Escucha Activa
Escucha Activa
Escucha Activa
ESCUCHA ACTIVA
Aprender a escuchar y responder
con eficacia y empatía
CIEN DIÁLOGOS
SUMARIO
1. Importancia de las palabras que nos dicen y cómo nos las dicen, y las que no
nos dicen. Diálogo 1 sin Escucha Activa.
2. Importancia de las palabras que decimos y cómo las decimos, y las que no
decimos. Diálogo 2 sin Escucha Activa.
3. Escucha Activa. Preliminar. Diálogo 3 con Escucha Activa.
4. Escuchar-se Activamente. Diálogo 4 con Escucha Activa.
5. Escuchar Activamente el contexto social, cultural, económico y político.
6. Testimonio de personas que se han formado en Escucha Activa.
Somos personas. Vivimos en relación con los demás en nuestro entorno profe-
sional y personal. Trabajamos con personas. Atendemos a personas. Convivimos
con personas. Necesitamos comunicarnos. No es opcional. Queramos o no, nos
comunicamos en todo momento de una forma verbal y no verbal. Necesitamos ser
eficaces en nuestra comunicación. Comunicarnos nos resulta difícil, frustrante y
costoso. A veces no sabemos cómo hacerlo. Otras, puede generar conflictos que
erosionan la energía física, mental y emocional. Necesitamos de una convivencia
y de una relación personal y profesional sana. Nuestra cultura de comunicación
no facilita el espacio de la comprensión y del entendimiento. Nos resulta difícil
entendernos, llegar a consensos, saber escuchar adecuadamente. Necesitamos for-
mación en comunicación para facilitar un proceso de resolución eficaz, «Saber
Hacer». Sin embargo, tener habilidades no es suficiente. Precisamos de unas ac-
titudes, que responden al «Saber Ser». Necesitamos también de una estructura de
intervención porque somos personas en proceso y el diálogo es proceso.
Se nos presentan situaciones en las que la persona sufre por diversas razones.
Algunas relacionadas con la enfermedad que implica incertidumbre. Difíciles de
asumir por presentarse una pérdida temporal o permanente del estado de salud
de la vida propia o de otra persona de nuestro entorno familiar. Otras situaciones
relacionadas con el mundo laboral, social, con el mundo educativo que también
pueden implicar situaciones difíciles en las que hay que asumir realidades que
pueden no gustarnos y tener que tomar decisiones y aceptar límites. Otras situa-
ciones no tienen nada que ver con la pérdida, sino con el intercambio de opiniones
y criterios, que precisan llegar a un consenso, tanto en un contexto laboral con el
equipo de trabajo y responsables, como en un contexto familiar e incluso político.
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ESCUCHA ACTIVA
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
DIÁLOGO 1.
NO HAY ENTENDIMIENTO Y SE RECURRE A LA AGRESIVIDAD
Enfermera atiende en la residencia de mayores a Manuela de 99 años, con pérdi-
da progresiva de su independencia que no acepta. Deambula con andador. Está
inestable en la marcha. No hay deterioro cognitivo. Ha sufrido hace poco dos caí-
das durante la noche. Se levanta. Quiere ir al baño a orinar. Tiene incontinencia
funcional. Si se levanta, se resbala y se cae. En una de las caídas sufrió pérdida
de conciencia. La trasladamos al hospital. Desde entonces tiene barandillas en la
cama. Durante la noche precisa pañal, pero se lo quita. La levantamos durante la
noche varias veces para ir al baño. A la hora de ponerle las barandillas es una
pelea continua. No las acepta. La señora Manuela ha llamado al timbre porque
quiere ir al baño. Es de madrugada. Al volver a acostarla, como cada noche, dice:
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ESCUCHA ACTIVA
–He pensado mejor y no voy a decir nada. No quiero molestar a mis sobrinos.
P4. – Creo que ha tomado la decisión adecuada.
No creo que la intervención que he hecho fuera la adecuada desde lo que ahora sé
de Escucha Activa, aunque los actos sí lo fueron. Mi función es preservar su integri-
dad física y evitar nuevas caídas nocturnas ya que las consecuencias de otra caída
podrían ser fatales. Siempre me había preguntado: cómo podría haber mejorado esta
intervención. Me gustaría escuchar otras opiniones. Ahora en clase veo que se niega
a perder su independencia y por eso niega anteriores caídas. Mi actuación es seguir
las pautas médicas. Su ira y enfado provocan en mí sentimientos de molestia y de
angustia. Esta situación influyó en mí negativamente. La situación me estresaba. Ten-
go que aprender a controlarme para que no se eleven los niveles de estrés y no me
produzca malestar. Me planteo qué tendría que haber hecho. Si le quitaba las baran-
dillas, ¿se hubiera vuelto a caer? Ella se levantaba constantemente. ¿Cuál hubiera
sido la intervención correcta? Ya no vuelve a llamarme por las barandillas. Sí por
otras cosas. Creo que ha aceptado las barandillas, pero le cuesta aceptar su pérdida
de independencia y funcionalidad. Todavía la recuerdo en su cama gritándome con
todo el genio que tenía.
Reflexión/Análisis
Se aplica el modelo de comunicación informativo y el paternalista argumenta-
tivo, amable y educado del que hablamos en la Segunda Parte del libro. Todo
desde la lógica, por su bienestar y seguridad. Manuela y la enfermera hablan
desde distintas realidades. Lo que es lógico y objetivo para la enfermera, familia
y doctora, para Manuela no lo es. Manuela no es escuchada «en su historia». El
fondo del iceberg, lo que no se ve, es que no acepta perder su independencia y
asumir cambios que necesita hacer en el presente. Se le ha impuesto unos medios
de seguridad que rechaza. Manuela considera que no necesita las barandillas que
le hacen sentirse como un animal enjaulado. La enfermera tiene como objetivo
preservar la seguridad de Manuela. Sin embargo, el objetivo de Manuela es man-
tener su libertad de movimiento. La realidad de su presente va por un lado y lo
que le gustaría va por otro, pertenece al pasado. Se rige por su mundo emocional
y pierde objetividad.
Cuando nos dirigimos a la persona en ese estado desde el mundo racional es
muy difícil que podamos conectar. Por otra parte, hay que preservar su seguridad.
Tenemos un conflicto de intereses debido a que las necesidades que se perciben son
distintas. Necesitamos conectar primero con su mundo para ver qué pasos puede dar.
Es decir, desde el mundo emocional, lo que le gustaría y necesita que fuera, acompa-
ñarla al mundo real, lo que necesita ahora como prioridad. Su necesidad de libertad
de movimiento necesita ser equilibrada por la interiorización de su necesidad obje-
tiva de seguridad.
Esta situación nos acerca a situaciones donde la persona se dirige a nosotros
desde la emoción, desde su necesidad. La formación en Escucha Activa nos alerta
a preguntarnos: «¿Qué me dice Manuela?». Desde ahí, se inicia el proceso de en-
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
tendimiento de su realidad para ver si puede llegar a la aceptación del cambio. Pen-
samos que con informarle ya se entiende y ya está. ¡Es tan lógico! Sin embargo, la
enfermera nos indica: cada noche es lo mismo. Si no acompañamos en el proceso
de entendimiento y de comprensión desde donde está la persona, no habrá ningún
cambio. El cambio conductual tiene su origen en el cambio cognitivo. El acompa-
ñamiento lo hacemos con la aplicación de la Escucha Activa, con el aprendizaje de
la respuesta empática que vamos a reflexionar.
Manuela recurre a la agresividad para ser oída. Es importante que identifique-
mos rápidamente que la persona que recurre al grito, a la agresividad verbal y no
digamos física, es una persona que tiene un conflicto interior. Sabe más de lo que
parece que sabe. Necesita hacer un proceso donde pueda verbalizar lo que real-
mente sabe de su presente para dejar su pasado. Es significativo la conclusión a la
que llega por la mañana ella sola, aunque su motivación para no llevar a cabo su
decisión de hablar para irse es que no quiere molestar a sus sobrinos. No quiere
que se enfaden con ella. Al aplicar la Escucha Activa hubiésemos visto, al darle
la oportunidad, cómo Manuela hubiese sido capaz de procesar esta nueva realidad
de pérdida de independencia, que todavía no asume porque nadie le ha facilitado
procesarla. Su historia nos habla de una mujer muy independiente toda su vida,
de mucha energía. Podemos decir: ¡Qué cabezona es! No es cabezonería. Es un
proceso de duelo que tiene que procesar. Tiene que dar unos pasos mentales para
integrar el cambio en la nueva etapa en la que se encuentra. Etapa que todos nece-
sitamos que acepte. Etapas que todos vivimos y viviremos.
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samos que nos han oído o escuchado, comprendido y retenido lo que hemos dicho
y no ha sido así. No hay costumbre de validar lo que la persona ha dicho. Lo expe-
rimentamos en nuestro entorno familiar y profesional. Si solamente se reformulara
lo que escuchamos, no habría malentendidos, error u olvido, ni conflictos como a
veces se producen. No todo lo que decimos se escucha y se escucha adecuadamente.
Al aplicar la Escucha Activa, se reconoce lo que la otra persona dice y se le da valor
y reconocimiento de que ha sido escuchado. Es la práctica de la respuesta empática.
Podemos decir: «¿Hay alguien ahí?». Hablar requiere la presencia de la otra
persona. Observamos que cuando la persona está hablando, nuestra mente está en
funcionamiento con respuestas de todo tipo. Lo comparo con una partida de tenis.
¿Qué ocurriría si un jugador tirara una pelota y el otro le respondiera con dos, tres,
cuatro y cinco pelotas? No habría juego. En el diálogo se acaba no diciendo nada
porque no se es escuchado. No hay partida. Se habla a la vez, encima de lo que dice
la otra persona. «Se tiran muchas pelotas». Se concluye que lo que la otra persona
dice, puede no interesarle al interlocutor y es más importante lo que «yo tengo
que decir». Cuando decidimos hablar de algo, requerimos atención. No recibirla
es causa de frustración, dolor, distanciamiento y ruptura. Lo vemos en nuestro
contexto personal, social, profesional, televisivo y político: –Me importa lo que
tengo que decir yo–.
La respuesta que podemos dar puede proceder desde la vivencia y significado
propio de la persona que escucha, proyectando ese significado en el que habla. No
estamos escuchando adecuadamente. Puede generarse incluso un conflicto o ruptura.
Hablar para desahogarse es necesario. Sin embargo, hay que encontrar cauces,
estrategias a través de la cuales hablar no sea un desahogo nada más o una queja
continua. El desahogo, la queja, puede dejar a la persona atascada, encerrada en sí
misma y puede dejar sin energía a la persona que escucha. Muchas veces se huye
de determinadas personas porque al escucharlas, existe un sentimiento de quedarse
atrapadas en un laberinto, en un callejón sin salida y sin energía. De aquí viene ese
cansancio y ese sentimiento de pérdida de tiempo: «siempre está con lo mismo». La
persona habla manifestando su necesidad, que no es un desahogo nada más, sino
progresar mentalmente para entrar en otro espacio. El que escucha necesita hablar
adecuadamente para conducir a la persona hacia un diálogo eficaz. Un diálogo que
va más allá de desahogarse. Las palabras que nos dicen y cómo nos las dicen, y las
que decimos, son de vital importancia. Necesitamos prestar atención.
Antes de formarme en Escucha Activa, yo era trabajadora social. Trabajaba en
Sydney con personas que habían emigrado por una decisión forzada, económica o
política. Recuerdo una joven que con frecuencia quería hablar conmigo de su ma-
lestar por no estar en su país. La escuchaba y le daba tiempo, mucho tiempo. En
ese tiempo no conseguí nada. Se desahogaba sí, pero no llegaba a identificar lo que
realmente ocurría y lo que necesitaría hacer. Daba vueltas a lo mismo como una
noria y yo acababa agotada. Profesionalmente yo era amable y educada, pero he de
reconocer que no tenía formación en cómo escucharla y cómo responder adecuada-
mente. Con el tiempo, supe por una mujer que esta joven era con la que se había ido
su marido. Se había quedado embarazada y abortó. Comprendí muchas cosas de su
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
Hay personas que no plantean les ocurre nada, pero algo ocurre. Podemos pre-
guntarnos: –¿Le digo algo?– y –¿Qué le digo?–. La tendencia general es decir: –
Tranquila, tranquilo, no se preocupe, no pasa nada o ánimo. Todo irá bien. Saldrá
adelante. Todo se arreglará–. Nuestras palabras van buscando soluciones para evi-
tar que la otra persona sufra. Pensamos que de esa forma sufrirá menos. Estamos
llenos de buena voluntad. En el nombre de “hacer un bien”, podemos dejar sola a
la persona. Estamos programados a responder de una manera concreta que luego
reflexionaremos al hablar de la Cultura actual de Comunicación. Cuando decimos
ciertas frases o palabras, estamos buscando un objetivo: “ayudar a la otra persona”.
No estamos buscando “escuchar adecuadamente”. Por adecuadamente entendemos
atención a lo que nos dice y atención a lo que respondemos.
No se trata de ayudar, aliviar el sufrimiento, quitar leña al fuego, porque no nos
es posible. El objetivo es escuchar adecuadamente. Plantearnos que, según sean
nuestras palabras, facilitamos el proceso a la otra persona en lo que nos comunica.
A veces podemos ser la persona a quien se le habla así. Otras veces podemos
ser la persona que habla así. En un caso o en otro, la Escucha Activa nos va a pro-
porcionar una metodología de gran utilidad para facilitar un proceso de diálogo
sanador, eficaz, evitando un conflicto y conectando con la persona.
En el siguiente diálogo, la persona habla desde su percepción de la realidad que
responde a su necesidad. Se le responde desde la educación y no hay conexión.
DIÁLOGO 2.
LLENOS DE BUENA VOLUNTAD Y EDUCACIÓN,
NO RESPONDEMOS ADECUADAMENTE
Celadora/Administrativa atiende al señor Manuel, de unos 40 años en la sala de
espera del centro de salud para coger una cita con su médico. Hay alrededor de
100 números de espera. Solo dos administrativos. Son las 11 de la mañana de un
día de agosto. A esa hora los profesionales van a almorzar, y yo como celadora y
persona de apoyo en el centro acudo al mostrador para sustituir a un administrati-
vo. Atendiendo, fui llamada por mi coordinadora. Terminé de atender a la persona
y me levanté para hablar con mi superior de trabajo. Fueron unos segundos y volví
al mostrador para seguir atendiendo. De repente, desde el final de la sala, con 100
personas presentes, un señor se abrió paso entre la gente y vino hacia mí gritando
hasta llegar a mi puesto.
M1. Desde el final de la sala con 100 personas presentes, se abre paso un señor
gritando:
–Tú no puedes abandonar tu puesto de trabajo. Menos con la gente que hay. ¡Es
que no te das cuenta! Estamos aquí con una cola y tú te levantas ¡para hablar!
P1. Me quedé mirando estupefacta. Pensé que saltaba el mostrador. Estaba alte-
rado.
–Señor, no he abandonado mi puesto.
M2. Sin casi dejarme hablar. Siguió hablando en voz alta.
–¡¿Que no has abandonado?! Te has levantado para ponerte a hablar…
P2. –Esa persona era mi jefa y me estaba dando instrucciones.
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
Reflexión/Diálogo
Una vez leído este diálogo, de nuevo se crea un conflicto por un choque de necesi-
dades, de realidades distintas para cada una de las partes. La persona responde pau-
sadamente desde el modelo informativo con educación, con el intento de hacerle
comprender lo que ha ocurrido. Las palabras que se pueden decir a la otra persona,
aun pausadamente y con educación, pueden no resolver la situación. La compañe-
ra ha argumentado y dado explicaciones válidas que no son aceptadas. El mundo
emocional posee a la persona y la retiene «en su torre». Por eso, es importante las
palabras que usamos como respuesta.
El aprendizaje de la Escucha Activa es una alternativa de respuesta. En P1 la
compañera niega lo que le ha dicho en M1: que no ha abandonado su puesto. No
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ESCUCHA ACTIVA
Las frases que utilizamos pueden ser para nuestro propio rescate. Son protecto-
ras. Se dicen con el objetivo de ayudar a la persona, pero realmente a quien ayudan
es a nosotros que las decimos. Podemos sentirnos con inseguridad e incertidumbre.
Otras veces se dicen para defendernos, porque nos hemos sentido atacados. Al
aplicar la Escucha Activa, no necesitamos proteger ni protegernos, ni siquiera ra-
zonar, porque estamos en la Aceptación de la realidad que se presenta y en el inicio
del proceso del diálogo para ver si la persona puede «llegar a…»
La Escucha Activa es el proceso de comprensión de la experiencia de la otra per-
sona en un momento puntual y la capacidad de comunicarle esa comprensión. Empa-
tía no es decirle: –Te comprendo, te entiendo, yo también he pasado por lo mismo–.
Cuando Carl Rogers dice: «Tratar de comprender lo que la experiencia de la otra
1 Rogers, Carl R. (1972). El Proceso de Convertirse en Persona, 17.ª ed. Barcelona: Paidós.
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
DIÁLOGO 3.
IDENTIFICAR LA NECESIDAD,
CAPACITA IDENTIFICAR LA DECISIÓN
Doctora del centro de valoración de discapacidades que atiende a Dolores. Mujer
de 55 años. Presenta mucho cansancio en su aspecto y su voz. Hombros encorva-
dos. Tiene reconocida la incapacidad laboral para su profesión. Antes de la consul-
ta, había leído el informe. He elegido este diálogo por la frecuencia de consultas de
este tipo. Ilustra lo que hemos hablado en clase de la parte sumergida del iceberg y
que es importante identificar lo que ocurre realmente.
P1. Veo entrar a una persona muy cansada. Compruebo la edad en el expediente.
Aparenta más de la que tiene.
–Buenos días, Dolores. Soy la doctora G.M. Entre por favor y siéntese.
D1. –Buenos días doctora.
P2. –Es la primera vez que viene aquí. He leído los informes que ha enviado, pero-
prefiero que usted misma me cuente los problemas de salud que tiene.
D2. –Sí Doctora. Me duele todo. Los brazos, los hombros, las piernas, las manos y
la espalda.
P3. –Entiendo que padece mucho dolor y que ello le afecta mucho.
D3. –Ya no soy capaz de hacer nada.
P4. Procuro no juzgar al oír no poder hacer nada. Es lo que siempre hacemos:
juzgar.
–Me quiere decir que se siente limitada para realizar algunas tareas.
D4. –No puedo mover mis brazos, mis piernas. No puedo caminar. Apenas salgo
de casa.
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
P5. –Dolores, me gustaría que me describiera las dificultades que tiene para asearse
y vestirse. Cuénteme un día habitual de su vida.
D5. –Bueno, asearme y vestirme, lo hago sola, aunque me cuesta mucho.
P6. –Entiendo que puede tardar más que antes, pero consigue hacerlo sin ayuda de
otra persona.
D6. –Me duele mucho, pero me apaño para cuidar de mí misma.
–Hace una breve pausa. Silencio.
P7. –Hago una pausa. Silencio. Espero porque intuyo que quiere decir algo más.
D7. –Lo que ocurre es que, en casa, tengo que cuidar de un hijo minusválido. Está
en silla de ruedas y estoy cada vez más cansada –las palabras le salen más entre-
cortadas. Veo que está a punto de llorar, pero sigue hablando.
–Mi marido se ha ido al extranjero para buscar trabajo y no tengo noticias de él
desde hace seis semanas. Mis vecinos… –hace una pausa.
P8. –Veo que está viviendo una situación familiar extremadamente difícil. Parece
que tiene que ocuparse de todo ello y se siente desbordada y seguramente algo
sola.
D8. –Sí doctora. No puedo más. Yo sola no puedo seguir estando en todo.
P9. –Y ¿Qué piensa que debería hacer?
D9. –No se lo he contado a nadie doctora, pero ahora tengo que hablar y necesito
ayuda.
P10. –Concretamente, ¿cómo lo va a organizar?
D10. –Mañana voy a pedir cita con la trabajadora social, y esta tarde voy a llamar
a mi hermana. Hace tiempo que no hablo con ella. Tiene buena salud y tiempo
libre.
P11. –En resumen Dolores, se ocupa sola de la familia y de la casa y se siente
abandonada. No había hablado con nadie, pero ahora se da cuenta de que puede
recurrir a los servicios sociales y a su entorno familiar también. Está ya dispuesta
a buscar y utilizar los recursos de apoyo que necesita.
D11. –Sí doctora. Me ha hecho mucho bien hablar con usted.
Se la ve más tranquila.
He procurado gestionarme a mí misma y conectar con la persona. Las dificultades
que he tenido eran no caer en juzgar. Creo que al sentirse escuchada ha sido posi-
tivo para Dolores. Satisfacción de haberla acompañado para que mejore su situa-
ción. Ya lo he hecho con otras personas desde que estoy aprendiendo la Escucha
Activa. Contribuye a mi salud porque mantengo la serenidad y eso es mucho. Cons-
tato que se puede llegar a aportar ayuda, siendo eficaz, en poco tiempo y con escaso
coste en energía personal. Ahora veo que es un reto que se me presenta siempre. He
de adaptarme a cada situación. Cada persona es un caso y una historia particular.
Mi criterio de actuación ha sido aplicar la Escucha Activa que estoy aprendiendo.
Conectar con la persona y acompañarla para que encuentre en ella la solución. Me
propongo empezar el día de trabajo con la idea de aplicar la Escucha Activa y en
todos los ámbitos: trabajo, compañeros, familia. Sea la que sea la situación, poder
conectar profundamente con otra persona, incluso en una breve conversación. No
tiene precio y puede mejorar radicalmente la vida de una persona.
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ESCUCHA ACTIVA
Reflexión/Análisis
Probablemente es la primera vez que quien lea este libro se encuentre con un
diálogo con Escucha Activa. ¿Qué les ha parecido su desarrollo? ¿Les llama
algo la atención? Les invito a releerlo e identificar lo que les haya podido llamar
la atención. Observamos la metodología que hay inmersa en este diálogo y en
otros muchos, que siempre es la misma. Desde el inicio hay un planteamiento de
cómo quiere atender, opta por aplicar la Escucha Activa: aplicación de Actitudes,
Habilidades y Estructura de Intervención. Son los componentes del ciclo de la
Escucha Activa que desarrollaremos en la Tercera Parte del libro y que ahora se
introducen.
Hay presencia de una profesional que se presenta a Dolores, aplica la Obser-
vación y crea el vínculo relacional necesario para un diálogo eficaz a través de
las respuestas empáticas P3 hasta P8. Respuestas que son la expresión de lo que
comprende la doctora, dice Dolores, y a su vez van permitiendo las respuestas
de Dolores, afirmando siempre que está siendo comprendida. Introduce en P7 la
habilidad del Silencio, tras su silencio en D6, que le llamamos Silencio Activo. Ha-
blaremos de la importancia del Silencio Activo como hablilidad. Observamos en
P2 que aplica la habilidad de la Destreza de Iniciar, invitando a la persona a decir
lo que sabe, lo que conoce, siendo la conexión para continuar el diálogo. Continúa
con respuestas empáticas. Al principio, responder empáticamente puede resultar
forzado porque no es una forma natural de respuesta. Hemos visto que, desde el
inicio, de no haber sido por este aprendizaje, hubiesen sido respuestas con juicio
de valor. En las ocho frases de cada una de las partes, no se hubiera identificado
lo que se ha identificado.
Comprobamos en el diálogo, la Estructura de Intervención aprendida de las
tres Fases que hablaremos. Hasta P8 y D8, realiza la Primera Fase: “lo que ocurre
realmente”. En P9 plantea la Segunda Fase: “¿Qué necesitaría hacer?”, y en P10 la
Tercera Fase: “¿Cómo va a llevarlo a cabo?”. Es interesante comprobar que, a estas
dos preguntas, Dolores da sus respuestas firmes y claras en D9 y D10. E incluso sin
preguntarle la tercera pregunta: “¿cuándo va a hablar?”, responde en D10 cuándo
va a llevarlo a cabo. Es el proceso del diálogo eficaz con Escucha Activa.
La profesional recuerda en P11 cerrar el diálogo usando la habilidad de Resu-
mir para focalizar y centrar. Lo cual permite a Dolores dar las gracias indicando
que le ha hecho mucho bien hablar con ella e irse con un plan de acción y más
tranquila.
Convendría leer de nuevo el último párrafo donde la compañera comparte la
experiencia vivida en el proceso del diálogo. La doctora con la aplicación de la
Escucha Activa, y en un espacio de tiempo breve, ha facilitado a Dolores un pro-
ceso mental y emocional para abrirse a una nueva perspectiva que ella misma ha
identificado la necesidad y solución. Le ha permitido exponer, pensar, formular y
decidir, «llegar a…»
≈≈≈≈≈≈≈
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
“Un antes”
P.-----1---- + ---2---- + ---3---- + ---4----+ ----5---- + ----6----- + ----7---- +----8-
A.-----1----+ ----2----
2 Competencia Técnica del ámbito profesional. Profesionales sanitarios, educativos, administrati-
vos, por tradición y formación, se centran generalmente en la competencia clínica, científica, di-
dáctica, técnica, etc. Al tratar con personas en sus funciones, necesitan conectar con la persona.
Si se conecta, hay "Humanización". De lo contrario, hay “Deshumanización”.
3 Hacia una Competencia Relacional. El profesional se plantea y opta por integrar en su función,
una Competencia Relacional que tenga en cuenta a la persona a quien atiende, además de la ac-
tividad que desempeña. Urge la construcción de Equipos de Trabajo que trabajen en equipo. La
formación en Competencia Relacional no se imparte normalmente de forma reglada. Hasta que
esto se dé, cada profesional busca medios propios para formarse. Espero que la lectura de este
libro sea lectura reflexiva que pueda facilitar un aprendizaje complementario.
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ESCUCHA ACTIVA
“Y un después”
P1. --------------------
A1. --------------------
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P3. --------------------
A3. --------------------
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P5. --------------------
A5. -------------------
Podríamos comparar la Escucha Activa con un partido de tenis donde una per-
sona tira la pelota y la otra la devuelve. No tiran 2, ni 3, ni 4, ni 5, ni 6, ni 7, ni 8
pelotas seguidas a la persona, sino una a una, jugando las dos partes. Así se hace
la partida.
Con una partida de ajedrez. Cada persona mueve solo una ficha. La otra persona
mueve la siguiente. No mueve una persona 2, ni 3, ni 4, ni 5, ni 8 fichas. Cuando
ha movido una, se centra en la respuesta que va a dar la otra persona. Podría ser
que tuviera un movimiento pensado, pero ha de dejarlo porque su movimiento está
siempre condicionado al de la otra persona. Se produce una conexión.
Si observamos las olas, las olas vienen y vuelven al mar. Igualmente, lo que la
persona nos comunica sería semejante a la ola. Ese mensaje ha de regresar a ella.
La persona que Escucha Activamente necesita devolver lo que está comprendien-
do. Esto es lo que llamamos Empatía, que lo ha hecho muy bien la compañera.
Podríamos también compararlo con la imagen del cantaor y el que toca la guita-
rra u otro instrumento. El profesor Javier Barbero ha introducido esta metáfora del
cantaor. La persona que escucha y el que habla están en armonía, en conexión. La
pregunta que yo me hago y les hago, sería: “¿Quién es quién?”. Es decir, en el pro-
ceso de la Escucha Activa, ¿quién es el cantaor y quién es el que toca la guitarra?
Los dos necesitan escucharse. El cantaor necesita seguir a la música que es quien
marca el tono. Identificamos a la persona que toca el instrumento musical como el
que habla. Es en un principio quien dirige. El que canta es el que escucha y aparen-
temente no dirige. Sin embargo, en todos los ejemplos expuestos, el que escucha,
por la forma que tiene de responder empáticamente, también está dirigiendo al que
habla. Es un modelo no directivo en tanto en cuanto que no hay un director. Sin
embargo, es un modelo directivo dirigido por las dos partes que están en conexión.
El objetivo de la Escucha Activa es desarrollar la capacidad de conexión, y cone-
xión con quien es diferente a mí en ese momento puntual.
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
DIÁLOGO 4.
IDENTIFICAR LO QUE OCURRE EN EL AMBIENTE
FAMILIAR PROPIO Y TOMA DE DECISIÓN
He decidido realizar un auto Counselling. Me doy el nombre anónimo de Amelia.
Cuando me responda a mí misma uso la P. Sabemos que P y A son la misma persona.
Me considero una persona tranquila y paciente, pero me encuentro últimamente una
persona irritable, que se enfada fácilmente con su marido. Hace ya tiempo que nues-
tra relación se basa en estar pendiente únicamente de las obligaciones, y parece ser
que el estrés de ambos nos hace sentir como atacados el uno por el otro. Estoy hoy
tranquilamente en casa y decido empezar a escribir. He intentado en otras ocasiones
hablarme a mí misma desde la Escucha Activa que estoy aprendiendo del Counselling,
pero siempre me quedo en la primera o segunda frase. No avanzo. Me sirve para rela-
jarme en el momento, pero vuelvo a tener discusiones. No solucionamos el problema.
Necesito relajarme y tener una vida alegre y agradable con mi marido. Este fue uno
de los principales motivos que me hizo apuntarme al segundo curso de Counselling.
A1. –Me enfado con facilidad con mi marido.
P1. Tengo dudas. No sé si realizar la respuesta en primera o segunda persona.
Decido en segunda persona.
–Te enfadas fácilmente.
A2. –Sí. Muchas veces llegamos a discusiones fuertes.
P2. –Te ocurre de forma frecuente e intensa.
A3. –Sí. Los dos pensamos que tenemos la razón y llegamos a gritarnos y decirnos
cosas que duelen. Me afecta mucho y más si coincide que nuestro hijo está pre-
sente. A él también le afecta.
P3. –Las discusiones llegan a tanta intensidad que te afectan tanto a ti como a tu
hijo.
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ESCUCHA ACTIVA
A4. –Mi hijo lo dice y lo expresa. No le gusta que gritemos ni verme llorar –al re-
cordar esto, mis ojos se ponen llorosos, al pensar en mi hijo y sus sentimientos.
P4. –El pensar que le afecte a tu hijo te produce gran tristeza.
A5. –Sí. Quiero solucionarlo. Me gustaría que mi marido entendiera que sus expre-
siones y/o palabras son molestas para mí en determinados momentos. Yo recibo
sus expresiones como una queja continua de cómo o qué debería yo realizar, sin
darse cuenta de lo que he realizado y el esfuerzo que le dedico a las diferentes
tareas y obligaciones.
P5. –Te gustaría que tu marido tuviera en cuenta todo lo que realizas y el esfuerzo
que te supone, antes de realizar ningún comentario.
A6. –Exacto. Aunque también entiendo que no lo hace con mala intención, y que él
también está saturado de su trabajo.
P6. –Te das cuenta de que las discusiones vienen por un estrés y sobrecarga de
obligaciones.
A7. –Sí.
P7. –¿Qué necesitarías hacer?
A8. –Hablarlo con él. Me he dado cuenta de que los dos nos enfadamos por las
tareas de la casa. Lo llevamos a tal extremo por culpa del estrés y la responsabi-
lidad acumulada. Voy a proponerle, que venga alguien a limpiar en casa.
P8. –¿Cuándo?
A9. –Esta noche. A la hora de la cena.
P9. –¿Cómo se lo vas a decir?
A10. –Le diré que hay días que nos saturan y nos cansamos hasta el desbordamiento.
Que según nuestro estado de ánimo nos afecta más o menos y que he pensado en
delegar algunas tareas de casa a otra persona.
Había hecho un curso de Counselling. Este año he querido hacer otro curso4 para
interiorizar y practicar más, y poder aplicarlo a mí misma también. Al escribirlo,
me ha facilitado la respuesta y poder continuar adelante, llegando a las emociones.
Me doy cuenta de que soy capaz de solucionar mis angustias o problemas. Me he
ayudado a mí misma escuchándome y respondiéndome adecuadamente. En el mo-
mento del enfado o de la discusión, como no soy capaz de controlar mis emociones,
me resulta muy difícil practicarlo. He conseguido visualizar otra perspectiva de
las discusiones. Me siento mejor. Tengo ahora una estrategia. Aplicando las pau-
tas aprendidas en clase y la necesidad de intentar aplicarlo me facilita tener mis
emociones localizadas y controladas. Con ello, puedo realizar con mejor resultado
mi trabajo y la realización del Counselling en pacientes y familiares, y en mí. He
podido hablar con mi marido y vamos a buscar a una persona para que se encargue
de limpiar la casa.
4 La compañera menciona el primero y segundo curso de Counselling. Dos cursos han sido una
opción para profesionales de la salud de la Comunidad Valenciana, solicitada por ellos mismos.
Sabemos que el aprendizaje es gradual. En el primero, puede descubrirse un mundo nuevo de
comunicación, y comienzan a aplicarlo. En el segundo, interiorizan lo aprendido y se consolida su
aprendizaje. El proceso de aprendizaje es muy personal y lleva su ritmo.
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PRIMERA PARTE. La comunicación. Característica de la Condición Humana
Reflexión y Análisis
Quisiera destacar que nos dice que, No llegaba a… Escuchar-se para identificar,
y planificar, para llegar a una solución en ese momento puntual. El diálogo nos
acerca a la importancia de aprender a escuchar-nos y a saber responder-nos. Res-
ponder-se desde la Escucha Activa es lo que permite que este diálogo sea como es.
En la Tercera Parte del libro se desarrolla la metodología de la Escucha Activa. Va-
yamos por partes. Sin embargo, al mencionar lo importante que sería escuchar-nos
y presentar este diálogo con Escucha Activa, es necesario detenernos en lo que
luego desarrollamos. Veremos muchos diálogos. En las respuestas P2 hasta P6
ya vemos un cambio muy grande en la forma de responder. Son todas respuestas
empáticas que ha aprendido a formular y que surgen de la pregunta: –“¿Qué me
dice?”–. Estas respuestas empáticas facilitan identificar lo que ocurre realmente y
la seriedad y gravedad de la situación. Una vez llegado a ese punto, que llamamos
Primera Fase del proceso del diálogo, observamos en P7 que se plantea una pre-
gunta: –“¿Qué necesito hacer?”–. Es la pregunta que vamos a aprender a formular
en el momento adecuado del diálogo. A esta parte la llamamos Segunda Fase de
intervención. En P8 y P9 realiza dos preguntas claves que pertenecen a la Tercera
Fase del proceso del Diálogo: –“¿Cuándo?”– y –“¿Cómo?”–. Faltaría el cierre del
diálogo con la conclusión.
Al Escuchar-se, ha conseguido los siguientes objetivos, que ni siquiera había
previsto. Su opción inicial fue: voy a intentar aplicar a esta situación personal la
Escucha Activa que he aprendido. Y en su conclusión nos comparte:
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ESCUCHA ACTIVA
5 Rojas, L.M. (2019). Somos lo que hablamos: El poder terapéutico de hablar y hablarnos. Barcelona:
Grijalbo.
6 Evaluación cualitativa al final de los cursos impartidos, cumplimentando voluntaria y anónima-
mente unas preguntas.
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