Habituación
Habituación
Habituación
1. Ruido constante: Imagina que te mudas a una nueva casa cerca de una carretera con
mucho tráfico. Al principio, el ruido de los automóviles te resulta molesto y perturbador. Sin
embargo, con el tiempo, te habitúas al sonido constante y ya no te afecta de la misma
manera. Tu cerebro filtra el ruido y te permite concentrarte en otras cosas.
2. Olor familiar: Al ingresar a una panadería, inicialmente puedes sentir un aroma delicioso y
tentador de pan fresco y productos horneados. Sin embargo, después de un tiempo, te
habitúas al olor y ya no lo percibes con la misma intensidad. Aunque el olor todavía está
presente, tu cerebro lo considera familiar y lo ignora en cierta medida.
3. Sensación de ropa en el cuerpo: Cuando te pones ropa nueva, al principio puedes sentir
la textura y la presión de la tela en tu piel. Sin embargo, con el tiempo, te habitúas a la
sensación y ya no la notas de la misma manera. Tu cuerpo se ajusta a la presencia de la
ropa y se vuelve menos sensible a esa estimulación táctil.
4. Zumbido constante: Si vives en una zona donde hay insectos que zumban
constantemente, como moscas o mosquitos, es posible que al principio te moleste el sonido.
Sin embargo, con el tiempo, te habitúas a ese zumbido y ya no le prestas tanta atención. Tu
atención se desplaza hacia otros estímulos más relevantes.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo ocurre la habituación en la vida cotidiana. La
habituación nos permite adaptarnos a estímulos constantes y no relevantes, liberando
nuestra atención para centrarnos en estímulos nuevos o importantes.
Video
https://youtu.be/-3eG4oa48VI