Resumen D. Levy Convivencia Escolar

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

Reflexión sobre "CONVIVENCIAS ESCOLARES" de Daniel Levy

El texto propuesto por Daniel Levy nos invita a reflexionar sobre un aspecto esencial de la vida
escolar: la convivencia. Al introducir el concepto de "convivencias escolares", Levy señala la
diversidad y complejidad que encierra este tema, considerando que no hay un único modelo
de convivencia sino múltiples formas que varían según las instituciones y sus actores.

Un punto central del texto es la identificación de la escuela como un espacio de encuentro


entre distintas generaciones y pares. Esta interacción da vida a la institución, y es un reflejo de
cómo los individuos se relacionan y coexisten en el ámbito educativo. Las normas, los órganos
y las prácticas institucionales juegan un papel crucial en la regulación de estas relaciones,
estableciendo límites y marcos de actuación.

El abanico de situaciones que presenta Levy es amplio, desde escuelas elitistas hasta aquellas
que se enfrentan a problemáticas sociales severas, mostrando que la convivencia no solo se
refiere a cómo las personas interactúan, sino también a cómo se enfrentan y se adaptan a
circunstancias particulares. En este sentido, la escuela se presenta como un espacio de
resistencia contra la exclusión y como un refugio para aquellos en situaciones vulnerables.

El autor también resalta la importancia de comprender la matriz fundacional de la escuela y


cómo esta influye en la manera en que los estudiantes, docentes y demás actores interactúan
y conviven en ella. Es relevante considerar cómo las viejas normas disciplinarias se han
transformado o coexisten con nuevos paradigmas de convivencia.

El diálogo con diferentes autores enriquece la perspectiva del texto y ofrece herramientas para
abordar la convivencia desde múltiples ángulos. Uno de los aspectos más interesantes que
propone Levy es la exploración de la autoridad y el concepto de "semejante", especialmente
en un contexto donde los lazos sociales parecen estar debilitados.

El el texto de Daniel Levy brinda una visión profunda y multifacética de la convivencia escolar,
subrayando su complejidad y la necesidad de abordarla de manera holística. La convivencia no
es simplemente la coexistencia pacífica de individuos en un espacio, sino un entramado de
relaciones, normas, experiencias y desafíos que definen la vida escolar. Es esencial reconocer y
valorar esta diversidad para construir escuelas más inclusivas y armónicas.

EN EL ORIGEN, LA ESCUELA
Se plantea es más una afirmación de una idea ya establecida que una verdadera interrogante.
Este tono didáctico y orientador está en sintonía con el papel histórico que la escuela
desempeñó en ese momento.

El ideal que se promueve es una institución que no solo proporciona habilidades técnicas y
conocimientos académicos, sino que también moldea la identidad nacional, promueve valores
morales y cívicos y es la piedra angular del progreso nacional. Hay una fuerte connotación
religiosa que refleja la influencia de la iglesia en las instituciones educativas de la época. La
escuela es el templo del saber, el maestro es un apóstol de la ciencia y el aprendizaje es una
luz que disipa las tinieblas de la ignorancia.

La escuela es presentada como el instrumento clave para la integración nacional, la formación


de ciudadanos y la transformación de una sociedad diversa y fragmentada en una nación
unificada y progresista. Las referencias a los grandes líderes nacionales y a la historia común
apuntan a la construcción de una narrativa nacional compartida, en la que la escuela
desempeña un papel central. Es interesante cómo este texto refleja tanto la misión pedagógica
como la función socializadora y unificadora de la escuela.

El énfasis en la instrucción y la educación también se entrelaza con una agenda moral, que va
más allá de simplemente impartir conocimientos. La escuela es vista como un lugar donde se
instila una moralidad cívica, donde se aprenden las diferencias entre el bien y el mal, y donde
se refuerza la virtud y se desalienta el vicio.

Es también revelador que el texto resalte la relación entre el desarrollo educativo de Argentina
y su posición en el mundo. La expansión y el prestigio de la educación argentina son
presentados como pruebas del progreso del país y de su estatus entre las naciones avanzadas.
Esto refleja un entendimiento de la época de que la educación no solo beneficia a los
individuos, sino que también eleva el estatus y la influencia de una nación en el escenario
global.

LA DISCIPLINA ESCOLAR: ORDEN Y PROGRESO

Este texto aborda la compleja interacción entre disciplina, control y educación. Daniel Levy
utiliza la perspectiva foucaultiana para entender cómo se ha desarrollado el control
disciplinario en las instituciones educativas. A continuación, se presentan algunos puntos de
reflexión y análisis basados en el texto proporcionado:

El Cuerpo Como Medio de Control: A través de la disciplina, las instituciones buscan controlar y
moldear el cuerpo. Esta idea se refleja en la minuciosa atención a la apariencia física, desde el
cabello hasta las medias. El cuerpo se convierte en un reflejo visible de la conformidad y la
obediencia a las normas establecidas.

El Espacio y el Tiempo Como Herramientas de Control: La organización y estructuración del


espacio y el tiempo en las escuelas no es casual. Están diseñados para facilitar la vigilancia, la
conformidad y la homogeneidad. Se busca, en gran medida, la formación de individuos que
sean "útiles" para el sistema.

Despersonalización a Través de la Disciplina: Al forzar a los estudiantes a adherirse a normas


estrictas, la educación institucional a menudo despoja al individuo de su identidad y lo reduce
a un miembro indistinguible de una masa.

La Sanción y la Corrección: La disciplina escolar se basa en la premisa de que hay un "camino


correcto" y cualquier desviación de este camino es errónea y debe ser corregida. Esta
corrección puede tomar varias formas, desde castigos físicos hasta humillaciones verbales.

Literatura Como Ventana al Pasado: A través de la novela "Ciencias morales", se da una visión
de cómo era la disciplina en un colegio durante una época tumultuosa en Argentina. Aunque
este episodio se sitúa en un período de represión política, destaca que las bases de la disciplina
escolar ya estaban presentes y enraizadas en la cultura educativa.

Los Derechos de los Niños: La Ley 26.061 es un avance significativo al reconocer a los niños y
jóvenes como sujetos de derecho y no simplemente como objetos de tutela. Esta ley refleja un
cambio en la percepción de los niños, reconociendo su dignidad y sus derechos.

El Rol de los Adultos: Aunque la ley reconoce los derechos de los niños, todavía recae en los
adultos la responsabilidad de garantizar estos derechos. El adulto ya no es simplemente un
disciplinador, sino un defensor y protector.
La disciplina escolar, como es conceptualizada y practicada, tiene implicaciones profundas en
la formación del individuo. Aunque se ha avanzado en términos de reconocimiento de
derechos y humanización de la educación, aún persisten desafíos en cómo equilibrar la
necesidad de orden y estructura con el respeto a la individualidad y los derechos del
estudiante.

Daniel Levy plantea un análisis crítico y profundo de la construcción histórica de la figura de


autoridad dentro de las instituciones educativas. Aquí, resalto y analizo algunas de las ideas
centrales del texto:

Figura Autoritaria Tradicional: El autor comienza subrayando la percepción tradicional de la


autoridad en la escuela como una figura dominante, rígida y temida, cuyo poder radica en la
imposición y el temor. La visión estereotipada y rígida de la autoridad que se basa en el
acatamiento incondicional y la sumisión.

Cambio y Persistencia: Si bien Levy reconoce que la concepción y el ejercicio de la autoridad


escolar han evolucionado con el tiempo, adaptándose a diferentes contextos y poblaciones
estudiantiles, aún persisten prácticas y mentalidades antiguas y arcaicas en algunos lugares.
Estas prácticas no se han erradicado por completo y, en ocasiones, se ven reforzadas por
visiones tradicionales sobre lo que debería ser la vida escolar.

Importancia de la Reflexión: El autor destaca la necesidad de reflexionar sobre las


representaciones y concepciones que tenemos sobre los estudiantes, sus derechos, la
naturaleza de la autoridad y cómo se regula la convivencia. Estas representaciones y
concepciones pueden influir significativamente en la manera en que se lleva a cabo la
educación y se establece la autoridad.

Desafíos de la Democracia: Señala que, a pesar de los avances legales y políticos que
promueven una educación más inclusiva y participativa, hay vestigios de autoritarismo y
visiones autoritarias que aún persisten. Este es un reflejo de la historia y la cultura política del
país, que ha experimentado períodos de autoritarismo y democracia inestable.

Desarticulación de Prácticas Autoritarias: Levy menciona la dificultad inherente de


desmantelar prácticas y mentalidades autoritarias arraigadas en las instituciones educativas.
Estos modos de operación han sido parte de la estructura de las instituciones durante mucho
tiempo y su cambio requiere esfuerzo y reflexión.

Reflexión como Herramienta de Cambio: A pesar de los desafíos, el autor enfatiza la


importancia de la reflexión y el diálogo en la tarea educativa. Alentar a los educadores a
reflexionar sobre su papel, las relaciones que establecen con los estudiantes y sus
concepciones personales sobre la educación puede ser una forma poderosa de impulsar el
cambio y adaptarse a las necesidades actuales.

DE LA DISCIPLINA A LA CONVIVENCIA

En esta nueva lógica social, las instituciones tradicionales como la familia, la iglesia y la escuela
han perdido gran parte de su autoridad y poder tradicional. La escuela, en particular, ya no
tiene la primacía en la educación de los jóvenes; se comparte con una amplia variedad de
influencias, desde los medios de comunicación hasta las redes sociales, pasando por grupos de
pares y subculturas diversas.
En este nuevo entorno, la autoridad del docente no puede basarse en la imposición o en el
mero título profesional. La autoridad debe ser construida a través de la relación pedagógica,
basada en el respeto mutuo, la escucha activa y la capacidad para generar un ambiente
propicio para el aprendizaje. Esto no significa que el docente pierda su papel de guía o
referente, sino que debe reconfigurar su rol en función de una relación más horizontal y
dialógica con el estudiante.

En este sentido, la convivencia en la escuela ya no se basa en la imposición de normas y reglas,


sino en la construcción colectiva de un ambiente propicio para el aprendizaje y el desarrollo
integral de todos los miembros de la comunidad educativa. Esto requiere una actitud abierta al
diálogo, a la escucha y al reconocimiento de las diferencias y particularidades de cada
individuo.

Los jóvenes de hoy, inmersos en una sociedad hiperconectada e informada, demandan ser
reconocidos como sujetos activos, capaces de opinar, decidir y participar en las decisiones que
afectan su vida y su formación. Ignorar esta demanda o pretender mantener estructuras
autoritarias obsoletas es un camino hacia el conflicto y la desmotivación.

Es por ello que se hace imperativo repensar la convivencia escolar, no como un conjunto de
normas impuestas, sino como un proceso dinámico y participativo en el que todos los
miembros de la comunidad educativa tienen un papel. La participación activa de los
estudiantes en la toma de decisiones, el diseño de proyectos educativos y la resolución de
conflictos es una manera efectiva de construir una convivencia basada en el respeto, la
empatía y el compromiso mutuo.

En conclusión, la transición de una educación basada en la disciplina a una centrada en la


convivencia es un reflejo de los cambios profundos que ha experimentado nuestra sociedad.
Las escuelas, como instituciones centrales en la formación de ciudadanos críticos y
comprometidos, tienen la responsabilidad de adaptarse a estos cambios, reconociendo la
diversidad y promoviendo la participación activa de todos sus miembros en la construcción de
un proyecto educativo inclusivo y democrático.

EL VALOR DEL GRUPO, LA IMPORTANCIA DE LA INCLUSIÓN

las escuelas, como instituciones de formación, deberían tener el rol de generar espacios de
diálogo, entendimiento y aprendizaje. La problemática de la violencia en el ámbito escolar
debe ser abordada de manera integral, considerando no sólo las dinámicas individuales y
grupales, sino también las estructuras institucionales y el contexto socio-cultural en el que se
insertan.

Es imperativo que las escuelas se conviertan en lugares donde la empatía, la comprensión y el


respeto mutuo se fomenten de manera activa. A través de la educación, los estudiantes deben
ser capacitados para cuestionar, reflexionar y cambiar las conductas y actitudes violentas. La
educación no solo tiene que ver con la adquisición de conocimientos técnicos o académicos,
sino también con la formación de individuos éticos, críticos y socialmente responsables.

Los docentes, a su vez, deben ser formados y capacitados para manejar y prevenir situaciones
de violencia, desarrollar habilidades socio-emocionales en los estudiantes y promover una
cultura escolar basada en la inclusión y el respeto. La formación docente debe incluir
herramientas y estrategias pedagógicas que les permitan intervenir de manera efectiva en
situaciones de conflicto, promover el diálogo y construir puentes entre los estudiantes.
La inclusión es una herramienta esencial en este proceso. Al reconocer y valorar la diversidad,
las escuelas pueden combatir la intolerancia, el prejuicio y la discriminación. La inclusión no se
trata simplemente de integrar a aquellos que son diferentes, sino de cambiar la cultura y la
estructura de las escuelas para que todos los estudiantes, independientemente de sus
antecedentes, capacidades o características, sean valorados y puedan participar plenamente
en la vida escolar.

Es importante, además, que las escuelas trabajen en estrecha colaboración con las familias y la
comunidad. La educación no puede ser vista como una responsabilidad exclusiva de la escuela,
sino que requiere de un esfuerzo conjunto. Las familias tienen un papel fundamental en la
formación de valores y actitudes en los jóvenes. Las comunidades, por su parte, pueden
ofrecer recursos, apoyo y espacios para que los jóvenes se desarrollen de manera integral.

Finalmente, es esencial que las políticas educativas promuevan una visión holística de la
educación, donde se priorice el bienestar y desarrollo integral de los estudiantes. Las políticas
deben ser diseñadas considerando las necesidades y contextos específicos de cada comunidad
educativa y promoviendo la participación activa de todos los actores involucrados.

En conclusión, la problemática de la violencia en las escuelas es compleja y multifacética, pero


a través de una educación basada en la inclusión, el diálogo y el respeto mutuo, es posible
construir entornos educativos seguros, respetuosos y propicios para el aprendizaje y desarrollo
de todos los estudiantes.

El Bullying, la estandarización del malestar"

Daniel Levy proporciona una perspectiva crítica sobre la conceptualización y


tratamiento del bullying en el entorno escolar. Presenta varios argumentos valiosos que
merecen ser considerados en el debate sobre el bullying:

Estigmatización del Fenómeno: Levy argumenta que la popularización y difusión del


término "bullying" ha llevado a una especie de "pandemia" en la que se buscan y
etiquetan activamente a los agresores, lo que puede conducir a una percepción
distorsionada de la realidad. Esta estigmatización puede hacer que ciertos
comportamientos normales entre niños sean malinterpretados.

Determinismo y Estereotipos: La descripción y tratamiento del bullying a menudo se


basan en clasificaciones y tipificaciones rígidas de los involucrados. Estos estereotipos
pueden simplificar excesivamente la complejidad de las interacciones humanas y
reducir a las personas a categorías predeterminadas, como "agresor", "víctima" o
"indiferente".

Enfoque Individualista y Patologizante: Levy señala que el abordaje del bullying tiende
a centrarse en la responsabilidad individual y a culpar a los agresores y sus familias, lo
que puede ser contraproducente. Además, este enfoque puede llevar a la
patologización de comportamientos normales o a la estigmatización de los
involucrados.
Desatención del Contexto: El autor argumenta que la respuesta al bullying a menudo
carece de una consideración detallada del contexto específico en el que ocurre. Esta
falta de contextualización puede conducir a intervenciones que no aborden
adecuadamente las causas subyacentes del problema.

La Búsqueda de Soluciones Universales: Levy critica la tendencia a buscar soluciones


universales y manuales de procedimientos para abordar el bullying. Estas soluciones, a
menudo simplificadas, pueden no ser adecuadas para todas las situaciones y pueden
pasar por alto la complejidad y singularidad de cada caso.

La Necesidad de Subjetivación y Responsabilidad: Levy destaca la importancia de


promover la circulación de la palabra y la reflexión entre los involucrados. Esta
perspectiva prioriza el diálogo y la comprensión mutua sobre la estigmatización y el
castigo.

Daniel Levy presenta una crítica contundente de las formas convencionales en las que
se aborda el bullying en las escuelas. Su llamado a un enfoque más contextualizado,
reflexivo y centrado en el diálogo es una valiosa contribución al debate sobre cómo
tratar el bullying de manera efectiva. Es fundamental que educadores, padres y
responsables políticos consideren estas perspectivas al desarrollar e implementar
estrategias para combatir la intimidación y promover entornos escolares más inclusivos
y respetuosos.

También podría gustarte