Anuario de Psicología Jurídica 1133-0740: Issn: Revistas - Copm@cop - Es
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ISSN: 1133-0740
revistas_copm@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España
ESTUDIOS
RESUMEN
ABSTRACT
The aim of this work was to analyze the influence of family relationships on antiso -
cial behaviour in adolescence. A large sample consisting of 641 pre-adolescent and
adolescent both males and females was used. Variables associated with family climate,
family communication and parenting were analyzed. Results showed that these varia -
bles were related to antisocial behaviour both in males and females. Regression analy -
sis highlighted that the only significant predictor for males was family climate –particu -
larly family cohesion, while both family climate and family interaction were significant
for females, although the most significant predictor was parenting by the mother.
deseo de algunos padres de que su hijo una escala construida para tal efecto
no fuese entrevistado. (Torrente, 2002). La escala global estaba
formada por seis ítems (α=.81) y estaba
compuesta a su vez por dos subescalas,
Variables e Instrumentos cada una de ellas con tres ítems segui-
dos de cinco alternativas de respuesta
— Los sujetos eran entre v i s t a d o s (desde muy malas a muy buenas). En la
sobre su sexo, edad, nivel educativo de primera de ellas se preguntaba a los
sus padres y estructura familiar. La varia- adolescentes como calificarían la comu-
ble nivel educativo de los padres incluía nicación que tenían con su padre, su
cinco niveles: a. estudios primarios no madre y el resto de miembros de la uni-
finalizados, b. estudios primarios finali - dad familiar (α=.67); los otros tres ítems
zados o graduado escolar, c. formación evaluaban la percepción de las re l a c i o-
profesional, d. bachillerato y e. estudios nes que los adolescentes mantenían
universitarios. La estructura familiar fue también con su padre, su madre y el
evaluada por una cuestión: tus padre s resto de miembros de su familia (α=.66).
viven juntos o no.
— Para evaluar los estilos educativos
— Para evaluar las principales carac- y afectivos de los padres se emplearo n
terísticas socio-ambientales de las fami- dos subescalas del Cuestionario sobre
lias se emplearon las subescalas de los estilos educativos de los padre s
cohesión y de conflicto, que conforman (Torrente, 2002), que han demostrado
la escala más amplia de relaciones (junto tener altos índices de fiabilidad: a)
con la de expresividad) de la Escala de Subescala de estilo inductivo, que en el
Clima Social en la Familia (Moos, Moos y caso del padre alcanza una fiabilidad
Trickett, 1974, adaptación TEA, 1984). de .89 y en el de la madre .86. Esta
La subescala de c o h e s i ó n evalúa el subescala recoge 18 ítems que hacen
grado en que los distintos miembros de re f e rencia a la utilización de estrategias
la familia se apoyan mutuamente. La educativas basadas en el diálogo, el
subescala de conflicto mide el grado en apoyo y el refuerzo positivo; b) su b e s -
que el conflicto y la agresividad se cala de estilo autoritario, cuya fiabilidad
e x p resan abiertamente. Cada una de en el caso del padre ascendía a .82 y en
estas subescalas está formada por ítems el caso de la madre a .81. Esta subesca-
dicotómicos (verdadero-falso), y presen- la está compuesta por 21 ítems que
tan suficiente fiabilidad y consistencia hacen re f e rencia al uso de estrategias
interna, variando los índices test-re t e s t educativas basadas en el castigo, inclu-
de .86 a .85 y los de consistencia inter- so físico, y la re p robación; en definitiva,
na de .78 a .75 (TEA, 1984). al uso de estrategias de control negati-
vas.
— Se evaluó la percepción que los
adolescentes tenían de las relaciones y — Para evaluar la conducta delictiva
la comunicación que mantenían tanto utilizamos la Escala de conductas delicti -
con el padre como con la madre con vas-D del Cuestionario de Conductas
Tabla 1.
Características de la muestra
Tabla 2.
Diferencia de medidas
Tabla 3.
Correlaciones parciales entre clima familiar, interacción familiar y educación
familiar y conducta delictiva
son necesariamente los mismos. Los chi- los miembros de su familia aunque, con-
cos y las chicas se diferencian en la per- trariamente a lo que cabría esperar, los
cepción que tienen de la comunicación chicos informan de mantener una mejor
que mantienen con los miembros de su comunicación y mejores relaciones que
familia y en el uso que hace la madre de las chicas. Sin embargo, sí aparece en la
unas estrategias educativas sobre otras. dirección esperada el uso de estrategias
educativas basadas en la inducción
Tanto los chicos como las chicas de (apoyo y comunicación) con mayor fre-
nuestra muestra obtienen puntuaciones cuencia en el caso de las hijas por parte
altas en la percepción de las relaciones y del progenitor del mismo sexo (Buelga y
de la comunicación que mantienen con Lila, 1999).
Tabla 4.
Análisis de regresión jerárquico (V.D.: Conducta delictiva)
que indica que en los chicos el clima tradicional en la educación familiar; las
familiar es el que presenta una mayor hijas suelen apoyarse más en ella, fun-
asociación con la conducta delictiva, lo damentalmente en la elaboración de su
que estaría en consonancia con otro s p ropia identidad, por lo que, una mala
resultados anteriores que vinculaban los relación estaría indicando que este pro-
problemas externos de conducta de los ceso no se está llevando a cabo adecua-
hijos a la exposición a un clima familiar damente, lo que dificultaría el desarrollo
deteriorado y conflictivo (Davies y Cum- adaptativo de las menores (Torrente y
mings, 1995). En las mujeres las asocia- Vazsonyi, en prensa).
ciones más altas aparecen en el uso del
autoritarismo de la madre y de la per- Varias son las limitaciones que debe-
cepción de las relaciones que mantienen mos señalar en nuestro estudio. En pri-
con los miembros de su familia. mer lugar, aunque el uso de autoinfor-
mes permite conocer el índice de con-
La importancia y los efectos pernicio- ducta antisocial no oficial, es decir, el
sos de un clima familiar deteriorado presente en la población general, y nos
también aparecen, tanto en los chicos permite acercarnos al fenómeno como
como en las chicas, cuando buscamos un continuo (Romero, Sobral y Luengo,
predictores del comportamiento antiso- 1999), también nos aleja del análisis de
cial. Especialmente importante es, en el las problemáticas de conducta más
caso de los varones, la falta de cohesión extremas, donde las diferencias entre
familiar, que aparece como el predictor sexos son más agudas. La investigación
más importante de cuantos hemos con- en este campo debería pasar por el aná-
siderado y, aunque también apare c e lisis complementario de datos de autoin-
como marginalmente significativo el forme y datos oficiales, pues es en estos
conflicto, ningún otro paso ni variables casos donde las problemáticas, especial-
de las analizadas resultaron predictores mente las familiares, tienen efectos más
válidos. Esto indica que en el desarrollo graves y más prolongados en el tiempo
de conducta antisocial parece más influ- (Torrente, 2002, Torrente y Rodríguez,
yente el clima familiar global que las 2003, 2004). Otra limitación viene dada
interacciones diádicas específicas que por la propia muestra, puesto que no
los adolescentes varones tienen con los hemos considerado a menores que, por
distintos miembros de su familia. En alguna razón, han quedado descolgados
cambio, en el caso de las chicas, aunque del sistema educativo y que, por este
el clima familiar en conjunto resultó ser motivo, pueden estar expuestos a una
un predictor significativo, adquieren más situación de riesgo social. Por último,
importancia la percepción de las interac- c reemos que nuestros datos no son
ciones diádicas con los distintos miem- necesariamente extrapolables a otro s
bros de la familia y, especialmente, el países y culturas, ya que , aunque cam-
uso de la coerción por parte de la biando (p.e. Iglesias de Ussel, 1998) la
m a d re. Una explicación posible a este familia en España sigue mostrando un
hecho puede venir dada por el hecho de perfil más conservador que en otros paí-
que la madre sigue siendo aun la figura ses occidentales (Junger-Tas et al, 2004).
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