TFG - Loza Melisa Edith
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NOTA A FALLO.
CORDOBA, 2022.
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1. Introducción.
El sistema de Riesgos del Trabajo tuvo sus inicios en 1915, con la sanción de la Ley
Nº 9.688 que estuvo vigente – con distintas modificaciones – hasta el año 1991 la que
estableció la responsabilidad del empleador para casos determinados, así como también una
serie de compensaciones económicas en favor del trabajador. Años más tarde, dicha ley fue
derogada y reemplazada por la Ley Nº 24.028, que entre 1991 y 1995 funcionaría como
“puente” para la actual Ley de Riesgos del Trabajo Nº 24.557 sancionada en el año 1995.
Esto es así, que la ley Nº 24.557 de Riesgos del Trabajo desde su origen se centró en
un contexto de reparación meramente financiero, dejando de lado las verdaderas
necesidades de los trabajadores, y dando lugar a un descontento por parte de la doctrina que
se centró en resaltar la inequidad e inconstitucionalidad de sus normas. Las incesantes
sentencias declarando su inconstitucionalidad motivaron a innumerables reformas, en un
intento por remendar errores de manera parcial, dilatando la necesaria reparación integral
de la misma.
excluyente de toda otra intervención (…)” (Ley 27.348, 2017, art. 1), estableciendo así un
paso previo y obligatorio que los trabajadores debían cumplir previo al inicio de un proceso
judicial.
Contra dicha resolución, la parte actora interpuso recurso de apelación, por ante la
de la Cámara Nacional de Apelaciones, interviniendo en esta oportunidad la Sala IV, quien
ratificó lo resuelto por el a quo. Seguidamente, frente a ello el actor interpuso Recurso
Extraordinario Federal, el que fue denegado y que consecuentemente motivó la Queja que
analizaremos en la presente nota a fallo.
No debemos olvidar que la base del problema jurídico de tipo axiológico que
motivó al presente análisis, se manifiesta por la colisión de una regla del derecho contenida
en la Ley
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27.348, con principios de superior jerarquía como son las garantías constitucionales que el
actor considera vulneradas en el caso en particular.
sujetas a control judicial amplio y suficiente y que dichos órganos hayan sido creados por
ley estando su independencia e imparcialidad aseguradas.
Que, además, el régimen legal impugnado cumple con las exigencias fijadas en
cuanto a la revisión judicial de la decisión de los órganos administrativos mediante recurso
directo ante la justicia ordinaria del fuero laboral.
Que por ultimo desestimó el planteo dirigido a demostrar que la aplicación del
régimen impugnado colocaría al trabajador en situación de inferioridad de cualquier otro
damnificado en ámbitos no laborales, siendo esto inviable a su entender, ya que la garantía
de igualdad solo exige trato igual en igualdad de condiciones, situación que se encuentra
resguardada en el caso concreto.
Dentro del amplio espectro de Derechos que protegen al trabajador como miembro
más débil de una relación en la que las partes están en evidente desventaja, nos
encontramos con los derechos que lo asisten ante infortunios en ocasión o con motivo del
trabajo.
Los principios del derecho del trabajo actúan como faro que ilumina el actuar de los
operadores jurídicos, como el principio protectorio y el de irrenunciabilidad de los
derivados del trabajo “erigiendo al hombre que trabaja como sujeto de preferente tutela”
(CSJN, 2004) como sostiene la CSJN en el antecedente “Vizzoti”.
elementos de la garantía del debido proceso legal en relación con el derecho a una tutela
judicial efectiva.” (CIDH, 2001).
Luego del estudio del Fallo elegido para la presente obra y haciendo un análisis
sobre la solución arribada por la CSJN en dicha sentencia, puedo determinar con firmeza
que en el caso concreto el problema jurídico se encuentra estructurado acorde con la norma
analizada y la decisión arribada adopta los principios superiores de nuestro sistema.
Además, continuando con dicho análisis, las comisiones medicas son organismos
colegiados integrados por profesionales médicos que carecen de los conocimientos y la
idoneidad requerida a los fines de dilucidar cuestiones jurídicas, excediendo ampliamente
sus facultades del arte de curar, donde no se limitan a realizar una inspección física y
medica del paciente, sino que también deben analizar en base a pruebas las condiciones de
su puesto de trabajo, sus tareas realizadas, y su exposición a posibles agentes de riesgo,
tareas éstas que debería realizar un profesional especializado en Higiene y Seguridad, y con
los cuales estas comisiones medicas no cuentan.
5. Conclusión.
La protección integral del trabajador ha sido una labor ardua por muchos años tanto
en el sistema legal nacional como en el internacional, teniendo como objetivo principal
que sus derechos no sean vulnerados ni entorpecidos, y que su reclamo sea expeditivo
permitiéndole obtener una pronta reparación del daño.
6. Referencias.
6.1 Doctrina.
- MOLINARO Matías Javier (2017). Ley de Riesgos del Trabajo Comentada. Buenos
Aires: Editorial García Alonso.
- NINO Carlos Santiago (2003). Introducción al Análisis del Derecho. Buenos Aires:
Editorial Astrea.
- OCAMPOS, Rosana Elisa (2017). Semanario Jurídico Nº 2122, Cuadernillo 11, Tomo
116, La Ley de Riesgos del Trabajo 24557 y sus modificatorias hasta la ley 27348.
- RAMIREZ Luis E (2001). Revista de Derecho Laboral 2001-2, Ley de Riesgos del Trabajo
– I. Santa Fe: Editorial Rubinzal - Culzoni.
6.2 Jurisprudencia.
- Corte Suprema de Justicia de la Nación (05 de Abril de 2005). Ángel Estrada y Cía. S.A.
c/ resol. 71/96 - Sec. Ener. y Puertos (Expte. n°750-002119/96) s/recurso
extraordinario.
- Corte Suprema de Justicia de la Nación (27 de Agosto de 2013). Gravina, Raúl César el
La Caja ART S.A. s/ ordinario.
- Ministerio Publico Fiscal – Dictamen del procurador general de la nación (17 de Mayo de
2019). “Pogonza, Jonathan Jesús c/ Galeno ART S.A. s/ accidente-ley especial”
6.3 Legislación.
- Convención Americana sobre Derechos Humanos "Pacto de San José de Costa Rica” (1
de Marzo de 1984) Articulo 8 y 25. [Aprobado por Ley 23.054].
Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido por la parte actora en la causa Pogonza,
Jonathan Jesús c/ Galeno ART S.A. s/ accidente – ley especial”, para decidir sobre su
procedencia.
Considerando:
Para así decidir, se remitió al dictamen emitido por el Fiscal General ante esa
cámara el 12 de julio de 2017 en la causa “Burghi, Florencia Victoria c/ Swiss Medical
ART S.A. s/ accidente – ley especial” (CNT 37907/2017/CA1). Dicho dictamen consideró
constitucional el diseño procesal previsto en los arts. 1° y concordantes de la ley 27.348 en
cuanto establece la obligatoriedad de la aludida instancia administrativa previa.
2°) Que contra esa decisión el trabajador interpuso el recurso extraordinario federal
de fs. 39/54, cuya denegación dio origen a la queja en examen. En su presentación el
apelante plantea:
(ii) que existe una cuestión federal que esta Corte debe tratar porque se ha puesto en
tela de juicio la validez constitucional de la ley 27.348 con fundamento en que el
procedimiento allí previsto vulnera las garantías constitucionales de defensa en juicio,
acceso a la justicia, debido proceso adjetivo, juez natural e igualdad ante la ley;
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(iv) que, además, a la luz de la doctrina establecida por este Tribunal en los
precedentes “Castillo” (Fallos: 327:3610); CSJ 159/2005 (41-V)/CS1 “Venialgo, Inocencio
c/ Mapfre Aconcagua Aseguradora de Riesgo de Trabajo s/ otros”, sentencia del 13 de
marzo de 2007 y Competencia CSJ 804/2007 (43-C)/CS1 “Marchetti, Néstor Gabriel c/ La
Caja ART S.A. s/ ley n° 24.557”, sentencia del 4 de diciembre de 2007, la ley es
inconstitucional porque obstruye el derecho del trabajador de demandar ante su juez
natural;
(v) que, por otra parte, al obligar al trabajador accidentado a transitar una instancia
administrativa previa a la judicial, la norma lo ubica “en un escalón inferior respecto a
cualquier damnificado…” en ámbitos no laborales que “tiene a su alcance la justicia en
forma directa”; y
(vi) que las modificaciones procesales introducidas por la ley 27.348 vulneran,
asimismo, el principio de progresividad en materia de derechos sociales.
3°) Que las cuestiones sintetizadas en los acápites identificados como (i) y (ii) del
considerando anterior, referidas a la admisibilidad del recurso extraordinario del actor, han
sido adecuadamente tratadas en el punto III del dictamen del señor Procurador General de
la Nación interino, a cuyos fundamentos y conclusiones corresponde remitir, en lo
pertinente, por razones de brevedad.
Sin perjuicio de las precisiones que se harán más adelante, es importante tener
presente que, según el art. 1° de la ley 27.348, las comisiones médicas creadas por el art. 51
de la ley 24.241 tienen competencia para entender -en forma previa, obligatoria y
excluyente de cualquier otra intervención- en la determinación del carácter profesional de la
enfermedad o contingencia, de la incapacidad del trabajador y de las prestaciones dinerarias
previstas en la ley 24.557 de Riesgos del Trabajo.
5°) Que en nuestro país existe una larga tradición legislativa en virtud de la cual se
le han conferido a órganos de la administración competencias para dirimir controversias
entre particulares sobre diversos temas.
El Tribunal señaló que para tener por acreditado este requisito se deben analizar las
circunstancias específicas de cada caso. Expresó que el alcance del control judicial “no
depende de reglas generales u omnicomprensivas, […] la medida del control judicial
requerido deberá ser la que resulte de un conjunto de factores y circunstancias variables o
contingentes, entre los que podría mencionarse, a título de ejemplo, la naturaleza del
derecho individual invocado, la magnitud de los intereses públicos comprometidos, la
complejidad de la organización administrativa creada para garantizarlos, la mayor o menor
descentralización del tribunal administrativo, etc.".
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Es importante destacar que entre la jurisprudencia que invocó la Corte para sustentar
tal decisión figuraban sentencias anteriores en las que había decidido que la intervención
previa y obligatoria del Departamento del Trabajo de la Provincia de Buenos Aires en
accidentes de trabajo regidos por la ley 9688 no agraviaba al art. 18 de la Constitución
Nacional pues la norma local que reglaba el procedimiento preveía la revisión judicial
ulterior por un juez competente (causas “Khalil”, Fallos 186:337; “Costes”, Fallos: 187:79;
“Esteban Belmonte”, Fallos: 194:317; “Freijomil”, Fallos: 195:50, entre otras).
En esa línea, afirmó que la decisión administrativa que dirime un conflicto entre
particulares no solo debe estar sujeta a un control judicial amplio y suficiente en los
términos fijados en el precedente “Fernández Arias”, sino que también es preciso que los
organismos de la administración dotados de jurisdicción hayan sido creados por ley, que su
independencia e imparcialidad estén aseguradas, y que sea razonable el objetivo económico
y político que el legislador tuvo en cuenta para crearlos y restringir, así, la jurisdicción que
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En primer lugar, tal como se ha expresado más arriba, las comisiones médicas han
sido creadas por ley formal y su competencia para dirimir controversias entre particulares
también emana de una norma de ese rango. La ley 24.241 del Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones creó estos órganos administrativos, estableció su integración y su
financiamiento (art. 51). A su vez, las leyes 24.557 (arts. 21 y 22) y 27.348 (art. 1°)
establecen expresamente el alcance de su competencia en materia de riesgos del trabajo.
8°) Que, en segundo lugar, las comisiones médicas satisfacen las exigencias de
independencia e imparcialidad a los efectos de la materia específica y acotada que el
régimen de riesgos del trabajo les confiere. Tales exigencias se vinculan, por un lado, con
la conformación del órgano administrativo que ejerce la competencia jurisdiccional y, por
el otro, con el resguardo de la garantía del debido proceso.
En ese sentido, la resolución SRT 298/2017 prevé que cuando esté controvertida la
naturaleza laboral del accidente intervendrá un secretario técnico letrado, que emitirá un
dictamen jurídico previo (art. 2°). Si ese dictamen es favorable, o directamente no media
discusión acerca de la naturaleza laboral de la discapacidad alegada, se dará intervención a
los profesionales médicos que se encargarán de determinar, con base en los baremos que
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Los profesionales de la salud que integran las comisiones médicas se eligen por
concurso público de oposición y antecedentes conforme al orden de mérito obtenido, y
deben contar con título médico expedido por una universidad autorizada, matrícula
provincial o nacional y título de especialista expedido por autoridad competente (art. 50 de
la ley 24.557, resolución SRT 45/2018). Como se dijo, en ciertos casos las decisiones que
se adopten deben estar precedidas obligatoriamente por el dictamen jurídico de un
secretario técnico letrado, y estos secretarios solo pueden ser desvinculados con
fundamento en una grave causal debidamente acreditada (ver resolución SRT 899-E/2017).
Por otra parte, los gastos de funcionamiento de las comisiones están a cargo de la
Administración Nacional de la Seguridad Social, las aseguradoras y los empleadores auto
asegurados, a través de un aporte económico compulsivo, que es independiente del
resultado de los litigios que se sustancien entre las partes (resolución SRT 1105/2010 y sus
modificatorias). Este sistema de financiamiento mixto, en el que los propios operadores
contribuyen a solventar los gastos que demanda la actuación del organismo administrativo
con competencia en la materia, es común a los más variados y diversos marcos regulatorios
vigentes en nuestro país. Por mencionar algunos, se aplica en materia de energía eléctrica
(arts. 66 y 67 de la ley 24.065) y gas natural (arts. 62 y 63 de la ley 24.076).
Al respecto, cabe destacar que el trabajador cuenta con patrocinio letrado gratuito y
obligatorio durante la instancia administrativa, y los honorarios y demás gastos en que
incurre están a cargo de la respectiva aseguradora; en suma, todo el procedimiento es
gratuito para el damnificado, incluyendo traslados y estudios complementarios (art. 21 de la
ley 24.557; arts. 1° y 14 de la ley 27.348; arts. 36, 37 y 39 de la resolución SRT 298/2017).
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9°) Que, en tercer lugar, resulta razonable la finalidad perseguida por el legislador al
atribuir competencias decisorias a las comisiones médicas en esta materia.
En esa línea, la ley 24.557 de Riesgos del Trabajo indica como objetivos
particulares del seguro que organiza la reparación de los daños derivados del accidente o la
enfermedad profesional la rehabilitación del trabajador damnificado y la promoción de su
recalificación y recolocación (art. 1°, apartado 2, incisos b y c). A su vez, la ley 26.773
señala que las disposiciones del régimen especial de reparación de los accidentes y
enfermedades laborales tienen como objetivo específico la cobertura de los daños derivados
de los riesgos del trabajo con criterios de suficiencia, accesibilidad y automaticidad de las
prestaciones dinerarias y en especie establecidas para resarcir tales contingencias (art. 1°).
Ese propósito surge con claridad de las normas que estructuran el sistema. Así, el
decreto 717/1996, reglamentario de la ley 24.557, afirma en sus considerandos que "las
Comisiones Médicas son los organismos establecidos por la ley para resolver las
discrepancias entre la Aseguradora y el damnificado o sus derechohabientes, por lo cual
corresponde regular los carriles que permitan una rápida intervención" (párrafo 7).
Sostiene, asimismo, que "el procedimiento ante las Comisiones Médicas debe también
atender a la inmediatez en el otorgamiento de las prestaciones, por lo cual se considera
necesario establecer plazos breves para la resolución de conflictos entre las partes cuando la
demora pudiera ocasionar grave perjuicio al trabajador" (párrafo 8).
Cabe recordar que incumbe a las comisiones médicas determinar en cada caso
particular: el carácter profesional de la enfermedad o el infortunio, el porcentaje de
incapacidad resultante y el importe de las prestaciones dinerarias (art. 1° de la ley 27.348).
Ciertamente la principal actividad asignada a estas comisiones consiste en efectuar
determinaciones técnicas sobre la evaluación, calificación y cuantificación del grado de
invalidez producido por las diferentes contingencias cubiertas; eterminaciones que
requieren conocimientos médicos especializados. Y no afecta esta conclusión el hecho de
que, en los casos puntuales en que se niega la naturaleza laboral de infortunio, el organismo
deba examinar -como se dijo, con el debido asesoramiento jurídico- circunstancias fácticas
o s encuadre en la legislación pues, en todo caso, la decisión fina sobre tales extremos
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Ello permite considerar que los motivos tenidos en cuenta por el legislador para
conferir a las comisiones médicas el conocimiento de tales cuestiones mediante la ley
27.348 (complementaria de la ley de riesgos del trabajo) están razonablemente justificados
ya que reconocen fundamento en los objetivos previamente declarados en las leyes 24.557
y 26.773 que organizaron –en cumplimiento de un mandato constitucional el sistema
especial de reparación de los accidentes y las enfermedades laborales.
10) Que, en cuarto lugar, cabe considerar que el régimen legal impugnado también
cumple con las exigencias fijadas en la jurisprudencia de la Corte en cuanto al alcance de la
revisión judicial. Según se ha explicado más arriba, la doctrina del precedente “Fernández
Arias” establece que en las controversias entre particulares el control judicial suficiente se
satisface con la existencia de una instancia de revisión ante la justicia en la que puedan
debatirse plenamente los hechos y el derecho aplicable.
sucede en casos en que se considera limitado por las determinaciones fácticas o jurídicas
realizadas por el órgano administrativo que hubieran sido decisivas en la resolución del
caso ("Barbani Duarte y otros vs. Uruguay", sentencia del 13 de octubre de 2011, párr.
204).
Las disposiciones de la ley 27.348 garantizan tal tipo de revisión judicial. Como ya
se dijo, su art. 2° prevé la posibilidad de recurrir la decisión de la comisión médica
jurisdiccional por vía administrativa ante la Comisión Médica Central, o por vía judicial
ante la justicia ordinaria del fuero laboral de la jurisdicción provincial o de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, según corresponda al domicilio de la comisión médica
jurisdiccional que intervino. A su vez, las decisiones de la Comisión Médica Central son
susceptibles de recurso directo ante los tribunales de alzada con competencia laboral o, de
no existir estos, ante los tribunales de instancia única con igual competencia,
correspondientes a la jurisdicción del domicilio de la comisión médica jurisdiccional que
intervino. Además, la norma estipula que el recurso interpuesto por el trabajador atraerá al
que eventualmente interponga la aseguradora de riesgos del trabajo ante la Comisión
Médica Central, y que la sentencia que se dicte en la instancia laboral resultará vinculante
para todas las partes.
Universidad
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11) Que, por otra parte, resulta inadmisible el planteo de inconstitucionalidad —punto
(iv) del considerando 2° de esta sentencia— que el actor pretende sustentar en el precedente
“Castillo” (Fallos: 327:3610), y en una dogmática cita de otras sentencias en las que esta
Corte simplemente resolvió cuestiones de competencia remitiéndose a la doctrina de dicho
precedente (conf. casos CSJ 159/2005 (41-V)/CS1 “Venialgo” y Competencia CSJ
804/2007 (43-C)/CS1 “Marchetti”, sentencias del 13 de marzo y del 4 de diciembre de
2007).
Aquel vicio ha sido subsanado con las modificaciones introducidas por la ley 27.348
que permite recurrir las decisiones de las comisiones médicas jurisdiccionales o de la
Comisión Médica Central ante los tribunales con competencia laboral de la jurisdicción
local, sea provincial o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a los que corresponda
intervenir de acuerdo al domicilio de la comisión médica jurisdiccional que haya actuado
inicialmente (conf. arts. 2° y 14, que modificó el primer apartado del art. 46 de la ley
24.557).
12) Que en cuanto al alegado carácter regresivo que tendría la norma impugnada —
punto (vi) del considerando 2°—, el recurso extraordinario no expone argumentos serios ni
aporta elementos relevantes que permitan identificar una clara regresión normativa en el
procedimiento previsto en la ley 27.348. Dicho procedimiento, en lo que atañe a la instancia
previa obligatoria ante las comisiones médicas, exhibe aristas similares a las que ya
contemplaba, en su versión original, la ley 24.557 de Riesgos del Trabajo.
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Por otra parte, también es preciso señalar que el condicionamiento impuesto por la
ley de transitar la instancia de las comisiones médicas antes de acudir ante la justicia no
impide que el damnificado pueda posteriormente reclamar con apoyo en esos otros sistemas
de responsabilidad (art. 4°, cuarto párrafo, de la ley 26.773, modificado por el art. 15 de la
ley 27.348), posibilidad que la ley 24.557 de Riesgos del Trabajo, en su redacción original,
había vedado dando lugar a su invalidación constitucional en el precedente “Aquino”
(Fallos: 327:3753).
Recurso de queja interpuesto por Jonathan Jesús Pogonza, parte actora, representado por el
Dr. Alexis Gabriel Yebne.
Tribunal que intervino con anterioridad: Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo
n° 23.