El Combate de Trafalgar - 1-Jose Aller Hiero
El Combate de Trafalgar - 1-Jose Aller Hiero
El Combate de Trafalgar - 1-Jose Aller Hiero
EL COMBATE DE TRAFALGAR
José Ignacio González-Aller Hierro
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Prólogo
Trafalgar fue un combate mítico. En cierto modo, podría considerarse el El trabajo que presento es una de las aportaciones con las que el Ministerio
prólogo naval de las campañas napoleónicas que, en los campos de batalla europeos, de Defensa, a través de la Comisión para el Bicentenario del Combate de Trafalgar,
terminarían dibujando una Europa distinta. ha querido recordar aquella fecha del 21 de octubre de 1805. El combate de Trafalgar,
del contralmirante don Ignacio González-Aller, es un homenaje a la memoria de
Las guerras dinásticas del Siglo XVIII habían venido a conformar un mundo aquellos hombres de las tres naciones a quienes todos, ahora, queremos honrar. El
en el que dos protagonistas poderosos, el Imperio Francés y El Reino Unido, luchaban texto que le acompaña, Militares y Navíos de la Armada española, del comandante
por el dominio del que entonces era el primer continente del planeta. Los intentos por don Luis Aragón, evoca particularmente a los hombres y navíos españoles que, con
asentar aquella preeminencia inauguraban también un nuevo siglo que se estrenaba heroísmo, tomaron parte en el combate. Como señaló después de la lucha el
bajo el signo bipolar de estas dos grandes potencias. vicealmirante Pierre de Villeneuve: “Tanto valor, tanta devoción, merecía un destino
mejor”.
Por aquellos años, España se encontraba atrapada en la quiebra económica
ocasionada por dos guerras sucesivas: contra la Convención francesa (1793-1795) y Pero no hay que huir del pasado que heredamos. El diagnóstico de las
contra El Reino Unido (1796-1802). Las deudas de las campañas, el comercio posibilidades de un pueblo brota del conocimiento de su vida, la presente y la pasada.
interrumpido con las Indias, los daños ocasionados a la flota mercante, el agotamiento España ha aprendido muchas lecciones a lo largo de su historia y lo mismo podemos
moral y físico de los ejércitos, las presiones políticas traducidas en la pérdida de la asegurar del conjunto de Europa.
isla de Trinidad y la cesión de la Luisiana a Bonaparte, no dejaban más alternativa
que la elección entre las dos. En el recuerdo de aquella fecha y en su conmemoración, se dan los trazos del
rostro espiritual de la Europa actual, si ayer desangrada y rota, cada vez más unida
La elección, objetivamente, era delicada. El Reino Unido dominaba los mares en pos de un proyecto común. Los rivales de entonces son los aliados de ahora; los
y, por tanto, el tráfico con los territorios de Ultramar nos hacía vulnerables a los enemigos de ayer son los amigos de hoy y de mañana.
designios de Londres. A la vez, Francia se enseñoreaba en tierra firme, con los
ejércitos mejor preparados de la Europa de entonces. La alianza con una de las dos
potencias implicaba automáticamente la enemistad con la otra y España, en 1803,
eligió la neutralidad.
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La Armada española en 1804 ..................................................................................... 19 La paz firmada en Amiens el 27 de marzo de 1802 constituyó un alivio para
todas las naciones signatarias y en particular para Francia. Napoleón sin embargo no
La situación de la Armada española en Ultramar .................................................... 25 la consideró como tal, pues en su interior persistía la idea de mantener e incluso
fortalecer la hegemonía de su patria sobre la Europa Occidental y Central. Caso
Preparativos en Cádiz y Cartagena ........................................................................... 33 aparte era el de Inglaterra, que accedió al acuerdo por la ambición de obtener un
tratado de comercio favorable que le permitiese mantener la holgada posición
De Cádiz a las Antillas ............................................................................................... 37 económica que detentaba y por ello el Gobierno británico tampoco consideraba la paz
como definitiva.
El combate de Finisterre ............................................................................................ 45
España, por su parte, afianzada en la órbita francesa desde los comienzos del
De Ferrol a Cádiz ........................................................................................................ 53 reinado de Carlos III, se hallaba sumida en una enorme deuda económica ocasionada
por las guerras sucesivas sostenidas contra la Convención (1793-1795) y la ruinosa
Preparativos en Cádiz ................................................................................................ 63 contra la Gran Bretaña (1796-1802). Particularmente oneroso había sido este último
conflicto por el estrangulamiento del comercio con las Indias, los daños ocasionados a
Salida de la escuadra combinada. Movimientos previos .......................................... 73 la navegación mercantil y la ruina física y moral de la Armada tras el combate de
cabo de San Vicente (14 de febrero de 1797), la pérdida de la isla de Trinidad dos días
El combate en el centro de la línea combinada ........................................................ 83 después y la voladura de los navíos de tres puentes Real Carlos y San Hermenegildo
en el estrecho de Gibraltar, entre otras acciones menores. Para paliar en parte los
La actuación de la vanguardia .................................................................................. 93 inconvenientes derivados de la falta de comercio marítimo, el gobierno español
autorizó en noviembre de 1798 el intercambio mercantil directo entre las naciones
La acción en la retaguardia ....................................................................................... 97 neutrales y los virreinatos con las ventajas que ello comportaba. Esto provocó la
creación entre las clases elevadas criollas de la conciencia de ser beneficiosa para su
Tras el combate ..........................................................................................................101 futuro la ruptura de las ligaduras entre la metrópoli y las posesiones americanas.
Conclusiones ...............................................................................................................105 Por si fuera poco, en virtud de estipulación acordada el 1 de octubre de 1800,
la Armada entregó a la Marina francesa seis navíos de 74 cañones armados, arbolados
y en disposición de navegar, mientras que en América se cedía la Luisiana al apetito
insaciable de Napoleón. Amiens significó para el Gobierno español poco más que un
espejismo pasajero que pensaba remediaría esta penosa situación.
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España se declaró neutral, pero por el tratado de 19 de octubre de 1803, particularmente al no conocer la cantidad que España pagaba a Napoleón y el
ratificado con la oposición de Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, el Gobierno se obligó destino de los armamentos españoles en Ferrol. José de Anduaga, embajador en
a pagar a Francia un subsidio de seis millones de libras al mes a pagar desde el Londres, siguiendo las instrucciones que de Madrid le enviaba Pedro Cevallos,
comienzo de las hostilidades, a la apertura de los puertos españoles a la navegación primer secretario de Estado, mantuvo varias entrevistas con Lord Harrowby para
francesa, entre otras concesiones, todo a cambio de no poner a disposición de la preservar la paz entre ambas naciones. La primera, tras la noticia del alistamiento
potencia demandante (Francia en este caso), los quince navíos, seis fragatas y cuatro de los navíos ferrolanos, se celebró el 24 de septiembre. En la conversación halló “a
corbetas, y los 18.000 infantes y 6.000 jinetes, acordados en el tratado de San Harrowby muy alterado con las noticias que decía había recibido el Ministerio de
Ildefonso de 18 de agosto de 1796. Gracias a esta concesión, obtenida mediante el que hacíamos armamentos, extrañando que yo no le hablase de ellos. Díjele que no
ultimátum de enviar un ejército de invasión si no se transigía, París reconoció la sólo no tenía aviso ninguno sobre esto, sino que no creía tales armamentos.
neutralidad de España. Aseguróme que eran ciertas las noticias que en El Ferrol se armaban tres navíos
de guerra, y que de Cádiz debían pasar tres navíos de tres puentes para juntarse
Pero Inglaterra estaba determinada a desconocer tal situación si España con los de Ferrol. Observé a Milord que sería muy posible que con motivo de lo
continuaba proporcionando a Francia los subsidios estipulados, y así lo manifestó ocurrido en Vizcaya se enviase allá por mar alguna tropa, de lo cual hablaban
oficialmente el embajador británico John Hookham Frere por vía diplomática en nota algunas cartas que habían venido del Ferrol, y que se destinase a su conducción
dirigida a Cevallos, ministro de Estado, el 13 de diciembre de 1803. A esta amenaza, algunos de aquellos navíos, y que si esto fuese así, no tendría nada de extraño.
en un intento de contemporizar, el Gobierno español respondió no sólo permitiendo el Replicó Milord que ya sabía yo que uno de los puntos en que se había insistido por
uso de los fondeaderos de las rías gallegas por parte de los buques ingleses, sino que este Gobierno para la continuación de nuestra neutralidad había sido el de que no
se comprometió en marzo de 1804 a suspender todo armamento de navíos o de habíamos de armar. Convine en ello, mas dije que era menester distinguir bien la
aprestos navales. Tales decisiones tuvieron notable trascendencia para el futuro, clase de armamentos; que yo entendía bajo este nombre sólo aquéllos que
tanto en lo referente al personal como al material, como posteriormente razonablemente debiesen inspirar un recelo fundado de que era para romper la
analizaremos, y además, de nada sirvió esta concesión y otras, sobre todo a partir de neutralidad, pero que también sabía Milord que de ningún neutral se había
la llegada al poder de William Pitt el 18 de mayo de 1804, mucho más duro en los exigido nunca el que no tuviese algunos navíos armados, ni porque los tuviesen se
planteamientos que su antecesor Addington. consideraban como que eran destinados para entrar en guerra. Confesó Milord que
así era, mas añadió que como nuestros armamentos recaían sobre haber concedido
La causa inmediata que originó el agravamiento de la crisis de las relaciones ya a la Francia subsidios anuales durante la guerra, y aun excesivos, por tanto
entre España e Inglaterra fue una rebelión en Vizcaya conocida con el nombre de la había razón para desconfiar.” Sospechaba que aprovechando la salida de los navíos
“zamacolada”. Simón Bernardo de Zamácola era un político influyente del Señorío que españoles lo hiciesen los franceses y solicitaba explicaciones oficiales sobre las
había logrado mediante el apoyo del Príncipe de la Paz la creación de un puerto en razones del armamento. Asimismo, el Gobierno británico solicitaba al español la
Abando - llamado de la Paz - en contra de los intereses de Bilbao. Como prueba de cuantía de los subsidios entregados a Francia. No obstante, continuaban los
agradecimiento al Rey, ofreció procurar la implantación del servicio militar en Vizcaya, puertos británicos habilitados para el comercio español en medio de una campaña
no obstante la violación que suponía del régimen jurídico de la tierra y el pueblo se de prensa en pro y en contra de la entrada en guerra con España en un ambiente
alzó, alcanzando los desórdenes tal grado de virulencia (17 de agosto de 1804), que de aparente tranquilidad. Anduaga no se apercibió de las órdenes impartidas al
obligaron al Gobierno al envío del ejército para sofocar la sublevación. En principio se mismo tiempo por el Almirantazgo a todas sus fuerzas navales, de detener y
pensó trasladar tropas de Galicia embarcadas en buques de la escuadra de Ferrol, y en conducir a puertos británicos a cuantos buques de guerra españoles con caudales
efecto comenzó el alistamiento de tres navíos, dos fragatas y otros buques menores, encontrasen en la mar.
pero para evitar malos entendidos británicos, el 11 de septiembre se decidió enviar las
fuerzas por tierra. La actividad en el Departamento fue apercibida por el contralmirante En efecto, la serie de atropellos a buques de guerra españoles realizados por
Alexander Cochrane, que mantenía el bloqueo de los cinco navíos franceses y uno unidades de la Royal Navy y corsarios ingleses desde finales de 1803, culminaron el
holandés del contralmirante Gourdon fondeados en el puerto ferrolano, y por la fragata 5 de octubre de 1804 en el combate sostenido a la altura del cabo de Santa María
británica Naiad que estaba preparada para trasladar a Gran Bretaña al embajador entre una división de cuatro fragatas británicas y otra española del mismo número
inglés Frere. Éste salió a la mar el día 11 de septiembre y le faltó tiempo para de buques pero de porte inferior, que trasportaba a la Península caudales procedentes
comunicar a Lord Harrowby, secretario de Estado para Asuntos Extranjeros, el aviso del virreinato del Perú.
de los preparativos españoles que presuntamente violaban la neutralidad.
Las fragatas Mercedes, Clara y Asunción habían llegado a Montevideo el 5
A partir de este momento se endureció la postura británica respecto a la de junio de 1804 con caudales procedentes de El Callao. En virtud de reales órdenes
transigencia en la continuación indefinida del tratado de los subsidios de 31 de julio de 1803 y 8 de febrero de 1804, el brigadier José Bustamante y Guerra
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tomó el mando de una división compuesta por las fragatas Medea, Fama, Mercedes y Pitt el 15, esta vez con la dificultad añadida de haberse enterado el Gobierno
Clara. Partieron de Montevideo el 9 de agosto con los caudales a bordo, pero tras una británico del embargo de las propiedades inglesas decretado en España. Anduaga
navegación sin incidentes, fueron interceptadas sobre el cabo de Santa María por una llegó a la conclusión de ser España “la víctima que este Gobierno ha escogido para
división británica de otras cuatro fragatas - Indefatigable, Medusa, Amphion y Lively - que pague lo que no puede obtener de la Francia, esto es, objetos con que saciar la
al mando del comodoro Sir Graham Moore, que tenía órdenes de su gobierno de codicia de cierta clase de personas y motivos para alucinar a la nación con
detener la división española y conducirla a puertos de la Gran Bretaña. Ante la lógica empresas brillantes, y sobre todo lucrosas a costa de la justicia, de la equidad, de
negativa de Bustamante a transigir, se entabló combate. Inmediatamente, en plena la sana política y acaso de la humanidad misma.”
acción, voló la Mercedes, desapareciendo 263 personas. Las restantes fragatas se
rindieron sucesivamente obligadas por la superioridad de sus oponentes tanto en En la audiencia del 10 de diciembre, el embajador español había propuesto a
número de buques como en fuerza, siendo conducidas a Inglaterra. Del mismo modo Pitt que enviase a Madrid por su conducto un ultimátum solicitando contestación
fueron detenidos o apresados otros buques. sobre el armamento y los subsidios, ya que Frere precipitadamente había roto la
negociación, y una vez conocida la respuesta, decidir en consecuencia sobre la paz o
Las protestas del embajador español en Londres no se hicieron esperar al la guerra. Esta propuesta no era aceptable para Pitt y además llegaba tarde. El día
enterarse de la gravedad del suceso cuando la fragata Fama llegó a Portsmouth 20 se fijó en el café del Lloyd una orden para embargar todos los buques de cualquiera
acompañada por la Lively. Sin embargo, Anduaga se encontró con “la entereza que clase fletados para los puertos de España, como respuesta al decretado por el
muestra el Ministerio (Pitt), quien no aprueba la blandura del anterior (Addington)”, Gobierno de Madrid sobre las embarcaciones británicas.
pero consideraba que mientras existiese la más mínima esperanza de conciliación en
los asuntos pendientes con Inglaterra debería continuar sus gestiones para Por su parte, el Príncipe de la Paz había respondido a la detención de las
promoverla y facilitarla cuanto pudiese, aunque los deseos de Pitt de llegar a la fragatas alertando el 6 de noviembre a las autoridades nacionales y en particular las
guerra con España se hiciesen cada vez más evidentes. Lo único que otorgaban era de Marina acerca del atentado cometido, así como enviando la primera decisión de
que, en caso de llegar a un rompimiento, no detendrían las embarcaciones cargadas comenzar en Ferrol los aprestos navales (13 de noviembre de 1804). El día siguiente
con cereales destinados a España, si justificaban que cuando salieron del puerto de decidió el embargo general de las propiedades inglesas en los territorios de la
procedencia desconocían la noticia de la declaración de guerra. Monarquía, principalmente los barcos que se encontraban en los puertos españoles.
El 22, además de las noticias de los excesos británicos en el Mediterráneo, llegó a
La detención de la fragata Santa Matilde el 23 de octubre fue un jarro de Madrid el aviso de que la fragata Anfitrite, que iba con los pliegos para los jefes de
agua fría a las buenas intenciones del embajador Anduaga, quien, ante la noticia, la América Septentrional, había hecho felizmente su salida, pero no así la Santa
respondió con una nota de protesta a Lord Harrowby, finalizada con estas palabras Magdalena destinada a Montevideo, que fue detenida y obligada a regresar a Cádiz
cargadas de razón: “Le confieso, Milord, francamente, que por animado que esté el por el vicealmirante Orde que se mantenía en observación del puerto.
Rey, mi amo, de deseo sincero de mantener sus relaciones de amistad con el
Gobierno británico, que por mucha disposición que tenga de sacrificarse para el En vista de todo ello, el Príncipe de la Paz dio el día 23 “órdenes a todas
mantenimiento de la paz, si Inglaterra persevera en el procedimiento que su partes en España, las Américas y Asia, diciendo a los jefes que debemos mirar no ya
Ministerio ha desarrollado últimamente, S.M. se verá obligado a ahogar los como inevitable la guerra, sino como declarada. Que estén con suma vigilancia todos,
sentimientos pacíficos de su corazón para no escuchar más que el interés que lleva pero en especial los comandantes de provincias lejanas porque con nada ahora se les
al bienestar de su pueblo y a la seguridad general de los Reinos. No tiene, pues, el puede auxiliar, y que en su celo y extraordinario esfuerzo consiste la principal defensa
Gobierno británico más que no seguir adelante con las consecuencias desastrosas de tales y tan importantes dominios. Que cierren absolutamente los puertos, y que si
de tal acontecimiento, poniendo término a las medidas violentas, pues su algún buque muy velero se arriesga a venir, sea por rumbos desusados y evitando
continuación sería a los ojos de toda Europa una prueba incontestable de que está tomar a Cádiz, Coruña, Barcelona y otros puertos de primer orden que es de creer
absolutamente decidido a hacer la guerra a España.” Las consecuencias del suceso estén constantemente bloqueados.” A modo de represalia inmediata, el 24 de
fueron inmediatas, el 8 de noviembre el embajador Frere, a la vista de no conseguir noviembre Godoy ordenó a Tejada que dispusiese con la mayor reserva y actividad
explicaciones satisfactorias del Gobierno español sobre el pretendido armamento posibles una expedición de pequeños brulotes o buques incendiarios, para quemar con
de Ferrol y la cuantía de los subsidios, rompía las negociaciones y pedía y obtenía ellos la escuadra británica surta en la ría de Ares.
los pasaportes para abandonar Madrid. A su vez, el día 27 siguiente, Cevallos daba
orden a José de Anduaga de solicitar los suyos para abandonar la Gran Bretaña. Las agresiones inglesas continuaban particularmente en el Mediterráneo.
Tampoco tuvo efecto la audiencia que celebró el embajador español con el primer Mientras, llegó el aviso de que el almirante Orde había recibido instrucciones del
ministro William Pitt el 10 de diciembre, como remedio para evitar la guerra gobierno británico para apresar los buques españoles, lo que ya llevaba a cabo desde
inminente, y menos las del día 11 con el secretario Hammond y otra de nuevo con el 26 de noviembre. El 2 de diciembre, el Príncipe de la Paz dio la orden terminante
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de hostilizar los buques británicos aunque no se hubiese hecho pública la declaración Federico Gravina, embajador en Francia. Las negociaciones con
de guerra. Ésta sería inevitable y fue hecha efectiva el 12 de diciembre mediante un Napoleón. Los planes del Emperador para la invasión de la Gran Bretaña.
manifiesto muy inteligente de Pedro Cevallos dirigido a todos los consejos. Inglaterra, La colaboración española: el convenio del 9 de enero de 1805
por su parte, la proclamaba el 11 de enero de 1805. Por último, el rey Carlos IV
encomendó el 20 de diciembre a Manuel Godoy, Príncipe de la Paz, la dirección de la El 19 de noviembre de 1803, Nicolás de Azara era exonerado como embajador
campaña contra la Gran Bretaña, otorgándole plenos poderes. de España en París y sustituido provisionalmente por José Martínez Hervás, hombre
de negocios poseedor de una inmensa fortuna y amigo personal de Charles
Talleyrand-Périgord, ministro de Asuntos Exteriores de Francia. Nada más hacerse
cargo de su destino fue asediado por el ministro francés del Tesoro para que el
Gobierno español hiciese efectivos los subsidios atrasados desde el 20 de mayo de
1803. Tras prolijas negociaciones, Hervás sólo consiguió un cambio de moneda más
aceptable y el aplazamiento de parte de la deuda. El 8 de mayo de 1804 era relevado
por Federico Gravina, teniente general de la Real Armada, que había sido nombrado
para el destino en abril anterior.
Por una carta de Izquierdo a Godoy nos enteramos que Napoleón admitía
que las negociaciones con él se llevaran entre Godoy, Izquierdo y Lacépède por fuera
de los canales diplomáticos, sin que interviniesen los respectivos embajadores
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Beurnonville y Gravina. En nota dictada por Napoleón a Lacépède del 1 de enero de que si el Rey nuestro señor no tenía arbitrios con que cumplir este pago estipulado,
1805, el Emperador vertía duros juicios sobre la capacidad de Gravina, al que podía ordenar la venta de todas las encomiendas de Malta, la de los bienes de las
consideraba “del todo inepto para los negocios diplomáticos.” Por otra parte, se aprecia iglesias y conventos con la supresión de estos, e imponer tributos a los grandes y
claramente que el único interés de Napoleón radicaba en obtener los navíos de la hombres pudientes del Reino para cumplir sus tratados.”
Armada para emplearlos a su antojo y reprochaba la falta de energía española para
responder a los británicos. En la carta, el Rey, siempre aferrado a la idea de mantener la paz a ultranza,
insistía en las mismas razones y añadía que “Inglaterra está persuadida del estado
En este clima enrarecido, que sin duda le debió afectar anímicamente, de miseria en que ha caído mi Reino y no ignora que su existencia depende de los
Gravina se enteró la noche del 28 de octubre del atentado cometido sobre las cuatro socorros que recibe de América.” El monarca aducía premonitoriamente que los
fragatas de Bustamante gracias a un aviso de Anduaga, embajador en Londres, y se Estados Unidos “seducen o tratan de seducir a los habitantes de las Floridas
apresuró a retransmitirlo a Cevallos el mismo día; también escribió a Godoy en esa españolas, para decidirlos a seguir sus leyes y a someterse a su Gobierno. No es
fecha y el 2 de noviembre sendas cartas privadas expresándole los temores que posible tolerar tales cosas en vista de su atrevimiento, y de que tratan de establecerse
albergaba sobre las consecuencias que podría acarrear el apresamiento de las en las costas del reino del Perú, de hacer incursiones en las de México y de que son
fragatas, e incluso solicitó al propio Napoleón la confirmación de la noticia secundados por los ingleses en estas tentativas. Estos tienen la idea de apoderarse de
aprovechando la audiencia diplomática de aquel día. las posesiones de Asia e intentan invadir Cavite. Resulta de todo esto que acabo de
exponer a Vuestra Majestad que la guerra va a extenderse por todos los límites de mis
Al confirmarse el suceso, la primera reacción del Emperador fue la de estados, que el hambre y la peste devoran la población, y que no teniendo más aliado
ordenar al embajador Beurnonville que partiese inmediatamente hacia Madrid para que Vuestra Majestad, no puedo esperar más socorros que los suyos.”
solicitar al Rey de España que declarase la guerra a Inglaterra, mientras que a
Portugal enviaba al mariscal Lannes con la mismas pretensiones acerca del Gobierno Mientras esto sucedía en París, el Príncipe de la Paz exponía a Gravina en
lusitano. oficio del mismo día 21 de noviembre una serie de consideraciones sobre la guerra que
se avecinaba, que a su juicio no debía de cesar sin que Inglaterra, “el coloso de los
El 21 de noviembre, Gravina tuvo audiencia particular con el Emperador mares, reduzca a puramente mercantil su Marina” para conseguir una paz estable en
para entregarle una carta del Rey fechada el día 7 anterior, ocasión que aprovechó Europa. Pretendía conseguirlo mediante el estrangulamiento del comercio por el
para exponerle francamente las dificultades inherentes a la entrada de España en bloqueo continental desde el Rhin hasta España, no obstante reconocía la
guerra con Inglaterra. Para demostrarlo aducía la superioridad evidente de las superioridad naval inglesa y la precaria situación de la Armada, “los arsenales están
fuerzas navales británicas en comparación con los armamentos españoles que en el sin repuesto, las maestranzas extinguidas por la peste y la miseria, la marinería
momento actual eran nulos; que a las enfermedades y desastres que afligían a la prófuga, los ramos de víveres escasos, de suerte que cual luce la tea en el primer
nación se añadía la falta de repuestos en los arsenales para armar prontamente los instante pudiera esperarse brillase nuestra escuadra, mas luego ¿quién la repone?”
buques necesarios y de recursos para aprovisionarlos; que aún suponiendo se
pudiesen hacer los armamentos, no sería antes de la primavera de 1805, época en que Al mismo tiempo, le enviaba una lista detallada de las fuerzas con las que se
estarían bloqueados los puertos por el enemigo y cortado el tráfico con América, con podía contar para la guerra, y añadía que pese a todo aconsejaba al Embajador
el inconveniente añadido de no haber podido enviar de antemano avisos a esas tomase el mando de la escuadra con satisfacción; que trazase y ajustase un plan de
posesiones ni escuadras para defenderlas. Por todo ello, Gravina opinaba que era campaña con la persona que autorizase el Emperador, y que hecho esto y concertado
inútil y perjudicial una declaración inmediata de la guerra. el plan, regresara a España para pasar después a hacerse cargo del mando de la
escuadra en Cádiz. Por último, Godoy le encargaba la elección de los mandos más
A esto respondió el Emperador que no forzaría a ello a S.M. pero que siempre adecuados para embarcar en los buques a sus órdenes. El día 22, el Príncipe de la Paz
convendría estuviese preparada España porque los ingleses podían declarar la guerra especificaba los puntos sobre los que debía informar a S.M. antes de abandonar París:
en cualquier momento, y que "entre tanto, era indispensable se le siguiese pagando el
subsidio de los cuatro millones efectivos mensuales, sobre lo cual no podía ceder.” “El día que se ha marcado por el Emperador como roto el tratado de
Respecto a esto último, Gravina le replicó alegando la absoluta imposibilidad en que neutralidad por la España con la Inglaterra.
se hallaba el Rey para pagar tanta cantidad, para lo cual no tenía ni podía hallar Si algunas potencias se declarasen contra la Francia, en qué sentido deberá
fondos; que era cierto que se había firmado el tratado por los cuatro millones, pero que reconocerla la España.
no se podían prever entonces las muchas calamidades como la peste, el hambre, los Y si al tratado de alianza que nos une a la Francia queda en su valor con
terremotos y las enfermedades con que el Cielo había de afligido a España. Napoleón respecto a los artículos expresivos de la guerra, tratados de paz, sus épocas
contestó inflexible "que no podía rebajar nada absolutamente en semejante contrato, y condiciones.”
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Asimismo, Pérez de Grandallana, entonces ministro de Marina, enviaba a Estas conversaciones se atrasaron hasta el día 24. Entonces Decrès le
Gravina una nota muy reservada que había leído al Rey el 22 de noviembre, manifestó que había vuelto a hablar con el Emperador sobre los planes de
conteniendo el plan de operaciones de las fuerzas combinadas de España y Francia, operaciones, pero que era imposible redactarlos hasta conocer el número de navíos
en el que especificaba claramente, “no conviniendo a la España que sus fuerzas vayan que España podría armar con la gente, pertrechos y víveres necesarios para seis
a Brest, debe evitarse esto con el doble objeto de que no desamparemos nuestras meses, cuánto duraría este alistamiento y en qué puertos; añadió “que esto era tanto
costas, y que los aliados no consigan el deseado desembarco en Inglaterra, posible por más indispensable cuanto él mismo tenía cartas del Ferrol en que le decían que ni
acaso entonces, cuando ahora es imposible.” Como vemos, totalmente opuesto a las víveres teníamos para lo diario, y menos para el apronto de nuestros buques, y así lo
ideas de Napoleón. que desean saber es para cuándo podrá haber un cierto número de navíos completos
de un todo y en qué puerto.”
A partir de este momento, Gravina no cesó en sus propósitos de
cumplimentar lo antes posible las instrucciones de Madrid, a pesar de la dificultad Comunicada a Talleyrand la noticia de la declaración de guerra, para
añadida que suponía la coincidencia de fechas con el acto de la coronación de facilitar la negociación, el día 29 Gravina presentó a Decrès una memoria. En ella,
Napoleón como emperador de los franceses (2 de diciembre), pues la ceremonia tras justificar la entrada de España en la guerra, recapitulaba el estado actual de los
lógicamente mantenía ocupados a todos los miembros de la corte. El 5 de diciembre buques de la Marina Real y de los que se encontraban en cada uno de los tres
aprovechó la entrega de las águilas y estandartes en el Campo de Marte para departamentos de Ferrol, Cádiz y Cartagena, en total 32 navíos que se podrían armar,
comunicar personalmente, en un aparte con el Emperador, las intenciones españolas correspondiendo 15 a Cádiz, 8 a Cartagena y 9 a Ferrol; de ellos estaban listos para
de entrar en guerra con la Gran Bretaña y su nombramiento para el mando de la su armamento inmediato 9 en el primer puerto, 5 en el segundo y otros tantos en
escuadra, así como la necesidad de concertar los planes de campaña. Sin embargo, Ferrol, lo cual constituía una fuerza de 19 navíos prontos para ser alistados y los 13
hasta el día 8 no consiguió de Talleyrand la tan solicitada audiencia del Emperador. restantes podrían verificarlo a los dos meses. Exponía el embajador las dificultades
Durante ella le informó del contenido de todas las cartas recibidas del Príncipe de la que suponía el alistamiento, sobre todo en lo que respecta a la marinería, el acopio de
Paz que escuchó atentamente, y le entregó la nota con la relación de los navíos de la víveres y los efectos navales en los arsenales; por ello consideraba no era posible
Armada disponibles para participar en futuras operaciones, que fue lo que más le efectuar prontamente los armamentos completos, creía lo mejor y más conveniente
interesó. Respecto a los armamentos españoles, Bonaparte expresó un cierto que se fuesen activando los buques en los tres departamentos en el momento que
pesimismo por la falta de recursos económicos de la hacienda real. Gravina insistió cesase la epidemia, y “que cuando exista un cierto número, se deben formar en las
en la falta de dinero y las calamidades que afligían a España. El Emperador habló proximidades de Cádiz y de Ferrol los campamentos de tropas de desembarco
vagamente sobre planes de campaña, pues aunque sabemos que en esta fecha seguía apropiadas para emprender expediciones de acuerdo con el número de embarcaciones
aferrado a la idea de la invasión de Inglaterra, no tenía en la cabeza plan concreto armadas, y por este medio se forzará a los ingleses a mantener escuadras a la vista
alguno de operaciones en la mar. No se pusieron de acuerdo sobre el momento en que de todos esos puertos para impedir las salidas de nuestras expediciones.”
debía de cesar el tratado de neutralidad con Inglaterra; Gravina opinaba que debía Seguidamente, Gravina se extendió en consideraciones sobre las expediciones más
darse por roto el 5 de octubre, fecha del ataque a las fragatas, mientras que para el probables que, a su juicio, eran la expedición a las Indias orientales o las Antillas;
francés debería ser el día de la declaración de guerra, evidentemente con objeto de opinaba sobre la concentración del esfuerzo sobre la opción elegida para conseguir la
apurar al máximo los subsidios que debía entregar España. Añadió que si alguna sorpresa y la superioridad sobre el enemigo.
potencia le declaraba la guerra, lo que no creía, esto no comprometería a España; y
en cuanto a la época para ajustar la paz, ésta deberá concertarse al mismo tiempo por Mientras Gravina, cada vez más impaciente, solicitaba a Talleyrand la
ambas naciones. Para los planes de operaciones le remitía a posteriores tratos con concesión de la audiencia de despedida del Emperador, Decrès por orden de Napoleón
Denis Decrès, ministro francés de Marina y Colonias. le enviaba el 4 de enero de 1805 el borrador de una convención como respuesta a la
memoria anterior. En ella, el Emperador solicitaba al Rey español la colaboración de
Tras varios días de espera pudo entrevistarse con Decrès el 17 de diciembre. 29 navíos como máximo y 25 en la hipótesis que los 29 no pudieran armarse; en
El ministro le transmitió los deseos del Emperador de disponer en principio de diez cuanto a las tropas expedicionarias la fuerza se ceñía a 4.700 hombres. Aunque
navíos en Ferrol y otros doce en Cádiz con víveres para seis meses a fin de poderlos disminuía el número de buques ofertados por Godoy, el plazo para el alistamiento era
emplear combinados a los franceses en expediciones lejanas y ultramarinas; más corto (pasaba del 20 al 30 del mes de marzo). El día 5 siguiente, Gravina le
evidentemente Napoleón ya tenía la idea del plan que desarrollaría pocos días devolvía firmado el convenio, seguido de una nota que consideraba necesario añadir,
después. Gravina le expuso las dificultades que este armamento comportaba: sólo donde expresaba las dificultades que preveía para el cumplimiento de lo estipulado,
cinco navíos listos, falta de marinería, dificultades en la fabricación de tantas pues si bien los navíos podrían estar listos para la fecha acordada, era imposible
raciones de bizcocho. Ante esta respuesta, Decrès replicó que consultaría con el reunir las tripulaciones y menos aún fabricar los seis millones de raciones necesarios
Emperador. para seis meses de campaña.
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El Emperador transigió finalmente y el día 9, Decrès firmaba a su vez el autoridades de los tres departamentos, y éstas, febrilmente, luchando con la
convenio en la casa de Gravina en los siguientes términos que afectaban a España: sempiterna falta de recursos, víveres, pertrechos y marinería, iniciaron el
alistamiento del número de navíos determinado. Gravina se encargaría de las
“Art. 2.º Su Majestad Católica hará armar inmediatamente en el puerto de fuerzas de Cádiz, el teniente general de la Armada, Domingo Pérez de
Ferrol, y abastecer con seis meses de víveres y cuatro de agua, ocho navíos Grandallana, de las de Ferrol y Domingo de Nava de las estacionadas en
de línea, o siete a lo menos, y cuatro fragatas destinadas a combinar sus Cartagena.
operaciones con los cinco navíos y dos fragatas de Su Majestad Imperial que
están en ese puerto. Para lograr la invasión de la Gran Bretaña con las fuerzas concentradas
Dos mil hombres de infantería española, doscientos hombres de artillería en Boulogne, objetivo prioritario de la campaña naval, Napoleón necesitaba
con diez piezas de campaña con el repuesto de trescientos tiros por pieza y imperativamente el dominio del mar en el Canal de la Mancha, aunque fuese
doscientos cartuchos por hombre, serán reunidos bajo las órdenes de un sólo temporalmente. Para ello había estudiado a lo largo de 1804 sucesivos
mariscal de campo, para ser embarcados en los buques de Su Majestad planes que no llegaron a ejecutarse, e incluso a finales de año abandonó la idea
Católica que componen esta escuadra. de la invasión. En efecto, el 23 de diciembre, el Emperador decidió limitar la
Este armamento deberá estar en estado de salir a la mar antes del 20 operación a un ataque en las Antillas británicas a cargo de Silvestre Villeneuve
de marzo próximo, o a más tardar para el 30 de marzo. y Missiessy. El primero salió de Tolón el 18 de enero, pero tuvo que regresar poco
Art. 3.º Su Majestad Católica hará armar en el puerto de Cádiz, tripular y después debido a un temporal que desarboló varios de sus buques. Missiessy
aprovisionar de seis meses de víveres y cuatro de agua, de modo que estén partió de Rochefort el 11 de enero y arribó a la Martinica el 20 de febrero como
listos a salir a la mar en la misma época (30 de marzo), quince navíos de veremos posteriormente. No obstante, al mejorar la situación europea a finales
línea, o doce a lo menos, en los cuales se embarcarán dos mil quinientos de febrero de 1805, el Emperador volvió a su proyecto original, rearmó la flotilla
hombres, de los cuales dos mil de infantería española, cien de artillería, de desembarco reunida en Boulogne, y el 2 de marzo formuló la idea de la
cuatrocientos de caballería sin sus caballos, con diez piezas de campaña, maniobra estratégica concretada en el siguiente plan, donde ya se contemplaba
dotadas de trescientos tiros por pieza y doscientos cartuchos por hombre. la intervención española.
Art. 4.º Su Majestad Católica hará armar, tripular y aprovisionar como se
ha dicho anteriormente, y para la misma época, seis navíos de línea en el El vicealmirante francés Ganteaume debía zarpar de Brest con 21
puerto de Cartagena. navíos y seis fragatas, arrumbar a Ferrol, dispersar los buques ingleses que
Art. 5.º Su Majestad el Emperador y Su Majestad Católica se comprometen mantenían el bloqueo frente a este puerto y reunirse con los cuatro navíos y dos
y obligan a aumentar sucesivamente sus armamentos con todos los navíos y fragatas de la división francesa del contralmirante Gourdon y los ocho de la
fragatas que puedan ser en lo sucesivo construidos, habilitados y armados en española de Grandallana, allí basados. Seguidamente se dirigiría a las Antillas
sus puertos respectivos.” (Martinica) para unirse a Villeneuve, Gravina y Missiessy, y entonces, con esta
fuerza combinada de 40 navíos a su mando, regresar a Ouessant, atacar las
A cambio de este esfuerzo, el Emperador garantizaba por el artículo 6.º la fuerzas navales británicas presentes en la zona y seguir directamente hasta
integridad del territorio español en Europa y “la restitución de las colonias que Boulogne. Si no lograba el encuentro con Villeneuve, debía efectuar el mismo
pudiesen ser tomadas en la guerra actual.” Asimismo, prometía vagamente sus movimiento acompañado de Missiessy.
buenos oficios para la restitución a España de la isla de Trinidad y la de los caudales
arrebatados en las tres fragatas apresadas antes de la declaración de guerra. Villeneuve, a su vez, saldría de Tolón con 11 navíos, seis fragatas y dos
bergantines para recoger en Cádiz el navío l’Aigle y los de Gravina que estuviesen
Gravina se había despedido del Emperador el día 6 de enero en una brillante listos, poner rumbo a Fort-de-France (isla Martinica) y esperar allí a Ganteaume
ceremonia durante la cual pronunció unas palabras. Permaneció en París hasta el día durante cuarenta días. Si la reunión no se llegase a efectuar en este plazo, tras
12 en que, una vez firmado el tratado anterior, emprendió el regreso a España. Tras desembarcar 1.300 hombres, Villeneuve se debía dirigir a Canarias para
recibir instrucciones del Rey y del Príncipe de la Paz en Madrid (31 de enero) y interceptar los convoyes británicos procedentes de la India; si continuaba sin
Aranjuez (1 de febrero), y entrevistarse con el general Pierre Riel, conde de noticias de Ganteaume entraría en Cádiz.
Beurnonville, embajador de Francia, Gravina se dirigió hacia Cádiz el día 8, donde
llegó el 12 y el día 15 tomó posesión del mando de la escuadra allí fondeada. Por otra orden de Decrès del 27 de febrero expedida a Missiessy, que como
sabemos estaba ya en la mar desde el 11 de enero, debía esperar la llegada de las
En cumplimiento de lo acordado en el convenio, desde la Corte madrileña y fuerzas combinadas que apareciesen en la zona de las Antillas hasta fines de
Aranjuez se habían cursado el 16 de enero de 1805 las órdenes correspondientes a las junio. En caso de que no llegase fuerza alguna, regresaría a Francia.
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Gourdon, que se encontraba en Ferrol con cuatro navíos, dos fragatas, un La Armada española en 1804
bergantín y una goleta, tomaría el puerto de La Coruña a la espera de Ganteaume,
que rompería el bloqueo y debía unirse a él en el momento que apareciese. El conflicto a que se iba a enfrentar la monarquía hispánica era de naturaleza
esencialmente marítima y, por lo tanto, fundamental la actuación de la Armada. Parece
Era una maniobra en la que por parte francesa se perseguía un dominio lógico, pues, hacer un somero análisis de su situación ante los acontecimientos que se
temporal del canal de la Mancha para permitir el paso de la flotilla de desembarco, avecinaban.
precisamente en el escenario previsto por los ingleses desde 1803 de concentración
general en la zona de la isla d´Ouessant en caso de situación de grave riesgo o de De años atrás, la Armada dependía orgánicamente de la Secretaría de Estado
incertidumbre sobre los movimientos del enemigo, pues era allí donde importaba y del Despacho de Marina o Ministerio de Marina, vértice de la administración naval y
contar con la superioridad decisiva, porque si el enemigo dominaba en el Canal, órgano regulador del sostenimiento de la fuerza. Las Ordenanzas de 1793 establecían
Inglaterra estaría perdida. En realidad el factor geográfico favorecía a los británicos. que el cargo de Capitán General de la Armada iba unido al empleo de Director General
Por otra parte, haber elegido un lugar tan apartado como las Antillas para la reunión y “tendrá el mando y dirección de toda ella y de las partes que la componen, háyanse
de las escuadras combinadas, hacía muy difícil lograrlo a tiempo, aun teniendo en unidas o divididas en Departamentos…” Como Director General centralizaba el
cuenta el largo periodo de espera establecido. Sin embargo, tenía una serie de conocimiento del estado de toda la Marina - arsenales, puertos, buques, fábricas de
ventajas previstas por Napoleón, como era el efecto sorpresa y mantener la iniciativa artillería, personal, ascensos, embarques, etc. - y a él informaban los comandantes de las
de las operaciones. Además, la confusión creada en los mandos británicos ante una escuadras y buques sueltos las ocurrencias y resultados de las campañas. Sólo entendía
expedición tan inesperada, provocaría la dispersión de sus esfuerzos en la búsqueda. de las funciones técnicas pero no operativas. El sistema rector de la Marina se resentía,
pues, de la falta de un verdadero órgano de conducción política, estratégica y de
planeamiento de operaciones. Su actividad se canalizaba por informes y propuestas al
Ministro. La orden de ejecución de lo acordado correspondía al Rey. A partir de 1793, la
Dirección General de la Armada radicaba en Madrid. En el caso particular del periodo
que tratamos, hasta el 6 de febrero de 1805, el teniente general de la Armada, Domingo
Pérez de Grandallana, ejerció como Secretario de Estado y del Despacho de Marina,
mientras que el del mismo empleo, Francisco Gil de Taboada y Lemus, era Director
General. En dicha fecha este último general pasó a desempeñar la Secretaría y retuvo
el destino que tenía anteriormente.
Respecto a la fuerza, parte esencial del Poder Naval y su razón de ser, estaba
repartida en los tres Departamentos de Cádiz, Ferrol y Cartagena, al mando de un jefe
independiente en su dirección y operaciones que ostentaba el cargo de comandante
general de la escuadra respectiva.
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Justo y Bahama. Al cesar el 5 de marzo de 1782, esta responsabilidad pasó a manos de inmediatamente superior. Las nuevas piezas fueron probadas en el navío San José en
su hasta entonces subordinado José Joaquín Romero y Fernández de Landa, que fue 1795 con resultado satisfactorio y se montaron en varios buques.
propuesto para el cargo de ingeniero director el 19 de marzo de 1782. Cuatro años más
tarde, el 28 de enero de 1786, era nombrado ingeniero general de Marina. A consecuencia de las experiencias practicadas con las carronadas, se
fundieron en 1791 obuses de a 24. Estas piezas eran semejantes a un cañón pero más
Romero reorganizó los arsenales y proyectó y dirigió la construcción de cortas, de mayor calibre y menos peso, pues el de la de a 24 correspondía a un cañón de
navíos, fragatas y otros buques, perfeccionando cada vez más las características de los a 6 libras. Su carga era la décima parte del peso de la bala, el montaje de corredera y
prototipos. A él se debió la serie de ocho navíos de tres puentes y 112 cañones – de ellos, su servicio muy fácil. Se realizaron pruebas de comparación con las carronadas, pero
el Santa Ana y el Príncipe de Asturias participaron en Trafalgar –, la de ocho navíos hubo disparidad de opiniones sobre las ventajas e inconvenientes de ambos tipos de
de dos puentes y 74 cañones encabezada por el San Ildefonso y a la que pertenecía piezas, sin embargo se optó por los obuses. Por esta razón, la mayoría de los navíos
también el Monarca y el San Leandro de 64, que también intervinieron en la misma españoles que combatieron en Trafalgar carecían de carronadas e iban sobrecargados
acción. En la última década del siglo XVIII, Julián Martín de Retamosa modificó los de artillería.
proyectos de Romero, dando lugar a los últimos y mejores navíos españoles de la
centuria, Montañés, Neptuno y Argonauta, que combatieron destacadamente en Los arsenales se regían por la Ordenanza de 1776. Estaban al mando de un
Trafalgar. oficial de guerra con título de Comandante del Arsenal y dependencia orgánica del
Capitán o Comandante General del Departamento respectivo. La dirección y proyecto
Excepto los procedentes del sistema de Jorge Juan, considerados fuertes pero de las construcciones navales y de los trabajos de astillero realizados en los arsenales
excesivamente lentos, para Escaño, los navíos no podían ser mejores; el general echaba correspondía al Cuerpo de Ingenieros de Marina creado en 1770. Mientras hubo
de menos en ellos un sistema de arboladuras más pequeñas que los hubiese hecho medios, personas preparadas y buen mando, los arsenales funcionaron bien como se
menos expuestos a averías en malos tiempos y en combates, así como un mayor demostró en los grandes armamentos de 1779, 1790 y en menor medida en 1793. A
tamaño de portas habría facilitado el empleo de la artillería. Lo que no se puede negar partir de esta última fecha, la situación de sus servicios se fue deteriorando y llegó a
es que en la campaña de las Antillas el Argonauta, manifestó ser el más velero de la ser deplorable, en completo abandono por falta de pago a los contratistas y
escuadra combinada, y que en Trafalgar los navíos españoles demostraron una gran agotamiento de los recursos. Lo único que se mantuvo fue el espíritu y buena
capacidad de aguante a la artillería británica. voluntad de los ingenieros y maestranzas; gracias a ellos se consiguieron armar las
escuadras exigidas por Napoleón para la campaña de 1805, y no se podría explicar ni
No cabe duda que la contemplación de estas magníficas unidades hizo caer a la rehabilitación en 72 horas del navío Argonauta por el arsenal de Ferrol (agosto de
los políticos y ciudadanos españoles en el tradicional defecto de satisfacernos 1805), ni la reparación de los once navíos franceses y españoles supervivientes de
fácilmente con las apariencias de los servicios y la forma puramente externa de los Trafalgar en menos de un año sin disponer casi de materias primas.
institutos, sin cuidar lo bastante la sustancia y eficacia real que deben esperarse del
ejercicio de sus funciones, defecto señalado por Ignacio María de Álava en carta a En 1804 la oficialidad de guerra procedía, salvo raras excepciones, del
Godoy de 30 de julio de 1805, cuando le pedía “que en cualquiera lance no deduzca por Cuerpo de Oficiales de Guerra de la Armada, que tuvo su origen en la Compañía de
el número de buques y su fuerza aparente, el resultado que haya de tener el combate, Guardias Marinas, instituida por Felipe V en 1717 y que constituyó desde entonces
mientras no varíen las circunstancias y podamos adiestrar nuestros equipajes en la uno de los conjuntos profesionales más brillantes y eficaces de los que dispuso la
mar como lo están los del enemigo.” España del siglo XVIII. De una sólida formación científica, técnica y humanística,
podían compararse ventajosamente con el resto de los marinos europeos. Su espíritu
La artillería naval española y las municiones procedían en su mayor parte de de sacrificio, valor en la acción y constancia ante la adversidad siempre fueron
las fábricas de Liérganes y La Cavada, excepto algunas importaciones de Escocia. Esto proverbiales y nunca desmentidos por el enemigo. Los oficiales de la Real Armada,
permitió una cierta autonomía naval a la política madrileña que continuó hasta el según el historiador francés Geoffroy Grandmaison eran “todos, hombres de corazón,
reinado de Fernando VII. Aunque Liérganes se cerró en 1795, la producción se estaban dispuestos a cumplir con su deber, pero la resignación caracterizaba su
mantuvo en La Cavada, de tal forma que en 1805 las necesidades de la Armada, salvo obediencia: conocedores de la insuficiencia de sus medios, se ha podido decir de ellos
en algún caso, estaban cubiertas. Su calidad era buena, aunque careció hasta que iban al combate con la certeza científica de la derrota.” Su actuación en la mar
Trafalgar de buenas llaves de fuego para el disparo de las piezas. ha sido juzgada peyorativamente, sin tener en cuenta una serie de circunstancias,
en la mayoría ajenas a su responsabilidad, que incidieron en los resultados
Como una innovación, el comisario general de Artillería, Francisco Javier obtenidos.
Rovira, el 8 de marzo de 1791 elevó al Director General de la Armada un proyecto de En primer lugar, señalemos la influencia negativa ocasionada por el
artillería recamarada para aumentar la fuerza de los buques con cañones del calibre afrancesamiento de las ordenanzas de la Armada que rigieron sus destinos desde las
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primeras de Patiño (1717), traducción incompleta de las de Colbert, en cuya Quizá la causa principal de esta escasa experiencia en el mando colectivo de
organización bebió hasta saciarse el célebre ministro universal de Felipe V. Este virus la oficialidad hay que buscarla en la práctica habitual seguida por la Armada de
afrancesado se metió en las sucesivas ordenanzas: las de Aguirre de 1748, las de desarmar la casi totalidad de los buques al finalizar las guerras o crisis, para dejarlos
Mazarredo y Escaño de 1793 y las de Pérez de Grandallana de 1802. No es exagerado año tras año abandonados en los arsenales, con tan escaso mantenimiento que era
decir que su influjo no sólo es palpable en el espíritu que emanan, sino que se dejó sentir necesario reconstruirlos enteramente para utilizarlos en la campaña siguiente.
notablemente en el modo de afrontar las crisis, y en el proceder táctico y estratégico,
esencialmente defensivo, seguido por los estadistas y los mandos de escuadras y Los mandos españoles tenían, eso sí, una gran práctica en la navegación a
autoridades navales españoles. No en vano escribía el Marqués de la Ensenada al Rey bordo de barcos independientes o de divisiones de corto número de unidades
“La guerra de Vuestra Majestad ha de ser defensiva.” dedicadas al corso o tareas científicas; con hombres como Jorge Juan, Ulloa, Císcar,
Malaspina o Tofiño prosiguió la rica tradición científica, cartográfica y de
De origen francés es lo preceptuado en el artículo 141, tratado 3.º, título I de descubrimientos geográficos que forjaron los navegantes españoles de los siglos XVI
las Ordenanzas de 1793, que obligaba a los comandantes de los buques, en combate o a y XVII, pero no se ganaron combates.
la vista del enemigo, a no abandonar su puesto en la formación sin expresa señal del
General que mandase la escuadra, lo cual les quitaba de la cabeza cualquier tipo de Por parte de las autoridades superiores de la Armada existió una cierta
iniciativa por más razonable que fuese. Todo lo contrario a la filosofía de los mandos lenidad en las sanciones y falta de exigencia en las responsabilidades, así como exceso
británicos que actuaban de acuerdo con la situación táctica o estratégica sin atenerse a de recompensas con méritos escasos y, sobre todo, ausencia de criterios acertados en
instrucciones fijas, tal como lo demostraron sus almirantes en cuantas ocasiones se les la selección de los mandos. Es sintomático señalar que Escaño, extraordinario táctico
presentaron. y comandante de barco, nunca mandó una escuadra, y que Mazarredo, – de él dijo
Vargas Ponce que “fue el honor y las delicias de la Marina española” – , el profesional
Asimismo, esta falta de agresividad se puede apreciar en el número de veces más completo de todos los de su tiempo en Europa, estuvo ausente de la comandancia
que una escuadra española sola o combinada con una francesa soportó bloqueos para general de la Escuadra del Océano en los momentos más críticos de la Armada; se
desgastar a las escuadras inglesas que lo ejercían, y que hizo exclamar con toda razón puede afirmar categóricamente que con él a bordo del buque insignia español, no
a Nelson: “Sus escuadras sufren más en una noche que la nuestra en un año...Estos hubiesen existido ni un San Vicente ni, por supuesto, un Trafalgar. En el Cuerpo de
caballeros no están acostumbrados a los temporales, que nosotros hemos desafiado por Oficiales de Guerra de la Armada brillaban oficiales competentes y agresivos en la
espacio de veintiún meses seguidos, sin perder un solo palo ni verga.” Esta errónea mar como Álava, Cayetano Valdés, Alcalá Galiano, Churruca etc., pero nunca tuvieron
doctrina francesa no es extraña a la actitud española en Tolón, Rochefort, Brest y, como ocasión de demostrar su competencia profesional en la mar frente al enemigo al
más adelante veremos, en la bahía de Cádiz durante la campaña de 1805. Mientras mando de escuadras o divisiones.
tantas dotaciones vegetaban y se desmoralizaban, el enemigo británico, extenuado en
largos cruceros que en algunos casos duraban años enteros, llegaba a alcanzar un Los cañones eran servidos por individuos pertenecientes al Real Cuerpo de
elevado grado de adiestramiento y de agresividad, al estar acostumbrado a practicar Artillería de Marina, constituido por 3.080 hombres distribuidos en veinte brigadas
permanentemente operaciones ofensivas. repartidas por los tres Departamentos de Cádiz, Ferrol y Cartagena. Los mandos eran
oficiales de guerra de la Armada. Para las campañas se destacaban a los buques un
Lo anteriormente expuesto nos lleva de la mano a considerar otro defecto cierto número de artilleros de brigadas, siempre escasos, que se completaban con
achacable a la oficialidad española de la época y es el de haber navegado poco en marinería o soldados, bien sea de Infantería de Marina o de Ejército.
escuadra – salvo la excepción de la guerra 1779-1783 – y poseer una escasa experiencia
en el mando de grandes unidades colectivas, donde los movimientos, la formación más A finales del siglo XVIII el Cuerpo de Infantería de Marina disponía de doce
adecuada, la pronta ejecución de las órdenes de la capitana, el correcto y pronto empleo batallones de a seis compañías que totalizaban más de 12.000 plazas. Sus mandos
de las armas y la agresividad hacia el contrario, la búsqueda del enemigo para pertenecían también al Cuerpo de Oficiales de Guerra de la Armada. Una vez
imponerle el combate en condiciones de superioridad dependían de conocimientos embarcados en los buques para realizar una campaña, junto con los hombres de los
basados en una amplia experiencia de mar y de la serenidad que da el oficio practicado cuerpos de Artillería, la tropa de Infantería del Ejército destinada para el servicio a
en muchas ocasiones difíciles y comprometidas. Lo corrobora Álava en carta a Gil de bordo y la de transporte constituían la guarnición.
Lemus de 31 de mayo de 1805, “La decadencia notable que ha tenido nuestra Marina
en todos los ramos y la poquísima práctica de mar en un decenio de años en que El reclutamiento de la marinería o tripulación de los buques se basaba en la
nuestros enemigos no han dejado de ejercitarse en bloqueos y cruceros de invierno y llamada Matrícula de Mar, que con diversas alternativas se venía aplicando en la Real
verano, los ha puesto a una distancia tal que sería imposible acercárseles mientras no Armada desde 1606 y que a partir de la Ordenanza del Infante Almirante de 18 de
tengamos proporción y medios de navegar y evolucionar.” octubre de 1737 tuvo su consolidación definitiva. En ella se establecía “cuán de mi Real
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agrado sería que se alistase y matriculase toda la gente de mar de mis dominios, para Intenciones de Godoy respecto a la guerra. La situación naval
reducirla a un gremio separado y distinguido con honras, franquezas y privilegios...” española en América y Filipinas. La guerra en Ultramar: La Habana, golfo
Con los hombres de mar voluntarios se formaban listas que componían la Matrícula, de México, Puerto Cabello, Cartagena de Indias, Río de la Plata, virreinato
dividida a su vez en secciones que, cuando eran requeridos, salían a campaña en los de Perú y capitanía general de Chile, Filipinas (1804-1806)
buques de guerra por turno riguroso. La licencia absoluta se obtenía a los 15 años de
servicio sin nota desfavorable. Esta gente de mar era extraordinariamente sacrificada, El 6 de diciembre de 1804, Godoy había ordenado redactar un oficio en el que
pero carecía de experiencia en navegación de altura y sobre todo en la maniobra de exponía al entonces ministro de Marina Domingo de Grandallana sus inquietudes y
buques arbolados con aparejo de cruz. Defecto compartido por la Marina francesa y proyectos respecto a la guerra que se avecinaba. Aunque finalmente no fue cursado,
calificado como “le grand mal” por el contralmirante Jurien de la Gravière. si conviene conocerlo porque reflejaba el concepto estratégico puramente defensivo
del Príncipe de la Paz, en una tentativa de salvar lo más posible de la catástrofe que
La Matrícula era teóricamente un excelente sistema y en ocasiones dio buen preveía:
resultado, pero fracasó a causa de los enormes armamentos que se ordenaron para
hacer frente a las sucesivas guerras en las que se vio envuelta España a partir de 1779, “1.º El mando del Departamento de Cádiz y el de las fuerzas de mar
armamentos evidentemente desproporcionados a la escasa población, industria y reunidas en su puerto, se halla hoy en un solo sujeto, don Juan Moreno; y
comercio disponibles, a lo que se unieron la precipitación en las disposiciones para su llegado ya el tiempo de empezar las hostilidades, conviene se separen estos
ejecución y la frecuente suspensión de las pagas por la falta de recursos, lo que dejaba cargos, y que continuando Moreno con el del Departamento, se pongan las
a las familias en la mayor indigencia y generaba gran desconfianza hacia el sistema de fuerzas armadas y que van armándose al cuidado de un hábil general que las
la Matrícula. arregle y mantenga sobre el pie de guerra en que deben estar, y obre con ellas
en caso necesario.
Para colmo, la marinería, siempre escasa, había sido mermada a principios de 2.º No puede perderse un momento en arreglar el apostadero de lanchas y
siglo por la epidemia de fiebre amarilla que asoló las costas desde Alicante a Cádiz, faluchos cañoneros de Algeciras, bajo el mando de un general de mucha
carencia que hasta hizo pensar en la necesidad de contratar gente en Italia. Pero por lo confianza; y merece especial examen y muy pronta deliberación el ver si ha
visto no había dinero para adoptar tal medida, a juzgar por el escrito de 19 de enero de de establecerse otro apostadero de fuerzas sutiles en Tarifa o algún otro
1805 en el que el capitán general de Cartagena se quejaba al Ministro de Marina: “se punto del estrecho de Gibraltar, pues son evidentes las ventajas que
adeudan las asignaciones de la gente de mar desde 1º de julio de 1803.” sacaríamos de interceptar por este medio muchas embarcaciones enemigas,
tanto de guerra como mercantes, dando golpes sensibles al comercio inglés, y
No se crea que la situación de los cuerpos de oficiales en este aspecto era mejor. desconcertando quizá con el apresamiento de buques destinados a
A todos los combatientes españoles de Trafalgar se les debía cuatro meses de sueldo, transportar tropas y pertrechos, las medidas en que estriba principalmente
singular tradición de la Armada que culminaría el 7 de abril de 1816 al fallecer en la subsistencia de las fuerzas navales de Inglaterra en el Mediterráneo.
Ferrol por falta de pagas el teniente de navío José Lavadores victima “de extenuación 3.º Son éstas hoy en tanto número y se dirigen con tal ahínco a destruir
en virtud de continuada escasez y hambre”, situación que alcanzaría los albores del nuestro corto comercio, que a no tomar providencias muy eficaces para proteger
siglo XX. y escoltar en convoyes como se hizo la guerra pasada en Valencia y Cataluña,
los buques que hacen el comercio de cabotaje irán todos a parar a manos del
Las plantillas de las tripulaciones y guarniciones se determinaban por la clase enemigo, o habrá de cesar el tráfico con indecible perjuicio de los pueblos.
de buque en particular, hasta la promulgación de los reglamentos de 1 de enero de 1788, 4.º Volviendo los ojos a América, reparo que las fuerzas navales que hay en
tanto para tiempo de paz como de guerra, y el de 16 de octubre de 1803, exclusivamente La Habana y en otros puntos del Seno Mejicano, piden que se envíe a
para el de guerra. La de los navíos oscilaba desde los 1.032 hombres de los de tres mandarlas un jefe muy experto, que sea capaz de sacar partido de ellas en un
puentes y 112 cañones hasta los 491 de los de dos puentes y 54 cañones. Comparando mar dominado más que otro alguno por el enemigo.
buques de fuerza similar, las plantillas españolas eran por lo general semejantes a las En las costas del Perú no veo más que un bergantín de guerra, o tal vez
francesas y bastante superiores en número a las británicas. Así, mientras un navío alguna fragata que habrá pasado de Montevideo. Pero éstas son muy débiles
francés de 116 cañones disponía de una dotación de 1.191 hombres en guerra y 841 en fuerzas para oponerse con algún éxito a los estragos que causan desde Chile
paz, los navíos ingleses de 110 cañones tenían sólo 837 hombres para la primera a Panamá el sin número de embarcaciones inglesas que se emplean en la pesca
situación. Este exceso de gente en los buques de la Armada presentaba más de la ballena y son otros tantos corsarios al punto que saben la guerra.
inconvenientes que ventajas, pues, además de resultar perjudicial para la disciplina y Finalmente, las islas Filipinas no tienen ni un solo buque del Rey para
la policía, ocasionaba confusión y desorden en las faenas marineras y en el combate. comunicarse con Nueva España, y tomar de allí los únicos auxilios que
pueden retardar su pérdida y el situado anual para su subsistencia.
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Causas que me parecen muy poderosas para que, haciendo el esfuerzo que castigar los atropellos sangrientos cometidos por los negros de Haití y Santo
piden las circunstancias, se envíen sin tardanza algunas fuerzas navales al Domingo, que bajo la dictadura despótica de Dessalines habían declarado la guerra a
Perú y Asia. España en julio de 1804.
5.º El número y calidad de las que hayan de ser, las instrucciones que
deben darse a los oficiales que las manden, la elección de éstos con presencia En el campo de la organización, el 22 de diciembre de 1804 se estudió la
de su idoneidad, de su experiencia y de la confianza que por todos títulos conveniencia de cambiar el tipo de embarcaciones dedicadas al correo marítimo y
merezcan y, por último, la adecuada repartición de todas las fuerzas de mar modificar sus derrotas para hacer más segura la correspondencia con América. El 11
para cubrir los muchos objetos a que debemos atender pide que, desde luego, de marzo de 1805 se pusieron en vigor unas nuevas instrucciones para los
se traigan todos a la vista, y con consideración a la entidad de cada uno, se comandantes de los buques correo. Además, como dijimos anteriormente, por Real
forme el plan general de defensa de nuestras costas en la Península, de Orden el 28 de marzo del mismo año, el teniente general Juan de Villavicencio era
nuestras posesiones lejanas y de nuestro comercio en todas partes de los nombrado comandante de Marina de La Habana en relevo de Araoz, lo que se
dominios del Rey. verificaría el 28 de agosto al llegar el primero a su destino.
Aun procediendo con toda esta circunspección tendremos que sufrir
muchas pérdidas, pero sucedan enhorabuena las que pide la necesidad y no Los buques armados en el apostadero de La Habana se reducían a la recién
otras; y aprendamos y ganemos honor con nuestra conducta en el modo de llegada fragata Pomona, la corbeta Desempeño y el bergantín Flecha, y los
hacer la guerra.” bergantines guardacostas Lince y San Julián y el esquife Favorito, situados en
Baracoa y Santiago de Cuba. Podían armarse también algunos buques más que
Como veremos posteriormente respecto a los puntos primero y segundo, estaban en el arsenal, siempre que se dispusiese de caudales, y por último, la fragata
Godoy eligió para mandar las fuerzas navales de Cádiz al teniente general de la Nuestra Señora de la O subsistía en Veracruz. Como por las noticias recibidas de un
Armada Federico Gravina, mientras que encargaba las fuerzas sutiles de Algeciras al falucho despachado desde Cádiz, Araoz conocía el apresamiento de las fragatas
también teniente general Bruno Hezeta. Para alcanzar los objetivos del punto tercero, Anfitrite y Matilde, se lamentaba con razón que era imposible atender a tantas
poco o nada podía hacer y sus pronósticos pesimistas se verificaron casi en su necesidades y hacer frente a las fuerzas enemigas que cruzaban por aguas de las
totalidad como también veremos a continuación. Por último, cumplió el primer Antillas. Para estudiar las medidas a adoptar, las autoridades de Cuba se reunieron
párrafo del punto cuarto destinando a La Habana al teniente general Juan de en junta de guerra convocada el 15 de febrero. Como primera medida acordaron
Villavicencio en sustitución de Juan Araoz. reclamar al virrey de Nueva España los caudales que estaban pendientes de recibir
para poner la isla y la de Puerto Rico en estado de defensa. Con independencia de
Trataremos a continuación aunque sea sucintamente el estado de las fuerzas esto, en el arsenal de La Habana se activaron las obras de carena del navío San
navales en América y Filipinas al declararse la guerra a Gran Bretaña en diciembre Lorenzo, a las que seguirían las del Ángel de la Guarda y, además, comenzó la
de 1804, y el desarrollo del conflicto en ultramar desde 1804 a 1806. Su trascendencia habilitación de doce lanchas de fuerza, con el inconveniente de tener que desarmar la
afectó notablemente el resultado de la guerra, extremo reconocido por Godoy cuando fragata Gloria, la corbeta Desempeño y el bergantín Cartagenero para poderlas tripular.
escribió a Gravina el 14 de octubre de 1805, las vísperas del combate de Trafalgar:
“Interrumpida o cortada del todo la comunicación con las Américas, de donde sin Las consecuencias de esta escasez de medios se patentizaron bien pronto con
grandísimo riesgo no pueden traerse caudales actualmente, parado el comercio y el apresamiento por el enemigo de las corbetas correo Urquijo y Batidor, y la
habiendo cesado por consiguiente el adeudo de derechos reales, no puede atenderse constatación de la presencia impune sobre las costas de Cuba, Veracruz y Campeche,
hoy al servicio de la Marina, al del Ejército y a los demás gastos que trae consigo la de buques británicos basados en Jamaica, de donde habían salido dos navíos, quince
guerra, sino a costa de grandes sacrificios y valiéndose de medios extraordinarios, de fragatas y veinte unidades menores al producirse la declaración de guerra, según el
operaciones de giro, de empréstitos, de muchas contribuciones y otros arbitrios que comandante de la corbeta Diligencia que igualmente había sido llevada a Kingston.
llenen el gran vacío de las arcas reales”. Una pérdida notable se produjo el 7 de enero de 1806, cuando en el surgidero de
Campeche fue apresado el bergantín Raposo por las lanchas de la fragata británica
De acuerdo con la pretensión de incrementar las fuerzas navales españolas Franchise, tras sangriento combate.
en las Antillas entonces a las órdenes del teniente general de la Armada Juan Araoz,
el 14 de octubre de 1804 había salido desde Cádiz la fragata Pomona. Fondeó en La Para complicar aún más la situación española en América, a principios de
Habana el 11 de enero tras eludir el acoso de una fragata británica; significaba un 1805 se presentó en Madrid procedente de Londres, James Monroe en calidad de
escaso refuerzo para atender a tantas necesidades surgidas de la obligación de ministro extraordinario de los Estados Unidos de América, quien junto con Pinckney,
mantener el tráfico marítimo comercial entre Cuba, Veracruz, Panzacola y Tierra ministro plenipotenciario de la misma nación, expusieron las exigencias de su
Firme, contrarrestando la presión británica omnipresente en todas las zonas, y Gobierno respecto al español:
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"1ª Que S.M. indemnizase a los Estados Unidos por los daños y perjuicios lugar. Allí fue atacada la Pomona por el enemigo, y no obstante su honrosa defensa,
que durante la última guerra con la Inglaterra se irrogaron por vasallos y sostenida por ocho lanchas cañoneras que salieron de La Habana y el fuego del
empleados españoles a algunos ciudadanos americanos contra el derecho de torreón, sería obligada a rendirse cuando había muerto el comandante, Pedro Pablo
gentes y tratado existente entre los dos gobiernos. Sanguineto, no sin antes haber puesto en tierra los doscientos mil pesos que conducía
2ª Que se les indemnizase igualmente por S.M. de los perjuicios que los desde Veracruz.
corsarios y tribunales franceses irrogaron a los buques americanos en las
costas y puertos de España, cuyos perjuicios suponen ascender a algunos En Puerto Cabello, las fuerzas destinadas a guardacostas consistían en dos
millones de pesos. bergantines y dos goletas, que habían sido enviados desde la Península en abril de
3ª Que se les indemnizase también por los perjuicios que suponen habérseles 1804, y una serie de embarcaciones menores. Con tan escasos medios puestos a las
irrogado con motivo de la orden por la cual, el Intendente de Nueva Orleáns órdenes de Agustín Figueroa, desplegaban una notable labor para proteger las costas
suspendió a los americanos en 1802 el goce del punto de Depósito que el tratado de su demarcación.
de 1795 les permitía tener en dicha ciudad por espacio de tres años.
4ª Que los límites orientales de la Luisiana se debían establecer en Río Una vez declarada la guerra, también Cartagena de Indias sufría la
Perdido y los occidentales en Río Bravo, y que para que los Estados Unidos actividad de los buques de guerra y corsarios británicos. Para hacer frente a esta
consintiesen en que se establecieran éstos algo más al Este, habrá de consentir amenaza, el comandante de Marina de la plaza, Miguel Antonio de Irigoyen, sólo
S.M. en vender la Florida oriental a los Estados Unidos, pues por lo tocante a disponía de una goleta, un pailebote y seis cañoneras, integrados en tres divisiones.
la occidental creían que les correspondía ya como parte de La Luisiana." Los cruceros de estos guardacostas basados en el apostadero se extendían por las
aguas del Darien, islas de San Bernardo, Mercedes y Carmen, costa de los Mosquitos,
De estas cuatro pretensiones, según el primer secretario de Estado Pedro de isla de San Andrés, Portobelo y Santa Marta, en donde su actividad era constante. En
Cevallos, sólo a la primera el gobierno español se había manifestado siempre agosto y septiembre de 1805, una fragata, un bergantín y una goleta británicos
dispuesto a acceder; "pero las restantes son el colmo de la injusticia y de la mantenían el bloqueo tanto de Portobelo, como prácticamente lo mismo de toda la
exorbitancia, y sólo ha podido entablarlas la ambición de los americanos costa de Tierra Firme. El bloqueo de las costas por parte del enemigo era tal, que el
aprovechándose de las circunstancias de nuestra guerra actual con la Inglaterra, 10 de noviembre de 1805 Irigoyen se quejaba a Gil y Lemus en estos términos:
favorables para ellos y desfavorables para nosotros." “Mañana se cumple un año que no entra en este puerto correspondencia ninguna de
oficio de esa Superioridad. En este tiempo sólo se han recibido en esta comandancia
Tras un nuevo intercambio de notas, las negociaciones se rompieron de mi cargo la Reales Órdenes de 8 y 30 de noviembre [de 1804] sobre los
definitivamente el 18 de mayo de 1805, y como no era posible prever cuáles podrían acontecimientos de las fragatas del jefe de escuadra, D. José Bustamante, con las
ser sus consecuencias, el 22 de mayo Pedro Cevallos puso al corriente de todo al inglesas sobre el cabo de Santa María; otra del nuevo Reglamento para los Correos
Virrey de México y al Comandante General de Marina de La Habana para que Marítimos; y otra de lo que se debe dar a los prisioneros de guerra, ínterin su
adoptasen medidas a la mira de las operaciones que podían emprender los Estados permanencia como tales prisioneros. Estas cuatro son las únicas Reales Órdenes que
Unidos. A la vista de las órdenes recibidas, el 25 de agosto Araoz despachó tropas a se habían [recibido] en un año justo.”
Panzacola escoltadas por la fragata Pomona y activó la corbeta correo Amistad para
que se situase en la bahía de La Habana. Era lo único que podía hacer con los medios Si pasamos al Atlántico Sur, ya el 28 de enero de 1805, Pascual Ruiz
a su alcance. En efecto, la fragata condujo 400 hombres de infantería y pertrechos a Huidobro, comandante de Marina de Montevideo, había representado a Grandallana
Panzacola, llegando a su destino el 28 de septiembre, una vez forzado el bloqueo la absoluta falta de tropa para el servicio preciso en aquel apostadero. El 8 de mayo
enemigo. informaba que, de acuerdo con las instrucciones del Gobierno, se habían destinado
para el servicio de guardacostas la goleta Nuestra Señora de la Paz, cuya fuerza
El 20 de febrero de 1806, la fragata Pomona pasó de Panzacola a Veracruz consistía en 10 cañones de los calibres de 6 y 4 libras, interinamente el místico San
su misión consistía en embarcar caudales con destino a Cuba en conserva de la José, armado con 6 obuses del calibre de a 3, y el bergantín Ligero.
fragata Nuestra Señora de la O, buque que desde tiempo atrás se encontraba
en obras en aquel apostadero. El viaje se retrasó mucho y al final partió la Pomona La fragata Asunción, de 38 cañones, al mando del capitán de fragata Juan
en solitario; al hallarse próxima a entrar en La Habana e imposibilitada de Domingo Deslobes, y el citado bergantín Ligero a cargo del teniente de navío José
poderlo verificar por el viento al Oeste que reinaba, la madrugada del 23 de agosto Corbera, habían salido de Montevideo el 7 de mayo de 1805 a incorporarse en
fue avistada y perseguida por las fragatas británicas Arethusa y Anson. Se vio Maldonado con la corbeta Fuerte. Cuando perseguían dos corsarios enemigos, la
obligada a tomar el surgidero de Cojimar, en donde, aunque descubierta, podía fragata se perdió con muy mal tiempo en el Banco Inglés en la tarde del día 20,
aumentar su defensa con tres cañones que montaba un torreón situado en el mismo ahogándose su comandante y gran parte de la oficialidad y tripulación en número de
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más de 300 hombres, sin que la Fuerte – que había varado simultáneamente, y tuvo bien dos bergantines, para evitar así gastos de sueldos y gratificaciones que allí son
que picar los palos mayor y mesana – pudiese socorrerla por la situación en que se de mucha consideración”.
hallaba. Sólo se salvaron 23 hombres y un alférez de fragata.
Pocas providencias podían adoptar el virrey Marqués de Avilés y José
El 2 de julio, Ruiz Huidobro, elevó al Príncipe de la Paz el plan de defensa Pascual de Vivero, comandante interino de Marina en Lima, para proteger las costas
marítima del Río de la Plata formado en virtud de disposición del Virrey de Buenos por la escasez de medios y su gran extensión; tan sólo confiaban en las fuerzas que
Aires, como consecuencia de Real Orden de 28 de noviembre de 1804. En él pudiesen armar los consulados locales. La única unidad respetable de la Armada en
contemplaba las circunstancias del escaso número de buques de guerra existente en el Pacífico era la fragata Astrea que había llegado a Valparaíso el 29 de enero de 1805
el apostadero (corbeta Descubierta y bergantín Ligero) por la pérdida de la fragata y se dedicaba a dar protección a los convoyes destinados a El Callao e interceptar el
Asunción y varada de la Fuerte, y la notable escasez de pertrechos navales que había corso enemigo. En marzo, entró en recorrida y reparaciones urgentes, obras que
en la plaza para hacer frente a su mantenimiento y consumos. El apostadero fue estaban terminadas a finales de mayo, fecha en que salía para Panamá con caudales
establecido en el fuerte de Maldonado, y se decidió la instalación allí de una vigía fija, y la pretensión de regresar a El Callao trasportando tabacos y reconociendo la costa.
el reconocimiento de la costa del sur de la ensenada de Barragán – muy utilizada por La corbeta Castor, que arribó a Coquimbo el 18 de febrero, necesitaba carena firme,
la navegación comercial – para situar otra vigía; también se escogieron los puertos lo mismo que el bergantín Peruano; una vez alistados, salieron en mayo para
donde debían concentrarse las embarcaciones en caso de ataque, así como el reconocer la isla Juan Fernández de Fuera, en busca de corsarios. Por último, Vivero
armamento de 25 lanchas cañoneras y de las dos zumacas Nuestra Señora de elevaba a Avilés el 8 de junio un pormenorizado plan de defensa por mar de las costas
Aranzazu y Nuestra Señora de los Remedios para dedicarlas a la protección del tráfico del Virreinato del Perú, que éste hizo suyo.
interior del Río, a las que había que agregar la también zumaca Nuestra Señora de
Belén y la goleta Santo Domingo, al mando respectivo del capitán de navío Santiago Regresando de Panamá a El Callao, la fragata Astrea, al mando de Pedro
Liniers y del capitán de fragata Juan Gutiérrez de la Concha, que habían sido Bernardo de Esquivel, sostuvo dos acciones contra una fragata y una corbeta
armadas en Buenos Aires a fines de mayo y se habían trasladado a Montevideo el 28 británicas navegando en la boca del puerto de Paita el 4 de octubre y fondeada en el
de junio escoltando un convoy. Por otra parte, este apostadero era asimismo la base mismo puerto el día 7 siguiente, consiguiendo en ambas ocasiones rechazar al
de varios corsarios españoles, entre ellos la fragata Nuestra Señora de los Dolores, de enemigo. El puerto de Valparaíso estuvo bloqueado hasta el 28 de octubre en que se
Estanislao Couraud, que realizó un fructífero crucero sobre la costa de África donde reanudó el tráfico de convoyes con El Callao. De todas formas, por la suerte y el mal
hizo cuatro presas británicas a mediados de 1805. manejo de los enemigos, según Vivero, los daños hasta mayo de 1806 eran menores
que en la guerra anterior.
Tampoco era mejor la situación en el Mar del Sur. Desde la paz de 1790 en
que se resolvió la crisis de Nutka, se abrió el paso libremente a buques de varias Por lo que respecta a Filipinas, el 17 de julio de 1804, habiéndose
naciones, particularmente británicos y americanos, dedicados a la pesca de la ballena desvanecido las noticias que llegaron a Filipinas de guerra entre España y Gran
en el Océano Pacífico. Estas embarcaciones habían reconocido todas las costas del Bretaña, se había suspendido el armamento de las lanchas cañoneras que se estaba
Continente y, por lo tanto, al saber de sobra que no existía la menor defensa en efectuando en Manila.
algunos puertos, se atrevían a introducirse en ellos, robando cuanto encontraban a su
paso. De las carencias era bien consciente el ministro de Marina Gil y Lemus, antiguo Tras realizar la nao Magallanes un viaje de Filipinas a Acapulco, su
virrey de Perú de 1790 a 1796, considerado como el mejor y más ilustrado de los comandante, el capitán de navío Juan José de Elizalde, falleció en Chilpancingo el 3
virreyes que tuvo esa nación: “El espacio de más de mil leguas que hay desde de septiembre de 1804, y tomó el mando de la nao su segundo, el capitán de fragata
Guayaquil a Chiloé no puede resguardarse sino con cuatro bergantines de 18 cañones, Ángel Crespo, por orden del virrey Iturrigaray del día 26 siguiente. Salió de nuevo a
como propuse estando de virrey en Lima, para que dos cruzasen en la costa del Norte la mar el 8 de febrero de 1805, llevando tan sólo la oficialidad y las tropas destinadas
hasta Panamá, y los otros dos por el Sur hasta Chiloé, registrando los puertos de la a Filipinas, religiosos dominicos, franciscanos, agustinos, recoletos y particulares, sin
costa y echando los extranjeros establecidos en ella. Que apresasen los americanos caudales y poca carga, por haberse recibido la orden del Generalísimo de 8 de
que sin permiso de V.M. pescan en aquellos mares. Que siendo regular que con motivo noviembre de 1804 en que avisaba las resoluciones adoptadas por S.M. a
de la guerra hayan enviado los ingleses mayores fuerzas, no bastarían ahora los consecuencia del apresamiento de las fragatas del Río de la Plata. Esta suspensión de
bergantines que sólo fueron dos de los 4 que propuse. Que el celo y vigilancia del envíos de dinero desde Nueva España causaba los daños que se puede suponer, sobre
Virrey y de los Intendentes de Trujillo, Lima y Arequipa auxiliados con las milicias todo en previsión de una posible entrada en guerra que las autoridades filipinas
de la costa podrán impedir las introducciones fraudulentas, con cuyo objeto había ignoraban aún. En estas circunstancias se presentó en Cavite la fragata francesa La
establecidas tres comandancias militares en Tacna, Lima y Trujillo. Que en tiempo de Sémillante al mando del capitán Léonard-Bernard Motard, quien se ofreció a emplear
guerra debe haber siempre una fragata en El Callao con cuya gente se puedan dotar su buque en servicio de España, y el capitán general del archipiélago aceptó que
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hiciese el viaje de ida y vuelta a Acapulco para traer efectos a Manila. Motard salió Alistamiento de la escuadra de Cádiz: rehabilitación de los buques,
en julio de 1805 por el estrecho de San Bernardino pero tuvo que entrar en el puerto llegada de Gravina, fuerzas sutiles de Cádiz y Algeciras. Indefensión de las
de San Jacinto por las calmas y los vientos contrarios, quedando fondeado al amparo costas españolas en el Mediterráneo. Bloqueo de Cádiz. Apoyo de Portugal
de una batería de costa española. El 2 de agosto, fue atacado por la fragata Phaëton al mantenimiento de las fuerzas británicas. Alistamiento de la escuadra de
y el bergantín Harrier, ambos británicos, que se retiraron con bastantes averías tras Cartagena: Salcedo toma su mando (enero a abril de 1805)
un combate de tres horas. Motard abandonó la comisión por considerar que los
ingleses conocían su presencia e intentarían interceptarlo en la navegación de ida y En cumplimiento del convenio suscrito con Francia el 9 de enero de 1805, el
vuelta a Nueva España. Príncipe de la Paz había dado orden el día 16 siguiente de habilitar en Cádiz los doce
navíos Santísima Trinidad, Santa Ana, San Rafael, Argonauta, Terrible, Firme,
Por lo demás, las relaciones de la Península con China y las posesiones Bahama, Glorioso, España, San Leandro, América y Castilla, que debían quedar
españolas en el Pacífico se mantenían gracias a la Compañía de Filipinas que prontos a dar la vela el 20 de marzo próximo. El 5 de enero había salido de dique el
utilizaba en esta época las fragatas Ifigenia - arrendada a la Armada - y la de la Argonauta y ocupado su puesto el San Leandro, mientras que el Santísima Trinidad
Compañía, Santo Domingo de la Calzada. y el Santa Ana se disponían a pasar a la Casería para acelerar la finalización de su
habilitación. A estos les siguieron poco después los Argonauta, San Rafael, Bahama
Como resumen de la fuerza de los buques menores que se hallaban y América, y más tarde los Terrible, España, Firme, Castilla, San Leandro y Glorioso.
destinados en los mares de América, el Director General de la Armada remitía cada A principios de abril entró en dique el Bahama.
seis meses al ministro de Marina una relación de ellos por apostaderos – La Habana,
Cartagena de Indias, Lima, Veracruz, Caracas, San Blas de California, Filipinas y Enseguida se tropezó con la falta de gente para dotar los navíos que se
Montevideo – en el que también figuraban los nombres de los comandantes. Gracias pretendía armar, y a finales de enero, el Príncipe de la Paz tuvo que recurrir al
a estas relaciones conocemos la pobreza de medios navales en que sustentaba el poder procedimiento expeditivo de ordenar el traslado de 2.500 hombres de Ferrol a Cádiz,
ultramarino español. pues las necesidades de la escuadra de este último Departamento ascendían a 4.000
hombres de mar y el 1 de marzo llegaba a los 3.884 hombres La marinería de la
Matrícula se ocultaba para no servir en la escuadra y se arbitraron medidas para
reemplazar las deserciones acudiendo a las levas y al embarco de los presidiarios
condenados por "delitos no feos". También hubo que arbitrar medidas para cubrir las
necesidades de oficiales y tropa en el arsenal de La Carraca. La carencia era tan
grande que el 19 de marzo, el Príncipe dio orden de reintegrarse a la escuadra los
oficiales y gente enviada al apostadero de Algeciras para dotar las fuerzas sutiles. Al
objeto de evitar la paralización de la pesca por el embarco de la gente de mar en la
escuadra, se autorizó a los patrones llevar a bordo gente de tierra adentro con las
mismas prerrogativas y exenciones que los matriculados.
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interino del Departamento. Juntos recorrieron los almacenes y los buques mandados En lo que respecta a las fuerzas sutiles basadas en Cádiz para defensa
armar, quedando Gravina satisfecho del progreso de los trabajos. En virtud de las de la plaza y sus costas inmediatas, también se dio el mando de ellas al
facultades concedidas por el Príncipe de la Paz encargó a Álava el armamento y comandante general de la escuadra Federico Gravina en cumplimiento a las
equipo de los navíos, a Villavicencio, la fabricación del bizcocho y todo lo concerniente ordenanzas de la Armada, así como se le encargaba su habilitación y
a víveres, y designó los comandantes y segundos de los navíos. El día 15 siguiente, organización. El enemigo no tardó en comprobar la eficacia tradicional de las
propuso armar los navíos Rayo y San Justo, nombrando inclusive sus mandos. Godoy lanchas cañoneras en la protección de los convoyes costeros. Para el aumento de
le contestó aprobando la sugerencia pero le dijo claramente que se había sobrepasado las fuerzas sutiles, Gravina acordó con el Marqués de la Solana la compra de ocho
en sus facultades. El 28 de febrero, Gravina evaluó el coste del alistamiento en seis cañoneros más y cuatro faluchos, con cuyo número ascendería a 33 los
millones de reales de una vez y cuatro mensuales destinados a mantener la escuadra disponibles operativos, faltando por consecuencia 17 para el completo de los
operativa. Para hacer frente a estas necesidades, el Príncipe de la Paz dispuso el asignados al apostadero de Cádiz. Además, propuso el establecimiento de torres
envío inmediato de diez millones de reales al Departamento de Cádiz. vigías desde Cádiz a Málaga dotadas de máquinas de telégrafos y de un plan de
señales redactado por Escaño, para avisar de las incidencias que pudiesen
El día 2 de marzo, el Príncipe de la Paz solicitó a Moreno le informase acerca ocurrir. Los británicos, por su parte, habían apostado un determinado número de
del estado de los buques que quedaban por armar, del orden en que podían irse fragatas y bergantines desde Gibraltar a Cartagena que hacían correr en pocas
habilitando, de los efectos con que contaban para ello tanto en el arsenal como en las horas por medio de señales las noticias de los posibles movimientos de las
provincias, y, por último, de todo lo que creyese conducente a formar cabal idea del escuadras aliadas.
estado de las embarcaciones, efectos que hay, recursos con que podía contarse para
armarlas y providencias que convendría tomar para que nada faltase en los El 30 de diciembre de 1804, el Príncipe de la Paz nombró al teniente
arsenales. general de la Armada Bruno Hezeta comandante general de las fuerzas sutiles
del apostadero de Algeciras. Las primeras diez lanchas y barcos cañoneros
A todo esto, el mariscal de campo Junot había pasado por Madrid en febrero enviados a Algeciras salieron de Cádiz el 7 de enero de 1805 al mando del capitán
de 1805; tenía el encargo de solicitar en nombre del Emperador que se acelerasen los de fragata Francisco Mourelle y llegaron el día 10 escoltando un convoy. El 31 de
preparativos españoles en Ferrol y Cádiz y rebajar a seis los navíos de la escuadra de diciembre, el Príncipe encargó a Cádiz y Ferrol que se atendiese con el mayor
Gravina que debía reunirse con la francesa de Villeneuve cuando se presentase a la cuidado la protección del comercio marítimo de cabotaje en sus departamentos
vista del puerto. Sin haber llegado a su conocimiento esta minoración de fuerzas, el respectivos. Juan Joaquín Moreno contestó exponiendo el número de cañoneros y
general español informaba el 1 de marzo al Príncipe de la Paz y al ministro Gil y botes armados necesarios para cumplimentar la orden, así como la distribución
Lemus que esperaba tener listos los doce navíos para el día 20 próximo. que pretendía dar a sus fuerzas sutiles. Hezeta propuso a mediados de mayo al
Príncipe de la Paz la formación de otro pequeño apostadero de lanchas en Málaga
La orden de preparar tan sólo seis navíos para incorporarse a la de al mando del capitán de navío Lino Trujillo; fue autorizado siempre que hubiese
Villeneuve fue firmada por Godoy el 9 de marzo. Gravina contestó que se hallaban medios y a condición de que proveyese a Ceuta de dos lanchas.
listos los navíos Argonauta, San Rafael, Bahama, España, Terrible y Firme, pero que
la falta de gente y otras cosas le hacían dudar sobre la posibilidad de salir en la fecha El 6 de abril, ante la falta de Resguardo Marítimo en las costas del
prevista. El día 20, Godoy urgía armar totalmente los seis navíos con seis meses de Océano, se resolvió que el servicio de guardacostas en toda la Península volviese
víveres y prepararlos para recibir en ellos los dos mil hombres de Infantería, cien de a estar al cuidado de la Real Hacienda, cesando la Marina en esta
Artillería, cuatrocientos de Caballería desmontados y el tren de campaña designados responsabilidad que tenía asignada por real orden de 21 de julio de 1802. No
en la orden de 16 de enero último y añadía "en inteligencia de que estos pertrechos se obstante, la actividad incontrolada de los corsarios británicos, la mayoría
han de embarcar desde luego y las tropas estarán prontas para venir a bordo, como lo procedente de Gibraltar, en las indefensas costas españolas del Mediterráneo era
advierto en el adjunto pliego al Comandante General de Andalucía, en el momento que permanente, no sólo en Cartagena, sino también en Cataluña, Baleares,
V.E. lo determine. Este momento será aquel en que se presente delante de ese puerto Andalucía y el Levante en general; tan sólo navegaba por el Mediterráneo la
de Cádiz el navío francés nombrado Aigle, que es la señal convenida para la reunión. fragata Proserpina. Aunque no consiguieron colapsar el tráfico mercante español
Al punto dará V.E. la vela, y cuando se haya incorporado a la escuadra a la que aquel en el Mediterráneo, todo ello redundaba en la dificultad de mantener los
navío pertenece, recibirá V.E. los pliegos con las instrucciones de lo que debe practicar transportes de remesas de artillería y otros efectos entre Cartagena, las plazas
y del destino de la expedición." El 25 de marzo, Gravina trasladó su insignia al navío de Ceuta, Peñón de Vélez de la Gomera y La Coruña; particularmente indicativo
Argonauta y el día siguiente informó que los otros cinco navíos quedaban en bahía al respecto es lo acaecido a un convoy que entró en Málaga a finales de mayo
embarcando víveres, pólvora y aguada, así como tripulados con la marinería de las procedente de Cartagena, escoltado por la goleta Borja al mando del teniente de
fuerzas sutiles del resto de los buques y de la que iba llegando de Galicia. navío José Mariano Ortega.
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El almirante Orde tenía establecido un férreo bloqueo de Cádiz desde antes Ejecución del plan de Napoleón del 2 de marzo de 1805. Salida de
de la declaración de guerra con fuerzas variables basadas en Gibraltar y el apoyo más Silvestre Villeneuve desde Tolón. Pasa por Cartagena. Incorporación de la
o menos encubierto de las autoridades portuguesas de Lisboa y Lagos, que ayudaban división de Gravina en Cádiz. Desplazamiento de la escuadra combinada a
en gran medida a su mantenimiento, sin olvidar las facilidades proporcionadas por las Antillas. La campaña de Missiessy y la frustrada salida de Ganteaume
Marruecos para el aprovisionamiento de víveres y aguada a los buques británicos desde Brest. Reacción británica: los movimientos de Nelson (marzo a mayo
desde Tánger y Río Martín, actividades de las que el embajador de España en Lisboa, de 1805)
Conde del Campo de Alange, mantenía puntualmente informadas a la corte
madrileña y a las autoridades de Cádiz. En cumplimiento del plan del Emperador del 2 de marzo, el día 30 siguiente,
Villeneuve se hizo a la vela desde Tolón con la escuadra francesa del Mediterráneo
El 16 de enero de 1805, Godoy había ordenado a Francisco de Borja, teniente formada en dos divisiones. La primera, compuesta por los navíos Bucentaure y
general de la Real Armada y capitán general del Departamento de Cartagena, la Neptune de 80 cañones, Pluton, Mont-Blanc, Berwick y l’Atlas de 74; la segunda, por
habilitación de seis navíos con víveres para seis meses y aguada para dos en los navíos Formidable e Indomptable de 80, Swift-Sure, Scipion e Intrépide de 74.
cumplimiento al convenio de 9 de enero estipulado con Francia. Respondió el día 19 Además disponía de las fragatas Cornélie, Rhin, Hortense, Hermione de 18, Sirène y
exponiendo las dificultades que comportaba la ejecución de la orden sobre todo por la Thémis de 12, y los bergantines Pléiade y Furet. Las dotaciones no estaban
escasez de caudales. El 19 de febrero, Borja nombró los mandos de los navíos completas y habían sido reforzadas con destacamentos del 2.º regimiento de
escogidos que eran los Reina Luisa, San Carlos, San Francisco de Paula, San infantería, en total 1.800 hombres. Los buques se encontraban bien armados y en
Joaquín, San Ramón y Asia. El 2 de marzo, el Príncipe solicitó que le informase estado de navegar y combatir, y habían embarcado seis meses de víveres. Llevaba a
acerca del estado de los buques que quedaban por armar y del orden en que podían bordo 3.000 soldados de tropa expedicionaria al mando del general de división
habilitarse. Domingo de Nava había dimitido del cargo de comandante general de la Lauriston. Villeneuve tenía al contralmirante Dumanoir como segundo, mientras
escuadra de Cartagena el 9 de febrero de 1805 por su mal estado de salud y fue que el de Lauriston era el general Reille.
relevado por el jefe de escuadra José Justo Salcedo, nombrado el 3 de marzo. El 28 de
marzo Godoy previno a Borja que luego que se finalizase el armamento de la Nelson no se apercibió de la salida pues navegaba por el golfo de Cagliari, al
escuadra, procediese también al alistamiento de los navíos San Pablo y Guerrero, las sur de Cerdeña. La escuadra francesa fue avistada por dos fragatas inglesas, pero
fragatas Lucía y Soledad, y la corbeta Sebastiana. Cuando en abril se presentó cometieron el error de abandonar el contacto para prevenir a Nelson, que se hallaba
Villeneuve frente a Cartagena, la escuadra de Salcedo no estaba lista para salir, en la rada de Palma (Cerdeña), cuando una de ellas debía haber seguido la formación
principalmente a causa de la falta de gente con que tripularla. francesa. Villeneuve se dirigió hacia el Sur bordeando la costa española. El 7 de abril,
al encontrarse en las proximidades de Cartagena, requirió al jefe de escuadra español
José Justo Salcedo para que se le reuniese con los seis navíos previstos, pero al no
poderlo hacer en aquel momento por no estar aún listo para emprender la campaña,
respondió que "se le uniría con su escuadra si le aguardaba un par de días". La causa
fundamental del retraso era que el Departamento padecía todavía la epidemia de
fiebre amarilla y hasta que ésta no finalizase y pasase la cuarentena, no podía
embarcar la gente. Temiendo Villeneuve que Nelson fuese en su seguimiento,
continuó viaje la misma noche del 7 al 8, y el 9 de abril atravesaba el Estrecho con
viento de levante.
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enemiga del Mediterráneo seguía sus pasos y podía juntarse con la de Orde. Gravina El San Rafael, por su parte, varó a la salida de Cádiz en el bajo de La Palma,
contestó que repetiría los movimientos del francés. pero se zafó enseguida y emprendió la navegación con independencia. El 16 de mayo
reconoció la Martinica y al pasar por las proximidades del islote del Diamante fue
En Cádiz se hallaba la escuadra de Gravina, con su insignia arbolada en el tiroteado sin consecuencias. El comandante, al ver la bandera británica de los agresores,
navío Argonauta, acompañado por el navío francés Aigle y los españoles Terrible, San pensó que toda la isla estaba en poder del enemigo y resolvió dirigirse a Guyana. Poco
Rafael, Firme, España, América, y la fragata Magdalena, con 1.600 hombres de tropa más tarde descubrió en Fort-de-France gran número de navíos identificados como los de
embarcados, única fuerza que se había logrado habilitar. A 22:00 de la misma noche, la escuadra combinada, y el día siguiente se reunió con ellos.
el navío Argonauta se puso en movimiento y sucesivamente fueron saliendo los demás
buques de la escuadra. A la una del día 10 dio la vela la escuadra francesa, de modo Se puede censurar la prisa de Villeneuve para emprender la travesía del
que al amanecer estaba el cuerpo fuerte de toda la escuadra a distancia de 6 a 7 Atlántico sin esforzarse demasiado por lograr la reunión con la división española al
leguas, y los navíos Terrible, España y la fragata Magdalena en su seguimiento con completo, decisión criticada por el general Reille para quien la separación “podría haber
viento NE flojo. Al amanecer del día 11, tan sólo el Argonauta y el América navegaban sido funesta”. El almirante francés se disculpó exponiendo al ministro de Marina Decrès
en conserva de los franceses. La salida en la madrugada del día 10 fue tan precipitada “cuán apremiantes eran los momentos, pues la escuadra enemiga del Mediterráneo
por la prisa de Villeneuve, que el resto de los buques españoles fueron abandonados debía navegar en mi persecución”. Era la primera manifestación del temor de Villeneuve
a su suerte. El desaire de Villeneuve a Gravina por no haber esperado dos o tres horas a Nelson; le obsesionaba el recuerdo del combate naval de Abukir (1 y 2 de agosto de
resultó notable, ocasionado sin duda por la creencia del primero de que era 1798), del que había escapado de verdadero milagro.
perseguido de cerca por la escuadra británica del Mediterráneo. Quizá
comprendiendo la preocupación del general español, el día 20 destacó sus dos mejores Mientras tanto, en virtud del plan de 23 de diciembre, Missiessy se había hecho
fragatas Hortense y Hermione para situarse a 40 leguas al este de la isla de Martinica a la mar el 11 de enero con cinco navíos, cinco fragatas y un cuerpo de 3.500 soldados,
con la esperanza de encontrar los buques españoles que faltaban y conducirlos hasta sin llegar a conocer a lo largo de su crucero los cambios de planeamiento determinados
el grueso de la escuadra combinada. No consiguieron el objetivo primario de la por el Emperador el 27 de febrero, cuando llevaba una semana fondeado en Fort-de-
comisión pero el 12 de mayo apresaron la corbeta británica Cyane que, al mando de France (Martinica) tras una penosa navegación. Pasó a la isla británica de la Dominica
Lord Cadogan, patrullaba sobre la Barbada. el día 22, a la que impuso una fuerte contribución de guerra, pero cometió el error de no
ocuparla. El 1 de marzo desembarcó en la isla de Guadalupe parte de la gente de
La escuadra combinada atravesaba lentamente el Atlántico a causa del transporte destinada a reforzar la guarnición. Desde allí emprendería una serie de
escaso andar de algunos navíos; el 15 de abril, el francés Formidable, insignia del incursiones en las islas inglesas de San Cristóbal, Nieves y Monserrate que se libraron
contralmirante Dumanoir, colisionó con el Argonauta causándole serias averías en la de la destrucción abonando importantes sumas de dinero.
proa que se repararon provisionalmente. La escuadra combinada alcanzaba Fort-de-
France, en la isla Martinica, el 14 de mayo. Gravina quedó agradablemente El 12 de marzo regresó a la Martinica, donde recibió con mucho retraso la orden
sorprendido al avistar los navíos Terrible, Firme y España y la fragata Magdalena de Decrès que le desligaba de la reunión con Villeneuve, a consecuencia de la fallida
gobernando en demanda del mismo puerto. El 17 apareció el San Rafael y se salida de éste desde Tolón el 18 de enero, como dijimos anteriormente. A la vista de la
completaba la división española y la escuadra combinada de doce navíos, seis nueva situación, desoyendo los ruegos de los jefes franceses de la Martinica que le
fragatas, dos corbetas y dos bergantines franceses, y seis navíos y una fragata instaban al desalojo del fuerte de la Roca del Diamante ocupado por los británicos,
españoles. Missiessy dio la vela el 22 de marzo desde Fort-de-France. Tras reforzar la guarnición de
Santo Domingo sitiada por los negros sublevados, regresó a Rochefort el 20 de mayo sin
Había sucedido que en la descubierta realizada al amanecer del día 10 de haber encontrado buque alguno en su derrota ni recibir comunicación sobre los
abril los navíos Terrible, Firme y España y la fragata estaban fuera de la vista de la mencionados cambios de planes ordenados por el Emperador el 27 de febrero y, por lo
escuadra aliada. El comandante del primero, capitán de navío Francisco Vázquez de tanto, la reunión con Villeneuve, lo que sin duda influyó en el futuro de las operaciones.
Mondragón, tomó entonces el mando de la división y arrumbó directamente hacia la La falta de resultados sustanciales de la campaña, no haber atacado el islote del
isla de la Martinica de acuerdo con las instrucciones recibidas en Cádiz, llevando en Diamante y tampoco levantado el sitio de Santo Domingo, indignaron a Napoleón.
su compañía tres buques mercantes que se le unieron en la salida de Cádiz. Durante Missiessy, enfermo y fatigado, fue relevado por el capitán de navío Allemand en el mando
la travesía no ocurrió más novedad que el encuentro con dos corsarios ingleses a la de la escuadra de Rochefort.
altura de la isla de Madera, los cuales amanecieron bajo el tiro de cañón de los navíos.
Procedían de Gibraltar y eran el bergantín Lord Nelson, de porte 12 cañones y la Ganteaume, por su parte, el 23 de marzo comenzó en Brest el embarque de
goleta Anguista, de porte de 16 cañones, que fueron echados a pique tras recoger las tropas en sus 21 navíos para salir a la mar, pero Napoleón no le autorizó el ataque a los
dotaciones. 15 británicos mandados por Gardner en ausencia de Cornwallis, que patrullaban en las
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inmediaciones del puerto francés. El Emperador inmovilizó así a su principal fuerza Plan de campaña de Villeneuve y Gravina en las Antillas. Toma de la
naval, decisión claramente contraria al planeamiento previo. Como contrapartida, desde Roca del Diamante. Llegada de Magon a Fort-de-France con nuevas
el 31 de marzo también quedó fijada en el canal de la Mancha una importante escuadra instrucciones del Emperador. Movimientos de la escuadra combinada y la
inglesa que no podrá intervenir en el futuro en otros teatros de operaciones. flota británica en las Antillas. Regreso de Villeneuve a Europa. Las
indecisiones de Nelson (mayo a julio de 1805)
Cuatro días después, el 3 de abril por la mañana, Nelson se enteraba de la
salida de Villeneuve cuando, como sabemos, cruzaba sobre el sudoeste de la isla de Una vez reabastecidos de víveres los navíos, Villeneuve y Gravina se
Cerdeña a la cabeza de la escuadra británica del Mediterráneo de once navíos – dos de reunieron en Fort-de-France para adoptar un plan de campaña, con la desventaja de
tres puentes (Victory y Royal Sovereign) y nueve de 80 y 74 cañones (Canopus, Spencer, no conocer el objetivo final de invadir Inglaterra, deliberadamente ocultado por
Leviathan, Tigre, Donegal, Conqueror, Superb, Belleisle y Swiftsure) – , tres fragatas Napoleón. Un primer proyecto de reconquista de la isla de Trinidad, fue abandonado
(Active, Amazon y Decade), un transporte (Camel) y dos bergantines (Childers y Ariel). enseguida por no adecuarse a las instrucciones del Emperador. Las pretensiones de
Seguía con su idea de bloqueo a distancia de Tolón para facilitar la salida del enemigo y ambos jefes se inclinaban por un ataque en las posesiones inglesas, bien en la isla
poderlo batir en mar abierta. Asimismo, bien sea inducido por las tretas empleadas por Dominica o en la de Santa Lucía, tal como acababa de realizar Missiessy. Prevista la
el Emperador para desorientarlo o por intuición, el almirante inglés estaba plenamente salida a la mar para el 25 de mayo, Villeneuve decidió suspenderla para, a cambio,
convencido de que el destino de la fuerza francesa era Egipto, lo mismo que en 1798. Por desplegar tan sólo las fragatas con la misión de traer tropas de la isla Guadalupe,
ello hasta el 9 de abril se mantuvo entre el norte de África y el sur de Cerdeña para hostigar el comercio enemigo y adquirir noticias que pudiesen afectar las operaciones.
interceptar la posible derrota de Villeneuve, mientras enviaba fragatas a diversos puntos Influyó en la decisión que las instrucciones recibidas al salir de Tolón no
del Mediterráneo para inquirir noticias. Al no obtener el resultado apetecido, sumido especificaban ataques en las colonias, aunque tampoco justificaban del todo la
Nelson en la mayor aflicción por el fracaso de la búsqueda, el 10 estableció la patrulla en inactividad.
una zona situada al norte de Palermo por si el enemigo hubiera pasado entre Córcega y
Cerdeña, y prevenir también un posible ataque a Nápoles o Sicilia. A la espera de Ganteaume, y cuando las fragatas ya habían iniciado sus
cruceros, el almirante francés decidió emprender el desalojo de la guarnición
Hasta el 16 de abril, Nelson no recibió la noticia de haber sido avistados los británica del islote de la Roca del Diamante, situado en la misma isla de Martinica a
franceses nueve días antes a la altura de cabo de Gata, rumbo al Estrecho. pocas millas de Fort-de-France, desde donde los corsarios enemigos molestaban la
Inmediatamente puso proa al Oeste y luchando con vientos persistentes de poniente, navegación entre las posesiones españolas y francesas. La operación se efectuó con
tras hacer aguada y víveres el 5 de mayo en Río Martín (Tetuán) pasó a Gibraltar el día éxito del 30 de mayo al 2 de junio, participando dos navíos, una fragata y dos
siguiente. Tampoco allí fue informado con certeza acerca de los propósitos de Villeneuve, bergantines franceses y cuatro lanchas armadas españolas, fuerzas al mando del
aunque se sospechaba que podía estar navegando hacia las Antillas. Sumido en la mayor capitán de navío Cosmao-Kerjulien, comandante del Pluton.
confusión ante la disyuntiva de seguir a la escuadra combinada o concentrarse en el
canal de la Mancha, Nelson se situó el día 9 sobre el cabo de San Vicente y el 10 fondeaba Entretanto, al convencerse de la imposibilidad de la salida de Ganteaume
en Lagos (Portugal). Allí recibiría al contralmirante Campbell, británico al servicio de la desde Brest, Napoleón había decidido modificar el plan del 2 de marzo convirtiendo a
Marina portuguesa, que le confirmó el aviso proporcionado por un buque norteamericano la escuadra de Villeneuve en el centro de gravedad de su maniobra estratégica. A tal
de ser las Antillas el destino del enemigo. A la vista de estos informes, adoptó la decisión efecto, el 14 de abril ordenó redactar unas nuevas instrucciones fechadas el día 17
de atravesar el Atlántico en dirección a la Indias Occidentales en persecución de los siguiente, donde contemplaba la salida desde Rochefort del contralmirante Magon al
francoespañoles, resolución atrevida que probaba una vez más el carácter audaz de este mando de dos navíos, encargado de llevarlas a las Antillas e integrarse en las fuerzas
almirante, a la vez que temerario, pues ignoraba en aquellos momentos la fuerza de los de Villeneuve. En el caso de que éste no recibiera noticias a través de fragatas
enemigos, posiblemente superior. trascurridos 35 días desde la llegada de Magon, el Emperador autorizaba el regreso
de Villeneuve a Europa para recoger los navíos aliados que encontrase en Ferrol y
La escuadra británica reducida a diez navíos y tres fragatas, abandonó Lagos dirigirse a Brest. Una vez reunido con Ganteaume, debía entrar en el canal de la
el 11 de mayo e hizo rumbo a la isla de la Barbada, donde fondeó el 4 de junio. Allí se le Mancha con una fuerza de 50 navíos y llegar sobre Boulogne.
incorporarían los dos navíos Northumberland y Spartiate del escuadrón de Cochrane.
Magon se hizo a la vela el 1 de mayo con los navíos Algésiras y Achille, y un
refuerzo de 861 hombres. Por su parte, la fragata Didon zarpaba el 3 de mayo desde
Lorient llevando, además de los duplicados de las órdenes del 17 de abril, una nueva
modificación complementaria de las anteriores ideada por el Emperador y redactada
por Decrès el 29 del mismo mes. Partiendo de la premisa de que Nelson se encontraba
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aún en el Mediterráneo pensando en un segundo viaje a Egipto, también se ordenaba Nelson recibió en la Barbada, donde había llegado el 4 de junio, la noticia
a Villeneuve emprender ataques para apoderarse de las islas británicas de inexacta proporcionada por el brigadier general Brereton, gobernador de la isla de
Barlovento, sin que esto interfiriese las instrucciones del día 17 de abril ni la Santa Lucía, dirigida al teniente general Myers, gobernador de la Barbada,
finalidad superior de la operación. La fragata llegó a la Martinica el 30 de mayo, justo avisándole que Villeneuve al parecer se dirigía a la Barbada o a la Trinidad. Salió
la fecha en que se iniciaba el ataque en la roca del Diamante, o sea cinco días antes inmediatamente en su persecución hacia esta última isla y al llegar el día 7 no le
que los navíos de Magon lo hicieran el 4 de junio. encontró. Totalmente confuso ante la decisión a tomar, el 8 se enteró de la ocupación
del Diamante por los aliados, y volvió hacia el Norte para fondear la noche del 12 de
Por fin Villeneuve se enteraba de la finalidad de la maniobra estratégica, junio en la isla Antigua, donde tampoco había aparecido el enemigo y las noticias
aunque no se comprende bien la idea perseguida por el Emperador al imponer una recibidas fueron vagas y poco satisfactorias. Entonces, el almirante británico dio
espera de un mes para emprender el regreso y, sobre todo, plantear una serie de
acciones de dudosa utilidad en las colonias que podían comprometer el éxito de la
invasión de Inglaterra.
pruebas de clarividencia y consideró acertadamente que la escuadra combinada había El combate naval de Finisterre (22 de julio de 1805). Entrada de la
emprendido el regreso a Europa. Despachó el mismo día al bergantín Curieux para escuadra combinada en La Coruña y Ferrol (2 de agosto de 1805). Fracaso
alertar al Almirantazgo británico sobre esta importante circunstancia, añadiendo que de la reunión de Allemand y Villeneuve. Concentración de las escuadras
él mismo ponía rumbo hacia estrecho de Gibraltar, donde, esta vez equivocadamente, británicas en la entrada del canal de la Mancha (15 de agosto de 1805)
estimaba podrían dirigirse los aliados. El 13 de junio la escuadra británica
abandonaba su fondeadero y aproaba en esa dirección. El 19 tuvo la precaución de A 11:00 del 22 de julio de 1805, las escuadras de Villeneuve y Calder se
enviar una de sus fragatas al jefe del bloqueo de Ferrol (Calder) para prevenirle avistaron mutuamente en una clara cuando navegaban entre brumas, estando la
acerca de la posible llegada a esas aguas de la escuadra combinada. El día 30 destacó primera a barlovento y a unas 90 millas al oeste del cabo de Finisterre. Los aliados
la fragata Amphion para Tánger, con objeto de obtener información sobre la llegada – veinte navíos, siete fragatas y dos menores – iban formados en tres columnas, con
de Villeneuve a Cádiz o su posible paso al Mediterráneo, pues Nelson seguía el Algésiras y el Achille por el través de babor del cuerpo principal como escuadra
obsesionado con la idea de la expedición a Egipto. El 19 de julio fondeaba en Gibraltar ligera (Magon), navegando todos hacia Ferrol, rumbo al ESE con una ligera brisa
con once navíos y dos fragatas. del WNW.
En ese día, la distribución de las fuerzas británicas en el sur de España y el Inmediatamente después del avistamiento, Villeneuve ordenó a la escuadra
Mediterráneo era la siguiente: sobre Cádiz, Collingwood con cuatro navíos ligera que ciñese el viento mura babor para maniobrar al encuentro del enemigo. Al
(Dreadnought, Mars, Colossus, Achilles), las fragatas Hydra y Endimión, y un mediodía, el Algésiras, señaló tres nuevas velas al NNE, pero el almirante prefirió
bergantín; sobre Cartagena, Bickerton con cuatro navíos (Queen, Tonnant, Minotaur, continuar al rumbo ESE. Una hora más tarde, tanto la fragata Didon como la
Bellerophon), tres balandras y dos bergantines. En Malta, Nápoles, Constantinopla y Hermione, señalaron la presencia de toda la fuerza británica. Entonces ordenó pasar
Cerdeña, dos navíos, cuatro fragatas y numerosos buques ligeros. de la formación de marcha en tres columnas a la línea de batalla mura babor, orden
natural, distancia de medio cable entre buques. Gravina puso la señal de que tomaba
La última información errónea de Nelson sobre el destino de Villeneuve fue la posición de vanguardia de la formación con los seis navíos españoles, su insignia, el
corregida por el comandante del propio bergantín Curieux, quien avistó la formación Argonauta, en cabeza, y que el resto de los navíos imitasen sus movimientos por
franco española el 19 de junio y por su situación y rumbo juzgó que no navegaba hacia contramarcha, poniendo proa al Norte. A 14:15, el Comandante francés mandó al
el Mediterráneo. Así lo informó rápidamente al Almirantazgo nada más llegar a navío Pluton, cabeza de su línea, formase por la popa del navío Firme, que era el cola
Plymouth el 7 de julio, dando tiempo a despachar correos al contralmirante Stirling, de la división española, lo que así se ejecutó, habiendo pedido el Pluton su número al
que bloqueaba Rochefort, con órdenes de unirse a la escuadra del vicealmirante Firme para conocerle y asegurarse quedar colocado en el lugar que se le había fijado.
Robert Calder que a su vez bloqueaba Ferrol. La fuerza resultante debía cruzar a una A 14:20, Gravina repitió la señal del Comandante francés de tomar distancia de medio
distancia de 90 a 120 millas al oeste del cabo de Finisterre para interceptar la posible cable. A 14:43, los horizontes empezaron a cubrirse otra vez de niebla. Mientras, el
derrota de la formación de Villeneuve. El 15 de julio Stirling se incorporó a Calder con centro (Villeneuve) y la retaguardia (Dumanoir), constituidos por barcos franceses
cinco navíos, una fragata y un lugre, quedando entonces bajo sus órdenes un total de exclusivamente, tomaban sus puestos en la formación por la popa de los españoles. Las
quince navíos, dos fragatas y dos buques menores. fragatas permanecían a barlovento y paralelas al centro y la retaguardia de la línea.
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Triumph y Malta muy averiados, para enviar los cinco navíos franceses situados más
a retaguardia a doblar la cola de la formación británica y envolverla entre dos fuegos.
Además, aunque su estado mayor, y en particular el general Lauriston, le aconsejaron
arribar simultáneamente con toda la escuadra para caer sobre los ingleses, no lo hizo
y perdió una gran oportunidad de salvar a los dos navíos españoles que estaban en
peligro. Sus disculpas de estar cerrado en niebla y no ver bien las posiciones relativas
de ambas escuadras, no convencieron ni a los franceses ni a los españoles. Si a esto
añadimos las indecisiones de Villeneuve los días siguientes a la acción y su poco
empeño en rescatar los dos navíos apresados habiendo quedado dueño de las aguas
del combate, se comprenderá el grado de indignación de la escuadra combinada y
particularmente la de los marinos españoles, lo que sin duda influyó en su moral,
descorazonados por la pérdida sufrida y la benevolencia de Gravina con su colega
francés. Napoleón criticó a su almirante y elogió la conducta de Gravina y los
españoles con esta frase “Yo estoy muy satisfecho de los españoles; no lo estoy tanto
de mi almirante, que nos hubiera proporcionado una gran victoria si él hubiese
mostrado más energía.” En Madrid, cayó mal el resultado de la función y se criticó
duramente la alianza con Francia.
Por parte inglesa, tampoco se libró de las críticas el almirante Calder al que
se le acusaba de haber manchado el honor de la Marina británica por haber rehusado
un segundo encuentro con la escuadra enemiga teniendo superioridad de fuerzas. Las
murmuraciones llegaron a tal extremo que el propio Calder solicitó que su conducta
durante la acción fuese juzgada en consejo de guerra. Éste se celebró a bordo del navío
Prince of Wales del 23 al 26 de diciembre de 1805. La sentencia recaída determinaba
que Calder no había hecho todo lo posible por destruir al enemigo tras la acción del
22 de julio, si bien se atribuía la falta a un juicio equivocado de la situación, “por lo
cual merece se le reprenda con severidad, como se hace por la presente.” Lo que no
apreciaron los jueces es que la acción de Calder había influido definitivamente en el
fracaso de la proyectada invasión de la Gran Bretaña.
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quien así lo manifestó por carta a Decrès, añadiendo su opinión de que al haber
trascurrido dos meses desde la salida de Martinica, los ingleses debían estar
apercibidos y el plan primitivo se había venido abajo.
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respectivamente –, o bien a una sola, Villeneuve debía proceder hacia el canal de la Alistamiento de la escuadra de Ferrol. Llegada de Domingo de
Mancha tal como había sido previsto en el plan. Si por circunstancias extraordinarias Grandallana. Las fuerzas sutiles en Galicia. El bloqueo de Ferrol. Medidas
difíciles de prever esto no se pudiese ejecutar “el Emperador desea que se reúnan en para proteger el tráfico costero español en el Cantábrico. Iniciación del corso.
Cádiz fuerzas importantes.” La libertad concedida a Villeneuve para calibrar Llegada de la escuadra combinada a Ferrol y La Coruña (13 de noviembre de
personalmente la trascendencia de dichas circunstancias fue la que va a aprovechar 1804 a 13 de agosto de 1805). Traslado de la escuadra combinada desde Ares a
en el futuro, como veremos posteriormente. Cádiz (13 a 20 de agosto de 1805)
Tras el combate del día 22, Calder permaneció en aguas gallegas y el 29 El 13 de noviembre de 1804, como primera consecuencia del apresamiento de
comprobó con el navío Dragon que la escuadra franco española no había llegado aún las fragatas de Bustamante, el Gobierno español había ordenado el armamento en
a Ferrol. En vista de lo cual, cometió el error de despachar a Stirling hacia Rochefort Ferrol de los navíos Príncipe de Asturias, Neptuno, Monarca, San Agustín y San
con cuatro navíos, quedando con sólo nueve cuando era más evidente la llegada de Fulgencio, y que se alistasen para fin de año los Montañés, San Julián y San Francisco
Villeneuve a este puerto. Indeciso, abandonó su posición el día 1 de agosto para de Asís, pero el mal estado del Montañés aconsejó sustituirlo por otro navío. El 9 de
gobernar hacia el Norte con objeto de reunirse con Cornwallis, lo que logró cerca de enero de 1805, el navío San Fulgencio y la fragata Venganza salieron del arsenal para
la isla d´Ouessant el 13 de agosto, donde la víspera también había llegado Stirling. Al quedar fondeados en las ensenadas del Baño y de Serantes a fin de auxiliar con sus
irse, Calder dejó sobre Ferrol un escuadrón de observación formado por los navíos fuegos en caso necesario a las tropas del Ejército situadas respectivamente a la
Goliath y Dragon, y las fragatas Phœnix, Naiad e Iris, gracias al cual los británicos izquierda y derecha de la Ría. Estas primeras disposiciones tuvieron que ser
se enteraron enseguida de la llegada de los aliados a La Coruña y Ferrol. Este modificadas pronto para cumplimentar lo estipulado en el convenio del 9 de enero de
dispositivo británico anuló la ventaja que hubiese supuesto para los aliados haberse 1805. Así, el día 16 siguiente, el Gobierno ordenó la habilitación en Ferrol de siete
dirigido directamente al canal de la Mancha en lugar de hacerlo a los puertos navíos de línea y cuatro fragatas, o bien tres fragatas y ocho navíos, que debían llevar
gallegos, error achacable exclusivamente a Napoleón. a bordo 2.200 hombres de tropa del Ejército, con otros útiles y pertrechos necesarios al
objeto de su comisión. Pero el 1 de febrero, el Príncipe de la Paz determinó que fuesen
Habíamos dejado a Nelson en Gibraltar el 19 de julio, recién llegado de las siete los navíos y cuatro las fragatas que se armasen, contando en este número una de
Antillas. Al enterarse el 24 del encuentro del Curieux con la escuadra combinada, las corbetas Indagadora y Mercurio, quedando excluido el San Julián; asimismo fijaba
dedujo que ésta se dirigía hacia Galicia o a la Bretaña francesa, y rápidamente se la cuantía de los pertrechos que acompañarían a la tropa embarcada, todo de acuerdo
dispuso a corregir el error de apreciación que le había llevado hasta el Estrecho. con el convenio de 9 de enero.
Anticipándose a las órdenes del Almirantazgo de concentrar todas las fuerzas
británicas en el canal de la Mancha, el mismo 24 de julio arrumbó hacia el Norte con El 2 de febrero, Godoy comunicó a Tejada la decisión real de nombrar al
sus once navíos, dejando a Collingwood frente a Cádiz. Los vientos persistentes del teniente general de la Armada Domingo Pérez de Grandallana comandante general de
primer y cuarto cuadrantes retrasaron su navegación con gran desesperación del la escuadra de Ferrol. Según Cosme Damián Churruca su caída del ministerio de
almirante inglés. Por fin, el 15 de agosto se reunía con el grupo de Cornwallis sobre Marina “ha causado un regocijo universal en toda la Armada”, y en efecto, pronto se
d´Ouessant. Las fuerzas puestas a disposición de este almirante alcanzaron la vería el mal carácter de Grandallana reflejado en el modo con el que iba a ejercer las
respetable cifra de 40 navíos de línea y proporcionado número de fragatas, más que amplias prerrogativas de comandante general de la escuadra concedidas por el
suficientes para anular la amenaza de las escuadras aliadas. El plan de Napoleón, Príncipe de la Paz, sin tener la más mínima consideración sobre las necesidades de
sujeto a tantas vacilaciones y ejecutado tan lentamente, había fracasado. Tejada.
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contra de los reglamentos. Para solucionar definitivamente el problema, el Príncipe de la momento de dar la vela, que sería cuando se presentase delante del puerto una escuadra
Paz dio órdenes terminantes al Capitán General de Galicia para que auxiliase con tropa francesa (Ganteaume) a la cual se había de incorporar, y entonces recibiría los pliegos e
del Ejército a la guarnición del arsenal. instrucciones del destino de la expedición y cuáles iban a ser sus cometidos. La escuadra
iría en el mejor estado y con cuantos víveres y repuestos cupiesen sin perjuicio de sus
Existía en Ferrol otro problema importante debido a la escasez de pólvora en propiedades. Godoy añadió en posdata que, puesto cada navío en franquía, “completase
los almacenes de la Marina, pues para el completo de la dotación del Departamento sus víveres para seis meses o cuatro cuando menos, los cuales en caso de no haber llegado
faltaban 7.853 quintales. Hubo que recurrir al Ejército, también en precario, y sólo pudo la expedición que los conducía, los traería la misma escuadra francesa; que toda la gente
entregar a Tejada 1.603 quintales. Con los disponibles de la Armada hacían un total de fuese apta para la navegación y que para que se reuniesen estas circunstancias no le
2.911 quintales. De estos, según el capitán general, 339 eran de pólvora fina, cuyo uso designaba V.E. el número de navíos, aunque su deseo no se limitaba, pero que visitando
era para armas de chispa y cebar las piezas, y 145 de la ordinaria ya asoleada como la cada uno de los buques diese aviso de los que eran, sin perdonar la más leve cosa a su
fina, “pero el resto de 2.427 quintales está sin este beneficio a causa de las turbonadas completo estado de navegar y batirse.”
que hace días se experimentan, y tiene suspendida esta operación, aunque gran parte de
ella tiene un alcance de 92 a 94 toesas (180 metros aproximadamente de menor alcance Domingo de Grandallana informó el 26 de marzo que estaban listos los navíos
con respecto al reglamentario). En tales circunstancias, me ha pedido el general Gourdon Príncipe de Asturias, Neptuno, San Agustín, Monarca, San Fulgencio, fragatas Prueba y
300 quintales para la rehabilitación del navío Redoutable, y yo, en consecuencia de las Venganza y corbeta Indagadora, pero que la falta de pan, leña y otras cosas quizá
órdenes de V.E. le he ofrecido ponerlos a su disposición luego que necesite embarcarlos.” impedirían la salida en el momento ordenado. Godoy repitió la orden el día 30 insistiendo
Puede que el estado de las pólvoras embarcadas en los navíos de Grandallana y Gourdon en que era necesario alistar el mayor número posible de buques, valiéndose de cuanto
tuviese alguna repercusión en los pobres efectos obtenidos por la artillería combinada hubiese en el Departamento y que dispusiese la salida para unirse a la escuadra
sobre los navíos británicos en Trafalgar, pues el problema resurgió en Cádiz como francesa de Brest, lo que, como sabemos, nunca se pudo ejecutar.
veremos posteriormente.
El Príncipe de la Paz, al informar el 15 de abril a Grandallana acerca de la
El 2 de marzo, Godoy había solicitado a Tejada le informase sobre el estado salida a la mar de la escuadra de Cádiz, insistió hiciese lo mismo con los navíos que
en que se hallaban todos los buques del Departamento que no formaban parte de la pudiese habilitar cuando se presentase sobre Ferrol la escuadra francesa, aunque sus
escuadra de Grandallana, en qué orden podrían armarse y las necesidades que buques no tuviesen víveres más que para un mes, pues de los franceses, que estaban bien
preveía en caso de ordenar su alistamiento. A la vista del informe, el Príncipe de la surtidos, se darían los que necesitasen los nuestros. El general contestó que estaba
Paz decidió la habilitación de los tres navíos y dos fragatas que necesitasen menor pronto a dar la vela con cinco navíos, una fragata y una corbeta, a cuyos buques el
carena. Por su parte, el escuadrón del contralmirante Gourdon se iba preparando Príncipe le autorizó el día 23 añadir el navío San Juan Nepomuceno.
lentamente.
Fracasado el proyecto Ganteaume, el 22 de mayo el Emperador elevó sus
A mediados de marzo, Domingo de Grandallana, informó al Príncipe de la Paz exigencias al Gobierno de Madrid para disponer de diez navíos españoles en Ferrol que
acerca de varias preguntas que de parte de su Gobierno le hizo el contralmirante unidos a los franceses sumarían un total de quince a principios de julio, con dos meses
Gourdon, comandante general de la división francesa en Ferrol, relativas al estado del de víveres y órdenes terminantes de permanecer allí hasta la llegada de Villeneuve.
armamento de la división española. Evidentemente trataba de sondear las posibilidades Una de las razones esgrimidas por Napoleón para negar la salida a la mar y sostener
de cumplimiento por parte española del plan de Napoleón formulado el 2 de marzo, que a la vela las fuerzas de Ferrol era que bajo ningún concepto deseaba que Grandallana
recordemos consistía en la salida del vicealmirante Ganteaume desde Brest con 21 mandase la división de Gourdon, pues consideraba al general español poco afecto a la
navíos y seis fragatas, arrumbar a Ferrol, dispersar los buques británicos que mantenían nación francesa, como así era en realidad, y por ello también lo mantenía siempre al
el bloqueo frente a este puerto y reunirse con las divisiones de Gourdon y Grandallana, margen del planeamiento de las operaciones. Como consecuencia, el 5 de junio Godoy
para dirigirse a las Antillas donde se agregarían Villeneuve, Gravina y Missiessy, y daba orden de aumentar a diez el número de navíos asignados a la escuadra de
entonces, con esta fuerza combinada de 40 navíos a su mando, debería regresar al Canal Grandallana aun cuando no llevase ningún buque menor. Para ello disponía el
de la Mancha y seguir directamente hasta Boulogne para ejecutar la invasión de la Gran alistamiento de los navíos Montañés, San Telmo y Oriente, cuyas obras se había
Bretaña. atrasado a causa de haber atendido a la reparación de los buques del contralmirante
Gourdon. Tras el reconocimiento de estos navíos se decidió el 22 de junio sustituir los
Godoy aprovechó esta circunstancia para prevenir a Grandallana el 20 de dos últimos por el San Ildefonso y el San Julián. Es comprensible que este cúmulo de
marzo que debería armar completamente el mayor número de navíos a que alcanzase la necesidades provocase el 17 de junio la convocatoria de una junta de Marina del
gente, pertrechos y víveres que hubiese en el Departamento, preparándolos a recibir la Departamento, en la que se decidió solicitar al Príncipe de la Paz el envío de caudales
expedición designada en la orden de 16 de enero, cuyas tropas debía embarcar en el para atender a tanto pago, pues la tesorería estaba agotada.
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El 11 de julio, el Príncipe de la Paz contestaba a una carta de Grandallana Como medida de urgencia, el 1 de marzo el Príncipe dio la orden a Tejada de
sobre los inconvenientes que surgían en el traslado de su escuadra a La Coruña en enviar a Gijón los faluchos cañoneros Números 5.º y 8.º, para quedar a disposición del
conserva de la del general Gourdon a quien se lo ordenaba su Gobierno, le advirtió comandante de Marina de aquella provincia. El 26 de abril, el mismo ministro ordenaba
Godoy que ya estaban “previstos y representados tales obstáculos, y que sólo faltaba a Tejada el establecimiento de una división de fuerzas sutiles en la boca de la ría de Vigo
siguiese indistintamente la fuerza de la escuadra francesa, bien fuese a La Coruña con las tripulaciones de la fragata Sabina y la corbeta Infante don Francisco de Paula,
o a Vigo donde pasase, pues las fuerzas no debían dividirse.” para evitar que los británicos fondeasen donde les parecía oportuno. La medida suponía
tal debilitamiento de las fuerzas basadas en Ferrol, que se estudió la posibilidad de
En cuanto a las fuerzas sutiles, las lanchas cañoneras destinadas a la adquirir embarcaciones locales y artillarlas para cumplir el encargo.
defensa del Departamento de Ferrol fueron puestas a las órdenes del brigadier
Cayetano Valdés, e inmediatamente comenzaron sus actividades operativas. Valdés La declaración de guerra y la presencia británica en las costas gallegas habían
se reintegró a la comandancia del navío Neptuno y fue relevado por el capitán de dejado varias unidades de la Armada bloqueadas en diferentes puertos. En el de Vigo, la
fragata Meneses. Mientras, el bloqueo del puerto por el escuadrón británico de seis fragata Sabina, cuyo comandante tenía orden de alistarse para campaña desde
navíos a cargo del contralmirante Cochrane se mantenía a ultranza, siempre principios de noviembre; en Corcubión estaba el bergantín correo Begoña; en Camariñas,
vigilado desde la torre de Monte Ventoso. Este escuadrón se desplazó a Lisboa, el paquebote Santa Casilda; en Vivero, el bergantín Pólux y en Ribadeo, el también
donde estaba a la vista el 4 de marzo. Allí permaneció varios días a la espera de bergantín Esperanza. Era preciso habilitar estos buques para emplearlos en el servicio
instrucciones de Londres, donde reinaba la inquietud por la salida de Missiessy que fuesen capaces. Por ello, Tejada propuso a la vista de su estado y las dificultades que
desde Rochefort el 11 de enero de 1805 con cinco navíos, tres fragatas y dos representaba el tránsito respectivo a Ferrol que se vendiesen los bergantines Begoña,
bergantines y una tropa de 3.500 hombres embarcados. Ante la posibilidad de que Pólux y Esperanza y se alistase el resto. Además, el 3 de abril se procedió al desarme total
los franceses pasasen al Mediterráneo, en un principio el Almirantazgo había de las corbetas correos Príncipe de Asturias y Mosca, el bergantín Descubridor, el
enviado a Cochrane que fuese a esta zona para reforzar a Nelson, pero al recibir las paquebote Casilda y la goleta guardacostas Vigilancia, evidentemente por la necesidad
últimas instrucciones en Lisboa y tras un encuentro con Orde en cabo de San de rellenar con sus dotaciones la escuadra y las fuerzas sutiles.
Vicente, emprendió viaje hacia las Antillas en seguimiento de Missiessy y llegó a la
isla Barbada el 5 de abril. Fue reemplazado en el mando de la escuadra de bloqueo El 27 de diciembre de 1804 fue activado el despacho de patentes de corso y
de Ferrol por el vicealmirante Robert Calder. también se dio orden de favorecerlo con las restricciones que imponía la escasez de gente
para dotar los navíos en alistamiento. Aun así se registraron algunas acciones notables
El tráfico de cabotaje y ultramarino en el Cantábrico presentaba muchas como la sostenida el 12 de abril por la goleta corsaria española El Vengador y otra inglesa
dificultades, ya sea por la presión de los buques de guerra o de corso enemigos como armada de 14 obuses, y el apresamiento por la misma goleta de la fragata corsaria
por el mal tiempo; los incidentes y apresamientos eran numerosos y ponían en británica Suffolk, el 21 de mayo. Otros españoles a su vez caían en poder de los ingleses,
evidencia el estado de indefensión de las costas del norte de España. Por ello, el 1 como la goleta San José y de las Ánimas apresada por el lugre corsario Resolution.
de diciembre de 1804 se había dispuesto la construcción en Ferrol de faluchos o
barcos cañoneros para asegurar la navegación de cabotaje y poder por este medio Cuando Gravina llegó a Ferrol con el Argonauta y el Terrible, se encontraban
transportar con ciertas garantías a ese Departamento desde las costas del País fondeados en bahía y prácticamente listos para salir a la mar los navíos Príncipe de
Vasco los efectos o pertrechos necesarios para mantener el esfuerzo de guerra. Asturias, Neptuno, San Juan Nepomuceno, San Francisco de Asís, Montañés, Monarca,
San Agustín, San Ildefonso y San Fulgencio y la fragata Flora, con una fuerza de
Fijado en treinta el número de barcos necesarios para dar escolta a los desembarco de 1.400 hombres de Artillería e Infantería, todos a cargo del teniente
convoyes, Tejada solicitó apoyo a los consulados de Santander, Bilbao, La Coruña y general Pérez de Grandallana, que tenía su insignia en el Príncipe. Desde su
San Sebastián para poderlos construir, pero las contestaciones no pudieron ser más incorporación al destino, como hemos visto, los había logrado alistar en medio de
decepcionantes. Finalmente, se dio orden de proceder al encargo de seis barcos ingentes dificultades luchando con la falta de dinero, pertrechos y gente. También se
cañoneros en Bilbao, igual número en San Sebastián y en el arsenal de Ferrol los encontraba surta en el mismo puerto la división francesa de cinco navíos – Héros,
que fuese posible, y se dispusieron medidas para dotarlos de comandantes y Duguay-Trouin, Redoutable, Fougueux y Argonaute – a cargo del contralmirante
marinería. Con las unidades recién incorporadas, Trueno, Centella y Relámpago, fue Gourdon, cuyas reparaciones habían sido igualmente atendidas por el arsenal ferrolano.
organizado el primer convoy de fuerzas sutiles hacia Vivero al mando del teniente
de navío Fernando Freire para escoltar las lanchas de carga que trasportaban El 10 de agosto a 12:30 se hizo a la mar desde Ferrol la agrupación aliada,
efectos navales desde allí al arsenal de Ferrol. En la navegación este oficial se quedando en la bahía los navíos españoles Monarca, Terrible y San Ildefonso, que por
estrenó el 4 de julio apresando la balandra corsaria británica Hopp u Hope. falta de viento no lo hicieron hasta el día 13. El contralmirante Dumanoir le Pelley había
tomado el mando de la división francesa en relevo de Gourdon gravemente enfermo.
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Mientras, Villeneuve hacía lo mismo desde La Coruña, y unido a los buques de Gravina del 14 el San Francisco de Asís indicó avería en el mastelero de gavia remediable en la
y Dumanoir se dirigía a la ría de Ares, donde fondearon seguidamente quedando a la mar, y emprendió la faena de arbolar otro. Tras pegar fuego a un navío mercante
espera de la salida de los tres navíos ferrolanos rezagados. Al incorporarse estos últimos británico el 15, al atardecer del mismo día, la fragata Hortense informó del avistamiento
por haber rolado el viento al Este, el día 13 de 09:00 a 14:00 la escuadra combinada de un buque de guerra a remolque de otro. Como se supo después, eran la fragata Didon
abandonó las costas gallegas. Se componía de 29 navíos de línea, seis fragatas, una remolcada por la Phœnix y ambas escoltadas por el navío Dragon. Villeneuve pudo
corbeta y tres bergantines, de los cuales eran españoles once navíos, una fragata y una reconocerlos y apresarlos, pero no lo hizo por aceptar la información errónea de un
corbeta. mercante que le había comunicado que los buques avistados pertenecían a una fuerza de
25 navíos lanzados en su persecución.
Ya antes de abandonar Galicia, tanto Villeneuve como Gravina se habían
mostrado indecisos y sumidos en un profundo pesimismo. Además, la desconfianza del La noche del día 15, el almirante francés tomó la decisión de dirigirse a Cádiz
almirante francés se aprecia cuando escribía a Decrès que “tenemos malos palos, malas cuando se encontraba a 240 millas al WNW del cabo de Finisterre. Para hacerlo, se
velas, mala cabullería, malos oficiales, malos marineros...” Sin duda, a su estado de basaba en la persistencia de viento del NE, la consideración de que las fuerzas enemigas
ánimo contribuía el pensamiento de que gracias al viaje tan lento desde las Antillas y al situadas a la espera en el Canal eran muy superiores a las suyas bajo todos los conceptos,
retraso producido por la estancia en puerto, los ingleses estaban del todo apercibidos y y carecía de toda probabilidad de llegar indemne a Brest. Para Villeneuve eran de
se les habían permitido concentrar sus fuerzas en el canal de la Mancha. Las dudas de aplicación aquellas circunstancias extraordinarias y difíciles de prever para el caso de
Villeneuve respecto a dirigirse a Brest como le ordenaba Napoleón, o a Cádiz como le que si el plan original no se pudiese ejecutar, “el Emperador desea que se reúnan en
autorizaban las mismas instrucciones si se presentasen circunstancias extraordinarias, Cádiz fuerzas importantes.”
persistieron durante los días que permaneció en La Coruña y la ría de Ares.
Definitivamente, no sabía qué hacer, pues todas las circunstancias le acongojaban, en Antes de llegar al cabo de San Vicente, el general Lauriston y los oficiales del
resumen, falta de fe en su propia capacidad de obtener la victoria sobre el enemigo y la navío Bucentaure propusieron juiciosamente a su almirante que destacase por la proa a la
premonición de que ineludiblemente iba abocado al fracaso. Gravina, evidentemente lo escuadra de Gravina durante la noche del 19 de agosto, para que al amanecer del 20 ésta
sabía todo, pero su intención era la de “seguir en un todo la suerte de la (escuadra) se encontrase entre el Estrecho y la división inglesa de tres navíos – Dreadnought, Colossus
aliada.” Y lo cumplió sin esperanzas de lograr algo de provecho ni para la Armada ni para y Achille – del vicealmirante Collingwood situada en las proximidades de Cádiz. Así,
España. cuando se presentase el cuerpo fuerte de la escuadra combinada le hubiesen cogido entre
dos fuegos, evitando su retirada hacia Gibraltar. Pero Villeneuve desestimó la propuesta
La escuadra navegaba formada en tres divisiones y una división de observación porque, según el propio Lauriston “el miedo a Nelson (que creía bloqueando Cádiz), lo tenía
de once navíos y cuatro fragatas al mando directo de Gravina, llevando los navíos ofuscado.” Gravina dio caza a Collingwood con la escuadra de reserva, los navíos franceses
interpolados por nacionalidad en cumplimiento de las órdenes del Emperador, sin duda Algésiras y Achille y las fragatas hasta 15:30, en que la suspendió. Al fin, la escuadra
para evitar los inconvenientes apreciados en la acción del 22 de julio. El primer rumbo combinada fondeaba durante la tarde del día 20 en la bahía de Cádiz con su almirante
ordenado el 13 de agosto fue el NW1 /4N con viento del NNE, para separarse de la costa totalmente desacreditado hasta entre los propios oficiales subordinados franceses.
y luego dirigirse a Brest. A 18:00 del 13 la vanguardia anunció una vela al NNE; poco
después se hizo la señal de zafarrancho; a 18:30 la de que el Algésiras diera caza; Sin saberlo, Villeneuve había perdido la gran oportunidad de aprovechar los
inmediatamente que la diese también la escuadra española y, por último, toda la desaciertos británicos. En efecto, la escuadra de 40 navíos del almirante Cornwallis
armada. El buque avistado era una fragata enemiga, probablemente la Iris, que hizo estaba reunida el 15 de agosto en las proximidades de la boca del canal de la Mancha.
señales de reconocimiento y se puso de la misma vuelta como a una legua a barlovento Pero el mismo día envió a Nelson hacia Inglaterra con cuatro navíos, dos de ellos para
de los combinados. carenar. Horas más tarde, Cornwallis concibió la extraña idea de destacar nuevamente
a Calder hacia Ferrol con 18 navíos, para unirlos a los dos que habían dejado allí (Dragon
El día 14 Villeneuve arrumbó al NNW con viento entablado del NE. Por la y Goliath), e impedir la salida de la escuadra combinada que aún suponía en aguas
tarde, la división de observación dio caza a varios buques enemigos sin llegar a gallegas. El 19, advertido por la fragata Naiad que Villeneuve había salido, dio a Calder
alcanzarlos. La fragata exploradora Hortense señaló la presencia de ocho, pero no la orden de perseguirlo. Esta dispersión en el momento del máximo peligro para la Gran
persistió en el seguimiento por no encontrarse apoyada. Desgraciadamente, esta Bretaña fue una “insigne torpeza” a juicio del propio Nelson. Para el Emperador, había
circunstancia de no poder verificar la nacionalidad impidió la reunión de Allemand con sido una ocasión única que había desbaratado Villeneuve, pues si hubiese sido más
la formación aliada, pues estos buques últimamente avistados pertenecían a la escuadra resuelto y cumplido las instrucciones, las fuerzas combinadas con 29 navíos habrían
de Rochefort que se dirigía hacia Vigo y pasaron por la noche del 14 al 15 muy próximos podido sorprender bien a los 17 que le quedaban a Cornwallis, o a los cerca de 20 que
a la formación de Villeneuve. Nuevamente, otra de las órdenes de Napoleón no se estaban a las órdenes de Calder.
cumplió, esta vez por la mala suerte que parecía cebarse con los francoespañoles. A 19:00
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Este último, al llegar a su destino no encontró los dos navíos que había dejado ni
tampoco noticias de Villeneuve. Muy intranquilo, el 21 de agosto decidió proseguir hacia
el Sur a reunirse con los navíos de Collingwood, y participó por escrito a Cornwallis su
propósito de regresar a d´Ouessant en caso de no localizar al enemigo. Con gran alivio, el
día 26 cuando se encontraba en las proximidades de cabo de San Vicente, recibió un
mensaje de Collingwood en que le notificaba la entrada en Cádiz de la escuadra
combinada. Calder llegó a las inmediaciones de este puerto el día 30, donde permanecerá
para reforzar el bloqueo. Una semana antes lo había hecho el contralmirante Bickerton
procedente de Cartagena con los cuatro navíos – Queen, Tonnant, Minotaur y Bellerophon
– destinados a vigilar los posibles movimientos de Salcedo. Las fuerzas británicas
apostadas frente a Cádiz a las órdenes de Collingwood ascendían por lo tanto a 26 navíos.
Este entusiasmo inicial del Emperador se vio pronto enfriado cuando Decrès le
mostró las últimas cartas de Villeneuve remitidas poco antes de la salida de La Coruña,
donde hacía patentes el pesimismo y las indecisiones que le embargaban, en nada
propicias para arrumbar hacia Brest. Según Thiers, descargó su malhumor en primer
lugar contra el ministro de Marina, “por haberle propuesto semejante hombre para
mandar la escuadra”. En escrito posterior a Decrès añadió, en parte injustamente, entre
otras invectivas, “vuestro amigo Villeneuve no es capaz de mandar una fragata. Es una
persona sin resolución y sin valor moral.” Como mantenía la esperanza de que la escuadra
apareciese sobre Brest y ante esta contingencia, añadió que diese orden a Ganteaume de
salir a la mar nada más presentarse la formación francoespañola y dirigirse a Boulogne;
y terminaba “si Villeneuve ha ido a Cádiz, mi intención es que vaya al canal de la Mancha
después que se le incorporen los seis navíos que allí se encuentran.” Decrès, en la
contestación dirigida a Napoleón, suplicaba que si se daba esta última circunstancia,
debía abandonar la idea de llevar a cabo la empresa de Inglaterra, pues creía era
contraproducente e inútil la presencia franco española en el Canal.
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