Protocolo Yo Rechazado
Protocolo Yo Rechazado
Protocolo Yo Rechazado
INTRODUCCIÓN
Todo lo que se nos ha dicho acerca de quiénes somos está conectado con nuestra apariencia física. La imagen corporal
se refiere a la imagen que hemos creado en nuestra mente con respecto a nuestro propio cuerpo, es decir, la forma en
que nos vemos a nosotros mismos (Schilder, 1935). La vida de las personas con trastornos alimentarios (TA) termina
girando en torno al significado que se esconde detrás de esta imagen.
La insatisfacción de la persona es el resultado de una discrepancia entre el yo percibido y el yo ideal (es decir, en quién
le gustaría a la persona convertirse). Sin embargo, la preocupación por la percepción del cuerpo comienza cuando se
genera un yo rechazado. Este yo rechazado es la imagen del yo del pasado que la persona rechazaba, con la que se
compara y a la que no quiere volver nunca más. Cuando se llega a este punto, empezamos a hablar de distorsión de la
imagen corporal.
La autora ha observado que hay otras defensas con las que resulta útil trabajar además de las clásicas (por ejemplo,
negación, regresión, comportamiento inadecuado, disociación, compartimentación, proyección, formación reactiva,
represión, desplazamiento, intelectualización, racionalización, deshacer lo hecho, sublimación, compensación y
asertividad). Las defensas también pueden ser «las experiencias internas que bloquean el proceso terapéutico a nivel
emocional o cognitivo» (Seijo, 2015b). Estas son defensas porque no permiten que el paciente trabaje en terapia. Es así
como las emociones pueden ser vistas como defensas.
La aplicación del protocolo del yo rechazado para la distorsión de la imagen corporal en los TA (Seijo, 2016) es bastante
sencilla. El protocolo consiste en neutralizar las tres principales defensas emocionales de rechazo, vergüenza y
preocupación, así como la defensa de la distorsión de la imagen corporal (también de naturaleza disociativa) que
bloquean la plena conciencia del cuerpo y se encuentran entre la imagen corporal real y el yo rechazado. Esta distorsión
de la imagen corporal es una de las defensas más resistentes en el tratamiento de pacientes con TA. Mediante la
aplicación de este protocolo en el tratamiento de los TA con terapia EMDR, el paciente aprende a identificar y procesar
la parte del mundo interior que representa el yo rechazado. Al hacer esto, se logran dos de las metas principales con
respecto al cuerpo real: primero, desarrollar la conciencia, y segundo, alcanzar el punto de aceptación.
Este texto ha sido publicado originalmente en inglés como el capítulo 4 de la siguiente obra:
Seijo, N (2018). The Rejected Self EMDR Protocol for Body Image Distortion. In M. Luber (Ed.) Eye Movement Desensitization
and Reprocessing (EMDR) Therapy Scripted Protocols and Summary Sheets. Treating Eating Disorders, Chronic Pain and
Maladaptive Self-Care Behaviors. Springer Publishing Co.
La edición del texto original, así como su traducción al castellano, han sido realizadas por Miriam Ramos Morrison.
DEFINICIÓN
El concepto de imagen corporal implica un continuo. En función del grado de rechazo hacia el cuerpo, la persona puede
pasar de tener simplemente una imagen realista de sí misma a tener una imagen negativa de sí misma.
• Imagen corporal (Schilder, 1935): La imagen del cuerpo que creamos en nuestra mente, independientemente
de nuestro cuerpo.
• Imagen corporal negativa (Bell y Rushforth, 2008): La insatisfacción con respecto al cuerpo o partes del mismo.
• Distorsión de la imagen corporal (Thompson, 1990): Un estado persistente de insatisfacción y preocupación
relacionado con algún aspecto de la apariencia física que puede llevar a la obsesión.
• Trastorno dismórfico corporal (TDC; DSM-5, 2013): Un trastorno mental caracterizado por una preocupación
obsesiva relacionada con que algún aspecto de la apariencia personal tiene defectos graves y justifica la
adopción de medidas excepcionales para ocultarlo o arreglarlo. En la variante delirante del TDC, el defecto es
imaginado.
MEDIDAS
Sabemos que los pacientes tienen una imagen corporal distorsionada cuando su imagen real no coincide con su
descripción de la imagen que tienen de sí mismos. Existen diferentes grados de distorsión de la imagen corporal, que se
describirán más adelante. Usando nuestro criterio clínico durante la recopilación de la historia, hemos de evaluar hasta
qué punto esta imagen que describen de sí mismos está alejada de la realidad y con qué frecuencia ha ocurrido esto en
el pasado.
Algunos cuestionarios evalúan la distorsión de la imagen corporal, como el cuestionario de la forma corporal, que mide:
Incluye 34 ítems y se califica en una escala de Likert del 1 al 6. Los ítems se dividen en cuatro subescalas:
• Insatisfacción corporal
• Miedo a aumentar de peso
• Baja autoestima debido a la apariencia
• Deseo de perder peso
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NOTAS PARA EL GUION DEL PROTOCOLO DE TERAPIA EMDR
DEL YO RECHAZADO PARA LA DISTORSIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL
El fenómeno de distorsión de la imagen corporal se basa en experiencias cotidianas. Es como si la representación del
cuerpo del pasado permaneciera estática, impermeable al paso del tiempo y a las experiencias corporales; es como si
hubiera un filtro cognitivo distorsionado que no permitiera a la persona ver cómo es realmente.
Para evaluar la imagen corporal, se debe tener en cuenta cómo percibe la persona la forma de su cuerpo (es decir, la
imagen que se ha creado en su mente). Por lo tanto, es importante comprobar cómo evalúa la persona su tamaño
corporal y recopilar información sobre los aspectos emocionales implicados, tales como las actitudes hacia esta imagen
de sí misma. Este es el aspecto en el que normalmente nos centramos cuando hablamos de imagen corporal negativa,
utilizando también los términos insatisfacción o rechazo del cuerpo.
Con el fin de recopilar información sobre la insatisfacción corporal, haremos preguntas que proporcionen todos los
datos necesarios sobre cómo se ha desarrollado la insatisfacción corporal y cómo podría haber derivado en una
distorsión de la imagen corporal o en un TDC, llegado el caso. Entre otras cosas, en esta etapa se ha de preguntar sobre
lo siguiente:
Después de explorar la insatisfacción corporal, pasamos a recoger la historia sobre el yo rechazado. Para ello, lo primero
será definir este concepto. Una forma de hacerlo es usar palabras sencillas que pueden conectar automáticamente a
los pacientes con esa parte, que tiende a aparecer con rapidez. Se les dice que traten de identificar su yo rechazado, la
parte que rechazan, la parte de sí mismos que no querrían volver a ser y la parte con la que se comparan actualmente.
Es la parte de la que la persona se avergüenza. Para comenzar a trabajar con este protocolo, el clínico debe saber que
el procesamiento del yo rechazado llega directamente a las capas más profundas del trauma, ya sea de origen
traumático o de apego.
En el protocolo para la distorsión de imagen corporal, dos tipos de imágenes pueden representar al yo rechazado:
• Distorsión de la imagen corporal del pasado: El yo rechazado es como una imagen impresa en el cerebro a
través de la cual se ve la imagen corporal actual, lo cual genera una gran distorsión. La mayor parte del tiempo,
la persona ve esa imagen del pasado en lugar de ver la imagen presente del cuerpo real. Por lo tanto, en
trastornos como la anorexia nerviosa, cuando una mujer se mira en el espejo, ve las partes del cuerpo que
rechaza y, a veces, esto no se corresponde con la imagen real.
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• Distorsión de la imagen corporal del presente: Puede ser que cuando se les pida la imagen del yo rechazado, la
imagen que les llegue los pacientes sea la imagen del presente y no la del pasado. Cuando esto ocurre (por
ejemplo, después de un embarazo en el que la persona sube mucho de peso y llega al sobrepeso, cuando la
obesidad está provocada por una complicación de tipo orgánico o psicológico, o después de un accidente de
tráfico en el que el cuerpo puede verse afectado a nivel de apariencia física), el trabajo se realiza con el yo
rechazado del presente de la misma manera que con el yo rechazado del pasado.
La diferencia habitual entre la imagen del yo rechazado del pasado y el yo rechazado del presente es que en el primero,
el trabajo tiende a estar asociado con traumas de apego. Por el contrario, este último tiende a estar asociado con un
acontecimiento traumático. Aunque en estos casos podemos encontrar ambos tipos de trauma, será interesante
diferenciarlos para guiarnos a la hora de conceptualizar el caso y establecer un plan de tratamiento claro.
En el fenómeno de la distorsión de la imagen corporal, la experiencia diaria no cambia la idea de la persona sobre su
cuerpo. La representación del cuerpo del pasado permanece estática –no se ve afectada por el paso del tiempo y las
experiencias corporales– al igual que la imagen de ese yo rechazado del pasado al que la persona no quiere volver nunca
más. La distorsión de la imagen corporal va acompañada de un filtro cognitivo distorsionado, que se puede ver en
ejemplos como: «Cuando me miro en el espejo, no veo mis labios tan carnosos como me gustaría; así que les hago
cortes para que se hinchen y poder tenerlos como yo quiero» o «Duermo cada noche envuelta en plástico, para poder
sudar y deshacerme de mi grasa abdominal; no me detendré hasta que los huesos de mis caderas estén prominentes».
El «yo rechazado» y la distorsión de la imagen corporal se manifiestan cuando esta imagen intensamente rechazada del
pasado se interpone entre la imagen que la persona ve en el espejo y su imagen real actual. No querer volver a ser esa
persona genera una intensa preocupación. La representación mental del «yo rechazado» podría ser, por ejemplo, su
«yo de 15 años» con los mismos defectos que tenía en ese momento. Hacia esta parte de sí misma, la persona siente
rechazo, vergüenza o preocupación. Estas emociones son las defensas emocionales que mantienen la disociación. Como
se ve a sí misma a través de la lente de este yo rechazado del pasado, no puede ver objetivamente su imagen corporal
cuando se mira en el espejo. No ve el reflejo en el espejo, sino que ve el cuerpo del pasado, de cuando era adolescente,
que no es real y que nunca va a volver a ser real.
Cuando se le preguntó a una paciente sobre su yo rechazado, ella describió su yo de 16 años, con piernas gordas, vientre
flácido y un trasero grande, a pesar de que estaba en tratamiento para la anorexia nerviosa y su peso era de 38 kg. Sigue
sintiéndose avergonzada y preocupada, porque sigue viéndose las piernas gordas y el vientre flácido, justo como en esa
imagen del pasado, aunque ahora tenga 20 años y lo que está viendo en su cuerpo ya no sea real. Debido a la distorsión
de su imagen, lo que ve en el espejo es la imagen disociada de su yo rechazado del pasado.
El momento adecuado para empezar a trabajar con el yo rechazado es cuando la persona está estabilizada, cuando las
defensas generales han sido neutralizadas, y cuando los juicios y comentarios críticos desde el interior han sido
canalizados y convertidos en comentarios más sanos y constructivos. Una vez dado este paso, enmarcamos el trabajo
con el yo rechazado y la distorsión de la imagen corporal y seguimos los pasos del protocolo que se describen en las
secciones siguientes.
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Fase 2: Preparación
Recursos
El trabajo de recursos ayuda a los pacientes a conectarse mejor con la vulnerabilidad del yo rechazado y a proporcionar
fortaleza y empoderamiento. Los resultados son que los pacientes aumentan su sentido de seguridad interna, confían
más en el proceso y cuentan con ayuda para neutralizar sus defensas.
Es importante que los pacientes hayan trabajado previamente en los recursos necesarios. De esta manera, el paciente
estará preparado para afrontar las situaciones difíciles que puedan surgir de este trabajo.
Irónicamente, los recursos más apropiados para esta fase serán aquellos basados en las excepciones de la vida de los
pacientes, las situaciones que los pacientes apenas reconocen y de las que a menudo necesitan mucha ayuda para
recuperarse. El clínico puede hacer preguntas sobre las siguientes experiencias:
• Comentarios positivos y emociones positivas: Situaciones o momentos –por muy breves que sean– en la historia
de los pacientes en los que pudieron verse sin su habitual mirada crítica. Si no pueden encontrar ninguna
excepción, preguntaremos en qué momentos de su vida otras personas dijeron algo positivo acerca de su
aspecto físico. Aparte de los comentarios sobre el cuerpo, las excepciones pueden extenderse a emociones
positivas sobre las cualidades físicas, cognitivas o emocionales que pueden apreciar en sí mismas.
• Mirada amorosa: Recursos relacionados con la persona que miró al paciente con ojos amorosos sin prestar
atención a su apariencia física.
• Figura ideal: Recursos que se refieren a una figura ideal que hace que el paciente sienta que está bien ser tal y
como es.
En algunos casos, estas cualidades probablemente compensarán las deficiencias que los pacientes creen tener y nos
ayudarán como clínicos. Trabajando con ellas como recursos, dan una base sólida y de apoyo para neutralizar y procesar
la parte del yo rechazado.
Psicoeducación y autocuidado
Se ofrece psicoeducación para ayudar al paciente a crear un lugar interno de control y un sentido de identidad. Esto se
hace fomentando un autocuidado saludable y apropiado mediante hábitos de alimentación sanos, higiene, hábitos de
sueño, revisiones médicas, hidratación apropiada, etc.
Los siguientes conceptos se deben recuperar y desarrollar una vez que el yo rechazado sea neutralizado e integrado.
• Autoconcepto: La imagen que cada persona tiene de sí misma, así como la capacidad de reconocerse a sí misma.
El autoconcepto incluye la evaluación de todos los parámetros relevantes para la persona: desde la apariencia
física hasta las habilidades. El autoconcepto no es innato; se desarrolla con la experiencia y la imagen que se
proyecta y que los demás perciben. Es dinámico, lo que significa que puede ser modificado por nuevos datos.
• Autoestima: Conjunto de percepciones, pensamientos, sentimientos y comportamientos dirigidos hacia
nosotros mismos, hacia nuestra forma de ser y de comportarnos, hacia las características de nuestro cuerpo y
nuestro carácter. En última instancia, es cómo nos evaluamos a nosotros mismos. La importancia de la
autoestima radica en que afecta a nuestra valía personal y nuestra forma de ser. El respeto se convierte en un
constructo fundamental porque la autoestima está relacionada con cómo hemos sido respetados y cómo
aprendemos a respetarnos a nosotros mismos.
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Es importante saber que cuando se trabaja con el yo rechazado, la figura de la madre es el principal problema que surge
como parte del procesamiento. Es la figura de referencia, probablemente porque es el modelo físico a partir del que se
aprende y se modela el yo. Cuando trabajamos con el yo rechazado, también procesamos y reparamos la relación con
la figura de apego de la madre (Seijo, 2012).
Las defensas son los mecanismos a través de los cuales el sistema interno se protege para que la persona pueda ser
«funcional».
El cuerpo, o una parte del cuerpo, a menudo no se siente como propio; se siente extraño. Es importante destacar la
disociación como una de las defensas que tiende a aparecer en la distorsión de la imagen corporal a través del yo
rechazado. Por lo general, es una experiencia disociativa de tipo psicoforme (es decir, de naturaleza mental), a través
de la cual los pacientes perciben su cuerpo con proporciones poco realistas.
Durante nuestro trabajo con la distorsión de la imagen corporal, las defensas que se van a procesar primero son las
emocionales descritas más adelante en el texto, ya que son las principales que bloquean el procesamiento y la
aceptación de la parte rechazada.
El protocolo del yo rechazado, al igual que el protocolo estándar de EMDR, se basa en el protocolo de tres vertientes:
pasado, presente y futuro. El protocolo de tres vertientes de EMDR se utiliza para reprocesar experiencias pasadas
adversas/traumáticas, trabajar con los disparadores del presente y abordar las preocupaciones futuras con el fin de
llevar al paciente al nivel más alto de respuesta adaptativa.
El protocolo estándar de tres vertientes desarrollado por Francine Shapiro (1995, 2001, 2018) recomienda que todos
los incidentes traumáticos sean reprocesados secuencialmente desde el más temprano hasta el presente. La autora ha
hecho algunas modificaciones al protocolo estándar de EMDR para abordar mejor el trabajo con esta parte disociativa.
Tengamos en cuenta que pese a trabajar con la imagen del pasado y del presente, ambas nos van a llevar primero al
pasado. El procesamiento de los traumas asociados con la distorsión resultará en la neutralización de la imagen mental
del yo rechazado y ayudará a obtener una imagen corporal realista en el futuro. Por tanto, se reestructuran al mismo
tiempo el autoconcepto y la autoestima, y se logra aceptar el cuerpo real.
Las personas con trastornos de la imagen corporal suelen presentar a lo largo de la vida una rica constelación de
acontecimientos de apego y trauma que están asociados con el cuerpo. Por lo tanto, suele ser necesario iniciar el
tratamiento terapéutico desde la perspectiva del trabajo con las defensas. Cuando hablamos de defensas, nos
referimos a los puntos de bloqueo que impiden que fluya con naturalidad el procesamiento EMDR. El trabajo de
defensa comienza en la Fase 2 mediante la psicoeducación, ayudando a la persona a entender el proceso.
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Las defensas en los TA son uno de los puntos clave en los que hay que insistir, ya que pueden ser la causa del fracaso
terapéutico y/o del posible abandono del tratamiento.
Para explicar de un modo gráfico cómo se distribuyen las defensas en el mundo interior de estos pacientes, utilizaremos
la «metáfora de la alcachofa» (Seijo, 2015). Cada capa contiene una parte y las defensas que tienen la función de
protegerla cuando algo se dispara en su interior. Cada hoja de la alcachofa, a su vez, cubre a otra hoja, y todas ellas
forman una estructura que protege el núcleo, donde reside la parte más vulnerable. La metáfora describe el desarrollo
terapéutico como una espiral que va desde el exterior hacia el interior, desde las capas más externas hacia las más
internas, para llegar finalmente al corazón de la alcachofa, donde se guarda el dolor del niño herido. El proceso es similar
al de un telar. El resultado final es la integración del mundo interior y la normalización de la imagen corporal.
Esta metáfora ayuda a los pacientes a comprender que cuando se activa el yo rechazado, se activan las defensas. Cuando
estas defensas son neutralizadas, permiten el acceso al trauma, que se reprocesa con el protocolo estándar de EMDR.
Si el clínico tiene una buena comprensión de esta estructura, esto ayudará al trabajo que se va a desarrollar más
adelante en detalle a lo largo del protocolo.
Trabajo con la
Se accede a Se activa el yo Aparece la defensa Se neutraliza la Acceso al Procesamiento
>>> >>> >>> >>> >>> >>>
una capa rechazado defensa (protocolo del defensa trauma estándar con EMDR
yo rechazado)
Fase 3: Evaluación
Cómo usar el «yo rechazado» como una diana establecida del plan de tratamiento
El yo rechazado es una parte disociativa y la distorsión de la imagen corporal es la defensa utilizada por el yo rechazado.
Al procesar directamente el yo rechazado, es posible procesar ambos al mismo tiempo. Después de haber identificado
el yo rechazado y la distorsión de la imagen corporal –la persona se disocia de su propio cuerpo en un intento por evitar
lo que el cuerpo es y lo que transmite, siente o expresa (Seijo, 2016)– confirmamos la imagen del yo rechazado.
La figura 4.1 describe cómo se organizan el yo rechazado y la distorsión de la imagen corporal dentro del sistema interno.
El extremo izquierdo del diagrama muestra la imagen real del paciente, que se mira el cuerpo en el espejo a través del
yo rechazado y, al mismo tiempo, se ve influenciado por su yo ideal. Cuando el paciente se mira en el espejo, lo que el
paciente ve es el yo rechazado (la parte que rechaza del pasado). El paciente no ve el cuerpo real; lo que ve es el yo
rechazado. Esta percepción del yo rechazado está influenciada por la discrepancia entre la imagen real del yo y el yo
ideal. El paciente está comparando constantemente el cuerpo real con el cuerpo ideal porque no es el cuerpo que
quiere. Como resultado de comparar el yo rechazado con la imagen del yo ideal, surge una discrepancia entre ambas
imágenes, la percibida y la ideal, descrita en la Figura 4.2. La imagen del yo rechazado tiene el efecto de devolver el
reflejo de una imagen distorsionada del cuerpo. Esta distorsión está muy influenciada por la idea de un yo ideal con el
que la gente se compara constantemente de manera negativa.
Al aplicar este protocolo, los pacientes integran el yo rechazado dentro del yo que se acepta y, finalmente, son libres de
ver la imagen real de su propio cuerpo que puede verse sin distorsión.
La figura 4.2 ilustra cómo aparece la insatisfacción corporal cuando hay una discrepancia entre el yo percibido y el yo
ideal que la persona desearía ser (Seijo, 2011). Por ejemplo, sucede cuando los pacientes se miran en el espejo y hay
una discrepancia (es decir, una falta de compatibilidad o similitud que resulta ilógica o sorprendente) entre el yo
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percibido (el cuerpo que los pacientes ven) y el yo ideal (el yo poco realista en cuanto a tamaño y peso). Como resultado,
puede ocurrir insatisfacción corporal.
Fase 4: Desensibilización
A medida que comenzamos a reprocesar la diana del yo rechazado identificado en la fase 2, los pacientes harán
asociaciones con sus experiencias traumáticas y adversas a lo largo de la vida. Los recuerdos de estos traumas
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mantienen la disociación del yo rechazado en el mundo interior, y este protocolo se convierte en una gran manera de
identificarlos.
Utilizaremos el protocolo estándar de EMDR cuando los traumas que aparecen durante el reprocesamiento bloquean e
interrumpen el flujo del protocolo del yo rechazado. A continuación, reprocesaremos estas dianas de forma
independiente con el protocolo estándar de EMDR y, más adelante, continuaremos con el protocolo del yo rechazado
para comprobar si continúa la distorsión de la imagen y para evaluar si el yo rechazado parece más integrado y si el
procesamiento está fluyendo de nuevo por sí solo. Es posible que sea necesario hacer aún más procesamiento de
recuerdos porque este protocolo puede abrir la puerta a experiencias de vida adversas relacionadas con esta parte
rechazada y con el cuerpo. No siempre será necesario trabajar con el protocolo estándar de EMDR y, a veces, el
protocolo del yo rechazado será todo lo que haga falta para ayudar a integrar el yo rechazado.
Normalmente, una vez que las defensas y las experiencias traumáticas y adversas de la vida se han reprocesado con
éxito, los pacientes ya no sentirán rechazo, vergüenza o preocupación. En cambio, sentirán pena por la parte de sí
mismos que antes rechazaban. Esta es una forma de saber que el procesamiento está ocurriendo. Poco a poco, las
defensas comienzan a debilitarse, dejando espacio para las otras emociones que siempre han estado debajo.
Cuando se les pide a los pacientes que se conecten con el yo rechazado, a menudo sienten rechazo, vergüenza y
preocupación hacia ese yo del pasado. Sin embargo, en determinados trastornos como los TA –en los que la persona
tiene sobrepeso, por ejemplo– el yo rechazado puede ser el yo del presente. En estos casos, es importante trabajar en
el presente para llegar al pasado.
Es habitual que la información que comienza a aparecer esté relacionada con la figura materna. Las representaciones
maternas desempeñan un papel fundamental en la construcción de la imagen corporal. La figura de apego materno
cumple las funciones de validación y aceptación del yo, que son el fundamento del constructo del yo. Sin reconocimiento
y validación, especialmente de la figura materna, el concepto del yo se construye sobre una base de inseguridad y
buscará confirmación externa para ser validado internamente.
Los criterios para la selección de la diana seguirán el método estándar de agrupamiento (clústers), que incluye el primer
recuerdo, el peor y el más reciente relacionados con el síntoma del presente con el que estén trabajando el terapeuta
y el paciente. En el caso de que haya múltiples dianas, elegiremos aquellas relacionadas con los síntomas que mantienen
al yo rechazado disociado en el mundo interior y facilitan la distorsión de la imagen corporal.
Tal y como se hace en el protocolo estándar de EMDR, en el que volvemos al recuerdo original, en este protocolo
volvemos a la imagen que representa al yo rechazado y preguntamos por las defensas. A medida que se va procesando
el yo rechazado, se reprocesan y se desensibilizan las experiencias adversas que mantienen la disociación de esta parte.
Cuando la parte se integra, se neutraliza la distorsión de la imagen corporal y el paciente puede empezar a verse de una
manera más realista. En la siguiente fase, instalaremos la nueva imagen del paciente que comienza a desarrollarse a
partir de ese momento.
Fase 5: Instalación
Durante esta fase, una vez que las defensas han sido neutralizadas y el paciente ha procesado la pena por la parte del
yo rechazado, aplicaremos el protocolo de la mirada amorosa de Jim Knipe, con el fin de promover una mayor
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aceptación de esta parte y mejorar la integración. Debe quedar muy claro que el paciente y la parte son la misma
persona. Una vez alcanzado este punto en el protocolo, el paciente ha pasado por una importante transformación y se
encuentra en el camino de la integración.
El escaneo del cuerpo se realiza exactamente como en el protocolo estándar de EMDR. La única diferencia es que, como
se ha hecho a lo largo de este protocolo, el paciente vuelve a la imagen del yo rechazado y presta atención a si hay
perturbación en alguna parte del cuerpo. El objetivo es reprocesar hasta que el paciente se sienta bien y el SUD sea
igual a cero.
Fase 7: Cierre
Le preguntaremos al paciente si está bien dejarlo así o si hay algo más que sienta que la parte necesite escuchar o que
el paciente tenga que hacer. Si todo está bien, cerramos la sesión dando instrucciones al paciente para que escriba lo
que surja en los días siguientes y que el trabajo continuará en la próxima sesión.
Fase 8: Reevaluación
Cuando el paciente regrese a la siguiente sesión, verificamos nuevamente si siente la parte rechazada, si queda algún
rechazo, y si siente que la parte está integrada y que el rechazo está procesado.
Es posible que sea necesario trabajar con el protocolo en el transcurso de unas cuantas sesiones hasta que se logre la
integración del yo rechazado.
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GUION DEL PROTOCOLO DE TERAPIA EMDR DEL YO RECHAZADO
PARA LA DISTORSIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL
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Decimos: ¿Alguna vez has hecho dieta o cambiado la cantidad de comida que comes para cambiar el tamaño
de tu cuerpo?
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Decimos: ¿Cuánto tiempo pasas observando, juzgando o cubriendo los rasgos de tu cuerpo que no te gustan?.
Nota: Decimos "«rasgos» para no usar la palabra «parte» y evitar confusiones con la parte del yo rechazado.
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Decimos: ¿Cuánta influencia ha tenido tu cuerpo a la hora de tener que relacionarte con otros o asistir a
diferentes eventos sociales a lo largo de tu vida?
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Decimos: ¿Qué comentarios has recibido de tu cuerpo a lo largo de tu vida, tanto de tu familia como de otras
personas?
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Decimos: ¿Alguna vez comparaste tu cuerpo con el de los demás, buscando los defectos en el tuyo?
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Decimos: ¿Cuánto tiene que ver lo que ves en tu cuerpo con cómo te ven los demás?
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Decimos: ¿Qué experiencias de vida han sido cruciales para ti con respecto a tu cuerpo?
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Decimos: ¿Cuántos años tenías cuando empezaste a prestar atención a tu cuerpo o a los posibles defectos que
encuentras en él, de una manera negativa?
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Decimos: ¿Qué estaba pasando en tu vida la primera vez que fuiste constciente de tu insatisfacción con tu
cuerpo?
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Identificamos el yo rechazado. La mayoría de las veces, la imagen del yo rechazado aparece inmediatamente, ya que
siempre acompaña al paciente.
Decimos: Quiero hablarte de la idea del «yo rechazado». El yo rechazado es una parte del pasado o del presente
que rechazas y de la que te avergüenzas. Tómate el tiempo que necesitas para permitir que te venga a la mente
esta imagen de ti. Esta parte puede contener sentimientos de asco o desprecio, y puede haber estado ahí a lo
largo de los años como una imagen mental de lo que nunca quieres volver a ser, y a través de la cual te ves
cuando te miras en el espejo.
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Decimos: ¿Puedes contarme algo sobre la parte que no te gustaría volver a ser?
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Decimos: Flotando hacia atrás y volviéndote a centrar en este yo rechazado, ¿cuál es el recuerdo más antiguo
o más significativo en el que te has sentido o visto rechazado?
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Fase 2: Preparación
Recursos
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Decimos: Por favor, dime qué recursos tienes que te muestren de forma positiva, sin críticas.
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Decimos: ¿Cuáles son algunas de las cosas positivas que la gente ha dicho sobre tu cuerpo?
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Observamos qué rasgos o cualidades destacaron, valídelos y ofrecemos estimulación bilateral (EBL) para integrarlos.
Decimos: (Indicando las características y cualidades que ha destacado) ____________________ son muy útiles
e importantes. Vamos a hacer estimulación bilateral para integrar eso. Sigue con eso.
Hacemos EBL.
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FIGURA DE APEGO QUE OFRECIÓ MÁS AMOR O SEGURIDAD
Decimos: ¿Quién fue la persona que te hizo sentir más amada y segura?
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Decimos: ¿Qué rasgos de ti mismo crees que puedes aprender a amar como él o ella?
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Preguntamos de qué manera el recibir amor y seguridad hace que el paciente se sienta como una persona;
generalmente ayuda a aumentar los sentimientos de ser digno de amor y a menudo añade autoestima.
Decimos: ¿Qué te dice el haber recibido amor y seguridad de ti mismo como persona?
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Ofrecer EBL para que el paciente pueda integrarlo. Decimos: Sigue con eso. Hacemos EBL.
FIGURA IDEAL
Decimos: Por favor, busca a alguien en tu vida a quien admires o que destaque por su excelente autoconcepto
o sensación de autoestima. ¿Quién podría ser?
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Subrayamos las características que muestran que estas figuras ideales se aman o se respetan a sí mismas, para que
podamos trabajar en esos mismos rasgos para el paciente.
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Decimos: Observa qué es lo que te demuestra que esta persona tiene un concepto de sí misma o sensación de
autoestima excelentes. ¿Qué notas?
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Decimos: Imagínate poder verte con estos mismos rasgos, aceptando plenamente que estos rasgos han sido
encarnados e interiorizados, y que ahora son tuyos. Fíjate cómo te ves a ti mismo.
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Psicoeducación y autocuidado
Decimos: Me gustaría hablar contigo sobre el autoconcepto. El autoconcepto es la imagen que cada persona
tiene de sí misma, así como la capacidad de reconocerse a uno mismo. El autoconcepto incluye una evaluación
de todos los parámetros relevantes para la persona: desde la apariencia física hasta las habilidades. El
autoconcepto no es innato; se desarrolla con la experiencia y la imagen que se proyecta y que los demás
perciben. Es dinámico, lo que significa que puede ser modificado por nuevos datos. Después de este trabajo, la
persona cambia la información vieja por información nueva y se siente mejor.
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Obtendremos información sobre la autoestima y el autoconcepto del paciente con la siguiente pregunta:
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Esta pregunta es crucial porque proporciona información que nos ayudará a entender mejor el yo rechazado y
probablemente nos traerá recuerdos del pasado que tendrán que ser procesados más tarde con el protocolo estándar
de EMDR.
Primero ofrecemos una breve explicación sobre las tres defensas más habituales en este trabajo.
Decimos: Hay tres defensas habituales que suelen aparecer cuando te imaginas colocando al yo rechazado
frente a ti: el rechazo, la vergüenza o la preocupación, o tal vez las tres a la vez. Estas tres defensas abarcan las
diferentes emociones, sentimientos y sensaciones que puede que sientas hacia tu yo rechazado. Estas serán las
defensas que neutralizaremos para alcanzar la compasión y aceptación de esta parte de ti, una parte que has
estado rechazando todos estos años.
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RECHAZO
Identificar el rechazo que la persona está sintiendo y dónde lo siente en el cuerpo con respecto a la parte del pasado
identificada como el yo rechazado. Nota: Una de las tres defensas impide que los pacientes se acepten a sí mismos.
Dado que la imagen percibida es el yo rechazado del pasado, se interpone en el camino de poder ver la imagen corporal
real. Aquí es donde aparece el bloqueo.
Decimos: Imagina colocar la parte de ti que representa tu yo rechazado frente a ti y dime si y cómo notas un
sentimiento de rechazo.
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VERGÜENZA
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PREOCUPACIÓN
Hacemos lo mismo con la preocupación que siente la persona mientras se enfoca en el yo rechazado. Los pacientes
están preocupados de que puedan volver a ser quienes fueron en el pasado, y esto activa una alarma que puede ser
utilizada como retroalimentación para la distorsión.
Decimos: Cuando te concentras en tu yo rechazado, ¿te preocupa que puedas volver a ser esa persona con ese
cuerpo?
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Si la respuesta es «sí», decimos: ¿Qué emociones y/o sensaciones genera esta preocupación por volver a ser
ese yo rechazado?
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Después de identificar las defensas y ver cómo mantienen el yo rechazado, nos enfocamos nuevamente en los recursos
para permitir que el paciente procese el yo rechazado, y todo lo que está conectado con ello, retrocediendo en el
tiempo.
Antes de comenzar con la fase 3, ofrecemos una breve explicación sobre el EMDR.
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Decimos: Cuando ocurre un trauma, parece que se queda bloqueado en el sistema nervioso con la imagen, los
sonidos, los pensamientos y los sentimientos originales. Los movimientos oculares que usamos en EMDR
parecen desbloquear el sistema nervioso y permitir que el cerebro procese la experiencia. Eso puede ser lo que
está sucediendo en el sueño REM o sueño onírico: los movimientos oculares pueden ayudar a procesar el
material inconsciente. Es importante saber que es tu propio cerebro el que hará la curación y que tú eres el que
tiene el control. Cuando procesamos usando el protocolo de tres vertientes, estamos hablando de las
experiencias del pasado que afectan a tu vida presente. Cuando estas experiencias pasadas estén procesadas,
dejarán de afectarte negativamente en el presente y ya no te molestarán en el futuro.
La metáfora de la alcachofa
Decimos: El mundo interior podría representarse a través de la metáfora de una alcachofa, que nos ayuda a ver
todas las hojas/capas que cubren el mundo interior para proteger su parte más vulnerable. Cuando se trabaja
con la terapia EMDR, cada una de estas hojas/capas contiene los traumas, experiencias adversas y defensas
que pueden surgir. Poco a poco procesaremos cada una de estas hojas/capas, hasta que lleguemos al corazón
de la alcachofa y reparemos lo que haya que reparar. Esto se hace siempre con mucho cuidado, respetando el
mundo interior y, sobre todo, confiando en el proceso.
Fase 3: Evaluación
Primero, le pedimos al paciente que se enfoque en el yo rechazado y confirme la imagen que le llega.
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Decimos: Hemos identificado ____________________ (describimos lo que dice el paciente sobre la distorsión
de la imagen corporal) sobre la distorsión de tu imagen corporal.
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Luego, le pedimos al paciente que sienta/experimente las defensas. Damos a los pacientes tiempo suficiente para
revisar el interior y responder si sienten una, dos o las tres defensas, así como su ubicación en el cuerpo.
Decimos: Cuando pones tu yo rechazado delante de ti, ¿sientes rechazo, vergüenza o preocupación?
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Una vez que la persona haya identificado las defensas, preguntamos dónde las siente en el cuerpo y el nivel de
perturbación al mirar al yo rechazado. Evaluamos cada uno de ellas en una escala de 0 a 10, siendo 0 ningún rechazo,
vergüenza o preocupación y siendo 10 un rechazo, vergüenza o preocupación totales.
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Decimos: En una escala de 0 a 10, donde 0 es ningún sentimiento de rechazo o neutral y 10 es el mayor rechazo
que puedas imaginar, ¿cuánta perturbación sientes por este rechazo ahora?
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
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Decimos: En una escala del 0 al 10, donde 0 es ningún sentimiento de vergüenza o neutral y 10 es la mayor
vergüenza que puedas imaginar, ¿cuánta perturbación sientes por esta vergüenza ahora?
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
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Decimos: En una escala del 0 al 10, donde 0 es ninguna preocupación o neutral y el 10 es la mayor preocupación
que puedas imaginar, ¿cuánta perturbación sientes por esta preocupación ahora?
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Decimos: Si las sientes todas, dime dónde sientes cada uno de ellas en el cuerpo.
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Decimos: En una escala de 0 a 10, donde 0 es ninguna preocupación, vergüenza o rechazo, o neutral y 10 es la
mayor preocupación, vergüenza o rechazo que puedas imaginar, ¿cuánta perturbación sientes ahora por el
rechazo, la vergüenza o la preocupación?
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Fase 4: Desensibilización
Una vez que el paciente nos diga qué defensa está sintiendo y su intensidad, le pedimos que se concentre en la imagen
del yo rechazado, que se conecte con una, dos o las tres defensas, que las localice en el cuerpo y que note su intensidad.
Aquí se pueden procesar todas las defensas a la vez.
Decimos: Por favor, concéntrate en la imagen de tu yo rechazado y conéctate con _______________ (indicamos
las defensas) y dónde las notas en el cuerpo, así como su intensidad.
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Hacemos EBL.
Escribimos cada trauma de T grande o t pequeña asociado con el yo rechazado. Si estos traumas parecen estar
interrumpiendo la fluidez del protocolo del yo rechazado, debemos parar y reprocesarlos usando el protocolo estándar
de EMDR.
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Procesamos utilizando tandas de EBL, dejando que la información fluya hasta que no surja nada o la información que
surja no tenga nada que ver con el asunto en cuestión. Luego le pedimos a la paciente que vuelva a conectarse con el
yo rechazado y revise una vez más las defensas: rechazo, vergüenza o preocupación. Esperamos la respuesta y le
pedimos al paciente que se concentre en el yo rechazado y en las defensas.
Decimos: Por favor, conéctate de nuevo con el yo rechazado y dime cuál de las defensas surge: el rechazo, la
vergüenza o la preocupación.
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Decimos: Está bien. Por favor, concéntrate en tu yo rechazado y en ________________ (indicamos el nombre
de la defensa). Sigue con eso.
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Decimos: Ahora, volvamos a pensar en el yo rechazado y comprobemos cada una de las tres defensas. ¿Notas
alguna de las defensas de rechazo, vergüenza o preocupación? Aparte de estas tres defensas, ¿hay otras
emociones o sentimientos que aún no hayamos nombrado?
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A menudo, cuando el paciente ya no siente rechazo, vergüenza o preocupación, la emoción subyacente que surge es la
pena. Una vez que las defensas han sido neutralizadas y el paciente puede empezar a sentir pena o compasión por la
parte del yo rechazado, podemos procesar esta tristeza simplemente enfocándonos en ella y luego haciendo que la
persona se permita a sí misma sentirla.
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Hacemos EBL. Procesamos hasta que no surja nada o hasta que el paciente empiece a hacer asociaciones positivas.
22
Fase 5: Instalación
Una vez procesada la tristeza, aplicamos el protocolo de «Mirada amorosa» de Knipe para integrar esta parte. Esto
ayuda a aumentar la compasión hacia esta parte, y la compasión conduce a la integración.
Decimos: Imagínate que puedes mirar a los ojos la parte rechazada e imaginar que la parte te mira a ti. Por
favor, permítete ver que los ojos de esta parte son tus ojos, porque esta parte y tú sois la misma persona. Es la
parte de ti que has estado rechazando durante tanto tiempo.
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Hacemos EBL.
Decimos: Vuelve al yo rechazado y escanea tu cuerpo de pies a cabeza. Comprueba si aún queda alguna
sensación de incomodidad, o si todo está bien.
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Si el cuerpo está despejado, el procedimiento está completo. Si no lo está, procesamos el punto de perturbación, sólo
focalizándonos en ese punto.
PLANTILLA DE FUTURO
Para trabajar con la plantilla de futuro, comprobamos la parte que representó al yo rechazado en el pasado. Los
pacientes utilizan la información más adaptativa aprendida de las experiencias pasadas y presentes con el objetivo de
integrar esta parte en su vida en el futuro una vez que el yo rechazado sea aceptado y esté integrado.
Decimos: Bien, hemos reprocesado todos las dianas que necesitábamos. Ahora, vamos a anticipar lo que
sucederá cuando te enfrentes a la imagen de tu cuerpo. ¿Qué te llega?
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Decimos: Me gustaría que te imagines a ti mismo enfrentándote efectivamente a ________________ (la
imagen de tu cuerpo) en el futuro. Trae a la mente esta imagen y dite a ti mismo: `«Puedo lidiar con ello» y nota
las sensaciones. Vale, ¿lo tienes? Sigue mis dedos (o cualquier otro tipo de EBL).
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Decimos: Trae a la mente esta imagen de nuevo, y en una escala del 1 al 7, donde 1 se siente completamente
falso y 7 se siente completamente verdadero. ¿Hasta qué punto crees que realmente puedes lidiar con ello?
1 2 3 4 5 6 7
Instalamos con tandas de movimientos oculares hasta que se haya alcanzado un nivel máximo de validez de la cognición
(VOC). Si hay un bloqueo, lo que significa que incluso después de 10 instalaciones o más, la VOC sigue estando por
debajo de 7, quedarían más dianas por identificar y abordar. El terapeuta debe utilizar el protocolo estándar de EMDR
para abordar estas dianas antes de proceder con la plantilla (ver hojas de trabajo en el Apéndice A). Además,
evaluaremos si el paciente necesita información, recursos o habilidades nuevas para poder visualizar cómodamente la
futura escena de afrontamiento. Introducimos esta necesaria información o habilidad.
Decimos: ¿Qué necesitas para tener confianza en ti mismo para lidiar con la situación?
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Utilizamos EBL. Si los bloqueos no se resuelven, identificamos el material no procesado y lo procesamos con el protocolo
estándar de EMDR.
Decimos: Esta vez, me gustaría que te imaginaras a ti mismo entrando en la escena de una futura confrontación
con tu cuerpo, para lo que estaba destinada la plantilla de futuro. Cierra los ojos y reproduce una película de lo
que está sucediendo, desde el principio hasta el final. Imagínate a ti mismo enfrentándote a cualquier desafío
que se te presente. Observa lo que estás viendo, pensando, sintiendo y experimentando en el cuerpo. Mientras
reproduces esta película, avísame si encuentras algún bloqueo. Si lo haces, abre los ojos y avísame. Si no
encuentras ningún bloqueo, hazme saber cuando hayas visto la película entera.
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Si se encuentra un bloqueo y abre los ojos, esto es una señal para que el terapeuta le dé instrucciones a la
paciente de que diga lo siguiente: Díte a ti misma: «Puedo lidiar con ello» y sigue mis dedos (hacer una tanda
de movimientos oculares).
Para proporcionar al clínico una indicación sobre la autoeficacia de la paciente, le pedimos que califique su respuesta
en una escala de VOC del 1 al 7. Este paso procedimental puede proporcionar al clínico información sobre el grado de
cumplimiento de los objetivos.
Decimos: Cuando piensas en tu cuerpo, ¿cómo se sienten las palabras, del 1 al 7, siendo el 1 completamente
falsas y el 7 completamente verdaderas?
1 2 3 4 5 6 7
Si el paciente es capaz de reproducir la película de principio a fin con una sensación de confianza y satisfacción, se le
pide al paciente que vuelva a reproducir la película de principio a fin, se introduce EBL y se instala la cognición positiva
(CP) «Puedo lidiar con ello». En cierto modo, esta película se instala como una plantilla de futuro.
Decimos: Muy bien, reproduce la película una vez más de principio a fin y dite a tí mismo: «Puedo manejarlo».
Sigue con eso.
Fase 7: Cierre
Decimos: ¿Está bien dejarlo así o hay algo que sientas que la parte necesita escuchar o que tú necesites hacer?
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Decimos: Puede que te vengan cosas o no. Si lo hacen, genial. Escríbelo y puede ser una diana para la próxima
vez. Puedes utilizar un registro para anotar los disparadores, imágenes, pensamientos, cogniciones, emociones
y sensaciones; puedes calificarlos en nuestra escala de 0 a 10, donde 0 es ninguna perturbación o neutral y 10
es la peor perturbación. Por favor, anota también las experiencias positivas.
Decimos: Si tienes nuevos recuerdos, sueños o situaciones que te perturben, simplemente tómale una foto
mental. No es necesario dar muchos detalles. Pon lo suficiente para recordarlo para que podamos hacer diana
la próxima vez. Lo mismo se aplica a cualquier sueño o situación positiva. Si surgen sentimientos negativos,
trata de no hacerlos significativos. Recuerda, siguen siendo sólo cosas viejas. Sólo escríbelo para la próxima vez.
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Fase 8: Reevaluación
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Decimos: ¿Sientes que esta parte de ti está integrada y el rechazo está procesado?
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Si la respuesta es no, repetimos el protocolo del yo rechazado hasta que se acepte al yo rechazado.
RESUMEN
Nuestra imagen corporal se desarrolla a partir de un proceso de aprendizaje implícito, es decir, que aprendemos a
vernos a nosotros mismos a partir de quiénes nos dijeron que éramos y cómo vemos que los demás se perciben a sí
mismos en nuestro entorno familiar. Esto determina la forma en que terminamos viéndonos a nosotros mismos en el
futuro, nuestra imagen corporal y nuestra aceptación de la misma.
Una vez que desarrollamos este aprendizaje sobre nuestra propia imagen, las creencias e ideas negativas sobre ella se
vuelven resistentes al cambio, dado que lo que aprendemos en los primeros años de nuestra vida se vuelve más
resistente al cambio (Van der Kolk, 1987).
A través del protocolo del yo rechazado, el cambio se hace más fácil porque se neutralizan las defensas y se reprocesan
los recuerdos que mantienen esa imagen fijada. Al hacer esto, la imagen corporal se integra en toda la persona y mejora,
basándose en la realidad de que los pacientes aprenderán a aceptar con compasión y entendiendo que está bien ser
quienes son.
En general, los objetivos que conducen al éxito terapéutico son los siguientes: identificar el cuerpo como propio; aceptar
el cuerpo como propio; procesar el trauma contenido en el yo rechazado, tanto a nivel cognitivo como emocional;
sustituir la aceptación por la distorsión de la imagen corporal; aprender a sentir y cuidar respetuosamente el cuerpo; e
integrar esta parte disociativa que representa el yo rechazado y su defensa (distorsión de la imagen corporal).
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REFERENCIAS
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Bell, L., y Rushforth, J. (2008). Overcoming body image disturbance. A program for people with eating disorders. London, UK:
Routledge.
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Seijo, N. (2015). Eating Disorders and Dissociation. ESTD Newsletter. Vol 4, number 1. March (9-15 pp)
Seijo, N. (2016). Rejected Self: Working with the body image distortion. ESTD Newsletter. Vol 5, number 4. Dec
Shapiro, F. (1995). Eye movement desensitization and reprocessing (EMDR). Basic principles, protocols, and procedures. New York,
NY: Guilford Press.
Shapiro, F. (2001). Eye movement desensitization and reprocessing (EMDR). Basic principles, protocols, and procedures (2nd ed.). New
York, NY: Guilford Press.
Shapiro, F. (2018). Eye movement desensitization and reprocessing (EMDR). Basic principles, protocols, and procedures (3rd ed.). New
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Thompson, J. K. (1990). Body image disturbance: Assessment and treatment. New York, NY: Pergamon Press.
Van der Kolk, B. (1986). Psychological trauma. American Psychiatric Publishing, Inc. Washington, DC. London England.
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