La Excomunión Resumen

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 21

I LA EXCOMUNIÓN

Lacán

Idea central
Excomunión significa una expulsión. El utiliza este término ya que quería
designar su separación de la escuela inglesa de psicoanálisis que
predominaba en ese entonces. A lo largo del capítulo, expone sus
diferencias, las cuales generaron esta separación.

Dimensión
Psicoanálisis
cómica
Praxis: término más amplio para designar
Sus colegas y alumnos lo estaban
una acción concertada por el hombre, que le
negociando. Es un intercambio de
da la posibilidad de tratar lo real mediante lo
individuos, de sujetos.
simbólico.
La sociedad puede vivirse, cuando se Dominios de la ciencia: lo que se busca, y lo
está adentro en esta dimensión. que se encuentra.
Si la verdad del sujeto no está en el Reivindicación hermenéutica: la que
mismo sino en un objeto por investiga, la que busca la significación
naturaleza velado, hace surgir este siempre nueva y nunca agotada, pero
objeto es, el elemento de lo cómico amenazada de que la corte de raíz el que
puro. encuentra.
Esta interesa a los analistas porque la vía del
Psicoanálisis didáctico:Praxis que todo
desarrollo de la significación que propone,
lo que se publica deja en la sombra.
muchos la confunden con la interpretación.

Deseo del analista


El análisis consiste justamente en hacerla hablar,
de modo que podría decirse que queda resumido,
en último término, en la remisión del mutismo, lo
cual se llamó, durante un tiempo, análisis de las
resistencias.
El síntoma es, en primer lugar, el mutismo del
sujeto que se supone que habla.
EL INCONCIENTE FREUDIANO Y EL NUESTRO
II

La naturleza proporciona significantes, y


estos organizan de manera inagural las
relaciones humanas, dan las estructuras
LINGUÍSTICA
de estas relaciones y las moldean.
Nos asegura que el término
inconciente encierra algo
calificable, accsesible y
Lo importante es que en esto objetivable.
vemos el nivel donde algo
cuenta, es contado, y en ese
contado ya está el contador. DEFINICIÓN DE INC FREUD
Solo después, el sujeto ha de
reconocerse en él, y ha de El inconciente está estructurado Opone la revelación de que, a nivel inconciente,
reconocerse como contador. como un lenguaje. hay algo homologo en todos sus puntos con lo
que sucede a nivel del sujeto: eso habla y eso
Es discontínuo, en lo que algo s
funciona de manera tan elaborada como a nivel
manifiesta con vacilación. de lo conciente.
La experiencia inconciente
introduce el uno de la ruptura. El
SUEÑO, ACTO FALLIDO,
límite de este uno, es la falta. AGUDEZA
Esta ruptura de por sí hace surgir
Impresiona el aspecto de
ausencia.
tropiezo bajo el cual se
Borra al significante como tal. presentan.
Esta es la función de la censura. Allí buscará Freud el
FUNCIÓN inconciente.
Lo que produce esta hiancia se
El inconciente nos muestra la presenta como el hallazgo.
hiancia por donde la neurosis
empalma con un real; real que
puede muy bien, por su parte,
no estar determinado.
El inconciente se manifiesta siempre como lo
que vacila en un corte del sujeto, deseo que
situaremos provisionalmente en la metonimia
descarnada del discurso en cuestión en que el
sujeto se capta en algún punto inesperado. Aquello rebasa al sujeto, aquello por
lo que encuentra, a la par, más y
menos de lo que esperaba.

En la hiancia sucede algo. Una vez tapado el hueco.La


neurosis se hace distinta, se vuelve a veces simple
achaque, cicatriz del inconciente.
En la hiancia se encuentra algo del orden de lo no Se habla de rechazo, es una presipitación.
realizado.
El inconciente se manifiesta primero como
algo que está a la espera, en el círculo de
lo no nacido (limbo). Esta dimensión del
inconciente estaba olvidada
IV. De la red de significantes

1
Unbegriff: un
Vinc ulé
como tal
pr
de
of
l
un
original, corte

su
da
je
mente este co
to , en
rte con la fu
su relación co
ns tit uy en
nción
te con
Método p
detectar la
ara saber
1
que se es
mismo. red. tá en el
el significante , según la Ich:
lver a cerrarse Se detecta
l in consciente: vo porque uno
Función de sa pa re ce r. uno se cruz re gresa, vuel
cabullirse, a de o ve, porque
metáfora, a es está constituíd a con su ca
ci en te no s dice que do a la
repiten y so
n siempre lo
mino, que
los cruces
El incons qu e le es ne ga
s mismos. se
te por aquello En el sistem
escencialmen a de perc
epción-co
ia . intervalo q nciencia,
conscienc ello" ue los sepa
ra, en el q el
e desalojar al del Otro, d
"El yo tiene qu onde se co
nstituye el su
ue está el
lugar
go ).
Se trara de l Ich (e interesa el Huellas de jeto.
nosotros nos percepció
d de si gn ificantes: a , la red donde, La metáfo n: sincronía
significante.
Re s mensajes ra se intr
vuelve a esto oduce a
tejido que en en di do . diacronía. partir de
algo queda pr eso una
eventualmente mismo, donde La diacronía
es tá al lí pa ra dar consigo está orient
ada por la
El sujeto El sujeto d
e la certez estructura.
.
estaba, lo real es de Freud a está divid
ido: la cert
. eza

2
Frente a su certeza está el sujeto.
El sujeto es llamado a regresar a sí en el
inconsciente.
Freud se mueve, sostenido por cierta relacion
3
olen)
La función de la repetición (Wiederh
con su deseo, y por su acto, a saber, la la reme mora ción
tiene que ver con
constitución del psicoanálisis. mora ción de la
(Erinnerung). La reme
que anda , pero solo
biografía es algo
hasta cierto límite, lo real.
no
Aparece primero bajo una forma que
no es obvi a, com o una
es clara, que
en
reproducción, o una presentificación,
acto.
Tyvhe y Automaton
V
Tyche: encuentro con lo real
Automaton: retorno, regreso

1El tr
1 Lo real
es tá
u e
más all
s e n
á del
os somete
el
algo q
auma es
concebid
o como
na q ue deb
automato r. e taponars
del place cuya debido a
principio es algo
l princip
io
e,
tic ió n La realid del placer
La re pe vedada ad está .
n a tu ra leza está ahí sufrie
verdadera a la a la espe ndo,
a n á lis is , debido la
ra.
en el en El zwan
ció n , g, la com
identifica analistas, hasta lo pulsión,
a liz a c ión de los s rodeos rige
concep tu cia.
c ió n y la transferen primario
. El cual
del proc
eso
ti pre algo
de la repe e es siem captarlo tenemos
s e re p it en su ex que
Lo que ruptura, periencia
duce. de
que se pro tyche se p
resentó entre p
ercepció
n d e la a. conscien n y
La funció fo rm a de traum cia, en
ajo la intempo ese lug
primero b ral. ar

2 3 vo; se
ti c ió n e x ige lo nue
La repe que
El sueño es
la realizació h a c ia lo lúdico
vuelv e su
deseo. n de un lo nuevo
e d e
El sueño
hac
solo n.
satisface dimensió icante
necesidad d
e seguir durm la
liz a c ió n del signif
En el su ie ndo. La rea ser lo
eño el d a p o drá
eseo se nunc a en
presentifica
en la pérd m e n te cuidados
objeto, ilust
rada en su
ida del suficiente n como
para
o riz a c ió
cruel. p unto más su mem macía
a d e s ig nar la pri
El lugar de lo llegar tal.
fantasma (p
real va del tr
auma al sig n if ic a nte como
antalla) del -da.
El despertar p e tic ió n en el Fort
nos vuelve a Re
una realidad situar en
constituida
del sueño. y más allá
Transferencia

X Prencencia del analista


TRANSFERENCIA
REPRESENTADA COMO
UN AFECTO

CALIFICADA
PRAXIS
COMO
Manera de tratar
Positiva: a los pacientes
Falso amor
Presencia del analista:
Mira al analista con manifestación del
buenos ojos. inconsciente

Negativa: Inc.
Abre para volver a
ambivalencia cerrarse en una
ojeriza pulsación temporal

SUJETO CAMPO

Cartesiano. que Se pierde


aparece en el El analista es
momento en que testigo de esa
la duda se
reconoce como pérdida
una certeza.

Busca su certeza y
la del propio
analista.
Transferencia
En cuanto hay el sujeto que
se supone saber hay
transferencia.
Función El saber no es absoluto.

Nos brinda acceso a este indeterminado ser puro


de puro ser que no tiene acceso a determinación, a
esta posición primaria del inconsciente que se
articula como constituído por la indeterminación
del sujeto.
Nudo gordiano

Lo que no puede ser El otro, el Gran otro, ya está


presente cada vez que el
rememorado se repite en
inconsciente se abre.
la conducta.

Esta se ofrece a la Transferencia


reconstrucción del resistente
analista
El inconsciente es el
discurso del otro.
Transmisión de los En análisis, el peligro
poderes del sujeto al está en que el
Otro. El gran Otro, el engañado sea el Otro.
lugar de la palabra, de
la verdad

XI: ANÁLISIS Y VERDAD XII: LA SEXUALIDAD EN


O EL CIERRE DEL LOS DESFILADEROS DEL
INCONSCIENTE SIGNIFICANTE

En esta relación de uno con


otro se instituye una
búsqueda de la verdad en la La realidad del
que se supone que uno de inconsciente es la
los dos sabe o, al menos, realidad sexual.
que sabe más que el otro.

La transferencia
El peso de la realidad
es la puesta en
sexual se inscribe en
acto de la realidad la transferencia
del inconsciente.
DESMONTAJE
DE LA PULSIÓN
XIII

Lo tocante al Drang de la pulsión es algo que se puede connotar en la


Quelle, y solo así, en la medida en que la Quelle inscribe en la economía
de la pulsión esta estructura de borde.

PULSIÓN
Elemento que confiere peso clínico a cada uno de los
casos con que tratamos.
Es un concepto fundamental.
Fuerza constante

EMPUJE
Es identificado con una simple y llana tendencia a la
descarga. Esta es el producto de un estímulo,
exitación. Este es un Reiz interno.
Noción de necesidad.

SATISFACCIÓN
Todo lo que los pacientes son tiene que ver con ella.
No se contentan con su estado de insatisfacción, pero aún así, en ese estado
tan poco contento, se contentan.
La meta si se alcanza.
Paradójica. Imposible. Radical.
Ningún objeto puede satisfacer la pulsión.

LO REAL
Imposible.
Es el tropiezo, el hecho de que las cosas no se acomodan de inmediato.
Se distingue por su separación del campo del principio del placer, por su
desexualización, por el hecho de que su economía, en consecuencia,
admite algo nuevo que esm justamente, lo imposible.

"Si a algo se parece la


pulsión es a un montaje"
La pulsión parcial y su circuito
XIV

Respecto de la finalidad biológica de la sexualidad, a saber, la


reproducción, las pulsiones, tal como se presentan en el proceso de la
realidad psíquica, son pulsiones parciales.

Las pulsiones en su estructura, en la tensión que establecen, están


ligadas a un factor económico.

Real-Ich. como el sistema nervioso central en tanto funciona


destinado a asegurar cierta homeostasis de las tensiones internas.

La pulsión justamente es el montaje a través del cual la sexualidad


participa en la vida psíquica, y de una manera que tiene que
conformarse con la estructura de hiancia característica del
inconsciente.

Lo fundamental de cada pulsión es el vaiven con que se estructura.


Reversión fundamental, carácter circular.

Aim: camino que tiene que recorrer


Goal: haber alcanzado la meta
Objeto a: presencia de un hueco, de un vacío.
Borde, contorneado.

Solo con la aparición del sujeto en el otro la función de la pulsión


puede ser realizada.

La pulsión consiste en alcanzar la satisfacción sin alcanzar su meta.


(reproducción)
La pulsión puede satisfacerse sin haber alcanzado aquello que, desde el
punto de vista de una totalización biológica de la función, satisface
supuestamente su fin reproductivo, precisamente porque es pulsión
parcial y porque su meta no es otra que ese regreso en forma de circuito.
DEL SUJETO Y EL
OTRO: LA
ALIENACIÓN
XVI

El Otro es el lugar donde se sitúa la cadena


del significante que rige todo lo que, del
sujeto, podrá hacerse presente, es el campo En el psiquismo no hay nada que permita al
de ese ser viviente, llamado a la subjetividad, sujeto situarse como ser macho o ser hembra.
se manifiesta escencialmente la pulsión. Actividad-pasividad.
La sexualidad se instaura en el sujeto por vía
de la falta.

Faltas
Una se debe al efecto central en torno al cual gira la dialéctica del advenimiento del sujeto a su
propio ser en relación con el Otro -debido a que el sujeto depende del significante y el
significante está primero en el campo del Otro.

Esta falta retoma la otra falta, la falta real, anterior, que ha de situarse en el advenimiento del
ser viviente, o sea, en la reproducción sexuada. La falta real es lo que pierde el ser viviente, de
su porción de viviente, por reproducirse por la vía sexuada.

Esta falta es real porque remite a algo real -que el ser viviente, por estar sujeto al sexo, queda
sometido a la muerte individual.

La líbido es el órgano escencial para comprender la naturaleza de la pulsión. Este órgano es


irreal. Lo irreal no es lo imaginario. Se define por articularse con lo real de un modo que no
podemos aprehender, y por ello, justamente, requiere de una presentación mítica, tal como
la muestra.

La insición tiene precisamente la función de ser para el Otro, de situar en el al sujeto,


señalando su puesto en el campo de las relaciones del grupo, entre cada uno y todos los
demás. Y, a la vez, tiene de manera evidente una función erótica, percibida por todos los que
han abandonado su realidad.

Todo surge de la estructura del significante. Esta se basa en algo que se articula como
función topológica de borde.

La relación del sujeto con el Otro se engendra toda en un proceso de hiancia.


Un significante es aquello que represent a un sujeto para otro significante.

Al produucirse en el campo del Otro, el significante hace surgir el sujeto de su significación.


La afánisis debe situarse de manera más radical en el nivel donde el sujeto se manifiesta en
ese movimiento de desaparición que califiqué de letal.
Proceso de borde, proceso circular.
El rombo es un borde funcionando.
La mitad inferior es aquí el vel de la primera operación.
Alienación: Consiste en ese vel que condena al sujeto a solo aparecer en esa dividión
que aparece de un lado como sentido producido por el significante, del otro aparece
cono afánisis.

1er Vel exahustivo: o voy allá o voy allí; si no voy allá no voy allí, tengo que escoger.
2do Vel : voy a un lado o al otro, da lo mismo, son equivalentes.
3er vel: elección cuyas propiedades depende de que en la reunión uno de los
elementos entrañe que sea cual fuere la elección, su consecuencia fuere ni uno ni lo
otro.

Si escogemos el ser del sujeto, el sujeto desaparece, se nos escapa, cae en el sin
sentido; si escogemos el sentido, este solo subsiste cercenado de esa porción de sin-
sentido que, constituye, en la realización del sujeto, el inconsciente.

La consecuencia de la alienación es que la última instancia de la interpretación no


reside en que nos entregue las significaciones de la vía por donde anda lo psqíquico
que tenemos ante nosotros.
El objetivo de la interpretación no es tanto el sentido, sino la reducción de los
significantes a su sin-sentido para así encontrar los determinantes de toda la conducta
del sujeto.

Factor letal. Está presente en ciertas distribuciones que nos muestra ese juego
significante que a veces vemos actuar en el propio centro de la vida.

Separación: Esta lleva a su término la circularidad de la relación del sujeto con el


Otro, pero en ella se muestra una torsión escencial.
Esta se sitúa justamente en esa misma lúnula donde encontrarán la forma de hiancia,
del borde.
La intersección de dos conjuntos está constituída por los elementos que pertenecen a
los dos conjuntos.
En ella vemos asomar el campo de la transferencia.
Al se parare, al parirse de que se trata.

El sujeto encuentra una falta en el Otro, en la propia intimación que ejerce cobre el
Otro con su discurso. En los intervalos del discurso del Otro surge en la experiencia
del niño algo que se detecta en ellos radicalmente -me dice eso, pero ¿Qué quiere?
Este intervalo que corta los significantes, que forma parte de la propia estructura del
significante, es la guarida de la metonimia. Allí se arrastra el deseo.
El sujeto aprehende el deseo del Otro en lo que no encaja, en las fallas del
discurso del Otro.

Para responder a esta captura, el sujeto, responde con la falta antecedente,


con su propia desaparición, que aquí sitúa en el punto de la falta percibida en
el Otro. el primer objeto que propone a ese deseo parental cuyo objeto no
conoce, es su propia pérdida. El fantasma de su muerte, de su desaparición,
es el primer objeto que el sujeto tiene para poner en juego en esta dialéctica
y, en efecto, lo hace.

Una falta cubre a la otra.


DEL SUJETO AL QUE SE SUPONE
SABER, DE LA PRIMERA DIADA, Y
DEL BIEN
XVIII
El analista no se presenta como un dios , no es un Dios para su paciente.
El analista debe conocer, a él debe serle transmitido, y en una experiencia,
en torno a que gira el asunto. "Deseo del psicoanalista"
La transferencia es un fenómeno que incluye juntos al sujeto y al analista.
Es un fenómeno escencial, ligado al deseo como fenómeno nodal del ser
humano, y que fue descubierto antes de Freud.
La función, y al mismo tiempo su consecuencia, el prestigio, por así
decirlo, de Freud están en el horizonte de toda posición del analista.
Constituyen el drama de la organización social, comunitaria, de los
psicoanalistas
El asunto es, primero, para cada sujeto desde donde se ubica para dirigirse
al sujeto al que se supone saber. Cada vez que esta función pueda ser
encarnada para el sujeto por quienquiera que fuese, analista o no, de la
definición que acabo de darles se desprende que la transferencia queda
entonces ya fundada.
Si ocurre que para el paciente esta función ya está encarnada en alguien
determinado, en una figura asequible a él, seguirá, para quien se
encargue de su análisis, una dificultad muy especial para hacer obrar la
transferencia.

El analista ocupa ese lugar en la medida en que es objeto de la


transferencia. La experiencia demuestra que el sujeto, al entrar en
análisis no le concede, ni mucho menos, este lugar.
Lo que más coarta la confidencia del paciente, el que se entregue a la
regla analítica, es el peligro de que el psicoanalista se deje engañar por
el.
El paciente puede pensar que el analista será engañado ssi le
proporciona ciertos elementos. Se guarda ciertos elementos para que el
analista no vaya demasiado rápido.
Allí está, precisamente, el límite. En torno de ese engañarse se mueve el péndulo,
el equilibrio, de ese sutil punto infinitesimal que pretendo fijar.
Aún al analista cuestionado se le atribuye cierta infalibilidad, y debido a esta se
adjudicará a veces una intención a un gesto suyo hecho al azar -¡Ustéd hizo eso
para ponerme a prueba!
No querer desear y desear son la misma cosa. No querer desear, es querer no
desear.
Allí es donde está citado el analista. En la medida en que se supone que el
analista sabe, se supone también que irá al encuentro del deseo inconsciente.
El deseo es el eje. el pivote, el mango, el martillo, gracias al cual se aplica el
elemento-fuerza, la inercia, que hay tras lo que se formula primero, en el
discurso del paciente, como demanda, o sea, la transferencia.
El eje, es el deseo del analista. (función escencial)
Esta relación es interna. El deseo del hombre es el deseo del otro.
Si el hombre sólo puede reconocer su deseo a nivel del deseo del Otro, y como
deseo del Otro.
El deseo del sujeto se constituye cuando ve el juego de una cadena significante a
nivel del deseo del Otro.
En la relación del deseo con el deseo se conserva algo de la alienación, más bien
constituido a partir de la represión originaria, de la caída, del significante
binario, por una parte, y, por la otra, con lo que aparece en primer lugar como
falta en lo significado por el par de significantes, en el intervalo que los vincula,
o sea, el deseo del Otro.
La alienación está ligada de manera escencial a la función del par de
significantes.
Si queremos captar dónde está la función del sujeto en esta articulación
significante, tenemos que operar con dos, ya que solo con dos significantes se le
puede acorralar en la alienación. En cuanto hay tres, el movimiento se vuelve
circular.
La característica de toda condición experimental es asociar un significante.
Aparato que funciona como un psiquismo. Esquema que lo hace funcionar:

ICH: Aparato que tiende a la homeostasis


Lust ich: ICH se satisface con Lust.
Lust: Objeto de placer que se refleja en el YO
Unlust: No-yo. Irreductible al principio del placer.
El reconocimiento de la pulsión es lo que permite construir con la mayor exactitud
el funcionamiento por mi llamado de división del sujeto o alienación. Y a la propia
pulsión, ¿Cómo se la reconoció? Se reconoció porque la dialéctica del inconsciente
del sujeto no puede limitarse a la referencia del campo del Lust, a la imagene de los
objetos benéficos, benévolos, favorables, pues hemos encontrado un cierto número
de objetos que, a fin de cuentas, no sirven para nada. Son los objetos a, el pecho, las
heces, la mirada, la voz. En este nuevo término está el punto que introduce la
dialéctica del sujeto como sujeto del inconsciente.

El objeto del deseo es la causa del deseo y este es el objeto de la pulsión, es decir, el
objeto en torno al cual gira la pulsión.
DE LA INTERPRETACIÓN A
LA TRANSFERENCIA
XIX
Idealización, identificación, proyección, introyección.
Identificar, operación escencial del pensamiento.
Proyección, introyección: Uno de estos campos se refiere a lo simbólico y el otro, a un campo
donde domina lo imaginario. En cierta dimensión no se encuentran.

Freud distingue bien el nivel del Ich subrayando a la vez que se presenta como campo
organizado, lo cual es un signo narcisista, y que por ello está justamente articulado con el campo
de lo real. En lo real sólo distingue y privilegia lo que se refleja en su campo, por un efecto del
Lust, como retorno a la homeostasis.
Lo perteneciente al registro del Unlust se inscribe en el yo como no-yo. No-yo se distingue como
cuerpo extraño.

Lo que importa saber es en que campo suceden las diversas cosas con las que tenemos que lidiar
en el campo del análisis. Algunas suceden a nivel del primer campo, el del Ich, y otras en el otro
campo, el del Otro.

Las posiciones subjetivas del ser.

La fórmula de metáfora manifiesta la dimensión donde aparece el inconsciente, en la medida en


que le es fundamental la operación de condensación significante.
Entre significado y significante hay otra relación -la de efecto de sentido.
Lo propio del sognoficante es no poder significarse a sí mismo sin engendrar un error lógico.

Un significante sustitutivo ha ocupado e lugar de otro dignificante para constituir el efecto de


metáfora.
La interpretación no está abierta a todos los sentidos.
Que el efecto de la interpretación sea aislar en el sujeto un hueso, un Kern, de non-sense, no
implica que la interpretación misma sea un sin sentido.
La interpretación es una significación que no es una significación cualquiera. Viene aqui a
ocupar el lugar de S, e invierte la relación por la cual, en el lenguaje, el significante tiene como
efecto al significado. El efecto de la interpretación es el sirgimiento de un significante
irreductible.
La interpretación no está abierta en todos los sentidos. No es cualquiera. Es una interpretación
significativa que no debe fallarse. Es escencial que el sujeto vea, más allá de esta significación, a
que significante esta sujeto como sujeto.
Esto permite concebir lo que se materializa en la experiencia.
En cada etapa de la vida del sujeto ha habido algo que ha venido siempre a reordenar el valor del
índice determinante que constituye ese significante original. Capta así, en sentido propio, la
dialéctica del deseo del sujeto en tanto se constituye con el deseo del Otro.
El sujeto como X se constituye únicamente por la Urverdrängung, por la caída necesaria de ese
significante primero. En esa X tenemos que considerar dos caras -ese momento constitutivo en
que cae la significancia, y que vinculamos a un lugar en su función a nivel del inconsciente, pero
también el efecto del retorno que se opera por la relación concebible a partir de la fracción.

Uno de los tiempos de la constitución del sujeto es:


Por ser el significante primordial puro sin-sentido, entraña la infinitización del valor del sujeto,
valor que no está abierto a todos los sentidos, pero que cancela todos los sentidos.
El significante constituye al sujeto en su libertad respecto de todos los sentidos, pero esto no quiere
decir que no esté allí determinado. Porque en el denominador, en lugar del cero, han venido a
inscribirse significaciones dialectizadas en la relación con el deseo del Otro.

La transferencia solo puede pensarse a partir del sujeto a quien se le supone el saber.
Se supone eso de lo que nadie escapa una vez formulado simple y llanamente a la significación.
Esta implica el que no pueda rehusarse a ella.
Al sujeto se le supone saber, por el mero hecho de ser sujeto del deseo.
Ocurre el efecto de la transferencia. Este efecto es el amor. Como todo amor solo se ubica en el
campo del narcisismo. Amar es, escencialmente, ser amado.
El amor interviene en su función aquí revelada como escencial, la del engaño. El amor, sin duda, es
un efecto de la transferencia, pero es su faz de resistencia. Los analistas para poder interpretar,
tienen que esperar que se produzca este efecto de la transferencia, y, a la vez, saben que hace que el
sujeto se cierre al efecto de la interpretación.
La transferencia no es, por naturaleza, la sombra de algo vivido antes. Por el contrario, en tento
está sujeto al deseo del analista, el sujeto desea engañarlo acerca de esta sujeción haciendose amar
por él, proponiendo motu propio esa falsedad escencial que es el amor.
Es repetición de lo ocurrido antes tal cual solo por tener la misma forma.
Es aislamiento en el presente de su puro funcionamiento de engaño.
En consecuencia, podemos decir que detrás del amor llamado de transferencia está la afirmación
del vínculo del deseo del analista con el dese del paciente. Es el deseo del paciente pero en su
encuentro con el deseo del analista.
Un deseo uno lo va cercando.

En la identificación hay enigmas, y los hay para el propio Freud. Parece asombrarse de que la
regresión del amor ocurra con tanta facilidad en términos de identificación.
El rasgo unario (fundamento, núcleo del ideal del Yo) en la medida en que el sujeto se aferra a él,
esta en el campo del deseo. Este campo, de todas maneras, solo se constituye en el reino del
significante, allí donde hay relación entre el sujeto y el Otro. El campo del Otro es lo que determina
la función del rasgo unario, en la medida en que por él se inaugura un tiempo mayor de la
identificación en la tópica, la idealización, el ideal del yo.
El sujeto tiene una relación con su analista cuyo centro es ese significante privilegiado llamado
ideal del yo, en la medida en que, desde ahí, se sentirá tan satisfactorio como amado.
Otra función que instaura una identificación: se trata de ese objeto privilegiado cuya realidad es
puramente topológica, el objeto al que la pulsión le da la vuelta, el objeto que produce un bulto- el
objeto a.
Este sirve de soporte, en la pulsión, a lo que queda definido y especificado por el hecho de que la
entrada en el juego del significante en la vida del hombre le permite dar su sentido al sexo.
El sujeto, por la función del objeto a, se separa, deja de estar ligado a la vacilación del ser, al
sentido que constituye lo escencial de la alienación.
Fundamos la seguridad del sujeto en su encuentro con la porquería que le sirve de soporte, el
objeto a, cuya prescencia, puede decirse legítimamente, es necesaria.

EL SUJETO Y EL OTRO (II):


LA AFANISIS
XVII
Vorstellung, Repräsentanz.

Freud pone el acento en el hecho de que la represión se ejerce sobre algo que pertenece al orden de
la representación que el denomina Vorstellungrepräsentanz (representante representativo)
Subraya que no es en absoluto el afecto lo reprimido.
El afecto se va con su música a otra parte, la que encuentre.
Lo reprimido no es lo representado del deseo, la significación, sino el representante de la
representación.
Nosotros, por nuestra parte, diríamos más bien que el deseo es el representante no
representativo.

Podemos localizar en nuestro esquema de los mecanismos originales de la alienación a ese


Vorstellungrepräsentanz en ese primer aparcamiento significante que nos permite concebir que el
sujeto aparece primero en el Otro, en la medida en que el primer significante, el significante
unario, surge en el campo del Otro y representa al sujeto para otro significante, significante cuyo
efecto es la afánisis del sujeto. De allí, la división del sujeto. Sujeto como significante binario,
causa de su desaparición.
Este significante constituye en punto central de la Urverdrängung, punto que al pasar al
inconsciente será el punto de Anziehung, el punto de atracción que hace posible todas las demás
represiones, los demás pasos similares hacia el lugar de la Unterdrückt, de lo que ha quedado
debajo como significante.

El sujeto encuentra el camino de regreso del vel de la alienación en la operación que denominé
separación. Mediante la separación, el sujeto encuentra, digamos, el punto debil de la pareja
primitiva de la articulación significante, en la medida en que es, por escencia, alienante. En el
intervalo entre estos dos significantes se aloja el deseo que se ofrece a la localización del sujeto en
la experiencia del discurso del Otro, del primer Otro con que tiene que vérselas, digamos, para
ilustrarlo, la madre, en este caso. El deseo del sujeto se constituye en la medida en que el deseo de
la madre esté allende o aquende de lo que dice, intima, de lo que hace surgir como sentido, en la
medida en que el deseo de la madre es desconocido, allí en ese punto de carencia se constituye. El
sujeto vuelve, entonces, al punto inicial, el de su falta como tal, el de la falta de si afánisis.
El sujeto tiene que liberarse del efecto afánisico del significante binario.

La función que desempeñan los representantes cuando están cara a cara es la de ser puros
representantes, y es indispensable que no entre en juego su significación propia. En el dialogo
mismo de cada uno de ellos sólo ha de tener en cuenta lo que el otro transmite en su función de mero
significante y no lo que es como presencia, como persona mas o menos simpática.
Repräsentanz: El significante ha de representarse como tal -está en el polo opuesto de la
significación. La significación entra en juego en la Vorstellung.
Aquí se sitúa la subjetividad de la que depende la teoría del conocimiento.
El sujeto nunca es puro.
El surgimiento del sujeto a nivel del sentido solo se da por su afánisis en el Otro lugar, el del
inconsciente.

El campo de los saberes (Descartes) lo sitúa a nivel de un sujeto más vasto, el sujeto al que se supone
saber, Dios.
El sujeto al que se supone saber, en el análisis, es el analista.

Del sujeto de la certeza


III
Lo que pertenece propiamente al orden del inconsciente es no-realizado.

La experiencia del análisis permite anunciar la función antes bien limitada del deseo. El deseo
encuentra en alguna parte su límite.
Dije el deseo y no el placer. El placer fija los límites del alcance humano; el principio del placer es
el principio de la homeostasis. El deseo, por su parte, encuentra su cerco, su proporción fijada, su
límite, y en la relación con este límite se sostiene como tal, franqueando el umbral impuesto por el
principio del placer.

Lo óntico, en la función del inconsciente, es la ranura por donde ese algo, cuya aventura en
nuestro campo parece tan corta, sale a la luz un instante, sólo un instante, porque el segundo
tiempo, que es de cierre, da a esta captación un aspecto evanescente.

Ya con la definición misma de inconsciente se hace patente que lo que allí sucede es inaccesible a
la contradicción, a la localización espacio-temporal, como también a la función del tiempo.
Pero si bien el deseo no hace más que acarrear lo que sustenta de una imagen del pasado hacia un
futuro siempre corto y limitado, Freud no obstante lo califica de indestructible.

El concepto de repetición nada tiene que ver con el de transferencia.


Su status de ser, tan evasivo, tan inconsciente, se lo da al inconsciente la manera de proceder de su
descubridor.
El status del inconsciente es ético.
Si formulo que el status del inconsciente es ético, y no óntico, es precisamente porque él, Freud, no
lo recalca cuando da su status al inconsciente.

El Padre, el Nombre-del-Padre, sostiene la estructura del deseo junto con la de la ley -pero la
herencia del padre, Kierkegaard nos la designa: es su pecado.

El término primordial no es el de la verdad. Es el de Gewissheit, certeza. El modo de proceder de


Freud es cartesiano, en la medida en que parte del fundamento del sujeto de la certeza. Se trata de
aquello de lo que se puede estar seguro.
Transmisión de sueño. No estoy seguro, dudo.
La duda es el apoyo de su certeza.
La duda, es signo de la resistencia.
Freud, cuando duda está seguro por eso de que en ese lugar hay un pensamiento, que es
inconsciente, lo cual quiere decir que se revela como ausente.
Nosotros sabemos, gracias a Freud, que el sujeto del inconsciente se manifiesta, que piensa antes de
entrar en la certeza.

La correlación del sujeto ya no es ahora con el Otro engañoso, sino con el otro engañado.
Lo que más teme el sujeto es engañarnos, darnos una pista falsa o, más sencillamente, que nos
engañemos nosotros, ya que, después de todo, con solo vernos la cara es evidente que somos gente
que puede equivocarse como cualquier otra.

Habrá que tomar más en cuenta todo, liberarse, freimachen, dice, de toda la escala de la apreciación
que allí se busca, Preisschatzung, de la apreciación de lo que es seguro y de lo que no es seguro. La
más fragil indicación de que algo entra en el campo ha de conferir a ese algo un valor igual de huella
en lo que al sujeto respecta.

Freud: el inconsciente puede ejercerse en el sentido del engaño, y que para él esto no tiene ningún
valor de objeción.

El deseo del hombre es el deseo del Otro.

La batería significante está dada desde el comienzo.

En lo tocante al inconsciente, Freud reduce todo lo que llega sus oídos a función de puros
significantes.
La experiencia demuestra luego que, en relación al sujeto, se topa con límites: la no convicción, la
resistencia, la no curación.

Lo real es soporte del fantasma, el fantasma protege a lo real.


DEL AMOR A LA
LÍBIDO
XV
La líbido no es algo fluído, algo que se escapa. La líbido debe concebirse como un órgano, en los dos
sentidos del término, órgano como parte del organismo y órgano-instrumento.

Que el sujeto como tal esté en la incertidumbre debido a que está dividido por efecto del lenguaje,
eso les enseño yo, en tanto soy Lacán, que sigue las huellas de la excavación freudiana. Por el efecto
de la palabra, el sujeto se realiza cada vez más en el Otro, pero con ello solo persigue una mitad de sí
mismo. Irá encontrando su deseo cada vez más dividido, pulverizado, en la cernida metonimia de
la palabra.
El sujeto solo es sujeto por su sujección al campo del Otro, el sujeto proviene de su sejección
sincrónica en ese campo del Otro.

Freud pone de un lado las pulsiones parciales y del otro lado el amor. Dice -no es lo mismo, viene del
corazón. Para sorpresa nuestra nos enteramos por él que el amor, en cambio, es algo que viene del
estómago, es lo que está de rechupete.
La pulsión genital si existe.
La pulsión genital tiene que ir a que la conformen en el lado derecho, en el campo del Otro.
La pulsión genital está sometida a la circulación del complejo de Edipo, a las estructuras,
elementales o no, del poarentezco. A esto de le llama campo de la cultura.
Todo lo que dice Freud del amor hace hincapié en el hecho de que para concebir el amor hay que
referirse necesariamente a otro tipo de estructura que la de la pulsión. Esta estructura de la pulsión
la divide en tres -nivel de lo real, nivel de lo económico, y por último, nivel de lo biológico.
Las oposiciones correspondientes son triples. En el nivel de lo real -lo que interesa y lo que es
indiferente. En el nivel de lo económico -lo que da placer, lo que da displacer. Solo en el nivel de lo
biológico se presenta la oposición actividad-pasividad, en su forma propia, única válida en lo que
toca a su sentido gramatical, la oposición amar-ser amado.
Freud propone considerar que el amor, en su escencia, solo puede juzgarse como pasión sexual del
gesamt Ich.
La filtración del estímulo a la descarga es, justamente, el aparato, la calota en el que se define
primero lo que Freud llama el estadío del Real-ich.
Si hay algo de lo que no cabe duda es que hay objetos desde la época más precoz de la fase neonatal.
(Autoerotisch).
El autoerotisch consiste en que no habría surgimientos de objetos si no hubiese objetos buenos
para mí. Es el criterio del surgimiento y la repartición de objetos.
Allí se constituye, esntonces, el Lust-Ich, y también el campo del Unlust, de objeto como resto,
como ajeno. El objeto que es bueno conocer, y con razón, es el que se define en el campo del
Unlust, mientras que los objetos del campo del Lust-Ich son amables.

El nivel del Ich es no-pulsional, y el él Freud funda el amor. Solo adquiere valor sexual, la
conservación, al sexual Trieb, en función de la apropiación de cada uno de estos campor, de su
captura, por una de las pulsiones parciales.

Tercer nivel que introduce Freud, el de la actividad-pasividad.

Freud. Solo con la actividad-pasividad entra en juego lo tocante a la relación sexual en sentido
estricto.
En la relación sexual entran en juego todos los intervalos del deseo.
A este nivel no hay nada que nos saque del campo del amor, es decir, del marco del narcisismo, del
cual dice Freud con todas sus letras, que está formado por la inserción de lo autoerotisch en los
intereses organizados del yo.
Dentro de este marco puede muy bien haber representación de los objetos del mundo exterior,
elección y disernimiento, posibilidad de conocimiento, o sea, todo el campo cubierto por la
psicología clásica. Pero allí nada representa todavía al Otro, al Otro radical, al Otro como tal.
Esta representación del Otro falta, presisamente, entre esos dos mundos opuestos que la
sexualidad nos designa como lo masculino y lo femenino.
Actitud sexual femenina -la mascarada.
En el dominio de lo humano, la mascarada se da en lo simbólico.

Afirmo la distinción radical que existe entre amarse a través del otro -cosa que no permite, en el
campo narcisista del objeto, ninguna trascendencia al objeto incluído a él -y la circularidad de la
pulsión, en la que la heterogeneidad entre la ida y la vuelta revela una hiancia en su intervalo.
¿Qué hay de común entre ver y ser visto? Remitámonos a la pulsión escópica.
La raíz de la pulsión escópica ha de aprehenderse por entero en el sujeto, en el hecho de que el
sujeto se ve a sí mismo.
La actividad de la pulsión se concentra en hacerse.
Después del hacerse ver me gustaría aportar otro, al hacerse oír.
Los oídos son el único orificio, en el campo del inconsciente, que no puede cerrarse. Mientras que
el hacerse ver se indica con una flecha que de veras retorna al sujeto, el hacerse oír va hacia el otro.

Organo de la pulsión que ha de retomarse en el sentido de instrumento. Falso órgano.


El órgano de la pulsión se sitúa en relación al verdadero órgano.
Es la líbido como puro instinto de vida inmortal, irreprimible, de una vida que, por su parte, no
necesita de ningún órgano, de vida simplificada e indestructible. Es justamente lo que se sustrae al
ser viviente por estar sometido al ciclo de la reproducción sexual. Y de esto son los representantes,
los equivalentes todas las formas enumerables del objeto a.
Objeto perdido.
El sujeto empieza en el lugar del Otro, en tanto es el lugar donde surge el primer significante.
Un significante es lo que representa a un sujeto ante otro significante.
Inconsciente como algo que se abre y se cierra -porque su escencia consiste en marcar el tiempo en
que, por nacer con el significante, el sujeto nace dividido.

También podría gustarte