que
sobre patrón «Myrobalan», y 4,5 m entre los ejemplares plantados las bacterias pueden penetrar y matar la madera de debajo de la
sobre patrón enano como por ejemplo «St. Julien». Los ciruelos se corteza. Para evitarlo, corte todas las ramas a ras del tronco.
plantan también en bancal profundo circular. La plantación se hace a
comienzos del invierno, pero en las regiones de inviernos excepcio- Recolección y almacenamiento
nalmente fríos se efectúa al inicio de la primavera. Para preparar mermeladas o jaleas, o para envasar (para lo cual las
ciruelas son excelentes), se recogen los frutos cuando aparece el
Cuidados durante el crecimiento vello sobre ellos aunque antes de que se vuelvan blandos. Para
La abundancia de abono favorece a los ciruelos. Es muy conveniente consumo fresco se las recoge cuando están maduras, que es
soltar gallinas u otras aves por debajo de ellos; si no, hay que aplicar cuando se arrancan con facilidad del árbol. En los climas secos y
una buena cobertura de compost o estiércol de establo o de vacuno. cálidos las ciruelas destinadas a ser pasas se dejan en el árbol hasta
PODA Los ciruelos se podan para darles las formas descritas en la que están bien secas y caen con facilidad. Se las seca después en
página 179. La primera poda se hace en el momento de plantar el bandejas al sol. En climas húmedos hay que hacerlo por medios
árbol, y las posteriores a comienzos del verano, ya que si se realizan artificiales.
161
EN LA VAQUERÍA
290
Elaboración de mantequilla y nata
ELABORACIÓN
DE MANTEQUILLA
La mantequilla se hace batiendo nata 3 Vacíe la mantequilla sobre
una tabla de escurrir limpia
o un amasador de mantequilla.
madurada. Es imprescindible, pues,
disponer de algún tipo de mantequera.
Para moldear la mantequilla una vez
terminada use dos paletas de madera
o, mejor aún, un molde de madera
para mantequilla a la antigua usanza.
4
la manivela. Lave perfectamente la mantequilla
mezclándola con agua fría
repetidas veces y comprimiéndola.
2 Cuando la mantequilla se
coagule o se «ponga a punto»,
drene el suero.
5 Escúrrala bien hasta eliminar
toda el agua y los restos
de suero.
buena mantequilla es lavarla bien
y escurrir toda la leche y el agua.
o poner en moldes que le impriman
un dibujo como por ejemplo cardos,
vacas o gavillas de trigo.
291
EN LA COCINA
298
La despensa orientada al norte
Construya las
Use tiras de aluminio estanterías de
o plancha galvanizada forma que se
para proteger la parte puedan sacar
superior del escalón y limpiar o
frente a las ratas para dejar más
y ratones. espacio a los
productos más
voluminosos.
Emplee contrachapado
con fieltro o plancha Asegúrese de que
de aluminio para la puerta quede ajustada
que el techo sea y nivelada y sea sólida
impermeable. para que no se combe. Asegúrese de que el suelo esté bien aislado de la
Los lados pueden humedad colocando debajo material antihumedad
ser de madera de plástico de buena calidad. Un suelo húmedo
contrachapada o pudre la arpillera o los sacos de papel.
machihembrado
de buena calidad.
Si es necesario de FRESQUERA recién muerta, colgar las piezas
barniza o se pinta. La fresquera es el colmo de la cobradas y conservar todo tipo
simplicidad, pero aun así sirve para de carnes curadas. No necesita ser
Cubra la abertura de
muchos usos. Básicamente es una caja especialmente grande: bastarán unas
ventilación situada
bien ventilada protegida con una tela dimensiones de 30 x 60 x 90 cm.
bajo la puerta con
mosquitera que se puede situar en Es una manera simple y eficaz de
tela mosquitera.
cualquier lugar donde no dé el sol. conservar todo tipo de carne. Debe
Resulta ideal para conservar la caza ser a prueba de moscas y de plagas.
299
NUEVA EDICIÓN
EL HORTICULTOR AUTOSUFICIENTE
GUÍA PRÁCTICA ILUSTRADA PARA
Y LA VIDA EN EL CAMPO
La guía clásica para vivir de manera más sostenible,
GUÍA PRÁCTICA ILUSTRADA PARA
de uno de los padres del movimiento por la autosuficiencia.
Desde hace más de cuarenta años, John Seymour es una fuente de inspiración
para miles de personas que pretenden vivir de manera más responsable
EL HORTICULTOR
y ecológica. Su apreciado manifiesto para vivir «la buena vida» abarca todo
lo que necesita saber para vivir de manera independiente: cómo partir
leña, cultivar sus propios productos, elaborar cerveza y queso, e incluso
criar y sacrificar ganado.
AUTOSUFICIENTE
Aunque no todos tenemos la posibilidad de huir al campo, sí podemos dar
pequeños pasos hacia una vida mejor. Esta guía atemporal servirá de inspiración
a cualquiera que en alguna ocasión haya buscado la paz lejos del mundanal ruido
Y LA VIDA EN EL CAMPO
SEYMOUR
del mundo moderno.
JOHN
«Seymour vivió una gran vida. Trabajó muy duro
y disfrutó de las maravillosas recompensas, y por eso
este libro resulta tan acreditado como accesible».
– Hugh Fearnley-Whittingstall
ISBN 978-84-18459-06-1
9 788418 459061
JOHN SEYMOUR