Evolución Cultural de La Humanidad Prehistórica
Evolución Cultural de La Humanidad Prehistórica
Evolución Cultural de La Humanidad Prehistórica
Las primeras pruebas de una capacidad inventiva humana superior se encuentran en las
herramientas líticas. Hay otros animales que también utilizan instrumentos, pero ninguno es
capaz de fabricarlos.
Los primeros instrumentos líticos fueron piedras en las que se tallaba un borde cortante. La
más antigua encontrada tiene 2,6 millones de años. Esta primera tecnología, denominada
olduvayense, se asocia al Homo habilis .
Hace 1,7 millones de años, el Homo ergaster comenzó a fabricar bifaces tallados por ambas
caras para hachas y cuchillos. Su tecnología se denomina achelense. Y durante el millón y
medio de años siguientes no se produjeron innovaciones relevantes en esta tradición lítica.
Hace unos 300.000 años comienza en África y en Europa la tecnología musteriense, capaz de
fabricar puntas para armas arrojadizas.
El Homo sapiens, surgido hace 200.000 años, durante sus primeros 100.000 años solo
produjo manifestaciones escasas e intermitentes de alguna tecnología superior y no se
distinguió culturalmente de sus parientes neandertales. Pero en los últimos 75.000 años se
hicieron cada vez más frecuentes las manifestaciones de una mente «moderna» que puede
equipararse a la nuestra. Se han encontrado yacimientos africanos de hace 72.000 años con
una tecnología lítica perfeccionada asociada a artefactos que indican un pensamiento
simbólico, como los ocres grabados y los collares de conchas. Hace 50.000 años apareció la
técnica de los microlitos enmangables para fabricar armas arrojadizas avanzadas. Y se
generalizó el arte, la ornamentación personal, los instrumentos musicales y otras
manifestaciones del pensamiento simbólico.
¿Qué factores impulsaron esta evolución cultural, que se aceleró en los últimos 75.000 años?
Para responder a esta pregunta analizaremos los papeles respectivos del desarrollo cognitivo
y de la ampliación de la sociabilidad humana que tuvieron lugar durante esas épocas.
Share
Desarrollo de las habilidades cognitivas
Algunos investigadores conceden la mayor importancia a una mejoría progresiva en las
capacidades de imitación, aprendizaje, memoria, asociación de ideas y creatividad. Y, sobre
todo, al desarrollo de un pensamiento de características cada vez más modernas, que culminó
en la utilización de un lenguaje capaz de comunicar todo tipo de información sobre la
naturaleza y sobre las personas. Además, nuestra capacidad lingüística para crear ficciones
compartidas, religiosas y políticas habría hecho posible la cooperación y la organización
social a gran escala.
Share
Desarrollo de las capacidades sociales
Otros investigadores han hecho ver que lo que distingue al Homo sapiens y explica su
explosión cultural no es su habilidad para usar herramientas ni su capacidad de razonamiento.
El sentido social pudo influir en el devenir de la especie humana mucho más que la
inteligencia abstracta. En los grupos humanos organizados y cohesionados se multiplican las
oportunidades para aprender y para transmitir lo aprendido, así como para innovar y para
llevar a cabo todas las posibilidades imaginables en una cultura.
Share
Teoría de la mente ajena y empatía
Los seres humanos tenemos una extraordinaria capacidad para conocer los estados internos
de otras personas y ponernos en su lugar. Para conseguirlo plenamente, el lenguaje resulta
insuficiente. Hace falta poseer unas capacidades específicamente humanas, que podemos
considerar innatas. En primer lugar, una capacidad de inferir los pensamientos e intenciones
de otro. Esta capacidad ha sido denominada teoría de la mente. Y también una capacidad de
reproducir en uno mismo los sentimientos de alguien, que se llama empatía.
Las mencionadas capacidades permiten predecir las necesidades y las acciones de los demás,
y nos permiten aprender de la experiencia ajena. Además, en el terreno moral, estas
capacidades crean vínculos, motivan el altruismo y la cooperación, y fundamentan el sentido
de la justicia.
Las sociedades que han desarrollado estas capacidades multiplican sus posibilidades de
aprendizaje, colaboración y evolución cultural.
Share
Desarrollo de la moral
Todos los grandes simios se ayudan, colaboran y comparten. Pero el ser humano aumentó
extraordinariamente sus capacidades de cooperación y las posibilidades de su vida social
adquiriendo un sentido moral, e incorporando sistemas de moralidad compleja.
Michael Tomasello afirma que la moralidad humana evolucionó en dos estadios impulsada
por presiones de selección distintas.
En una primera etapa, los cambios ecológicos y climáticos forzaron una caza y una
recolección fuertemente colaborativas. Los individuos más fiables y dispuestos a colaborar
eran preferidos por los demás. Tener buena reputación daba ventajas. Por eso, los individuos
cuidaban su reputación y escrutaban la de los demás. Hasta el punto de que el lenguaje
evolucionó sobre todo para informarse y criticar las conductas ajenas que no podían ser
observadas directamente. Se implantó así una «moralidad conjunta» de interacción con el
próximo.
En una segunda etapa, la presión de selección hacia la moralidad provino de los cambios
demográficos que vivió el Homo sapiens. Esos cambios multiplicaron los contactos
competitivos entre grupos humanos distintos. Bajo la amenaza de otros grupos, aumentó la
necesidad de cohesión intragrupal, para que todos participaran en la defensa y el ataque. Se
comenzó a ayudar a los individuos por el mero hecho de ser integrantes del grupo. Así
apareció el interés por ser reconocido como miembro del grupo. Y, para ser reconocido, cada
individuo tenía que hacer las cosas de la manera en que su grupo las hacía. El resultado fue
una «moralidad colectiva» que regula las acciones de los individuos de acuerdo con las
costumbres y expectativas de su grupo; pero esta moralidad es hostil, en caso de conflicto,
con los miembros de otros grupos.
Share
Las dos grandes revoluciones de la humanidad
El Homo sapiens fue la única especie humana que sobrevivió tras el fin de las glaciaciones
del Pleistoceno, hace algo más de 12.000 años. Esta especie, adaptada a la caza y la
recolección, experimentó sucesivamente dos transformaciones radicales en su forma de vivir.
Share
Revolución agrícola
Se inició hace unos 10.000 años como consecuencia del cultivo de plantas y la domesticación
de animales.
Podemos ver esta revolución como una respuesta obligada a las crisis ecológicas y
demográficas que conllevó el éxito evolutivo de nuestra especie.
Share
Revolución industrial
Se inició en el siglo xviii como consecuencia de los conocimientos técnicos y científicos que
se acumularon en la Edad Moderna.
Consistió en el aprovechamiento intensivo de nuevas formas de energía. En un principio se
utilizaron el carbón y el vapor. Algo más tarde comenzó a usarse el petróleo y la electricidad.
Todo ello aumentó enormemente la producción económica.
El incentivo para el desarrollo industrial fue el interés económico que podían obtener los
modernos sistemas de producción capitalista.
Finalmente, desde la segunda mitad del siglo xx, puede decirse que nos encontramos en otra
revolución: la de la informática y las tecnologías interconectadas .
Las dos grandes revoluciones mencionadas sirven para separar tres grandes etapas culturales:
a) caza y recolección; b) agricultura, y c) industria.
Share
Salud y enfermedad en las tres grandes etapas culturales
Los cambios paulatinos que conlleva la evolución biológica cambian lentamente el patrón de
las enfermedades que afectan a una especie. Sin embargo, la evolución cultural produce
cambios y alteraciones ambientales mucho más bruscos, y explica la aparición, el cambio y la
desaparición de muchas enfermedades. Considérense, por ejemplo, las consecuencias
patológicas que ha podido tener la creación de hábitats artificiales, como los cultivos, las
granjas, los embalses o los regadíos. Y los cambios en el patrón de las enfermedades que se
han producido como consecuencia de la aparición de agrupamientos humanos densamente
poblados, como las ciudades o los edificios cerrados.
Se hace necesario estudiar las enfermedades del ser humano en relación con las distintas
etapas culturales. Es preciso analizar la forma de vida, el tipo de alimentación y las
condiciones sanitarias en cada una de estas etapas. Y poner todo ello en relación con los
índices sanitarios y los fenómenos demográficos.
Share
Período de caza y recolección
Share
Forma de vida
•
•
•
El Homo sapiens ha vivido de esta forma hasta hace unos 10.000 años, lo cual supone más
del 95% de su tiempo de existencia como especie. Este es, por tanto, el modo de vida para el
que ha tenido más tiempo de adaptación. La selección natural durante este largo período
adaptó la especie humana a estas condiciones de vida y alimentación.
Share
Tipo de alimentación
•
•
En general, los cazadores y recolectores podían estar bien nutridos. Se había creído
hasta hace poco que estaban permanentemente expuestos a la falta de alimentos. Sin
embargo, debemos tener en cuenta que su población era escasa en relación con la
capacidad de sustentación del medio, y, por tanto, el esfuerzo de búsqueda de
alimentos podía ser máximamente rentable.
Share
Condiciones sanitarias
El estado general de salud debió ser relativamente bueno.
•
•
•
Algunas enfermedades de los animales salvajes con los que entraban en contacto (las
enfermedades que pueden transmitirse de una especie a otra se denominan zoonosis ).
•
Share
Índices sanitarios
Se había solido pensar que la vida de los pueblos primitivos era siempre, como dijo Thomas
Hobbes, «pobre, tosca, embrutecida y breve». Se creía que los primeros cazadores y
recolectores padecían una mortalidad altísima, impuesta por la naturaleza, y que tenían
una natalidad muy alta, propia de la especie humana. Se decía también que el crecimiento
demográfico fue muy lento, porque la alta natalidad apenas bastaba para compensar una gran
mortalidad.
Sin embargo, estas poblaciones fueron las que alcanzaron la longevidad que caracteriza a la
especie humana y, por tanto, empezaron a contar con personas de más de 60 años.
Su esperanza de vida, no obstante, siguió siendo bastante inferior a la longevidad, debido,
sobre todo, a una gran mortalidad infantil. Además, la esperanza de vida está muy
condicionada por la cultura y no solo por la biología. Como ya sabemos, el porcentaje de
mayores de 30 años aumentó en los neandertales y en los sapiens primitivos, y aumentó
muchísimo en los primeros sapiens europeos, en relación con el despegue cultural que
empezó hace 70.000 años.
La mortalidad general no tuvo que ser siempre muy alta. Y podía estar afectada por prácticas
culturales como las siguientes:
•
•
Crianza selectiva. Relajación, de forma más o menos consciente, de los cuidados que
se dispensan a los bebés y a los niños más gravosos o menos deseados. Disminuye así
la supervivencia de los niños más desatendidos en alimentación, protección o
vigilancia.
•
•
Regular la intensidad y la duración de la lactancia (puesto que las mujeres lactantes
tienen menos probabilidad de quedar embarazadas).
•
•
Share
Situación demográfica
El crecimiento demográfico fue muy lento durante esta etapa. Y solo pudo llegar hasta los
cinco millones en todo el globo, un poco antes de comenzar la etapa agrícola.
Ahora bien, ¿por qué se controlaba la demografía por medios, a veces tan drásticos, como la
crianza selectiva o las luchas por el territorio?
Una primera respuesta es que un número excesivo de hijos resultaba incompatible con una
forma de vida nómada y dependiente del esfuerzo de los adultos, en el que los niños tardan
mucho en alcanzar la edad productiva.
Para suministrar una respuesta más amplia debemos tener en cuenta que todo hábitat tiene
un límite de recursos capaces de sustentar durante largo tiempo a sus seres vivos. En las
especies animales, el límite viene impuesto casi exclusivamente por la cantidad de alimentos
disponibles. Sin embargo, para la especie humana, el límite está determinado por el consumo
de diversos recursos, además de los alimentos. Y, además, depende mucho de la técnica
extractiva que se utilice. Así, en un ambiente dado, cada técnica extractiva desarrolla su
propia curva de rendimientos ( fig. 3.1 ). La forma de cada una de estas curvas puede ser
diferente, pero en todas ellas existe: a) una fase de rendimientos que crecen linealmente hasta
que llegan a un punto de inflexión; b) una segunda fase de rendimientos decrecientes para
cada nuevo incremento del esfuerzo; c) una fase de meseta en la que los rendimientos ya no
aumentan más, y d) una fase final de colapso de los sistemas de soporte, que puede ser
irreversible y reducir permanentemente la capacidad de carga del sistema.
Figura 3.1
Curvas de rendimiento para tres técnicas extractivas diferentes.
Share
Período agrícola
Share
Forma de vida
•
•
•
•
•
•
Share
Tipo de alimentación
•
Dieta a base de productos vegetales, en la que ocupan un primer plano los cereales.
Es alta en calorías, pero monótona, pobre en proteínas y vitaminas, por lo que podían
aparecer casos de malnutrición proteica, sobre todo en niños tras el destete, así como
avitaminosis. Además, las cosechas corren riesgo de malograrse. Surgen así las
hambrunas periódicas.
•
Comienza a consumirse la leche de los ganados. Esto conllevó que los adultos
padecieran intolerancia a la lactosa (una enfermedad que sigue afectando en la
actualidad a un porcentaje de población tanto mayor cuanto menor sea la antigüedad
de su consumo milenario de leche). Afortunadamente, también se fabricaban
productos lácteos que disminuyen mucho su contenido en lactosa (queso y
mantequilla) o incorporan lactasas bacterianas (yogur).
•
•
Share
Condiciones sanitarias
Aparecieron nuevas epidemias y enfermedades infecciosas agudas por los siguientes motivos:
•
•
•
•
•
Los procedimientos agrícolas favorecen ciertas infecciones y parasitosis.
•
•
Share
Índices sanitarios
En las primeras civilizaciones agrícolas, el estado global de salud empeoró:
•
Disminuyó la estatura media de los individuos (esto es un índice del deterioro del
estado nutricional y sanitario).
•
•
•
Se instauró una gran morbilidad y mortalidad infecciosas, sobre todo infantiles, con
epidemias recurrentes.
•
•
Share
Situación demográfica
La agricultura incrementó los recursos alimenticios y pudo aumentar el número de personas.
Durante el período agrícola se produjo el primer gran crecimiento demográfico. Desde los
cinco millones de habitantes iniciales en el año 10.000 a. de C., se llegó a 50 millones en el
año 1.000 a. de C. Y se alcanzaron 250 millones en el año 1 d. de C. Sin embargo, a
comienzos de la era cristiana la población mundial se estancó durante algo más de 1.000
años. El crecimiento solo se reinició en el siglo xi , pudiendo alcanzar 400 millones en el
siglo xiii . Y en el siglo xvii se llegó a 600 millones:
•
•
•
Además, el hambre era una amenaza que estaba latente siempre, de modo que la
deficiencia alimentaria pasó a ser en esta etapa un factor demográfico crítico, cuyos
efectos eran principalmente indirectos y debidos al incremento de las enfermedades
infecciosas que produce la malnutrición.
Share
Período industrial
Share
Forma de vida
•
Se han producido importantes cambios en el estilo de vida para los que el ser humano
no tiene adaptación genética. Entre ellos destacan la escasez de ejercicio físico o los
ambientes laborales insalubres.
•
•
Mayor frecuencia de accidentes violentos.
•
Consumo de productos y drogas nocivos: entre ellos hay que mencionar el alcohol, el
tabaco y las sustancias químicas adictivas.
•
Share
Tipo de alimentación
•
•
•
•
Share
Condiciones sanitarias
•
•
•
Los principales factores de riesgo en los países desarrollados son: tabaco,
hipertensión, alcohol, hipercolesterolemia y obesidad; mientras que en los países
pobres los principales riesgos sanitarios son: hiponutrición, sexo no seguro y
problemas relacionados con el agua.
•
o –
o –
Mayor resistencia a las infecciones por una mejor nutrición. Se debió a las
mejoras agrícolas y del transporte de alimentos. Poco antes de la
industrialización aparecieron nuevos cultivos (patata y maíz) y se
perfeccionaron las formas tradicionales de cultivo. Después de la
industrialización, tras la segunda mitad del siglo xix, se desarrollaron la
mecanización, los fertilizantes, los pesticidas y las mejoras genéticas.
Finalmente, entre 1960 y 1990 se produjo la llamada «revolución verde», que
incrementó considerablemente la productividad agrícola.
•
El hecho es que en casi todo el mundo, las infecciones han dejado de ser las causas
principales de muerte y han pasado a primer lugar las llamadas enfermedades del
progreso (vasculares, tumorales, traumáticas, degenerativas, metabólicas).
Share
Índices sanitarios
Ha habido una gran mejora general de la salud. Existe una polémica sobre las causas
principales de esta mejora: hay quienes la atribuyen, sobre todo, a las mejores condiciones
generales de vida; y otros conceden más importancia a las medidas de salud pública. Este es
el conocido «debate sobre el nivel de vida»:
•
La talla media, que es un buen indicador del «nivel material de vida», ha aumentado
en Europa más de 20 cm en los últimos 150 años.
•
•
•
•
•
o –
o –
Acceso a los medios de planificación familiar. Son muchas las parejas que
recurrirían a estos medios si los tuvieran disponibles.
o –
o –
o –
Share
Situación demográfica
Se ha producido un rapidísimo crecimiento exponencial en el que todavía estamos:
•
•
•
•
•
•
•
En 2021 se sobrepasaron los 7.800 millones de personas. A mediados del siglo xxi, la
población mundial estará entre los 9.000 y los 10.000 millones, en el supuesto de que la
natalidad continúe descendiendo al ritmo de las tres últimas décadas, y siempre que la
mortalidad no aumente. Un siglo más tarde podrá estabilizarse en torno a los 11.500 millones.
1.
2.
3.
Figura 3.2
Transición demográfica.
La industrialización y la mejora del nivel material de vida son los principales factores
correlacionados negativamente con la fertilidad y el tamaño de las familias. Y el mecanismo
de esta correlación es el «balance de costes y beneficios, fundamentalmente económicos, que
la crianza de los hijos reporta a los padres» (en cuanto a gastos, ingresos, seguridad
económica, etc.). En otras palabras, podría decirse que el mecanismo que explica la
disminución del tamaño de las familias en las sociedades industrializadas es doble. Por un
lado, disminuyen los beneficios que los hijos aportan a los padres. Y, por otro, aumenta el
coste de oportunidad de la crianza, esto es, aumenta el valor de las opciones económicas que
se pierden con la crianza de los hijos (en trabajos remunerados para la madre, inversiones
productivas, adquisición de otros bienes económicos). Teniendo en cuenta, además, que el
coste de oportunidad de tener hijos aumenta con la mejora económica y el nivel de vida.
Share
Enfermedades de la civilización
La idea de que la civilización moderna produce un gran número de enfermedades es una idea
preconcebida que ha llegado a tener gran importancia en la medicina y en la cultura popular,
y es el presupuesto conceptual que da fuerza a la creencia de que existen «enfermedades
indisolublemente ligadas al progreso de la civilización».
Ahora bien, ¿se puede afirmar que la civilización, por sí misma, produce enfermedades? Para
contestar a esta pregunta, es preciso analizar la cuestión desde un punto de vista histórico.
Ya los antiguos griegos, que elaboraron el concepto de «naturaleza», pensaron que lo natural
es bueno en sí mismo. Y un corolario de este pensamiento es el prejuicio, muy extendido en
la Edad Moderna, de que todo lo artificial es en el fondo malo. Podemos seguir esta línea de
pensamiento naturalista a lo largo de los últimos siglos:
1.
2.
En la segunda mitad del siglo xix , que fue una etapa de crisis y luchas sociales,
llegó a su apogeo la ansiedad frente a la cultura moderna, a la que se hacía
responsable de innumerables males. Algunos autores llegaron a pensar que la
civilización estaba enferma; e incluso que la propia civilización era ya una
enfermedad. Y aparecieron filósofos que denunciaban la cultura moderna por
«enfermiza y decadente» (recordemos en este sentido a Schopenhauer, Nietzsche o
Spengler). En este contexto contemporáneo surgió el degeneracionismo, una teoría
seudocientífica que afirmaba que las características culturales de la modernidad eran
morbosas y autodestructivas, y que los rasgos patológicos estaban acumulándose en la
sociedad y transmitiéndose hereditariamente. También cobró fuerza el movimiento
eugenista, inspirado por el darwinismo social y alarmado por una supuesta
degeneración progresiva de la sociedad. Y así, el amplio eco que encontró la ideología
nacionalsocialista se explica, en gran parte, por la extensión que habían alcanzado
estas ideas. El mismo Sigmund Freud, aunque contrario a las ideas degeneracionistas
y hereditarias, manifiesta en su doctrina un indudable recelo hacia la cultura moderna,
a la que veía como represora de las pulsiones naturales. Una de sus obras más leídas
se tituló, precisamente, El malestar en la cultura.
3.
4.
En el momento actual, con todos los precedentes señalados, las críticas a los males
de la civilización siguen estando muy extendidas y está cobrando fuerza una actitud
generalizada de rechazo hacia la tecnología, junto con una revalorización de todo lo
supuestamente natural. Es innegable que existen ciertas correlaciones entre
enfermedad y estilos de vida o características sociológicas. Ahora bien, no se puede
adoptar la postura simplista de descalificar globalmente a la civilización o a la vida
moderna, pensando que acarrean daños graves e ineludibles para la salud. Podemos
tener en cuenta, entre otras cosas, que:
o A.
o B.
o C.
o D.
o F.
Podemos, pues, pensar que en nuestros días sigue estando inconscientemente presente el mito
de un primitivo paraíso original que perdimos como castigo por haber querido saber más y
tener el poder de los dioses. Sin embargo, hoy en día, el mito de la expulsión del paraíso, más
que el relato de una pérdida que ocurrió en el pasado, se puede interpretar como una
advertencia de lo que nos puede ocurrir en el futuro si insistimos en cometer ciertos errores
contra el medio ambiente, esto es, «podremos acabar siendo expulsados de nuestro “modesto
paraíso tecnológico” actual», con todas sus consecuencias sanitarias y no sanitarias.
Los hombres nunca habían vivido más y mejor, como lo demuestra la continua mejora de los
índices sanitarios (esperanza de vida, morbilidad y mortalidad general, mortalidad infantil,
talla media). Incluso la calidad de vida ha mejorado en muchos aspectos. Sin embargo, el
deterioro del medio ambiente sigue aumentando. Cada vez son mayores las amenazas del
calentamiento global, la contaminación, la degradación y desertización del suelo, el
agotamiento de los océanos, la escasez de agua dulce, etc. Puede decirse, por tanto, que, hasta
el momento presente, la única salud que ha disminuido apreciablemente es la del medio
ambiente. Aunque es indudable que esta disminución de la salud medioambiental podrá poner
en serio peligro la salud y la calidad de la vida humana en un futuro.
Llegamos así a la conclusión de que hasta ahora nuestra cultura tecnológica no ha influido
negativamente sobre el balance de salud del ser humano, sino sobre la del medio ambiente. Y
será el deterioro del medio ambiente el que podrá acabar afectando absolutamente a la salud
de los individuos.
Share
Papel de la medicina en la mejora de la salud
Recientemente se ha puesto en duda la importancia que ha tenido la medicina en la mejora
global de la salud que se ha producido en los últimos siglos, y se ha planteado un interrogante
sobre lo que puede esperarse de la medicina en el futuro.
1.
2.
3.
4.
Postura desengañada. Creer que el objetivo de alcanzar la salud ideal y eliminar por
completo el sufrimiento humano es ilusorio, y que el éxito en alguna parcela siempre
hace surgir problemas nuevos, tal vez más graves. En este sentido, René Dubos
intentó demostrar que las enfermedades son el necesario acompañante del proceso de
la vida. Daniel Callahan piensa que la medicina puede avanzar en ciertas parcelas,
pero siempre acabará tropezando con alguna nueva «frontera desgarrada» de
sufrimiento incurable, que puede incluso ser peor que la anterior.
5.
Postura acusadora. Denunciar los daños que la medicina está produciendo. Así, Ivan
Illich ha acusado a la medicina de producir ciertos perjuicios a los enfermos, a la
sociedad y a la cultura. Y afirma que, traspasado un cierto nivel, el balance de los
logros médicos llega a resultar negativo, por lo que este autor recomienda implantar
techos asistenciales. Otros autores han denunciado, por otra parte, la creciente
«medicalización» de nuestra sociedad y la excesiva «normativización» social que
impone la medicina.
Share
Datos que aporta la historia de la medicina
Parece cierto que la asistencia médica directa no había tenido apenas impacto global sobre la
salud antes del siglo xviii . Pero no puede decirse lo mismo de la medicina de los últimos tres
siglos (entendiendo por medicina no solo la asistencia individual, sino todo tipo de actuación
que persigue un objetivo sanitario basándose en las teorías médicas vigentes):
•
La disminución de las enfermedades epidémicas en el siglo xviii : tuvo algo que ver
con las medidas de salud pública. Recordemos las cuarentenas perfeccionadas, los
cordones sanitarios más eficaces para impedir la entrada de personas y mercancías, así
como una mejor medicina militar.
•
•
•
•
•
•
1.
2.
¿Están aumentando las enfermedades crónicas en todos y cada uno de los grupos de
edad?
3.
Hasta ahora los datos existentes no permiten contestar afirmativamente a ninguna de las tres
últimas preguntas.
Share
Conclusiones acerca del papel de la medicina
Las medidas de salud pública y medicina preventiva han tenido, y deben seguir teniendo, una
función primordial. Sobre todo, en un mundo en el que los factores ambientales de salud
tendrán una importancia cada vez mayor.
1.
2.
3.
Sin embargo, la historia epidemiológica nos permite afirmar que los éxitos de la medicina en
el pasado no se han debido solo, ni principalmente, a la puesta en práctica de este modelo.